Los jóvenes y adolescentes en el Uruguay son, en su mayoría, liceales, es decir, que se agrupan, principalmente, en los institutos de secundaria.
Los jóvenes y adolescentes en el Uruguay son, en su mayoría, liceales, es decir, que se agrupan, principalmente, en los institutos de secundaria. De esta manera es como pueden adoptar modismos y palabras, cuyos significados no son comprensibles para los que no están relacionados con ellos.

A continuación, transcribo un relato representativo del habla adolescente. De esta forma narró Fabián, de 19 años, su experiencia del fin de semana: "En la semana anduve resalado con el tema de las minas, y anoche, en la disco, parecía que no iba a poder enganchar, así que encaré con un litro, estaba buena la cerva, al toque nomás me puso en una onda de fin de semana. El loco que estaba chupando conmigo se piró a hablar de motos y se colgó en una que ni te cuento; pero yo estaba en otra, se me entró a podrir el bocho con una que ya estaba bastante zafadita y que hacía rato hedía en la vuelta. Mirá, la gata no era una bestia pero estaba muy bien, así que me curtí una de romántico que, realmente, mató; la conversé y la mina todo bien. Terminamos chapando y bueno, por ahí la semana que viene... Por eso digo, hay días que ligás, yo que sé, a mí esa vuelta se me dio. Te podrás imaginar, todo ok. Pero yo también, he tenido cada historia que no sabés".

Como se puede apreciar en el texto anterior, los mozos tienen un dialecto propio. Las chicas y chicos de hoy manejan mejor esos términos, que las gramáticas castellanas. Estas palabras, frases, expresiones, etc. que usan las nuevas generaciones son una mezcla de dichos criollos, vocablos ingleses, modismos argentinos, representaciones y asociaciones ingeniosas, abreviaciones, apodos, creaciones, etc.

Por ser bastante amplia, no pretendo analizar toda la gama de expresiones que utiliza, generalmente, el joven de esta zona del mundo. Sin embargo, algunas de las palabras y frases de la narración de Fabián fueron marcadas con negrita con el fin de poder llegar a definirlas lo mejor posible. A continuación una interpretación aproximada de las palabras señaladas:

resalado

Esta palabra, como se observa, esta compuesta por el prefijo inseparable "re" y el adjetivo calificativo "salado". El prefijo, en este caso, no quiere señalar exactamente una reiteración, como se usa normalmente: reelección, reivindicación, reinstalación, etc. Parece, más bien, sustituir al adverbio superlativo muy: "resalado, rebuena, reonda, retarado, reloco, etc.". Además, al sustantivo sal, se le da una acepción distinta de la que tiene en la Real Academia. Se le utiliza aludiendo a la mala suerte, a la desgracia. Finalmente el término "resalado" indica el hecho de andar "con mucha mala suerte".

minas

Deriva este término del americanismo que se usa para designar a la mujer concubina. Se estila asiduamente en el lenguaje porteño, lunfardo; como en el recitado del tango "Lloró como una mujer" de Cele Flores y J. Aguilar: "Cotorro al gris. Una mina ya sin chance por lo vieja que sorprende a su garabo en el trance de partir..." encaré

Si bien el diccionario dice al respecto: encarar, mirar cara a cara o de frente a una persona; la juventud uruguaya acostumbra conferirle a este verbo un atributo más extenso; se emplea como estar dispuesto a..., atreverse a..., hacerse cargo de... "No podía encarar en el trabajo después de la farra del domingo"; "prefiero quedarme a estudiar porque el lunes tengo que encarar con un escrito".

cerva

Indica cerveza. "Una cerva bien fría".

al toque

Esta expresión es una de las tantas derivadas del lenguaje popular del fútbol, muy comunes en el Río de la Plata. Al igual que "no me dio bola", "tiene cancha", "cortita y al pie", "me tiró la pelota", etc., la misma pertenece a un conjunto de términos de uso vulgar, que desnudan una característica singular de los pueblos de esta zona: la acentuada importancia que goza este deporte. Cabe señalar que los modismos futbolísticos no están reservados a los jóvenes en exclusividad. En este caso, "al toque", se usa como un sinónimo de "enseguida". "Me sacó al toque" (se dio cuenta de mi situación en el mismo momento).

onda

La interpretación que por lo general se le adjudica a esta palabra va más allá de la definición que aparece en el diccionario relativa a onda material y onda electromagnética. Se refiere, más bien, a un halo, intención, actitud, condición, estado de ánimo, etc. y en particular, tiende a expresar una vinculación de persona a persona: "nunca me dijo nada, pero creo que me tira onda", "tiene mala onda", "es de una onda buena de amor y de paz".

