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El eterno retorno.
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La Agremiación de Poetas y Otras Artes de Luque procederá, este miércoles 18, al traslado de los
restos de la poeta paraguaya Dora Gómez Bueno de Acuña al cementerio luqueño. Ese día, entre 10 de la
mañana y 1 de la tarde, se realizará un homenaje artístico a la escritora en el salón de la Dirección
de Cultura de Municipalidad de Luque (Balderrama casi Cerro Corá).
A las 3 de la tarde será el traslado del féretro hasta el camposanto local, con el acompañamiento de
estudiantes y público en general. Más tarde, a las 7 de la noche, se realizará un acto en el escenario
del "Rincón cultural" de la Plaza Mariscal López, en el que se entregará al novelista Augusto
Roa Bastos el Gran Collar de Filigrana de la Asociación de Poetas y Otras Artes de Luque, en el grado de
"Honor al Gran Mérito Literario".
Posteriormente serán distinguidos como "Hijos Dilectos de Luque": Elvio Darío Bueno, Ranulfo
Gill y Lionel T. González. Al maestro Félix Valois Franco le entregarán la "Mención de Honor al
Mérito Musical". La programación también incluye la presentación de bailarines del Ballet
Cascanueces, la actuación del conjunto Los Galanes Luqueños y la actuación del elenco del Mago Nizugan.
Dora Gómez Bueno de Acuña nació en Luque en 1903 y murió en Encarnación en 1987. Poeta, maestra,
periodista y actriz radial, durante muchos años se desempeñó como maestra de primaria y colaboró
brevemente (1930-31) en la sección Sociales de El Orden
de Asunción.
En radio trabajó como actriz en programas para niños y como recitadora de poemas nativos y extraños a
través de innumerables series a lo largo de su vida. Pero es su obra poética la que le ha ganado un lugar
especial y único en las letras paraguayas. Su primer libro de poemas, Flor de caña
(1940), es considerado el primer poemario erótico publicado en ese país.
Según Josefina Plá, el resto de su obra "continúa esta línea, por lo que puede considerársela
como la única representante caracterizada de dicha vertiente en la literatura femenina paraguaya" (en Voces
femeninas en la poesía paraguaya,
1982). Sus obras posteriores incluyen, entre otras, Barro celeste
(1943), Luz en el abismo
(1954), Vivir es decir
(1977) y Antología
(1985).