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Alfonsina StorniLa historia de un estilo, biografía de una escritora

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Alfonsina Storni: Mi casa es el mar (Editorial Espasa Calpe, Madrid, 2003), por Tania Pleitez

¿Cómo acercarse de nuevo a la escritora Alfonsina Storni, sobre la cual ya se escribieron varias biografías? Ésta es la tarea de Tania Pleitez en su narrativa, Alfonsina Storni: Mi casa es el mar. La parte más interesante de la biografía de un escritor, dijo Vladimir Nabokov, es la historia de su estilo. Este pensamiento, citado por Tania Pleitez, constituye el hilo conductor en su relato de la vida de Alfonsina Storni. Con el propósito de “presentar y acercar a una poeta argentina de los años veinte al público español del siglo XXI”, Pleitez proporciona al lector una vívida descripción de varios aspectos de la compleja personalidad de Storni, a lo largo de un relato salpicado de anécdotas sobre la vida de la escritora, y de poemas que ilustran su obra. Además, Pleitez nos ofrece un retrato panorámico de la época en la que vivió la escritora, desde el principio del siglo XX hasta el fin de los años 30, y de las circunstancias que formaron su carácter. En ambos aspectos de esta descripción, lo psicológico y lo sociológico, Tania Pleitez no pierde de vista el mayor propósito de su biografía: trazar la evolución artística del estilo de una escritora a través del tiempo.

La personalidad multifacética de Alfonsina Storni ha suscitado una variedad de interpretaciones y leyendas, que destacan uno u otro aspecto de su vida. Alfonsina Storni fue madre soltera y defendió calurosamente los derechos civiles femeninos como el derecho al divorcio o a la educación, en el mundo machista y conservador de su época. Por esto Storni se convirtió, después de su muerte, en un icono del feminismo, como las escritoras Virginia Woolf o Sylvia Plath en otros países. También, como estas dos escritoras, se inmortalizó Storni por su dramático suicidio, dando luz al mito de una poeta maldita abrumada por una angustia universal. De hecho, las causas efectivas de la lúcida decisión de Storni de suicidarse fueron el cansancio y el dolor físico causados por años de una enfermedad grave, el cáncer. El mayor oficio de Alfonsina Storni fue una búsqueda artística en prosa, teatro y especialmente poesía, para expresar las ideas innovadoras o los sentimientos de frustración que la habitaban. Desgraciadamente, el gran público la recuerda más que nada como la “poeta del amor” de su primera etapa literaria, influida por Rubén Darío, cuyo estilo a veces cursi estaba de moda cuando Storni empezó a escribir. En realidad, como lo muestra Tania Pleitez, Alfonsina Storni, en su último período de creación literaria, se convirtió en una poeta compleja, de estilo original y sofisticado, y que dejó una huella indeleble en la literatura argentina y mundial.

En su biografía, Tania Pleitez se empeña en disipar preconcepciones y malentendidos, y señala los factores que alimentaron el desarrollo artístico de Alfonsina Storni. De entrada, Pleitez comenta la diferencia entre dos fotografías de la escritora, una de su juventud (con “aire retraído y dulce”) y otra de veinticinco años más tarde, que expresa un carácter decidido y una lucidez irónica. Pleitez traza un retrato dinámico de la evolución de la personalidad de la escritora. La constante de esta personalidad fue un espíritu siempre vivo y comunicativo, hasta alegre al principio de su vida, así como independiente y orgulloso. Sin embargo, a lo largo de los años, creció en Alfonsina Storni el sentido de frustración ante las injusticias sociales, y particularmente las injusticias cometidas contra las mujeres. Más tarde, cuando padeció de cáncer, su pesimismo se intensificó. Storni experimentó un gradual desencanto con la vida que la condujo a la depresión, y más tarde al suicidio. Una infancia penosa y pobre, una juventud laboriosa, una vida sentimental agitada, un difícil camino profesional para ganarse la vida y para lograrse como escritora, y al final una enfermedad grave, estos fueron los factores que contribuyeron al gradual desánimo de Alfonsina Storni, a pesar del amor que le dedicaba a su hijo, un sentimiento que la sostuvo durante toda su vida adulta. Tania Pleitez muestra, a través de “momentos de vida” escogidos, la lenta desintegración de la salud psíquica de la escritora con el paso corrosivo del tiempo.

Si la personalidad de Alfonsina Storni evolucionó a lo largo de sus 46 años, el medio ambiente en que vivía quedó bastante estático. La Argentina de aquel tiempo, el principio del siglo XX, era un país conservador, dominado por el machismo y por su aliada, la religión católica, que pretendía mantener a las mujeres en su función doméstica. Alfonsina Storni no solamente proclamó su ateísmo, sino también luchó, en sus poemas, sus ensayos y sus obras teatrales, por el derecho de las mujeres a la independencia económica, política y sexual, reclamando la igualdad con los hombres. Tania Pleitez pinta un cuadro de la sociedad argentina que rodeaba a la escritora: las personalidades literarias que la despreciaron y las pocas que la apoyaron, las mujeres sumisas que censuraban su atrevimiento y las que la admiraban, las peripecias políticas y económicas del país, las distracciones de moda, ponencias teatrales, tertulias de escritores y tango. Ante este fondo social de Buenos Aires a principios de siglo, Alfonsina Storni se destaca como una precursora de ideas modernas.

La tensión entre aquella sociedad conservadora y estática de Argentina y la naturaleza idealista e inquieta de Alfonsina Storni es lo que la convierte en una artista. El grito de la mujer que, al principio de su carrera, escribía “para no morir” se transforma, gradualmente, en una voz cada vez más segura y controlada. El estilo de Alfonsina Storni evoluciona desde un modelo convencional fácil de entender hacia una forma más original, para, al final de su vida y después del comienzo de su enfermedad, orientarse hacia una poesía de carácter personal y hermético. En estos últimos poemas, que Storni misma describe como “antisonetos”, la poeta rompe la sintaxis, usa metáforas raras y se deja llevar por libres asociaciones al estilo surrealista. (Tania Pleitez subraya el hecho de que, a pesar de los cambios que se produjeron en la forma de la poesía de Storni, el contenido de su obra literaria, desde el principio, siempre fue innovador.) Pleitez ilustra la evolución del estilo de Alfonsina Storni con numerosos ejemplos de su obra, relacionándolos con los acontecimientos de su vida y con el contexto social en que vivía.

La descripción de la evolución del estilo de Storni es la más importante contribución hecha por Tania Pleitez a las numerosas biografías de la escritora. Con su foco particular, Pleitez ilumina una faceta crucial de la vida de Alfonsina Storni, y de este modo, desmiente la opinión de Jorge Luis Borges (que, incidentemente, fue uno de los más feroces detractores de Alfonsina Storni), quien decía que las biografías no son nada más que ejercicios de la minucia, muchas de ellas consistiendo exclusivamente de cambios de domicilio. La biografía de Tania Pleitez, al contrario, demuestra que los cambios de domicilio, como todas las mínimas peripecias de la vida, son la materia prima en la génesis de una artista.