Novelistas digitalesNovelistas digitales ¿vencedores o vencidos?

Todos cuantos escribimos y publicamos, concretamente a través de Internet, deseamos conseguir éxito por este medio, deseo muy humano por otra parte. El éxito consiste en que nos lean; en suma, en tener un público que reconozca nuestros méritos, aunque para ello tengamos que morir en el intento, simbólicamente hablando, se entiende.

¿Cuál es el secreto de Midas para convertir esos libros en oro? A todos nos gustaría conocer la fórmula mágica pero no existe; es el azar o la casualidad, lo que obra los milagros. Novelistas que escriben muy bien y crean argumentos interesantes pueden no recibir el beneplácito del gran público, mientras que otros, adocenados y mediocres, cuando no decididamente oportunistas, triunfan en toda la línea. Esto puede generar dudas, crear complejos injustos e incluso hundir a más de un buen novelista indie que lucha por conseguir su lugar al sol. Mi referente es siempre Herman Melville, quien no triunfó en vida con Moby Dick y que hoy se ha convertido en un clásico de la literatura.

Sin embargo no todo son tinieblas, cuando se triunfa con un éxito multitudinario, algo puede haber que indique que el escritor tiene madera, y si traspasa la barrera del tiempo todavía más, pero lamentablemente ello ocurre pocas veces, muy pocas. Las obras inmortales lo son cuando ese paso del tiempo en lugar de destruirlas las fortalece.

En la actualidad puede iniciarse el brote de algunas que tal vez dentro de cien años aún perduren, o, por lo menos, lo hayan intentado.

En estos momentos circula una novela, nacida en y por Internet, que está arrasando, nació en un blog e inmediatamente cautivó a los lectores, debo aclarar que yo no la he leído y comento de oídas. Se trata de una historia de amor sencilla, que habla de un joven que, enamorado de la muchacha de sus sueños, pretende convencerla de la bondad de sus intenciones; el cómo desarrolla el argumento es la clave del éxito... pero no una clave que todos podamos emplear, ya que cualquier novela tiene su ángel especial e irrepetible que no puede analizarse; el toque de Midas es una verdadera casualidad y en la ecuación de factores ni el mismo azar conoce las reglas. Ahora, me imagino que las copias estarán cantadas y lloverán las novelas de amor hasta saturar el mercado.

Vuelvo a repetir que el éxito es cosa difícil de explicar y más aun de comprender, lo único que digo es que la espontaneidad y el creer en lo que se hace puede originar milagros, y también la perseverancia, el resto se halla en manos del Destino.