~~~~~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ Edición 87 21 de febrero de 2000 ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ================================================ ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras es ~~~~~~~~~~~ una revista literaria que ~~~~~~~~~~~ difunde el trabajo de escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos contemporáneos ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Miembro de la Biblioteca Circular ** http://bc.encomix.es === Sumario =============================================================== | "Problemas con lectores", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | Gobierno de Chiapas ha publicado casi cincuenta libros. | Noticias / Página/12 publica versión de Gulliver. / Reeditan | biografía de Velázquez escrita por Ramón Gómez de la | Serna. / Massiani y Pocaterra en línea. / 300 | editoriales en la Feria de La Habana. / Arco 2000 | representa una mejoría en el mercado artístico. / Los | libreros no participarán en la Feria del Libro de | Barcelona. / La red de luto por Charles Schulz. / | Escritores puertorriqueños piden salida de fuerzas | estadounidenses de Vieques. / Austral publica antología | poética de Miguel Hernández. / José Antonio Escudero, | académico. / Publican intentos literarios de Luis | Buñuel. / Designan viceministro de Cultura de Venezuela | al artista plástico Manuel Espinoza. / A 50 años del | Canto general. / Instituto Cervantes y gobierno español | impulsarán el idioma en EUA. / Red Científica Peruana | crea base de datos sobre literatura. / Convocan en | México premio para estimular la literatura en lenguas | indígenas. | | Bienal Latinoamericana de Ensayo "Enrique Bernardo | Entre bases Núñez". / Premio Nacional de Poesía para Niñas y Niños | Narciso Mendoza. / Bienal Latinoamericana de Literatura | para Niños "Canta Pirulero". / Bienal Latinoamericana de | Literatura "José Rafael Pocaterra". / Concurso para el | Afiche del 41r Festival Internacional de Cine de | Cartagena 2001. / II Concurso de Relatos El Melocotón | Mecánico. / Concurso de Cuentos Ciudad de Elda. / I | Concurso de Novela Breve para Novelistas Inéditos Alejo | Carpentier. / I Concurso Latinoamericano de Cuentos | Infantiles No Sexistas. / Premio de Poesía Gabriel | Celaya. / Premio de Poesía Fernando Paz Castillo. / I | Concurso Internacional de Cuentos Breves. / Certamen de | Poesía Marc Granell. / V Certamen Internacional de | Literatura. / VIII Premio Juan March Cencillo. / IV | Concurso de Ensayos Gigamesh. / II Premio de Novela | Taurina Hoteles Tryp. / II Premio Literario Fundación | Joselito. / XVII Premio Carmen Conde de Poesía Escrita | por Mujeres. / VII Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas | de Gran Canaria. / VI Premio Latinoamericano de | Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura. / I | Concurso de Narrativa Breve Relatos de la Red 2000. / X | Premio Domingo Santos. / I Concurso Iberoamericano de | Poesía Neruda 2000. / XIII Bienal Literaria José Antonio | Ramos Sucre. / VII Premio de Pintura Ciudad de las | Palmas de Gran Canaria. / Concurso para escoger | participantes de la Exposición Utopía. / VII Bienal | Nacional de Novela José Eustasio Rivera. / Premio | Grandes Viajeros 2000. / Concurso Fotográfico XXVI Feria | del Libro "Los lugares de Adán Buenosayres". / Bienal de | Crítica e Investigación de las Artes Visuales "Roberto | Guevara". / VI Premio Nezahualcóyotl de Literatura en | Lenguas Indígenas 2000. / I Premio de Novela Manuel | Mejía Vallejo. | | Suicidas marítimos. / El regreso de Koinos. / Poesía | Paso de río estival. / Poesía para utopistas. / Cursos fotográficos. | / Un sitio para el arte. / Ángeles reeditados. / Ángeles | electrónicos. / Correctores de carrera. / Alternativa | para un taller. / A la quinta va la vencida. / Hasta el | primero. / Sobre lo que es el amor. / Cafés extraños. | | El Mundo del Cuento. | Literatura | en Internet | "Un siglo de tango", Arnoldo Varona. / "Crónicas desde | Artículos y Lima", José Luis Mejía. / "La voz de un surrealista", | reportajes Francisco Arias Solís. | | "El oscuro mundo de Norman Bates", Lenina M. Méndez. | Sala de ensayo | "Marionette", Héctor Torres. / Dos poemas de Gustavo | Letras de la Marcolli. / "Se busca", Carlos Egea. / Poemas de | Tierra de Letras Guillermo López Borges. / "Trenes", Raúl Hernández | Garrido. / Dos cuentos de Patricia Poblete Alday. / | Cuatro poemas de Antonio Vela López. / "En la cola del | cine", Javier Domínguez. / "Parte novena, cuarta docena: | de donde se habla del Quirquincho, de Nerón, del Tato, | de su grupo y del otro país", Daniel Noseda. / Dos | poemas de Andrés Larenas Méndez. / Dos textos de Yvette | Guevara-Dedaj. / "Al regreso de un largo camino", | Patricia Suárez. / Un texto sin título de Odette Da | Silva Cardozo. / "Tatuaje de fauno", Leandro Calle. | | Venezolana desde Montreal. / Interesado en la obra de | El buzón de la Juan Filloy. / El 23 de abril en otros países. | Tierra de Letras | La otra orilla, de Edda Armas. / Córdoba poética siglo | El regreso XX, tomo II, compilación de Feliciano Huerga. / Plegable | del caracol informativo del VII Festival Latinoamericano de Poesía | de Rosario. / La Vieja Factoría. | | Pablo Antillano. | Post Scriptum | Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras. / Las casas | Coordenadas de la Tierra de Letras. | | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753/ =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Para suscribirse o desuscribirse de Letralia, envíe el comando correspondiente en un mensaje sin subject a listserv@rediris.es: Para suscribirse: subscribe letralia Para desuscribirse: unsubscribe letralia También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/listas.htm === Editorial ============================================================= Problemas con lectores Recientemente fue clausurada la novena edición de la Feria Internacional del Libro de La Habana, evento de especial importancia para el continente, no sólo por lo que encierra en sí mismo como una de las actividades editoriales de mayor relevancia sino, además, por la aguda crisis político-económica que embarga a la isla. Pese a la pobreza ya proverbial en que están sumidos los habitantes de Cuba, los libreros que asistieron al encuentro manifestaron su sorpresa al registrar ventas superiores a sus expectativas. El cubano de hoy en día no puede ufanarse de estar en una posición económica ventajosa, pero esto no impidió que el público colmara la exposición y adquiriera las últimas novedades editoriales. Claro que el sistema educativo cubano se ha preocupado durante muchos años de estimular la lectura. Esto, que va más allá de las realidades políticas de la isla, nos deja una enseñanza a quienes desde otros países de América interactuamos a diario con el ambiente editorial: para que la literatura pueda convertirse en un "producto", en algo comercialmente fructífero, es necesario educar a los potenciales lectores. Y los potenciales lectores somos todos nosotros. Podrá argüir el romántico que sería aborrecible convertir a la literatura en un producto de éxito comercial. Que las letras perderían su estatus como disciplina artística y se envanecería la actividad del escritor. Sin embargo, hay que ser escritor en Latinoamérica para saber cuán necesario es que se ejecuten planes de estímulo a la lectura, de manera que no sean sólo los grandes autores como García Márquez y los creadores de best-sellers como Paulo Coelho los que puedan vivir de sus libros. En nuestros países es común la queja de que no vale la pena publicar un libro para luego relegar todos los ejemplares a cajones que luego van a parar a los desvanes de los frustrados escritores. Pero no ha habido planes coordinados que involucren a los productores de materia prima, los editores, los docentes y los escritores en el desarrollo de una cultura del libro, al alcance de todos los estratos sociales. La literatura, para que los literatos puedan vivir de ella, debe bajar de un pedestal no sólo social, sino también económico. Desde nuestro pequeño reducto literario digital confiamos en que la cada vez más fuerte presencia de Internet en nuestros países logre generar una mayor actividad literaria, a través de la difusión masiva que, quienes editamos electrónicamente, estamos propulsando. Con miras, por supuesto, a convertir a los escritores en dueños de su oficio; esto es, que así como un carpintero o un médico pueden pasar todo el día poniendo a funcionar sus conocimientos para producir dinero, nosotros podamos estar todo el día escribiendo sin que esto sea considerado una pérdida de tiempo. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === Letralia en el mundo real ============================================= Si prefiere el correo convencional, puede enviarnos libros, revistas, folletos, cartas, material para publicar y cualquier otra cosa que desee, a la dirección siguiente: Jorge Gómez Jiménez Revista Letralia Calle Ayacucho Norte, Nº 41-08, Entre avenidas Pichincha y Bermúdez Galpón de Editorial El Tabloide Cagua 2122, estado Aragua (Venezuela) === Déjenos saber su opinión ============================================== Para nosotros es importante saber qué opinión tiene de nuestro trabajo, pues así nos ayuda a mejorarlo. Siéntase en confianza diciéndonos lo que siente en http://www.letralia.com/encuesta.htm, o por correo electrónico en la dirección info@letralia.com. === Noticias ============================================================== *** Gobierno de Chiapas ha publicado casi cincuenta libros A principios de este mes fueron presentados en el Palacio de Bellas Artes, en México, los más recientes títulos publicados por el programa Libros de Chiapas 1999-2000, que adelanta el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes, Coneculta, con la finalidad de dar a conocer la literatura de la convulsa región azteca. El programa editorial consta de cinco colecciones, y entre sus títulos han sido publicadas obras de autores de la talla de Jaime Sabines (Al téquerreteque, libro de poesía para niños), Marco Aurelio Carballo (Muñequita de barrio, novela), Eusebio Ruvalcaba (Chiapas te extraña, crónicas de viaje, libro coordinado por este autor y en el que colaboraron otros siete escritores), Martha Poblett (Viajeros extranjeros en los siglos XVI-XIX) y Masha Zepeda (Plástica contemporánea de Chiapas), entre otros. La presentación contó con la asistencia de Raymundo Zenteno, escritor especializado en literatura para niños; Mario Uvence Rojas, director general del Coneculta; Eduardo Reyes Langagne, coordinador nacional de Desarrollo Cultural Regional del CNCA, y Carlos Román, secretario del Comité Editorial de Libros de Chiapas. *** Página/12 publica versión de Gulliver El diario argentino Página/12 está publicando, todos los sábados, una adaptación del libro Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, según informó el boletín de literatura infantil y juvenil Imaginaria (http://www.imaginaria.com.ar). La iniciativa, compartida con la editorial Gramón-Colihue, ha recibido una excelente acogida del público. Los textos fueron adaptados por el escritor Rogelio C. Paredes y cuentan con la ilustración de Saúl (seudónimo de Oscar Rojas). De esta manera se ha acercado la historia de Gulliver, el hombre que trazó una odisea a través de países en los que habitaban enanos, gigantes y caballos inteligentes, a los pequeños lectores de Argentina. Los interesados en ubicar las ediciones anteriores de esta serie, de la que ya se han publicado diez partes, pueden solicitarlas en la sede de Página/12, en Belgrano 671/77, 1092 Buenos Aires, Argentina. También se puede telefonear al 54 11 43342323 o escribir a lectores@pagina12.com.ar. *** Reeditan biografía de Velázquez escrita por Ramón Gómez de la Serna La Dirección General de Bellas Artes de España y Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores presentaron, el 9 de febrero, la reedición del libro que Ramón Gómez de la Serna escribiera en 1943 en torno a la vida y obra de Diego Velázquez, en el marco de las celebraciones del cuarto centenario del nacimiento del artista. La presentación se realizó en el Museo Arqueológico de Madrid con la presencia de Fernando Rodríguez Lafuente, director del Instituto Cervantes; Benigno Pendás, director de Bellas Artes; Luis Alberto de Cuenca, director de la Biblioteca Nacional; Hans Meinke, editor, e Ioana Zlotescu, coordinadora de las Obras completas de Gómez de la Serna y autora del prólogo del libro. El libro es ilustrado a todo color con fragmentos de algunas obras de Velázquez, y formará parte de las Obras completas de Gómez de la Serna que, bajo la dirección de Zlotescu, viene publicando Círculo de Lectores desde hace tres años. Las Obras completas de Ramón Gómez de la Serna tendrán, cuando el proyecto esté concluido, dieciocho tomos, de los cuales ya se han publicado once. Hans Meinke, responsable de la edición, afirmó que llegará hasta el final pese a lo que calificó de decepcionante recepción de parte de los lectores. *** Massiani y Pocaterra en línea La literatura venezolana ha arrojado obras de altísima factura que en muchas ocasiones han quedado desconocidas por ausencia de editores despiertos. Para contribuir con la solución a esta carencia, Héctor Torres (hectorres@mypad.com) y Lennys Rojas (lennysrojas@mypad.com) llevan adelante el proyecto Nueva Ficción Breve Venezolana, al que hemos cedido espacio en nuestro servidor, pudiendo ser accedido en: http://www.letralia.com/ficcionbreve NFBV acaba de publicar su quinta edición, en la que destacan los relatos Había una vez un tigre, de Francisco Massiani, y La i latina, de José Rafael Pocaterra. Dos pequeñas joyas de la narrativa venezolana que ahora pueden ser leídas sin costo alguno gracias a la iniciativa emprendida desde finales del año pasado por estos jóvenes de La Victoria, estado Aragua. Además, han sido publicados los cuentos El elegido del Olimpo, de Róger Rodríguez; La pantaleta rosada, de Josefina Jordán; Ríos de arena hacia la playa seca, de José Gregorio Lobo; Suicidio en Caucagua, de Gustavo Guerrero, y Viernes, de Sergio Dahbar. En la sección Extravagancias, donde se publican obras de literatura fantástica y del absurdo, se ha incluido El día que perdí la cabeza, de Gregorio Brito. *** 300 editoriales en la Feria de La Habana Con la presencia de Fidel Castro y contando con la participación de más de 300 editoriales de unos 30 países, se celebró entre el 9 y el 15 de febrero la IX Feria Internacional del Libro de La Habana, uno de los más importantes eventos editoriales del mundo de habla hispana. Los países con mayor participación fueron Italia, España y la misma Cuba. El encuentro fue dedicado a Italia y al poeta cubano Cintio Vitier, y se realizó en San Carlos de la Cabaña, en una fortaleza colonial española situada a la entrada de la bahía, en la que se habilitó un espacio de 2.800 metros cuadrados de exposición. El país anfitrión, Cuba, estuvo presente con más de mil títulos a lo largo de sus cuarenticuatro puestos de exposición. Literatura, historia, sociología y otros temas, relacionados con la cultura cubana e hispanoamericana, eran las principales ofertas de sus editoriales. Como parte de las actividades de la feria se otorgó el premio Alejo Carpentier de narrativa y ensayo, dotado con 5.000 dólares, al escritor cubano Antón Arrufat. El haber premiado a este autor tiene una significación especial, ya que el mismo había sido condenado al ostracismo, por razones políticas, en la década de los setenta. Arrufat considera que el premio es un reconocimiento a su obra completa y no sólo a la novela galardonada, La noche del aguafiestas, que será publicada por la sección mexicana de Alfaguara. La feria resultó ser un éxito insospechado para muchas editoriales extranjeras. Las españolas Alfaguara, Océano y Ediciones B terminaron adelantando acuerdos con el gobierno de la isla para instalar librerías en la capital. Las ventas rebasaron las expectativas que los libreros tenían de un público oprimido por la crisis económica y por las presiones políticas externas. Igualmente, los agentes literarios pudieron dar cuenta de la calidad que pueden lograr los jóvenes autores cubanos. Fueron positivos los contactos hechos por agentes como Mercedes Casanovas, Guillermo Shavelzon, Gloria Gutiérrez (enviada por Carmen Balcells) y una agente enviada por Andrew Wylie. El gobierno cubano aprovechó la presencia de los invitados internacionales para difundir una vez más su reclamo al gobierno de EUA en relación con la solicitud de devolución del niño Elián González, quien llegara hace varias semanas a la costa estadounidense después de perder a su madre en la travesía desde Cuba. Para ello, el Pabellón Infantil de la feria fue convertido en una tribuna para solicitar el "fin del secuestro". *** Arco 2000 representa una mejoría en el mercado artístico Entre el 9 y el 15 de febrero se realizó en Madrid la XIX Feria Internacional de Arte Contemporáneo Arco, que en esta oportunidad tuvo al arte italiano como invitado especial, y que contó con la participación de más de 250 galerías -101 de ellas españolas- procedentes de 28 países. La información sobre el evento puede ser revisada en su sitio web oficial: http://www.arco.ifema.es Inaugurada por el rey Juan Carlos -quien recorrió los pasillos por casi dos horas-, Arco reunió las tendencias artísticas tradicionales, las instalaciones, la fotografía y las novedades relacionadas con el comercio artístico a través de Internet. Muchos de los galeristas coincidieron en que Arco 2000 representó una recuperación del mercado artístico, en el marco de un proceso sostenido desde hace unos tres años y que se ha visto reflejado en el aumento progresivo de las ventas. Los precios de las obras expuestas oscilaron entre las 200.000 y los 5 millones de pesetas, salvo casos excepcionales como Ulls i bandes negres, de Antoni Tàpies, vendida en 31 millones. Otra de las características de los tiempos que corren es, a juicio de los especialistas reunidos en la feria, la expansión de las posibilidades que se está verificando actualmente a favor de los artistas procedentes de países alejados del ámbito anglosajón y alemán, nacionalidades que dominaban la escena artística hace una década. "Había una necesidad de cambio, una demanda, y se ha roto también con el mito de que cada país tiene que tener una escuela propia. Ahora el lenguaje artístico es internacional y eso es bueno para el creador porque puede saltarse su propio entorno nacional y acceder a otros circuitos", comentó Ana Carceller, artista asistente al evento. Algunos de los artistas con muestras interesantes fueron la fotógrafa aborigen australiana Tracy Moffat -Australia será el país invitado en Arco 2002-; Bülent Sangar, de Turquía, que expuso su trabajo fotográfico en torno a la vida de la clase media de su país; la escultora brasileña Ana María Tavares; el artista islandés Finnbogi Pétursson, y otros. Durante Arco fueron entregados los premios de la Asociación Española de Críticos de Arte (AECA), que recayeron, en la categoría del mejor artista internacional vivo, sobre la italiana Vanessa Beecroft (Génova, 1969), expuesta por las galerías Massimo Minini y Lia Rumma; como mejor artista español, sobre Manolo Valdés, expuesto en la Marlborough, y como mejor galería, sobre la germana Gmurzynska. Arco fue clausurada el 15 de febrero después de haber sido visitada por unas 170.000 personas y roto todas las expectativas de venta de los galeristas participantes. Las obras mejor vendidas fueron las de los maestros como Picasso, Miró, Tàpies, Barceló, Kiefer o Chillida, con precios que superaron los 15 millones de pesetas. *** Los libreros no participarán en la Feria del Libro de Barcelona El Gremio de Libreros de Barcelona anunció el 9 de febrero que no participará en la comisión organizadora de la Feria del Libro de esa ciudad, debido a que consideran que tal como está planteada esta actividad no tendrá ninguna utilidad. Según los libreros, sus propuestas para dar nuevos aires a la feria en su 24ª edición se han encontrado con una pared de hielo de parte de editores y distribuidores. Pep Durán, coordinador de la feria hasta hace poco, y representante de los libreros en la Cámara del Libro de Cataluña, indicó que el evento está muy por debajo de lo que Barcelona merece, y lamentó que el mismo haya sido "hasta ahora" un fracaso. Entre las propuestas de los libreros se encuentra la realización de actividades complementarias que extiendan el radio de acción de la feria hasta el nivel de los lectores y de todos los otros sectores relacionados con el libro. *** La red de luto por Charles Schulz Los fanáticos de Snoopy y Charlie Brown estuvieron de luto el sábado 12 de febrero por la muerte, a sus 77 años, de Charles Shulz, el creador de la tira cómica Peanuts, de la que ambos personajes son protagonistas. Schulz murió, por una de esas casualidades de cuyo azar suelen dudar los humanos, el mismo día que la prensa publicaba la última entrega de Peanuts. La historieta de Schulz apareció por vez primera en octubre de 1950, mucho antes de que Internet fuera creada, y durante cada día fue el entretenimiento de alrededor de 355 millones de personas en 75 países. Schulz hacía Peanuts a la manera antigua: con tinta y papel. La red permitió a sus fanáticos hacer público su pesar este fin de semana, a través del correo electrónico, plataformas de mensajes y sitios de conversación en línea, en un inmenso tributo electrónico al creador de Snoopy. "Estoy muy triste por la pérdida de Charles Schulz", escribió una usuaria de la plataforma de mensajes de CNN (http://www.cnn.com). "Él nos dio a Lucy, la mujer fuerte, al querido Charlie Brown, quien nos hizo sentir mejor respecto a nosotros mismos, y a Snoopy, quien nos enseñó que siempre hay una solución". Un hombre añadió que "el mundo es ahora menos de lo que era". Otra mujer escribió: "Mis gatos se llaman Snoopy, Lucy y Charlie Brown. Gracias, Charles Schulz. Te extrañaré". Muchos sitios de noticias y portales como Yahoo! publicaron en sus portadas tributos especiales al creador de Peanuts. Igualmente, los usuarios de WebTV conocían la noticia al ingresar al servicio. El sitio oficial de Peanuts, Snoopy.com, se actualizó el fin de semana con una portada obituaria para el respetado caricaturista. "Quizás, como muchos padres, no pudo soportar perder a sus hijos", dijo un reporte de ABCNews.com, haciendo referencia al reciente anuncio de Schulz de que dejaría de producir la historieta. *** Escritores puertorriqueños piden salida de fuerzas estadounidenses de Vieques La intelectualidad puertorriqueña se ha opuesto enérgicamente a los bombardeos que las fuerzas militares estadounidenses realizan en la isla de Vieques, y han exigido que se detengan tales acciones y se restablezca el equilibrio natural de la zona. Como medida de presión, los escritores han divulgado una carta de repudio en la que rechazan las actividades militares estadounidenses en Vieques. Firmada por decenas de autores puertorriqueños y latinoamericanos, la carta, que llegó a nuestra redacción a mediados de este mes, dice textualmente: "Ante la imposición, por parte del presidente de los Estados Unidos de América, William J. Clinton, de un alegado acuerdo permitiendo la reanudación de los bombardeos en la isla de Vieques, nosotros, los escritores abajo firmantes, expresamos nuestro firme repudio a tal decisión y nuestra total solidaridad con todas aquellas entidades que reclaman paz y justicia para el pueblo viequense. "La aceptación incondicional de esa medida injusta por parte del gobierno de Puerto Rico contradice las recomendaciones de la Comisión Especial de Vieques así como la política pública establecida por el propio doctor Pedro Rosselló. Éstas exigían un completo cese al fuego y la cancelación inmediata de los ejercicios bélicos en territorio viequense. Tanto la orden ejecutiva del presidente Clinton como el aval otorgado por el gobernador constituyen una abierta violación a los derechos humanos de todos los puertorriqueños. "Respaldamos, por lo tanto, las gestiones de los distintos grupos cívicos, políticos y religiosos para acelerar la retirada de la Marina de Guerra estadounidense, la restauración de los recursos naturales viequenses y el fin de las agresiones por aire, tierra y mar contra la nación puertorriqueña". *** Austral publica antología poética de Miguel Hernández Una antología publicada recientemente por la editorial Austral ha revitalizado la poesía del español Miguel Hernández (1910-1942), considerado uno de los más importantes de su país pero injustamente desmejorado por su vocación e poeta social. El trabajo de selección y edición estuvo a cargo del poeta José Luis Ferris, miembro de la Fundación Miguel Hernández. El libro de 372 páginas incluye, además de los poemas, un estudio preliminar, una cronología y un taller literario sobre Hernández. Según Ferris, los años han terminado engrandeciendo la obra de Hernández; "tanto que resulta asombroso pensar qué hubiera podido llegar a escribir de haber vivido más tiempo que esos 31 años". El antologista dijo que es necesario olvidarse de la imagen de "propagandista barato" que acompañó a Hernández. *** José Antonio Escudero, académico El historiador español José Antonio Escudero fue elegido el pasado 14 de febrero como miembro de número de la Academia de la Historia, por lo que declaró que era "un verdadero honor". Escudero suplirá la ausencia de Demetrio Ramos, quien murió hace unos meses. Escudero nació en Barbastro en 1936 y es catedrático de historia del derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Se licenció en derecho en las universidades de Zaragoza y Santiago de Compostela, y luego siguió estudios en Londres, Viena y Estocolmo. Su candidatura fue propuesta por Felipe Ruiz Martín y Carmen Iglesias. Eurodiputado entre 1987 y 1999, el nuevo académico ha ganado dos veces el Premio Nacional de Historia, en 1965 y 1979, y se informó que en su discurso de ingreso hablará acerca de los orígenes de la Inquisición. *** Publican intentos literarios de Luis Buñuel Luis Buñuel, el cineasta del que mañana se celebrará su primer centenario, sentía un amor muy profundo por la literatura como expresión artística. Escritos de Luis Buñuel, un libro publicado recientemente por la editorial Páginas de Espuma, recoge algunos de los intentos que hizo por acercarse a las letras. Entre los textos incluidos en el libro se encuentran poemas, apuntes biográficos, cuentos, críticas, bocetos de guiones y conferencias, entre otros. El libro es prologado por Jean-Claude Carriére, amigo y guionista de Buñuel durante casi dos décadas, y Manuel López Villegas, editor. Escritos de Luis Buñuel muestra en sus primeras páginas una carta que en 1974 escribiera desde París, justamente para impedir a unos amigos la publicación de sus textos, "primero, por pudor, y luego, para liberarles de un fracaso". *** Designan viceministro de Cultura de Venezuela al artista plástico Manuel Espinoza El 15 de febrero fue designado el artista plástico Manuel Espinoza como viceministro de Cultura de Venezuela, cargo que viene a sustituir al presidente del Conac, hasta ahora encarnado en la figura del gestor cultural Alejandro Armas. La designación se realizó en el despacho del ministro de Educación, Cultura y Deportes, Héctor Navarro. Espinoza, quien asumirá el cargo el próximo miércoles 22, dijo que su gestión intentará redimensionar al Consejo Nacional de Cultura para apoyar proyectos específicos con los fondos que genere la desburocratización, un proceso que se impone como una necesidad urgente. Manuel Espinoza ha participado en la creación de instituciones como el Centro de Enseñanza Gráfica (Cegra), la Galería de Arte Nacional (GAN), el Taller de Artistas Gráficos Asociados (Taga), el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón (Iuesapar) y el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul), entre otras. El artista pidió "un poquito de paciencia" a los gestores culturales del país, quienes claman por la revitalización del ente gubernamental. Destacó la necesidad de trabajar estrechamente con el sector educativo: "Si empezamos a trabajar con los docentes, los maestros, los niños, a crear una nueva forma de vivir, de existir como ciudadano, de una manera implícita van a crearse nuevas necesidades, nuevas expectativas y nuevas satisfacciones. Yo creo que ese es uno de los efectos estratégicos más importantes de la acción cultural pública". *** A 50 años del Canto general 24 grabados del pintor mexicano David Alfaro fueron incluidos en la exposición "A 50 años del Canto general: Pablo Neruda", inaugurada el 15 de febrero en el Centro Cultural de Viña del Mar. La exposición estará abierta hasta el 23 de abril, Día del Idioma, y forma parte de los actos que la ciudad ha organizado como homenaje al premio Nobel. Además de los grabados de Alfaro, se incluyen 30 fotografías del chileno Luis Poirot, incluidas en su libro Retratar la ausencia, y reproducciones de ilustraciones realizadas por participantes del Club de la Bota, que el mismo Neruda fundara en 1961. *** Instituto Cervantes y gobierno español impulsarán el idioma en EUA En conjunto con el Ministerio de Educación y Cultura, el de Economía y el de Asuntos Exteriores, el Instituto Cervantes firmó un convenio que permitirá acelerar la expansión del idioma español en Estados Unidos. En la firma también participaron la Federación de Gremios de Editores de España, la Asociación de Editores de Libros de Texto, la embajada estadounidense en España, la Fundación Germán Sánchez Rupérez y personalidades del mundo editorial. Como parte del acuerdo se estableció que en 2001 se creará el Banco de Datos del Hispanismo, que contendrá más de 5.000 entradas y permitirá disponer en una sola estructura de toda la información concerniente a los creadores, organismos e instituciones privadas -con datos tales como nombres, direcciones electrónicas, actividades, curricula, etc.- cuyas actividades tienen que ver con nuestro idioma. El Banco de Datos del Hispanismo podrá ser revisado libremente por los usuarios de Internet y se distribuirá también en CD-ROM. Se prevé que esta sea una herramienta de gran utilidad para el desarrollo del mercado editorial en español. Con este convenio se da un gran paso para la difusión de nuestra lengua en Estados Unidos, país hacia el cual las exportaciones de libros arrojaron más de 2.600 millones de pesetas -más que las exportaciones hacia Chile y Venezuela, por ejemplo. El secretario de Cultura de España, Miguel Ángel Cortés, destacó que para ese país la difusión de su idioma en Estados Unidos es una prioridad como nación, antes que como gobierno. Según Cortés, "esto es un nuevo paso, no sólo de la difusión de la cultura de España, sino de la cultura en español". Además, durante este año se ejecutará el Programa de Promoción de la Cultura y la Lengua Españolas, un plan que pretende difundir el cine y la literatura españoles en el país del norte. El programa contempla, entre otras cosas, incrementar la presencia española en los eventos editoriales de Estados Unidos, el auspicio de visitas de autores españoles a la Serie de Literatura Europea de la Universidad de Georgetown y la ampliación de la enseñanza del idioma en ese país. Por otro lado, el Centro Virtual Cervantes, el portal que el Instituto Cervantes mantiene en http://cvc.cervantes.es, dispondrá próximamente de un servidor espejo en Estados Unidos, que estará ubicado en San José, California, y permitirá mayor velocidad de acceso para los usuarios de ese país. *** Red Científica Peruana crea base de datos sobre literatura Como parte de sus proyectos informativos orientados a los usuarios peruanos de la red informática Internet, la Red Científica Peruana (http://www.rcp.net.pe) ha creado una serie de directorios especializados en las distintas artes, destacando por la variedad de sus registros el sitio literario. Con enlaces a cientos de páginas literarias en castellano, no sólo del país suramericano, el sitio Literatura presenta breves comentarios sobre los vínculos incluidos. Los datos pueden ser consultados con un buscador interno o revisados secuencialmente en los archivos a disposición del público en: http://cultura.rcp.net.pe/literatura *** Convocan en México premio para estimular la literatura en lenguas indígenas El Programa de Lenguas y Literatura Indígenas de la Dirección General de Culturas Populares de México, dirigido por Elías García, anunció la convocatoria a la sexta edición del premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas, creado para estimular la creación literaria en los dialectos originarios de la nación azteca. La edición de 2000 de este premio tiene como característica especial que muchas de las limitaciones impuestas anteriormente, como la comprobación de una trayectoria como escritores en lenguas indígenas, han sido derribadas, para incrementar la participación y variedad. El coordinador del ente convocante, que a su vez depende del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, destacó cómo la literatura en lenguas indígenas mexicanas ha contribuido a desarrollar las letras de ese país, "incorporando la riqueza expresiva de sus lenguas y culturas originarias". El premio ha sido ganado en años anteriores por el ensayista Víctor de la Cruz (lengua zapoteca), Juan Gregorio Regino (mazateca) y Gabriel Pacheco Salvador (huichola), entre otros. El galardón debe su nombre a Netzahualcóyotl, rey de Texcoco cuya obra lo convirtió en el máximo representante de la poesía prehispánica. ====================== Envíenos información cultural ====================== Este espacio está destinado principalmente a la divulgación del trabajo de los escritores hispanoamericanos, pero no desdeñamos la difusión de las noticias culturales, que siempre son de interés. Envíenos toda la información que pueda a info@letralia.com. === Entre Bases =========================================================== *** Bienal Latinoamericana de Ensayo "Enrique Bernardo Núñez" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Ensayo histórico. