Éliphas Lévi
Éliphas Lévi.

El poema del tarot de Éliphas Lévi con noticia preliminar de Alberto Cousté

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En el primer tomo de Dogme et Rituel de la Hauté Magie,1 Éliphas Lévi alude repetidamente al tarot. Pero precisa media docena de estas menciones elípticas y exactamente 243 páginas para decidirse a nombrarlo. Cuando lo hace, no sólo describe la organización de la baraja, sino que “a la manera de los antiguos legisladores” ofrece un poema cabalístico compuesto sobre las claves que gobiernan los arcanos. Podrá acusarse al abate Constant2  de desmesura, de escasa formación científica, de improvisación; pero nadie se atreverá a negar su devota confianza en la armonía del universo, su convicción de que un modelo capaz de hacerle bien a un hombre era bueno para todos los hombres; el ocultismo, que lo deformó, y las ciencias humanas, que lo ignoraron largamente, deben mucho, sin embargo, a esa credulidad y esa paciencia.

No conozco mejor síntesis de este inconcebible compilador que los versos que siguen. Tal vez Lévi no fue, en definitiva, otra cosa que un poeta, aunque creyera —secretamente— ser el depositario universal de la revelación. En todo caso, si las páginas anteriores3 han sido un intento de divulgar algunas reflexiones sobre el inacabable tema de la baraja, el poema de Lévi puede valer como su síntesis. De modo que este libro termine por donde empezaba: en la desconfianza por las definiciones; en el homenaje a la reiterada propuesta de lo imaginario.

A.C.

 

Poema del tarot

1        Todo anuncia una causa de inteligencia activa
2        Lo corrobora el número que es la unidad viviente
3        Porque nada limita lo que todo contiene

4        Antes del principio Solitario está presente en todas partes
5        Es el maestro único y el único adorable
6        Que revela a los limpios de corazón el dogma puro simple y verídico
7        y nombra el jefe solo que hará cumplir su obra

8        Pues no tenemos otro altar ni hay otra ley que ésta para todos los hombres
9        no cambiará el Eterno jamás su pedestal

10        Él regula sus días y el cambio de los tiempos y los tiempos y el día a nosotros nos tocan
11        Rico en misericordia potente en el castigo
12        Un rey al pueblo suyo dará en el porvenir

13        La tumba es el pasaje hacia la tierra nueva sólo la muerte muere la vida es inmortal
14        Este es el ángel bueno que calma y que atempera
15        El malo es este espíritu de cólera y orgullo
16        Pero Él comanda el rayo y hace brotar el fuego
17        La estrella matutina y el agua le obedecen

18        Como un mudo vigía anda en nuestros caminos la luna que Él coloca

19        y su sol es la fuente donde todo renace
20       El soplo de su boca germina entre las tumbas
0 o 21 donde habita el rebaño callado de los muertos

21 ó 22 Ha coronado el cielo de lo propiciatorio
Más alto que los ángeles se ve planear su gloria

 

Notas

  1. París: Germer-Bailliére Ed; 2 volúmenes, 1856.
  2. Eliphas Lévi se llamaba en realidad Adolphe Louis Constant. Más información en “¿Quién era Eliphas Lévi?”.
  3. Cousté habla de su El tarot o la máquina de imaginar, Barcelona: Barral, 1972, en cuyo Apéndice figuran su texto y el poema de Lévi.