Para brindar ahora
Homenaje a Pedro Lastra.
Para Raúl Diego y Denis Pech.
Después diremos que hemos sido jóvenes,
que salimos en aviones a buscar palabras
y muchachas nuevas.
Que nos sentamos
la belleza en las rodillas, la encontramos amarga
y la injuriamos.
Después diremos que hemos sido mercenarios
de calles largas y licorerías.
Diremos que hemos despertado alegres.
Que una mañana desnudamos la poesía
y allí, frente a su cuerpo irregular y enorme
difícil de preñar
hemos tenido el miedo y el deseo
de que todo
termine.
Diremos
que nos hemos conformado
con hacer literatura:
quisimos armar piedras
quisimos fundar tigres
quisimos construir un templo de ceniza
y alimentar su hoguera.
Después diremos
que dejamos el lenguaje, que no nos hizo falta
y partiremos, viejos y cansados
callándonos que todo
es una gran mentira.
No es aquí
Varado en lenta, ennegrecida estancia
en que se aduermen horas y llovizna
voy a negar la casa.
No admitiré que estoy compuesto de oquedades,
a confesar que me hacen falta abuelos
y mi hermana que parece
siempre a punto de parir.
Apuntaré: afuera sopla el viento, se evaporó la nieve
y el pordiosero sale de sí mismo...
Diré que escribo con entera libertad
pero será mentira.
No es éste el sitio
de decir lo que uno extraña.
No es aquí.
Mi madre mira su ventana y dice llueve
miro afuera
realmente está lloviendo dice
cuando niño te buscabas charcos
para ver las nubes abro mi ventana
todo huele como a sabor de jícama
colgamos el teléfono salimos a la puerta
sonreímos
como si viéramos la misma lluvia
Escrito en oquedad
I fall in love too easily, Miles Davis
Afuera, corazón
quédate afuera
no nades en mi pecho
tuércete
respira
como pez fuera del mar
pero también de ella
no mueras, sin embargo
y calla
no renuncies
aprende a consumirte
y no solloces
duerme.
Afuera, corazón
quédate afuera
no vengas a buscarla.
Round midnight
And I lost in the morning mist
of an age at a riverside keep
wandering in the mystic rhythm
of jungle drums and the concerto.
Gabriel Okara, Piano and drums
El Arquitecto calla, piensa. Planea
juntar las puntas de la media noche
para hacer de nuevo el puente
entre tu voz y tu verdad primera.
...el inicio es torpe. Borro y escribo:
Thelonius Monk ató puntas de la media noche
para tender la melodía que funciona
como puente de tu voz
al grito primigenio.
Acaso ha mejorado. Sigo escribiendo pero entonces apareces. Entras al cuarto y a pesar de que te veo de frente, prefiero la otra imagen que hay en el espejo, la variación del vidrio boquiabierto junto a ti.
...me detiene boquiabierto: evidente efectismo. Pongo de nuevo esa canción del Arquitecto y dejo que te vayas. Continúo:
Thelonius Monk ha atado los extremos de la media noche
para iniciar la variación de los andamios
que se alargan de tu hablar
a tu gemir de orgasmo al primitivo
tiempo de los otros los pre-humanos
que se aman contemplando el fuego
Thelonius Monk armó la media noche circular
y entonces la ternura más rudimentaria
se apropió de ti te convirtió en la imagen
del primer amor que es casi el eufemismo
de quedar en celo es casi ronda casi
día siguiente
...la canción termina pero alguna variación es todavía posible. Callo. Imagino al arquitecto componiendo partituras que sirven nada más para salir o para entrar en ellas. Pongo play:
pensaba
unir las puntas de la media noche
y la ternura más homínida posible
el más elemental amor te vio las manos
y pensó en dejarlas en la piedra para siempre
en invocarte como a la cacería y te volvió rupestre
y te dejó en la cueva del amor original
del eufemismo de quedar en celo
de ser Thelonius Monk haciendo los andamios
que se alargan de tu voz a los aullidos de tu risa
hacia el temblor de orgasmo
y vas del piano al tambor y vas también
en dirección contraria
Caigo en cuenta
de que el puente es una forma de la eternidad
que el Arquitecto escribe los reflejos de tu rostro
cuando entras por la puerta tu precisa variación
tus puntos tus momentos de llegada
o de partida.