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; extensión máxima de 200 cuartillas; mecanografiadas a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras de la literatura latinoamericana, cuyos nombres serán publicados durante el V Congreso de Literatura "José Rafael Pocaterra", en abril de 2000. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 1.500 y publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** Premio Nacional de Poesía para Niñas y Niños Narciso Mendoza Alfaguara Infantil / Casa de la Cultura de Cuautla, Morelos (México) MENCIONES: Poesía dedicada a niñas y niños. PARTICIPANTES: Escritores residentes en México (mexicanos o extranjeros). CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; triplicado; papel tamaño carta; mecanografiado a doble espacio; extensión de entre 20 y 80 folios; tema libre. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo y sobre aparte cerrado con la identificación del autor, domicilio y teléfono. JURADO: Destacadas personalidades del mundo de las letras cuyos nombres serán anunciados una vez cerrado el concurso. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: 30.000 pesos mexicanos (equivalente a un poco mas de US$ 3.000). VEREDICTO: Antes del 19 de abril de 2000. El veredicto se difundirá en los diarios locales y el ganador será informado directamente. ENTREGA: 1 de mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Casa de la Cultura de Cuautla, bajos del ex convento de San Diego, 62740 Cuautla, Morelos, México. INFORMACIÓN: http://www.geocities.com/Paris/Cabaret/1168/convocatoria.html. *** Bienal Latinoamericana de Literatura para Niños "Canta Pirulero" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Poesía para niños. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; extensión máxima de 50 cuartillas; mecanografiadas a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras de la literatura latinoamericana, cuyos nombres serán publicados durante el V Congreso de Literatura "José Rafael Pocaterra", en abril de 2000. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 1.500 y publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** Bienal Latinoamericana de Literatura "José Rafael Pocaterra" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Cuento y poesía. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; extensión máxima: poesía, un poemario de entre 30 y 100 cuartillas, cuento, un libro de cuentos de hasta 200 cuartillas; mecanografiadas a doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras de la literatura latinoamericana, cuyos nombres serán publicados durante el V Congreso de Literatura "José Rafael Pocaterra", en abril de 2000. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: US$ 2.000 y publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** Concurso para el Afiche del 41r Festival Internacional de Cine de Cartagena 2001 Festival Internacional de Cine de Cartagena MENCIONES: Diseño de afiches. PARTICIPANTES: Artistas colombianos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Técnica libre (óleo, plumilla, acuarela, fotografía, collage, etc.); tema alusivo al festival; tamaño 50 x 70 cm; es indispensable que en el boceto aparezca la estatuilla que simboliza el trofeo del festival, o la India Catalina, al igual que la leyenda "Festival Internacional de Cine y TV de Cartagena", y reservar un espacio para la fecha del mismo. IDENTIFICACIÓN: Nombre del autor, o cuando sea habitual en el autor, seudónimo; sobre cerrado anexo en la parte posterior de la obra, con sus datos personales: dirección, teléfono, fax y correo electrónico. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 28 de febrero de 2000. PREMIACIÓN: 600.000 pesos y utilización de la obra como afiche del festival. VEREDICTO: Durante el 40º festival, del 3 al 10 de marzo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Baluarte San Francisco Javier, calle San Juan de Dios, Cartagena. *** II Concurso de Relatos El Melocotón Mecánico Fanzine El Melocotón Mecánico MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores españoles. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; género fantástico, de ciencia ficción o de terror; número ilimitado de obras por participante; duplicado; tamaño A4, mecanografiado y de ser posible acompañado con un disquete con el texto en formato Word o Ascii; extensión de hasta 25 páginas; doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el nombre, documento de identidad, edad, dirección, teléfono y dirección electrónica; en la parte externa del sobre deben figurar el título de la obra y el seudónimo. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Se escogerán 3 finalistas, de los cuales se nombrará un ganador, quien recibirá 35.000 pesetas y trofeo, o bien 50.000 pesetas. En caso de declararse desierto, los finalistas recibirán 10.000 pesetas cada uno. Además, los textos de los tres finalistas serán publicados en alguno de los números de El Melocotón Mecánico hasta la primavera de 2001. VEREDICTO: Volumen 8 de El Melocotón Mecánico (primavera de 2000). DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: II Concurso de Relatos EMM. Fanzine El Melocotón Mecánico. calle Dr. Pareja Yebenes, 4, 3ª A, 18012, Granada, España. *** Concurso de Cuentos Ciudad de Elda Ayuntamiento de Elda MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; no premiado anteriormente; tema libre; extensión de entre 8 y 10 folios; mecanografiado; doble espacio; una sola cara; triplicado; hasta dos cuentos por autor. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado en cuyo exterior se hará constar el seudónimo, y en el interior el nombre, DNI o pasaporte, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 4 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: 250.000 pesetas; accésit de 100.000 pesetas; ambos menos impuestos. Se nombrarán 30 finalistas. VEREDICTO: Primera quincena de mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Casa Municipal de Cultura, calle Príncipe de Asturias, 40 03600 Elda, Alicante (España). *** I Concurso de Novela Breve para Novelistas Inéditos Alejo Carpentier Centro de Estudios Alejo Carpentier MENCIONES: Novela breve. PARTICIPANTES: Escritores colombianos, residentes o no en Colombia. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; triplicado; tamaño carta; doble espacio; tema libre; extensión de entre 80 y 130 páginas. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos biobibliográficos del autor. JURADO: Gloria Rincón Cubides, Philip Potdevin y Germán Gaviria Álvarez. FECHA TOPE: 10 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Medalla Alejo Carpentier más la primera edición, impreso por la Universidad Central de Colombia, en la cantidad de 500 ejemplares, de los cuales se entregarán 150 al autor, 50 para publicidad y el resto para la comercialización de la Universidad Central, liquidándole al autor un 10% sobre la venta de los mismos. VEREDICTO: Será anunciado durante acto público el 24 de abril de 2000, en la Sala Fundadores de la Universidad Central, en Santafé de Bogotá, y en la página web http://www.philippotdevin.arts.co. ENTREGA: 28 de junio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Apartado 251019, Santafé de Bogotá, Colombia. INFORMACIÓN: Web: http://www.philippotdevin.arts.co. Correo electrónico: opusmagna@openway.com.co. *** I Concurso Latinoamericano de Cuentos Infantiles No Sexistas Red de Educadoras Populares entre Mujeres de América Latina y el Caribe MENCIONES: Cuento para niños. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana, independientemente de su sexo y edad. Dos categorías: amateurs y escritores profesionales. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; original; orientado a la lectura de niños; extensión de hasta 5 cuartillas tamaño carta; doble espacio; hasta tres trabajos por autor; un solo ejemplar; los trabajos presentados deberán desarrollar ideas que giren en torno a propuestas que planteen una relación de respeto y equidad entre los géneros. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. Si el autor enviara más de un texto, todos deben ir firmados con el mismo seudónimo. Deberá incluirse una reseña biográfica de hasta 10 líneas. JURADO: Coordinación de REPEM, un docente, un literato, un pedagogo y un periodista. FECHA TOPE: 10 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: US$500 para cada categoría, además de publicación de los textos ganadores. Se concederán cuatro menciones especiales que también recibirán publicación. VEREDICTO: 10 de abril de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Repem Montevideo, Colonia 2069, 11200 Montevideo, Uruguay. INFORMACIÓN: Teléfono-fax: 59 82 4030599 / 4080089. Mabel Busaniche (Acción Educativa, accioneducativa@ciudad.com.ar) y Alejandra Domínguez (Seap, seap@agora.com.ar). *** Premio de Poesía Gabriel Celaya Ayuntamiento de Torredonjimeno (España) MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Poetas de cualquier nacionalidad. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; extensión de entre 500 y 1.000 versos; sextuplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos personales del autor, incluyendo la nacionalidad y un lema. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 27 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: 500.000 pesetas y publicación de la obra. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ayuntamiento de Torredonjimeno, Plaza de la Victoria, 2. 23650-Torredonjimeno, Jaén, España. *** Premio de Poesía Fernando Paz Castillo Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos de hasta 35 años de edad, cumplidos antes del 2 de noviembre de 1999. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; no comprometido para su publicación; no premiado previamente; cuadruplicado; mecanografiado a doble espacio; papel tamaño carta; extensión de entre 30 y 80 cuartillas. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con dirección, teléfono, fotografía y fotocopia de la cédula de identidad venezolana. JURADO: Tres miembros designados por el Consejo Directivo de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 30 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 500.000 y publicación. VEREDICTO: 10 de junio de 2000. ENTREGA: 16 de junio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Casa de Rómulo Gallegos, avenida Luis Roche, Altamira. Apartado postal 69132, Caracas, Venezuela. INFORMACIÓN: http://zeus.ivic.ve/celarg. *** I Concurso Internacional de Cuentos Breves Pilar Ediçoes / Bianchi Editores MENCIONES: Cuento breve. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana o portuguesa. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano o portugués; extensión de hasta 2.000 palabras o 10.000 caracteres; mecanografiado; tamaño carta; triplicado; tema libre; inscripción a un costo de US$ 15.00, por el cual el participante recibirá posteriormente un ejemplar del libro a publicarse; cada participante podrá inscribir más de un cuento; la inscripción podrá efectuarse mediante giro postal, telegráfico, cheque o en efectivo a Roberto Bianchi. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con nombre, dirección, correo electrónico, telefax, profesión, número de documento de identidad y datos biográficos del autor; este sobre deberá llevar en su cara externa el seudónimo y el título de la obra; en el caso de participar con más de un cuento, cada trabajo debe incluir un seudónimo distinto y un costo de inscripción individual. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Los 3 primeros trabajos serán publicados en un libro cooperativo, en su idioma original y traducidos al otro idioma; las 7 menciones especiales serán publicadas en su idioma original; además, diploma honorífico y 20 ejemplares del libro para los autores de los 3 primeros premios; 10 libros para los autores de las menciones. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Roberto Bianchi, Concepción del Uruguay, Nº 1712; Montevideo, Uruguay. INFORMACIÓN: Teléfono-fax: 59 8 26190824. Correo electrónico: bianched@adinet.com.uy, pilaredi@adinet.com.uy. *** Certamen de Poesía Marc Granell Ayuntamiento de Almussafes / Edicions 96 MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores en idioma castellano o valenciano. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; quintuplicado; papel tamaño oficio o A4; doble espacio; tema y rima libres; extensión de hasta 200 versos; no premiado anteriormente; mecanografiado; encuadernado o cosido; IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor, en cuyo exterior se escribirá el título o lema del trabajo, la leyenda "Certamen de Poesía Marc Granell Vila D'Almussafes" y la modalidad (valenciano o castellano) en la que se presenta. JURADO: Alcalde de Almussafes o un representante de la Alcaldía; Marc Granell, Antoni Ferrer, Juan Luís Bedins y un funcionario de Cultura del Ayuntamiento de Almussafes como secretario. FECHA TOPE: 31 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Mejor poemario en valenciano, 100.000 pesetas, publicación por Edicions 96 y 40 ejemplares para el autor; mejor poemario en castellano, premio similar; mejor poemario de autor local en valenciano, 25.000 pesetas, publicación por Edicions 96 y 40 ejemplares para el autor; mejor poemario de autor local en castellano, premio similar. VEREDICTO: 14 de abril de 2000, en el acto de clausura de la Semana del Libro, en el Centre Cultural de l'Ajuntament d'Almussafes. Será difundido por la prensa, en Internet y por medio de correspondencia a los ganadores. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Biblioteca Pública Municipal d'Almussafes, Centre Cultural, Ausiàs March s/n 46440, Almussafes, España. INFORMACIÓN: Correo electrónico: edicions96@llibreweb.com. Web: http://www.librored.com/certamen2.htm. *** V Certamen Internacional de Literatura Edições AG (Brasil) MENCIONES: Poesía, cuento y crónica. PARTICIPANTES: Escritores europeos y latinoamericanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; idioma portugués o castellano; un solo ejemplar; tamaño carta; extensión de hasta 4 páginas; hasta 4 obras por autor; tema y estilo libre; cada autor puede participar en más de una categoría; doble espacio; IDENTIFICACIÓN: Datos del autor (nombre, dirección y teléfono). JURADO: Americe Canela Ribeiro de Ávila, Yvette Masuda y Maria Rosa Erbetta Giraldo. FECHA TOPE: 31 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: Diploma; los ganadores podrán participar en una antología cooperativa donde cada autor decidirá con cuántas páginas desea participar (mínimo de 2 páginas). Para cada página editada los autores se comprometem a adquirir 10 ejemplares. Los siete libros publicados anteriormente por Edições AG tuvieron un costo promedio de US$4,50 el ejemplar, siendo volúmenes de 128 páginas cada uno. VEREDICTO: 25 de abril de 2000. El veredicto será publicado en el Jornal de Divulgação de Concursos Literários e Internet. ENTREGA: 31 de mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Estrada do Campo Limpo, 6903 c/152, 05787-000, São Paulo, Brasil. INFORMACIÓN: Web: http://www.giraldo.org. Correo electrónico: agiraldo@yahoo.com.br. Teléfono: 55 11 37497152. *** VIII Premio Juan March Cencillo Fundación Bartolomé March Servera MENCIONES: Novela breve. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Original e inédito; extensión de entre 75 y 110 folios; mecanografiado; doble espacio; una sola cara; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Nombre, apellidos, NIF, dirección y teléfono del autor en la portada del material. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de marzo de 2000. PREMIACIÓN: 1.000.000 de pesetas y publicación en la Biblioteca Bitzoc. VEREDICTO: 3 de agosto de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Bartolomé March Servera. Calle Conquistador, Nº 13, 07001, Palma de Mallorca (España). INFORMACIÓN: Teléfono: 34 971 722829. Fax: 34 971 725803. *** IV Concurso de Ensayos Gigamesh Librería Gigamesh MENCIONES: Ensayo. PARTICIPANTES: Articulistas de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; ensayo que exprese la opinión o análisis de un tema, obra o conjunto de obras del género fantástico, de ciencia ficción o del terror; extensión de entre 5 y 25 folios; hasta 30 líneas por página a 12 puntos; duplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. JURADO: Alejo Cuervo, Albert Sol y Julián Díez, que actuará como secretario sin voto. FECHA TOPE: 1 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 50.000 pesetas; en caso de declararse desierto, se otorgará un segundo premio de 25.000 pesetas. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Librería Gigamesh. Concurso de Ensayo. Ronda de San Pedro 53. 08010 Barcelona, España. *** II Premio de Novela Taurina Hoteles Tryp Hoteles Tryp MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; tema taurino; idioma castellano; extensión de entre 150 y 250 folios; mecanografiado; doble espacio; una sola cara; hasta 30 líneas por folio; no premiado anteriormente; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con nombre, dirección y teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 2.000.000 de pesetas y publicación y comercialización a cargo de Espasa Calpe. Se podrá declarar un finalista con derecho a publicación. VEREDICTO: Durante la Feria de San Isidro de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Hoteles Tryp (II Premio de Novela Taurina). Calle Mauricio Legendre, 16. 28046-Madrid, España. INFORMACIÓN: tryp@trypnet.com. *** II Premio Literario Fundación Joselito Fundación Taurina José Miguel Arroyo, Joselito MENCIONES: Novela o ensayo. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; tema relacionado con la tauromaquia; idioma castellano; extensión mínima de 150 folios; mecanografiado; 12 puntos; doble espacio; una sola cara; no premiado anteriormente; triplicado. IDENTIFICACIÓN: Nombre, NIF, dirección, teléfono, fotocopia del DNI y datos biográficos del autor; se admitirán materiales identificados con seudónimo o lema, en cuyo caso se incluirá sobre aparte cerrado en el que se incluyan los datos mencionados. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 1 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 6.000.000 de pesetas (menos impuestos) como anticipo por derechos de autor. VEREDICTO: Mayo de 2000. ENTREGA: Aula Cultural Taurina de la plaza de Toros de las Ventas en mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Joselito (Plaza de Toros de Las Ventas, calle Alcalá 237, 28028 Madrid, España INFORMACIÓN: Web: http://www.teindico.com/premiofundacionjoselito. Telf.: 34 91 7264800. Fax: 34 91 3611607. *** XVII Premio Carmen Conde de Poesía Escrita por Mujeres Ediciones Torremozas MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritoras de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Libro inédito; no premiado anteriormente; tema y forma libres; extensión de entre 600 y 800 versos; triplicado; folios mecanografiados a doble espacio; una sola cara; numerado y encuadernado. IDENTIFICACIÓN: Nombre de la autora o seudónimo; en el primer caso deberá incluirse en cada ejemplar el nombre, dirección, teléfono y datos biográficos de la autora; en el segundo, deberá incluirse en cada ejemplar el seudónimo y se anexará un sobre cerrado contentivo de los datos mencionados. JURADO: Serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 15 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 500.000 pesetas y publicación en la colección Torremozas de Poesía de Mujeres. VEREDICTO: Mayo de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ediciones Torremozas, apartado 19.032, 28080 Madrid Premio Carmen Conde. *** VII Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Escritores de cualquier nacionalidad que no hayan obtenido el premio con anterioridad. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito (se considerarán inéditas aun aquellas obras que hayan aparecido parcialmente en publicaciones periódicas); idioma castellano; tema libre; extensión de entre 500 y 1.000 versos; una sola obra por autor, que no podrá ser una traducción ni una adaptación de otra obra; quintuplicado; ejemplares separados, numerados y mecanografiados a doble espacio; una sola cara; papel tamaño folio u holandesa; debidamente grapados, cosidos o encuadernados. IDENTIFICACIÓN: Los originales no irán firmados; sobre aparte cerrado con el título de la obra y el nombre, nacionalidad, dirección, teléfono y nota biobibliográfica del autor. El sobre principal deberá llevar en su exterior la leyenda "Para el VIII Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria". JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 19 de abril de 2000. PREMIACIÓN: 2.000.000 de pesetas. Se podrán conceder hasta dos accesits. La obra ganadora será publicada en 1.000 ejemplares, de los cuales 100 serán para el autor. También podrán publicarse las obras merecedoras de accesits. ENTREGA: Durante las Fiestas Conmemorativas de la Fundación de la Ciudad San Juan 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Consejo Municipal de Cultura y Fiestas Populares del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, c/ León y Castillo 322, planta 4ª, 35007, Las Palmas de Gran Canaria (Casa del Marino). *** VI Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil Norma Fundalectura 2001 Grupo Editorial Norma / Fundación para el Fomento de la Lectura Fundalectura (Colombia) MENCIONES: Narrativa infantil (para niños de 6 a 10 años). PARTICIPANTES: Escritores de los países latinoamericanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Libro de cuentos o novela; inédito; idioma castellano o portugués (en el caso de que el autor sea brasileño); no participante de ediciones anteriores del concurso ni presentado previamente a consideración de una editorial; tema libre; extensión de entre 25 y 80 páginas; tamaño carta; triplicado; mecanografiado a doble espacio con letra de 12 puntos; sin ilustraciones; los autores cubanos podrán enviar sólo una copia de su trabajo; los autores brasileños deberán enviar una copia en portugués. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos y hoja de vida del autor. JURADO: 3 destacados autores, investigadores o críticos de literatura infantil, un representante del Grupo Editorial Norma y un representante de Fundalectura, cuyos nombres serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 30 de abril de 2000. PREMIACIÓN: US$ 10.000 y publicación de la obra, así como participación, con gastos pagados, en un congreso, seminario o evento nacional e internacional de interés para el área de la literatura. Podrá entregarse también un accésit a la mejor obra de autor inédito, consistente en US$ 2.000 y la publicación de la obra. Los ganadores cederán al Grupo Editorial Norma sus derechos de publicación en castellano por 5 años. ENTREGA: Durante la 14ª Feria Internacional del Libro de Bogotá, en 2001. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundalectura, Premio Literario Norma-Fundalectura, avenida (calle) 40, Nº 16-46, Bogotá, Colombia. INFORMACIÓN: Teléfono: 57 1 3201511. Fax: 57 1 2877071. Correo electrónico: fundalec@impsat.net.co. Web: http://www.fundalectura.org.co. *** I Concurso de Narrativa Breve Relatos de la Red 2000 Editorial Premura MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito (se considerará inédito todo texto que no haya sido publicado ni siquiera por vías electrónicas, como Internet, newsgroups o BBSs); tema relacionado con Internet pero no de ciencia ficción; cada autor podrá presentar tantos relatos como desee; extensión de hasta 25 páginas tamaño A4, de 30 a 32 líneas por página y de 60 a 70 caracteres por línea; fuente Times New Roman; formato Word o RTF; adjuntar número de documento de registro en depósito legal a nombre del autor, si lo hubiera. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo, nick o heterónimo. Los cuentos deberán ser comprimidos en WinZip (http://www.winzip.com) y adjuntos a un mensaje que tenga en el subject el seudónimo asumido por el autor. En el mensaje se hará constar el nombre, dirección de correo electrónico de conexión, teléfono de contacto y número de identificación del autor. No se aceptarán direcciones de correo gratuitas ni anónimas. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de abril de 2000. PREMIACIÓN: Fondo inicial de 30.000 pesetas que puede ser ampliado por empresa patrocinadora; 15 accésits; publicación de las obras en edición conjunta. Estos premios estarán sujetos a una retención del 20%, según establece el artículo 26 del R.D. 2717/98 del 18-12 (BOE 303 del 19/12). VEREDICTO: Antes del 21 de junio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: edi@premura.com. INFORMACIÓN: http://www.premura.com/docs/concurso.htm. *** X Premio Domingo Santos HispaCon 2000 MENCIONES: Cuento. PARTICIPANTES: Escritores de habla hispana. No podrán participar los organizadores de HispaCon 2000 ni sus familiares. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; género de ciencia ficción, fantasía y terror; no premiado anteriormente; número ilimitado de cuentos por autor (aunque cada cuento debe presentarse en un sobre individual); extensión de hasta 20 páginas; doble espacio; 12 puntos; triplicado; de ser posible, acompañado con un disquete con el cuento en formato .RTF. IDENTIFICACIÓN: Lema; sobre aparte cerrado con el título del cuento, nombre, DNI, dirección y teléfono del autor. JURADO: Juan Miguel Aguilera, Elia Barceló, César Mallorquí, Rafael Marín y Domingo Santos. Existirá un comite de preselección compuesto por Marisa Cuesta, Marta Fernández, Sergio Iglesias, Rodolfo Martínez y Jesús Rodríguez. FECHA TOPE: 1 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: 150.000 pesetas. Se podrá entregar un accésit de 50.000 pesetas. En caso de empate el premio se repartirá equitativamente entre los ganadores. Los textos del ganador y de los finalistas serán publicados en la memoria de HispaCon 2000. VEREDICTO: Durante HispaCon 2000. ENTREGA: Durante HispaCon 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: X Concurso de Relatos Domingo Santos. Rodolfo Martínez. Calle Celestino Junquera 22, 1ª Izda. 33201 Gijón, España. *** I Concurso Iberoamericano de Poesía Neruda 2000 Municipalidad de Temuco MENCIONES: Poesía. PARTICIPANTES: Poetas de habla hispana. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; extensión de entre 100 y 300 versos que pueden consistir en uno o más poemas; triplicado; mecanografiado. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor que contendrá en su exterior el título de la obra y el seudónimo. JURADO: Miguel Arteche (Premio Nacional de Literatura 1996), Gonzalo Rojas (Premio Nacional de Literatura 1992) y Jorge Boccanera. FECHA TOPE: 5 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: US$ 5.000; 2º premio, US$ 2.000; 3r premio, US$ 1.000. El jurado podrá otorgar menciones honoríficas. VEREDICTO: Última semana de junio de 2000. ENTREGA: 12 de julio de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concurso Iberoamericano de Poesía Neruda 2000-01-31, Municipalidad de Temuco, Arturo Prat 650, Temuco, Chile. INFORMACIÓN: Teléfono: 56 45 265858. *** XIII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre Fundación José Antonio Ramos Sucre MENCIONES: Poesía y ensayo. PARTICIPANTES: Escritores venezolanos o extranjeros residenciados en el país. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; extensión: poesía, mínimo de 50 páginas; ensayo, libre; tema libre; hojas tamaño carta a doble espacio; cuadruplicado; mecanografiado; encuadernado; idioma castellano. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con el currículum vitae, dirección y números de fax y de teléfono del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 30 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: Bs. 2.000.000 y publicación. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Boulevard de Sabana Grande, edificio Mecy's, piso 4. Caracas 1050. INFORMACIÓN: Teléfonos 58 2 7619521 al 25. Fax: 58 2 7623897. *** VII Premio de Pintura Ciudad de las Palmas de Gran Canaria Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria MENCIONES: Pintura. PARTICIPANTES: Artistas de cualquier nacionalidad que no hayan recibido el premio anteriormente. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; técnica y temática libres; formato de entre 60 x 50 cm y 116 x 89 cm, en posición horizontal o vertical, incluyendo su enmarque en listón, cuya anchura no sea superior a 3 cm; sólo una obra por autor; las obras no selecciondas podrán ser retiradas después de la apertura de la exposición, en un lugar a determinar, y las admitidas una vez clausurada, dentro de los 30 días siguientes a la finalización de la misma; IDENTIFICACIÓN: Las obras no deberán estar firmadas ni presentar señal alguna que delate su autoría; sobre cerrado con datos del autor, adosado al anverso de la obra con la inscripción "Para el VII Premio de Pintura Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria". JURADO: Será anuncado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de mayo de 2000. PREMIACIÓN: Con las obras seleccionadas se celebrará una exposición, en un lugar a determinar por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y con la presencia del autor galardonado, dentro de las fiestas conmemorativas de la Fundación de la Ciudad "San Juan 2000". 1r premio, 500.000 pesetas; dos finalistas, 250.000 pesetas cada uno. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Excmo. Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Consejo Municipal de Cultura y Fiestas Populares, c/ León y Castillo 322, planta 4ª, 35007, Las Palmas de Gran Canaria (Casa del Marino). *** Concurso para escoger participantes de la Exposición Utopía International Board on Books for Young People, IBBY MENCIONES: Ilustración de textos para niños y jóvenes. PARTICIPANTES: Ilustradores latinoamericanos residentes en países de América Latina. CONDICIONES DEL MATERIAL: Ilustración de un fragmento del discurso "La soledad de América Latina", pronunciado por Gabriel García Márquez durante la ceremonia de entrega del premio Nobel en Suecia (1982); ilustración dirigida al público infantil; una sola ilustración por artista y sólo en original; técnica y formato libres aunque no debe cubrir un área superior a 50 x 50 cm; el texto de García Márquez puede obtenerse en IBBY Uruguay por los teléfonos y dirección electrónica mencionados más abajo. IDENTIFICACIÓN: Datos del autor. JURADO: Un jurado internacional cuyos integrantes serán anunciados oportunamente. FECHA TOPE: 1 de junio de 2000. PREMIACIÓN: Serán escogidas hasta 80 obras para participar en la muestra, que a su vez es parte de las actividades especiales del 27º Congreso Mundial de IBBY, a realizarse en Cartagena entre el 18 y el 22 de septiembre de 2000; se otorgará un primer premio y las menciones que el jurado considere convenientes; el ganador del primer premio asistirá al Congreso de Cartagena con los gastos pagados; la exposición será llevada a todos los países miembros de IBBY. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Solicitar información completa sobre la dirección de recepción, el discurso de García Márquez y otros datos, a IBBY Uruguay, por los números de teléfono 598 4015025 y telefax 598 4026589, o por la dirección de correo electrónico libruras@adinet.com.uy. *** VII Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera Alcaldía de Neiva / Fundación para la Enseñanza y Promoción de los ficios y las Artes Tierra de Promisión MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores colombianos residentes en cualquier parte del mundo, y extranjeros residentes en Colombia. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; mecanografiado a doble espacio; tamaño carta; extensión de entre 120 y 250 páginas; cuadruplicado; no premiado anteriormente. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor, así como su bibliografía. JURADO: Mario Escobar Velázquez, Benhur Sánchez Suárez y Adalberto Agudelo Duque. FECHA TOPE: 2 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 20 salarios mínimos legales M7cte. y edición de 1.000 ejemplares, de los cuales el autor recibirá 333. Se podrá otorgar hasta tres menciones de honor. VEREDICTO: 1 de septiembre de 2000. ENTREGA: 1 de diciembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Fundación Tierra de Promisión, Séptima Bienal de Novela José Eustasio Rivera, Carrera 6, Nº 4-59, Neiva, Huila, Colombia. *** Premio Grandes Viajeros 2000 Ediciones B / Iberia MENCIONES: Crónica de viajes. PARTICIPANTES: Escritores en idioma castellano. