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Más de cuatro mil niños jugarán con poesía en la casa de García Lorca
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Música, pintura, teatro y poesía se unen en unos talleres para los más pequeños, último ciclo de Educación Infantil y dos primeros cursos de Primaria, en la Huerta de San Vicente, en Granada (España), desde finales del pasado mes de febrero.

“Poesía para empezar”, título de la actividad, reunirá en esta edición a más de 4.000 escolares, procedentes de unos 70 centros, en torno a la que fuera residencia veraniega de los García Lorca, con el apoyo de la delegación de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía y la Fundación Caja Madrid. “Pretendemos introducir a los alumnos en la poesía a través de las artes plásticas y mostrarles los valores lorquianos”, señaló el delegado de Educación, Antonio Lara.

El Colegio Medina Elvira de Atarfe fue el primer centro en disfrutar de esta actividad, que tiene nuevos contenidos y planteamientos. Los niños, nada más llegar a la Huerta de San Vicente, se dividen en cuatro grupos, que se corresponden con otros tantos espacios destinados a la música, la poesía, el teatro y las artes plásticas.

Los pequeños visitantes son recibidos con un espectáculo de guiñol, una adaptación libre de La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón, obra para títeres que García Lorca, Falla y Hermenegildo Lanz realizaron en 1923. “¡Y dale con la maceta! ¿Es que acaso eres poeta..?”, le responde en una ocasión la niña Irene a la insistente pregunta del príncipe: “Niña que riegas la albahaca, ¿cuántas hojitas tiene la mata?”. Es el primer contacto con la poesía y con el mundo lorquiano de los escolares. A partir de ahí, cada grupo de niños se dedica a la materia seleccionada.

Luis Melgarejo, poeta y ganador de un premio Hiperión por El cepo, es el monitor de poesía. “Les enseñamos los trucos que tenemos los poetas, porque no somos profesores y les preguntamos si alguna vez han leído poesía o escrito alguna”, indicó el joven monitor. “Les comento que las palabras son los ladrillos de la poesía y luego nos ponemos unas gafas poéticas para ver los árboles como ‘peines del viento’ y explicarles las metáforas”, añadió. Además, se les da a los niños un cuaderno de poeta, para empezar sus primeros versos.

Luis Britos es el monitor encargado de las actividades teatrales, donde los niños desarrollan la expresividad “a través de situaciones cotidianas que ellos mismos interpretan, aunque representamos algunos ‘gags’ ”. Los niños participan en una boda, en un partido de fútbol con un falso lesionado y representan la escena del gamberro que pone un petardo y demás situaciones.

Diego Neuman, quien se encarga del apartado musical, dice que lo mejor es usar el cuerpo de los niños como forma de expresión, “y al final acabamos creando una canción”.

La creación de un gran mural sobre al fachada de la Huerta de San Vicente es la actividad destinada a las artes plásticas, pero antes se les explica la importancia de los colores y los materiales, en una actividad que dirige Duha Escudero.

Además, a los niños se les hace entrega del “pasaporte artístico”, un documento que premia el trabajo realizado por ellos y que certifica su participación.

Fuente: Ideal