En las tumbas de los sitios religiosos se han encontrado espejos enterrados cuyo propósito era guiar a los muertos en su viaje al inframundo. Cóncavos, opacos, pulidos, contienen la centella de luz nacida en medio de la oscuridad...

        Carlos Fuentes: El espejo enterrado.

La Diosa Coatlicue, "la de la falda de serpientes", es la figura central del panteón de las divinidades aztecas. Se nos dice que ha sido creada a imagen y semejanza de lo desconocido. A su alrededor se instalan reptiles, calaveras, manos laceradas. Todos estos elementos forman un todo, no hay fisuras. Ella, Coatlicue es "la totalidad de lo intenso, de lo autocontenido". Las deidades femeninas, antiguas, misteriosas y terribles entremezclan sus significados. En Europa, La Dama de Baza, descubierta apenas en 1971, aún nos vigila, sus manos repletas de anillos simbolizan la autoridad materna. Enterrada durante 24 siglos es también Diosa de la Tierra. Antes, quizás entre los siglos II y V, La Dama de Elche, perversamente erótica y seductora ocupa su espacio: doncella, amante voluptuosa y sacerdotisa. Se observa cómo los pectorales devoran sus senos, dos discos enormes cubren sus oídos. Los anillos transforman sus manos en garras.

Carlos Fuentes evoca la aparición de Frida Kahlo en el Palacio de Bellas Artes de México, como si ella fuera la materialización de Coatlicue: "madre envuelta en falda de serpientes, muestra su cuerpo lacerado y sus manos ensangrentadas como otras mujeres muestran sus broches (...) Es Frida Kahlo diciéndole a todos los presentes que el sufrimiento no marchitaría, ni la enfermedad haría rancia, su infinita variedad femenina"1... Octavio Paz, quien no temió tomar el peso del tamaño inmenso de la soledad y las máscaras mexicanas, nos dice que a este pueblo, más que el brillo de la victoria, lo conmueve la entereza ante la adversidad. Quizás este intentar acercarse a los dioses y mitos, al carácter enmascarado del mexicano, nos sirva para reinterpretar el hálito de Frida Kahlo.

Mi nacimiento
Mi nacimiento, Oleo sobre lámina. 1932. 31,7 x 34,6 cm, colección Edgar J. Kauffmann, Jr., Nueva York, fotografía de Kim Kalett.
Las dos Fridas
Las dos Fridas. Oleo sobre tela, 1939. 173,5 x 173 cm, colección Museo de Arte Moderno, México, DF. Fotografía de José Verde.

Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón nació el 6 de julio de 1907. Su familia la llamó siempre por su tercer nombre, Frieda, que en alemán traduce "paz". Ella, sin embargo, afirma haber nacido en 1910, año de inicio de la Revolución Mexicana. Si bien el país iniciaba transformaciones fundamentales, para su familia fue el momento del descalabro económico. Su padre, Guillermo Kahlo, había trabajado como fotógrafo para el régimen de Porfirio Díaz. El sacudimiento propio de la Revolución afectó su estabilidad. Hubo que hipotecar la casa, vender los muebles, alquilar cuartos. El humor del padre se hizo más taciturno, un aura de amargura pareció rodearlo. Matilde Calderón, su madre, enfrentó la adversidad discutiendo constantemente con los vendedores de comestibles, con los comerciantes, regateando siempre. Era analfabeta, pero sabía contar...

En 1914 Frida Kahlo contrajo poliomielitis. A partir de este momento intensifica sus diálogos con la otra imaginaria, su confidente consoladora:

"Debo haber tenido seis años cuando viví intensamente la amistad imaginaria con una niña de mi misma edad más o menos. En la vidriera del que entonces era mi cuarto (...). Sobre uno de los primeros cristales de la ventana echaba vaho y con el dedo dibujaba una 'puerta' (...). Por esa 'puerta' salí en la imaginación con gran alegría y urgencia. Atravesaba todo el llano que se miraba, hasta llegar a una lechería que se llamaba 'Pinzón'... Por la 'o' de Pinzón entraba y bajaba impetuosamente al interior de la tierra, donde 'mi amiga imaginaria' me esperaba siempre. No recuerdo su imagen, ni su color. Pero sí sé que era alegre, se reía mucho, sin sonidos. Era ágil y bailaba como si no tuviera peso alguno. Yo la seguía en todos sus movimientos y le contaba, mientras ella bailaba, mis problemas secretos"2.

