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El poeta centenario Victoriano Crémer recibe el premio Gil de Biedma
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Victoriano Crémer (Burgos, 1907) protagonizó el pasado 19 de noviembre el acto de entrega del decimoctavo premio de poesía Jaime Gil de Biedma. Y lo hizo con una “homilía laica” en la que trazó un recorrido irónico y profundo por su dilatada trayectoria vital, pareja “al tiempo histórico más alterado y convulso de toda la historia de España”, según dijo tras recibir el galardón de manos del presidente del jurado y de la Diputación Provincial de Segovia, Javier Santamaría.

Gonzalo Santonja, el coordinador del premio, dijo al hablar de los galardonados: “La noticia de la edición de este año, la verdadera noticia, es que Victoriano Crémer, el ‘último jinete’, sigue cabalgando con el alba y a corazón abierto”.

Crémer, quien reside en León y cumplirá 102 años este mes, recibió el premio por su obra El último jinete. Según Santonja, la poesía de Crémer sigue teniendo “una raíz y un aliento biográfico” incontestable, como se demuestra en este último libro que, a deducir de las palabras del poeta, no será el último. Crémer recibió una escultura de Cossío y un cheque de 10.000 euros.

“El último jinete es el último libro que voy a escribir”, aseguró Crémer, quien por ello atribuye a este libro un “significado especial. El significado de la despedida”. El libro es “un homenaje a la tierra en la que he vivido”. Lo definió también como “la síntesis general de una manera de entender no sólo la literatura y la poesía, sino la vida”. Un libro lleno de emoción y con el poso de quien, con un siglo de vivencias, está a bien consigo mismo. Porque, en su opinión, “un libro de poesía es el afán de un poeta que intenta decir lo que siente”.

A propósito del galardón, uno de los más prestigiosos en el ámbito de la poesía, Crémer confiesa tenerle “cierta afición, por la gente que ha contribuido a dármelo. Ya se sabe que el que tiene padrino, se bautiza; y el que no, se queda judío. Soy un afortunado, pero el mérito es de los que se reúnen y de común acuerdo deciden concederle el premio a uno que anda por ahí humilde y errante”.

El director de la Real Academia de la Lengua (RAE) y miembro del jurado, Víctor García de la Concha, explicó el pasado mes de junio, tras el fallo del premio, que “es un libro escrito desde la última vuelta del camino, un repaso a la vida, pero con la misma actitud apasionada de los primeros libros de Crémer”.

Como anécdota, García de la Concha dijo haber intuido, cuando estaba leyendo El último jinete, que el autor era Crémer, por un detalle muy revelador de la personalidad del poeta leonés: “Había utilizado la misma máquina de escribir que la que empleaba en los años cincuenta”.

Por su parte, Santamaría subrayó que en esta ocasión el Gil de Biedma se ha visto prestigiado por el ganador, un hombre “con una vida llena, plena y coherente, una vida llena de vida. El premio Gil de Biedma se honra, se siente privilegiado con este ganador. Para él nuestro reconocimiento y aplauso”. Santamaría destacó la calidad de las obras presentadas, lo que dificultó sobremanera la labor del jurado.

El Gil de Biedma tiene además dos accésit que en esta ocasión han recaído en Ángeles Mora y en Eduardo Fraile. La primera logró el galardón gracias a su trabajo Bajo la alfombra, ejemplo, en palabras de Gonzalo Santonja, de poesía rehumanizadora e introspectiva. Mora no pudo asistir a recoger su premio, consistente en una escultura de Cossío y 3.000 euros.

Sí lo hizo Eduardo Fraile, que obtuvo el accésit gracias a su poemario titulado La chica de la bolsa de peces de colores. Fraile, nacido en Madrid en 1961 pero afincado en Valladolid, reveló que los poemas de este libro están dedicados a su madre, “pues ella me dio el ser, pero también me enseñó a leer”, dijo antes de recoger la escultura y el cheque por valor de 3.000 euros.

Santonja aseguró que se trata de tres obras “muy cabales” que representan “tres modos muy distintos de entender y practicar la poesía en español”. Por ello, destacó que la decimoctava edición del Gil de Biedma “ha sido una de las más afortunadas” de las celebradas hasta el momento.

Durante la ceremonia de entrega, que tuvo lugar en el salón de actos de la Diputación Provincial de Segovia, se recordó la figura del escritor y periodista Juan Manuel González, ganador de la edición del 2006 del premio Gil de Biedma, que falleció el pasado mes de junio.

Fuentes: Diario de LeónNorte de Castilla