Letras
La ciudad perdida

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¿y dónde están las aguas milagrosas
que junto a mí pasaban hacia el tiempo?
Ludovico Silva

Temo perderme
me busco en cada grieta
cada rincón y espacios
de esta casa derruida
en alero inclinado por el viento
en instantes atrapados
entre rendijas del bahareque
Me busco en la palabra
grabada en el almagre
sobrevive en hilos de memoria
En el umbral me asomo
a vestigios de ayer
me quedo en la tibieza de la estampa
el polvo cubre la última lectura
y hay cenizas en aquella taza
Nombro en el desencuentro
es tarde y abril viene muy lento
los ojos ciegos se apoyan en las manos
arañan el silencio
no perciben señal
es que la vida fue orillándose
por la ventana abierta.


Les dejo:
el tiempo, todo el tiempo

Eliseo Diego

Ahora toco en postigos cerrados
puertas desdibujadas por el olvido
Vientos de desarraigo
empujaron mis pasos
por frías oscuranas
al borde del vacío
pregunto al tiempo
aunque sé de la ausencia de respuestas
la única certeza en esta soledumbre
son las horas caídas sobre mis huesos
Sigo aquíes viernes todavía
el aroma del café remueve sobreolvidos
de ayer asoman trampas
o desvaríostal vez
apenas hoy descifro el sinsentido
a veces llega lento
a veces llega tarde
Viene con el guiño de muerte.


La piel rasgada a tiras
y un vacío en la mente
el paso ambiguo busca tu hombro
poeta de angustias
Alambres del cercado
protegen los secretos
Las raícesesas raíces
que moldean mi vida
siguen envueltas en nieblas
y sudarios
Esta tarde los naranjos
se cierran a los ojos
su aroma me regresa
fantasmas de la infancia
amores de otros días.


En instantes de recoger sombras
dolores agolpados en el pecho
triturar escenas en espacios ruinosos
me abraza la tiniebla
En el humo del café presiento
el paso impenitente hasta tu cuerpo
y el rito eterno
perseguir una casa de paredes azules
eucaliptos al cielo
el río de peces luminosos
entre mis piernas
y espuma sobre el pecho
Sólo veo la ciudad entre escombros
sin luces
vaciada de torrentes
mientras danzan las máscaras
sobre el filo del ocaso.


No recuerdo tu nombre
se me extravió en la espera
igual que la ciudad
sin voces y en escombros
recuerdo la palabra
tal vez el gesto
prolongado en el tiempo
eras medanalaridez
y negrura.


y me emborracharé de nardo, incienso y mirra
Charles Baudelaire

Búscame en el agua
del cuenco de tus manos
algún día de violento verano
la golondrina posará el limonero
la llovizna traerá incienso de tu aliento
no habrá tiempo de agujas
la soledad cabalgará otros hombros
me saciaré de nuevo
en tu esencia de sándalo.


En este mediodía
de trópico sediento
arropa el estampido
llovizna rojo en postes
y ventanas
Teatro de calle
sin escenas virtuales
sobre el filo del aire
un guión de muerte se reescribe
Te desangras entre espasmos
y una cayena sobre el pecho desnudo
la voz se quiebra
en el último verso
cuando un tiempo sin luz
cimbra tu cuerpo.