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; extensión mínima de 140 páginas; mecanografiado; doble espacio; por una sola cara; IDENTIFICACIÓN: Sobre cerrado con el nombre, dirección y teléfono del autor; declaración firmada en la que se haga constar que la obra no tiene comprometidos los derechos de publicación con ninguna otra editorial y que tampoco se halla pendiente del fallo de otro premio. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 15 de junio de 2000. PREMIACIÓN: US$ 32.000 y una vuelta al mundo o su equivalente en pasajes aéreos (aproximadamente unos US$ 13.000 más). VEREDICTO: Septiembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ediciones B, calle Bailén 84, 08009 Barcelona, España, o cualquiera de las sedes de la editorial en Latinoamérica. *** Concurso Fotográfico XXVI Feria del Libro "Los lugares de Adán Buenosayres" Fundación El Libro / Fotomundo MENCIONES: Fotografía. PARTICIPANTES: Fotógrafos argentinos aficionados y profesionales. No podrán participar empleados o familiares directos de los organizadores y auspiciantes. CONDICIONES DEL MATERIAL: Tema relacionado con cualquiera de los temas, circunstancias, personajes o momentos a que se refiere Leopoldo Marechal en la novela Adán Buenosayres; hasta 10 obras por autor; color o blanco y negro; formato de entre 20 x 25 cm y 30 x 40 cm, montado en passe-partout blanco de 40 x 50 cm. IDENTIFICACIÓN: Al dorso de cada obra se consignarán los datos del autor: nombre completo, documento de identidad, titulo de la obra, dirección y teléfono y, de aspirar al Premio Especial Agfa (para lo cual deben realizarse las fotografías con película y papel de esa marca), consignar tal condición poniendo al dorso de la copia la palabra "Agfa". JURADO: Ramiro Larrain (fotógrafo), Raquel Bigio (fotógrafa), María de los Ángeles Marechal (Fundación Leopoldo Marechal), Horacio García (Comisión de Cultura Fundación El Libro) y Silvia Mangialardi (directora de Fotomundo). FECHA TOPE: 30 de junio de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio, cámara digital Agfa E-Photo 780 y kit de productos Agfa; 2º premio, escáner Agfa 1236 y kit de productos Agfa; 3r premio, escáner Agfa 1212p y kit de productos Agfa; premio especial a la mejor foto Agfa, escáner Agfa 1212p y kit de productos Agfa; menciones de honor consistentes en diplomas, a criterio del jurado. Los productos Agfa mencionados en esta lista podrán ser sustituidos por modelos equivalentes que se encuentren en producción al momento de entregarse los premios. VEREDICTO: 7 de julio de 2000. ENTREGA: Agosto de 2000, durante el lanzamiento de la 27ª Feria del Libro. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Concurso Fotográfico 26ª Feria del Libro, Maipu 671, Piso 5, 1006, Buenos Aires. *** Bienal de Crítica e Investigación de las Artes Visuales "Roberto Guevara" Ateneo de Valencia, Carabobo (Venezuela) MENCIONES: Artículos periodísticos, investigación institucional y ensayo crítico. PARTICIPANTES: Escritores nativos y residentes en los países latinoamericanos y del Caribe. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; idioma castellano; cuadruplicado; en la categoría de artículos periodísticos concursarán las crónicas, reportajes y entrevistas publicados en los diversos medios de comunicación, impresos o del WWW, de una extensión mínima de 3 cuartillas, publicados a partir del 1/1/98; en investigación institucional concursarán textos producidos para catálogos de exposiciones, textos sobre artistas, y temas de arte, guías de estudio, otras publicaciones de museos, editoriales y fundaciones, publicados a partir del 1/1/98; en ensayo crítico participarán las investigaciones, textos, tesis de grado sobre el tema e inéditas, de un mínimo de 60 páginas. IDENTIFICACIÓN: Sólo se enviarán trabajos firmados con seudónimo en la categoría de ensayo crítico; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Reconocidas figuras del periodismo, la crítica y la investigación del arte de nuestro continente, cuyos nombres serán publicados durante el II Coloquio Internacional de Bienales y Salones de Arte de América del 58º Salón Arturo Michelena, en noviembre de 2000. FECHA TOPE: 1 de agosto de 2000. PREMIACIÓN: Artículo periodístico: US$ 500; investigación institucional: US$ 1.000; ensayo crítico: US$ 1.500; en todos los casos se concederá publicación por el Fondo Editorial Cubagua. VEREDICTO: Noviembre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Ateneo de Valencia, Av. Bolívar Norte c/c Salom. Valencia, estado Carabobo, Venezuela. O al apartado de correos Nº 1.288. Valencia 2001, Venezuela. En el exterior las embajadas y consulados venezolanos recibirán el material. INFORMACIÓN: http://www.ateneodevalencia.org. *** VI Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Indígenas 2000 Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México MENCIONES: Poesía, cuento, ensayo y novela. PARTICIPANTES: Escritores indígenas mexicanos. CONDICIONES DEL MATERIAL: Uno o más trabajos literarios bilingües (lengua materna y castellano); inédito; extensión mínima de 50 cuartillas por idioma (mínimo de 100 con la versión bilingüe); IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con los datos del autor. FECHA TOPE: 14 de septiembre de 2000. PREMIACIÓN: 50.000 pesos al mejor trabajo en cualquiera de los géneros. VEREDICTO: 12 de octubre de 2000. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Dirección General de Culturas Populares, avenida Revolución 1877, 6º piso, C.P. 01000, San Ángel, México, D.F. INFORMACIÓN: Teléfonos: 54 909768 / 62. Correo electrónico: cplitera@conaculta.gob.mx. *** I Premio de Novela Manuel Mejía Vallejo Unión de Escritores de América, Uneda MENCIONES: Novela. PARTICIPANTES: Escritores de América residentes en cualquier parte del mundo. CONDICIONES DEL MATERIAL: Inédito; novela con cierto sentido del humor o ironía; extensión de entre 200 y 300 cuartillas; triplicado; doble espacio. IDENTIFICACIÓN: Seudónimo; sobre aparte cerrado con datos del autor. JURADO: Será anunciado oportunamente. FECHA TOPE: 31 de diciembre de 2000. PREMIACIÓN: 1r premio: US$ 5.000. Finalista: US$ 3.000. ENTREGA: 23 de abril de 2001 en la Biblioteca Piloto de Medellín, Colombia. DIRECCIÓN DE RECEPCIÓN: Uneda, 252222, Bogotá, Colombia. === Paso de río =========================================================== Suicidas marítimos. Acaba de ser publicada la edición electrónica del poemario El mar de los suicidas, de la escritora española Nuria Ruiz de Viñaspre. Ya los textos son excelentes, pero apoyados por el diseño del libro cobran nueva vida. http://personales.jet.es/cannibale El regreso de Koinos. Daniel Gavidia (d4rksky@quakeclan.net), editor de la revista venezolana Koinos, acaba de anunciar la aparición, largamente postergada pero afectuosamente esperada, de su cuarto número. Koinos es una publicación especializada en ciencia ficción. Los tres números anteriores pueden bajarse comprimidos en formato .ZIP. http://www.geocities.com/Athens/3156 Poesía estival. Zapatos Rojos, agrupación literaria argentina, ha convocado a los amantes de las letras a participar en su Encuentro Estival de Poesía, que contará con invitados especiales y tendrá una rueda de lectura abierta. Se debe confirmar la asistencia a la dirección zapatosrojos@ciudad.com.ar. El encuentro se realizará el domingo 27 de febrero en el Centro Cultural El Aleph, en Juan Bautista Alberdi 1884, Flores. http://www.zapatosrojos.com.ar Poesía para utopistas. Quienes creen que las utopías siguen siendo materia para la poesía tienen ahora una lista de discusión. Sus impulsores invitan a participar a aquellos poetas que se preocupen por la suerte del hombre, su miserabilización y la falta de libertades básicas de nuestra contemporaneidad. Todo lo que hay que hacer para inscribirse en Utopoesia (insisten los convocantes en que es sin tilde) es enviar un mensaje en blanco a utopoesia-subscribe@egroups.com. http://www.egroups.com/list/utopoesia Cursos fotográficos. El Taller Escuela La Imagen dispone de diversos cursos para quienes gustan de capturar instantes. http://www.la-imagen.com.ar Un sitio para el arte. Con más de 500 artistas expuestos en sus páginas Arterealidad es un sitio enteramente dedicado al fomento del arte y la cultura latinoamericanos. El sitio ayuda a los artistas a promover su trabajo en forma gratuita. http://www.arterealidad.com Ángeles reeditados. Carlos Cazurro Burgos (webmaster@aodweb.com) ha anunciado la reedición de los primeros números de la revista ¿Ángeles... o Demonios?, con la intención de dar a conocer, a los lectores de hoy, los trabajos que la revista publicara entonces. Van por el número 2, que salió en edición original el 15 de septiembre de 1997. http://www.aodweb.com Ángeles electrónicos. El sitio Astrolabio.net acaba de publicar un trabajo completo sobre la naturaleza de los ángeles. Desde ángeles de la guarda hasta ángeles caídos, pasando por los fundamentos religiosos y hasta un foro de discusión para que el que lo desee converse sobre el tema. http://www.astrolabio.net/angeles Correctores de carrera. ¿Está usted interesado en seguir la carrera de corrector literario? Pablo Valle (pvalle@sinectis.com.ar) informa que el Instituto Superior Eduardo Mallea, de Argentina, ha abierto las inscripciones para ello. Puede solicitar información por el teléfono 54 11 47822701 o visitar La Página del Corrector. http://www.sinectis.com.ar/u/pvalle Alternativa para un taller. El taller literario de Diana Morales (libertad7@arrakis.es), que comentáramos en Paso de río de Letralia 86, ha cambiado de dirección. Los interesados deberán acudir a su URL alternativo. http://www.arrakis.es/~vmorales/curso1.htm A la quinta va la vencida. Los amantes de la ciencia ficción cuentan desde ahora con un sitio que trata al género con seriedad y profundidad, lo cual ya es bastante. La revista Quinta Dimensión apareció recientemente con un excelente diseño y mejor información. http://www.quintadimension.com Hasta el primero. Están abiertas las inscripciones, hasta el primero de marzo, para los talleres de poesía, guión cinematográfico y escritura teatral que dictará en breve la Escuela de Letras a costos verdaderamente económicos. Los grupos no sobrepasarán las veinte personas y se concederá prioridad a los alumnos residentes en el extranjero o fuera de Madrid. En todos los cursos los alumnos habrán de escribir, semanalmente, textos sometidos a distintas coerciones constructivas que se corregirán puntualmente de manera personalizada. http://www.escueladeletras.com Sobre lo que es el amor. El artista cubanoamericano Raúl Ferrera-Balanquet ha participado en el Nº 4 de frAme, una revista de arte y tecnología con base en Inglaterra. La pieza Amor no es herir intenta crear un espacio de reflexión sobre la violencia entre las parejas. http://trace.ntu.ac.uk/frame4/valentine.html Cafés extraños. Un café con sabor a arte es el que invita Luz Aceituno (luz@directo.cl) a degustar en su sitio Café Crearte. http://www.granavenida.com/crearte ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === Literatura en Internet ================================================ El Mundo del Cuento http://www.elcuento.com La accesibilidad de los distintos recursos que provee la red informática Internet está favoreciendo la aparición de pequeñas publicaciones literarias que cumplen sin alardes, pero con gran calidad, el objetivo primordial de servir de canal entre los escritores contemporáneos y los lectores. Un caso con el que podemos ilustrar esta idea es la revista El Mundo del Cuento. De periodicidad trimestral, El Mundo del Cuento es una publicación cuya línea ya está declarada en el nombre. Al pretender convertirse en un mostrario de lo mejor que puede ofrecer la narrativa contemporánea de habla hispana, los editores han enfocado sus esfuerzos en el texto, limitando el diseño a una presentación sencilla con un menú a la izquierda y los relatos, en archivos separados, a la derecha, sobre fondo blanco. Hasta ahora han aparecido cuatro números de la revista. El usuario podrá visitar cualquiera de los números anteriores accediendo al archivo desde cada una de las páginas. Si lo prefiere, puede remitirse a una selección, en el apartado "Antología", donde han sido reunidos los textos que, a juicio de los editores, mantienen niveles de calidad de excelencia; igualmente, puede revisar la lista de autores publicados, donde encontrará nombres que seguramente conozca, pues como en el mundo real, la red está aprendiendo a consagrar a los mejores de sus escritores. Algunos elementos brindan interactividad al sitio. Por ejemplo, usted contará con un foro en el que podrá debatir con otros lectores sobre temas tales como la calidad de los textos publicados o la literatura en general. Si desea estar atento a las próximas ediciones, puede suscribirse a la lista de anuncios en un formulario electrónico dispuesto para ello. También puede dejar sus opiniones en el libro de visitas o recomendar el sitio a uno de sus relacionados. Las condiciones para publicar en El Mundo del Cuento son declaradas en una forma sencilla, sucinta: sólo basta enviar un texto capaz de despertar el interés del lector y que mantenga originalidad y buena redacción y ortografía. "Buscamos mantener una línea editorial uniforme y de calidad, por lo que no todos los cuentos recibidos serán publicados", reza la hoja de condiciones. La revista admite cuentos enviados como cuerpo del mensaje o como archivo anexo -siempre que sea en .RTF, .TXT o .DOC-, a la dirección textos@elcuento.com. El autor interesado deberá incluir su nombre, su nacionalidad, su dirección electrónica y la indicación de si desea recibir comentarios de los lectores; además, opcionalmente puede enviar un párrafo breve, de hasta 6 líneas, con una autopresentación o datos curriculares. Publicaciones como El Mundo del Cuento, que conjugan calidad y economía de recursos, tienen ante sí la gran responsabilidad -que seguramente aceptan con todo gusto- de hacer más firme el camino hacia la apreciación de la red como un medio válido para el conocimiento de la buena literatura que el mundo de habla hispana está produciendo en estos convulsos tiempos. === Un siglo de tango Arnoldo Varona ================================= Hace pocos días se celebró mundialmente el Día Internacional del Tango, ese día se cumplieron 109 años del nacimiento de Carlos Gardel, máximo exponente del famoso género musical. A pesar del tiempo transcurrido el lugar de nacimiento del zorzal criollo, nombre con que también se le conoce, es motivo todavía de controversia, según algunos, Gardel nació en Tacuarembó, Uruguay, mientras otros aseguran fue Toulouse en Francia el lugar que lo vio nacer. Al menos ambas partes reconocen el día 11 de diciembre de 1890 como su verdadera fecha de nacimiento. Todavía hoy, a finales del milenio, un buen número de uruguayos y argentinos continúan enfrascados en una permanente discusión sobre la paternidad del tango. Por lo difícil de engarzar sus orígenes con certeza y de unir todas las piezas históricas que le precedieron, el tango se ha convertido en una cuestión de permanente rivalidad. La palabra "tango" apareció mucho antes de la que sería una conocida danza, según Esteban Pichardo en su Diccionario de voces cubanas (Matanzas, Imprenta de la Real Marina, 1836, p. 242), decía, Tango: reunión de negros bozales para bailar al son de los tambores; según Gobello, era una palabra que circulaba entre los paises esclavistas y se refería al lugar, tanto en África como en América, donde se concentraba a los esclavos. En Buenos Aires, a comienzos de los años 1800, se le llamó tango a las casas donde los negros realizaban sus bailes. La habanera Junto a las compañías de zarzuelas que visitaban los puertos del Plata llegan los marinos de las escuadras españolas, que traen el género musical cubano de moda en aquel entonces, la habanera. Para 1865 los teatros porteños la han hecho popular incorporándola a sus cuadros artísticos y musicales con el nombre de tango americano. El aporte de la habanera hispano-cubana al tango es de igual importancia que el aporte africano, junto a la milonga y el candombe de igual ascendencia Oche Califa. El tango, un lazo sensible y sentimental, al igual que el bolero y otros géneros musicales, nació en las esferas de prostíbulos o ambientes marginales de la época. Los primeros tangos propiamente dichos datan de comienzos de 1880, sus letras son obscenas y sus títulos no dejan lugar a dudas, el primer tango conocido fue Dame la lata: la lata era un objeto metálico que la "madama" de un lupanar entregaba a "las chicas" por cada cliente; para cobrar su parte del "macró", les decía dame la lata. Otros títulos como Dos sin sacarla, Con qué tropieza que no dentra, Siete pulgadas e incluso El choclo, que aunque realmente significa mazorca de maíz, en el sentido figurado y vulgar equivale al castellano "chocho" o "coño" que revelan la procedencia de estos primeros tangos. Ya a comienzos del siglo XX aparecen los grandes creadores del tango como el uruguayo Enrique Saborido, Rosendo Mendizábal, Ángel Villoldo, Manuel Campoamor y Eduardo Arolas, entre otros, quienes crearon con sus composiciones las bases del género musical; es cuando se escuchan El entrerriano, La morocha y El porteñito; esta fue la época de la primera revolución del tango y el surgir de la "Vieja Guardia" rioplatense. En 1907 se produce la internacionalización del tango cuando es llevado a París por los uruguayos Alfredo Gobbi y Enrique Saborido. En Francia el género produce una verdadera locura y desde allí se expande a toda Europa y Norteamérica. Hacia 1916 un tango de Samuel Castriota titulado Lita, unido a la letra del compositor Pascual Contrusi, hacen nacer a Mi noche triste, un tango-canción que en 1917 es popularizado por un humilde cantor rioplatense llamado Carlos Gardel, el más conocido intérprete de tango de todos los tiempos y convertido en leyenda después de su muerte en un trágico accidente aéreo en Colombia en 1935. Desde el primer tango y pasando por la revolución de la Vieja Guardia, el tango-canción; el tango orquestral de Julio de Caro que incorpora a la música rioplatense los recursos de la técnica musical; las famosas letras de Celedonio Esteban Flores que encarnan a la misma evolución de la sociedad y añaden con éxito la jerga vulgar al género, el lunfardo, y lo hacen popular; Enrique Santos Discípolo, Catulo Castillo, Eduardo Rivero, Alberto Castillo, Piazzola, Pugliese, el uruguayo Canaro, Roberto Goyeneche y muchos otros que nos hacen imposible concentrar en tan pocas lineas, sus triunfos como El día que me quieras, Madame Ivonne, Garúa, Por una cabeza, Mano a mano y Caminito, del argentino Juan de Dios Filiberto, todos, junto a las historias del hoy reconstruido Viejo Almacén en el barrio de San Telmo, Buenos Aires, así como el Café La Giralda, en Montevideo, Uruguay, donde se estrenó La cumparcita, el llamado "himno de los tangos", no son sólo recuerdos de un siglo que ya termina, un siglo de tango; son reminiscencias de un género que vivirá y perdurará para siempre como patrimonio de América. ** Arnoldo Varona Limia, periodista y productor radial nacido en Cuba y actualmente radicado en Miami. Ha publicado material ensayístico y periodístico en diversos periódicos y revistas de Estados Unidos y América Latina y es miembro de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos. arnoldov@aol.com. === Crónicas desde Lima José Luis Mejía ============================== *** Conducir en Lima Ni bien bajé del avión me enfrenté a las tres docenas de taxistas que en todos los tonos del mundo, con silbadita y "pssstpeteada" incluida, trataban de llamar mi atención para que abordara uno de sus vehículos que me conduciría, rauda y peligrosamente, del Jorge Chávez, nuestro maltrecho aeropuerto, hasta mi casa. Felizmente que Ella vino a recogerme. Si no fuera por el cretino que nos cerró el paso a la salida del estacionamiento y casi nos hace estrellarnos contra el muro de seguridad, mi primer viaje de retorno a Lima hubiera sido bastante apacible. Un jueves a la medianoche, salvo por unos cuantos privilegiados que aún tienen presupuesto para empezar a celebrar desde ese día el fin de semana, la ciudad se encuentra prácticamente desierta. No hay vuelta que darle, de la orgullosa capital de un Virreinato que abarcó media América sólo queda el nombre, Lima es una provincia de ocho millones, o sea, con los problemas de los pueblos chicos y sin sus virtudes. El viernes decidimos irnos al sur para aprovechar la tranquilidad de las playas invernales. Mis vacaciones se prolongaban hasta ese fin de semana y ese día me comporté como rentista. Me levanté tarde, tomé un pantagruélico desayuno, leí el diario con una paciencia feroz y preparé mis maletas. Ella, que no gozaba como yo de un día libre, se trataría de librar temprano de sus obligaciones para enrumbar a nuestro destino con luz, ya estaba todo coordinado y los invitados llegarían antes de las nueve para comer juntos. "Odio viajar de noche", me había dicho, y eso era lo que recordaba mientras recorría extraviado los corredores del supermercado. Apuré el paso y lancé a la carretilla todos los elementos incluidos en la lista que Ella me había entregado. "¿Tú haces las compras? Genial. Entonces a las cinco y media te recojo... ¡Estáte listo!". Y lo estuve, o casi, que es lo mismo. Ella llegó tarde, yo demoré 5 minutos y terminamos saliendo una hora después. "¡Odio viajar de noche!", me volvió a decir cuando tratábamos de ganar la carretera en la hora más bárbara del tránsito en la ciudad. Estábamos en lo que denominamos una "hora punta", es decir, el momento en el cual a todos los oficinistas se les ocurre abandonar su escritorio y se lanzan a las calles al volante de su automóvil último modelo de cuyas cuarenta y ocho cuotas ("lléveselo ahora y pague para siempre") sólo han cancelado siete, e inundan los pocos espacios libres que dejan los taxistas y microbuseros, hordas bárbaras de las cuales podrían escribirse varios tratados de psicoanálisis y tortura. Avanzar por la ciudad invadida de coches es una aventura. Si no es una combi que se te cruza por la derecha es un microbús que viene por la calle contraria y cree que la luz roja del semáforo la han inventado para ignorarla. Como la solidaridad es un bien escaso, se forman los atracones ("tacos" les dicen en Chile) que tiene su origen en la estrechez mental de algunos conductores (me pregunto qué pasaría si una prueba de inteligencia y otra de cultura general fueran necesarias para tener brevete). Después de perder más de media hora en recorrer los cinco kilómetros que separan mi casa de la carretera, logramos ingresar a la vía rápida, cuando la noche ya tendía su manto sobre esta ciudad caótica y mal iluminada. Íbamos llegando a la garita de control para pagar el primer peaje cuando el auto paró en seco. Si no fuera por la rapidez de sus reflejos, Ella, las bolsas del supermercado, nuestros maletines y yo hubiéramos terminado, según corresponde, en el hospital, el taller y el tacho de la basura. ¿Y para qué? Lo ignoramos. No había carros adelante, no los había detrás. Supusimos que el conductor tendría un boleto reservado en "Turismo Caronte" y por no estorbar su primer viaje, Ella le cedió el paso. Es interesante ver cómo cambia el humor de una persona que maneja en las carreteras del Perú. "No me distraigas y mira atento la pista", me dijo Ella en un tono áspero, distinto a la modulada dulzura a la que me tiene acostumbrado. Iba a iniciar el razonamiento de rigor para localizar las causas de sus molestias cuando de pronto, a diez metros de distancia, apareció de entre las sombras un ciudadano que, ignorando olímpicamente el crucero peatonal que se encontraba casi sobre nosotros, creyó audaz atravesar la carretera donde los vehículos circulaban a cien kilómetros por hora. Cuando los adjetivos salieron de su boca, callé inteligentemente... Diez minutos después tuvimos que superar a un camión que iba zigzagueando por la pista; luego darle paso a un ómnibus descomunal casi sin luces que, por el espejo y de noche, parecía un carro que trataba de adelantarnos por la derecha; más tarde evitar chocar contra un camión estacionado al borde del camino a cuyo conductor se le ocurrió la genialidad de poner el triángulo de emergencia a sólo dos metros de distancia; y, por último, sentir a un hijito de mamá que pasaba a ciento sesenta kilómetros por hora en un deportivo del año que, seguramente, era de papi. Finalmente, llegamos a la playa. Ella respiró aliviada y, como por arte de un mago antiguo, su sonrisa la iluminó de nuevo. El medio centenar de muertos en tres accidentes de carretera que la mañana siguiente anunciaba el diario y el informe especial sobre los cadáveres que deja mensualmente la imprudencia de los que ignoran los pasos peatonales en las vías rápidas, fueron razón suficiente para que el regreso lo hiciéramos de día y yo me negara, por enésima vez, a iniciar mis clases de manejo... *** La soledad de Pushkin Alexander Pushkin nació en Moscú el 26 de mayo de 1799 y, antes de morir en un absurdo duelo al que fue arrastrado por las actitudes de su poco honorable y muy casquivana esposa, se convirtió en uno de los más altos exponentes de la literatura rusa y universal. En sólo 37 años, este hijo de la antigua nobleza dejó sentadas las bases de todo lo que después se escribiría en su país. Como señala un crítico: "Decir que Alexander Pushkin es el iniciador de la literatura rusa moderna es una verdad irrefutable, pero yo diría algo más: que Pushkin es el creador de esta literatura...". Pues bien, este año celebramos el segundo centenario de su natalicio y la Universidad Católica tuvo a bien realizar, conjuntamente con la Embajada de la Federación Rusa en el Perú, una mesa redonda en honor al poeta. Lo cierto es que hace unos días (y algunos meses después de realizado el homenaje) la universidad invitó a la presentación del libro que reúne las ponencias que leyeron, en su oportunidad, los participantes en el acto celebratorio. Hay que decir que notables intelectuales e importantes profesores de la Católica aparecen en el libro, nombres como los de Marco Martos, Patricio Ricketts y Ricardo Silva-Santisteban no necesitan presentación en el Perú y son garantía de una magnífica lectura. La ceremonia se realizó un mediodía, en el Salón de Actos de Humanidades, y fue una lamentable demostración del poco interés que los alumnos de letras tienen en las Letras, así con mayúscula. Pasados algunos minutos de la hora señalada, el maestro de ceremonias dio inicio al acto. Ocho personas estaban en el escenario, sentados al frente de una larga mesa y mirando hacia el público. En un moderno auditorio donde cabrán, al menos, doscientos espectadores, sólo estábamos una docena de desconcertados asistentes que mirábamos a todos lados incrédulos. Tras el saludo de rigor de la decana de la facultad, el embajador ruso hizo uso de la palabra; muy parco él destacó el nombre de su compatriota y se congratuló de la integración de dos culturas tan distantes. Fue muy breve. Luego se escucharon las voces de algunos de los escritores cuyas ponencias estaban en el libro y, finalmente, un joven estudiante de teatro leyó, con gracia y entonación adecuada, un monólogo de El caballero avaro, magnífica pieza dramática del homenajeado. Aplausos. El presentador invitó a los concurrentes (a esas alturas ya éramos como veinte) a compartir un vino. Es de suponer que el caviar (que abundaba), los bocadillos que se veían magníficos, los pequeños y atractivos emparedados y las varias botellas del jugo mágico de las uvas que hizo popular Baco (de cuya calidad no puedo dar fe, pero no dudo), quedarían allí, desairados, como doncella de fresca epidermis, sonrojada y precavida, que es abandonada por un caballero infiel que prefiere las seguridades de una cortesana de piel curtida, pero intrépida y liberada, a las promesas de un amor de virgen. Pues sí, la juventud estudiosa de la universidad, esos miles que celebraron su ingreso a la institución con rapado de cabello, mucha cerveza, lágrimas y todo ese vacío sentimentalismo subtropical, muy típico de nuestras patrias, ¿dónde estaban? ¿Sería que los exámenes finales apremiaban y era imposible distraerse? ¿Habrían salido a tomar las calles reclamando por algún derecho conculcado o por algún compañero injustamente encarcelado? ¿Se encontraban en mitad de su faena laboral, sudorosos y cansados, pero con el pensamiento puesto en sus estudios y con la inmensa desazón de no haber podido acompañar a Pushkin en la presentación de su libro? ¿Tendrían alguna desgracia familiar que les impedía asistir a clases? ¿Se habrían enrolado en las filas de voluntarios para levantar escombros en Turquía o Grecia? ¿Los ocuparía enseñar sus enraizados conceptos humanistas en alguna escuela marginal donde ofrecen alfabetizar a los niños pobres y desamparados? ¿Estarían, siquiera, sentados en algún cubículo de la biblioteca o echados en el jardín, acariciados por la frescura primaveral, leyendo a Pushkin o Shakespeare, a Vallejo o Neruda, o al menos despabilándose con Mafalda? No. Las señoritas y señoritos (que los había, y en decenas) estaban comiendo en la cafetería, comentando el último chisme de Cosas (la versión sudaca y minimizada de Hola), lamentando la imposibilidad de Pacho Maturana para entrenar el seleccionado peruano de fútbol o maltratando, con tono académico, lo lento y manoseado del libreto de la telenovela que acaban de estrenar. "Es un problema de masificación", me dijo un amigo, ahora estamos en el tiempo de la cultura del periódico. Un día sale un comentario elogioso de algún libro (por sedante que sea) y en la tarde las librerías están llenas de compradores de "best-sellers" que sólo la semana anterior habían comprado el armatoste de quinientas páginas que el diario recomendó entonces. ¿Leerán lo que compran? Vaya usted a saber. No me quedé al brindis, cuando me iba observé que una mesa estaba repleta de los ejemplares del libro de homenaje a Pushkin que esperaban para ser regalados a los asistentes, supongo que de allí al depósito el camino no es muy largo. Al pasar por la cafetería (ahora creo que es el único ambiente de nuestras universidades que siempre está colmado de estudiantes) me encontré con un antiguo alumno, uno de esos que en la academia andan siempre con un libro bajo el brazo (y jamás nadie los vio leyéndolo), usan lentes (aunque no los necesiten) y ponen cara de inteligentes cada vez que repiten una de las cuatro frases que hace tiempo se aprendieron de memoria. "¿No fuiste al homenaje a Pushkin?", afirmé preguntando. "¿Pushkin? Ah... No... Nadie me avisó... Estaba almorzando... Además... ¡No llevo clases con él!". *** Literatura viva Hace ya muchos años que asistí a la secundaria y en último o penúltimo año (ya no lo recuerdo) estudiamos literatura peruana. Luego de repasar, muy superficialmente, la historia que va desde Homero hasta Darío (porque el tiempo siempre termina por reducir la currícula y para la gran mayoría de los escolares peruanos la literatura se acaba en el modernismo), enfrentamos lo que el Amauta José Carlos Mariátegui llama "el proceso de la literatura", cuando estudia en sus 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana el devenir de las letras nacionales. Sin intentar contestar la bizantina pregunta: ¿cuándo se inicia la literatura peruana?; puedo afirmar que en la inmensidad de las instituciones educativas del país los alumnos salen creyendo que todos los escritores peruanos o están muertos o viven en Europa. Por ejemplo, en mi experiencia personal, salvo Vargas Llosa, Bryce y Ramón Ribeyro, nada estudié de la literatura viva del Perú, de aquellos que en ese momento (la década de los ochenta) continuaban el camino trazado por González Prada, Palma, Vallejo y Eguren; toda la literaura peruana contemporánea se reducía a una enumeración de muertos ilustres y autoexiliados escritores. Los jóvenes andan por el mundo con la seguridad de que los grandes poetas y narradores son una raza camino a la extinción, mientras los adultos se encargan de hacerles entender que la bohemia es cosa del pasado y que todos los que se dedican al arte están condenados a ser alcohólicos, homosexuales y, sobre todos los "horrores", pobres. Recuerdo un poema de Yerovi que narra el encuentro de dos antiguos enamorados en el semáforo en rojo. Él, en su carro, rumbo quién sabe a dónde, y ella, en su camioneta llena de chiquillos, llevando a sus hijos al colegio. Ella le cuenta que se casó y le pregunta "¿y en qué trabajas?", a lo que él responde orgulloso "soy poeta", y ella afirma y vuelve a preguntar "sí, pero, ¿en qué trabajas..?". ¿Qué sucede? ¿Acaso los profesores ignoran que existen decenas de grandes escritores vivos en pleno proceso creativo? ¿No comentan los padres los nuevos libros que aparecen en el mercado? ¿No tienen una modesta biblioteca con los títulos más célebres editados últimamente? ¿No visitan librerías? ¿No leen en los diarios -siquiera- de las mil y una presentaciones que se realizan todas las semanas en los auditorios de la capital? Pienso que todo nace de la ignorancia en la que pretenden mantenernos sumergidos. Es la política del "cuanto menos saben, menos molestan" que aplican esos a los que jamás conoceremos y que son los que, en última instancia, manejan los destinos de las naciones. Es de suponer que la frase "intereses creados" los identifica correctamente. Pero como Roma no se hizo en un día, tampoco pretendo que el sistema educativo nacional pase de ser el desastre que conocemos (donde los postulantes que menos puntaje suman en el examen de ingreso a las