Comparte este contenido con tus amigos

Gelman, el llamado de los dioses al Olimpo

“Poemas”, de Juan Gelman

Juan Gelman es un poeta comprometido con Argentina, su tiempo, la poesía y la vida. El Premio Cervantes que acaba de otorgarle el Ministerio de Cultura español es el más prestigioso del habla hispana y sube un penúltimo escalón al poeta argentino hacia el Olimpo. Gelman es un poeta de la diáspora del cono sur, un sobreviviente de esas turbias aguas castrenses que asfixiaron hasta las alcantarillas de América del Sur. Poeta con una ética de vida. Conmovido, en su estudio en el DF, ha dicho que su premio es un reconocimiento a la poesía que carece de grandes editoriales porque no es vendible y se desconoce su valor. Ha dicho Gelman una gran verdad: la poesía tiene lectores, los best-sellers tienen público. Desde 1969 le sigo los pasos y la portada que incluyo en este artículo corresponde a una antología intitulada Poemas, editada en 1969 en La Habana, y que recoge textos de sus libros: Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán.

Este libro lo he cargado por varios países de América Latina, también es un sobreviviente de las llamas y del olvido. En noches cerradas por la distancia y el deseo, sus poemas nos hicieron soñar, dispararon nuestros sentidos, porque la verdadera poesía tiene la capacidad de hacernos respirar un mismo aire. Para estas ocasiones pareciera ser que escribió “Oración”, en El juego que andamos:

Habítame, penétrame / Sea tu sangre una con mi sangre / Tu boca entre mi boca / Tu corazón agrande el mío hasta estallar / Desgárrame / Caigas entera en mis entrañas / Anden tus manos en mis manos / tus pies caminen en mis pies, tus pies. / Árdeme, árdeme / Cómeme tu dulzura / Báñeme tu saliva el paladar / Estén en mí como está la madera en el palito / Que ya no puedo así, con esta sed / quemándome. / Con esta sed quemándome / La soledad, sus cuervos, sus perros, sus pedazos.

Juan Gelman abandonó Argentina rumbo a Italia en 1975, empujado al exilio por las amenazas de muerte de la organización criminal La Triple A, que asesinó a la flor y nata de la juventud e intelectualidad argentina. Viajó posteriormente a Francia hasta que aterrizó definitivamente en México, donde vive actualmente, como otros intelectuales de renombre latinoamericanos: García Márquez, Vallejo, Mutis. Dejó Italia porque sintió que ya no estaba pensando en su propia lengua.

Juan GelmanEl 24 de agosto de 1976 comenzó a cambiar su vida definitivamente cuando su hijo Marcelo y su nuera española Claudia García, embarazada de siete meses, fueron secuestrados y posteriormente desaparecidos por los militares argentinos. Durante largos 23 años, Gelman buscó a sus dos hijos, que sólo tenían 20 y 19 años. Su nieta le dio la pista definitiva, cuando la encontró en Uruguay, en casa de sus padres adoptivos, la familia de un policía. La historia es conocida del mundo entero, Marcelo y Claudia integran la lista de 30 mil argentinos desaparecidos por la dictadura castrense. 15 años demoró la búsqueda de su hijo, pero su esposa Claudia ha quedado hasta hoy en el limbo como muchos otros. Gelman, porteño nacido en Villa Crespo, es en la actualidad columnista del diario argentino Página/12, desde donde analiza la marcha de los principales acontecimientos mundiales.

El poema “Mi Buenos Aires querido”, de Gotán, define la situación de Gelman, la describe dentro de su país y alma, porque después de todo es un poeta en medio de estas feroces circunstancias a las que le ha hecho frente con coraje y ética.

Sentado al borde de una silla desfondada / mareado, enfermo, casi vivo / escribo versos previamente llorados / por la ciudad donde nací / Atrápalos, atrápalos también aquí / nacieron hijos dulces míos / que entretanto te endulzan castigo bellamente / Hay que aprender a resistir / Ni a irse ni a quedarse / a resistir / aunque es seguro / que habrá mas penas y olvido.

Hace más de medio siglo, en 1956, con Violín y otras cuestiones, Gelman se hizo poeta en el papel y desde esa fecha iniciática ha editado más de 20 libros. Y una frase suya confirma su compromiso con esta manera de ver y hacer la vida, de denunciar la violación de los derechos humanos en América: “La poesía sigue viva, es un tirar contra la muerte”. Y también sostiene: “El tema de la poesía es la poesía. Por eso puede hablar de todo, incluso de amor, incluso. La poesía llega cuando ella quiere y no es que yo pueda invocarla o convocarla, porque nadie se sienta a escribir poemas porque quiere o porque se lo propone de política”.

