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El verdadero miedo al tiempo

no está en los que llevan sus huellas
como quien lleva su nombre,
ni de quien al mirar su rostro encuentra los sucesos.
El verdadero miedo al tiempo
está en nosotros que borramos con pánico
                                                         sus surcos,
                            somos del tiempo, su descaro.

 

Alineación

Mis pies se baten a duelo con enemigos invisibles y terminan exhaustos,
contemplando inertes el territorio perdido...
Sobre la cama yace, como una hoja encerada, mi blusa nueva,
mientras desde la repisa me saludan, alineados, monarcas mudos.
Todo es grávido.
La lengua declama, entre recuerdos, la simbiosis con un cuerpo
                                                                                            que me alimenta
y un viaje fantasmagórico en la punta de una lanza.
Busco la mitad de mi microcosmos
apretujada en un aerostático globo, entre refriegas de iguales.
Es una calma falsa, sólo uno de nosotros llegará.
No sé si debo esperar que acontezca o tengo que agitar una bandera roja
                                                                en cada vibración de las paredes.
Quiero mi otra mitad, no tengo memoria, sólo un suave deseo,
compulsivo,
como un rayo.

 

Copla del quebrado amor

Vena lírica del arte
que en soledad pronto vierte
espinada,
su dolor de convocarte
en feliz gozo convierte
calcinada.
Tan eternos tus calostros,
tan veraz que no se olvida
y se suman
a los huecos y a los rostros
que van siendo nuestra vida
aun presuman.
Fuga para ti vencida,
pavor que es por ti incendiado,
sueño malva,
que da por igual venida
cabellera, credo o hado
rubia o calva.
El tiempo es como una fuente
que al dar vida le das agua
cielo y frutos.
Y que no haya en tierra, puente
¡ardidos todos en fragua!
¡impolutos!
Religión encuentra su ayo
cuando son y resplandecen
tras de ti
año, luz, lluvia y rayo
mejor son y palidecen
tan por ti
que no es como bien tenida
sino como bien amada
lo excelente.
Da septiembre bienvenida
brinda agosto la morada
bien paciente.
Muy de golpe se acrecienta
cuan invisible se amansa
como fuego;
en rojo cuerpo escarmienta,
en azul velo descansa,
como ruego.
Por un quizás de tu ciencia
palpita el cuerpo de barro
convocado
por desigual consistencia
de corazones y carro
es prendado.
Civil código aceptado,
la loca Juana exiliada,
que corría.
Abelardo al ser castrado,
y Camila fusilada,
que moría.
No hay un límite que encierre
ni dolor en que repares,
tu imposible.
Vena de oro que bien cierre
El corazón que tu pares
¡No es posible!