Sala de ensayo
Esmeralda Santiago
Esmeralda Santiago.
Percepción de la identidad híbrida en la novela Casi una mujer, de Esmeralda Santiago

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Soy lo que soy
Una hija de las Américas
Una mestiza de piel clara del Caribe.
Una hija de muchas diásporas, nacida en este continente en una encrucijada
Soy puertorriqueña. Soy americana de los EEUU.
Soy Nueva York, Manhattan y el Bronx.
Nacida del monte, crecida en el campo, como una niña jíbara,
Del shtetl, una judía puertorriqueña de California...
Boricua. Como las boricuas vienen de la isla de Manhattan.

Rosario Morales
Aurora Levin Morales

Las constantes olas emigratorias hacia los Estados Unidos ponen en contacto una variedad de culturas, lenguajes, ritmos y creencias religiosas. Esto da como resultado individuos y comunidades híbridas, biculturales, que muestran una gama amplia en todos estos aspectos.

Con el expansionismo norteamericano, Puerto Rico pasa a ser parte del imperio dominante, y poco después los puertorriqueños pasan a ser ciudadanos estadounidenses. A partir de este momento, se incrementan los procesos migratorios desde la isla hacia el continente. Este constante movimiento entre el continente y la isla puertorriqueña crean una cultura puertorriqueña en movimiento, la cual se enriquece mutuamente de estas dos fuentes culturales.

Según Vanessa Vilches Norat, las obras literarias de Esmeralda Santiago plasman las vicisitudes y los conflictos internos y externos que los emigrantes tienen que vivir en la cultura hegemónica de los Estados Unidos. Dentro de estas obras se encuentra la trilogía de memorias que incluye Cuando yo era puertorriqueña (1994), Casi una mujer (1999) y El amante turco (2004).

La trama de la novela Casi una mujer se desarrolla en Brooklyn, New York. La protagonista, Esmeralda, es una adolescente que llega en compañía de su madre y sus hermanos a los Estados Unidos, en busca de asistencia médica para su hermano Raymond. La protagonista y su familia son recibidas por su abuela Tata y su esposo. La primera impresión que Esmeralda se lleva de Nueva York no es la mejor, ya que ella tenía otra imagen del paisaje neoyorquino. Poco después empiezan a surgir problemas, ya que su madre se queda sin trabajo y Esmeralda tiene que ir a la oficina del gobierno a pedir ayuda. Esta situación desilusiona mucho a la protagonista, y pone en evidencia todos los problemas que ella y su familia tienen que enfrentar como emigrantes en los Estados Unidos. Con el pasar del tiempo, la protagonista empieza a darse cuenta de las diferencias entre la cultura anglosajona y la puertorriqueña y los retos que tiene que afrontar dentro de este nuevo espacio.

En Casi una mujer se plantea el proceso de transculturación de la protagonista. Este proceso culmina en una identidad cultural híbrida. Esto se observa por medio de dos elementos fundamentales: el lenguaje y la comida.

El fenómeno del choque cultural se define, de acuerdo a Richard Brislin, como “las tensiones y sentimientos de malestar que siente un individuo al entrar a un ambiente que es desconocido” (13). Esto es justo lo que la protagonista experimenta inicialmente al llegar a Nueva York. Ella sufre un choque cultural, ya que todas las descripciones idealizadas que su madre le había hecho acerca de Nueva York no concuerdan con la realidad que Esmeralda percibe al llegar a esta ciudad: “Nueva York resultó más oscuro de lo que esperaba y, a pesar de la lluvia purificadora, también más sucio. Acostumbrados a las curvas sensuales de los campos de Puerto Rico, mis ojos tuvieron que ajustarse a la bidimensionalidad agresiva y uniforme de Brooklyn” (6). Es obvio que este desplazamiento de Macún a Nueva York crea en la protagonista un choque cultural, ya que ella no esperaba encontrarse con una ciudad tan sórdida como la que ve al llegar. La nueva imagen que la protagonista empieza a formarse de esta ciudad es distorsionada y pesimista. Esto se ve en las descripciones iniciales, que ella hace al ver por primera vez esta ciudad, y por los retos que ella y su familia tienen que afrontar como inmigrantes dentro de este nuevo espacio.

En Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, Fernando Ortiz explica que el concepto de transculturación es un proceso en el que el individuo o la comunidad deja elementos de su cultura. Asimismo, señala que durante este proceso también se adquiere parte de la nueva cultura a la que se está expuesta. Ortiz explica la transculturación en los siguientes términos:

Entendemos que el vocablo transculturación expresa las diferentes fases del proceso transitivo de una cultura a otra, porque éste no consiste solamente en adquirir una cultura, que es lo que en rigor indica la voz angloamericana aculturación, sino que el proceso implica también necesariamente la pérdida o el desarraigo de una cultura precedente, lo que pudiera decirse una parcial desculturización, y, además, significa la consiguiente creación de nuevos fenómenos culturales que pudieran denominarse neoculturación (96).

Este proceso de transculturación es lo que experimenta Esmeralda en los Estados Unidos. En los primeros capítulos la protagonista empieza a adoptar elementos de la cultura norteamericana, y se desarraiga un poco de algunas de las costumbres puertorriqueñas. Por un lado, comienza a cambiar su estilo alimenticio. Por ejemplo, incorpora alimentos norteamericanos dentro de su dieta puertorriqueña. Por otro lado, la transculturación también se ve en el aspecto lingüístico, ya que Esmeralda incorpora el inglés dentro de su sistema de comunicación. En Culturas híbridas, Néstor Canclini define la hibridación de la siguiente manera: “Procesos socioculturales en las estructuras o prácticas discretas que existían en forma separada se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas” (14). Es precisamente esta hibridez la que se presenta en Esmeralda, ya que ella comienza a tener cambios en su sistema lingüístico, alimenticio y cultural.

Uno de los primeros fenómenos lingüísticos que producen un cambio en la protagonista es la exposición al inglés. Estar en contacto con otro idioma que no es el suyo hace que Esmeralda realice una estrategia de adaptación e imitación de los sonidos del inglés al español. Esto está reflejado cuando Esmeralda, en la casa de su abuela, ve un programa infantil: “ ‘Chilbiicominraundemauntinuenchicoms’, cantaba la locomotora y la bolita bajaba y subía: ‘She'll be coming ‘round the mountain when she comes’ ” (9). Según Frans van Coetsem, este mecanismo lingüístico de imitar un lenguaje, aunque no se entienda, se asocia con los procesos lingüísticos de “dualidad de la adaptación y la imitación” (Van Coetsem, 20). Este concepto hace referencia a la adquisición incorrecta de los sonidos fonológicos de una lengua extranjera. Estos sonidos nuevos no están incorporados en el sistema fonológico del sujeto. Entonces, lo que hace el individuo es adaptar estos sonidos a sonidos similares dentro de su sistema lingüístico. Van Coetsem explica al respecto que:

The mechanisms of imitation and adaptation are, in general, a matter of interaction between social [source of language] constituents and matching rl [recipient language] constituents... The rl constituents differ according to whether adaptation or imitation is applied (21).

Es evidente que este proceso de imitación y adaptación hacia el inglés es el que ejecuta la protagonista cuando escucha la canción en inglés. Para ella estos sonidos no son familiares, entonces lo que hace es imitarlos y adaptarlos fonéticamente al español. Esta asociación que usa Esmeralda inicialmente también se reitera cuando ella va a la escuela y tiene que cantar el himno de los Estados Unidos, en inglés. En esta ocasión ella no sólo trata de reconstruir el himno fonéticamente en español, sino que también agrega algunas palabras en inglés que ella cree que conoce:

Ojo sé. Can. Juice. ¿Y? Bye de Don surly lie. Whassoprow we hell Add debt why lie lass gleam in. Whosebrodstripen sad bye ¿Start? True de perrolos ¡Hay! Order am parts we whash, Whasogalang tree streem in (12).

Esta inclusión del léxico inglés, dentro de la interpretación que Esmeralda tiene del himno nacional, ya es un indicio de la transformación lingüística que inicia la protagonista. Asimismo, es interesante notar que Esmeralda reflexiona y manifiesta su inconformidad al decir que nadie se ha tomado la delicadeza de explicarle lo que significa el himno de los Estados Unidos: “No tenía la mas mínima idea de lo que decía o significaba la canción y a nadie se le ocurrió explicármelo” (1). Además de su frustración, la protagonista se da cuenta de que aprender inglés es un elemento fundamental para sobrevivir y surgir en los Estados Unidos.

Es esta inconformidad, combinada con el deseo de superación, lo que hace que Esmeralda empiece a estudiar inglés por su cuenta. Es por eso que ella se va a la biblioteca a buscar libros que le puedan enseñar inglés; este proceso de selección de libros no es fácil para ella, porque se da cuenta de que va a tener que empezar con el vocabulario más elemental: “Busqué en los anaqueles los libros ilustrados que contenían las palabras que necesitaría para mi nueva vida en Brooklyn” (19). Es interesante notar que ella trata de buscar los libros que correspondan al vocabulario que le pueda ayudar en su nueva vida en los Estados Unidos. Este deseo de aprender inglés se puede asociar con el proceso de superación que explica Juan Flores en su libro Divided Borders. Según Flores, este deseo de adquirir el inglés es como una herramienta fundamental para sobrevivir y surgir dentro de la cultura norteamericana: “For language minorities in the United States, the acquisition of stand English is presumed signal both todo willing to assimilated and effort to take the most crucial first step to gain the knowledge and skills that enable social advance” (160).

