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“La ciudad de las noches sin estrellas”, de Rubén AlfonsoLa ciudad de las noches sin estrellas
Rubén Alfonso, un nombre que comienza bien en la literatura actual

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Reconocer el nacimiento de los nuevos talentos es una tarea que deberíamos mantener muy activa todos aquellos que de un modo u otro tenemos la posibilidad de promover. Es por eso que hoy comentaré sobre una de las últimas novelas publicadas bajo el sello editorial Voces de Hoy; me refiero a la ópera prima de Rubén Alfonso, joven de origen cubano que se presenta a la palestra literaria con su novela La ciudad de las noches sin estrellas.

Rubén es sin lugar a dudas un escritor innato, cuya habilidad para contar se pone de manifiesto en las páginas de su libro. Él logra llevarnos a descubrir la esencia de cada personaje, usando como hilo conductor a Ernesto, un emigrante cubano que sale en busca de un sueño o de varios, porque en realidad este personaje busca el poder de decidir, algo que sólo se logra cuando se navega entre las puras aguas de la libertad. Este hombre, que también pudo llamarse Pedro, Juan, Camilo o Rubén, se muestra con el desenfado de su juventud, que en momentos lo convierte en el Don Juan latino del siglo XXI y lo lleva a la búsqueda morbosa del amor de una mujer, cuyos rostros se matizan en las figuras protagónicas de Andrea, Patricia y Jade, donde cada una de ellas tiene su propia historia, con sus sueños y frustraciones.

La ciudad de las noches sin estrellas es de esas novelas de rica lectura, de esos libros que caen en tus manos y se te van como agua fresca de manantial abierto. En sus líneas se desenredan diferentes personajes que apenas sin proponérselo nos llevan a una reflexión pausada, sin grandes aspavientos, más bien íntima, de acuerdo al caso específico de cada lector, y esto se debe a que muchas de las vidas de estas mujeres y hombres son un poco también la nuestra.

El sexo, el morbo y el factor sorpresa son tres elementos que se ubican con acierto dentro de la trama. Alfonso sabe andar muy bien por los vericuetos de la novela, doblando esquinas y tomando por asalto grandes avenidas en las que siembra hermosas flores, al usar una prosa que en momentos se convierte en poesía, pero una poesía de hoy, de luces cotidianas que alumbran nuestras lamparitas de la mente, como dirían en la India. Muestra de ello se puede disfrutar cuando Patricia lee una carta que le envía Ernesto y, al terminarla, mira al cielo en busca de una sola estrella para pedir un deseo.

La novela cuenta además con un excelente prólogo de la reconocida escritora cubana Carmenluisa Pinto, con un diseño interior y edición general de Josefina Ezpeleta y con el espectacular diseño de cubierta de Juan José Catalán. Creo que Rubén Alfonso reunió a muy buenos talentos para presentarnos su primera obra.

Mi propuesta ya está hecha, ahora sólo queda que los amantes a la lectura se lleguen por las librerías a buscar la novela, o desde la comodidad de su casa la adquieran a través de la página personal del autor dentro del sitio web de la casa editorial Voces de Hoy, y les aseguro que tendrán el privilegio de leer a un novel escritor de quien, estoy convencido, escucharemos hablar con frecuencia en un futuro no muy lejano.