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Rubén Bonifaz Nuño recibe la Medalla de Oro del Inba
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La directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México (Inba), María Teresa Franco, entregó el pasado miércoles 5 de noviembre la Medalla de Oro Bellas Artes al poeta mexicano Rubén Bonifaz Nuño, en reconocimiento a su obra y a su legado académico.

En la ceremonia, que se llevó a cabo en el Museo Nacional de Arte (Munal), el poeta estuvo acompañado por distinguidos compañeros y amigos de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), que ha sido, como lo afirma el poeta, “no sólo mi casa, sino mi vida”.

Por ello, entre los asistentes estaban el actual rector de la Unam, José Narro, el ex rector Jorge Carpizo, el poeta Alí Chumacero, el director general del Archivo General de la Nación, Jorge Ruiz Dueñas, el antropólogo Eduardo Matos Moctezuma y el coordinador de difusión cultural de la Unam, Sealtiel Alatriste, entre otros escritores e intelectuales que se dieron cita para acompañar al poeta y maestro.

En la mesa de presentación intervinieron los poetas Eduardo Lizalde, Juan Gelman (Premio Cervantes de Literatura 2007) y tres de los escritores mexicanos que emprendieron junto a Rubén Bonifaz Nuño una gira poética organizada por Carlos Montemayor, y que culminó en Nueva York en 1982.

Precisamente ese viaje fue el recuerdo con que comenzó René Avilés Fabila, quien remarcó la importancia de lo que significó para él y sus compañeros la presencia luminosa de Bonifaz Nuño entre ellos. Abonó a esos recuerdos Sandro Cohen, que además hizo énfasis en la labor docente del poeta, pues “aunque no puede hablarse de una escuela bonifaciana, pese a todo, nos ha enseñado siempre que el oficio es sagrado”.

Marco Antonio Campos, por su parte, recordó con anécdotas graciosas y nostálgicas su andar por los Estados Unidos al lado del poeta. Aludió también a la “historia poco conocida de cuando Rubén Bonifaz rechazó ser rector de la Unam, para no dejarse consumir por el poder y permanecer con una conducta sin mancha”. Al final le recitó un poema que recupera esa pulcritud: “...y reclamaremos de él / la llama moral / y que la oscuridad no sea”.

Lizalde, por su parte prefirió aludir a la brevedad, “para no convertir esto en un potro de tortura en vez de un trono de oro”. Se dio tiempo para elogiar la obra de Bonifaz Nuño, “a quien conozco de memoria desde que era joven”; destacó la eminente labor del poeta como traductor de versos clásicos llevados al español, “como un intérprete genial de un oído extraordinario”. Finalizó con la lectura de unos versos de su poemario La zorra enferma inspirados en el poema de Bonifaz Nuño La flama en el espejo.

Al tomar la palabra, Juan Gelman leyó un texto donde descubrió su sentir hacia la poesía de Bonifaz Nuño: “poesía que celebra y alumbra estos días cada vez más oscuros, que anda por las galerías ciegas de nuestro fuero interior, que reorganiza el caos con loca exactitud...”.

Por último, Bonifaz Nuño, que había permanecido inmóvil entre sus presentadores, ataviado con su elegante chaleco dorado que utiliza en las ocasiones especiales, con distintivos en la solapa del saco de la bandera de México y el escudo de la Unam, recitó un par de poemas de Fuego de pobres, “poemas que sé de memoria, a lo mejor porque me dio poco trabajo hacerlos”.

Al término de su intervención, el público aplaudió de pie al laureado poeta, que se levantó para agradecer el reconocimiento. Posteriormente, María Teresa Franco entregó la Medalla de Oro Bellas Artes, máximo reconocimiento que otorga el Inba a los artistas mexicanos.

Fuente: El Universal