El elegido
Arde el mistral
Una ráfaga de luz
se revuelve
al borde
de mis párpados
Estoy en Damasco
doy vuelta en esquinas
grabadas en armenio
Una mirada grita
tras el olor de tu piel
Bajo el olivo
un hombre rubio bebe champán
recoge el sol en su lengua
Alguien dice silencio
y aparece un gorrión degollado
Mujer pelinegra
protégeme
frota tu lámpara de aceite
soy extranjero
—tengo una daga
y reflejos de luz derramándose por el filo—
invéntame un amuleto
antes de que el sol
se despedace contra el suelo
y los dogos
huyan
Esa música
Oigo sueños
sobre tu cuerpo extendido
olas blancas y largas
ojos
resbalando
por caminos de piel
Un golpe de mar
atraviesa
mi garganta
y el rumor de la sangre
y tus pechos desnudos
y la música de tu ombligo
y de tu ombligo
la música
Escalofrío
Echa candado a la puerta
entre tus muslos
—libro abierto—
mis labios aprenden
la escritura del escalofrío
Flor de nanche
Una mosca zumba
tintes violeta tienen sus alas
el aire sabe a sidra
Sobre la flor de nanche se detiene la luz
escurre por sus hojas se estrella bajo los jacintos
el mar no está aquí
lo escucho en tu mirada
en tu colección de caracoles
Un pájaro oscuro arde en mis manos
Por la ventana entra la luz amarillenta
de un sol que muere
tus pies descalzos
cruzan mi memoria
Volveré al silencio