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Gregory PinoGregory Pino

El público en general suele no ser muy afecto al canto lírico. Para muchos asistir a la ópera es terriblemente aburrido; sin embargo, en San Cristóbal se está presentando un fenómeno bien interesante: cuando hay conciertos de canto lírico resulta nutrida la concurrencia de público, más aun si entre los cantantes se encuentra Gregory Pino, pues hace rato que tiene un público que sigue sus presentaciones sistemáticamente. Dueño de una voz maravillosa, ha paseado su público por un variado repertorio donde ha demostrado los alcances y matices de su voz. Recientemente, en el marco del Centenario del Ateneo del Táchira, interpretó a Florentino en la Cantata Criolla, acompañado de Gerardo Rondón como el Diablo, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar del Táchira bajo la dirección del profesor Luis Hernández Contreras, el Coro San Cristóbal y la Coral del Táchira bajo la dirección del profesor Alexander Carrillo. El público plenó las instalaciones del Ateneo a tal punto que hasta en la azotea había personas buscando un lugar desde donde apreciar el evento. Entre los asistentes cabe destacar al director de Cultura y Bellas Artes del estado Táchira, licenciado Marco Aurelio Méndez, al gobernador del estado, capitán Ronald Blanco LaCruz, y al ministro de Cultura, arquitecto Francisco “Farruco” Sesto; todos, absolutamente todos nos deleitamos con la preciosa voz de Gregory, enfundado en su liqui liqui blanco interpretando con pasión a Florentino. Pero estos éxitos no se le han subido a la cabeza, sigue siendo el mismo amigo, el mismo hombre trabajador que lucha y avanza con firmeza y tenacidad en pos de sus metas: “En lo que queda de año tengo la invitación a hacer unos recitales como solista en Barquisimeto, otro montaje de la Cantata Criolla, y concretar algunas ideas de proyecto junto a los coros y la cátedra de canto. Espero encontrar el apoyo para una producción discográfica”. Y ojalá se le dé todo esto que desea, especialmente lo concerniente a una producción discográfica, él se lo merece por su talento y el público tiene todo el derecho a deleitarse oyéndolo.

Un hombre cuya filosofía de vida es estar preparado para poder hacer algo con las oportunidades que se presenten, esto implica constante evolución. “Mientras voy concretando pequeños o grandes logros intelectuales o espirituales veo cómo se ensancha y se alarga el camino hasta perder de vista las fronteras”. Se describe con dos palabras: terco y sensible, palabras muy adecuadas para describir a un hijo de Tauro como lo es él. Amoroso y amante de su hogar dice de su familia: “Pues te confieso que descubrí hace como ocho años que vivo junto a la mujer más precisa que podría haber encontrado, precisa para mí, sólo intento corresponderle y con ella tenemos los mejores hijos que se pueden tener, me da cosa con las demás personas pero... (risas). Digo no hay algo que se le compare a un dibujo de André (seis años) con su vocecita explicándolo, o los abrazos, sonrisa y besos de Claudia (nueve años) cuando llego o me voy, o las manitas de Gregory (un año) queriendo descubrirlo todo, y qué decir de la mirada, el carácter, la piel, la voz, la sazón, el olor, la fuerza en fin de Karibay, siempre está a mi lado”. Y el lugar de sus sueños no sabría señalarlo con exactitud, lo que sí sabe es que está en el desgaste de sus manos y junto a su familia, pues no quisiera que estuvieran en otro lado. Al preguntarle sobre algún dolor nos dijo: “La injusticia. Sentir a mi gente lejos, hablo de las veces que me ha tocado vivir buenas experiencias pero con mi familia a unos cuantos kilómetros de distancia también adolezco de unos malestares en el esófago, y siempre sufro emocionantes momentos cinematográficos, un aria bien cantada o releer algún mágico momento literario”.

Este talentosísimo muchacho, con sus treinta y poquitos años es director de tres coros: el Coro San Cristóbal del Ateneo del Táchira, el Coro del Iufront y el Coro Banfoandes. Director fundador del Coro del Colegio de Médicos del estado Táchira desde 1997 hasta 2000, director fundador de la agrupación vocal Oscura Armonía desde 1995. También es profesor de canto lírico de la Fundación Banfoandes en la Casa Steinworth y compositor, arreglista, adaptador, promotor y protagonista de conciertos, recitales y eventos de corte lírico. Para él: “Eso de musa inspiradora sería como la conjunción de agentes motivadores, el dominio en algún nivel de una técnica y ago de visión. Yo creo que se busca pero necesitas las herramientas, en mi caso el solo hecho de que alguna agrupación o músico solista requiera de algún trabajo mío (composición, arreglo o interpretación) me inspira pero en ese momento comienza el verdadero trabajo intelectual y físico ¿me captas?”.

