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Uribe, contestatario.
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El poeta, abogado, ensayista y diplomático chileno Armando Uribe, una de las voces más contestatarias
de la nación sureña, se convirtió por decisión unánime en el ganador del Premio Nacional de Literatura
de este año en ese país, decisión que se basó en la característica de su obra, que es de compromiso
existencial del hombre frente a la vida y la muerte, manifiesto en un estilo dramático y singular
desarrollado a través de una extensa producción.
Al ser consultado si se sentía merecedor del premio, el poeta señaló: "No, cómo se le ocurre.
Por falsa modestia debo decir que no soy merecedor; de ninguna manera. Falsa modestia". Señaló
igualmente que el jurado no toma en cuenta las opiniones políticas de los que son premiados. "No es un
premio de ciencia política ni de política, sino de literatura. Lo que escribo en materia política y
jurídica y otros, lo considero todo literatura, seguramente me equivoco, esa es mi opinión y yo la
comparto", afirmó.
El jurado estuvo integrado por Sergio Bitar, ministro de Educación, quien lo presidió; el rector de la
Universidad de Chile, profesor Luis Riveros; Volodia Teitelboim, último galardonado; el profesor Óscar
Quiroz Mejías, rector de la Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación, en representación del
Consejo de Rectores, y Ernesto Livacic, representante de la Academia Chilena de la Lengua.
El galardonado recibirá una dote de poco más de 13 millones de pesos y una pensión vitalicia
equivalente a 20 unidades tributarias (aproximadamente 600.000 pesos en la actualidad), que recibirá a
partir de enero de 2005, además de un diploma que lo acredita como Premio Nacional de Literatura 2004.
Uribe —quien publicó recientemente los poemarios De muerte
y Las críticas en crisis—,
se impuso a otros nombres de primera línea, entre los que se contaban Delia Domínguez, Efraín Barquero,
Óscar Hahn, Carmen Berenguer y José Ángel Cuevas.
Armando Uribe Arce nació en Santiago el 28 de octubre de 1933. Ha ejercido como académico de la
Universidad de Chile y tiene más de cuarenta publicaciones en campos tan variopintos como la poesía, la
narrativa, el derecho, la religión y la política. Es miembro de número de la Academia Chilena de la
Lengua y académico de la Real Academia Española de la Lengua, y ha sido condecorado en México y el Reino
Unido. En 1957 se casó con Cecilia Echeverría, con quien tuvo cinco hijos.
Graduado en derecho en la Universidad de Chile, luego de dos años de especialización en la Universidad
de Roma comienza a hacer convivir el ejercicio de su profesión con la producción literaria iniciada en
1954. El 11 de septiembre de 1973 lo sorprendió en sus cargos de embajador en China y representante
diplomático en Washington. Luego se exiliaría en París.
Ha sido académico del ramo de derecho minero de la mencionada casa de estudios. También ha desempeñado
distintas cátedras en el área del Derecho en Michigan State University, Estados Unidos; en la Universitá
degli Studi di Sassari, Italia y París I, Francia, además de universidades chilenas.
Ha recibido las principales distinciones literarias de Chile, entre ellas el Premio Municipal, en 1990,
con el libro Por ser vos quien sois,
y durante el año 2002 obtuvo dos premios Altazor: por su obra poética de A peor vida
y mejor ensayo por El fantasma de la sinrazón y el secreto de la poesía.
Su obra aparece reseñada e incluida en más de cien antologías poéticas chilenas e internacionales y
traducida a diversas lenguas.
Aunque su nombre era uno de los favoritos, no dejó de sorprender la decisión, pues su reconocido
espíritu crítico y contestatario le ha significado fuertes roces con el sistema político y literario de
Chile.
El escritor habló con la prensa chilena sobre el estado de la poesía actual de ese país. "Hay una
cosa muy notable que tiene que ver con su continuidad desde Carlos Pezoa Véliz y Diego Dublé Urrutia. La
poesía se ha mantenido con calidades verdaderas durante todo el siglo XX y los años que siguen al XXI. Y
con ello me refiero a las generaciones sucesivas. También destaco la gran tradición oral y popular que
existe en el país y que ingresó en la primeras décadas del siglo XX gracias a Gabriela Mistral, Vicente
Huidobro y Pablo Neruda".
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Lafourcade: sin repercusión.
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La designación de Uribe trajo como cola una rápida polémica, cuando su colega Enrique Lafourcade
declaró a la prensa del país sureño que, al no haber entregado el galardón a figuras como Óscar Hahn o
Efraím Barquero, se le restaba "repercusión internacional". Para el autor de
Palomita blanca,
"en Hahn y en Barquero el yo arrogante que suelen manejar los poetas está reemplazado por un nosotros
delicado y sorprendente (...). En ambos casos el premio habría tenido repercusión internacional. En
Estados Unidos e Hispanoamérica con Hahn; en Francia con Barquero". El escritor también indicó que
el de Uribe "va a ser un premio más. Repercusión internacional: cero. Repercusión nacional: cero
también".
Sin embargo la declaración de Lafourcade fue limpiamente desestimada de inmediato por el aludido a menos
de medio día de producida. Uribe lo señaló como "un poeta irregular, culto pero sin talento, y con
un ego monstruoso", y dijo encontrar "cómicas" las declaraciones de su colega, al que le
deseó, irónicamente, "todo el éxito nacional e internacional y las ventas de la señora Isabel
Allende Llona y de otros escritores que, como él, escriben para el mercado".
Lafourcade es conocido en su país por emprender polémicas similares con otros autores. En el pasado
atacó a José Donoso, Jorge Edwards y Raúl Zurita.