¿Cuál es el secreto de un best-seller?

Best-seller

El sueño de cualquier escritor es convertirse en superventas, y no es criticable, cualquiera de nosotros lo desea como la aceptación pública del talento que pueda tenerse, pero, ¿en realidad cumple ese anhelo nuestras posibilidades?, ¿de qué depende en realidad?, ¿quién tiene razón, el público o los escritores?

Una cosa es lo que nosotros soñamos y otra la realidad siempre tan diferente de los sueños cuando conectar con el lector es el único eslabón que se necesita y conectar con el público no es tarea sencilla ya que no existe un público, sino muchos, y lo que gusta a unos puede no gustar a otros. Me explico. Los adeptos a las sagas fantásticas no aceptarán jamás una novela intimista llena de sensibilidad y matices, los que prefieren las novelas de crímenes también la rechazarán así como los que eligen las de zombis, o los fans de las novelas pornográficas por no hablar ya de esas cuyo argumento es el de las mujeres que quieren rehacer su vida... y así podríamos continuar hasta el infinito ya que los ejemplos abundan desde diferentes perspectivas.

El autor que no encuentra a su público puede caer en una depresión profunda e incluso renunciar a escribir ya que en apariencia nadie le hace caso, tengamos presente que hay público para todos y que se debe tener mucha paciencia, porque de otra forma excelentes escritores se hundirían en un irremediable olvido, ya que eso acostumbra a suceder. No todo lo que triunfa de manera fulminante hoy tendrá la calidad suficiente para perdurar en el tiempo (recordemos si no esta cita de Albert Camus: “Lo fácil es conseguir el éxito, lo difícil es merecerlo”).

El éxito fácil corresponde a la literatura fácil, a la cual podríamos denominar vulgar, ya que existe un público vulgar que la acepta y eso hay que tenerlo en cuenta; cuando yo contemplo la existencia de novelas que no aportan nada nuevo, que incluso están hasta mal escritas y que sin embargo arrasan, me escandalizo de que haya tanto analfabetismo literario, pero son millones y pueden encumbrar a un escritor mediocre que se creerá un genio mientras que sus editores se frotarán las manos satisfechísimos. Contra lo que pueda parecer no les censuro, lo comprendo, pero no lo pongo como ejemplo de buena literatura, sino de literatura comercial de consumo, que es algo muy diferente.

Decía André Maurois, el famoso novelista, biógrafo, ensayista e historiador francés, que un best-seller es muy fácil de escribir y que no perdura en el tiempo, mientras que una novela llena de sentimiento y sensibilidad perdura.

El best-seller pulsa lugares comunes y predecibles, sin embargo no lo excomulgo y considero que como literatura de evasión es perfecto, pero una vez devorado no lo relees porque ya agotaste el factor sorpresa, ¡y es tan agradable releer las obras de las que guardamos un buen recuerdo!