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Gilberto Gil renuncia al Ministerio de Cultura de Brasil
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El popular cantautor brasileño Gilberto Gil renunció este miércoles 30 de julio al Ministerio de Cultura de su país, del que era titular desde enero de 2003, para volver a dedicarse a la música. La renuncia fue formalizada en una reunión con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien según el cantautor la aceptó.

“Me sentía con el ciclo cumplido y quería apartarme. Sentía una presión mayor de mis actividades artísticas, que se acumulaban”, dijo Gil, quien reconoció que quería renunciar desde 2006, pero que sólo ahora, la tercera vez que se lo pedía, Lula lo aceptó, sintiéndose “más tranquilo con la transición”.

El secretario ejecutivo del ministerio, Juca Ferreira, asumirá la cartera, dijo Gil. “Permanecí siendo artista desde el primer día de ministro en 2003”, agregó. “Necesito tiempo ahora para continuar haciendo lo que más me gusta en la vida, que es cantar”, había dicho a fines de 2007, aunque luego retrocedió y anunció que seguía en el cargo.

“Gil tuvo una recaída porque volvió a ser un gran artista, volvió a priorizar lo que es más importante”, dijo Lula poco antes de la reunión, cuando indicó que Brasil no debería prescindir de su música.

Al frente del ministerio, desde el que defendió causas como la legalización de las drogas o los derechos de los autores, Gil alternó su actividad política con la de músico, componiendo y ofreciendo conciertos.

El músico-ministro llegó a proponer un anteproyecto de ley del Audiovisual que generó gran polémica por ser considerado dirigista e intervencionista en algunos sectores.

La comisión de Ética del gobierno apenas le exigió que ejerciera de cantante en su tiempo libre y que pidiera permiso al presidente Lula para hacer sus giras al exterior, pero ahora, según él, los compromisos se iban acumulando.

Gil nació en 1942 en el estado de Bahia, cuna de grandes músicos brasileños como el pionero de la bossa nova, Joao Gilberto, o como Caetano Veloso, Gal Costa y Maria Bethania, con quienes tocó muchas veces. Con Veloso compartió el origen de la Tropicalia, y ambos fueron detenidos al final de 1968 durante la dictadura, exiliándose en Gran Bretaña al año siguiente.

Con más de cuarenta discos en su haber, Gil comenzó su carrera como músico de bossa nova. Defensor de la democratización y popularización de la cultura y fan de lo nuevo, incorporó ritmos africanos, estadounidenses y del reggae, y sumó la protesta política y social a su discurso.

De su gestión al frente del ministerio de Cultura, la escritora Clara Arreguy ha dicho que avanzó en lo que más se le critica: la “inversión de las prioridades, del centro a la periferia, de lo consolidado a lo que busca su lugar del sol”.

Fuente: AFP