universidades son los de educación) a ser el más avanzado en América Latina. Solamente sugiero que los cerebros luminosos (que aún nos quedan algunos en la administración pública y unos pocos más entre los pedagogos privados) adopten medidas audaces e innovadoras que permitan desperezar a los maestros, educar a los alumnos y acercar a la comunidad, que somos todos, a aquellos que superando trabas y prejuicios, olvidos e incomprensiones, se lanzan por el camino de la creación. ¿Qué espera hoy día un poeta en el Perú de su libro recién impreso? Espera que en la presentación los amigos y la familia compren una buena parte de los trescientos o quinientos ejemplares que ha publicado porque sabe que el resto tendrá que regarlalo o dormirá el sueño de los justos en el último rincón del último estante de las librerías, donde los dueños de esos establecimientos los relegan porque nadie compra poesía en el Perú. Los narradores no tienen mejor suerte. Salvo unos cuantos que tienen la simpatía de la crítica, pueden darse el lujo de vender dos mil o tres mil ejemplares (cifra ridícula en un país con más de 25 millones de habitantes), los otros (entre los cuales hay plumas magníficas y muchas promesas) tendrán que convertir sus cuartos en depósitos donde se arruman los libros que mandaron a imprimir con su dinero y que nadie adquiere. ¿Qué sucedería si en el Perú se obligara a todos los alumnos del último año de secundaria a leer los libros de los escritores vivos? Empezando por los consagrados como Zavaleta, Bryce o Rivera Martínez, en narrativa; Sologuren, Belli o Varela, en poesía, y continuando con una lista variada e interminable de creadores que destacan, en prosa o en verso, como lo más graneado de nuestras letras. ¿Qué ocurriría si -al fin- algún cerebro pensante concluyera que es buena idea que los adolescentes de nuestra patria se acerquen a los que en este momento, hoy y ahora, se desvelan escribiendo, corrigiendo e intentado dar a sus lectores cada vez mejores trabajos? Imagínense que ese novelista pudiera vender los libros que tiene empaquetados al lado de la cama. Piensen qué sucedería si ese poeta colocara no quinientos sino diez mil libros. No creo que mi sugerencia sea una panacea, pero estoy seguro de que más de un escritor podría vivir dignamente de su trabajo si en todos los colegios del Perú leyeran sus libros, podrían muchísimos ilustres narradores y poetas acercarse más a los jóvenes, ser verdaderos maestros y llevar su voz, culta y autorizada, a través de toda la nación. Se estimularía el hábito de la lectura y muchos de aquellos escolares que leyeron a Martos o a Silva-Santisteban, a Ollé o a Dughi, crecerían acompañando el desarrollo de los artistas y estimulándolos colmando sus conferencias, abarrotando las salas donde presenten sus publicaciones y, sobre todo, comprando sus libros. ** José Luis Mejía, escritor peruano nacido en Lima en 1969. Doctor en literatura peruana y latinoamericana por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ejerce la docencia y sus Crónicas desde Lima aparecen con periodicidad semanal en los diarios chilenos El Divisadero y Atacama, el mexicano Síntesis y el peruano La Industria. Editó la revista Poetas en Busca de Editor (http://www.ezperu.lima.net.pe/poetas) y la colección poética Luciérnaga. Coedita la revista chileno-argentino-peruana Francachela (http://www.francachela.homepage.com). Ha publicado Por seguir la tradición (1997), Para atrapar una luciérnaga amarilla (1997, 1998) y La muerte (1999). jlmh@ezperu.com. === La voz de un surrealista Francisco Arias Solís =================== "Ese paisaje se hiela menos sobre el espejo que sobre las uñas de los muertos que han de resucitar con los dedos convertidos en flores en flores de agonía y de salvación". Luis Buñuel. El surrealismo gozó durante un tiempo de buena salud, y aun cuando oportunamente comenzó a flaquear, todavía se le atribuían secretas virtudes: cuando algo no quedaba del todo claro siempre cabía alegar que no había por qué entenderlo. Buñuel se benefició a menudo de sus ribetes surrealistas. Sin embargo, Buñuel es uno de los grandes cineastas de todos los tiempos, no por haber insistentemente simbolizado la realidad, sino casi por lo contrario: por haber hecho tan reales -tan cercanos, humanos, terrenales- los símbolos. Luis Buñuel nace en Calanda, provincia de Teruel, el 22 de febrero de 1900. A los tres años, su familia se instaló en Zaragoza y sólo en épocas de vacaciones residieron en Calanda, alternando desde 1915 con estancias veraniegas en San Sebastián. Muy aficionado a la música, en estos años aprendió a tocar el violín y el piano. Terminado el bachillerato, cursado en los jesuitas, el joven Luis Buñuel marcha a Madrid para cursar la carrera de ingeniero agrónomo e ingresa en la Residencia de Estudiantes. Buñuel cambia al poco tiempo de estudios, encaminándose hacia la ingeniería industrial y posteriormente, allá por 1920, se decide cursar ciencias naturales. Un año después, cuando sabe por Américo Castro que la carrera exigida para los lectorados de español en las universidades extranjeras es filosofía y letras, inicia la rama de historia, en la que se licenciará en 1924. De este período cabe retener la dedicación de Buñuel al boxeo amateur (campeón de España en 1921), sus actuaciones como actor teatral aficionado y, sobre todo, su creciente interés hacia el cine, que fue uno de los polos de atracción cultural de la "Generación del 27". Muy pronto Buñuel se convierte en uno de los estudiantes más famosos de la Residencia. Federico García Lorca, que llegará a la Residencia un año después que él, le solía repetir: "Tú eres muy bruto". "Y era verdad", nos decía Buñuel. "Y, sin embargo", añadía Buñuel, "a Federico se lo debo todo. Es decir, sin él yo no habría sabido lo que era la poesía". Dalí llega a la Residencia tres años después de haber entrado Buñuel, pero pronto se convierten en grandes amigos, no es ni mucho menos casual que su primera película, Un chien andalou (1929), fuera escrita al alimón con Salvador Dalí. En 1925 Buñuel marchó a París. En 1926 dirigió en Amsterdam una escenificación de El retablo de Maese Pedro, de Falla. Se integró en la Académie de Cinéma, un taller de iniciación y práctica cinematográfica dirigido por el realizador franco-polaco Jean Epstein, el nombre más relevante del cine de vanguardia francés en aquellos años. De 1927 datan los primeros proyectos de realización cinematográfica de Buñuel. Desde París, dirigió la sección de cine de la fundamental Gaceta Literaria Hispanoamericana, publicación dirigida por Ernesto Giménez Caballero. De esta relación con Giménez Caballero surgió el proyecto de organizar un cineclub en Madrid, que se crearía efectivamente en el otoño de 1928 -el primero en España-, con el título de "Cineclub Español". Un chien andalou es un filme que se presta a continuas exégesis -tanto a nivel poético, simbólico o psicoanalítico. Al ser presentado en el Studio des Ursulines de París, los surrealistas la aclamaron como una obra propia, con la alta aprobación de André Breton (Buñuel había asistido a la proyección con guijarros en los bolsillos, para atacar -o defenderse de- a los espectadores malevolentes, pero no hubo de usarlos). Un chien andalou determinó la adopción de Buñuel por el grupo surrealista de París y ello facilitó la realización de su siguiente, L'Age d'or, que es tal vez el filme más importante de su autor y de toda la producción cinematográfica surrealista. Rafael Alberti nos contaba: "Después de Un perro andaluz y La edad de oro -las dos obras maestras de un surrealista- saldría Luis Buñuel a Tierra sin pan, su magnífico documental sobre la mísera región de las Hurdes". La máxima figura del exilio cinematográfico español abandona España en septiembre de 1936 en misión oficial, cuando su nombre gozaba ya de prestigio mundial, no entre el gran público, sino entre las élites intelectuales. En 1949 Buñuel obtiene la nacionalidad mexicana. Luis Buñuel fallece en México el 29 de julio de 1983. En 1962 -el mismo año de la presentación de Viridiana-, Buñuel manifiesta en una entrevista con el crítico japonés Kenji Kanesaka, que las películas propias que más recomendaba eran Él y Nazarín (hasta entonces las más "interiores"), que Los olvidados no es un documental y que el cine es un medio maravilloso para expresar el mundo interno del creador. Buñuel sabía lo que traía entre manos. Sabía que no siempre había podido, ni había logrado, hacer lo que hubiese querido hacer. Que reproducir documentalmente la realidad y escapar simbólicamente de ella son el anverso y reverso de la misma medalla. Que para entender la realidad humana no hay más remedio que profundizar imaginativamente en ella, al modo de los grandes novelistas. De todo ello se encuentran fuertes trazas en Los olvidados, Él, Nazarín y Viridiana, pero se acusa vigorosamente sólo en El ángel exterminador (1962) y resplandece gloriosamente -o crudamente- en las cuatro obras maestras que le sucedieron: Simón del desierto (1965), Belle de jour (1967), La vida láctea (1969) y Tristana (1970). Lo esencial para Buñuel es expresar por medio del cine una visión de la vida humana. Buñuel no simboliza la realidad, y menos que nada la realidad humana, sino que en todo caso humaniza los símbolos. Lo que escandaliza y asusta a los mojigatos, en las películas de Buñuel, es su autenticidad, su independencia fabulosa, su pureza natural, luminosa y sombría, su salvaje invención poética... Buñuel guardó fidelidad a dos cosas durante toda su vida: a la libertad y a las vanguardias. En los primeros intentos literarios de Luis Buñuel se nota la influencia del ultraísmo, y sobre todo, de la literatura de Gómez de la Serna, una de las fuentes buñuelianas más claras. La libertad metafórica de las greguerías de Ramón, su ingeniosa fantasía, su humorismo, la atención que el escritor pone en el tratamiento de los objetos, que en sus textos cobran verdadera vida, constituirán rasgos decisivos de lo que luego será el cine de Buñuel. Max Aub nos decía: "La greguería era y es una forma de no tomar la vida en serio. No se trata de simbolismos; quien diga que el cine de Buñuel está lleno de símbolos no sabe lo que dice; si dijera que está lleno de greguerías, estaría en lo cierto". Buñuel publica, en las revistas Ultra y Horizonte, cuentos y poemas que no le satisfacen del todo. Algunos de sus textos literarios posteriores son realmente valiosos, como la originalísima pieza dramática Hamlet o sus poemas de Un perro andaluz, o sus interesantes trabajos cinematográficos La duquesa de Alba y Goya e Ilegible, hijo de flauta, obra esta última fundamental dentro del surrealismo español. En 1982 publica sus memorias Mi último suspiro, obra de gran importancia sobre su actividad literaria y cinematográfica. Buñuel, que siempre quiso ser escritor y que durante toda su vida envidiará el ligero equipaje de la escritura frente al complejo tinglado material que conlleva el cine, abandonará la idea de ser escritor a regañadientes, en parte por los enormes esfuerzos que paradójicamente le suponía la creación literaria. "Hoy", escribía en 1980", yo puedo tener alguna importancia como cineasta, pero hubiera dado todo a cambio de poder ser escritor. Es lo que realmente me hubiera gustado ser". ** Francisco Arias Solís es un autor español que comparte su tiempo entre la literatura y la gestión social. Es muy conocida su actividad al frente de la Asociación Internautas por la Paz (http://www.arrakis.es/~aarias), de afiliación gratuita. pazylibertad@arrakis.es. === El oscuro mundo de Norman Bates Lenina M. Méndez ================= Psicosis no será una superproducción, será en todo caso, un film muy extraño. Lo quiero rodar en Hollywood, construiré la casa y el motel en los grandes y viejos estudios de la Universal... Y quiero rodar muy rápido: no quiero hacer un film caro, porque, para ser objetivo, no sé en absoluto si tendrá éxito. Está muy, muy fuera de lo corriente. (Entrevista con Alfred Hitchcock, diciembre de 1959) El propio Alfred Hitchcock no tenía gran fe en su aterrante película basada en la novela del casi desconocido escritor Robert Bloch. La historia de un psicópata con personalidad múltiple que conserva disecado el cadáver de su madre, requería un tratamiento del tema demasiado fino para que la cinta no cayera en excesos grotescos; y así, con un exiguo presupuesto de 800.000 dólares, Hitchcock realizó una de las películas más taquilleras de todos los tiempos, logrando una multiplicada ganancia de cuarenta millones de dólares. Sin embargo, esta apabullante respuesta del público provocó que el filme se encasillara en los terrenos del cine comercial, y debido a esto, muchos críticos han desvalorizado de forma injusta la obra del maestro del suspenso. Análisis superficial evidentemente, para la que es no sólo una de las mejores películas de suspenso de todos los tiempos, sino también una de las más adecuadas adaptaciones de una obra literaria. Aunque Psicosis (1960) es uno de los raros casos en que el filme supera al texto escrito, no está de más revisar la novela que le dio origen, máxime que contiene puntos sustanciales para el reconocimiento de la enferma personalidad del protagonista, Norman Bates. Robert Bloch (1917-1994) pertenecía a una generación de jóvenes escritores norteamericanos que tenían como mentor al maestro del horror contemporáneo, H. P. Lovecraft; esto constituye un punto medular en la creación de su novela Psicosis, pues si bien se declaró que estaba inspirada en la figura de Ed Guein, famoso asesino que también influyó en la creación de The silent of the lambs, el autor poseía modelos más plausibles dentro de su propia cofradía. En concreto, se puede aventurar la hipótesis de que el personaje de Norman Bates (me refiero a su construcción psicológica, no a sus acciones, lo cual sí sería demasiado arriesgado) está basado en el propio H. P. Lovecraft: un hombre feo, solitario, enfermizo, con una fuerte carga emocional producto de su atormentada infancia al lado de una madre neurótica por el abandono de su marido, que en represalia a su odio contra los hombres, descarga en su hijo sus múltiples insatisfacciones hasta el grado de no dejarlo desarrollar su propia vida, manteniéndolo siempre "pegado a sus faldas". Y es éste el elemento que separa a la novela de la película: la fealdad del protagonista. Si bien la recreación de Hitchcock resulta mucho más estética (con un Anthony Perkins en su fase más galante, lo que crea de inmediato un lazo de simpatía con el público), el personaje novelesco pierde fuerza al eliminarse sus elementos grotescos, que hacen aun más impactante la relación de la madre y el hijo: es un hombre de cuarenta años, vestido de manera no tanto anticuada como aniñada, de "cara regordeta, lentes montados al aire y rosado cuello cabelludo con escaso cabello rizado". Considero que este elemento fue cambiado para proporcionarle popularidad a la cinta, para poder crear ese vínculo especial entre personaje y espectador que a Hitchcock le gustaba construir en sus películas; empero, la repugnante figura del Norman Bates de Bloch es mucho más escalofriante que la del atractivo Perkins tratando de parecer repulsivo. Esto no significa de ninguna manera que esté tratando de desacreditar una de las actuaciones mejor logradas que se han dado en el cine; lo que intento sacar a la luz son las implicaciones psicológicas en la creación del personaje que se perdieron en este cambio de enfoque. Por otra parte, el tratamiento del resto de los personajes es más afortunado en el filme que en la novela: se realza la bella figura de Marion Crane (Janet Leigh), hacia la que sentimos una mayor simpatía de la que se puede lograr en el texto, cuya imagen es mucho más patética y corriente que en la película (prematuramente avejentada, común, sin pretendientes, sólo ha visto dos veces en su vida al hombre con quien pretende casarse); los personajes de Sam Loomis (John Gavin), el detective Arbogast (Martin Balsam) y la hermana de Marion, Lila (Vera Miles), permanecen en la película un tanto al margen, sin el impulso creador que tratan de tener en la novela, donde llegan a ser exasperantes las intenciones detectivescas de Lila Crane, en las cuales, sin mucho acierto, se centra gran parte del relato. Como es natural, los disturbios mentales del protagonista se encuentran explicados con una mayor amplitud en la novela que en la película, a pesar de lo cual el filme no pierde un ápice del trasfondo freudiano hábilmente tratado por medio de la imagen en blanco y negro, y el enfoque de las escenas (muchas de las cuales no requieren de una sola palabra para proyectar toda su fuerza). La explicación final del psiquiatra sólo confirma lo que ya sabemos: que Norman Bates está alienado y por ello ha cometido un número de asesinatos que no se puede fijar. ¿Pero cómo ha llegado a ese terrible estado? ¿Puede una madre odiar tanto a su hijo que destruya de tal modo su vida? El análisis psicoanalítico es fundamental para poder captar lo terrible de la situación en forma cabal. Tratando de reconstruir la vida de Norman Bates antes de que se convirtiera en un sanguinario asesino, tenemos como punto de partida a una mujer que fue abandonada por su marido con un hijo pequeño, al cual tuvo que sacar adelante sola; este complejo de abandono se manifiesta por un sentimiento de distanciamiento o agresividad contra los demás para ponerlos a prueba (para confirmar que no se le abandone de nuevo), e intenta justificar la propia angustia traspasando la culpa a los otros (1). Así, Norma Bates (que se proyecta en el nombre de su hijo, Norma-Norman) concibe un odio irracional hacia los hombres, transmitiendo sus neurosis a su hijo al someterlo a una relación de dominación total. De hecho, impide su crecimiento mental al martirizarlo con sentimientos de culpa, pues para lograr esta sumisión, lo ha educado con la creencia de que si algún día llega a abandonarla, al igual que lo hizo su padre, por otra mujer, algo terrible sucederá. La escena de la cena de Norman con Marion, cuando ésta insinúa que tal vez debería encerrar a su madre en un manicomio, deja traslucir estas ideas de codependencia, pues si bien en un primer término Norman se queja de la dominación, ante la posibilidad de romper esos lazos su mente se desboca, pues no puede ya concebir la vida sin la relación con su madre. Esta relación de dominación tiene un lazo muy estrecho con lo sexual, que en la novela es mucho más explícito que en película, ya que Hitchcock, no obstante su adecuada adaptación, omitió un factor fundamental: la religión. La madre de Norman es una mujer frustrada sexualmente, que se refugia en la religión como una forma de evasión a sus pulsiones y transmite a su hijo la idea de que todo lo funesto de esta vida es consecuencia de excesos en el sexo, lo cual es un gran pecado. Sin embargo, esta visión enfermiza de lo sexual conlleva una realidad mucho más depravada que la que se acusa: el incesto. La madre, al volcar todo su afecto en el hijo, ha propiciado un desarrollo torcido del complejo de Edipo, término psicoanalítico desarrollado por Freud para explicar la temprana atracción del niño hacia sus padres (2), el cual en la mayoría de los casos se supera con facilidad. En Psicosis, este sentimiento ha sido exacerbado para lograr el total apego del niño a su madre, y de esta forma, satisfacer las exigencias afectivas de la misma. Sin embargo, permanece en un nivel superficial; es decir, la madre excita al hijo, pero cuando éste responde, se trata de pecaminosos sus impulsos y se le rechaza, en un estire y afloje que tiene por fuerza que desquiciar a la mente más firme. Este aspecto ha sido tratado en la novela por medio de una descripción de la biblioteca de Norman, donde confluyen volúmenes tan disímiles como tratados antropológicos sobre sacrificios humanos, obras freudianas y textos de marcada índole pornográfica. En una de las mejores secuencias de la película, esta situación se manifiesta de una forma mucho más velada: Lila Crane entra a la casa Bates en busca de la madre de Norman para interrogarla sobre el paradero de su hermana y, sin palabras, la cámara se convierte en nuestra mirada al recorrer las vetustas habitaciones: una recargada escalera que siempre se enfoca en contrapicada para enfatizar la sensación de vértigo; un cuarto de baño que parece salido de una estampa del siglo XIX; la habitación de la anciana madre donde se respira una atmósfera fuera del tiempo; la propia recámara de Norman Bates, llena aún de juguetes, con la cama de niño donde todavía duerme el hombre, con los libros que nunca se sabe sus títulos (pero que por la novela sabemos qué contienen), sino que se insinúa su naturaleza con la azorada mirada de Lila al abrir uno que jamás se muestra en pantalla. La cámara, en su recorrido, ha reflejado en mejor forma las tres personalidades que se encierran en la mente de Norman, más de lo que lo hicieron las numerosas páginas de la obra de Bloch. Una vez creada esta relación de codependencia enfermiza, todo marcha relativamente de forma serena hasta que llega el elemento que lleva a su crisis aquel complejo de Edipo nunca reprimido en Norman: su madre consigue un amante, el tío Joe Casidy. Es entonces cuando todas las enseñanzas torcidas de su madre repercuten en su propio perjuicio. Ha enseñado a Norman que todas las mujeres son unas perras (excepto ella misma) y que por ello debe alejarse para que no lo mancillen, y de pronto, ella es la que se convierte en la perra al buscarse un hombre que le haga todas esas cosas sucias de las que renegaba. La situación funciona aparentemente durante un tiempo, pero la crisis deviene cuando Norman descubre a su madre y a Joe Casidy haciendo el amor. En un niño, por lo general la visión de sus padres teniendo relaciones sexuales rompe bruscamente los sueños que se había forjado de ser él quien pasara por dicha experiencia, y sufre por lo tanto un momentáneo odio hacia el progenitor que le arrebata su objeto de deseo. Norman Bates jamás había enfrentado dicha situación; tenía a su madre para él solo, y cuando descubre esta escena, todo su odio hacia las mujeres se centra en ella. Esto lo lleva a asesinar a los amantes a sangre fría (los envenena con estricnina), pero cuando está escribiendo la nota dirigida a él mismo explicando el supuesto suicidio, se opera una transformación en su mente: el dolor de la pérdida es tan grande que su serenidad se convierte en histeria, por lo que tiene que ser recluido en una casa de salud. Al no poder soportar el dolor y su carga de remordimientos, se opera en Norman el desdoble de su personalidad; si bien desde antes ya se prefiguraba la existencia de dos personalidades, una la del adulto con motivaciones sexuales y otra la del niño que reprime esos impulsos, ante la muerte de Norma surge una tercera personalidad, la de la propia madre; es decir, Norman se convierte en su madre, a la cual desea conservar viva por medio de sus sentimientos de culpa. A partir de este punto, la mente de Norman Bates se desquicia por completo, aunándose a sus diversas perversiones la necrofilia, el voyeurismo, el alcoholismo (este último elemento sólo tratado en la novela). Norman no puede destruir las relaciones de dependencia con su madre, por lo cual la mantiene viva en un espeluznante acto fetichista: tras haber convencido a los médicos de que se encontraba mentalmente sano, sale del hospital dos meses después de la muerte de la madre y se dirige de inmediato a desenterrar el cadáver (evitemos imaginar cómo será un cuerpo a los dos meses de descomposición) para conservarlo disecado durante diez años (veinte en la novela) como si aún estuviera vivo, siguiendo sometido todo ese tiempo a la imagen de una madre posesiva que ya no existe pero que continúa atormentando su vida. De esta manera, toda la caterva de manías de Norman Bates sigue creciendo durante esos largos años en que vive solo con el cadáver disecado de su madre. Su sexualidad reprimida sólo se permite ser satisfecha por medio de la observación, del voyeurismo. Para esto, tiene un agujero en la pared de su oficina que va a dar a la habitación contigua. Gusta de mirar a las escasas jóvenes bellas que paran en su motel, a las que deliberadamente les proporciona ese cuarto con el objeto de espiarlas. Cuando Marion Crane llega al parador, Norman titubea ante el manojo de llaves para decidirse por fin a entregarle la correspondiente al número 1. Tras la cena con la muchacha, que ha exacerbado sus deseos, la observa mientras se desnuda para tomar un baño; y es entonces cuando convergen las múltiples personalidades de Norman: el hombre se siente excitado ante el cuerpo desnudo de la muchacha, pero el niño sabe que eso es pecado, que la mujer es mala porque lo ha tentado con su cuerpo y debe ser destruida. Pero ese ser infantilizado es demasiado débil como para llevar a cabo una empresa de esa magnitud, y debe ser por consiguiente la madre la que lo libre de esos terribles males, la que mate a la perra que lo ha perturbado. La escena de la ducha se ha convertido en un clásico del terror, tanto por su profundo impacto psicológico como por el elegante tratamiento del tema. Ni una sola gota de sangre está fuera de lugar en una escena que fácilmente se pudo haber convertido en los excesos asquerosos que se ven en las actuales cintas de horror. La fuerza de las imágenes de Hitchcock supera en gran medida la escueta descripción de la novela de Bloch, donde lo espantoso del crimen no logra la verosimilitud que alcanza en la película. Desde que Norman está espiando a la muchacha comienza una larga secuencia de impactantes escenas sin palabras, donde la fuerza interpretativa y el innovador uso de la cámara son los que logran esa atmósfera ominosa cerniéndose sobre el espectador. Por supuesto, esas imágenes fueron mucho más perturbadoras para los espectadores de la década de los sesenta que para un receptor actual, especialmente porque estaba muy presente el factor sorpresa que Hitchcock quiso que se mantuviera al máximo, llegando incluso a comprar el escaso tiraje que había tenido la novela con tal de retirarlo del mercado e impedir de este modo que se supiera el argumento. Una de las mejores tomas es la del acercamiento que se va haciendo al canal del desagüe por donde corre el agua impregnada de la sangre de Marion, y del close up a la alcantarilla se pasa al del ojo de la chica, imprimiendo a la escena una calidad de compenetración con el espectador increíble. Aunque se sugiere que no era la primera vez que la madre de Norman se deshacía de alguna atractiva mujer, esta vez las cosas se complican por ser Marion tan febrilmente buscada por su hermana y el detective de la agencia de seguros. Estas intromisiones inesperadas conllevan al protagonista a una situación de desesperación en la cual es protegido por su madre, quien busca eliminar a cualquiera que pueda perturbar a su niñito: asesina al detective, golpea a Sam Loomis y habría matado a Lila si no hubiera sido interceptada a tiempo por Sam. Esta escena, cuando Lila Crane descubre en el sótano el cadáver disecado de Norma Bates tras su revelador recorrido por la casa, compite en fuerza expresiva con la escena del asesinato en el cuarto de baño: el lento acercamiento de Lila hacia la señora Bates; su brusco movimiento giratorio que revela un cuerpo seco con las cuencas vacías; el grito de la chica que se confunde con el aullido histérico del Norman que por fin vemos vestido con las ropas de su madre, con una expresión desencajada y demente en su rostro; su abatimiento por parte de Sam que sume a la madre en un ataque de histeria; la toma de la peluca en el suelo. Secuencia nuevamente sin necesidad de palabras, donde la música es la que lleva, como en casi toda la película, las emociones a su punto álgido. En este pasaje, la descripción hecha por Bloch en su novela resulta aun más grotesca que en el filme de Hitchcock: Lila se volvió y vio la gorda e informe figura, medio oculta por el ceñido vestido, con el que ocultaba incongruentemente las prendas que llevaba debajo. Vio el chal en la cabeza y el rostro blanco y pintado. Miró con fijeza los endurecidos labios rojos, observando cómo se entreabrían en una convulsa mueca. -Soy Norma Bates -dijo la aguda voz (...). Lila cerró la boca, pero el grito continuaba sonando. Era el frenético chillido de una mujer histérica y salía de la garganta de Norman Bates... (3). Tras esta crisis, los débiles lazos que unían a Norman con la realidad se rompen definitivamente; el psiquiatra que da su diagnóstico ante los atónitos concurrentes no logra captar en su totalidad la horrorizante situación en que ha quedado el protagonista. En su primera declaración, menciona que su madre es la que siempre ha matado a las mujeres que lo trataban de pervertir o a quien trataba de hacerle algún daño; esta es la explicación que tiene el psiquiatra. Pero su realidad última es aun más escalofriante: las tres personalidades de Norman se han fundido en una sola, en la de la madre. Pero es una madre buena e inocente, que ha sido víctima de un niño malo que mató a su amante y desenterró el cadáver, y de un hombre malo que la tenía encerrada y que, dominado por sus sucios deseos, mataba a las mujeres. Ella, la madre, es inocente, y decide permanecer así, inmóvil, disecada; "sabía que si permanecía sin moverse, los demás creerían que estaba cuerda" (4). Sus últimas palabras revelan ese punto álgido de locura: sabía que la vigilaban, y si no mataba a la mosca que subía por su mano, probaría qué clase de persona era, "incapaz de matar una mosca". El relato de Robert Bloch termina precisamente con esta escena de Norman transpuesto en su madre, y el filme casi termina igual. La magistral interpretación de Anthony Perkins llega a su cima con el close up que se hace de su rostro, donde se muestra una de las expresiones más dementes de la historia del cine, y con el alejamiento paulatino de la cámara hasta dejar a la pequeña figura de Norman aprisionada entre las paredes de la desnuda habitación. Este es un soberbio final y, personalmente, considero que ahí debió quedarse, porque enfatiza en gran manera todo el ambiente de suspenso que ha dominado la obra entera. Sin embargo, Hitchcock, el cual declaró en su momento que Psicosis había resultado una película muy divertida (y sin duda una vena de humor macabro se hace patente a lo largo de todo su desarrollo), decide sacar bruscamente al espectador de ese trance de terror psicológico con una imagen final del auto de Marion Crane siendo extraído del pantano. Según Jean Dormachi, "esta última imagen del auto que emerge de las oscuras profundidades de la ciénaga, nos devuelve a Marion, a nosotros mismos y a la idea de la libertad psicológica". No obstante, creo que la película habría tenido una mayor proyección e impacto psicológico si hubiera terminado con la escena del rostro descompuesto de Bates, tal como finaliza el libro, que con la del rescate del coche, que nos devuelve de golpe al mundo prosaico. Por supuesto, esta última consideración es bastante subjetiva, ya que muchos críticos hacen radicar la maestría de Hitchcock en eso precisamente, en lograr el suspenso en la cotidianidad y no en lo que está fuera del alcance del individuo, y en este caso, el haber introducido esta última escena tendría como fin ese regreso intempestivo a la normalidad para hacernos sentir que lo sucedido con Norman puede pasarle a cualquiera de nosotros; como diría el mismo Bates, "creo que todos nos volvemos un poco locos, a veces" (5). Alfred Hitchcock supo hacer de una novela hasta cierto punto mediocre una obra maestra, extrayendo con habilidad todos los elementos de terror psicológico que se encontraban en estado embrionario en el texto. La historia, que es mérito completo de Robert Bloch, es de por sí original y escalofriante, con un tratamiento de las profundidades psicopáticas de los individuos muy innovador hasta ese momento; su error radica en la forma de la narración, en el estilo, pues su estructura, que da un mayor énfasis a la problemática de Bates que a la de Marion, resulta más esclarecedora y golpea con mayor fuerza al lector al mostrarle al desnudo las aberraciones de los Bates. La película de Hitchcock es estéticamente superior, de un horror psicológico refinado que logra envolver al espectador y que crea un lazo de simpatía con los personajes, primero con Marion, luego con Norman, sin detenerse en las banalidades de los personajes secundarios en los que hace tanto énfasis Bloch. Decía un viejo crítico que el cine jamás alcanzaría los niveles del arte que se logran en la literatura, y que era aberrante tratar de adaptar un texto a una serie de imágenes que no contenían la capacidad de evocación de la palabra; las soberbias escenas de la Psicosis de Hitchcok evidencian con creces que muchas veces la cámara supera a la pluma: que el cine posee merecidamente un lugar dentro del arte. Psicosis (Psycho): Estados Unidos, 1960 (109 min., B/N) Director: Alfred Hitchcock Guión: Joseph Stefano basado en la novela de Robert Bloch Fotografía: John L. Rusell Música: Bernard Hermann Montaje: George Tomasini Sonido: Walden O. Watson, William Rusell Decorados: John Hurley, Robert Claworthy, George Milo Producción: Alfred Hitchcock Productora: Paramount Intérpretes: Anthony Perkins (Norman Bates), Vera Miles (Lila Crane), Janet Leigh (Marion Crane), Jon Gavin (Sam Loomis), Martin Balsam (El detective, Milton Arbogast), John McIntire (Sheriff Chambers), Simon Oakland (Doctor Richmond), Frank Albertson, Vaughan Taylor, Lurene Tuttle, John Anderson, Mort Mills. Bibliografía - Bazin, Andrés, et. al., La política de los autores, Madrid, Ed. Ayuso, Col. Fuentetaja, 1974. - Bloch, Robert, Psicosis, España, Ed. Forum, Col. Biblioteca del Terror, 1983. - Gispert, Carlos, Enciclopedia de la psicología. Dicccionario, vol. 6, Barcelona, Ed. Océano, 1983. - Horney, Karen, El nuevo psicoanálisis, México, FCE, 1967 (2ª ed.). - Mitry, Jean, Estética y psicología del cine, vol. 2, México, Ed. Siglo XXI, 1978. - Morselli, Enrico, El psicoanálisis, vol. 1, México, Ed. Cajica, 1982 (4ª ed.). - Tudor, A., Cine y comunicación social, España, Ed. G.G., Col. Comunicación visual, 1975. - Freud, Sigmund, Freud y el psicoanálisis (compilación de textos), Barcelona, Ed. Salvat, 1974. Notas 1. Gispert, Carlos, Enciclopedia de la psicología, (Océano: Barcelona, 1983), p. 7. 