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Lucía Etxebarria condenada a pagar tres mil euros por plagio
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La escritora Lucía Etxebarria reconoció que utilizó los trabajos del psicólogo valenciano Jorge Castelló en su último libro, Ya no sufro por amor. Etxebarria, demandada en julio de 2006 por “apropiación indebida” y “vulneración del derecho de propiedad intelectual”, ha llegado a un acuerdo con el demandante por el que “reconoce que se documentó para su libro” en los trabajos del psicólogo valenciano.

Según dicho acuerdo, recogido en el acta de audiencia previa al juicio que se celebró el pasado 14 de febrero, “no se realizó, por un error material, nota a pie de página al transcribir ciertos párrafos” de un artículo que Castelló publicó en 2004 y difundió posteriormente a través de su página web. También se especifica que “no ha existido una intencionalidad maliciosa” por parte de la escritora, “siendo evidente que, no siendo psicóloga, debía documentarse en estudios o análisis efectuados por profesionales en la materia, sin que se haya pretendido usurpar el trabajo del demandante”.

Dicho “error material” se produjo a pesar de que Castelló contactó con la editorial Martínez Roca en marzo de 2006, cuando ya había salido a la venta la quinta edición del libro. Tras este contacto, la editorial realizó un “intento de rectificación no satisfactorio” —así lo consideró entonces el psicólogo valenciano— en la siguiente edición de la obra de Etxebarria, que incluyó el siguiente párrafo: “Vista la confusión de unos términos y otros, voy a comentar un artículo sobre la dependencia emocional escrito por el doctor Jorge Castelló Blasco. Las definiciones son suyas, los ejemplos caseros, míos”.

El psicólogo valenciano demandó a la escritora a mediados de julio de 2006 por “apropiación indebida” de su artículo “Dependencia emocional y violencia doméstica”. La demanda de Castelló, que consideraba que dicho artículo aparecía “reproducido en muchos casos literalmente” en el primer capítulo de Ya no sufro por amor, fue admitida a trámite por el juzgado de lo mercantil número 2 de Valencia el pasado mes de septiembre. Ambas partes llegaron a un acuerdo el pasado 14 de febrero para no llegar a juicio.

“Estoy satisfecho porque ella reconoce ahora que los textos son míos y que no me había citado”, dice el psicólogo. “Mi única intención con esta demanda era ese reconocimiento. Ella usó mi artículo. El motivo por el que no me citó no lo sé, aunque tengo que aceptar su explicación de que ha sido fruto de un error material, pero los hechos me han dado la razón”.

El artículo de Jorge Castelló aparecía reproducido casi literalmente en las páginas 44-45 y 67 a 86 del libro, sin cita a pie de página. Se incluía su nombre en la bibliografía, pero citando un trabajo distinto, no el artículo en cuestión. “El acuerdo que hemos alcanzado ratifica que todo lo que he dicho hasta el momento sobre la utilización indebida de mi trabajo era totalmente cierto”, declara el psicólogo, experto en dependencia emocional.

También considera la parte demandada que este acuerdo le da la razón. “Lucía ya reconoció en su día que como ella no es psicóloga se documentó en artículos de otros profesionales, sin que haya habido plagio”, ha declarado Raquel Franco, abogada de la escritora. “Los hechos nos están dando la razón”.

Etxebarria deberá pagar 3.000 euros de indemnización “por los gastos ocasionados”, según se refleja en el acta de audiencia previa al juicio. “El único objetivo que yo perseguía era que se reconociera públicamente que ella tenía que haberme citado, y no lo hizo”, explica Castelló. “Yo he tenido siempre buena voluntad y en ningún momento he perseguido un beneficio económico. De hecho, el dinero de la indemnización es para afrontar el coste de las acciones legales. No gano un solo euro”.

“Los autores estamos de enhorabuena (...). Afortunadamente, ha imperado la cordura y ha quedado claro que la utilización de textos ajenos exige la cita expresa y detallada”, explica Castelló en un comunicado hecho público el pasado jueves 22 de febrero.

No es la primera vez que la escritora se ve envuelta en un escándalo de esta naturaleza. En 2001, el semanario Interviú publicó que Lucía Etxebarria había plagiado al poeta leonés Antonio Colinas en Estación de Infierno, y que también había frases enteras literales de Nación Prozac, de la periodista y escritora estadounidense Elizabeth Wurtzel, en Amor, curiosidad, Prozac y dudas. Etxebarria demandó a la revista por intromisión en su honor, pero la publicación fue absuelta por considerar que la información que dio era “veraz”.

Fuente: El Mundo