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5 sonetos de amor

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Vida nueva

Quiero nacer hacia la vida nueva,
al corazón que se abre a la ventura,
quiero ser en virtud de tu figura,
quiero quemarme entero mientras nieva;

tu mirar ver donde mi voz se abreva,
tu llama amar donde el no ser se cura
tu tierra arar, porque es la derechura,
la vía que al amor del cielo lleva.

Quiero comer tu corazón ardiendo,
caminar en la lluvia deseada,
no quiero dejar nada que no entregue

para que no nos vaya así perdiendo:
la viva luz comparta la mirada,
que no quede una sombra que nos niegue.

 

Lluvia

Naciste en medio del abril lluvioso
naciste en ella y en la lluvia vives
y en el agua de lluvia que recibes
ya todo es esplendor maravilloso

llueves un ancho río proceloso
con el barro radiante con que escribes
y si una flor en el pasado inhibes
serás mañana amanecer gozoso

la lluvia llama ardiente en la ventana
llena de lumbre mi mirada oscura
mis ojos y mi voz mi boca muda

la lluvia sube y en tu mano suda
y salta el corazón de rana en rana
y ardiente lava ignota gota pura

 

Amaneces

eres la luz que alumbra floreciente
mi corazón que canta con la aurora
eres el sol que nunca se demora
la claridad del agua de la fuente

inicias tu pasaje por mi frente
desde la noche en que el silencio mora
no duermes incesante roedora
siempre conmigo cuando estás ausente

amaneces el sol de la palabra
soplo en la niebla faro de la luna
y la lluvia en la luz que dulce brilla

el horizonte ante la luz se abra
las hojas se enternezcan una a una
y el aire mueva su canción sencilla

 

Necesito tu voz para vivir

Si el sol se nubla, qué será mi vida.
Habré de anochecer sin tu mirada.
Mi mirada se acuesta enamorada
pálidamente, busca una salida.

Qué será de la senda detenida.
Qué será de la mar ciega y callada.
Qué habrá de ser mi voz, palabra errada,
sombra distante, luz desatendida.

Necesito tu luz para nacer.
Necesito tu voz para vivir.
Necesito tu vida para ser.

Sólo contigo empezaré a existir.
Sólo contigo vuelve a amanecer.
Sólo contigo viene el porvenir.

 

Tiemblo

Si el corazón toda su lluvia mueve,
¿superará la muerte que le encierra?
¿podrá brotar la vida de la tierra?
Ya el sol con toda su esperanza llueve.

¿Se llevará mi corazón la nieve
o el miedo vencerá que todo cierra?,
¿descansará jamás la santa guerra
que agrava al corazón de sangre leve?

La sangre se conmueve amaneciente,
llena mi pecho el canto de la aurora
con su rojo manar de viva fuente.

Todo lo llevará la destructora
luz, arrasando el barro de mi frente,
con su voz que radiante me enamora.

 

Escuche amor mientras el odio suena

Señor, dame tu gracia en esta hora,
déjame ver, Señor, déjame verte
cómo nos das la vida con tu muerte
y al corazón su llama redentora.

Da luz al alma de la que es señora
tu voz, mi débil corazón haz fuerte,
haz que sea agua y pan la piedra inerte
y retoma mi ser, que es tuyo ahora.

No se pierda entre piedras mi premura
y escuche amor mientras el odio suena,
no beba sombra, sino sea pura.

Sienta romper el hombre la cadena
que le aferra, mortal. En tu estatura
vuele libre, inmortal: hueco que llena.

 

Viernes Santo

Todo es desolación, todo amargura,
hoy ha muerto la luz, la luz del día,
hoy lo que era esperanza y alegría
es sólo muerte bajo piedra dura.

Ha desaparecido el agua pura,
qué silencio mortal, qué noche fría,
no hay vida, no hay verdad, no hay sol, no hay vía,
el día yace bajo sombra oscura.

La tierra cubre toda la esperanza,
murió la vida y en su hueco cierra
lo que estaba en la mano y no se alcanza.

No sé qué más podrá decir la tierra,
ni si un viento de bienaventuranza
desarmará la muerte que se entierra.

 

Resurrección

La semilla ha bajado a los infiernos
y ya nace sin fin la maravilla:
rompe la tierra abierta la semilla
surtiendo un agua o vino o cielo eternos;

la llama enciende luces para sernos,
y brilla, brilla, brilla, brilla, brilla,
y es todo luz el mar de una a otra orilla,
y eterna primavera los inviernos;

la muerte ha muerto derrotada y muerta,
sólo cáscaras quedan de la tumba,
vence la vida cierta, y desconcierta

con su inmenso fulgor, y amor retumba
desde este Dios con la ventana abierta,
oh amor descomunal, oh sol que zumba!