~~~~~~~~~~~~~~~ Año X Cagua, Venezuela Nº 131 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 3 de octubre de 2005 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | "La Secta del Fénix", Jorge Gómez Jiménez. | Editorial | Letraliano en el Café Tortoni. / Réquiem. / Horizontes | Breves venezolanos. / Fotografía latinoamericana. / Leyendo en | la Ópera. | | Poesía mexicana es recopilada en antología bilingüe. / | Noticias Nueve detenidos en Medellín con más de 16.000 libros | piratas. / Inauguran en Caracas exposición sobre el | Quijote. / Crean en México editorial de poesía. / | Minotauro celebra 50 años con Bradbury y actividades | especiales. / José María Muñoz Quirós obtiene el premio | San Juan de la Cruz. / Asolapo publica antología | poética e inaugura sede en México. / Premio catalán | declarado desierto desata polémica. / Fundación Gonzalo | Rojas e Instituto Cervantes suscriben convenio. / Editan | en Cuba disco multimedia dedicado a Alejo Carpentier. / | Celebran en Uruguay encuentro de narradores orales. / | Semana de la Lectura se realiza en Bogotá. / Roca | Editorial lanza colección de novela negra. / Evolución | cartográfica del Lago de Maracaibo abordan en | exposición. / Se desarrolla en Caracas la última edición | de la Semana de la Poesía. / Se inicia la Feria de | Monterrey. / Celebrarán congreso peruanista en Japón. / | Apure celebra III Semana de la Poesía. / Premio Clarín | ya tiene finalistas. / SaneSociety.org celebra Día de | Internet con altas gratuitas. / Poesía, pintura y | fotografía se encontrarán en el Museo Barjola. / Curso | sobre animación a la lectura realizarán en Zaragoza. / | Poesía y educación se encuentran en México. / | Homenajearán en Guadalajara a Celia Delgado Rodríguez y | Erich Coufal. | | "La copa de Adelfazar de Diana Ramírez de Arellano", | Artículos y Manuel Lasso. / "Tres poemarios venezolanos", César | reportajes Augusto Terrero Escalante. / "Curiosidades | lingüísticas", Teodosio Muñoz Molina. / "El bien según | Víctor Hugo", Pablo J. Fierro C.. / "Un poeta para la | ciudad del mundo", Víctor Corcoba Herrero. / "Tan frágil | la vida, tan terca la nada", Homero Vivas García. / "El | árbitro que expulsó a Pelé", Alberto Salcedo Ramos. / | "Breve historia de letralianos", José María Gatti. | | "Cristina Rascón: ¡talento literario y belleza!", | Entrevistas Francisco Sánchez López. | | "En torno a la poesía", Ernesto Fernando Iancilevich. | Sala de ensayo | Poemas de Clea Rojas. / "Allí alguien los espera", | Letras Guillermo Roz. / "Limbo para Sofía", Mauricio Medo | Ferrero. / "El Magín", María Eugenia Caseiro. / "Tiempo | de paz", Rosa M. Arroyo. / "Repollos", Pablo Brito | Altamira. / "Tres ejemplos de vidas paralelas", Javier | Sánchez Gutiérrez. / "Testimonio de un lápiz antes de | ser desecho", Juan José Sandoval Zapata. / "Casi 10 | poemas desesperados y una canción de amor", Emilio | Moyano. / "La sombra", Gladys Liliana Abilar. / Poemas | de Carlos Barbarito. / "Instinto maternal", Cristina | Amanda Tur Bernat (CAT). / Tres poemas de Andrea Elvira | Cabel García. / "Principios de proporcionalidad", Javier | Warleta Alcina. / "La carne del tiempo" (extractos), | Silvia Favaretto. / Tres cuentos de María Agustina | Spacarotel. | | Manuel Cabesa. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/servicios/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/servicios/archivo.htm =========================== CONCURSOS LITERARIOS ========================== Reciba anuncios de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestro exclusivo servicio gratuito. 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No podemos definir el arte pues todas las palabras lo nombran, inclusive las que lo niegan; se mezcla con todos los grupos humanos, se celebra en cualquier parte y hay quien ignora que de sus acciones brota el arte como de un manantial; de hecho, como concluye Borges su relato, alguien no ha vacilado en afirmar que ya es instintivo. Tal ubicuidad del arte es, claro, un arma de doble filo que ha permitido a más de un impostor erigirse en artista con el único aval del aplauso interesado, o ignorante, o hipócrita, de quienes lo rodean. Sin embargo, el tiempo lo allana todo, y también lo aclara todo. Reconocemos la belleza del arte en estatuillas prehistóricas modeladas por protoartistas anónimos, de la misma manera como olvidamos a aquel burócrata disfrazado de poeta, a quien hace sólo dos décadas se le rendía pleitesía en alguna asociación cultural rebosante de glamour y bombo, y que realmente no tenía nada interesante que decir. Y es que la belleza de la poesía no siempre se cultiva con glamour. Lo saben las legiones de lectores de Bukowski y de Valera Mora, los poetas desconocidos que escribieron buena parte de la Biblia y del Popol Vuh, los hermanos universales de Max Brod que alguna vez