Durante ese período se estrechó la relación con el padre, ambos atravesaron juntos la experiencia común de la soledad y la enfermedad. Años después, al referirse a él, Frida destaca su presencia y afirma que sus cuadros eran como las fotografías que él realizaba para ilustrar calendarios. Sólo que, para ella, éstos se encontraban dentro de su cabeza, él simplemente se esforzaba por representar los detalles característicos de la realidad exterior.

1922, año fundamental en el desarrollo de la Revolución, marca su ingreso a la Escuela Nacional Preparatoria de México. Sus compañeros son algo así como la crema y nata de la juventud mexicana. Hijos de una sociedad moderna, estudiaban allí porque éste era el centro de agitación cultural y política del momento. Libertad, orden y progreso, fueron las ideas fundamentales. La libertad como medio, el orden como base y el progreso como meta. José Vasconcelos, figura fundamental del pensamiento mexicano, era el Secretario de Educación Pública. Su objetivo fue la transformación de la educación mexicana en algo verdaderamente nacional. Mandó a construir mil escuelas rurales, formó un ejército de maestros que llevaron libros al interior del país, fundó bibliotecas, equipó campos de juegos y balnearios públicos, organizó escuelas de arte y conciertos al aire libre. Editó a los clásicos a precios accesibles, y contrató "a sueldos de albañil" a Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Siqueiros para decorar los muros públicos con imágenes de la historia mexicana del pasado y del cambio social que se vivía en el presente. El arte era para él el vehículo del cambio social; los hombres son más maleables cuando se apela a sus sentidos, afirmaba. Fue esta la escuela a la que ingresó Frida Kahlo, siendo ella una de las treinta y cinco mujeres de un estudiantado de dos mil. Eligió un programa de estudios que a los cinco años le permitiría ingresar a la Facultad de Medicina.

Junto con sus compañeros hizo campañas para reformar la educación, en sus reuniones habituales discutían a Hegel y Kant; leían a Dumas, Gogol, Andreiev, Pushkin, Azuela, Tolstoi. Inquietos, contestatarios, sarcásticos, burlones y confrontadores... eran la vida, la nueva vida, la esperanza del México revolucionario.

El 17 de septiembre de 1925 todo se transforma. En un choque entre un tranvía y un autobús, una barra de hierro atraviesa su pelvis. Su columna vertebral se rompe en tres sitios de la región lumbar, se fractura la clavícula y la tercera y cuarta costilla. Su pierna derecha muestra once fracturas, el pie aplastado y dislocado. El hombro izquierdo estaba fuera de lugar y la pelvis rota en tres sitios. Literalmente el pasamanos de acero la atravesó a la altura del abdomen, entró por el lado izquierdo y salió por la vagina. Fue el comienzo de una batalla contra su decadencia física. Luego del accidente, se sometió por lo menos a treinta y dos operaciones quirúrgicas, la mayoría en la columna vertebral y el pie derecho. Fueron veintinueve años enfrentando la muerte, esa que alrededor de su cama de hospital bailaba todas las noches, haciéndole burla; quizás la misma que acariciándola desgarradoramente mostró su cuerpo totalmente desnudo, ensangrentado y bañado en polvo de oro, cuando la rescataron debajo de los asientos del autobús ese fatídico día de septiembre. Desde entonces su papel de víctima heroica fue la máscara que se convirtió en su rostro:

"La pintura formó parte de la lucha que Frida Kahlo sostuvo por la vida. También constituyó un aspecto muy importante del proceso de su 'autocreación'; la presentación teatral de sí misma, en su arte, como en su vida, era un medio de controlar su mundo. Mientras se recuperaba, recaía y se volvía a reestablecer, se inventaba siempre de nuevo. Creó a una persona que podía movilizarse y hacer maldades con la imaginación en lugar de con las piernas (...). Frida es la única persona que se dio a luz a sí misma. La lucha entre las dos Fridas, la muerta y la viva, se estaba llevando a cabo siempre dentro de ella".

Así lo explicaba Lola Álvarez Bravo, una de sus compañeras de escuela. Para Frida, sin embargo, ese momento fue de un aprendizaje definitivo... Todo el tiempo del mundo se aceleró para ella, envejeció en segundos y aprendió a habitar un planeta transparente como el hielo... ¿Qué son los espejos: reflejos de la realidad o proyectos de la imaginación..?

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