Eugenia
Escondido en la espera del olvido piensa.
Ardientes masas coloiformes en la acera se revuelcan.
Los amantes recluidos en suspiros.
Poder conocer sin acabar prometeizándose.
Vendedores de pecados repetidos.
Recuerda la tarde eugeniesca como siempre y
como a veces,
porque voló como su amor desprolijo y errante.
Desde entonces la busca carnívora la esperanza endiablada
porque alguien lo sedujo en su erotismo más íntimo con redes entrañables ósculos ennegrecidos por la lujuria de los siglos.
Siempre quiso retornar a sus besos, a su paz, a su guerra
refugiarse en su palabra.
Qué estragos habrán dibujado los años en Eugenia,
después de todo
después de algo
después de lapidarla.
DolorEs
¿El dolor se va?
No, se queda, PESA.
El dolor lo guarda ella.
El dolor es ella.
La oscura.
La negra cortesana que renace una y mil veces.
La que ataca más fuerte.
La otra, la más clara y
menos negra se debilita y
comienza a decaer en una intensa lucha por sobrevivir.
Tajos
Algunas escisiones
No mutan en la fresca
Son tormentas que
Quién las podrá alentar
Claro cómo vivir
Y no sin estar vivo
Excepto que finjas ser
Tu cruel rufián
Cuántas presencias hoy
Me están asaltando
demonio atroz
Es mi infiel amor de vidrio
Que se expone y hace añicos
esta noche te podrá entristecer más
Es un inquieto laberinto
Que pasó inadvertido
Y que ahora la salida quedó atrás
Es intransitable
Repercute tanto desaire
Y una daga en mis huesos
Se hunde más
Me oxida el tiempo
Es demasiado truhán
Hay que alcanzar estiba
Sino el tiempo sellará
Tu integridad
Siento que estoy mejor
Con tus manos frías
En mi corazón
Cuerpos fragmentados
Tironean los cuerpos
Trama frágil,
la incomplitud de un estallido ulterior
Deseo experimentado una caricia diferenciada en la metáfora
Objeto caído, crispa el deseo
Vertiente insignificable
Me sujeta encubierta
ese excluido
Me atrae hacia allí,
declive identitaria, insostenible incandescencia del sexo
Donde se desploma el sentido
Se d e s e n c a d e n a el binarismo
Mi correlato proyectado abomina la destrucción deseable
Ofrecida a la mirada fantasmática,
Me roza sin la intención inmanente a la separación misma
Desvirtúa la repetición escénica del destinatario
que entra en el cuerpo a través de la lengua