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Auditorio Nacional de México
Auditorio Nacional: escenario.
Ciudad de México celebrará por octava ocasión el Gran Remate de Libros
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El Gran Remate de Libros, que desde 2007 se realiza en el Auditorio Nacional, significa “el rescate de los libros que están en bodega y no tuvieron una vida longeva en las librerías”, señaló el titular de la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín, durante la conferencia de prensa en la que se anunció que el encuentro se desarrollará del 13 al 20 de abril, días que coinciden con las vacaciones de Semana Santa.

El vestíbulo del recinto será la sede del remate, que este año reúne a 190 expositores, que tendrán a la venta unos mil 500 títulos de 500 sellos nacionales y extranjeros.

El programa cultural incluye trueque, venta nocturna, música y homenajes a José Emilio Pacheco, Octavio Paz, Juan Gelman, Julio Cortázar, Efraín Huerta, José Revueltas, Marguerite Duras y Federico Campbell, entre otros.

También se amplía el espacio de exhibición a la rampa del auditorio y habrá zonas de lectura. Se prevé que el número de visitantes ascienda a 200 mil personas, frente a los casi 144 mil que acudieron al encuentro el año pasado para aprovechar los descuentos de hasta 70 por ciento en los libros.

José Ignacio Echeverría, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), señaló que el remate sirve para hacer frente a la reducción de espacios de venta como las librerías, y para poner al alcance del lector aquellos libros que ya no se encuentran en puntos de venta o que sólo estarían en las librerías de viejo.

“El gran remate de libros se ha convertido en una tradición en las vacaciones de primavera. Esta fiesta del libro y la lectura cumple necesidades específicas para editores y lectores. En nuestro país cada día hay menos librerías, de barrio, las pequeñas, cuando menos algunos íbamos cuando éramos jóvenes, y tenías a tu amigo librero que sabía de las novedades o buscaba el título”, dijo Echeverría.

Ahora en los puntos de venta se encuentran “libros que tienen menos de dos años de antigüedad, los best-sellers del momento, pero buscas un libro de catálogo y no lo encuentras: el remate de libros no es una feria de saldos, no en el sentido peyorativo de la palabra, lo importante es que se puede encontrar libros que no van a estar en novedades ni en librerías en general. Hay tanta producción que una librería es imposible que tenga todos los libros, así que el remate da la oportunidad al público, y a quienes creemos en la lectura como factor de dinamismo, de encontrar obras que quizá no podría o sólo los encontraríamos en las librerías de viejo”.

Muchas librerías han desaparecido, añadió Echeverría, y en el caso más optimista existe un punto de venta por cada 70 mil habitantes en México (eso incluye supermercados y espacios que no se dedican a la venta de libros). Si se toma en cuenta sólo a las librerías entonces existe una por cada 200 mil mexicanos. En Argentina es una librería por cada 15 mil habitantes, mientras en España es de una por cada 8 mil o 10 mil, de acuerdo con cifras de la Caniem.

El Gran Remate de Libros “fomenta la convivencia y cohesión social, y es una oportunidad de llevar a la exhibición pública los títulos que tenemos en almacenes como consecuencia de la reducción de espacios en las librerías del país. Es una oportunidad única”, dijo Echeverría, quien dijo que se desconocen las cifras de los ejemplares que han sido salvados de la destrucción gracias a esta venta. Eso se debe, dijo, a que las editoriales guardan “celosamente” el dato, y precisó: es muy difícil destruir los libros, fiscalmente requiere un proceso, tiene que haber un permiso de Hacienda, etcétera”.

El titular de la Secretaría de Cultura del DF, Eduardo Vázquez Martín, dijo que “la lectura es una forma de reconstruir la conciencia social. Así concebimos esta octava edición, como espacio abierto e inclusivo que propicia el encuentro entre el visitante y una particular clase de publicaciones: las rezagadas en bodega o cuya vida en librerías fue fugaz. Se ha estrechado el espacio de exhibición, pero hay una contradicción: la creatividad de los escritores no disminuye, aumenta, mientras los espacios de distribución se han empequeñecido, hay que buscar formas de salvarla a través de actividades como ésta”.

Subrayó que el Remate de Libros no es una forma de deshacerse de ejemplares “de vida no muy feliz; al contrario, es darles la posibilidad de una segunda oportunidad”.

Gerardo Estrada, quien se encuentra al frente del Auditorio Nacional, expresó que el remate no pretende resolver todos los problemas del sector editorial. Se trata, dijo, “de promover la lectura y el libro”.

El octavo Gran Remate de Libros se realizará de las 11 a las 19 horas; los días 18 y 19 de abril habrá venta nocturna, por lo que el horario se ampliará hasta las 22 horas. La entrada es libre y el programa se puede consultar en la web de la Secretaría de Cultura de la capital mexicana.

Fuente: La Jornada