tuvieron que decidir si accedían o no a quemar los papeles del genio. Lo ignoran, en cambio, quienes hacen de la poesía una vía para la caricia onanista de su concepción de la belleza. Un claro ejemplo de esto lo aporta la celebración, por estos días, de la última edición de la Semana Internacional de Poesía de Caracas, un evento que se queja de carencias presupuestarias pese a contar con el apoyo monetario del Ministerio de la Cultura y el Consejo Nacional de la Cultura (que son la misma cosa y a la vez no lo son, a la manera de una trinidad coja), el sello Monte Ávila Editores, la Biblioteca Ayacucho, el Instituto Italiano de Cultura, el Instituto Cultural Brasil-Venezuela y las embajadas de México y España, amén del Centro Cultural Corp Group, que a su vez depende de un importante grupo financiero venezolano. Quizás a manera de epitafio para el que llegara a convertirse en uno de los encuentros literarios más concurridos en Venezuela, su organizador, el poeta Santos López, escribe este fin de semana una especie de balance que ha sido fustigado crudamente, en artículo posterior, por Juan Calzadilla Arreaza. Dice López: "Cuando nos propusimos hace 15 años llevar al grueso del público la poesía, lo hicimos sin ningún temor a lo popular y sin siquiera sentir cierta inquietud de la clase media sobre la vulgarización de la poesía". ¿Debemos temer a lo popular porque vulgariza la poesía? Por más esfuerzo que le imprimimos, no vemos cómo esta concepción puede estar detrás de un evento que en tres lustros ha ganado reputación y adeptos sinceros. Es, sin embargo, una forma de pensar que priva entre muchos de quienes pueblan el contingente poético de esta tierra de gracia. Quizás por ello la poesía que escriben se ofrece tan plena de titubeos, de expresiones vacías maquilladas con altos vocablos y referencias bibliográficas que, al fin y al cabo, no son más que muletas. No se detiene López allí: "La poesía es un oficio tradicional que lo realiza una élite: los poetas no abundan", sentencia, incluyéndose de manera tácita en ese mítico petit comite al que le está reservado el derecho de escribir poesía. "La naturaleza del pueblo es el extremo opuesto al oficio de los poetas; así como el cuerpo es al espíritu, el pueblo es a la poesía", aduce más adelante, intentando que entendamos que mientras -en su concepto- el poeta mira las estrellas, el pueblo se encarga de las poco glamorosas funciones biológicas. Con toda razón Calzadilla Arreaza arremete contra el artículo de López en estos términos: "Agradecemos enormemente la amplitud y la generosidad, y sobre todo la condescendencia de Santos López, para con quienes no hemos nacido poetas sino que somos un depósito de donde él y sus elitescos congéneres extraerán, para deleite de los milenios futuros, la poesía y la metáfora. Agradecemos tanta generosidad, pero, por una cuestión de orgullo popular y de irreverencia ante los 'elegidos', no portaremos por la Semana de la Poesía según Santos López". Mientras estas cosas ocurren en Caracas, en el interior de Venezuela tienen lugar, o están a punto de realizarse, encuentros literarios cuyos organizadores se juegan el pellejo por el arte, sin el apoyo de entidades financieras ni ministerios. Se sorprenderían López y los suyos de las cantidades que se invierten en estos confines, nunca comparables con las que se manejan en Caracas. A estos encuentros también asisten autores de otras latitudes. En estos encuentros también se lee poesía y se bautizan libros. Son encuentros que provocan, a quienes se lanzan a organizar estas aventuras, severos dolores de cabeza, que a pesar de todo son disfrutados por sus organizadores como cronopios, en el entendido de que así deben ser las cosas y no de otra manera. No deja de complacernos que un oculto rito borgiano incida para que estas gentes no bajen jamás de tales alturas. No dejamos de lamentar, sin embargo, que los premios por el cultivo del arte -ya se sabe que el arte no es necesariamente una ocupación bien remunerada- sean recogidos por quienes hacen mención a la secta sagrada con jactancia, con vanidad. Al fin y al cabo, de alguna manera, la poesía prevalece a pesar de las imposturas, pues con los poetas ocurre, como sigue diciendo Borges, que el nombre por el cual los conoce el mundo no es el que ellos pronuncian. Jorge Gómez Jiménez, editor http://www.letralia.com/jgomez === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo qu tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/agenda/concursos Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Letraliano en el Café Tortoni. El escritor argentino Esteban Lijalad, cuyo cuento "A la sombra" apareció en nuestra edición 112, acaba de recibir, el pasado 28 de septiembre, el 3r premio del Concurso Audiolibro, en su categoría Cuenti Infantil / Juvenil. Lijalad recibió el galardón en el