Entrevistas
“Mi mayor fracaso es no haber sido músico”
Andrés Neuman

Andrés Neuman

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Según la web oficial del escritor, Andrés Neuman nació en Buenos Aires en 1977 y es “hispanoargentino”. Tuve la oportunidad de conversar con él, después de uno de los eventos oficiales de Bogotá 39, certamen que reunió en la capital del país a los supuestamente mejores escritores menores de 39 años de América Latina.

Neuman se licenció en filología hispánica por la Universidad de Granada, donde codirigió la revista Letra Clara e impartió clases de literatura hispanoamericana. Actualmente es columnista fijo en diarios como Sur, Ideal o El Correo, colabora habitualmente en numerosos medios españoles y latinoamericanos, y escribe guiones de tiras cómicas para Ideal.

Su primera novela, Bariloche (Anagrama, 1999), fue finalista del Premio Herralde y elegida entre las diez mejores del año por El Cultural del diario El Mundo. Su siguiente novela, La vida en las ventanas (Espasa, 2002), fue distinguida como finalista del Premio Primavera. Con Una vez Argentina (Anagrama, 2003) volvió a ser finalista del Premio Herralde de Novela.

Ha publicado los libros de cuentos El que espera (Anagrama, 2000), El último minuto (Espasa, 2001, de próxima reedición en Páginas de Espuma) y Alumbramiento (Páginas de Espuma, 2006). Ha desarrollado además una intensa labor de estudio y divulgación del relato breve: sus libros de cuentos incluyen apéndices teóricos sobre el género, y es el coordinador del proyecto Pequeñas Resistencias, una tetralogía sobre el cuento actual escrito en castellano en todo el mundo que está siendo publicada por la editorial Páginas de Espuma. Neuman fue autor de la edición del primer tomo, Pequeñas resistencias. Antología del nuevo cuento español (Páginas de Espuma, 2002), y se encargó de la parte argentina del tercer tomo, Pequeñas Resistencias 3. Antología del nuevo cuento sudamericano (Páginas de Espuma, 2004). Cabe destacar también su prólogo a los Cuentos de amor de locura y de muerte de Horacio Quiroga (Menoscuarto Ediciones, 2004).

Como poeta ha publicado Métodos de la noche (Hiperión, 1998, Premio Antonio Carvajal), El jugador de billar (Pre-Textos, 2000), El tobogán (Hiperión, 2002, Premio Hiperión) y La canción del antílope (Pre-Textos, 2003). Ha sido incluido en antologías de nueva poesía publicadas en México, Italia, Portugal o Bulgaria, además de numerosas antologías españolas como La generación del 99 de José Luis García Martín; La Lógica de Orfeo de Luis Antonio de Villena; Yo es otro. Autorretratos de la nueva poesía de Josep María Rodríguez; o Veinticinco poetas españoles jóvenes de la editorial Hiperión, entre otras.

Es también autor de un libro de aforismos y ensayos literarios, El equilibrista (Acantilado, 2005), y de dos colecciones de haikus, Alfileres de luz (Universidad de Granada, 1999, Premio García Lorca, en colaboración con Ramón Repiso) y Gotas negras (Plurabelle, 2003). Ha traducido el Viaje de invierno de Wilhelm Müller (Acantilado, 2003) y ha preparado la edición de una antología de Carlos Marzal, Poesía a contratiempo (Maillot Amarillo, 2002).

De Neuman se han dicho muchas cosas importantes y prometedoras. Por ejemplo, el propio Roberto Bolaño escribió: “Tocado por la gracia. Ningún buen lector dejará de percibir en sus páginas algo que sólo es dable encontrar en la alta literatura, aquella que escriben los poetas verdaderos. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre”. Por otro lado, Miguel García-Posada de ABC ha dicho: “Brillante y desenvuelto. Un escritor muy inteligente y dueño de un idioma preciso, centelleante. Neuman llega a la literatura con impulso propio, con energía personal y poderosa”. Por último, Lorenzo Oliván de El Heraldo de Aragón: “Andrés Neuman es un escritor torrencial al que nada relacionado con la escritura le es ajeno: ni la novela, ni el relato, ni la reflexión ensayística, ni la traducción, ni la poesía. Y en todos esos campos, pese a su pasmosa juventud, ha cosechado ya notables frutos. Neuman ha demostrado que tiene pulso en todos los frentes, y que hay en él madera de escritor completo”.

Por mi parte, tengo que confesar que no he leído a Neuman, pero después de conocer estas opiniones me surgen ganas de hacerlo. Lo recuerdo como un tipo de verbo y abrazo fácil, nervioso, fumador inquieto. A mi juicio, el joven escritor argentino es un hombre sonriente y con buen sentido del humor a quien le encanta, como a un rock star, estar rodeado de jovencitas que le preguntan cosas simples. Aproveché un espacio entre un autógrafo y otro para hacerle mi cuestionario. He aquí las respuestas:

Andrés Neuman—¿Cuál es el defecto propio que aprecias más?