loco(a)

Este vocablo tiene una aceptación general y es usada como sustituto de "sujeto": "habían unos locos mirándose a la loquita de enfrente", "ese loco está requemado". También, a esta palabra, seguida de la preposición "de", se la interpreta como un adverbio superlativo (muy): "loco de viejo", "loco de vivo".

chupando

Término popular que se refiere a la acción de ingerir bebidas alcohólicas. Es común entre los jóvenes, jornaleros, peones, etc. Las palabras "chupado" y "mamado" representan, popularmente, lo que el idioma entiende por beodo, borracho, alcoholizado. Puede ser que el origen de estas expresiones sea de índole criolla. Ya en el año 1870, José Hernández, en su conocida obra de poesía gaucha, "Martín Fierro", relata: "No hay cosa como el peligro / Pa refrescar un mamao: / Hasta la vista se aclara / Por mucho que aiga chupao".

piró

Se embarcó en una explicación, se dejó llevar. Se fugó, se fue. "Yo piro escuchando rock".

se colgó en una que ni te cuento

El significado de esta frase es similar al de la palabra anterior. La emplean, a menudo, los jóvenes, refiriéndose a la excesiva atención, que una persona manifiesta por un tema determinado. (se colgó): Se utiliza el verbo "colgar" como "ligado a..", "entusiasmado en", etc. "se colgó en un terrible viaje", "se cuelga en cualquiera". (en una que ni te cuento): Expresa el carácter desproporcionado o extraordinario del acontecimiento que se pretende describir. En este caso en particular, Fabián se refiere a un tema exageradamente extenso, denso o aburrido. "Se armó una que ni te cuento". También, de la misma forma en que se emplea el dicho: "en una", se utiliza la variante: "en otra". "se fue en una de violencia pero yo estaba en otra".

podrir el bocho

Traducido a la lengua castellana clásica, significa: "desear lascivamente". Otro ejemplo es: "vos sabés que se me pudrió el bocho con la profe".

zafadita

Indica desprejuiciada. Otro símil de este adjetivo de uso vulgar sería: "regalada". En general, se utiliza el verbo "zafar", como alusivo a "salirse de la rutina, del lugar correspondiente", "hacer algo fuera de lo corriente". "El otro día me zafé de lo lindo", "¡No te zafés conmigo!".

hedía en la vuelta

Esta frase, de carga despectiva, se usa como sinónimo de "aparentar lo que no se es". También, es de uso común en el medio rural. "hedés a podrido", "es la tal hedionda".

la gata no era una bestia

En otras palabras, "la muchacha no era hermosa". "Tu prima es una bruta bestia, está refuerte".

curtí

Se interpreta como: "viví una historia", "experimenté como..". Son ejemplos: "el día está como para curtir una de balneario", "Fede se curte una de poeta".

que mató

Alude a una acción que "impresionó", "embelesó", "sorprendió". De esta manera, se conjuga el verbo "matar" como si fuera un sinónimo de "impactar". "Me mataste, no me la tenía a esa", "El recital del sábado la verdad que mató".

todo bien

De uso masivo, el "todo bien" de los jóvenes y de algunos adultos que lo usan, evidencia un sentido de despreocupación o, al menos, pasividad. Corresponde al "O.K." de la lengua inglesa. Algunos ejemplos son: "vos sabés que conmigo está todo bien", "las cosas están un poco feas pero, de última, está todo bien".

chapando

Expresión vulgar que describe una situación de acercamiento físico entre dos personas: "A la mayoría de las minas le gusta chapar en la disco", "está bravo el chape por acá".

ligás

De ligar, que tiene buena suerte. Recibir o percibir algo. "Anduve ligando lindo en la quiniela", "Así que el chiquilín se ligó una paliza".

esa vuelta se me dio

Este "dicho" está generalizado en el país, de manera que no sólo hace uso de él la muchachada, sino que, también un gran número de la población, independientemente de la edad. A continuación, la correcta interpretación de la frase en cuestión: "en aquella oportunidad obtuve un excelente resultado". Otro ejemplo de los giros que toma la expresión: "por más que busco en la vuelta, hasta ahora, no se me ha dado".

...cada historia que no sabés

En esta ocasión, Fabián apeló a una "salida" típica y de "onda". "Historia", lo mismo que viaje, aluden a experiencia; bien podría "traducirse" de la siguiente forma: "...ciertas experiencias que no te puedes imaginar".