2. Ibíd. p. 97. 3. Bloch, Robert, Psicosis (Forum: España, 1983), pp. 65-66. 4. Ibíd. p. 72. 5. Ibíd. p. 21. ** Lenina M. Méndez, escritora mexicana nacida en Xalapa, Veracruz. Cursa el último semestre de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas de la Universidad Veracruzana. Ha publicado cuentos y ensayos en el suplemento Marginalia de la Gaceta Universitaria, en el suplemento cultural del Diario de Xalapa y en las revistas La Palabra y el Hombre y Archipiélago, y fue asistente editorial en el suplemento Estelas de Cultura. Nueva Época del diario de Xalapa. Con su relato Tal vez la próxima navidad obtuvo el segundo lugar en el Concurso de Cuento Navideño 1998, organizado por el Ivec y el gobierno de Veracruz, con la consiguiente publicación por la editorial del Instituto Veracruzano de Cultura. lenina@edg.net.mx. === Letras de la Tierra de Letras ========================================= *** "Marionette", Héctor Torres *** Dos poemas de Gustavo Marcolli *** "Se busca", Carlos Egea *** Poemas de Guillermo López Borges *** "Trenes", Raúl Hernández Garrido *** Dos cuentos de Patricia Poblete Alday *** Cuatro poemas de Antonio Vela López *** "En la cola del cine", Javier Domínguez *** "Parte novena, cuarta docena: de donde se habla del Quirquincho, de Nerón, del Tato, de su grupo y del otro país", Daniel Noseda *** Dos poemas de Andrés Larenas Méndez *** Dos textos de Yvette Guevara-Dedaj *** "Al regreso de un largo camino", Patricia Suárez *** Un texto sin título de Odette Da Silva Cardozo *** "Tatuaje de fauno", Leandro Calle === Marionette Héctor Torres ========================================= Abrumado por el hecho de tener que tomar decisiones hasta en el más mínimo acto de su vida, sin lograr, por más que las cavilara, que fueran las más acertadas, se encontraba el señor Garminoff en un punto donde ya no deseaba más que vivir -desde esa extraña e inerte perspectiva de afuera del papel- las vidas de otros; propensión que venía desarrollando desde hace algún tiempo, pero que se agudizó notoriamente en los últimos años. Esta situación, lejos de preocuparle, le confería -pensaba él- un aire de aristocracia, ya que la consideraba una reacción de las almas sensibles ante la vulgaridad cotidiana. Al concluir cualquier novela, noveleta, cuento o biografía apócrifa, termino inevitablemente lamentándome que la vida cotidiana nunca depara esa magia, tan previsible y sin embargo tan inesperada, que suele hallarse con tanta frecuencia en aquellas historias. La vida ordinaria resulta tan aburrida que anida en el vulgo la certeza de que sólo aquellos que ejercen oficios moralmente reprochables pueden aspirar a una vida interesante. Al resto de los mortales, aquellos que trabajan en labores comunes, sólo les resta aguardar una modesta aventura en el camino del trabajo a la casa, y siempre, o casi siempre, llegan a salvo y decepcionados. Decidió entonces que, antes de sufrir el síndrome de Alonso Quijano y convertirse en un disparatado collage de pedacitos de esos fascinantes seres que habitaban mundos maravillosos, contrataría los servicios de un novelista que reseñara su historia. No se refería por cierto a un biógrafo que se dedicara a adornar y falsear su existencia, sino a algo realmente digno de la más genuina literatura fantástica: que fabricara el guión de su vida. Debo buscar para eso a un hombre de mucho talento, aunque por supuesto, suficientemente desconocido; no puedo permitir que el prestigio y la fama del autor me exceda, máxime si, como va a ser el caso, le pagaré para que me proporcione una vida apasionante y original. Será mi asalariado y yo su personaje y patrono, lo que me garantizará un trato de primera y una vida magnífica, heroica, excéntrica, seductora... Volvió de sus alucinantes ensoñaciones y puso manos a la obra. Dejó sus innumerables negocios en manos de sus también innumerables abogados. "La vida se me va en mantener a esos petimetres inútiles", y se adentró en un rastreo que supuso sería, como en efecto, arduo. Luego de fatigar su búsqueda ayudado por los más afamados consultores en reclutamiento, descubrió que los medios convencionales nunca le suministrarían al hombre que estaba buscando. Leyendo la prensa para descansar de mi frustrante investigación, me vino la idea. Mi olfato de financista me hizo razonar que el centro de negocios más dispares que existe en el mundo es, precisamente, el único que la gente lee por simple curiosidad: coloqué avisos clasificados en la prensa local y regional de todo el país. Llamé a las redacciones de los diarios dictando el mensaje, con la enfática indicación de que lo colocaran en la sección Fantástica, que a pesar de lo que pueda creerse, existe ¡pero nadie la usa..! Al parecer, la estrategia ha arrojado buenos resultados. En menos de un mes he recibido alrededor de doscientos sobres. Todas las noches leo con apasionante curiosidad hasta quedarme dormido. Algunas, que releeré luego, me han impresionado bastante. Luego de lidiar con un sinfín de dragones, monstruos, caricaturas, elementos góticos trasnochados, encontró algo fino y delicadamente elaborado, algo que hablaba del exquisito gusto y la pericia del autor. Sus personajes eran, en su mayoría, fabulosos. Lo que más le gustó fue encontrar en ellos ciertas particularidades que facilitarían la empresa, como por ejemplo ese aire amoral y despersonalizado que cuadraba con su carácter. Sintió que, lejos de traumática, la operación de asumir un personaje trazado por ese pulso firme sería, sin duda, todo un éxito. Se llamaba Emilio Antúnez Morales y tenía, además de tres títulos publicados, cierto prestigio en su región. Era básicamente cuentista, pero tenía una novela inédita y comenzaba a experimentar en la dramaturgia y el guión de telenovelas. Después de releerlo estudiosamente, lo juzgó perfecto para el cargo. De inmediato lo llamó (eran las dos de la mañana) y fijaron una cita. -¿Para escribir qué? -Ya le dije, para escribir mi vida. -¿Quiere decir su biografía? -No, eso sería fácil. Yo mismo me animaría. Me refiero a mi vida por venir. A esculpir mis pasos para alcanzar una vida maravillosa, o literaria, que es decir lo mismo. -¡Esto es una locura!, exclamó Antúnez tajante, dispuesto a retirarse... -¿Cuánto se puede ganar escribiendo? Ponga usted la cifra que yo pongo la firma. Al día siguiente comenzaron las reuniones de trabajo entre escritor y personaje. El primero hizo una larga lista de disposiciones y sugerencias que facilitarían la transición, mientras que el otro dejó en claro ciertas cualidades que consideraba imprescindibles. Discutidos los puntos, acordaron la fecha en la que llegaría el libreto con el primer capítulo, que sería de entregas semanales. A pesar de su ansiedad, la fecha pareció razonable al señor Garminoff. Veinte días después (tiempo suficiente para establecer sus disposiciones de negocios), tal y como estaba acordado, un sobre lo esperaba en el buzón de correo de su casa. Al leer en el dorso el nombre del remitente, el corazón le dio un salto. Entró a su casa con la certeza de que, como si lo esperase la escuela por primera vez (o la cárcel), comenzaba ese día una nueva y extraña vida. Antúnez era un genio. ¡Qué fuerza! ¡Qué intensidad! ¡Qué elegancia! Garminoff asumió el personaje, luego de un corto período de adaptación, con pasmosa facilidad, y no le cabía duda que se debía a su diestro, vasto, hondo conocimiento del alma humana. Preparándose para comenzar su nueva vida, sonrió satisfecho al comprobar que no había equivocado su elección. Marcial Ontiveros (que así se llamaría en adelante) era adorable. Su piel ardía con las féminas, las féminas ardían con su mirada. Era impredecible y carismático. Le daba a todo un particular toque de locura, enfrentaba con gracia todas las adversidades, y cuando salía derrotado, retirábase con tal elegancia que convertía toda derrota en una secreta victoria. Satisfizo enormemente a Garminoff la calidad e intensidad de su personaje, por lo que creyó conveniente enviar una carta de estímulo a Antúnez, indicándole su conformidad con el trabajo. La semana siguiente recibió, junto a su libreto, una carta breve y sobria donde aquél agradecía los elogios, recordándole sin embargo que ese tipo de iniciativas no contribuirían a la conformación de un personaje literario, por lo que recomendaba, para óptimos resultados, abstenerse de acciones no previstas en el libreto. El señor Garminoff, comprendiendo que debía, por su bien, obedecer las instrucciones de aquél, prometió acatarlas, mientras temblaba de gozo al ver cómo poco a poco se convertía en un auténtico personaje de literatura, y una de las últimas decisiones que tomó en su vida fue dejar instrucciones precisas a sus abogados para multiplicar los honorarios de Antúnez. Transcurrieron tres meses donde no hubo cosa que no pudiera hacer Marcial Ontiveros con su disposición, su talento, su arrojo, su desprendimiento de toda condición humana, y además, ¡la fortuna de Garminoff! Se deleitaba hasta el delirio con su capacidad para lograr que los demás accedieran a sus antojos, con los seductores argumentos con los cuales acompañaba magistrales deslizamientos de ropa íntima femenina, con la implacable mordacidad con que silenciaba a los contrincantes, con las melancólicas retiradas ante el fracaso. ¡Simplemente glorioso! Se sentía tan eufórico que, en contra de la advertencia, volvió a escribir a Antúnez pidiéndole que le enviara los capítulos, no semanal como venía haciéndolo, sino diariamente. Quería enfrentar las extravagancias de su intenso ímpetu con mayor detalle, quería vivir cada una de las minuciosas acotaciones que su genio pudiera depararle, quería, en una palabra, no tener que decidir el más mínimo de sus actos, para no empañar con razonamientos humanos ninguna de las delicadas escenas que construían su esplendorosa biografía. Antúnez contestó de inmediato reprendiéndolo ferozmente por ese manejo del personaje no previsto por él, advirtiéndole que no iba a tolerar una tercera ocasión, e indicándole luego, bajando el tono, que "...debe entender que esas actitudes entorpecen el trabajo creador. En cuanto a su petición, salvados los indudables obstáculos que la misma ocasionará en mi ritmo de trabajo, considero posible este cambio a partir de la semana entrante. Vale la pena acotar que en virtud de dedicarme a su biografía de manera exclusiva, observará necesario convenir un comprensible y justo incremento en los honorarios que recibo por mi esforzada labor. Se despide, sin más, Emilio Antúnez M.". El alma humana es definitivamente insondable, y así como Ontiveros era un personaje dibujado por los refinamientos de un amasado ideal de cinco siglos de cultura occidental, Antúnez era, a pesar de sus ensoñaciones y desvaríos, inevitablemente humano. Quizá por eso fue que, luego de nueve meses de escribir todas las noches una historia que había llegado a trazar en sus más nimios detalles, después de crear el personaje más perfecto y humano que haya podido imaginar, de poder experimentar en el cuerpo de alguien los límites a los que puede estar expuesto un personaje, que valga la acotación, le había dado para vivir como no hubiera soñado jamás vivir de la literatura, comenzó a manifestar la necesidad de salir de esa rutina que lo estaba asfixiando. Ontiveros le aprisionaba cada una de sus neuronas y lo consumiría, tarde o temprano, junto al excéntrico viejo, que parecía haber olvidado quién era. Recordando que sólo el contratante tenía la potestad para anular el contrato, y tomando en cuenta que aquél no parecía dispuesto a darlo por terminado, comenzó a inventarle escenas terriblemente arriesgadas, grotescas, con la viva esperanza de hacerlo desistir. Luego de experimentar durante una semana con ideas harto extravagantes, comprobó que Ontiveros era tan perfecto, y estaba tan "pulido", que había ocupado todos los recovecos del alma de Garminoff, no quedando de éste el rastro más elemental de voluntad ni de razón que le impidiera acatar las terribles empresas que su resentida mente le deparaba. Fue entonces cuando se le ocurrió. Estaba planeando el capítulo del día siguiente cuando escribió algunas líneas mandándolo un par de días a unas montañas rocosas, alejadas de todo tipo de contacto humano. Claro, la derrota sufrida por Ontiveros durante la última semana al tratar de suplantar al presidente de la Organización, era un pretexto perfecto para alejarse un par de días de la presencia de los hombres. Al regresar de su viaje, donde no encontró nada que destacar, Ontiveros llegó a su casa directo al buzón del correo, sospechando que el viaje fuese una estratagema de su agobiado creador, encontrando en el mismo un sobre ¡con la fecha del día siguiente! A pesar de la promesa hecha a Antúnez, Garminoff decidió, no escribirle, sino ir personalmente a ver de qué se trataba esa locura. "Dejarme a mí la decisión de todo lo que se puede hacer en un largo día", pensaba ingenuamente mientras se dirigía hacia la calle con poseso desespero. "Tendrá que explicarme de qué se trata todo esto". Que Garminoff, movido por la costumbre de ser la marioneta de un intelecto, haya cruzado la calle sin tomar las más elementales precauciones al respecto, que haya visto el carro pero se sentía inmortal o presumía que su autor no lo iba a desamparar, es imposible determinar, lo cierto es que si un viejo cruza una calle sin ver los carros, y en ese mismo instante esa misma calle es atravesada por un vehículo a más de ochenta kilómetros por hora, es una circunstancia que ni el narrador más experimentado puede resolver sanamente sin lesionar la credibilidad de su historia. Los policías que levantaron el cadáver encontraron en el bolsillo de su chaqueta una carta sellada con fecha del día siguiente. Una vez iniciado el expediente de rigor, procedieron a abrirla, y por más que trataron de hallar algún vínculo con el hecho, no les pareció relevante su contenido: el libreto de un capítulo (de telenovela o algo por el estilo), donde se recreaba la escena de un funeral junto a unas acotaciones finales. Sentado frente a su escritorio, Antúnez esperaba de un momento a otro, no al viejo, sino a la policía. No hizo el más mínimo intento de quemar las evidencias. Lejos de eso, necesitaba testigos de la doble victoria que estaba celebrando: había acabado con esa alucinante esclavitud que parecía sobrevivirlo, y había logrado el más íntimo anhelo de todo narrador, aquello que la mayoría considera una quimera: crear el personaje perfecto, creíble, palpable. Releía con morboso interés la escena donde un vehículo atropellaba a un desesperado Ontiveros, mientras imaginaba con deleite lo realista que debió haber quedado. "Sobre todo con el perfeccionamiento que he alcanzado a estas alturas". ** Héctor Torres, narrador y compositor venezolano residente en La Victoria. Ha publicado los libros de cuentos Trazos de asombro y olvido (Fondo Editorial Senderos Literarios, La Victoria, 1996) y Episodios suprimidos del manuscrito G (Ediciones Baile del Sol, Tenerife, 1999), y aparece en la antología Narrativa aragüeña en Tierra de Letras (Senderos Literarios, 1997). Ganador, en 1998, del primer premio en los concursos Semana de la Juventud y Poeta Pedro Buznego. Ha dictado talleres literarios para Senderos Literarios y la Alcaldía de La Victoria. Actualmente es coordinador de la Fundación Laberinto de Letras y dirige los sitios El Laberinto de Letras (http://www.el-cid.org.ve/letras) y Nueva Ficción Breve Venezolana (http://www.letralia.com/ficcionbreve). hectorres@mypad.com. === Dos poemas Gustavo Marcolli ====================================== *** Amores Amor que no pudo ser, amores enarbolados, amores mal sepultados, amor que no puedo ver, amor que empieza a caer en ríos descarrilados. Habitan fríos vagones, no piden perdón y lloran, amores que se amodorran, tendidos, ¿en qué rincones? buscando en viejos arcones la felicidad que añoran. Amores que andan perdidos, solos, desencontrados, amores enamorados, que alguna vez han sido bellos, hoy raídos, maldicen haber amado. Y ahora que he olvidado, mi amor flota en el viento, mas, creo, no me arrepiento, aunque a veces defraudado de tanto haber soñado, de sentir como siento. *** Juego de palabras Juego con las palabras que de mi alma brotan, que con mi alma explotan, son a veces macabras, son a veces cabras, que en las alturas brincan, furiosas sus dientes hincan, dejándome desnudo, a veces me dejan mudo, contemplando la pantalla, del ser que no se halla, del ser que está cortado, se busca desesperado, en algún tiempo perdido, en algún recuerdo ido, en algún futuro anhelado. Palabras que son broncas, palabras que son amor, a veces muestran temor, otras, sólo rencor, a veces suenan roncas. Pero siempre son sinceras, auténticas, verdaderas, pues no se puede mentir, en cuestiones del sentir. Amo por no sufrir, sufro para no amar, amo para decir que sufro por mi penar. Brotan de mi alma, brotan como del mar las olas, se enervan, se alborotan, se callan y se van solas. ** Gustavo Marcolli, psicólogo argentino (1967) residente en Buenos Aires. numar@dymail.com.ar. === Se busca Carlos Egea ============================================= Lo siento, pero no os puedo dejar una foto porque no la tengo. Ni siquiera una de esas rápidas de las cabinas instantáneas con las caras juntas y aplastadas por las mejillas para salir ambos en el recuadro, y que la luz del flash colorea cambiando los rostros a un pálido mortecino. Puedo intentar describirla. Alta, de larga cabellera negra sujeta en la nuca por un coletero, de ojos grises de bruma matinal, cara ovalada, tez morena, boca grande, labios carnosos y sonrisa franca. Su voz es dulce, de timbre melodioso y sus gestos son suaves, pausados, como si con sus movimientos tratara de no enturbiar el entorno. La última vez que la vi fue en el circo. La primera vez también fue allí, pero horas antes, en la cola de las entradas. Ella esperaba su turno detrás de mí, y yo me giré torpemente derramando su cartucho de palomitas. Tras un millón de disculpas por mi parte, ella desplegó su sonrisa y en ese momento me asaltó imparable el deseo, más bien la necesidad, de que ella, Marta, fuese la mujer con la que deseaba compartir el resto de mi vida, aunque en aquel momento me bastaba con convencerla de que ocupara el asiento de al lado durante el espectáculo. Lo conseguí. Sufrimos juntos viendo al domador introducir la cabeza entre las fauces del león; reímos a la par con las bofetadas de los payasos; nos angustiamos con el triple salto mortal de los trapecistas y disfrutamos con lo imposible de los malabaristas y antipodistas. Más tarde ocupó el centro del escenario el mago, con su chistera, su capa de seda negra y roja y su varita. Conejos y palomas surgían de la nada. Naipes y pañuelos parecían cobrar vida propia. Después mostró las planchas que luego formarían una gran caja sobre una base separada del suelo por una plataforma con ruedas. Demostró hasta la saciedad que nada había dentro, ni fuera, ni detrás y posteriormente solicitó una colaboración del público. El mago requería un ayudante para su próximo truco. Marta se puso en pie, como activada por un resorte. Su carácter alegre e impulsivo la motivó a presentarse como candidata ideal. Fue la más rápida y el mago la señaló y la invitó a saltar a la pista y a acompañarle. El hombre introdujo a Marta en la caja, la cubrió con una tela negra y tras unos pases con la varita y unas palabras ininteligibles, el mago se echó la mano a la garganta, cayó de rodillas y acabó tendido en el suelo. El público permaneció en silencio, ante la duda, desconociendo si se trataba de una parte más del espectáculo. Tras unos tensos instantes, un empleado del circo se dirigió corriendo al mago, analizó el estado del hombre tumbado y gritó solicitando ayuda. "¡¿Hay algún médico entre el público!?". Un infarto. El mago falleció en plena actuación. Yo mismo ayudé a mover su cuerpo para subirlo a la camilla e intervine en el desmonte de las piezas de su arca mágica. Pero Marta no estaba. Revolví en todos sus utensilios pero nada hallé, ni siquiera una pista. Registré su camerino, en vano. Interrogué a todos los artistas del circo con el mismo resultado. El público desaparecía en riadas y yo buscaba su cara conocida en otras que no lo eran. Chillé su nombre. Pregunté a todos, sin obtener ningún fruto. Días después el circo recogió su carpa, sus carromatos y sus jaulas y desapareció dejando una isla de tierra hollada y hierba seca. Ni rastro de Marta. Meses después contacté con otros magos con la confianza de que me dieran una solución. Años después, aún no me la he podido quitar de la cabeza. Pienso en ella, en su sonrisa, a cada momento. No sé qué hacer ni a quién recurrir, así que he decidido hacer público mi dolor y con mi pena expuesta en este papel solicito la ayuda de todo aquel que lea estas palabras y que no dude en comunicarme cualquier ocurrencia, que sepa, conozca o invente, por disparatada que sea que me ayude a encontrar a Marta. Espero ansioso vuestra inestimable ayuda. Os lo agradezco. ** Carlos Egea, escritor español residenciado en Asturias. empactur@princast.es. === Poemas Guillermo López Borges ==================================== *** La tormenta La tormenta no tiene propósito, vive en nosotros Se forma, arrecia en todos, pero anida y vive; la tormenta queda en nosotros Es el nombre de unos el dardo en las hojas la sed en la migaja el disparo de la gracia lo que nos oculta del eco La furia y su repliegue el ojo del instante que nos dobla la ilusión de la estampida la saliva de lo tanto lo que ya no puede La tormenta siempre se nos queda muriendo en el nosotros *** Breve Se siente a ratos la urgencia El martillo en la fragua El recogerse lento del agua Desde el comienzo del río Abrigado al calor de los míos Recogido A pasar me quedo Trémulo Como en museo, abstracto Eterno, irrepetible Sombrío Hijo de mi alma Y es que temo tanto a veces Que de la cárcel del nunca Se escape el siempre a no encontrarnos *** Enigma Dicen en mi país Que ya se fueron los perros Los gatos y las putas Que se los llevaron en quitrín Con elegante caballo Que no se les debe llorar Porque nada se va con ellos Que al fin y al cabo desaparecieron Unos dicen en la montaña Otros que en el mar Pero se nota, siempre se nota En algún rincón algo falla Una calle que nadie nombra Un grupo que discute pierde la voz Una cuna en el patio Un enigma Un espacio Que nadie logra descifrar Donde el padre que llora al perro Resulta que no es perro Un sitio donde Los gatos y las putas Nunca crecieron O Aún estaban por nacer *** Amyrza Amyrza se quedó En imagen de espejo Se mueve perdura Se oculta con cada cosa En los tonos reales Los aromas que de este lado están ya tan derruidos y viejos Tan olvidados Amyrza manosea acomoda dispone La camisa que lucí Alguna tarde, aquel verano Encuentra cada cosa perdida Objetos, juguetes algún que otro semejante Está en los sótanos Hundida en los bolsillos de mi chaqueta En las manchas de la pared Guardándome En los cristales de las casas Donde me dejan dormir Cuando ya es noche y Queda tan lejos el hogar ** Guillermo López Borges, periodista y escritor cubano nacido en 1953. Reside en West Palm Beach, EUA. Publica poesía propia y de los amigos en su página web, http://www.geocities.com/SoHo/Atrium/9917. elguille@bellsouth.net. === Trenes Raúl Hernández Garrido ===================================== Hace tiempo, el edificio abandonado, aquél al que conduce la vía muerta, funcionaba como apeadero. Al cerrar los ojos, lo volvía a ver todo como cuando era niña: el humo emborronando con trazos grises los sembrados y el pitido largo y agudo de la locomotora quebrando la hora de la siesta. Ella entonces era una muñeca a la que vestían con mandilones de flores amarillas que olían a pan cocido y leña y que, cuando iban a ver los trenes, el hollín marcaba con caprichosos tiznes. Porque los domingos (catecismo, misa y comida en familia), cuando llegaba la tarde, era verano, salían a pasear al campo. Se juntaban los primos, todos de la misma edad. Aunque Sandra, la mayor, con ocho años y la primera comunión hecha, se creía con los mismos derechos que un adulto. Luego venían Rosita y Larita (Larita era su hermana), tan boba una como la otra; y los chicos, a los que no había más remedio que soportar: Raúl y Jaime. Y por fin ella, que sobrevivía como podía a ser la más pequeña. Tenía cinco años recién cumplidos. ¡Toda una mano extendida llena de años! Sin embargo, aún se quedaba en casa mientras los demás iban al colegio. Con ella eran seis: Sandra, Rosita, Larita, Raúl, Jaime y ella, y los domingos por la tarde todos juntos salían de casa sin padres ni madres. Sin preocuparse por las cosas que a los mayores tanto les molestan: no revolcarse por la hierba, no ensuciar la ropa, ojo con los charcos, ni empujarse ni arañarse unos a otros, los dedos fuera de la nariz. Tía Lauri iba con ellos, cuidaba de ellos, pero tía Lauri era diferente a los otros mayores. Por ejemplo le gustaba juntarse con los niños más que con la gente de su edad. Por ejemplo les llamaba por sus nombres y no les reñía o les corregía constantemente. Por ejemplo jugaba con ellos y llegaba a hacer cosas como las que sólo ellos hacían. Y por ejemplo, y finalmente hasta a ellos llegaba a resultarles extraño aceptar que alguien, siendo tía, no tuviera ni esposo ni marido. Incluso, entre ellos no se ponían de acuerdo sobre si había un novio o no. Naturalmente, siempre alguna listilla presumía de saber más que los demás. Que había oído cosas, que juraba haber visto cosas. El qué, nunca llegaba a precisarse con exactitud. Repasaban en voz baja los nombres de aquellos del pueblo que aún no se habían casado; incluso los de algunos que sí estaban casados y hasta tenían hijos. Al fin y al cabo, quién sabe, con lo raros que son los mayores. Pese a todos los pretendientes que le atribuían, tía Lauri no dejaba de acompañarles los domingos por la tarde en vez de ir al baile. Rosita y Larita la miraban como se mira a alguien al que la cabeza no le funciona bien del todo -¡no querer ir al baile!-, mientras que Sandra las miraba a ellas con pena y compasión, con el gesto distante del que ya sabe tanto, del que ya tanto ha vivido. Se había prometido a sí misma nunca caer en la debilidad de tener un novio, y mucho menos un marido, así que calladamente aplaudía la decisión de su tía. Lauri, que a ellos les parecía tan vieja como lo eran sus padres y sus otros tíos, apenas era una muchacha. Acababa de llegar al pueblo; venía todos los años con el verano y se iba antes de que llegara el otoño, así que a los más pequeños les costó reconocerla cuando fueron a recogerla a la estación. Algunas veces oyeron hablar de la tía Lauri, que sólo aparecía por el pueblo en vacaciones, que estudiaba en la ciudad, pero para ellos era una perfecta desconocida (¿No le das un beso a la tía, cariño?). Los niños, al principio, la rehuían. No así las niñas, que iban tras ella esperando que les contara (como si se tratara de un aventurero que, tras errar por países lejanos, retorna a casa rebosando experiencias exóticas), esperando que les explicara, con todo detalle, qué era una ciudad y les enumerara sus misteriosos atractivos. No todas las niñas. A la pequeña una inesperada timidez le embargaba cada vez que tía Lauri le dirigía la palabra. Aquel verano ocurrió que ella por primera vez entró en la estación, cuando fue con toda la familia a por tía Lauri. O por lo menos así veía ese primer momento a través de sus recuerdos. Antes, se quedaba mirando cómo el tren era devorado por aquel vientre de piedra, y le asaltaba la tentación de ir a ver a dónde iba el tren y saber qué pasaba cuando entraba en el círculo de la estación y por qué, unas veces sí, otras veces no, en vez de emerger inmediatamente y continuar su viaje, algo le retenía allí. Ahora, ante la gran puerta de ladrillo rojo, temblaba de excitación al saber que por fin podría desentrañar tantos misterios. Y al cruzarla y atravesar el pequeño vestíbulo, oscuro y maloliente, y trasponer la puerta que finalmente daba a las vías, el tren, que para ella siempre había sido una columna de humo y un silbido, se reveló tal y como realmente era. Primero fue el estruendo del metal haciendo temblar los muros y luego, tras los cristales rotos de la última puerta, la visión de grandes moles de hierro negro, desproporcionadas cajas superpuestas chirriando, inmensas piezas de acero golpeando entre sí. Por entre el metal, ventanas tras las cuales asomaban, cabezas y brazos, los viajeros. Enfundados bajo mil atuendos insospechados: ropas ligeras de verano, chaquetas de lana, chaquetones de cuero, blusas estampadas, camisetas sin mangas; largos abrigos de paño azul, marrón, pardo, que llegaban a los pies, cortos y ceñidos a la cintura, tan holgados que parecían hechos para ser usados por toda una familia; cerrados con mil botones, sin botones, con un solo botón, ajustados con cinturones, cosidos por herméticas cremalleras; con bufandas que les cubrían hasta los ojos y con las camisas desabotonadas hasta el pecho por el calor; los viajeros, que se entreveían a través del vaho que empañaba los cristales de los vagones; los viajeros que, desde ciudades lejanas y frías, llenas de gente que hablaba demasiado deprisa y caminaban dándose la espalda unos a otros, se dirigían, tras afrontar viajes que podían durar semanas, a pequeños pueblos de casas sin tejado, llenos de sol y arena, poblados por inmensas mujeres de piel morena y hombres con grandes bigotes que les hacían escupir constantemente. De debajo del tren surgían nubes de vapor y chispas. Unas manos grandes y fuertes la apartaron del borde del andén. -Ten cuidado y mira por donde vas. El hombre se dio la vuelta y volvió a entrar en el vagón. Ella, haciéndose paso a codazos entre los viajeros, corrió a donde estaba su familia. Su padre sostenía un par de maletas y su tío besaba a una chica alta y delgada, con el pelo recogido tras la nuca. La mujer les sonreía, ellos le sonreían. La pequeña quiso retroceder, huir y que nadie se diera cuenta de su ausencia. Pero al iniciar la escapada atrajo la atención de la recién llegada que, dedicándole de sus sonrisas la más amplia, se agachó frente a ella. -Y tú, con lo que yo te quiero. ¿Tampoco tú te acuerdas de mí? La mujer la levantó y la cubrió de besos. La niña estornudó. La viajera hundió su cara, larga y blanca como la luna, entre las ropas de la niña. El pelo de la mujer olía a manzanas. Con sus manos pequeñas, ella intentó en vano despegar la cabeza de la extraña de su cuerpo. Los ojos de tía Lauri la estaban mirando. Su boca volvió a brillar con una sonrisa llena de dientes de nieve. Dos besos espléndidos fueron inevitables. Como era tarde de domingo, como todas las tardes de domingo, paseaban por los caminos que llevaban a la estación. Tras las chicas e inmediatamente detrás de Jaime y Raúl, tía Lauri y ella iban, siempre cogidas de la mano, cerrando la marcha. Tía Lauri hablaba mucho, le hablaba a ella. La niña escuchaba poniendo cara de atención, movía la cabeza para asentir o negar, intentando anticiparse a lo que su tía querría que ella hiciera. Tía Lauri, apenas una muchacha, empezó a contarle ciertas cosas que una niña no debería oír, o porque una niña no puede comprenderlas, o quizá por si acaso sí las llegara a comprender. Sus palabras eran cada vez más sentidas, su voz descendía al susurro, el quejido se intercalaba en sus silencios. De todas esas confidencias, es difícil pensar cuáles llegaron a ser comprendidas por la niña, cuáles llegaron siquiera a sus oídos antes de que el viento las robara. Pero sí ocurrió que, en el curso del verano, fue aprendiendo a mirar y descubrir, seguramente sin quererlo, cosas que un observador descuidado no hubiera advertido. Casi inaudible, un silbido, y al fondo del paisaje un reflejo metálico. -El tren, el tren. Viene el tren. Los niños corrieron hacia la vía mientras el tren se demoraba antes de llegar al pueblo. Ella no podía correr tan deprisa como los otros niños y se quedaba atrás. -Te vas a perder el tren. No lo vas a ver pasar. Te lo vas a perder otra vez. Alzó los brazos hacia tía Lauri, pero ésta no pareció querer darse cuenta de lo que la pequeña le pedía. Protegiéndose del sol con la mano, la joven tía miraba cómo el punto luminoso se desplegaba hasta transformarse en un río resplandeciente. Sus ojos se encendieron con un brillo dorado. La niña tiró de la falda de la muchacha, pero ella no le hizo caso. Súbitamente se adelantó, haciendo que la niña perdiera el equilibrio. Pero ya no se atrevió a llamarla, y se quedó tendida en