El proceso de aprendizaje del inglés no termina con la memorización del nuevo léxico. Ahora la protagonista tiene que enfrentar nuevo reto, la pronunciación del inglés. Inicialmente, Esmeralda trata de adivinar la pronunciación de las palabras en inglés. Esto se observa cuando ella y sus hermanos tratan de articular estos sonidos nuevos:

Mis hermanas y hermanos también estudiaban los libros y nos leíamos en voz alta las palabras tratando de adivinar la pronunciación. “Ehr-rahs-ser” decíamos en lugar de “eraser”... “Dees” por “this” y “Dem” por “them” (19).

Es interesante notar que la pronunciación que Esmeralda y sus hermanos hacen es en lugar privado, y por ende no hay temor de cometer errores. Sin embargo, cuando Esmeralda tiene que ir a la escuela se tiene que enfrentar a muchos obstáculos con el idioma. Por un lado, la protagonista empieza a darse cuenta de que el inglés escrito es muy diferente al inglés hablado, y que el inglés que ella estudia en los libros de la biblioteca es muy diferente al que habla su maestra en la escuela: “Pero el inglés hablado, a diferencia del español, no se pronuncia como se escribe. ‘Water’ se convertía en “waddah” y las palabras chocaban unas con otras” (19). Para ella, las oraciones se convierten en una sola palabra y la pronunciación del inglés no tiene una asociación directa con la manera en que se escribe. Es decir, Esmeralda se da cuenta de que el sistema lingüístico del inglés es diferente al sistema que tiene el español.

“Casi una mujer”, de Esmeralda SantiagoA medida que la novela se va desarrollando, la protagonista empieza a tener una evolución lingüística respecto al inglés. Todo esto le ayuda a Esmeralda a servir de puente entre dos culturas y dos idiomas. Esto se observa cuando Esmeralda va con su madre a una oficina del gobierno para pedir asistencia económica. El trabajo de ella es traducir lo que su madre quiere decirle a la trabajadora social. Un ejemplo de esta situación se ve en el siguiente contexto: “ ‘Dile’, me dijo Mami, ‘que me dieron leyof’. ‘My mother leyof’, le traduje... Me parece que el hombre quiere el nombre y las fechas de nacimiento de los nenes”,  le interpreté... (23). Esto demuestra cómo la protagonista comienza a navegar y articular entre dos idiomas y dos culturas.

Además, cuando Esmeralda está traduciendo es consciente de que debe mejorar su inglés para no quedar atrapada entre los dos idiomas. Esto se ve en la siguiente reflexión: “Tenía que aprender el inglés suficientemente bien para nunca más volver a quedar atrapada entre dos idiomas” (23). De acuerdo con Juan Flores, esta situación de quedar atrapado entre dos lenguajes no es algo inusual entre los inmigrantes puertorriqueños que empiezan a adquirir el inglés durante la adolescencia. Flores explica al respecto: “Combining skills in the two languages Puerto Ricans are instead caught between them” (164). El estar atrapada entre estos dos idiomas hace que la protagonista desarrolle un deseo de mejorar su inglés.

Es evidente que la protagonista empieza a evolucionar lingüísticamente, creando así un estado híbrido en el aspecto lingüístico. Ella incorpora el inglés dentro de su sistema de comunicación y empieza a intercambiar sonidos fonéticos entre el inglés y el español. Asimismo, a través del idioma, la protagonista consigue moverse un espacio fronterizo, donde estos dos lenguajes son utilizados dependiendo de las circunstancias.

Estar en contacto con el español y el inglés hace que la protagonista empiece a articular el spanglish. De acuerdo con Rose Nash, el spanglish es una confluencia del español y el inglés, un fenómeno lingüístico que se desarrolla cuando las dos culturas están en contacto. Como resultado de este contacto surge una variedad híbrida lingüística, que es la que se conoce como spanglish. Nash explica el spanglish en los siguientes términos:

In the metropolitan areas of Puerto Rico, were Newyorricans play and influential role in the economic life of the island, there has arisen a hybrid variety of language, often given the slightly derogatory label of Spanglish, which coexists with less mixed forms of Standard English and Spanish (223).