Como se ha podido ver en la exposición que presentó Fabián, para un lector u oyente que, habiendo recibido una educación habitual, no se relaciona a diario con los adolescentes modernos, comprender su vocabulario es prácticamente imposible. Sin embargo, pese a la crítica que pueda suscitar el hecho de una notable decadencia del idioma, que pone en peligro la riqueza de la lengua tradicional, es indiscutible que el asunto puede mirarse desde otros ángulos no tan convencionales. En efecto, existen autores que cuestionan la disciplina lingüística en relación a la utilidad práctica de la comunicación. Entre ellos se destaca el colombiano Premio Nobel de 1982, Gabriel García Márquez, quien argumenta su opinión alegando que, más allá de los errores ortográficos, el lenguaje posee una función explícita. Esta tarea es, para estos defensores de la palabra libre, la de hacerse entender.

Surge, empero, un conflicto difícil de zanjar y que se puede expresar mediante una simple pregunta: ¿de qué manera y hasta qué punto afecta este trance social a la realidad presente y futura de los hombres?

A mi juicio, este problema es mucho más profundo de lo que aparenta. Entiendo que el lenguaje, verdaderamente, cumple una función prioritaria; pero esta prioridad va más allá de la simple comunicación. Es, más bien, un atributo de la conciencia.

Por otro lado, existen determinados factores que la ciencia ortodoxa no ha tenido demasiado en cuenta. Esos mismos factores pueden estar desarrollando un papel decisivo en la "evolución" del lenguaje humano. Tal es el caso de la relación que tienen ciertas plantas o sustancias en el metabolismo humano-cerebral.

Quizá después de vislumbrar el ser humano su naturaleza esencialmente inconsciente, por vez primera, puso en duda las estructuras de su propia mente. Al mejor estilo kantiano, algunos investigadores de este siglo manifiestan, prudentemente, sus miedos y recelos, por cierto muy justificados, en lo que concierne a las verdades racionales. También la física, de la mano de Einstein, Heisemberg, Pauli, Bohr, Bohm, Capra y muchos otros, ha relativizado los triunfos de la razón humana.

La hipótesis de que el lenguaje, asociaciones comparativas, preocupaciones religiosas, etc. puedan tener un origen químico-energético; sumada a las enormes coincidencias del trance chamánico y su uso ritual de las plantas sagradas, pone de manifiesto una tendencia holística que aúna a místicos, científicos, filósofos y,lo que es más importante, naturaleza y universo. Todo en todo, como si se tratara de una concepción panteísta de Oriente.

Al parecer, nuestra realidad existencial deriva de la dieta de los primeros homínidos omnívoros, que tras haber incluido en su alimentación el hongo psilocybe cubensis, despertó espontáneamente al florecimiento de la conciencia, tal como hoy la interpretamos. En este punto se entiende que el cerebro construye, en el caótico universo sensible, un sistema de ordenamiento. La serotonina es la sustancia endógena que mantiene, actualmente, el diálogo interno de los neurotransmisores y es, precisamente, una sustancia muy similar, la psilocibina, el elemento activo, inofensivo (no se conocen dosis peligrosas en la naturaleza) y creador que se encuentra en dicha seta, la cual ha mantenido una larga y estrecha relación con el hombre.

Vale decir, como conclusión, que, en gran medida, parte de nuestra juventud tiende al reencuentro con la naturaleza. Este proceso incorpora, en el lenguaje, el deseo ecologista y rebelde que no rinde homenaje a las estáticas reglas que impulsó a la vieja razón cartesiana y que culminó, ya en nuestro tiempo, en la invención de la bomba de hidrógeno. Existe, entonces, un impulso que lleva al hombre hacia la aventura en aras de nuevas interpretaciones del universo posible, aquel que está ahí, y que apenas vislumbramos.

La tecnología, si no apunta hacia la idea de la totalidad, es sólo una torpe imitación de lo que la vida produce y reproduce. De cualquier manera, el ser humano es un producto de esa gran naturaleza, y su conducta, lejos de ser libre, parece determinada por movimientos de su inconsciente; por ello, no debería ser puesta en tela de juicio.

En el adolescente se manifiesta un gran interés por la búsqueda de la sensación, que surge, casi instintivamente, de los recónditos designios genéticos del pasado. Desgraciadamente y por falta de orientación muchas veces esa carrera termina infructuosamente o, peor aun, en forma trágica y esclavizante, en las garras de una adicción.

Las expectativas viven, de repente, en torno al desenlace del pensamiento, del lenguaje y del universo que acompañarán a las nuevas generaciones.