Noticias
Tomás Segovia obtiene
el premio Juan Rulfo en medio de agria polémica

Comparte este contenido con tus amigos

El escritor mexicano, nacido en España, Tomás Segovia, se hizo acreedor del Premio Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo 2005, en medio de una agria polémica con los herederos del autor de Pedro Páramo.

De acuerdo con un documento ampliamente divulgado por medios de comunicación, la viuda del escritor, Clara Aparicio, y sus hijos Juan Francisco, Clara Berenice, Juan Pablo y Juan Carlos, denunciaron que el premio, que se otorga desde hace 15 años en la apertura de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, “se ha convertido en un botín de grupúsculos”.

También atribuyen su decisión a declaraciones que hizo en agosto Tomás Segovia, a quien acusan de llamar “ignorante” a Rulfo, entre otras supuestas “expresiones ofensivas” a la memoria del escritor fallecido en 1986.

El 1 de agosto, Segovia fue inquirido por un periodista sobre la influencia de Rulfo en su propia obra, a lo que respondió: “Creo que es el tipo de escritor que tiene el puro don; es decir, es un escritor misterioso, nadie sabe por qué Rulfo tenía ese talento, porque en otros escritores uno puede rastrear el trabajo, la cultura, las influencias, incluso la biografía. Pero Rulfo es un puro milagro, nadie sabe por qué tiene ese talento. No tuvo una vida muy deslumbrante, no fue un gran estudioso ni un gran conocedor. Él, simplemente, nació con el don”.

El presidente de la FIL, Raúl Padilla López, dio a entender que se tomará en cuenta los argumentos de los herederos de Rulfo, aunque descartó el cambio de nombre al premio porque el mismo está protegido por la ley.

En todo caso, Segovia recibió el premio el pasado 26 de noviembre en el Auditorio Juan Rulfo. El acto se inició con el crítico literario Christopher Domínguez Michael, quien dio lectura a la carta resolutiva del premio, en la que se mencionaron los nombres de los jueces que por decisión unánime decretaron el resultado de este premio. Entre los miembros del jurado se encuentran: Steven Boldy, Cecilia García-Huidobro, Lucía Melgar Palacios, Matilde Sánchez, Seymour Menton, Jorge Urrutia y el mismo Domínguez Michael, quien terminó reseñando brevemente la vida, obra y aportes a la literatura por parte de Segovia.

El turno fue después para Antonio Alatorre, a quien tocó hacer la semblanza de quien fuera su amigo y coeditor de la Revista Mexicana de Literatura a partir de 1958. “Me siento privilegiado por haber sido escogido para hablar de Tomás Segovia, no fui invitado por nadie más que por él mismo”, dijo.

Alatorre dio lectura a varios apuntes de Anagnórisis, obra poética de 1967 que el autor le dio a leer en Francia, los cuales robaron carcajadas a los asistentes. Abordó también las formas de forjar textos y las características de su métrica. Posteriormente Sari Bermúdez, presidenta del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (Conaculta), hizo entrega de la presea al autor y traductor.

Segovia subió al podium en medio de una prolongada serie de aplausos por parte de todo el auditorio. “Hace casi cuatro meses que supe que me darían el premio Juan Rulfo y todavía ahora que pienso en ello no puedo dejar de sentir la misma sorpresa que sentí entonces, la sorpresa por supuesto, no excluye la gratitud al contrario un buen regalo que no tenga algo de sorpresa, parece que le falta algo, una ligereza, una alegría”, comentó justo al tomar micrófono.

“Creo más que nadie en el reconocimiento, anagnórisis en griego, pero no en ese sentido, creo también que hay formas corrientes, actitudes que ocupan el centro y otras las márgenes, y si sus relaciones son movibles, dinámicas, en gran parte antagónicas y en muchos aspectos polémicas”, dijo refiriéndose a su postura hacia el premio.

Segovia nació en 1927 en Valencia, España, y emigró durante su adolescencia a México, donde estudió filosofía y letras. Ha publicado más de 20 libros, que incluyen ensayo, crítica, dramaturgia y poesía. Es autor de obras como La luz provisional (1950), Primavera muda (1954), Trizadero (1974) y Personajes mirando una nube (1981), entre otras.

Fuentes: Librusa, Milenio, Prensa FIL