el suelo mientras todos, olvidándose de ella, se situaban al lado de las vías. El pitido se fue haciendo más agudo a medida que el tren se acercaba. El tren ahora era una llamada, algo que se anuncia en la distancia, una cita a la que no se debía faltar. No era domingo, era un día cualquiera entre semana, y solamente ella, de entre todos los primos, era la que acompañaba a tía Lauri en el paseo. Iban andando, cogidas de la mano, aunque a la vuelta muchas veces tía Lauri la tomaba en brazos y echaba a correr con ella a cuestas hasta llegar a casa, entre sofocos y risas. Esos días sí entraban en la estación, pero esto nadie más debía saberlo. No llegaban a los andenes, ni siquiera entraban por la puerta principal, sino que se colaban por una pequeña puerta de servicio que se disimulaba en un lateral de la fachada. Y no siempre; si veían gente en las inmediaciones de la estación, daban la vuelta. Aunque estuvieran a punto de cruzar su umbral, si alguien, conocido o no, del pueblo o forastero, asomaba tras la puerta de la estación o se veía su silueta a través de sus cristales, evitaban la estación dando un rodeo. Detrás suyo, el tren se aproximaba reclamándolas con estridencia. Abrió los ojos y los volvió a cerrar con fuerza. Su historia era demasiado vieja. Tanto tiempo había pasado que todo lo que se relacionaba con el pueblo para ella no era sino recuerdos, recuerdos. En su memoria éstos se acoplaban dando la sensación de que habían transcurrido en un único verano, incluso en un tiempo menor, en menos de una semana, de tres días, o en un día en que la acción, como en una vieja película de colores gastados, se resolviera de forma precipitada. (Como mucho, dos días). Pero, organizando todo con lógica, sería difícil pensar que tantos sucesos, y con tanta disparidad en sus circunstancias, pertenecieran a un único verano. Se veía paseando al lado de Lauri tanto en días calurosos y soleados como en otros en que juntas buscaban refugio de la lluvia. Haciendo equilibrios, caminaban sobre los raíles en la noche cuajada por las estrellas y la escarcha. En otras ocasiones ella iba con un paraguas pequeño y, los pies protegidos por botas de plástico, jugaba, sin que su tía se lo reprochara, a saltar los charcos. Hubo paseos en que el frío era tan tremendo que se abrazaban una a otra, bien fuerte, para no morir congeladas, otros en que era difícil dar dos pasos sin caer abrasadas por el fuego de un viento agostador. Atravesaban grandes extensiones recubiertas de nieve y al tren le costaba deslizarse por los raíles recubiertos de hielo. Por entonces (entonces, tal como lo recordaba, ese verano, el mismo de la llegada de tía Lauri, si la memoria no se burlaba de ella) una pequeña desgracia enturbió la monótona tranquilidad de la familia. Los dos niños, confiados por la libertad de que disfrutaban en el pueblo, solían desaparecer, ampliando el ámbito de sus juegos lejos de la casa. Un día, a la hora de la comida, con la mesa ya preparada, todos se dieron cuenta de que Raúl y Jaime faltaban. La última vez que alguien los vio fue antes del mediodía, y nadie sabía dónde podían estar. En seguida salieron a buscarles, pero no tuvieron que ir muy lejos, porque se encontraron a Jaime en la calle, llorando. Entre llantos y silencios, a medias con zalamerías y a medias con amenazas, lograron arrancarle dónde estaba Raúl. Poco después le rescataron, herido y apenas consciente, del lecho seco del río. Una ambulancia tuvo que llevárselo a la capital. Apenas hubo abandonado el pueblo tras estremecerlo con el ulular de sus sirenas, cuando Jaime se escapó de entre las manos de los mayores, sin que pudieran alcanzarlo. Mientras parte de la familia buscaba al huido, tía Lauri y los niños se quedaron en casa. Tía Lauri estaba pendiente del teléfono, por si llamaban con noticias de Raúl, y de la ventana, por si aparecían con Jaime. Las niñas, pasados los primeros nervios y tras llorar todo lo que se podía llorar, se aburrían, así que Sandra propuso jugar al escondite: tenían la casa entera para ellas. Sandra les dio la espalda y apoyándose contra una puerta empezó la cuenta atrás. Rosita y Larita se cogieron de la mano y con una risita compartida se desvanecieron más allá del final del pasillo, dejando a la pequeña abandonada a su suerte. -...seis, siete, nueve, diez... La niña miraba a Sandra y no sabía si debía echarse a llorar o salir corriendo tras de Rosita y Larita. El ojo de Sandra apareció por encima de su brazo, burlándose de su víctima, esperando al veinte fatídico para arrojarse sobre ella. -...trece, quince, dieciocho, diecinueve, diecinueve y medio, casi veinte, veeeeeeint... Corrió lo que le daban de sí sus cortas piernas, y más aun. Había sentido la mano de Sandra rozándole la espalda, y el aliento de su boca en su oreja. Corrió porque la vida le iba en ello. Se metió por entre los dormitorios, pensó en refugiarse debajo de las camas, en el interior de los armarios, detrás de las cortinas, pero los pasos y las risas de Sandra iban recorriendo habitación tras habitación, rastreando como un perro de caza. Evitó la salita de por las tardes, utilizando un corredor que atravesaba más cuartos llenos de maletas y con ropas esparcidas por el suelo. Se internó en la parte de la casa que nadie frecuentaba, lejos de la cocina y el comedor. Un viento frío la saludó lamiéndole la cara. Pero eso no hizo que se detuviera, porque tras de sí sentía, gigantescos, los ojos y la risa de Sandra. El miedo la paralizó y pensó que lo mejor sería dejarse caer al suelo en redondo, hecha una pelota. Unas manos invisibles la sostuvieron y la empujaron, tirando de ella hacia adelante. Al final, doblando un recodo, una escalera le brindó, hacia arriba, posibilidad de escape. Cerró los ojos y no se atrevió ni a respirar hasta asegurarse de que el peligro se alejaba definitivamente. Al volver a abrirlos no veía nada, sólo oscuridad. Dejó que la vista se acostumbrara a la penumbra del desván. No es que tuviera miedo allí, pero si se alejaba de las escaleras quizá no pudiera encontrar el camino de vuelta. Se agachó entre dos cajones, ante el hueco de la escalera, con la espalda apoyada contra la pared. Allí se quedó escuchando el silencio, observando el movimiento de las sombras en las tinieblas, apretando las rodillas entre las manos entrelazadas. Debió de quedarse dormida porque, cuando hubo abierto los ojos, vio cómo a través del tragaluz se colaba, tiñendo todo de un halo mortecino, la luz de cobre del atardecer. En la penumbra, dos ojos brillaban. -No les dirás que estoy aquí, ¿verdad? Por la escalera subían los gritos de la casa, y por la ventana los de la calle, llamándoles primero a uno, luego al otro, luego a los dos a la vez. Una punzada de hambre le retorcía el estómago y el reseco le llenaba la boca de tierra. Pero lo peor de todo era cómo se movían a su alrededor aquellos ojos. -Jaime, ¿eres tú? Durante un tiempo atroz no hubo respuesta. -¿Jaime? ¿Eres tú? -Cállate. ¿Para qué has venido? No debían estar allí, todos les estaban buscando. Los ojos de Jaime se perdían en la oscuridad del desván. -Tengo miedo. Vamos abajo. -Vete tú, si quieres. -¿De qué te escondes? -No te lo puedo decir. -¿Por qué? -Es un secreto. Ella bajó la cabeza. El silencio hizo que esta vez, al otro lado del desván, fuera Jaime el que se removiera. -Es un secreto. Júralo que es un secreto. ¿Sabes lo que es un secreto? Tía Lauri le hizo jurar que no diría nada a nadie, que era su secreto. Las visitas a la estación eran algo que debía quedar entre las dos. La verdad es que hubiera preferido olvidar para siempre aquel cuartucho de la estación en el que, la puerta cerrada con llave, ella esperaba sola. Y se preguntaba si con recordar el cuarto, con recordar la estación, al jefe con la bandera roja dando entrada al monstruo de humo y metal, con volver a temblar por el recuerdo del vapor y el chillido con que la máquina se detenía en el andén; con volver a recordar a los viajeros apeándose con prisa, al hombre bajando al andén y sonriendo hacia la ventana; con volver a ver en esos recuerdos tan poco deseados la estación vacía, la rendija de cristal pintado de negro de la ventana, tras de la cual intentaba no pensar en el tiempo en que debía de pasar antes de que todos y el hombre volvieran a subir al tren, antes de que éste, con nuevo estruendo y más humo negro, continuara su camino hasta la próxima vez en que volviera a tocarle pasear con su tía; se preguntaba, al acordarse, qué iba a pasarle ahora, por mucho que ella no quisiera que esto ocurriera y buscara desesperadamente el olvido. El tren se perdía definitivamente de su vista y entonces tía Lauri la cogía entre sus brazos y volvían corriendo a casa. De todo esto, ¿qué era un secreto? Si se acordaba de ello, ¿estaba rompiendo el secreto? Incluso ahora, cuando ya poco quedaba de aquel tiempo, se sentía tan confusa como avergonzada cuando la memoria le hacía la mala jugada de repasar todo lo que ocurrió aquel verano. Cerró los ojos pero el recuerdo no se borró de su mente. -Es un secreto ¿vale o no vale? -No sé lo que es un secreto. Y salió corriendo escaleras abajo, todo el pasillo, las habitaciones desocupadas, los corredores a oscuras, los salones llenos de recuerdos muertos hasta llegar a la cocina. Allí tía Lauri la detuvo cogiéndola del brazo hasta hacerle daño. -¿Dónde estabas? Ella señaló al techo. Tía Lauri levantó la cabeza y volvió a mirarla. -¿En el tejado? Ella negó con la cabeza y volvió a indicar hacia arriba. -Estabas en el desván. No respondió, simplemente se quedó mirando cómo la boca de su tía se arrugaba en un gesto de desprecio. -¿Has visto a Jaime? ¿Estaba contigo? Miró a su tía y le susurró: -Es un secreto. -¿Está él en el desván? -Es un secreto. Por eso días después, tras de que Raúl volviera triunfante del hospital, luciendo su escayola como si fuera la armadura de un mosquetero, mientras que a Jaime ya le habían levantado el castigo, ella hubiera preferido no acompañar a su tía cuando, de nuevo, fueron a la estación. Y cuando, frente a su gran puerta, mientras el tren acudía a la cita fijada con la acostumbrada puntualidad, tía Lauri se detuvo al ver el coche de los tíos cerrándoles el paso, supo que hubiera sido mejor no estar allí. Y cuando tía Lauri la miró, se dio cuenta de que preferiría no haber nacido. Por eso de un tirón se deshizo de su mano y, esquivando la sorpresa de sus tíos, escapó a donde nadie la pudiera alcanzar. No le importaba que llegara la noche, lo único que debía hacer era seguir el curso de las vías y así llegaría a alcanzar el tren. ** Raúl Hernández Garrido, escritor español nacido en 1964. Licenciado en Ciencias Físicas y titulado en Realización de Imagen y Sonido por el IORTV, en Dirección Escénica por la RESAD y en Creación y Estudios Literarios por la Escuela de Letras. Premio Lope de Vega (1997) por la obra Los engranajes. Ha escrito y dirigido mediometrajes. Trabaja desde 1988 en los Servicios Informativos y de Programas de TVE. Es uno de los miembros del grupo de dramaturgos "El Astillero" (http://www.geocities.com/raulhgar). raulhgar@teleline.es. === Dos cuentos Patricia Poblete Alday =============================== *** Dedos sucios, metal frío Manuel se sube el cierre de la chaqueta y vuelve a caminar en círculos, aplastando la maleza, mientras junta sus manos entumecidas y las sopla con fuerza. La luz del sol comienza a alumbrar sin ganas el peladero, y Manuel mata el tiempo reconociendo los desperdicios del lugar. Juega a esquivarlos a saltitos, intenta entretenerse un rato fabricándoles historias a los envoltorios de dulces, a las colillas de cigarro, a las cajas de vino barato aplanadas. Luego mira una vez más en dirección al muro y aguarda. No tiene reloj, pero sabe que aún falta. Salvo el ruido de algunos camiones que pasan por la carretera, no se escucha ruido alguno, pero él ya está acostumbrado al silencio de esta espera. Aunque su madre no lo comprenda, e insista cada vez con más exasperación en que todo aquello es una pérdida de tiempo. Y ellos no pueden darse el lujo de perder nada más. Se lo repitió esa mañana en un susurro agrio, cuando todavía estaba oscuro y él salió en puntillas de la casa, creyéndola dormida. -¿Ya vas de nuevo, tú? Más que una pregunta, aquello era un reproche. Manuel no quiso contestar. -¿Qué es lo que quieres? ¿Qué te metan adentro, con él? -Quiero verlo. -Te dijeron que no se puede, porfiado. -Quiero verlo, no más. -No se te ocurra hacer ninguna tontera, Manolo. No te metas en líos. -No, mami, no se preocupe. Yo sé lo que hago. Entonces fue ella la que no respondió, porque no había nada más que decir. Manuel no iba a volver a la cama -ni al colegio ni a la cama- y ella no sacaba nada con prohibir ni amenazar. Aunque le pegara iba a ser inútil, porque Manuel era porfiado, y no le tenía miedo a los coscachos. A sus ocho años Manuel era ya duro, igual que su padre. Más allá de la muralla suena un pitazo largo. Manuel voltea y echa a correr hacia la esquina posterior de la gigantesca construcción, donde empiezan las rejas. En la caseta de ingreso un guardia lo mira de reojo, escondiendo la curiosidad tras un rostro inexpresivo, pero Manuel lo ignora y continúa paseándose por la orilla, bordeando la entrada, expectante, sin despegar los ojos del interior del recinto. La última puerta del pabellón izquierdo comienza a abrirse con lentitud, y Manuel se aferra a los barrotes por un segundo, hasta que un movimiento brusco de la metralleta del gendarme lo hace retroceder asustado. Otro pitazo; una voz grave que ordena avanzar resuena en las paredes y hace eco en sus oídos, que laten por la agudeza del frío. Tras la puerta aparece una hilera de hombres caminando lejanos e indiferentes, como si por casualidad fueran pasando por ahí. Pero Manuel sabe que no. La barba y la mirada cabizbaja del penúltimo de la fila, el de pantalones azules desteñidos, lo hace desafiar la metralleta del gendarme para volver a entrecruzar sus dedos sucios en los barrotes de metal frío. El corazón comienza a latirle fuerte. Se encumbra sobre los dedos de los pies; ladea la cabeza tratando de ver algo, una cicatriz en el brazo derecho o el dedo anular sin uña; algo que compense toda la espera, el sueño, el frío de ese día y de todos los demás. Manuel se hace una visera con las manos; el hombre de pantalones azules levanta la vista y se queda mirándolo, sin dejar de avanzar. Y por un instante Manuel cree reconocer en esos ojos negros aquellos otros, los que busca desde hace tantos días; los de pestañas tan tupidas, tan chuzas. Esos que se ven enormes en la fotografía del velador de su madre. Esos que evitaban mirarlo cuando se lo llevaron, aquella madrugada heladísima. Manuel recuerda que se despertó porque tenía los pies congelados. Como ahora. No son. Los ojos de ese hombre, el de barba y pantalones azules, se parecen, pero no son los ojos de su padre, que aquella mañana miraban el piso de tablas superpuestas, estáticos, avergonzándose un poco más cuando debajo de la cama salía una tele, una videocasetera, una parka de esas brillantes, otra radio. A su padre lo sacaron al último, a empujones, entre el llanto de su mamá y el murmullo apagado de los vecinos, que se amontonaban en torno al carro de baliza colorada. El hombre vuelve a bajar la vista y se pierde a lo lejos junto con la fila. Manuel se suelta de la reja y baja los talones lentamente, aguardando ya sin esperanzas, casi por cumplir, a que pase el último hombre de la fila. No. No era. Cuando el segundo gendarme cierra la puerta tras de sí, Manuel da media vuelta, le alza las cejas tristemente al guardia de la caseta, y se mete las manos a los bolsillos, derrotado. El sol ya está alto y quema, menos a Manuel, que vuelve a caminar por el peladero, esta vez en dirección inversa, cabizbajo, botando en un escupitajo el desaliento. Corriendo de a ratos, para tratar de sacarse el frío de encima. Apretando la mandíbula, para no morderse la boca. Tragando de antemano el gustillo salado de la mirada lastimera y burlona con la que su madre va a atormentarlo cuando lo vea caminar taciturno por el pasaje, cuando él mueva la cabeza negativamente y ella le recuerde que se lo dijo, que se lo ha repetido tantas veces, que no saca nada. Que todo es inútil. Un microbús se acerca. Manuel lo hace parar y pide que lo lleven. Se sienta en la última fila, apretando los puños y tragándose las lágrimas. Mirando sin ver a través de la ventana. Rumiando el tiempo en la boca, que se queda estancado. Que sabe a nada. *** Alargue Besos en la boca a ojos cerrados. Párpados que duelen, recuerdo del llanto. Ella se desaferra y hace como si fuera a hablar, pero. El intento desemboca en mueca. Lágrimas se agolpan en las pupilas. "No llores", susurra él, y le acaricia el pelo, casi paternal, casi como si ella fuera. Pero no. "Pero es que no puedo porque esto es tan", retruca ella, cediendo al sollozo espasmódico. Tan, y él asiente y acerca su cabeza a la de ella, se despeinan, gimen, se salivan al oído. "...es que esto no tendría que haber... ya está, qué le vas a... demasiado... terrible, inhumanidad, cómo soportarlo si tú". Los rasgos de la cara se desfiguran, se contraen, hidratados por lágrimas que no se sabe a quién. "Ten calma, vas a ver que esto... es que tú no comprendes, porque nunca. No me pidas que comprenda, definitivo, y si yo, ya no hay nada que se pueda". "Regala mis cosas", dice él de pronto. Tíralas, quémalas, guarda sólo lo indispensable. "Es que todo", reclama ella, y él niega con la cabeza, será más fácil así, asegura. Lacónico. "Quédate las fotos", dice él. "Esas que tomamos el verano en que". Ella asiente. Suspira. Él la toma de los codos, como cuando. Ella esboza una sonrisa, como si. Con las manos vuelven a acercarse las cabezas, frentes juntas, húmedas. Pasos. Eco. Puerta que se abre. Tiempo. Tiempo más que suficiente como para, decreta el gendarme. Un minuto más, piden ambos. Ella tiembla. El reloj poco a poco. El corazón galopa como si fuera a. Ella le cuelga un rosario al cuello, le acaricia el rostro sabiendo que nunca más. Él la mira con tristeza. Hora de. Besos en la boca, urgentes, pujantes, furiosos. Besos en la boca, dientes que muerden, labios hinchados que comienzan a sangrar; líquido espeso, tibio, que corre barbilla abajo, que se pierde en la barba tupida, que precede y se funde con el grito del gendarme, se les acabó el tiempo, vamos porque. Sangre que anuncia el brazo del cura que se apoya, el perdón de los pecados, la vida eterna. Sangre que prologa el fin de aquella caminata monocorde, definitiva, por las baldosas blancas de aquel pasillo. ** Patricia Poblete Alday, escritora chilena (1978). Licenciada en comunicación social por la Universidad de Chile. Ha participado en diversos talleres literarios con guías como Antonio Skármeta, Pío Barros, Sergio Gómez y Ana María Güiraldes. Participó en el suplemento Zona de Contacto del diario El Mercurio (1995-98). Cuentos suyos aparecen en la antología Cuentos para iluminarse, de Ediciones Ergo Sum (Santiago, 1977). En 1996 el grupo de teatro Imagen, dirigido por el dramaturgo chileno Gustavo Meza, representó cinco cuentos suyos. En noviembre de 2000 inicia un doctorado en literatura hispanoamericana en la Universidad Complutense de Madrid. circe@entelchile.net. === Cuatro poemas Antonio Vela López ================================= *** Mil noches En mis sueños siempre ocurre que me queda algo por decirte -lo más importante-, o nunca entiendo qué significa que tú aparezcas en ellos y me hables, me acerques tu mano, e incluso me beses. Sólo sé que algunos sueños nos adelantan lo que nos va a suceder, y no conocen ni el tiempo ni las esperas que duran mil noches *** Sin fin Si por casualidad me ves caminar hacia atrás chocando y arrollando a los más desprevenidos, no intentes detenerme. Estoy viajando al principio de mis incertidumbres en uno de esos viajes sin fin siempre en contra de nosotros mismos. *** La decisiÓn Si de pronto te das cuenta que empiezo a contarte mis cosas, y que todo lo que me preguntas te lo respondo. Si de pronto te das cuenta que tu curiosidad está siendo recompensada, y que eso que nunca hubieras imaginado saber de mí lo conoces. Si de pronto te das cuenta que voy enseñándote mis sueños y que te vas convirtiendo en la guardiana de mis secretos, de mis mentiras y miedos, no pienses que algo ha cambiado o que algo empiezo entre nosotros. Únicamente he decidido tomarte como mi biógrafa. *** El beso La última gota de mi semen cuando mi cuerpo ya esté seco, quiero que sea para ti. El último verso que escriba, cuando mi mano ya se haya detenido, quiero que sea para ti. La última imagen que contemple, cuando mis ojos ya estén ciegos, quiero que sea para ti. Y también el último susurro que escuche, el último aroma que huela, y el último libro que vaya a robar. No quiero ser más un espectador de lo que me ocurre, ni tener que sacar otra entrada en taquilla. No quiero volver a preguntar cómo las hormigas alcanzan un sobreático. Y ya no me asusta la posibilidad de que nos convirtamos tú en rana, yo en sapo. Porque este es el sol soñado, y sólo puede traer sueños, hoy me voya a atrever a besarte. ** Antonio Vela López, escritor español nacido en Barcelona (1970). Licenciado en geografía e historia, especialidad arte, por la Universidad de Barcelona. Trabaja como teleoperador para Telefónica. Textos suyos han aparecido en la revista alternativa Sin Título. velalopez@mx4.redestb.es. === En la cola del cine Javier Domínguez ============================= Cuando te vi en la cola del cine con ese conjunto rojo y tu cabello tan negro prendida del brazo de ese tipo, el corazón se me salía por la boca. Por lo menos pudiste haber esperado que el cadáver de nuestra relación se enfriara. A tan sólo un mes de nuestra ruptura, yo esperaba encontrarte sola. Creía que, como yo, extrañarías nuestras rutinas y te torturarías repitiéndolas a falta de algo nuevo que hacer y entonces nos veríamos en alguno de los sitios que frecuentábamos. Esperaba el momento cuando nos viéramos compartiendo la misma soledad de gato callejero y tal vez decidieras que podríamos ir a cenar o al cine. De ahí en adelante la reconciliación sería sólo un trámite. Tú verías cuánto he cambiado: ya no más reproches por tus faltas de lenguaje o tus miradas desviadas en espaldas de otros hombres, no más burlas de tu ropa, no más celos, no más gritos, no más golpes. Verías cómo tu ausencia me enseñó a ser sueco, a mirar con desprecio al misógino criollo que solía ser. Pero cuando te engarzaste del brazo de ese tipo rompiste toda la cadena de acontecimientos que nos reunirían. Ahora veo que mis sospechas eran ciertas: sí tenías un amante, tuviste el descaro de negarlo una y otra vez. Ya no me arrepiento de esa cachetada que te asesté en la jeta, cuando me juraste que no te veías con más nadie, perra, ahora sé que te lo merecías. ¡Y tú no sabes cómo me duele tener la razón! La ignorancia es cómoda, lo habría soportado todo, a mí me bastaba con creer que eras sólo para mí, pero vino la duda. Mis amigos te vieron en la calle con otro tipo varias veces, me lo comentaron, nunca les creí, pero es que nunca supiste disimular nada. De pronto tenías fiestecitas de oficina todas las semanas, fines de semana llenos de trabajo, convenciones en otros estados. Ahora todo es tan evidente. Como si fuera poco tienes el descaro de traerlo a nuestro cine. Eres capaz de haberlo traído únicamente para lucirte conmigo, para restregarme a tu galán en la cara, pero sé que no me has visto y me oculto entre las espaldas de esta cola de gente que serpentea por los recovecos del centro comercial. Tú nunca me apreciaste, no tienes ideas del montón de mujeres con las que pude engañarte, hasta con tus propias amigas. Pero yo sí debía entender que "lo nuestro ha perdido pasión", "ya no eres el hombre que amé", "ya no soporto tus desprecios, tus maltratos". Así fue como comenzaste a huir de mí. A la primera señal de problemas escapaste. La sangre se me sube a la cabeza, al recordar cómo arrastraste una maleta con mi ropa mal doblada hasta mis pies. Me dijiste: "ambos necesitamos espacio y tiempo para repensar nuestra relación". Espacio y tiempo querías tú, para meter al imbécil ese en mi casa. Cómo me provoca darte otro pescozón en la boca. Sin embargo tu espalda luce feliz. Tu cabello luce un negro mucho más intenso que antes, debes haberlo teñido, no puedo negar lo bien que se te ve, también parece más corto. Debo concluir que te cambiaste de "look" para él, pero no te cansaste de mostrarme a mí el mismo peinadito por tres años. Pareciera que quisieras estar a la altura de tu galán. Sin duda que el tipo es bien parecido, su estatura me supera fácilmente, con ese tamaño entiendo que pensaras en reemplazarme. Las mujeres delante de mí no se cansan de comentar lo bien que le luce la chaqueta, del contraste entre su ropa y el castaño oscuro de su cabello. Todo un muñeco de torta. En los instantes que me distraigo escuchando el estruendo de halagos para tu novio, veo cómo tu galán se aparta de la fila y se encamina a los baños. Ahora sé que mi competidor es un humano. Y no aguanto la tentación de verlo de cerca, lo suficientemente cerca para asestarle un derechazo que le tengo reservado desde hace meses. De hecho, mientras mis pasos me guían instintivamente entre la gente, recuerdo todos los ejercicios que he hecho desde hace un mes con el único fin de maltratar a tu patiquín, ¡cómo me distraía pensando en la manera de torturarlo! ¿Debía darle una golpiza? ¿O debía atacarlo con un único y certero carajazo que lo dejara inconsciente? ¿O las dos cosas? ¿O golpearlo hasta dejarlo en coma? Un abanico de opciones morbosas se abría ante mí. Todo se reducía a una sencilla cuestión de gustos. Cuando entro al baño veo al tipo junto al urinario. Su espalda muestra la pose clásica de brazos descendiendo en V, hasta la altura del miembro. Tal vez no exista una situación en la que un hombre se encuentre más indefenso. Hasta pienso en dejarlo terminar para después atacarlo. ¿Pero por qué darle beneficios al muy bastardo? ¿Acaso yo tuve alguno? Por tu culpa, visto una camisa mal planchada y vivo en un apartamento que está permanentemente desordenado y sucio. Por eso, ni siquiera voy a permitirte terminar de mear. Por eso ya me tienes respirando sobre tu nuca. Cuando volteas y ves mi cara, no ves al "ex" de tu novia, no, ves la imagen de la palabra venganza. Cuando sientes la repentina falta de aire, es porque tienes un puño que encarna el verbo odiar, metido en la boca del estómago. Me alegra ver la buena condición de mi brazo derecho, con sólo dos golpes hice que te mearas el pantalón. Pero se ve que tú no entiendes mi arte, por eso intentas levantarte, como tampoco entendiste que esa mujer ya tenía un hombre y por ello te pateo las costillas hasta fracturártelas. Cabrón, ¿dónde está tu elegancia ahora? ¿Tu "sex-appeal"? ¿Tu ternura, tu comprensión? Cómo quisiera que ella pudiera verte, todo despeinado, quejumbroso, sin el orgullo en la mirada. Siguiendo mi inspiración, opto por golpearte hasta dejarte inconsciente. Mientras recupero mi aliento, un charquito de sangre crece en el piso hasta mancharte la chaqueta. ¿Cómo lucirá ahora el contraste de tu ropa, con la cara hinchada y la nariz fracturada? Cretino. Ahora me daré el gusto de esperar afuera por tu mujercita, y cuando entre a buscarte le mostraré a su dios griego tragándose su propia sangre. Me ubico estratégicamente en las tiendas cercanas a los baños. Finjo que me interesan los mostradores y los vidrios me mostrarán el reflejo de tu conjunto rojo, es todo lo que necesito. La cola del cine avanza rápidamente, la veo con las entradas, espera unos minutos, sé que no irá a comprar a las golosinas porque odia meterse en un tumulto de gente, cuando falten cinco minutos para iniciar la función vendrá hasta acá. Eso me aburría de ella, era predecible como una línea recta. Ahí vienes, el reflejo del vestido te delata. Entras al pasillo de los baños, sigo tus pasos al ritmo de mi respiración elaborada, te veo al fondo del pasillo, por el baño de mujeres, se asoma como ensayando el acercamiento que harás al baño de hombres, está oscuro y ninguno de los dos podemos vernos el rostro, camino como si fuera a seguir de largo, pasas a mi lado, no tengo valor para mirarte, me ignoras. Finalmente asomas la cabeza dentro del baño de hombres, giro sobre mis talones y en dos zancadas estoy en tu espalda. "¿Señor, le pasa algo?", me pregunta el rostro de esta desconocida cuando me ve a medio metro de distancia. "No". Fue todo lo que dije mientras trataba de buscarle siquiera algún parecido con mi antigua mujer, pero esos no eran sus ojos, ni su boca y mucho menos esos pómulos con cráteres. Seguí de largo con una sensación de derrota deslizándose por mi pecho. Caminé hasta perderme en la cola de rezagados al cine. Dentro de la sala se me hinchó la mano por el frío. ** Javier Domínguez, escritor venezolano nacido en Valencia (1977). Estudia el último año de ingeniería mecánica. Fue uno de los ganadores del concurso de literatura juvenil del Ateneo de Caracas. javierd23@hotmail.com. === Parte novena, cuarta docena: de donde se habla del Quirquincho, ======= === de Nerón, del Tato, de su grupo y del otro país Daniel Noseda ==== Querido Tato: ante la imposibilidad cierta de que algunas vez nos sentemos a tomar un café y yo pudiera decir lo que aquí expreso, más vale lo hago ahora y de una vez y lo del café si llega, mejor. Porque debo comunicarte: la expresión que en tu rostro denoto, es la de quien ha visto pasar mucha agua bajo el puente que nos unía. Yo agregaría que el puente se lo ha llevado el agua, por la fuerza y el caudal. Cuando mi mujer te culpa por ser el causante de mi estado, tiene algo de razón porque siendo el gestor de la venida de Freire y Galeano sumado a lo sensible que había quedado por el contacto con la realidad cubana, hizo que una fiebre eruptiva y verborrágica me brotara. Estoy convencido de que los problemas morales, psíquicos, y sociales no resueltos afloran en nuestro organismo bajo diferentes manifestaciones como malestares estomacales, acidez, elevación o disminución del apetito, gases, o en la piel con erupciones, urticarias, psoriasis, o físicos, como dolores en todas partes y contracturas, o tics en el lóbulo lingüístico bajo la forma de "tartamudeos de ideas o palabras" -como dice Galeano. O simplemente en el ánimo y anda con el mismo hecho una mierda. El vademécum intenta paliar esa situación, pero son solo aspirinas para el verdadero problema y es que sencillamente tenemos uno no resuelto, no lo resolvemos y entonces aflora. Desde aquel tartamudeo primero, esas veinte páginas que te alcancé por allá en aquel tiempo de nomeacuerdo, por allá cuando en el taller literario Romero Borri arrugó un gesto cuando dije que era ingeniero y arrugó el gesto frente a este sapo que no se sabía bien qué estaba haciendo en el Olimpo de los poetas, han aparecido muchas otras más y que se han convertido en un río que no se puede contener. Cuando preguntaba "adónde anda el Tato" me respondían cosas como "y ahí anda dando vueltas con su colectivo, atándolo con alambre" o como "y el Tato está reloco, ni se puede mover y se metió a dar la vuelta al mundo" o como "por fin se dio el gusto de andar yirando por media república con su chinche cultural". Yo sabía sin embargo que algún día aparecerías, que regresarías con tu grupo de ese viaje por "el otro país". El sábado pasado el Quirquincho, ese colectivo escarabajo convertido en el Rocinante del grupo de quijotes que te acompañó en esa lucha contra los molinos de viento junto a Nerón, tu perro, el silencioso escudero, estaba en la vereda de la universidad convocando con su presencia al mundo para decir, "hemos vuelto, estamos acá y le queremos contar". El momento vivido en el Mauricio López para qué decir que fue emocionante y movilizador hasta el punto de que el público terminara bailando, mi hija, sus amigas y muchos que se sumaron a la danza se hayan ido con algo adherido a sus cerebros y corazones, algo del tamaño de un pedazo del otro país. Ese otro país que se fue a buscar fuera del estamento estático de la universidad, pero que no era extraño para mí, ya que he vivido en la frontera, allá en Santa Fe, y lo conozco. Ese otro país que fuiste a buscar hasta los rincones donde existen pueblitos de cien familias momificados en el tiempo y hoy olvidados del mundo donde la presencia del ferrocarril era el único nexo con él y ahora, desaparecido víctima de las privatizaciones, ha sido suplantado por los medios, los santuarios de imágenes, los televisores, que los reconectan a un mundo, pero esta vez elaborado, procesado y enlatado y con muestras gratis de una cultura ciudadana que no le es propia. Por eso no es raro que, como contás en uno de tus relatos, el de la parrilla donde por un lado ustedes disfrutaban de una guitarreada en el otro extremo del salón la gente del pueblo alzaba el volumen del televisor para escuchar a Tinelli. Y es que ustedes estaban de vuelta de todo eso y ellos no, porque están seducidos por ese otro mundo que se les ofrece y que tan seductoramente los involucran con idiomas, problemas propios de la urbe, violencia, sexo, falta de seguridad, que no les son propios pero que el mundo de la imagen les hace creer que sí. En cambio para ellos, la guitarreada ha formado parte del entretenimiento cotidiano, las mismas voces, los mismos acordes y punteos los mismos giros y contragiros de la danza, que ustedes, sapos de otro pozo, compiten