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Colección El Solar: el cuento colombiano vive

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Nota del editor
Veinte títulos conforman la Colección El Solar, con la que la Escuela de Estudios Literarios de la Universidad del Valle retrata el momento actual del cuento en Colombia. Hoy presentamos a nuestros lectores el texto con que el escritor colombiano Fabio Martínez presentó la colección en la pasada Feria Internacional del Libro de Bogotá.

Desde don Tomás Carrasquilla, la tradición del cuento colombiano es una fuerza incuestionable que continúa enriqueciendo nuestro legado literario. Ni la negligencia por parte de las editoriales comerciales, que siempre lo vieron como un género menor, ni los espacios que fue perdiendo en los magazines literarios, hasta hacerlo prácticamente desaparecer, ni tampoco el desprecio de la crítica literaria, han socavado el inmenso poder que tiene el cuento en el corazón de los seres humanos.

Heredero de una cultura oral y milenaria, el cuento es el género exquisito por excelencia, el cual hunde sus raíces en las profundidades de lo popular para convertirse en ficción literaria. Todos los pueblos del mundo iniciaron su paso de lo crudo a lo cocido gracias a los relatos que iban de boca en boca y de pueblo en pueblo.

En nuestro país, esta tradición literaria se remonta a los relatos de nuestros antepasados y a las leyendas que cada pueblo iba inventando como un alimento del espíritu. El fantasma de Francisco El Hombre continúa, felizmente, rondando en nuestros corazones. De allí viene nuestra literatura; esta es la cantera literaria de la que bebieron Gabriel García Márquez y Carlos Arturo Truque, Hernando Téllez y Pedro Gómez Valderrama, Laura Restrepo y William Ospina, Andrés Caicedo y Juan Gabriel Vásquez. En cada pueblo, en cada ciudad y en cada región, hoy podemos contar con un puñado de narradores quienes, fieles a este legado, continúan escribiendo bellos cuentos y relatos, enriqueciendo, de esta manera, nuestra herencia literaria.

En esta ocasión, la Escuela de Estudios Literarios perteneciente a la Universidad del Valle ha querido hacerle un homenaje al cuento colombiano, a través de la Colección El Solar. ¿Por qué este nombre? Porque el solar fue el espacio simbólico donde crecimos varias generaciones de escritores. El solar era el espacio emblemático de nuestras casas y por allí discurrió nuestra primera educación sentimental: el solar, cuyo dios incuestionable es el astro sol, con sus rayos que dan luz y conocimiento. Pero también la Escuela de Estudios Literarios quiere, de alguna manera, retomar el camino que infortunadamente abandonaron las editoriales comerciales. Ante la bruma en que hoy se encuentra el canon literario, el cual ha terminado siendo impuesto por las editoriales comerciales y las pequeñas mafias de los concursos literarios, la academia hoy está especialmente destinada a dar luces de navegación. En nuestros días, la academia no sólo ha de tener como objetivo principal el pensar y estudiar la literatura, sino que debe, asimismo, orientar al lector y hacer nuevas propuestas literarias.

En esta dirección, la Colección El Solar, que se coció a fuego lento en los talleres de la imprenta de nuestra Facultad de Humanidades y cuyas carátulas están ilustradas con la obra del artista caleño Ever Astudillo, trae al lector veinte títulos de autores colombianos. En ella confluyen tres generaciones de escritores.

En primer lugar, el lector se podrá acercar a tres escritores como son Alonso Aristizábal, Marco Tulio Aguilera Garramuño y Consuelo Triviño, quienes llevan más de veinte años en el oficio literario. En segundo lugar, la colección presenta a una generación intermedia que ha vivido y ha viajado tras las huellas de la literatura, y que hoy se abre camino en el arduo campo de este oficio. Muchos de estos autores alternan su labor de escritura con el ejercicio de la docencia universitaria. Me refiero a Lina María Pérez, Alejandra Jaramillo Morales, Alejandro José López Cáceres, Óscar Osorio, Guido Tamayo, Alfredo Vanín, Carlos Flaminio Rivera, José Ignacio Izquierdo, Gabriel Jaime Alzate, Eduardo Delgado, José Zuleta y Lucía Donadío. Asimismo, El Solar hace énfasis en visibilizar el trabajo literario escrito por mujeres, que siempre estuvo borrado por el canon; aparte de las mujeres antes mencionadas, me refiero a Gloria Inés Peláez y Amparo Suárez Anturi. Y finalmente, la colección quiere destacar las propuestas de jóvenes escritores como Ángela Rengifo y Rodolfo Villa, quienes comienzan a descollar en el panorama nacional.

Estos veinte autores fueron seleccionados por un Comité Editorial que tuve el privilegio de presidir junto con el poeta Julián Malatesta y la profesora María Eugenia Rojas. Allí descubrimos varios aspectos que es necesario mencionar: uno, pese al ninguneo del género por parte de las editoriales comerciales, el cuento sigue vivo en el corazón de los lectores; dos, es trabajo de la academia repensar continuamente la literatura y proponer nuevos cánones que vayan más allá de los fines estrictamente comerciales o mediáticos; tres, nuestra literatura, representada en el cuento, sigue siendo vigorosa, múltiple y diversa, tanto en sus propuestas temáticas como en su lenguaje.