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Gregory ZambranoEl horizonte de las palabras:
La literatura hispanoamericana en perspectiva japonesa
(Conversaciones con académicos y traductores)

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El avión que lleva al poeta y académico venezolano vira hacia un espacio donde las palabras se reencuentran. Se ven cara a cara. Se hacen dos idiomas totalmente separados, pero a la vez hermanados gracias a la poesía, a las voces que cuentan, a las que revisan sus secretos. Más allá de cualquier raya en la distancia, aparece otro mundo, las llamadas antípodas, el mundo del otro lado de la tierra. Gregory Zambrano, viajero impenitente gracias a sus logros universitarios, vuela sobre el globo terráqueo: lo espera la cultura del Sol Naciente, lo espera la enigmática Japón, una tierra plena de islas en medio de un mar de ruidos y silencios, inviernos y veranos que hincan más en el alma que en la piel. Una vez en ese lugar, gracias al Instituto Cervantes de Tokio y a la Fundación Japón, quienes tomaron como becario a nuestro poeta, gracias también a las bondades del Programa de Estudios Japoneses, Gregory Zambrano se dedicó a estudiar, a dar clases, pero sobre todo a aprender de aquella gente de ojos rasgados, de piel clara de sol marcada por los trazos delineadores del talco de la memoria.

De esa experiencia —que duró un año—, el investigador logró entrevistar a un importante grupo de académicos y traductores nipones, dedicado a bucear en la literatura y cultura nuestras. Digamos que Gregory Zambrano fue a revisarse —a pasar por el tamiz de variadas opiniones que le rozaban el espíritu, los cartílagos de su nacionalidad americana— las ansias de saberse también mundo, universo, pluralidad. Pues bien, por esa pasión buscadora Zambrano produjo el libro El horizonte de las palabras: la literatura hispanoamericana en perspectiva japonesa (Conversaciones con académicos y traductores), editado en Tokio en 2009 por el mencionado Instituto de la capital de ese lejano y bello país asiático.

 

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La aventura de este libro comienza con unas palabras del autor en las que destaca la presencia de la Asociación Japonesa de Hispanistas, creada en 1955, y que “cuenta con unos 400 hispanistas japoneses y extranjeros residentes en Japón”. Otro dato nos acerca a la Asociación Japonesa de Estudios Latinoamericanos, entre otras. De modo que estamos hablando de una importante población académica dedicada a la cultura de nuestro continente, a nuestra lengua, a nuestra literatura. Cuenta Zambrano que del trabajo de ambas instituciones han nacido las traducciones de libros de García Márquez, Vargas Llosa, Borges, Cortázar, Neruda, Onetti, Fuentes, Puig, Arguedas, entre otros más. Esta labor comenzó en los años sesenta. De modo que se trata de un largo trecho que ha dado como resultado el acercamiento entre dos mundos que ya se reconocen. Por eso dice Zambrano en la presentación: “Estas conversaciones revelan la disposición y el ánimo tendientes a fortalecer el estudio de la lengua castellana y a impulsar en las jóvenes generaciones de japoneses el rico legado de la cultura hispánica”.

 

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No supimos la hora de los encuentros. Ni el lugar o los lugares, pero Gregory Zambrano logró hablar con Tadashi Tsuzumi, un viejo profesor de la Universidad Hosei de Tokio, quien ha traducido de Carpentier Guerra del tiempo, Concierto barroco, Los pasos perdidos; de García Márquez Cien años de soledad, El otoño del patriarca, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada. También ha trabajado a Puig, Borges y Onetti. Zambrano estableció una plática fluida y abierta con este hombre que sabe mucho de nosotros. Fumiaki Noya es otro de los contactados para esta obra. Es profesor de la Universidad de Tokio en la Facultad de Filosofía y Letras en la Escuela de Postgrado de Humanidades y Sociología. Ha traducido a García Márquez (Crónica de una muerte anunciada), a Cortázar (Queremos tanto a Glenda), a Vargas Llosa (La tía Julia y el escribidor), a Borges (Siete noches), a Paz (Águila o sol), a Neruda (Alturas de Machu Picchu), a José Donoso, etc.

En estas páginas también están Yoko Imai, quien trabaja en la Universidad de Kyoto Sangyo en literatura latinoamericana. Es graduada en Lenguas Extranjeras en Osaka, Departamento de Español. Esta mujer tiene una relación estrecha con Argentina, con Madrid y con Chile. Ha escrito sobre Cortázar, Donoso, Isabel Allende y Juan Rulfo. Con el traductor Akira Sugiyama el discurso también es fluido y denso. Este japonés nació en Perú. Vive en Tokio. Ha hecho doctorados en Japón, México y España. Es profesor en la Universidad Seisen. Y ha trabajado a Vargas Llosa (La ciudad y los perros), Rulfo (Pedro Páramo, El llano en llamas), Arguedas (Los ríos profundos, Yawar fiesta), Rodrigo Rey Rosa (Que me maten si..., El salvador de buques, La orilla africana)...

 

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Más adelante conversan con Gregory Zambrano Noriaki Takabayashi Iwasaki, quien también ha trabajado temas de autores de nuestro patio, corrientes como el realismo mágico, para ubicar a Asturias en Guatemala, entre otras personalidades del mundo de las letras. Ayako Saitou es profesora de la Universidad de Tokio. Hizo un Máster en Arte en Estados Unidos. Ha escrito sobre la literatura latinoamericana y ha elaborado antologías de novelas de autoras como Luisa Valenzuela, entre otras. Cernuda fue traducido al japonés por esta mujer.

Otros entrevistados fueron Takaatsu Yanagihara, Kenji Matsumoto, Makoto Onishi y Ryukichi Terao, quienes también han estudiado y escrito sobre nuestros escritores, secretos y enigmas culturales.

Muy bien lo dijo Gregory Zambrano en la entrada a su libro: “Nuevos escritores han visto sus obras traducidas y han podido visitar el ‘país del sol naciente’ gracias al apoyo de diversas instituciones, entre ellas muy especialmente la Fundación Japón. La labor emprendida por tantos académicos y traductores, con soporte institucional, ha tenido continuidad en el tiempo y se ha visto reforzada en los últimos años gracias al Instituto Cervantes, cuya sede en Tokio ha acogido a un conjunto apreciable de escritores representativos de América Latina y ha propiciado encuentros para la difusión de las letras...”.

Si bien el autor más traducido en Japón es García Márquez, también es cierto que el resto de América Latina ha aportado una gran cantidad de nombres notables, ya celebrados en Occidente, pero también de autores menos consagrados, quienes en Japón han comenzado a ser pronunciados.