en el mismo terreno y se creen autoridad suficiente para juzgarlos en consecuencia, como cuando cuestionaron a tu magistral chacarerista. En cambio las boludeces de Tinelli, no, ahí no es una competencia, es otra cosa que todavía no han procesado, recién van en el camino del cual ustedes vuelven. Y todos esos pueblos del otro país subsisten con el residuo de lo que fueron tres siglos de conquista y luego otros dos de inmigración. Mi origen fue en el otro mundo, el del inmigrante, y que abarcó casi toda la mesopotamia, la cultura rioplatense argentina, y como una bufanda o cinturón alrededor de ella siempre estuvo y estará ese otro país, el interior, el producto del residuo histórico, donde la maestra, el médico, el intendente, el cura, el comisario son personas físicas, reales y no una imagen televisiva de consumo. Y moderadores o autoridades en materia de lo que se debe hacer o no, los formadores de opinión, el límite de su mundo como los postes de alambrado son el límite físico del campo para don Gume. Y esos límites no conocidos son los que conocemos hoy, gracias a la cruzada que ustedes emprendieron. Mi viaje es en algo parecido al tuyo, pero menos heroico, menos quijotesco, con menos contacto físico y emocional, para gozar de ellos, más solitario. Me traslado por donde puedo, por correo, donde mi tocayo allá en el Chaco, ingeniero poeta, versero o como quieran, me alcanza pedazos de ese otro país y los publico, o viajando por la red y bajo en México, donde existe otro quijote, confundido con escarabajo don Durito de Lacandona y su escudero al que todo el mundo llama Marcos, al que le pasa algo parecido ya que los mismos mexicanos han sufrido los mismos desastres económicos y culturales que nosotros y nos llevan la delantera. O físicamente a Chile, Uruguay, a Cuba, al sur, centro y norte del país. Junto las hojas mías con las otras que están sueltas por ahí, las que están desparramadas u olvidadas y con ellas intento armar este árbol al revés. De las hojas a las ramas, luego al tronco y así hasta ver dónde llegan sus raíces. Que son las mismas de todos, la de América, ya que si hay "otro país" también hay "la otra América". Espero verte en este programa, mi silencio te invoca, Gustavo también. Como verás, Tato querido, son demasiadas cosas para un solo café. Espero seguir bailando y participando con ustedes de ese otro país, del que nunca me fui. Espero, la esperanza siempre me nace. Te envío algo de lo que la esperanza hace, que es sumar. Un abrazo y hasta siempre. ** Daniel Noseda, ingeniero mecánico nacido en Santa Fe (Argentina) en 1954. Reside en San Luis y participa en la edición de la revista Libre Mente, sobre temas diversos, y en la producción de un espacio radial. noseddan@celulosa.com.ar. === Dos poemas Andrés Larenas Méndez ================================= *** New age Caos de malls, autopistas y PCs de Manila, peajes a la vista, licitaciones, costaneras, tendrán que pagar para morir en su casa hasta los ebrios de la calle Dávila. Elección difícil de domingo shopping o misa, Internet, control remoto. Campos con torres, hortalizas con triciclos surcos y riego por goteo, aquí "venta de departamento piloto". Dime, niño, ¿dónde está tu libro de ilusiones? ¿En el disco de multimedias? -Papá, léeme un cuento -lo llama por celular-. -Hijo, no puedo, debo descansar. -Pero si hoy es sábado. -No puedo, debo comprar. Canta, niña, canta, no pierdas tu cantar, no sea que mañana sólo tengas que archivar. Baila niña, baila, que mañana tendrás que estar en la fila de la caja del negocio del solar. Martinetes, taladros e hipotecas, dididendos, dominios y gravámenes plástico, resorts y compartidos México, Orlando y Las Guaitecas. Año nuevo, siglo veintiuno anunciado con bombas y protones Nuevo siglo en los ordenadores, en los giga y marcapasos de corazones. *** Viejo querido Llamado cruel de madrugada. Padre, la muerte secó tu mirada Irrumpe el llanto de tu sangre que busca el consuelo en el pecho de tu amada. Trámite, carreras y registro anuncian tu deceso anticipado. Misas, coronas, tarjetas y crucifijo adornan tu casa de eucaliptus, aroma que amaste en el campo y hoy lo tienes para ti, solito. Te recuerdo hoy y cada día, imborrable, el amor se acrecienta. Te saludo desde acá, Carlitos, gracias, gracias por tu alegría. ** Andrés Larenas Méndez, escritor chileno residente en Santiago. Ingeniero de ejecución en administración de negocios. Trabaja en una empresa distribuidora de combustibles. alarenas@copec.cl. === Dos textos Yvette Guevara-Dedaj ================================== *** Visitaciones en la madrugada Una isla es la tierra que, imprometida, crece sobre el carapacho de una tortuga. Sostenida por cuatro elefantes anfibios que envuelven en burbujas las erosiones, las lanzas y la mansedad anuladora con que pasan los días. Volemos, por sobre este vértice impuro, donde se fracasan, se despeñan, se maltratan, obsesionados estadios de un vientre único, que también se desparrama, tendiendo al horizonte su lengua codiciosa. Dormidos, los hombres se disimulan entre las bestias, como una bestia más. Hay seres desplumados, vestidos en túnicas de plásticos fosforescentes, que recuerdan al humano; y aves en cueros, que sostienen una luna con cintas de piñata. Al mismo cielo de acuarelas feroces, se suspende un sonriente sol de máscara veneciana. Los resplandores que han logrado sobrevivir tras la ventana de una celda, los descendientes de un insomnio parricida, los embriagados espectros de los arcabuces y los cañones, te convidan. Te observan, -mientras les observamos- desde el extremo ajeno de La Bahía. Extraño lugar en el que habitan aún errantes almas españolas, penitentes. Desde allá, el mar parece amurallado y la ciudad goza la libertad concebida para el espacio de un lomo previsible. No hemos podido evitar este viaje de palabras usadas, enjutas, inexactas. Las orgías agonizan. Madrugada desierta. Con un regalo de avenidas calvas y un cementerio amarillo que espera sus muñecas alfileteadas y los cadáveres de tojosas con que se limpia la inmundicia del pretérito y se prepara la buenaventura del amanecer. Nuestra conciencia parte con los dos o tres rezagados traficantes, que vienen barriendo el eco de sus pisadas. Sentimos el olor de tinta fresca de las impresoras y la maledicción de la refinería y sonreímos con un perro extraviado, con la recompensa momentánea de un balbuceo infantil, que arrulla la mar y se le escapa a alguna madre. Y hay veleros que en la bruma rescatan los cándidos abrazos de la noche, entre gentes y gentes, para que no quedemos privados de un descenso a la Tierra. El aire con su aliento perverso, divinamente burlón, corrompido, borracho, va pudriendo la aurora; nos despeina, mientras esperamos, explorando este trillo de piedras estiradas, pulidas, por las nalgas de La Habana Entera, una resurrección. El Almendares ensaya un himno, para tratar de reciclar sus monstruos y echarles a volar por sobre el muro. El cosmos revienta, en estampas imposibles, inatrapables, de este fresco, que es acuario en el que se evita comer pescado en los banquetes y hasta en la tarde hambrienta. Y yo me esfuerzo, me esfuerzo, trato de estar despierto y sorprendido y ridículo, trato de ser inmenso y vulnerable y trato de entregarme, de traerte, de bajar, de oír, de ser. Sólo es intento y que, como ello, valga. Desde el instante escogido y desde el firmamento, saboreamos el muro y observamos atónitos, los despojos de ese plural antipoético, de donde es desterrado tu nombre, y eres un legionario más, que tamborilea con sus espinas sobre el pecho de un Cíclope. Así, va goteando la vida, sin pronunciarte. Así irrumpen las olas, martillando este meridiano particular donde se funden y confunden los seres y las cosas. Desarmado y sin ancla, tiernamente sentado con los pies en el agua, me creo y te cierro la mano y me concibo. Bajemos por la orilla hasta su borde, marchemos mientras podamos rozando los pliegues de seda azul e interminable, velo de novia de la tortuga anclada. Hagamos un poco de silencio, degustemos este caótico equilibrio de alucinaciones, antes del Desembarco, del Fin del Siglo, del Mundo y de esta noche a mitad de camino. Ahora que aún no están, que se demoran, que llegan a sorbos, inofensivamente, ávidos comerciantes, frustrados esgrimistas, católicos anónimos y toda clase de plaga impertinentes. Pósate junto a mí sobre este banco de amoríos, parque de velocípedos, mesa para las radios, ring de querellas mundanas, balcón de despedidas y puerto en que carenan los autos frente a de largas piernas. Aquí desde el Torreón surgen, como de una fuente, los camarones encantados, que silban en cuernos de hojalata despidiendo las balsas fugitivas. La embriaguez confunde barajas y dinero, y se prepara hace decenios, la Batalla. No te desprendas, no estamos aún que a mitad de la historia. Para dosificar penurias y placeres, el mar no tiene derecho a depasar esta frontera, ni compartir con otras costas su salitre de vicios y virtudes. El muro con dientes de arrecife, va masticando las olas y escupiendo gaviotas imprudentes. Y la ciudad, de espaldas, es un estuche que ignora lo que esconde. Vamos gastando la pradera de peñascos, que se protege en las huellas y en los tatuajes que han ido dejando los peces y los hombres y las aves y algún réptil perdido. La madrugada sincroniza los rumores de los postigos y el tintineo de las tazas y nos regala un barco dormido, donde ajustar la brevedad de tu estancia, de la mía. El alba rasga sobre el muro sus vestidos, adentrándose en los poros donde las desnudas e ilegales hijas de la Giraldilla dejan sus zapatos deambuladores, debajo de sus sombras duermen, cobijadas bajo la luz de un faro hecho museo, o restauran, o cristal de lágrima y artificio. La mañana nos deja respirar, nos hace huéspedes. Los barrenderos van secando el sudor de las calles que el torpe cree rocío y limpian las soberbias y van tiñendo de pulcredad las calles largas, entre las grietas del viejo carapacho. Amanece. Erigiéndose frente a nosotros, el pobre Castillo nos provoca. Sin someterse a los ciclones ni a la cólera de las cometas y los papalotes, que tras su mansa actitud de volar sujetos, esconden cuchillas de impaciencia, imploran por el desconsuelo de los que honran su inocencia, y se asquean de la dicha de los que dejan al azar sus carcajadas. Y mientras se hace el día nuevo, desde el trono y la esbeltez de los podios la felicidad siempre llega mañana. Amanece, la vida nos convoca. Mientras, en la brisa pueden fumarse restos de nubes dulces y estupendas y colar un café mundano y preguntarse: ¿en tanto desencuentro, hemos perdido la salvación, es su apariencia tan clara que al llegar la mañana, se disuelve en ella y no la vemos? Cómo ocultar la fortuna, sin lastimarla, evitando el gesto fatal en el que el porvenir deviene amnésico. ¿Dònde se esconde la Osa Mayor cuando inverna o cuida de sus críos? Y otras tantas cuestiones que la brisa se traga. El Malecón se desvanece, se integra a una cierta armonía de retratos, periódicos, y la primera lancha y se desprende la luna, cae -germinará, tal vez de madrugada. Un enrejado muro con orejas envía cartas y bocados de niebla parisina, para que no te pierdas. Puedes ir, yo sin embargo adoro el extravío. *** Algunas causas y casos del exilio los hechos y personajes de la historia son obra de la imaginación, cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia Él se exilió en una bolsa de mentiras y pasó el resto de su vida enfrascado en volverlas verdades. Ella se autoexpulsó de la universidad antes de que se descubriera su falta de talento y se exilió en una ciudad distinguida, donde reinan los ciegos. El tercero se exilió en la palabra divina, en busca de la redención, y poco a poco perdió la fe en los hombres, y luego de su muerte nadie le recordó, ni Dios. Ellos se exiliaron por falta de justicia y fueron a parar en una jaula. Él se escapó de una promesa incumplida y rodó exiliado de todas las promesas. Aquéllos partieron para poder gritar en voz alta sus anhelos y lo hicieron, salvo que siguieron siendo palabras en el viento. Estos, que, ávidos de hermosura, se exiliaron en un rosal del Jardín de los Secretos, y como nadie lo sabía, allí quedaron sin poder descender por miedo a las espinas. Él se exilió de su hogar, hundiéndose en las entrañas de su amante y ella huyó de él por que le lastimaba, exiliándose en el pecho de otro hombre que no la quería. Este se exilió de su sombra para no ser seguido por nada, ni por nadie, y fue tratado de fantasma y exorcizado, perseguido, mutilado, y tuvo que correr a exiliarse en su sombra. Él se refugió del otro lado del espejo, para no tener que mirarse nunca más su horrible aspecto y se creyó al abrigo, pero alguien colocó un imprudente espejo frente al suyo. Estos se exiliaron de su ciudad, por que les aburría y construyeron la misma en otra parte. Aquél que se fue a Martes, exiliado de la rutina, siguió viviéndola, pero en una semana de seis días. Un rico comerciante se exilió en la pobreza, convencido de encontrar la riqueza del alma. Él no se exilió, a él lo exiliaron: su madre, su padre y el gobierno. Ella, abierta a todos, recibió tanto odio, que terminó exiliada en el escepticismo. Ellos nadaron al exilio, clamando Libertad y encontraron una estatua fría, que desde hace siglos le reclama. Todos los ghettos, son una cierta forma de exilio. En un sitio de armonías, los habitantes corrían en masa a exiliarse en la discordia, y en otro sitio en que prevalecían las batallas, la gente no podía salvarse porque desconocían el exilio. Ella se exilió de la vida en un poema y vivió. ** Yvette Guevara-Dedaj, escritora cubana residenciada en Lyon, Francia. Licenciada en crítica teatral en el Instituto Superior de Arte de La Habana. vdedaj@club-internet.fr. === Al regreso de un largo camino Patricia Suárez ==================== Pero el viejo no se mueve en la sombra, está insomne de noche y querría tener sueño y olvidarse de todo como antes, al regreso de un largo camino. Cesare Pavese. I Hubo un tiempo en que yo me perdía en las ciudades. Un suponer, encallaba en una esquina que no era y era como una ballena que de pronto decía: ¿Qué pasó? Se me ha acabado el mar. Usaba una guía-te pero no guiaba y solía subir perdida a un taxi y el taxi me mareaba yo tenía la piel blanca muy blanca subía y bajaba de los autos a veces todavía en movimiento subía bajaba a veces terminaba por no saber en qué zapatos estaba parada Dudaba dudaba todo el tiempo ¿estaba en Arenales o en Juncal la dirección que yo buscaba? Todo el tiempo me lo pasaba dudando ¿es que existe la calle Moguillanes? Había un árbol gigante en una plaza Cerca del árbol y la plaza un hombre vendía salchichas las untaba con una mostaza verde y las salchichas un poco se resistían a veces me preguntaba si, a veces me parecía que sentían. II Ciertas tardes seguidas estuve triste. Los reproches sonaban como campanas dentro mío el tiempo es cojitranco y anda en círculos Una vieja salió a abrirles: eran tres reproches más o menos pequeñitos ella dijo: ¿Qué hacen, niños míos? Se reían los tres: uno era albino, otro era sordo, el último estaba tullido. ¿Qué hacen? El pasado, decía la matrona, se ha ido, y también el presente se está yendo: todo el tiempo es ido. Hay una planta en un lugar, es de color amarillo. Ahí no crece el tiempo ni la cebolla -y todos sabemos, en qué se parecen el tiempo y las cebollas- Pero ellos igual -eran compañeros como son compañeros los flecos de una misma manta- y pasaron sus dientes sobre limas de hierro zap ziss zap ziss y mordieron a la vieja los reproches y la manta quedó rasgada. III Soñé con agua íbamos en tu bote el agua pasaba y nosotros... yo estaba recostada en tu hombro el agua era tan transparente íbamos río abajo y yo pensaba, pensaba entonces ¿cuándo? ¿cuándo y adónde se acaba el agua? IV En la película que he visto ella era roja como la sangre negra como el ébano blanca como la nieve era hermosa pero tenía colmillos y a todos los mataba ella huía de las estacas y los ajos y las cruces ella era un alma que se llevaba el diablo apagué el televisor me corría un sudor frío por la espalda me levanté en camisón y fui a la cocina en la heladera un huevo huérfano hervido en imperios anteriores un tomate cejijunto un apio solo como solo está un muerto en la tumba el limón centenario llorando su vejez en la alacena un pan verdoso me miraba indefenso el reloj se sacudía el tiempo de encima no, no, ya no podría llamar a la pizzería de la esquina el pizzero me odia no entiende no entiende que no me gusten las aceitunas ni su cara ni ese aspecto seborreico a las cuatro de la madrugada café retinto hecho en la mañana lidiaba con la borra encima de la hornalla si me hubiera inclinado habría podido leer mi destino mi destino clama yo acomodo mi pie dentro de la pantufla vuelvo a la cama un lobo aúlla en la pantalla yo siento que temo y en realidad, pienso: ya no le tengo miedo a nada V La fachada del hotel era blanca las tejas verdes, a dos aguas. Yo pasaba por la ruta granulaba las imágenes el vidrio empañado de mi ventana. La fachada del hotel era blanca impecable y las tejas eran verdes cubrían un techo a dos aguas como zarpas sobre el hilo de los postes descansanban los buitres miraban aburridos la ruta yo pasaba ante ellos y ellos estaban preocupados dentro de su plumaje descolorido si yo atrapo un pájaro que nunca sea un buitre o al menos, deseé, que sea un buitre parado en un álamo. La fachada del hotel era blanca y de pronto punto borroso las tejas, verdes parecieron trampas. VI Una marea de nubes van debajo ivanivienen el ala del avión es un mosquete a la hora de cortar el aire el aire se rasga: es la sábana de Holanda que rompimos cuando te fuiste de mi casa ese azul del cielo ese azul tan sereno, tan paciente, tan insoportable más vale alejar la mirada. VII Recorro esa calle todos los días varias veces porque me alegra en los escalones del templo bautista duerme un perro gris y un poco sarnoso que no levanta la vista cuando paso Enfrente está el billar Como moscones se mueven los hombres Abrillantan los tacos -el taco es un codo de mujer áspera que se ha pasado demasiado tiempo pensativa- y se gritan por los apodos anotan en una pizarra los tantos y a veces ganan y a veces pierden pero siempre juegan y siempre por plata. Venden Biblias un poco más allá yo he comprado una una vez como amuleto -había ganado un premio a la lotería y quería que mi vida cambiara hacia la buena suerte -la estela de baba que deja un gusano arrastrarme detrás con mis pasos lentos por la estela de la buena fortuna-. Justo antes de que se terminara el dinero fui y compré la Biblia -diminuta paloma y cuervo, cabe dentro de mi mano no puedo leer sus letras pequeñas- como tributo y dije: Dios me dará dinero no me dejará caer, Dios me hará una persona feliz. Camino -yo siempre sigo mi camino y paso la panadería vacía y paso la casa de lanas y pateo piedras y miro el precio de los esmaltes para uñas y sigo- y sigo mis padres tienen un negocio a media cuadra La gata manchada está a la puerta, ojos como tenazas. La mañana está clara y parece que al anochecer hará neblina. mi padre frota grasa sobre un cuero seco y transpira. Mi madre dice y no dice nada. el café dentro del termo arde las galletas son húmedas Digo para mí misma Ya estoy de vuelta. Pero siento que ya me he ido. No hay retorno en este largo camino. La gata salta salta sobre el mostrador y huye hacia el fondo más allá de la estantería y de los nidos de ratas clandestinas adonde el ventiluz adonde el ventiluz ella se marcha y mi madre la llama y mi padre la llama y yo permanezco sola y en silencio. VIII Tres cartas mandé a Segovia como tres capullos y nunca me respondiste IX Todas las veces que hablé con el demonio me prometió aquello que no habría de cumplirse. Nos encontrábamos en una curva del camino yo usaba un pañuelo azul en la cabeza: así él sabía que yo era yo y no otra aunque yo ya verdaderamente no sabía Cuando estaba con él me cuidaba de no pronunciar el nombre de Dios para no herirlo y es algo, sin embargo, a lo que estoy bastante acostumbrada Y nada cambió para mí ni siquiera con la ayuda del demonio Los tomates siguieron flacos en mi huerta y los conejos cobraron cariño a sus piojos y tu paso fue cada vez más leve en la madrugada y un día ya no regresaste ni pisaste la senda de piedras blancas que te traía a mi casa. X Cuando te fuiste era otoño y había viento en la mañana llevabas la polera negra con el mickey, ésa que habías comprado en Tío Salim como saldo el polvillo de los plátanos flotaba y no me dejaba verte eras punto entre negro y oro cuando te marchabas La mañana de ese otoño no era clara: los plátanos se desmenuzaban XI. Nunca he hecho nada extraordinario Nunca he hecho nada extraordinario. Me resultaría imposible escribir mis memorias, por ejemplo. Una vez crié conejos en un sótano y también cuidé y alimenté uno que era negro y ciego y un día desapareció y ya no volví a encontrarlo hubo quien urdió la idea de que los conejos eran caníbales y se habían comido entre ellos No he hecho nunca nada nada extraordinario que valga la pena de ser contado excepto claro está la vida de aquel conejo. XII Durante el sueño profundo de una siesta la saliva cayó de tus labios y formó una oquedad diminuta en la almohada Si la miraba de lejos era una planta de jardín una estrella federal castamente defendida de las orugas; de cerca agua, manantial Hubo un instante en que pensé: Epa, podría detenerme ahí y lavarme. XIII Dos veces crucé la cordillera para verte y para olvidarte era en enero a cada curva de la montaña me santiguaba la retama a mi lado pasaba muy rápido vi un pimiento silvestre y un halcón planeando debajo mío y las orejas lejanas de unos guanacos Fui y vine de Chile para verte; me gustaría tener sueño y ya no pensar en tantas cosas: fui y vine de Chile para olvidarte. ** Patricia Suárez, escritora argentina nacida en Rosario, Santa Fe (1969). En 1997 recibió el 1r premio en el Concurso de Cuentos para Jóvenes Haroldo Conti, y en 1998 su libro de cuentos La italiana recibió el 2º premio del Fondo Nacional de las Artes. Ha publicado la novela Aparte del principio de la realidad (1998) y el libro de cuentos Rata paseandera (1998). paseandero@arnet.com.ar. === Un texto sin título Odette Da Silva Cardozo ====================== I Esta vez se acabó definitivamente. Basta del maldito plan impecable para escribir esto, lo que quiera que sea esto. Hay que estrangular al morboso monstruo de la autocrítica antes de que él lo estrangule a uno. No concilio el sueño si no escribo pero cada vez que escribo, lo escrito me quita el sueño. El contenido que siente la necesidad de verterse en el papel en su forma vaga e inexpresa, reflexiva o en su forma escrita no me deja vivir en cualquiera de estos estados. Da igual lo que haga con él, es mi verdugo. Sin embargo he descubierto que después de materializado en cierto tipo de expresión que aún no me atrevo a considerar artística, y quizás también hay que acreditar de esto al morboso monstruo del cual hablaba antes, adquiere cierto carácter que me permite disfrutarlo de algún modo, aún siendo este modo el morbo absoluto, el absoluto masoquismo. De algún modo, una vez hecho letra, página escrita, el fantasma hasta en sus aspectos más despreciables se hace amable. Insisto, aun despreciablemente amable. Ya basta del mirar atrás, del demasiado releer. Está claro que no importa cuánto me esfuerce en escribir ficciones, mis ficciones nunca llegarán a ser sino el más enorme esfuerzo por expresar la realidad. Las ficciones no me sirven de nada en tanto pretendan ser algo diferente a mí. He descubierto que todos y cada uno de los personajes que me han venido a visitar en mis estados oníricos son todos distintas versiones de un mismo yo que conserva tras superfluas modificaciones físicas o psicológicas su esencia original. Finalmente he comprendido que no importa cuáles sean mis referentes externos, el entrenamiento que le dé a mi imaginación, todas mis historias siempre van a ser sólo una. Y esta una no se ve modificada por los aspectos superfluos de los personajes, ni por el lugar que escoja como geografía circundante, ni por el nombre que elija para cada cosa, ni por el orden en que se me ocurra narrar los hechos, ni por las situaciones meramente dichas. La historia única que existe y ha existido tras cada uno de mis intentos literarios en cualquiera de sus géneros es la historia única de alguien que se ha dado cuenta de esto y que intenta reescribirse en cada una de sus historias y versionarse en cada personaje y que de pronto decide desafiar al maldito fantasma omnipresente de la autocrítica con este proceder. Lo esencial es lo que se mueve debajo de cada una de las situaciones que he creado en el papel o en mi vida, lo que mueve a cada personaje en el papel o en mi vida, considerando incluso a los personajes que en la vida real no están manejados por mí, o sea, no sólo los personajes que conduzco en mi vida como un verdadero genio del síndrome de personalidad múltiple concientizado, sino los personajes que salidos de otras vidas aparentemente más o menos ajenas, pero siempre absolutamente ajenas, se han acercado a mí de formas más o menos milagrosas o inquietantes. Esta es la única historia que he podido escribir desde que siento la necesidad de escribir. Para ser la versión más verídica de mi original habría que girar estas letras a la velocidad de la luz y en órdenes alternados uniformemente. Habría que intercalarle además todos mis cuentos y poemas, mis escasos logros novelísticos y dramatúrgicos, también alternados en órdenes uniformes. Habría que incluir además en esta muestra una foto de mí en cada día -y si es posible en cada hora- de mi vida, en cualquiera de mis ocupaciones o desocupaciones. Pero la lista de lo que habría que agregar se extiende no sólo horizontalmente sino verticalmente y hacia abajo. Quizás sería bueno incluir la percepción de los otros sobre mí, especialmente de mis psicoanalistas. No sé si las muestras de tejidos, de sangre estén de más. Pienso que habría que incluirlo todo a manera de ilustración del texto, al menos para lograr una edición verídica o en todo caso lo más cercana a la verdad. Decido olvidarme del orden en que narre los hechos, porque de otro modo mi intención cartesiana me castra. Así que me aferro a lo adecuado de la asociación simple, me aferro a lo idóneo que puede resultar este método para mis objetivos que por primera vez no tienen una imagen material clara, quiero decir no tengo idea de la meta que persigo pero sé que la estoy persiguiendo fluyendo en estas líneas. Fluyéndome. De pronto pienso que si logro sentir que he llegado al final de este esfuerzo, si en algún momento logro sentir que lo he dejado salir todo en su perfecta medida, en la medida exacta que calce a lo literario, entonces y sólo entonces podré dormir con cierta tranquilidad. Pero debo aclararme que no existe un final de la historia, ni aun cuando esté muerta podrá existir el final de la única historia. Lo único que puede existir es el constante flujo de lo esencial y de allí mi idea del giro a la velocidad de la luz, de la rotación rapidísima de las imágenes y letras que aporten la visión más real de lo que ha sido mi experiencia como humano, mi estadía en el mundo que, quiero pensar, no puede ser tan disímil a la de todos los hombres empezando por el enorme sentimiento de desesperanza y soledad, sentimientos que explican mi deseo de pensarlo. Esto no es entonces sino un diario incompleto. La historia que se sabe inconclusa desde el principio y en las direcciones horizontal y vertical, porque lo que se le escapa no es sólo lo que debió haber sido narrado antes o después sino lo que nunca podrá ser narrado paralelamente en otros lenguajes, con imágenes, con gritos, con música. Sin embargo esos silencios, esos espacios vacíos circundantes también narran precisamente desde su calidad vacua. Lo que sigue no sé qué será. Lo único que sé es que de algún modo extraño será lo mismo que he escrito y dejado de escribir y lo mismo que escribiré y dejaré de escribir sobre mi vida de humano. II Qué terrible impotencia la del escritor. Qué castrado nace cuando se encuentra que la velocidad del pensamiento no será jamás igualada por la velocidad de la pluma con que escribe. Ni aun la mecanografía nos salva. A veces pienso que lo ideal es grabar las sesiones de asociación libre y pagarle a alguien por transcribirlas. III Sexta sinfonía de Tchaikowsky Este es el fin, por esta noche y ninguno dice nada no hay despedida porque no nos conocemos y los extraños no se dicen adiós ni se extrañan. Yo me meto en la casa fría y me como las uñas, me arranco los pelos de la agonía que significa no saber si a esta hora otro extraño también se come las uñas, se arranca los pelos o al menos no duerme Saber si alguien puede ser lo suficientemente fiel para no serlo en absoluto Saber si al otro lado hay alguien que piensa y se opone a rendirse mientras se deja morir. En la noche hay un vacío que todo lo ocupa, como un buen todo la vigilia es inquieta y casi dulce, lo mismo que insoportable y un silencio de muerto... Y pongo la misma pieza tres mil veces y trato de llorar y pienso si existe alguien un loco, un mendigo, un ciego que esté haciendo lo mismo en este instante mientras se deja morir IV ¿Quién podía culparla por andar siempre en la cuerda floja? Nadie, no esta vez. Se sabe que está siempre "a salvo". Significa que no va a matarse porque no está en su naturaleza la forma simple de suicidio, la menos dolorosa, sino la otra: lenta y voraz, veraz como nada y nadie nunca cabe en el nicho de un muro. A ella no puede culpársele de nada, no con ese corazón. Corazón no corazón-coraza. A veces ojalá-corazón-coraza pero casi nunca. Casi siempre afortunadamente sólo corazón, corazón volátil, volador, verde, vano, vino. Corazón-condena sí, en cualquier sentido. Corazón-condena será para Cuervo como Corazón-coraza es a Benedetti. Cuervo, ser un cuervo descorazonado por tener corazón. Desalmado corazón porque se descorazona, descorazonada existencia que se desexistencializa. Casi el cielo está enladrillado, el buen desenladrillador que lo desenladrille buen desenladrillador será. Mi corazón está corazonado el buen descorazonador que lo descorazonice buen descorazonizador será. Casi un poema, casi una copa de vino puede ser mi corazón. El corazón de la acróbata suicida-entre-paréntesis para que nadie tema a la muerte standard conmigo. No, conmigo nadie debe temer a esa muerte, nunca voy a ahorcarme con cuerda, ni a volarme los sesos con un revólver. Eso no, queridos familiares y amigos, eso no va conmigo. A ese punto del trayecto en que se abre un surco para los suicidas standard, yo me quedo en el sendero del medio, es la elección de la otra muerte, la vida conmigo, conmigo que soy mi propia muerte y para la salud mental de ustedes, familiares y amigos, una muerte secreta. Secreta segrega veneno todos los días, me da las mejores cuerdas de la no cordura, me clava en la cruz como culpable perfecta, como un cristo no cristiano. Aquí va de nuevo mi maría magdalena que me llora, que me seca la cara, que soy yo. No hay que pensar que yo misma soy sólo mi muerte, también soy mi buena magdalena, madeleine como las galletas con las que Proust se reconcilia con su tiempo perdido. Madeleine-magdalena, qué bonito nombre parece a veces cuando de verdad es salvación, sabor a reconcilio, a matrimonio conmigo. Es ella quien me salva de la muerte standard y trata de alejarme de la otra, de la muerte-yo. No siempre lo logra, no siempre es eficiente, efectiva funcionaria del mundo claro de lo hermoso. Pero hay que reconocer que es una parte dedicada y bastante eficiente en términos humanos. No se le escapa ni un archivo, es ordenada y de buena presencia. Sí, la verdad es que merece esta recomendación laboral. Sin embargo la pobre Magdalena se cansa, no rápido, pero se cansa. Es fuerte hasta cierto punto en que colapsa, ya no da más y se echa a dormir en un sueño tan profundo como el coma. Es entonces cuando la otra hace de las suyas conmigo, pobre acróbata sin la vestimenta adecuada, sin el ensayo del acto de hoy, pobre acróbata improvisada a la que echarían del circo por inexperta y contratarían en el infierno para la morbosidad. Oh, sí, perdone, lo olvidé, Sra. Morbosidad. Aquí voy otra vez con las venas exangües porque ayer bebí demasiado de mí. Aquí voy con los brazos cansados de luchar conmigo, a ver si finalmente me caigo en el acto de hoy, pero lo dudo. Sra. Morbosidad despierta a Magdalena cuando ve que ando demasiado cerca del abismo, para divertirse un rato más con su lucha y mi pobre existencia de los próximos días de supervivencia. En este circo del infierno, conocido como Tierra, es inútil ensayar o rendirse. Para eso el sádico dios que nos gobierna nos ha dotado de una muerte y una magdalena. Y mientras dura la pelea, él se embriaga con Dionisio. V Hermoso, dudoso, dichoso, penoso ángel frágil, volátil, portátil llanto endeble, indeleble arma mística, sísmica, cíclica, ciclón cataclista, apocalíptico, predilecto perfecto, ecléctico movimiento minimalista, naturista, neutro corazón de alcohol, de hielo, de centro sangrante, errante, trágico, perturbado, errado corazón pagano escondite me diste trajiste lo mágico me diste escondite pagano corazón errado, perturbado, trágico sangrante centro de hielo, de alcohol, de corazón neutro naturista, minimalista movimiento, ecléctico, perfecto, predilecto