—Dios mío, estoy viejo para esto. Y cansado. (¿Quién tiene mi fuego? —en la mano—. ¿Ves cómo estoy de viejo y cansado?) Te lo voy a decir: la insistencia. Por lo menos da buenos frutos, a pesar de todo.

—¿Cuál es el defecto que más aprecias en los otros?

—El miedo.

—¿Cuál es tu estado mental más extraño?

—El desvelo.

—¿Dónde y cómo te gustaría haber nacido?

—En Londres, a la edad exacta para comprar los discos de los Beatles, en la adolescencia.

—¿Por qué razón o por quién darías la vida?

—Espero que la realidad no obligue a nadie a seguir dando la Vida por alguien. Es un supuesto que prefiero suprimir. No daría la Vida ni por mí mismo.

—Si pudieras matar a un personaje de ficción, ¿a cuál escogerías?

—Ja. Al de El perfume, para que no sufra tanto. Le pegaría un tiro en la nuca, higiénico, respetuoso y me marcharía. Se llama Grenouille, creo.

—¿Cuál es tu extravagancia más estúpida?

—Todas mis extravagancias son estúpidas... estirar el cuello permanentemente en lugares públicos. Así (inclina su cabeza hacia la izquierda).

—¿En qué situaciones dices la verdad?

—Cuando nadie me mira.

—¿Qué persona viva te inspira más ternura?

—Mis padres.

—¿A qué persona viva desprecias?

—¿Tengo que decir sólo una? Ay, Dios mío. Es que elegir entre genocidas, dictadores... es que esta pregunta le salva la Vida a todos los demás, me niego a responder.

—¿Qué palabras o frases jamás usas?

—Una que contenga la palabra “inexorable”, “agrás” o “libérrimo”.

—¿Cuál es tu idea de la infelicidad perfecta?

—Estar vivo.

—¿Cuál ha sido tu acto más valiente?

—No huir. A veces.

—¿Cuál es tu mayor orgullo?

—Mi voluntad.

—¿Cuál es la virtud más subvalorada por la sociedad?

—La compasión.

—¿Qué es lo que más te gusta de tu apariencia?

—¿De mi apariencia física? Es que no me veo. No sé, es una pregunta para los demás. Bueno, creo que mi sonrisa, supongo. Que me río, ponlo así, que me río.

—¿Cuáles son los nombres que menos te gustan?

—Los de santos.

—¿Qué talento desearías arrojar a la basura?

—Talentos, ninguno, desearía tener algunos que no tengo. Nunca sobran, por Dios.

—¿Qué es lo que más te gusta de la vida?

—La salud.

—¿Cuándo y dónde has sido más infeliz?

—En un hospital.

—Si pudieras, ¿qué mantendrías de tu familia en el tiempo?

—La música. La mitad de mi familia son músicos.

—¿Cuál ha sido tu mayor fracaso?

—La música.

—¿Cuál es tu posesión menos valiosa?

—Una bicicleta estática que le regalé a una amiga, porque nunca uso. Se la regalé la semana pasada, antes de venir a Bogotá. Ya no es mi posesión.

—¿Cuál es la manifestación más clara de la riqueza?

—¿Qué riqueza? No lo sé, no he vivido ese caso.

—¿Dónde quisieras vivir?

—En un lugar donde nunca haya una guerra ni una dictadura militar. Ni para mí, ni para mis hijos, ni para mis nietos. Con eso me conformo.

—¿Cuál es tu pasatiempo más estúpido?

—¿Tiene qué ser estúpido? Mirar páginas de Internet sobre los Beatles. No porno, porque eso no es estúpido. Releer lo que ya sé de los Beatles en Internet.

—¿Cuál es la cualidad que más desprecias en una mujer?

—¿La cualidad? Tengo que hacer preguntas. Porque, ¿tiene que ser de una mujer? Porque yo te puedo dar una respuesta aplicable a un hombre, también. Porque podría ser que sea estúpida... pero que sea un atributo femenino supuestamente específico... el remilgo, creo que es un elemento de la educación sentimental femenina que por cierto se está perdiendo, por suerte, pero que es muy malo. Para ellas y para ellos.

—¿Cuál es la cualidad que más desprecias en un hombre?

—La prepotencia.

—¿Cuál es el héroe de ficción más deplorable?

—Brave Herat, que no era de ficción, pero bueno. Y como no es de ficción... creo que Superman. Es un error cultural. A Superman habría que suprimirlo.

—¿Cuáles son tus villanos favoritos de la vida real?

—Los ladrones de frutas, los detectives —que son unos sinvergüenzas— y falta un tercero, casi lo tengo... (Ríe)... y los editores.

—¿Qué es Buenos Aires?

—Un signo de interrogación.

—¿Y Argentina?

—Un lugar al que nunca he sabido si pertenezco.