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Falleció el poeta Eugenio Montejo
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Ayer jueves 5 de junio, en horas de la noche, falleció a los 69 años el poeta venezolano Eugenio Montejo, quien había sido hospitalizado desde la semana pasada en el Centro Policlínico Valencia, de la capital del estado Carabobo, donde se encontraba en terapia intensiva a causa de un cáncer en el estómago que lo aquejaba desde hacía varios meses.

Nacido en Caracas en 1938, se caracterizó por la rica gama textual y el gran dominio de las formas, constituyéndose en un gran representante de la poesía suramericana. Publicó, entre otros, los poemarios Élegos (1967), Muerte y memoria (1972), Algunas palabras (1977), Terredad (1978), Trópico absoluto (1982), Alfabeto del mundo (1986), Adiós al siglo XX (1997), Partitura de la cigarra (1997) y Papiros amorosos (2002), así como los libros de ensayo La ventana oblicua (1974), El taller blanco (1983) y El cuaderno de Blas Coll (1981). Su más reciente poemario, Fábula del escriba (2006), fue publicado en España y México, pero no ha sido reproducido editorialmente en Venezuela, como tampoco sus obras completas.

Montejo fue fundador de la revista Azar Rey, cofundador de la revista Poesía, de la Universidad de Carabobo (UC), casa de estudios que, al igual que la Universidad de los Andes (ULA), le confirieron el doctorado honoris causa a este hombre de letras como un modesto homenaje a su trayectoria literaria.

También fungió como investigador en el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y colaboró de manera cercana con gran cantidad de revistas nacionales y extranjeras, trayectoria que le valió el Premio Nacional de Literatura en el año 1998. En octubre de 2005 obtuvo el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo, donde pronunció su discurso “Honor, alegría y responsabilidad”, una semblanza de su vida artística.

Quizás su obra logró la mayor trascendencia fuera de las fronteras venezolanas con la mención que de un poema suyo hace el actor Sean Penn en la película 21 gramos, del director mexicano Alejandro González Iñárritu: “La tierra giró para acercarnos / giró sobre sí misma y en nosotros / hasta juntarnos por fin en este sueño”, fue el extracto de los versos que dieron la vuelta al mundo a través de la pantalla grande.

Montejo recibió importantes galardones por su obra literaria y sirvió en el campo diplomático como embajador en Lisboa durante varios años, tiempo en que se convirtió en especialista de la obra de Fernando Pessoa.

Justamente de Pessoa tomó la afición por los heterónimos, y con el de Eduardo Polo publicó el poemario para niños Chamario (2004), editado por Ekaré e ilustrado por Arnal Ballester. Esa “poesía para chamos”, y de allí el título, se caracteriza por la ruptura con las convenciones, como por ejemplo la rima, que respeta y destruye al mismo tiempo: “Un niño tonto y retonto / sobre un gran árbol se montó. / Con su pelo largo y rubio / hasta la copa se subió”; el juego con las palabras: “La bici sigue la cleta / por una ave siempre nida / y una trom suena su peta... / ¡Qué canción tan perseguida!”.

Recientemente, Montejo también mostró su preocupación por la situación de la literatura en el país, en el marco de la Revolución Bolivariana. A pocos días del incidente entre el presidente Hugo Chávez y el Rey de España, el escritor declaró que en Venezuela existía una “censura velada” a los medios de comunicación y una “situación poco favorable para los intelectuales”. Denunció que Chávez impulsaba la “literatura propagandística” y que “ha retirado su apoyo a todas las editoriales que no comulgan” con sus ideas.

Los restos del poeta Eugenio Montejo están siendo velados en la capilla Gran Salón de la Funeraria Abadía Imperial, en la avenida Bolívar de Valencia, y serán sepultados mañana sábado 7 de junio a las 9 de la mañana en el Cementerio Jardines del Recuerdo.

Fuentes: El NacionalEl UniversalNotitarde