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México pondrá en línea acervo de su Biblioteca Nacional
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El acta de proclamación de la Independencia de México, el archivo epistolar de Benito Juárez, la correspondencia entre el poeta Carlos Pellicer e intelectuales y políticos de su tiempo, así como los 26 primeros libros publicados en el Nuevo Mundo durante el siglo XVI, se podrán consultar gratuitamente a través de la Biblioteca Nacional Digital de México, que se pondrá en marcha en los próximos días, según se informó el pasado martes 15.

Cerca de un millón de imágenes de seis colecciones del Fondo Reservado de la BNM, institución que desde 1914 resguarda la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), conforman el acervo que estará en línea para beneficio de investigadores, estudiantes y lectores curiosos de México y el mundo, pero también para preservar y difundir la memoria histórica de los mexicanos.

Algunos de los archivos digitalizados por el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la Unam (IIB), a través de la Biblioteca Nacional, fueron declarados en 2002, por la Unesco, “Memoria Regional del Mundo” dentro del programa Memoria del Mundo. Éstos y otros invaluables documentos convertirían a la Biblioteca Nacional Digital en la más completa de Iberoamérica en su carácter de obras bibliográficas patrimoniales.

Rosa María Gasca Núñez, coordinadora de la BNM, asegura que la puesta en línea del portal será un espacio que ofrecerá al lector un acercamiento a la historia y la cultura mexicana mediante el acceso a obras completas y documentos patrimoniales.

La Biblioteca Nacional Digital incluirá cuatro archivos de entre los siglos XVI y XIX: Colección Lafragua, Archivo Benito Juárez, Impresos Mexicanos del siglo XVI y colección Enrique de Olavarría y Ferrari; además de dos acervos contemporáneos: Carlos Pellicer y Lya y Luis Cardoza y Aragón.

“Suman cerca de un millón de imágenes en el portal, que estará a prueba pero abierto en Internet. La idea es que este proyecto siga creciendo y se sigan incorporando colecciones para potenciar la consulta en México y en el extranjero y, al mismo tiempo, preservar todas las obras del Fondo Reservado”, señaló Gasca Núñez.

El trabajo de digitalizar parte de los archivos del Fondo Reservado inició en 2004, los primeros resultados fueron con el Archivo Benito Juárez, que pusieron en línea en 2006 durante el año del Bicentenario del Benemérito de las Américas; pero será en unos días cuando los cibernautas puedan tener acceso a los documentos patrimoniales de México y a su memoria histórica.

Una de las más emblemáticas, por su valor histórico y porque es el acervo más consultado, es la Colección Lafragua, con alrededor de 800 mil imágenes del acervo que reunió José María Lafragua a lo largo de su vida, con lo que se documenta el siglo XIX. Le sigue el archivo Enrique de Olavarría y Ferrari, dentro del proyecto Españoles en México en el siglo XIX y principios del XX, así como los 26 impresos mexicanos del siglo XVI, primeros libros publicados fuera de Europa.

De la época contemporánea, sólo dos archivos, que en tiempos recientes fueron donados a la Unam, están digitalizados al 100%, se trata de las colecciones Carlos Pellicer y Lya y Luis Cardoza y Aragón; la primera rica en correspondencia, manuscritos y poesía de Pellicer y sus contemporáneos; y la segunda, una reunión de documentos y fotografías de la cultura mexicana del siglo XX.

Para la coordinadora del proyecto de digitalización que estuvo a cargo de un equipo comandado por Jorge Arturo Ruedas Mendoza, se digitalizaron las colecciones más significativas para el conjunto del Fondo Reservado.

El anuncio fue hecho en el marco de la celebración de los 140 años de la Biblioteca Nacional de México (BNM), resguardo de la memoria bibliográfica y máximo acervo de la nación mexicana.

Recientemente se constituyó la Asociación Civil Amigos de la Biblioteca Nacional de México, integrada por donadores, intelectuales y académicos, quienes entre otras acciones, apoyarán el desarrollo del acervo digital, y el fortalecimiento de los trabajos de catalogación, automatización y conservación.

Hoy, el acervo de la BNM asciende a más de 1.250.000 unidades entre libros, folletos y documentos, y su Fondo Reservado es el más importante de la nación, pues alberga valiosas obras, como los incunables (libros impresos en Europa en el siglo XV), archivos y manuscritos de personajes como Benito Juárez, Francisco I. Madero o el doctor Atl. En los últimos cuatro años los materiales de este recinto han sido consultados por 105.581 usuarios.

En dicho periodo, su Fondo Reservado ha sido visitado por más de 14.240 personas, quienes han examinado aproximadamente 39.900 de los más de 200.000 volúmenes en este espacio. Por su parte, la Sala Mexicana, una de las zonas donde se encuentran libros de gran valía histórica, como los relativos a la Independencia de México, atesora unos 1.200 ejemplares.

Como parte de sus funciones, la Biblioteca es receptora del depósito legal; adquiere las obras sobre México editadas o producidas en el extranjero; compila la bibliografía nacional y proporciona servicios bibliotecarios y de información.

El acervo se organiza en las colecciones de Fondo Reservado con los documentos más antiguos. También figura la Colección General, conformada por obras monográficas contemporáneas; la Sala de Consulta, que ofrece títulos en estantería abierta, y las Salas Especiales.

La BNM, junto con la Hemeroteca Nacional, es responsabilidad del IIB, dependiente de la Coordinación de Humanidades; ese instituto, como parte de sus tareas, impulsa y realiza la investigación bibliográfica, hemerográfica, bibliotecológica, bibliológica, de archivos y manuscritos, y de estudio de fuentes. Asimismo, prepara, edita y difunde inventarios, guías, índices, catálogos y otros instrumentos que faciliten la labor en la materia.

Hija de la Reforma y del pensamiento liberal, la BNM fue fundada el 30 de noviembre de 1867 por el presidente Benito Juárez en el antiguo templo de San Agustín, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. En ese recinto, se inició la compilación de su acervo con los libros de las bibliotecas de corporaciones religiosas, de la Real y Pontificia Universidad y de donaciones particulares. Fue inaugurada el 2 de abril de 1884, con aproximadamente 91.000 volúmenes.

No fue sino hasta 1914 cuando quedó vinculada a la Universidad Nacional de México, y cuando ésta obtuvo su autonomía en 1929, pasó a formar parte de esta casa de estudios.

Para administrarla y coordinarla, en la década de 1960 se creó el Instituto de Investigaciones Bibliográficas, y en 1979 se trasladó de su antigua sede al Centro Cultural Universitario.

El IIB, en tanto, tiene como antecedente al Instituto Bibliográfico Mexicano, creado en 1899, el cual se formó como parte de la Biblioteca Nacional, con la misión de formar el acervo general del país, que incluyera tanto las obras de mexicanos escritas en el territorio y en el extranjero, así como de autores foráneos.

El instituto desapareció en 1909 y fue hasta el 15 de diciembre de 1967, por acuerdo del Consejo Universitario de la UNAM, cuando se crea el IIB con la función principal de dirigir y coordinar las labores de la Biblioteca y Hemeroteca nacionales. Ésta última posee más de cuatro millones de ejemplares con más del 60 por ciento de su contenido digitalizado.

Fuentes: El Universal (México) • Unam