A finales del mes de abril aparecerá en Argentina la antología Palabra
viva. Textos de escritoras y escritores desaparecidos y víctimas del terrorismo
de Estado. Argentina 1974-1983, que reúne poemas, cuentos, ensayos,
artículos periodísticos y cartas de autores de ese país desaparecidos durante
la dictadura. La iniciativa ha sido de la Sociedad
de Escritoras y Escritores de la Argentina y se
materializará en la forma de un volumen de 260 páginas.
“Lanzamos un llamado a toda la entidad”, explica
el poeta y editor Víctor Redondo, presidente de la SEA, “para que aquellos
que tuvieran algún tipo de información nos hicieran llegar los nombres. Así,
armamos la primera lista con 60 escritores, que presentamos públicamente en el
Palais de Glace. A partir de ahí se formó una comisión de socias que durante
casi un año estuvo haciendo una tarea detectivesca, que consistía en conseguir
un contacto con aquel del cual apenas teníamos un nombre y después encontrar
algún texto que hubiera escrito”.
Así, la lista completa alcanzó hasta los 103
escritores desaparecidos, aunque sólo se consiguieron textos de 71. La
antología, que tendrá una tirada inicial de 5.000 ejemplares —2.000 de los
cuales han sido ya comprados por la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares
(Conabip)— y será presentada en la Feria del Libro de Buenos Aires, incluye
materiales de Rodolfo Walsh, Haroldo Conti, Paco Urondo, Roberto Santoro,
Enrique Angelelli (el obispo de La Rioja), Miguel Angel Bustos, Roberto Carri,
Raymundo Gleyzer, Norberto Habegger, Susana “Pirí” Lugones, Carlos Mujica,
Héctor Oesterheld y Enrique Raab, entre otros —la lista completa puede
revisarse en un enlace visible desde la página principal de su sitio.
“Sabemos que esta primera edición será el
disparador para que otra gente que tenga datos nos los haga llegar. No sólo de
aquellos que tenemos el nombre, y nos falta el material, sino de otros que no
tenemos ni siquiera el nombre”, señala Redondo. “Hay una cierta injusticia
para los escritores que no son conocidos, porque cuando mencionamos a Walsh, a
Conti, a Bustos, a Santoro, no mencionamos a los Walsh que mataron y que no
pudieron desarrollar su trabajo; chicos que tenían 17 años, y cuando mirás
las fotos te revuelve las tripas. Este es un trabajo doloroso pero
indispensable, porque no sólo está el texto sino que hay una mínima
biografía. Gente demasiado humana termina siendo un nombre y dos renglones”.
Redondo piensa que rápidamente se requerirá de una
segunda edición, porque seguramente la lista se incrementará con nuevos
nombres y textos después de la publicación. “El proyecto tuvo repercusión
en todo el mundo; llaman de Holanda, de Francia, de España, del País Vasco, de
Italia, de México. Esa repercusión es positiva porque es la manera de
prepararnos para evitar en el futuro cualquier posibilidad de que se repitan
asesinatos en masa como ocurrieron en nuestro país”.
El autor denuncia además que la Sociedad Argentina
de Escritores (Sade), la otra entidad que nuclea a los autores argentinos, no
realizó antes este trabajo de recopilación porque la entidad como tal “no
existe, o existe en los papeles y la están terminando de destruir. La Sade no
hizo esto porque, entre otras cosas, los militares les dieron pensiones
graciables de por vida a varios de los integrantes de comisiones directivas. La
Sade está en otra cosa, se vació de contenido, está usurpada por un grupito
que está usando lo que queda de esa institución para su disfrute personal. La
Sade no representa nada para los escritores, por eso creamos la SEA, por el
vacío de representación que tenían los escritores”.
Hasta ahora no han podido conseguir textos, aunque
sí biografías, de los siguientes autores: Claudio Adur, Armando Archetti,
Ramón Oscar Bianchi, Alberto Santiago Burnichón, Carlos Carrizo, Alicia
Graciana Eguren de Cooke, Oscar Fernández Corrales, Héctor Manuel Freijo,
Silvio Frondizi, Alberto Jorge Gorrini, Luis Rodolfo Guagnini, Mario Hernández,
Maurice Jeger, Mauricio Amílcar López, Nebio Ariel Melo Cuesta, Liliana Edith
Molteni, Mónica Morán, Claudio Alejandro Ostrej, Eduardo Pereyra Rossi, Carlos
Alberto Pérez, Rafael Perrota, Susana María Teresa Pertierra, Marta Irene
Prioli, Julio Iván Roqué, María Elena San Martín de Valetti, Francisco René
Santucho, Elías Semán, Delfor Santos Soto, Horacio Rodolfo Speratti, Eduardo
Suárez, Roberto Claudio Valetti y Margarita Rosa Waisse de Lombardi.