Gelman, un viejo vallejiano, poeta coloquial, hijo de inmigrantes ucranianos, obtuvo el Cervantes, que tuvo como fuertes candidatos al poeta chileno Nicanor Parra, al narrador y poeta uruguayo Mario Benedetti, al prosista español Juan Goytisolo, entre otros. Al parecer, aunque nada está escrito, este año le correspondía a un escritor del otro lado del Atlántico. (El Cervantes queda en deuda con dos grandes del habla hispana, clásicos y universales, autores que han abierto puertas a la poesía, como Nicanor Parra y al diálogo entre Oriente y Occidente, como Goytisolo. Parra era un perfecto desconocido en España hasta hace poco que Galaxia Gutenberg editó la primera parte de sus Obras completas & algo más (“más” lleva el signo de la cruz. Un volumen de más de mil páginas).

El tema del amor, universal como la respiración, adquiere en Gelman un pasaporte para dos en una verdadera comunión.

Una mujer y un hombre

Una mujer y un hombre llevados por la vida, / una mujer y un hombre cara a cara habitan en la noche, / desbordan por sus manos, / se oyen subir libres en la sombra, / sus cabezas descansan en una bella infancia / que ellos crearon juntos, plena de sol, de luz, / una mujer y un hombre atados por sus labios / llenan la noche lenta con toda su memoria, / una mujer y un hombre más bellos en el otro / ocupan su lugar en la Tierra.

De Gotán.

 

Fábricas de amor

I

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuantas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.

II

Alza tus brazos, ellos encierran a la noche,
desátala sobre mi sed,
tambor, tambor, mi fuego.
Que la noche nos cubra como una campana
que suene suavemente a cada golpe del amor.
Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,
límpiame el aire:
yo quiero amarte libre.
Tú destruyes el mundo para que esto suceda,
tú comienzas el mundo para que esto suceda.

III

Me has amado las manos y caerán con el otoño.
Has amado mi voz y está arrasada.
Mi rostro ha reventado sobre ti como una piedra
impura.
Me has amado y amado
para que huya de mí, señor de sombras.
Me has destruido para que yo sea luz humana
cantando
como las criaturas de tu sangre.

IV

Que del recuerdo suba el olor de tu cuerpo y se
haga tu cuerpo.
Que la noche devuelva tu dulzura.
Que tus manos sean dadas por el temblor que dieron.
Que tus ojos regresen de todo lo mirado.
Paloma del amor
en vez
asciendes pura en libertad
giras y cantas como el cielo vas invadiendo el mundo.

V

Como un niño te canto bajo la noche oscura.
Cofre de los secretos, juegos hondos,
temblores del otoño como pañuelos rápidos,
te canto allí para que seas.
Señora del candor,
con boca limpia digo uno a uno tus nombres,
pongo mi rostro en la penumbra que de ellos
desciende,
hago un gran fuego con tus nombres bajo la
noche oscura.
En realidad quiero decir: me haces andar contra la muerte.

Gelman, que alguna vez construyó el rostro de su amada con adivinaciones del amor, ha dicho que vive para escribir poesía.

Ausencia de amor

Cómo será pregunto
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo
todo lo que esperado
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano.

 

La más mujer del mundo

Sonríe como un cómplice
bajo el calor suelta sus animales bellos desnudos indolentes
y recorren la tierra llenándola de ansias de carne en libertad
ella prepara sus abismos
ninguno la conoce
en la mitad de la noche me despierta la oigo
como enciende su furor
y las crepitaciones
de rostros que ella quema lentamente
contra su voluntad.

En el caso de Gelman podemos decir que la poesía sí paga y no me refiero a los poco más de 90 mil euros que recibió por el Premio Cervantes, sino a que la primera persona que lo felicitó fue su nieta Macarena.

Juan Gelman

Y entró a Buenos Aires
con su sombrero azul,
y la sombra de Jorge Luis Borges.
Viajero de tres puntas se hizo Sur,
orilló el puerto con los pasos
de antes y después,
marzo se dijo, marzo ya es tiempo,
rosa ocultas la ciudad,
mi metáfora,
soy yo, tu viejo lazarillo,
enciende mi luz

Rolando Gabrielli.