Ciertamente, este estado de hibridez lingüístico es el que la protagonista experimenta al estar en contacto con la cultura norteamericana, y el producto de esto se presenta por medio de su spanglish: “...y lo mapeábamos”. Este es un ejemplo de cómo los dos idiomas empiezan a coexistir dentro del nuevo sistema lingüístico de la protagonista (24). Asimismo, se muestra cómo Esmeralda usa el inglés o el español dependiendo de la persona y el espacio donde se encuentre. Por ejemplo, cuando habla con sus hermanos usa el spanglish: “...lo que no cabía en el gabinete lo barríamos y lo mapeábamos” (24). Igualmente, la protagonista es consciente de que esta hibridez lingüística es un código que se presenta en las personas que están en la misma situación que ella: “Pero yo sabía que el español de Natalia era en realidad espanglés, una mezcla de español e inglés que servía para sus propósitos, pero que sólo entendían las personas que hablaban dos idiomas” (51). Es importante la manera en que Esmeralda explica el comportamiento lingüístico de su amiga, ya que ella es consciente de la coexistencia y mezcla de estos dos lenguajes. Al mismo tiempo se expone la idea de cómo el spanglish es un código que sólo las personas bilingües pueden entender.

El proceso del desarrollo lingüístico de la protagonista eventualmente termina con el aprendizaje del inglés. Esto da como resultado que Esmeralda logre interactuar y negociar en diferentes espacios, lenguajes y culturas. Ella maneja diferentes códigos lingüísticos de acuerdo al momento y al lugar donde se encuentre. Por ejemplo, cuando tiene que estar en la escuela de arte articula un inglés perfecto, y cuando está rodeada de su madre y abuela habla español. Este desenvolvimiento entre los dos lenguajes hace que la protagonista vaya y venga entre dos mundos lingüísticos diferentes, convirtiéndola de esta manera en un individuo lingüísticamente híbrido. Este nuevo individuo es capaz de estar en espacios fronterizos y negociar con los lenguajes, dependiendo de la situación. Es decir, la protagonista muestra un interlingüismo como aspecto de su identidad bicultural y lingüística, usando estos elementos dependiendo del espacio y de las personas.

La comida muchas veces es un elemento que muestra parte de la cultura y la identidad de un país o una comunidad. Además la comida, para muchos emigrantes que viven fuera de sus países, es una conexión directa con su país de origen. Para el teórico Claude Fischer, la comida es la esencia de un pueblo, ya que está asociada de una manera directa con la parte cultural y con la parte de la identidad. Fischer explica esto en los siguientes términos:

Food is central part to our sense of identity... Food is also central to individual identity, in that any given human individual is constructed biologically, psychologically by the food her or she chooses to incorporate (275).

Teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, se puede decir que el elemento culinario puede en muchos casos asociarse como una expresión cultural en la que se ve reflejada parte de la identidad cultural de un pueblo o un individuo que haya estado en contacto con otras culturas. Un ejemplo de esta transfusión de sabores e ingredientes se puede apreciar por medio de uno de los platillos típicos de la isla puertorriqueña: el arroz con habichuelas y el pollo sofrito, que según Claudia Macías de Yoon es una representación del aspecto cultural, histórico y sociopolítico de la isla puertorriqueña. Igualmente, Macías explica que una de las expresiones literarias que retoman este proceso de transfusiones y cambios políticos es el cuento “Historia de arroz con habichuelas”, de Ana Lydia Vega, en el que a través de la metáfora de la comida se muestran los cambios políticos, históricos y socioculturales. Macías expone esta idea de la siguiente manera:

En “Historia de arroz con habichuelas” encontramos un espacio culinario en donde los personajes encarnan en su singular batalla alegórica elementos básicos de la canasta alimenticia de los puertorriqueños, con Habichuelas a la cabeza que se enfrenta a don Arroz y don Pollo como representantes peninsulares provenientes de España con la colonización (1).

Es evidente que este es un ejemplo de cómo la comida representa el aspecto cultural y el desarrollo histórico de la isla, en el que muchos de los ingredientes tradicionales y extranjeros se interconectan y fusionan dentro de un mismo espacio, formando de esta manera un plato híbrido. Asimismo, esta metáfora culinaria muestra que hay diferencias culturales, pero que al final estos ingredientes coexisten y hacen parte de un solo plato.

