Letras
Pobremas

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Yo no quiero ser la Única
Sino la Inolvidable

De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999)


Tres días para amar a un hombre,
dos para olvidarlo.
Ah, prostituta,
Hetaira,
delicia.
Bombillo rojo en lugar de corazón
Bolero de ti
Fatalidad besada por la luna.

De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999)


Tal vez ahora te aburra mi cordura
Pero si he dejado de volverme loca por ti
es porque tú no quisiste seguir siendo
mi camisa de fuerza.

No importa,
de peores manicomios me han botado.

De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999)


Perdido
en el desierto de tu inercia y tu casa
Ahogado entre perfumes menos puros
que el mío
desorientado incluso en la felicidad
Preguntarás
la brújula, el sol por dónde sale,
la dirección del viento,
cuál es la osa mayor
Y sabrás que tu Norte
estaba entre mis ojos
y que todo lo demás
es geografía barata
e ineficaz.

De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999)


Mientras Penélope

Cansada de tejer, de negarme
y de esperar
voy a tener que dormir
con todos mis pretendientes
por si acaso mi esposo
no regresara de Troya
quedarme yo con aquel que más se le parezca
In memoriam.

(Inédito).


Clasificado

Mi Príncipe
ha sido uno solo
—¿mi amor ninguno?—
Mi corsario
es prófugo de la ley
Mi esposo
me dejó años ha

Se busca un hombre
que repudie mis títulos
y que no se parezca
a una nostalgia

Interesados
favor huir también.

(Inédito).


Criollísima

Andar yo, hembra, por las calles,
como quien va escuchando un pajarillo
(Y que los demás también me lo oigan)
vestida como para morder
Pero a salvo en ti
que me esperas en casa
con tu inocencia
de bambuco.

(Inédito).


Mi amor es un periódico de ayer
(para Lavoe, de nuevo)

Mi amor es un periódico de ayer
Te sirve para que te envuelvas y madures
                                                                             aguacate
para que te le orines encima
                                                                             perro adiestrado
para que te embales y no te quiebres
                                                                             cosa frágil
para que te cubras de la lluvia
y hasta le ofrezcas un pedazo de mí
                                                                             galán de esquina
a cualquier otra damisela en apuros
a la que también vayas a engañar.

(Inédito).