apocalíptico cataclista ciclón cíclica, sísmica, mística arma indeleble, endeble llanto portátil, volátil, frágil ángel dichoso, dudoso, hermoso. VI Avaro en la palabra me atrae a un silencio abismal que se reproduce como nada todo el tiempo y siempre. Me arrastra al no motivo de frenarme, de querer hundirme en algo que no conozco y que me hace falta, me lleva a una tumba a la media noche y me seduce como gato, como búho, como nadie nada nunca cabe en el nicho de un muro. Ni cabe tampoco en el alma el llanto ni el dolor del luto en la tumba que visitamos. Nada ni nadie todo el tiempo y nunca me había hecho dudar del propio móvil, del propio gusto, nada, parece que del espejo voy saliendo yo misma distinta para cambiar de lugar y no a lugar es mi desconcierto que me hace pecar de ingenua, de pobre, de poca cosa. Nada existía ni alguien que me hiciera esto tan poco noble como imponer que al día siguiente es lunes sin consultarlo. Sin previo aviso me parto y parto el que me trae a un lugar en que yo me diluyo en deseos impropios, propios de otros, de perros y perras. Propio me es lo digno, lo fiel, lo traslúcido y me es ahora propio el silencio abismal que se reproduce como nada todo el tiempo y siempre en una tumba que es la mía. VI Siento que uno de estos días Ya no voy a encontrar al corazón sucesivo Que me sobreviva las próximas veinticuatro horas ¿en dónde voy a vivir entonces o a llorar si no en un pobre ángel desalado o en una puta virgen? ¿a dónde podré correr sin el próximo corazón sin brújula o astrolabio? ¿a dónde si no a un infierno celestial a la más perfecta contradicción de mí? Llegar al mejor estado de coma A la vida prolongada en la muerte VII ¿Por qué el romanticismo? ¿Por qué? - Pour quoi? - Perché? - Why? - _____ (debe introducirse el vocablo por qué en alemán). Es para volverse loco, eso de ir más rápido que el cuerpo, desligarse del cuerpo y tratar de arrastrarlo con uno (uno que también es el cuerpo) hacia no sé donde. Sí, claro que he escuchado el adagio del concierto para piano Nº 2. Pensar en que no se le puede llevar con uno y que además no es fácil divorciarse de él. Decirle Adiós - Adieu - Addio - Good bye - ____ (debe introducirse el vocablo adiós en alemán), qué ingenuo. He pensado que los ciegos de Sábato son los verdaderos videntes que se burlan de nuestra asquerosa ceguera "vidente", para hacerla aun más repugnante - aborrecible. Aborrecible es una bellísima palabra porque parece que realmente llena el foso del significado. Como si las letras obedecieran fielmente a la idea que llevan, y algo en la pronunciación, el asco requerido para modularla correctamente se corresponde con el asco de la idea propiamente dicha. En estos días, mucho Oliveira, pero también mucha Odette: arievilOdette o ettedOliveira. Así firmó Dalí durante una época, mezclando la A de su nombre con la de Gala. Más cursilerías o especies de fe (¿no hay plural para fe?) románticas para mi repertorio. El caso es que sí, mucho J.C., en todas sus modalidades y plurisignificaciones no lineales sino polidimensionales. Sucede que en verdad a veces me olvido de cómo es una bolsita de azúcar tal vez por eso me gustó tanto Das Herz geht vom Zucker zum Kaffe de K. Schwitters. Se me olvida de tanto pensar, ya no tanto en los ¿Por qué? - Pour quoi? - Perché? - Why? - _____ (debe introducirse el vocablo por qué en alemán) sino en la nada - rien - niente - nothing - _____ (debe introducirse el vocablo nada en alemán). El macabro divorcio del corazón (¿alma?) y el cuerpo no pide permiso, sólo ocurre por milésimas de segundo en que caben infinitos (es estúpido que esta palabra pueda decirse en plural). Pero sí, infinitos por donde podría perderse alguno de los vagones del subte bonarense. ¿Que dónde demonios se queda el cuerpo mientras tanto..?, elemental mi querido Watson, hay que deducirlo del estado en que se encuentra cuando se regresa a él: si por ejemplo se le halla golpeado tirado en una acera puede pensarse que: a) se le dejó en algún lugar cercano en que un par de borrachos, viéndolo en aquel estado de marioneta sin marionetero y por circunstancias desconocidas, lo patearon hasta ver sangre; b) se le dejó en algún lugar cercano en que un par de policías, viéndolo en aquel estado de marioneta sin marionetero y por circunstancias desconocidas, lo patearon hasta ver sangre; c) se le dejó en algún lugar cercano en que un par de transformistas, viéndolo en aquel estado de marioneta sin marionetero y por circunstancias desconocidas, lo patearon hasta ver sangre; etc., etc... A veces también puede encontrársele dormido o llorando casi autista, perfectamente autista, balanceándose como buen autista y muerto físicamente como buen autista que simula sus signos vitales. VIII Es para volverse loco, pero una bolsita de azúcar ayuda a atarse la sombra al cuerpo de acuerdo a la incidencia de los rayos solares. Y entonces cuando se puede pensar en algo casi concreto como Por qué? - Pour quoi? - Perché? - Why? - _____ (debe introducirse el vocablo por qué en alemán), resulta una bendición, una cosa tan humana demasiado humana en el sentido racional, que da ganas de llorar o dejarse morir aplastado por cualquier carro. Pero al suicidio nunca lo he tenido cerca, demasiadas muertes en vida para creer en vidas en muerte. Es una salvación que, sin embargo, a veces parece tan adecuada, pero precisamente por eso hay que desconfiar, la sonrisa de un niño que delata la ingenuidad del adulto que cree que todo puede solucionarlo a su modo. Y el niño sabe mucho más porque sabe que no lo sabe todo, casi un Sócrates pero con la diferencia de no caer en el error de Yo sólo sé qué no sé nada, sabiendo que se sabe que no se sabe nada, lo cual resta un pedazo de nada y otorga un algo -lamentable decírtelo, Sócrates- sí un algo: Yo sólo sé que no sé todo: sé sólo algo: sé que no sé todo. El perro / la serpiente que se muerde la cola. Ahora bien, hablando de las bolsitas de azúcar, hay una variedad hermosísima: las he visto con letras rojas, verdes y azules, y todas letras, a veces uno que otro dibujito, y todas bolsitas de azúcar que, con suficiente práctica pueden abrirse con tan sólo una mano, ¿no es maravilloso? Y la sonrisa (risa interior) del niño hacia la ceguera adulta. Definitivamente excelente idea, utilizar a los ciegos como únicos videntes. Los temas que se repiten son los mendigos, los ciegos y a veces, las niñas degolladas (claro, está de manera simbólica). A veces necesito salir a caminar, durante una hora, una hora diaria, y caminar, caminar... no es un sedante para el pensamiento, es sólo un calmante, un té de menta, de hierba buena, una bolsita de azúcar el domingo. El sistema de espejos que trataba de describir era un caleidoscopio, pero no me vino a la mente esa idea tan clara hasta hoy por la mañana en mi hora, una hora diaria de caminar y caminar... IX Al ogro que estamos alimentando se le ve mejor que nunca, más fuerte. El secreto compartido empieza por la debilidad del uno por el otro y luego se va ramificando como nervios y más nervios en los dolores de cada uno, los duelos de cada uno, los funerales a los que ha asistido cada uno, los muertos que ha velado cada uno... Los fantasmas del pasado se hacen más pesados que pasados, nos persiguen en estrechos corredores tapizados con terciopelo de burdel. Los fantasmas de cada uno se fortifican en el ogro silencioso de un abismo. El abismo es o negro claro o blanco oscuro, no hay duda. Las alas de los ángeles que somos, caídos, no ayudan para nada. La inutilidad del pensar se multiplica en la arrogancia de la razón. Parece que ya no queda más que un dolor muy hondo que trasciende las posibilidades humanas de expresión. Por eso no hay llanto. Y el ogro crece más y más fuerte con cada silencio que nos devora. X Las primeras horas son fáciles. La noche es peor, claro está, como casi siempre. La noche llena de gatos desgarrados y un silencio de tumba siempre es peor. Pero lo más insoportable es el silencio del muerto que aún vive pero no habla, no mira, no come. Los muertos vivos son peores que los muertos muertos porque engañan demasiado y practican la magia negra. En la noche duermen como hombres y de día se despiertan, se lavan los dientes, van al trabajo, estudian, almuerzan, cenan, se vuelven a lavar los dientes y no usan el teléfono. Después sólo duermen. Cuando duermen, los muertos vivos son exactamente iguales a los hombres: sueñan las mismas cosas, tienen pesadillas y callan como verdaderos muertos. Lo que más asusta es no saberse distinguir entre los vivos y los muertos vivos, callar lo suficiente para confundirse con la mudez trágica de la noche equivalente al ruido ensordecedor de los gatos. Lo que más asusta es dudar, pensar que esta tinta no existe. XI Vuelvo a caminar por Parque Central. De Los Caobos ando hacia las torres donde nada ni nadie me conoce. Jugar al extranjero, al ángel omnipresente, observador e invisible. Jugar al mundo detrás del mundo, a mirar plena y detenidamente. Los lugares comunes: los bancos, las zapaterías, ventas de joyas baratas y de mal gusto, discotiendas, oficinas del seguro social, panaderías, centros de investigación piramidal. En cada sitio me meto para ver si de una vez por todas me mezclo con el mundo, pero en este plan, el resto de la gente y yo somos como agua y aceite, empezando, claro está, porque usualmente no pueden verme ni oírme. Algunos sienten mi paso, el rastro invisible pero profundo que dejo como perfume. Pero eso, a lo sumo. A nadie le es posible ver mi rostro o saber cómo me muevo. El único movimiento perceptible queda en una rarísima y transparente prolongación de mi paso que se sale de mi dimensión de absoluta invisibilidad y se confunde con el mundo de ellos, esa otra dimensión a la que no tengo acceso. Una vez de hecho, hice el experimento de besar a alguien para intentar mezclarme. Sin embargo, las salivas nunca llenaron a fundirse. Por el contrario, entre las lenguas parecía haber una película fina pero intraspasable de mercurio. Fue entonces cuando logré resignarme finalmente a la separación de la dimensión en que me muevo y la del resto. En una de estas caminatas por Parque Central, la más perfecta conjunción de lo mundano que he encontrado hasta ahora, no me extrañaría encontrarme conmigo en el cruce de un pasillo, una cabina de teléfono, un centro de investigación piramidal. XII Si hay algo que duele es la nada un vacío elevado a otro infinitamente un libro jamás leído un agujero negro una isla virgen el mar muerto la sordera de Ludwig van. Aún más terrible: que la nada de otro despierte el deseo de un algo no del todo, ni de alguna cosa sino de cualquier cosa algo banal, si se quiere, un roce equivocado un abrazo un intercambio mínimo de un par de palabras normales. De esa clase de encuentros que empíricamente no son nada pero en el [fondo... siempre existe la ingenuidad de poder confiar en otro de poderse confiar a otro antes de que a uno mismo hay una esperanza errada de no estar solos... una idea tan infantil de soledad superable, abierta a la renuncia, al [divorcio, a lo evitable. ...en el fondo no son encuentros sino desencuentros vidas como puntos que describen líneas que se despiden por las noches a veces por semanas enteras y, de pronto, hay casi un encuentro un minúsculo descuido y voilà: un choque un tropiezo por la acera, un buenos días -sonrisa- ¿cómo está? -bien, ¿y usted? -bien, gracias-. Pero las líneas nunca se cruzan -son paralelas- y no hay fórmula, excepción o milagro que las saque de sus interminables túneles personales. A eso se debe tal vez, la sonrisa ante el buenos-días los abrazos los besos hacer el amor. Qué desesperada búsqueda del otro, sabiendo que no hay algo en el otro, sólo nadas del otro para nuestras propias nadas y en ese desencuentro en ese límite inacabable del contacto humano: el silencio de una tumba que no lleva adentro al muerto sino a la muerte la fría, pálida y hermosa perfecta porque no simula la compañía conoce nuestra condena y nos enseña a amarla como único J.C. XIII Despertarse sin haber dormido. Estar hinchado de un llanto ya seco, muerto como un fantasma que no asusta pero deja rastro en los ojos mínimos que tiene alguien que se ha acostado llorando. Pensar frío, océano, verde, agua. Tener miedo de estar solo y estarlo. Saber que no hay nadie cerca, ni un gato, sólo la sombra propia y muda, más muda que un alma desalmada. Pensar misericordia, completo hastío, impotencia y quebranto. Querer escribir lo que han dicho las lágrimas y saber que éstas se han movido mil veces más rápido que las manos en la máquina. Saberse un mal mecanógrafo y por qué no, un poeta angustiado. Odiar la sensiblería, querer algo delicado, gracioso, lo mismo que grotesco y desolado. Querer crecer y extrañar las emociones infantiles de la noche buena o el cumpleaños. Estar ciego y demasiado sobrio para adivinar lo que hay alrededor sin necesidad de mirarlo. Mirar con el corazón y ser un corazón despiadado, despiadado consigo mismo, masoquista, suicida, autodestructivo. Saber que la única forma de estar vivo es el quebranto, el dolor recurrente, la ansiedad del descanso, la inquietud de la vigilia, el calmante del sueño, la tristeza en un árbol. Estar en otoño y pensar verano, querer amarrarse los pies a la raíz de un sauce, querer llorar siempre como un sauce, estar hinchado por la continuidad del llanto. Beber agua y embriagarse, estar ebrio sin el vino en la sangre, con el terror en los brazos. Para perder la sobriedad o la cordura no necesito a nadie, ni siquiera al vacío o al silencio, o a la muerte. Sólo necesito un espejo, o una cama en la que pueda permanecer despierto toda la noche, tratando de escapar por la ventana. Desde mi ventana se puede mirar una estrella mínima que me recuerda que tal vez allí haya una flor pretenciosa y un pequeño igual de solo... Para embriagarme me basto yo, lo mismo que para fumarme un cigarro. La sangre que llevo dentro es tan buena, tan perfectamente camaleónica que me hace víctima de una naturaleza histriónica que no finge, sólo vuelve al yo, sólo me desnuda. Ser actor, no lo creo, sólo en el sentido más noble o más oscuro. Es decir, no cambio de nombre o vestuario, no cambio mis convicciones, sólo vuelvo, vuelvo por diferentes vías a lo mismo, con otro rostro, o más dolor, o más llanto. Mi sangre es extremadamente pura, una gota de alcohol no es nada en comparación a sus propiedades mágicas. Sé buena, está triste, diviértete, no lo creas, sé ingenua, no pienses, quédate quieta, calla. No es finge, creo que en realidad nunca debe ser finge. Yo sé que en realidad nunca es finge, no si se es un verdadero actor. Conectarse con la propia esencia lo sé, tal vez el mismo masoquismo de escribir... pero yo no soy un actor abiertamente, no recibo créditos en los programas, no cambio de nombre o vestuario, sólo cambio la piel, los ojos, los labios por otros que también son míos, con menos frecuencia. Actuar es lo contrario a lo que aparenta ser. No finjo nunca. Sólo soy demasiado real, y humano, demasiado humano en el sentido dual. Pensar en llanto, estar finalmente seco por dentro, vaciado, querer saber tocar piano, convertirlo en un poema, en un cuento, en algo casi material, más tangible que un fantasma, en una puerta. Es la puerta que se abre a los extraños que traen ofrendas con menos frecuencia que hachas, cuchillos o revólveres cargados. Es la puerta que necesito para bajarme de Julia y meterme en Andrea, en Celeste, en Eva, en Leah. A veces también son ofrendas pero esas también hacen daño, son crueles porque muestran cosas que preferiríamos no ver y que son nuestras. La puerta es la entrada al yo único, a la sensibilidad incastrable, es el paso que hay que dar fuera del banco, para que la cuerda se prense y morir asfixiados. Más tarde nadie está hinchado, todos comen juntos, sin saber que lo que mastican es la carne de los que se sientan al lado. El poema está solo, muy solo, y empieza a llorar. XIV ¿Por qué te busco para que me convenzas de que vale la pena quedarme aquí? ¿Por qué a ti? Hombre cicatriz, Disidente Ateo. XV caótica, esta vez no me salvo -no quiero salvarme- de esta tarde venenosa que me abre sus alas. arde tan tarde esta tarde, y yo tan aire me le entrego a sus mil armas cargadas con balas que sólo pueden herirme a mí. Y es que los hombres parecen esta tarde más desalmados que nunca, el ruido que oigo es el de sus corazones que laten sin querer latir porque latir es sentir y sentir, sufrir. es el ruido indeseado de las almas que se agitan desesperadas, los corazones no deseados, como si fueran niños que pueden abortarse. Incluso hay hombres esta tarde tan cobardes o tan ingenuos que creen practicarse esa especie de abortos para estar a salvo pero yo no, caótica como nunca no me salvo me echo al abismo que es esta tarde dolorosa que me trepa como buena araña XVI Qué es lo que conmueve al mundo. Qué cosa puede hacer llorar a un hombre en el metro o a una mujer encerrada en la casilla de al lado en un baño público. Qué nos hace llorar. Más misterioso que éste me es en ciertos días cómo no nos derrumbamos al medio día en Plaza Venezuela, en Parque Central o en Los Caobos. Cómo llegamos, de una u otra forma, aún vivos a cualquier lugar para sobrevivir la noche. XVII Lo insostenible es esta existencia de mortal Es la hostilidad de este mundo que no me acepta Todos sus filos apuntándome como cuerpo extraño, Inaceptable orgánicamente Lo insoportable es mi intento vano de mezclarme Fundirme en él, Confundirme Querer mimetizarme en este ambiente tan cargado De ruido de suciedad de llanto Lo incontenible es el dolor que me causa este mundo Mi existencia detrás del mundo Mi soledad multiplicada en el infinito Esta piel cansada del contacto con un aire que no es real Este hastío que no me deja concentrarme en la vida que se supone que llevo Que siento debo hacerle creer al mundo que llevo normalmente Sin estos altibajos En que los altos son mis temporadas de convencimiento de la posibilidad de [mi existencia dentro del mundo Y los bajos son mis temporadas de enajenamiento de aceptación de la verdad [que es mi vida aislada Lo impensable es que clasifiquen mi caso psicológicamente Mientras sufro en la imposibilidad de acabar con esta agonía XVIII Ahora mismo siento que me persigo, pero la persecución la encarna alguien que a pesar de ser yo, tiene otro rostro, otra vida y otro sexo. Sin embargo también es-soy yo y no se asfixia al correr por mí porque no corre, me sigue ni uno ni dos pasos tras de mí sino a mi lado, me persigue conduciéndome en su auto a mi propia casa. En la casa me espera un mendigo con los ojos velados del ciego de nacimiento, con los brazos rotos, con los harapos malolientes y desgarrados. Pordiosero no es, porque la limosna no la pide por dios, sino por mí. Pormisero, sí. Por mísero, no. A pesar de su aspecto desgraciado no es mísero en absoluto. No es miserable, es más rico que nadie porque no tiene nada qué perder. Así pues me recordó a mi sueño en que salgo desnuda y descalza a la calle, por la noche, y la amenaza de los hombres, de su poder fálico, de los perros, de sus colmillos, no es ya una amenaza. Me siento bien, segura, porque soy como el mendigo... tengo la máxima fortuna en la ausencia de fortunas extraviables. Sí, una vez que él me trae a casa veo al mendigo y siento un profundo temor, un temor que no me deja bajar del auto. Pero en el primer descuido del oscuro personaje y animada quien me trae, y me atrae, como buen otro-yo, me bajo y corro bajo la figura de una niña, un bebé-niña, que cuelga degollada bajo algún cable de electricidad, a la entrada de mi casa. Sin prestarle mayor atención a este símbolo, impresionantemente efectivo, corro traspasando las puertas que se multiplican desde la calle hasta mi habitación. Una vez allí cobro conciencia de que las he dejado todas abiertas, de modo que el mendigo podría entrar en cualquier momento a mi habitación. Muerta de miedo presencio en un espacio y tiempo paralelos, la aparición de una mujer de aspecto algo gitano y de rostro conocido a la perfección, que me advierte con una profecía: ya has reunido los cuatro símbolos: el mendigo, la niña degollada, el perro y la almohada... ahora sólo queda esperar por lo que va a suceder. El desconcierto ante sus palabras vino a mezclarse con el temor de mi cuerpo dejado en cama con la percepción sensorial quintuplicada aguardando los sonidos delatores de la subida del mendigo a mi habitación. Entonces sé que va a entrar a mi mundo claro de la protección paternal, a mi almohada protectora, estabilizadora... Yo me pregunto... ¿qué puede suceder al ser hallada? XIX Pensar hoy catorce de junio me despierto con unas ganas indomables de escribir es pensar hoy nazco. Hoy estoy naciendo ahora. Miles de caras que se me han aparecido y vidas y cuerpos y destinos inexplicablemente ligados al mío que se enredan conmigo, se han enredado conmigo bajo el permiso y la razón de la no-razón del sin-razón. Miles de seres que se aparecen y esto no es una poesía y esto no es el primer capítulo de un libro y esto no es sino esto, sin nombre ni género. Al modo inclasificable de esto me pregunto ¿dónde me meto yo, en qué casilla? ¿Con qué etiqueta? ¿Por qué? ¿Quién demonios puedo ser en un cajón con un letrero que diga this side up. No hay caja -ni encubadora ni ataúd- que me sirva en este instante. No hay principio del día de hoy. Lo caótico reina en perfecta armonía. Y el desastre es perfectamente observable en una postura de tranquilo distanciamiento. Es así como necesito estar. Que se caiga todo. Yo lo voy a contemplar sin caerme. ** Odette Da Silva Cardozo, escritora venezolana (1978) residenciada en Caracas. Estudia la carrera de artes en la Universidad Central de Venezuela. zoecuervo@garbage.com. === Tatuaje de fauno Leandro Calle =================================== (Nota del editor: Hace apenas unos meses apareció, bajo el sello de El Francotirador Ediciones, el libro Tatuaje de fauno, del jesuita argentino Leandro Calle. Prologado por Elizabeth Azcona Cranwell y Adolfina Mondín, este libro de 56 páginas, del que hoy ofrecemos algunos textos, representa una válida muestra del trabajo del taller El sello, el cráneo y la sed). *** Ídolo Un relámpago la carne. Nosotros una vasija oscura. Descansa el agua primordial. Una grieta asoma intersticios de otra sed. Romper la vasija quebrantar el barro poseer el secreto. El agua desnuda y un pudor obligado buscarán en la arcilla un vestido nuevo, el soplo es el mismo. *** Alquimia No volverán las sombras. Conserva mi promesa como una intermitente caracola. Voy a poner a hervir en un caldero el mediodía para que huela a sol toda la casa. *** Maldición al olvidador Con los pies de tus abominaciones te eternizarás pisoteando la mugre carcomida y el dejo de las lágrimas. Los murales de acedía que tejieron la vida nunca te habrán tocado. Te acordarás en silencio de los silencios. Te robarás los ojos para esconderlos en tus bolsillos y llorarás tierra. No te tocará el aroma de los jazmines porque tus ojos se cerraron para siempre en la suma de dolores que causaste. El espejo de tu misma ponzoña te cobrará juicio a juicio cheque a cheque y pago a pago. El dolor la impotencia la humillación y el miedo. *** Tatuaje de fauno a Nancy I Ella tiene un refugio con una voz secreta proferida por un fauno. Ya no duerme. Ella me dijo que tirara de la punta del ovillo. El fauno le da miedo. Hay que matar al fauno. Tomé el hilo y tiré: y vientos y caricias de piedra y susurro febril y sus cuatro años y el esperma inacabable la toalla blanca olvido. Olvido es la palabra imposible. Hay que vivir con el fauno. Ella me dijo que tirara de la punta del ovillo. El fauno es un tatuaje que duele un tatuaje en el alma. II Un laberinto se cíerne sobre Creta el animal, el hilo, el holocausto son las piezas que articulan este juego. Cada muro esconde el eco de un lamento cada piedra socava la esperanza. III Ella me dijo que tirara de la punta del ovillo. Hay que tapar el ultraje con la luz. *** El cuerno convocante ¿Acaso no escuché el llamado? ¿El cuerno convocante que despierta? Ha sido levantado el campamento la nube se ha esfumado la tienda del encuentro se traslada. Yo, que me fragüé en los desiertos yo, acrisolado de nostalgias herido de infinito repleto de ausencias. ¿Por qué estoy a solas con la sed? ¿Por qué me retardas este encuentro? ¿Dónde está la nube poderosa? ¿Dónde la columna de fuego? Ni siquiera me concedes el dolor. Tan sólo la sed como lámpara segura. *** Armonía Fragmentos partículas de hombre las reliquias de una voz o un canto. Esta desperdigada relidad. Instantes. Rompecabezas de diminutos tiempos algún borde guardado en un abismo. Segmentos. La libertad pegada a la boca de los hombres. Esta desperdigada realidad desprendida del pasado desprendida del todo engarzada y suspendida en la imposible tarea de hacer coincidir el universo. Fragmentos. Esta desperdigada realidad. Pero se tiende como un mantel la noche y todo se unifica en el poema. ** Leandro Calle, escritor argentino nacido en Zárate, provincia de Buenos Aires. Pertenece a la orden de los jesuitas. Ha realizado estudios de humanidades, filosofía y teología. Completó parte de sus estudios literarios en el taller de Elizabeth Azcona Cranwell. Poemas suyos han sido editados en la Antología de fin de siglo de Editorial Vinciguerra, y en medios gráficos del país. Recibió en 1998 mención de honor del Fondo Nacional de las Artes. Actualmente pertenece al grupo literario El sello, el cráneo y la sed. === El buzón de la Tierra de Letras ======================================= *** Venezolana desde Montreal 9 de febrero de 2000 Quisiera expresar a todo el equipo responsable de la existencia de Letralia mi sincera admiración, y felicitarlos por el trabajo que han realizado al lograr un espacio en donde se dan cita escritores y poetas de todas las latitudes de habla hispana. La calidad de esta revista literaria es excelente. En su página puedo saciar el hambre de buena lectura, la sed de poesía, llenar mis horas de soledad. Una venezolana desde Montreal, Canadá. Tania Nesterovsky (katiuska@total.net) *** Interesado en la obra de Juan Filloy 17 de febrero de 2000 Hola: Soy un estudiante de Madrid que hace unos tres años quedó fascinado con la novela Op oloop y con su autor Juan Filloy. Ésta la conseguí de casualidad, es una edición de Paidós que tendrá más de veinte años, y me gustaría poder leer otros títulos de este increíblemente original autor. Muchas gracias por su difusión de la cultura. David (coki@interlink.es) *** El 23 de abril en otros países 17 de febrero de 2000 Estimados señores: Primero que todo un cordial saludo y felicitaciones por su sitio web. Tengo una consulta para ustedes o para sus suscriptores. El 23 de abril es el día del idioma en todos los países hipanoparlantes. ¿Qué otra celebración se realiza ese día en otros países? Esperando su respuesta. Cordial saludo. Alejandro Uribe Tirado (alejouribet@epm.net.co) === El regreso del caracol ================================================ *** La otra orilla, de Edda Armas ¿Se puede buscar un lenguaje poético ajustado a las temáticas inéditas que nos ofrece el mundo contemporáneo? La escritora venezolana Edda Armas (eddaarmas@cantv.net) parece estar buscándolo. En "Soy un satélite sin órbita", la primera parte de este poemario, Armas esboza lo que podríamos llamar una poética del asombro tecnológico, una serie de aproximaciones al yo interior usando como vehículo el PC e Internet, que devienen visiones contrastantes de la cotidianidad como en el poema 7: "Urgentemente / abre / mi correspondencia / en tu buzón postal", o disposición a convertirse en metáforas de lo tecnológico como en el 18: "El antivirus detecta las fallas / El contagio / El piélago de las crisis fatales / La abstinencia a la que por períodos / nos somete la vida". Más reposada es "La otra orilla", la segunda parte, en la que la autora establece una brecha entre el individuo y el entorno, aun cuando éste incluya una visión enajenada del propio yo, lo que se aprecia en forma notable en poemas como el 9: "Hay seres que nos bordeamos. / Otros se encuentran. / Y con otros no hay aproximación posible", o más aun en el 13: "Hoy entendí que iniciarse es crucial. / Visualicé el puente que se cruza / en acto voluntario. / El puente es uno mismo / y es la dirección de nuestra vida". En las 54 páginas del libro, editado por Cabos Sueltos, se reparten 41 poemas. *** Córdoba poética siglo XX, tomo II, compilación de Feliciano Huerga Los lectores de la región argentina de Córdoba tendrán, según Huerga, cinco oportunidades de ver la obra de los mejores poetas de su tierra recogida en una gran antología. La segunda de estas oportunidades fue el tomo II de Córdoba poética siglo XX, publicada en agosto del año pasado por Ediciones del Fundador, en su colección Mito y Poesía, y bajo el auspicio de la Municipalidad de Córdoba. El pequeño volumen de 100 páginas permite al lector recibir simultáneamente el soplo poético de firmas como las de Osvaldo Pol, Rodolfo Rivarola, Leopoldo Lugones, Griselda Gómez, Alfredo Lemon, Gustavo Bustillo y Rogelio Pizzi -quien nos envía gentilmente el libro-, entre muchas otras, 24 en total. "Creemos", dice el antologista en su prólogo, "que nuestra modesta contribución consiste en esto: en ahorrar a nuestros lectores la muchas veces infructuosa búsqueda en librerías y bibliotecas de poemarios editados en reducidas tiradas que desaparecen al cabo de pocos años. Al rescatarlos en esta muestra, en este panorama, destacamos la injusticia de tal pérdida y la necesidad de puntuales y prolijas reediciones". El libro puede ser solicitado a la editorial en Fray Mocho 2745, 5009 Córdoba, Argentina. *** Plegable informativo del VII Festival Latinoamericano de Poesía de Rosario Entre el 17 y el 19 de noviembre de 1999 se realizó en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, de Rosario, Argentina, la séptima edición del Festival Latinoamericano de Poesía, encuentro que reunió en un solo recinto a autores contemporáneos argentinos y de otros países. En ocasión de celebrarse tal evento, la Municipalidad de Rosario y la Dirección de Cultura del Gobierno de Santa Fe publicaron un plegable promocional sobriamente diseñado, en el que además de presentar la programación del festival se ofrecen textos de Arturo Fruttero, Juan L. Ortiz y Olga Orozco, poetas homenajeados durante las actividades. Todo encabezado por una hermosa obra, Hombre junto al río, de Carlos Uriarte. *** La Vieja Factoría El español José Marzo dirige en Madrid la revista de cultura La Vieja Factoría, cuyo número 18 nos llegara recientemente. La publicación apunta al sueño de todo escritor de trascender y, en un recuadro casi imperceptible bajo su directorio, advierte: "Algún día, este ejemplar se lo disputarán los anticuarios". No es para menos. La selección de los textos, que se apoya en un sobrio diseño ajustado a sus 28 páginas, favoreció en esta edición a Juan Claudio Acinas, Juani Yanguas, Julián Sánchez, Damego, Manuel Pliego, Manuel García Viñó, Manolo Dos, Marién del Valle y Adolfo Marchena, además de presentar el editorial preparado para la ocasión por Emiliano G. Peces, una carta abierta que Marzo remite a José María Guelbenzu y una sección de reseñas de libros y revistas. La Vieja Factoría puede ser contactada por correo electrónico en lavf@arrakis.es, pero si usted desea suscribirse puede enviar 2.400 pesetas al apartado 696, CP 28080, Madrid, acompañados por una nota con su nombre completo y su dirección. === Post Scriptum ========================================================= "Junto al idioma circulan, con idéntico furor, todos los otros lenguajes, el del color y la forma, el de los himnos, el de la música y la imagen. Tras las expresiones materiales de la cultura transcurre un universo de revelaciones y misterios, de religiosidad y de sustento, de espiritualidad y de supervivencia. Son obras de una pequeña comunidad laboriosa y especializada que termina expresando las fuerzas vitales de la complejidad colectiva y grabándolas en piedras imperecederas". Pablo Antillano, "La peste" (2000). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviar algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede obtenerlas en el Web visitando la página http://www.letralia.com/publicar.htm. Si lo prefiere, puede recibirlas por correo electrónico escribiendo un mensaje a info@letralia.com, con la palabra "Condiciones" en el subject, o simplemente dando un doble click de ratón en el enlace siguiente: mailto:info@letralia.com?subject=Condiciones. === Las casas de la Tierra de Letras ====================================== Si usted no está suscrito a Letralia, o lo está pero le falta algún número, puede conseguir las ediciones en los siguientes sitios, a donde llegan simultáneamente con su aparición. Sitio de Letralia http://www.letralia.com/archivo.htm Página informativa http://www.rediris.es/list/info/letralia.html Tulane University, http://www.tulane.edu/~latinlib/letralia (sólo Nueva Orleans, EUA ediciones de texto hasta la del 16/9/96). DC BBS BBS del Decanato de Ciencias de la Universidad Centro Occidental "Lisandro Alvarado". Barquisimeto, Lara, Venezuela. Telnet a obelisco.ucla.edu.ve o a 150.186.96.4. Login: bbs SSDA Boletines electrónicos argentinos adscritos al Sistema de Soporte de Distribución de Archivos, a donde Letralia es subida por Horacio Massimino (dodo@mail.cano.com.ar). 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