En Casi una mujer es precisamente este plato de arroz con habichuelas el que se prepara en Nueva York. Inicialmente, la protagonista y su familia se reúnen en el apartamento de la abuela para recrear el ambiente puertorriqueño que han dejado en la isla. Como parte de esta rutina diaria, la abuela de Esmeralda y su madre se esmeran en cocinar comida puertorriqueña. Todo esto con el fin de que sus nietos e hijos no se olviden de sus tradiciones. Esto se puede ver cuando la abuela y la madre de Esmeralda se reúnen en el apartamento para cocinar:

Mami y Tata se pasaban en la cocina preparando asopaos espesos, arroz con habichuelas, fricas de pollo, comidas abundantes que exigían tiempo para saborearse y una conexión estrecha con la cocinera que no se alejaba, pendiente de que comiéramos lo suficiente y preguntándonos si estaba buena (29).

Esta escena muestra cómo existe una recreación de los platos típicos de la isla. Esto se convierte en una reconstrucción culinaria de la isla. Esto es importante ya que por medio de la comida se trata de retener parte de las tradiciones puertorriqueñas de los nietos. Este deseo de retener parte de la cultura por medio de la comida es una estrategia inconsciente que se usa para tener una conexión directa con la cultura. Además de esto, es una manera de tratar de separase del nuevo espacio al que el individuo está expuesto. Bell David y Gill Valentine explican al respecto que “language, food articulates notions of inclusion and exclusion of national pride and xenophobia on our tables and our lunch boxes” (168). Es evidente que el hecho de que la abuela cocine comida puertorriqueña es una manera directa de resaltar y retener las raíces de Puerto Rico. Al mismo tiempo, la comida sirve como herramienta de aislamiento dentro de este nuevo espacio.

A pesar de que la abuela quiere que sus nietos sólo coman comida puertorriqueña, Esmeralda empieza a cambiar su dieta por la pobreza. Inicialmente, la protagonista y su familia tienen que comer comida norteamericana, porque es lo único que tienen en la alacena. Esta es una de las razones por las que el sistema alimenticio empieza a cambiar. Poco después el gobierno estadounidense les da “foodstamps” y esto les da la oportunidad de comprar nuevamente comida puertorriqueña: “...en un carrito lleno de alimentos básicos de nuestra dieta: grandes fardos de arroz, habichuelas... cebolla, ajo, pimientos verdes, orégano fresco y recao para el sofrito” (64). Sin embargo esta rutina cambia, ya que Esmeralda empieza a tener gusto por los alimentos que pertenecen a la dieta estadounidense: “Pero cuando mami estaba trabajando, mis hermanos y yo nos peleábamos por ayudarle a hacer la compra, porque entonces habría Corn Flakes, espagueti Franco- American ravioli y otras latas de comida americana” (26). Este es un ejemplo de cómo Esmeralda, al estar expuesta a la cultura norteamericana, empieza a desarrollar un gusto por este tipo de comida. Esto muestra cómo la protagonista comienza a anexar y combinar elementos alimenticios de las culturas puertorriqueña y norteamericana. Este ejemplo indica el proceso de transformación que Esmeralda empieza a experimentar al estar en contacto con la cultura estadounidense.

Al final de la novela se ve cómo la protagonista incluye alimentos de las dos culturas. Para ella, cada uno de estos alimentos tiene un sabor especial y único que, al ser mezclados con los ingredientes de la otra cultura, dan como resultado un platillo híbrido. Esta analogía se puede asociar con la identidad de la protagonista, ya que ella culmina con una identidad híbrida, llena de sabores y matices que se combinan y transforman constantemente.

Es así que en la novela Casi una mujer se muestra cómo la protagonista sufre un proceso de transculturación al estar en contacto con la cultura estadounidense. Este proceso culmina con una identidad híbrida que se ve por medio del aspecto interlingüístico que presenta Esmeralda. Asimismo, esta hibridez en el lenguaje hace que la protagonista combine y genere nuevas estructuras lingüísticas. Es precisamente esta hibridez lo que le permite a Esmeralda ser un puente entre dos culturas. Al mismo tiempo, esta identidad híbrida se plantea a través de la comida, ya que la protagonista después de estar en contacto con la cultura norteamericana comienza a incluir alimentos estadounidenses sin perder sus deseos por la comida puertorriqueña. Al analizar el proceso de transculturación que sufre la protagonista, se puede ver cómo ella culmina con una identidad híbrida, ya que dentro de ella se ve la combinación de las culturas norteamericana y puertorriqueña.

 

Bibliografía

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  • García Canclini, Néstor. Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad. México, DF: Grijalbo, 1990.
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  • Vilches Norat, Vanessa. De(s) madres o el rastro materno en las escrituras del yo. Santiago: Cuarto Propio, 2003.