Al hablar de literatura indagamos sobre aquello que muchos alegan de que la poesía está en crisis, a lo que nos respondió: “No lo creo, ¿o de qué tipo de crisis hablas?, en el arte en general siempre estamos ávidos de nuevas propuestas o proyectos que nos motiven a acudir a los teatros o casas culturales, pero el hecho de que a veces no tengamos tan seguido como quisiéramos un buen evento, un buen disco, un buen libro no lo veo como crisis, como dice el sevillano Bécquer: ‘Mientras exista una mujer hermosa habrá poesía’ ”. Y sobre si es una élite o no: “Pues en cierto sentido ha dado la impresión de que es así, pero en mi caso personal siempre que quiero acudir a la literatura, poesía o en especial la narración (mi preferida) ahí está, siempre a la orden; claro, hablo como músico; pero en cambio el arte lírico, la ópera o cualquiera de sus vertientes sí pertenecían a una élite; quiero decir, en Venezuela se nos enseñó de muchas formas que esta música era para ‘oídos superiores’ o para gente con un ‘mejor gusto’, para nada, en mi criterio he percibido que el canto lírico es una de las técnicas que llegan con mayor facilidad a quien lo presencie; de hecho, esta fue la razón con más peso que me llevó a formarme como belcantista, siendo desde mucho tiempo antes guitarrista y director de coro, y creo que terminaré dedicándome exclusivamente a esto. También quisiera agregar que estamos viviendo vientos de cambios importantes donde debemos aportar para ser partícipes de la explosión cultural maravillosa que se nos viene encima”.

De los pocos artistas que no andan en la pose de extravagante o “diferente”, sin divismos ni necedades; Gregory es un hombre sencillo en sus gustos y su vivir, por ejemplo su bebida es el jugo de lechosa (papaya) y en comida se inclina por los guisos (carne, pollo o frutos del mar), mientras más caseros mejor, pero un buen asado tipo argentino tampoco le resulta despreciable. En sus ratos libres gusta de conversar, leer y escuchar música, normalmente trata de hacer dos de estas actividades al mismo tiempo cuando así tiene la oportunidad. La sensible sencillez de su alma queda al descubierto cuando dice: “Amor... pues qué más quieres, es la energía que mueve al mundo. Yo creo que cargamos dentro muchos fuegos que podemos desarrollar, compartir y hasta quemarnos con ellos, ‘haz bien y no mires a quién’. Dios, me gusta como suena esa palabra, tiene una fuerza intrínseca tal vez porque se suele acudir a ella cuando la gente quiere explicar lo inexplicable; como te dije: el amor mueve el mundo”.

No cambiaría nada de su vida y las partes que más le agradan de su cuerpo son sus manos y voz, lo demás le gusta un poco menos. Un hombre animoso y optimista que permanentemente busca su propio mejoramiento y el de su entorno. Que está haciendo realidad eso de hacer llegar el belcanto a todos los niveles, “como te dije, cuando muestran interés por lo que hago se activa algo en mí y mis estudios, las palabras sabias de mis maestros, mis recuerdos, mis esperanzas, la experiencia, mi estado de ánimo y de seguro algo químico en mi cuerpo ayudan a crear, y bueno las veces que me he sentido desmotivado ha sido por algún estado de ánimo o físico que no me dejan concentrar, pero nada en especial”.

Una anécdota que cabe recordar: “En enero de este año estuve haciendo unos talleres de canto en Caracas, en esos momentos para compartir unas palabras y una cerveza se me acerca un excelente tenor de Aragua y resuelve contarme que hace años escuchó un coro del Táchira en La Victoria, allá en su tierra; él describía como maravillosas las interpretaciones, como excelentes los arreglos, y sin comparación el sonido de esta agrupación coral, luego me pregunta: ¿No conoces a esa gente?, para regodeo mío me llené la boca diciéndole que se trataba del Coro San Cristóbal del Ateneo del Táchira y yo su director...”.

De corazón le deseamos a Gregory los mejores éxitos y triunfos, pues se los merece por su calidad humana, su constancia en el trabajo y por tener esa bellísima voz que Dios le regaló.

Gregory Pino