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Orlando: la literatura está por encima de gobiernos y de ideologías
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El escritor cubano Antonio Orlando Rodríguez recibió este viernes 18 de abril de manos del presidente del Grupo Prisa, Ignacio Polanco, el premio Alfaguara de novela 2008 por su obra Chiquita, y consideró “increíble” que, aunque lleve 17 años fuera de su país, la población de la isla no pueda conocer una noticia que “es un galardón a la literatura cubana”.

El autor se declaró sin embargo “feliz” de que un destacado jurado literario, que estuvo presidido por el escritor nicaragüense Sergio Ramírez, apostara por una narración que insiste en que “los pequeños, sean seres humanos o sean naciones, tienen derecho a ser escuchados y respetados, porque a fin de cuentas la grandeza no tiene tamaño”.

El acto se abrió con un video de homenaje a la memoria de Jesús e Isabel de Polanco, padre e hija, “a quienes tanto debe la existencia de este premio”, recordaron los organizadores. El video mostró imágenes de ambos en diversos momentos de su actividad, con autores del sello como García Márquez o Saramago, y en medio de un emocionado silencio.

Un silencio cortado por las notas al piano del álbum Lágrimas negras, de Bebo Valdés y El Cigala, que escuchaba allí presente, junto a otros miembros de la familia Polanco, escritores, actores, políticos y gentes del medio editorial y literario.

Sergio Ramírez leyó el acta del jurado que otorgó el galardón a “una novela que trata de cotejar verdad y exageración de cada peripecia” y cuenta la historia “real e increíble” de Chiquita, una pequeña gran mujer que logró convertirse en una estrella que deslumbró al mundo.

Ángeles González-Sinde, miembro del jurado, celebró que Orlando “nos haya dado la oportunidad de entrar en la vida de una persona como Chiquita, de conocerla por dentro, sus errores o sus torpezas, y de encontrar soluciones que siempre son para todos muy parecidas”.

Orlando, que vive en Miami, dijo que su novela privilegia “la fantasía, el gusto por la peripecia y el humor” y, entre los agradecimientos, incluyó “a mi querida compatriota Espiridiona Cenda (Chiquita), la muñeca viviente, por entrar intempestivamente en mi vida y permitirme recrear la suya reinventándola a mi antojo desde la libertad de la ficción”.

El escritor lamentó el desinterés de las autoridades culturales cubanas por el triunfo de Chiquita. “Siento que este galardón no es sólo para Antonio Orlando, sino también para la literatura cubana, y es que la literatura está por encima de gobiernos y de ideologías”.

El premio, que cumple su IX edición, está dotado con 175.000 dólares (118.150 euros) y una escultura de Martín Chirino, y el jurado, integrado también por Jorge Volpi, Guillermo Martínez, Ray Loriga y Juan González, eligió —entre 511 manuscritos inéditos— una obra que calificó de “a la vez elegante y llena de vida”.

“Una novela con una notable gracia narrativa”, señala el acta, “y una imaginación sin descanso que despliega, como una inmensa partitura de ejecución precisa, la época y la vida de un personaje extraordinario, la liliputiense cubana Espiridiona Cenda, bailarina y cantante de los teatros de variedades de principios del siglo XX, llamada en su vida artística la muñeca viviente”.

Por detrás —añade más adelante el acta— se deslizan sombras de decadencia, desengaños o “el drama íntimo de una artista que no quiere resignarse a ser exhibida como un mero fenómeno de circo”.

El premio, con vocación y proyección en todo el ámbito de la lengua española, logra una difusión internacional de primer orden, apoyado por la edición simultánea de las obras ganadoras.

Fuente: EFE