Comparte este contenido con tus amigos

Agatha ChristieLos cuadernos secretos de Agatha Christie

Dice el refrán que cada “maestrico tiene su librico”, bueno, pues cada escritor, novelista, tiene su propio método creativo. Esto es importante saberlo, saber que existe, claro, enriquecerse culturalmente con ello, y sobre todo, no creer ni por asomo que copiándoles el sistema vamos a ser igual que ellos; hay quien escribe un capítulo, lo relee al día siguiente y lo vuelve a rescribir cuantas veces lo considere oportuno y cuando por fin lo da por acabado, empieza con el otro capítulo y así sucesivamente, hay quien empieza por el final, otros por la mitad, hay quien hace fichas como Nabokov, hay quien los escribe de un tirón y luego los trabaja quitando, poniendo, adelgazándolos o haciéndolos crecer fuera ya de correcciones, y hay quien, como la misma Agatha Christie, que se tomaba el inmenso trabajo de escribir en cuadernos sus argumentos en pequeñas, o grandes, sinopsis, a mano y alternándolos con incisos diversos, listas de la compra, recordatorios de cumpleaños, recetas de cocina, crucigramas, poesías para su hija, listas de libros que quería comprarse, números de teléfono, dibujos suyos, etc. Un trabajo muy grande y que debía llevarle mucho tiempo, por eso maravilla que esta autora haya escrito tanto a lo largo de toda su existencia, ya que aparte no vivió enclaustrada sino que viajó, tuvo vida de familia, adquirió varias casas que decoró ella personalmente y fue una abuela feliz pendiente de su único nieto, e incluso se permitió el lujo, extraordinario en un novelista, de permanecer un año entero sin escribir una sola línea, y no porque pudiera permitírselo económicamente, que podía, sino porque quiso hacerlo. Agatha Christie es un maravilloso ejemplo de escritora con la cabeza bien puesta y de mujer abierta al mundo, que supo administrar su tiempo de manera ejemplar.

“Agatha Christie, los cuadernos secretos”, de John CurranHace poco, salió a la venta un libro escrito por John Curran y que se titula precisamente Agatha Christie, los cuadernos secretos; en él, este estudioso de la escritora, estudioso y apasionado de su obra, llegó a trabajar hasta doce horas diarias en la mansión campestre de Greenway propiedad de la familia, sumergido en una habitación que servía de archivo para guardar borradores y papeles de la escritora. Siempre, por supuesto, con el beneplácito de Mathew Pritchard, nieto y heredero de Agatha Christie, quien aceptó la idea de este trabajo con entusiasmo.

John Curran ha realizado una extraordinaria labor de clasificación y análisis digna de todo elogio, porque no es tarea fácil ordenar un montón de cuadernos en cuyas páginas reina un aparente caos creativo; una persona tan analítica y organizada sorprende al mostrarse como dudosa con sus propios personajes, yendo y viniendo del uno al otro y tan pronto eligiendo a un asesino que luego, finalmente, no lo será, como cambiando finales varias veces. Y todo esto no se apuntaba en cuatro líneas sino que llenaba páginas y más páginas con una letra ininteligible muchas veces.

Este singular libro que menciono, yo diría que único en su género, no puede leerse de un tirón sino poco a poco y por personas a las que interese el tema, más de estudio que de distracción. En él salen numerosos títulos ya conocidos por el lector y teniendo como protagonistas a Poirot y Miss Marple, amén de otros protagonistas no tan populares. Es como un índice de obras sin serlo, pero no hay que preocuparse, los verdaderos desenlaces no se revelan nunca; sería gastarle una mala pasada al lector.

Luego, y como premio a la fidelidad, John Curran obsequia a los fans de Agatha Christie con dos relatos inéditos, uno de los cuales sirvió más adelante para desarrollar una novela, y el otro (un simple “esbozo” de 21 páginas impresas), a la espera de ampliación, que nunca llegó al serle rechazado por los editores por considerarlo poco oportuno, dado los tiempos pre bélicos que corrían. Este último aparece por primera vez publicado en el presente libro del que estamos hablando.

En suma, una minuciosa labor investigadora, llevada a cabo con gran respeto y admiración para bien de los lectores de la señora Christie.