¡Oh! grandes nubes,
pincelazos sublimes
efímeros
permitidme expresar
vuestros brillos
en mis palabras
y
agarraros en el agua
cuando esteis quietas.
Quienes no viven
para el Ser,
lo hacen parecer
y luego, perecer.
Nada le queda en el mundo
a quien merece el universo
Poseerte es ver
una fuga de cometas,
hasta que cometas
la fuga.
Entiendo tu desarraigo,
lo comparto.
Acepto tus silencios,
me estremecen.
Pero, dime de una vez por todas,
Ludwig:
¿acaso escuchas el firmamento nocturno?
Bórrame de tu futuro, amada
pues aún no estoy hecho
y no quisiera anclarte en el vacío
como a la Madre Tierra
Con la misma ternura del verdugo
que mata para vivir
me encierro indefinidamente
en un territorio abierto.
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