histórico Café Tortoni, de Buenos Aires, el más antiguo de la ciudad, protagonista de famosas tertulias literarias. Cuentos suyos pueden leerse en su blog. http://www.cuentosemanal.blogspot.com Réquiem. Tal es el título del nuevo libro de la escritora y editora puertorriqueña Ana María Fuster Lavín, publicado por Isla Negra Editores. Réquiem es una colección de historias que se hilvanan a la manera de una novela, y en las cuales la muerte y el lado oscuro de los personajes adquieren un mayor relieve. El libro será presentado en octubre y noviembre en distintos recintos universitarios, y se planea una presentación con performance a principios de diciembre. Además Fuster Lavín viajará en abril de 2006 a España y Portugal para presentar este libro conjuntamente con su poemario El libro de las sombras, que será publicado en enero del año próximo. Fuster Lavín recibió en 2003 el premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña por su primer libro de cuentos, Verdades caprichosas. http://www.islanegra.com Horizontes venezolanos. El 29 de septiembre fue inaugurada, en la estación Parque Carabobo del Metro de Caracas (Venezuela), la exposición "Cuatro horizontes de la palabra", organizada por Monte Ávila Editores. La muestra, que ha sido curada por el fotógrafo y poeta Enrique Hernández D'Jesús, incluye fotografías y textos de cuatro importantes poetas venezolanos: Vicente Gerbasi, Ana Enriqueta Terán, William Osuna y Gabriela Kizer. La exposición estará abierta al público hasta el viernes 7 de octubre. http://www.monteavila.com.ve Fotografía latinoamericana. El próximo jueves 13, a las 7 de la noche, se presentarán en la Sala Borges del Centro Cultural Borges, en Buenos Aires, los volúmenes I y II de Nueva fotografía latinoamericana. En el acto se inaugurará igualmente una exposición fotográfica con imágenes de Alfredo Pavón, Carlos Pérez, Eugenio Peralta, Joaquín Rodríguez, Martín Rosenthal, Norberto Salerno, Carlos Zaccari, Rosana Schoijett, Ignacio Iasparra, Paula Burd, Adrián Salgueiro, Moira Antonello, Pablo Garber y Tony Valdez. La muestra podrá ser visitada de lunes a sábado entre 10 de la mañana y 9 de la noche, y los domingos de 12 del día a 9 de la noche, hasta el 30 de octubre. http://www.revistalasombra.com.ar Leyendo en la Ópera. El próximo martes 25 de octubre a las 6 de la tarde se realizará, en el marco del IV Encuentro Internacional de Poesía de la Universidad de Carabobo, en Venezuela, una lectura poética en el Teatro de la Ópera de Maracay. Participarán los poetas Ricardo Silva Santisteban (Perú), Juan Manuel Roca (Colombia) y Nancy Morejón (Cuba), además de los venezolanos Tito Núñez y Gabriel Giménez Emán. ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Poesía mexicana es recopilada en antología bilingüe El renombrado traductor de poesía Marlon Fick presentó a mediados de septiembre su antología bilingüe de poesía mexicana contemporánea, titulada The river is wide / El río es ancho y compuesta por 124 poemas de una veintena de autores. El libro ha sido publicado bajo el sello de The University of New Mexico Press. Con la notable excepción de la obra poética de Octavio Paz, de la cual abundan excelentes traducciones al inglés, ha habido un vacío de traducciones hábiles y concienzudas de poesía mexicana contemporánea a este lado del Río Grande. Esto motivo a Fick a realizar su antología, en la que demuestra, además del evidente dominio de las sutilezas de ambos idiomas, una aguda sensibilidad poética. Además de traductor, Fick es poeta, y su obra le logró una beca del National Endowment for the Arts, entre otros reconocimientos. El antologista explicó que el proyecto de reunir a veinte poetas mexicanos contemporáneos nació del deseo de "compensarle a México toda la dicha que me ha brindado durante los últimos años". En su introducción, Fick no profundiza sobre el proceso de selección, pero sí explica que trabajó directamente con cada uno de los poetas, experiencia que evidentemente enriquece el producto final, así como probablemente también la dificultad y ansiedad durante el proceso de traducción. Cada poema en inglés viene precedido de una página con su original en castellano. Además del esfuerzo implícito en traducir poesía de diversos autores manteniendo las cadencias de los textos originales, Fick destaca en el trabajo realizado con los versos austeros de "Pythia", de Gloria Gervitz, el discurso grandilocuente de "Responso del peregrino", de Alí Chumacero, y el verso atrevido y desafiante de Juan Cú. Sin embargo, donde más brilla Fick es en sus traducciones de Sabines, a cuya memoria ha dedicado esta antología. Sabines murió en octubre de 1999, sólo unos meses después de haber aprobado las traducciones para este proyecto. Entre los poemas de este autor traducidos por Fick se encuentra el conocido "Los amorosos". Por otro lado, muchos de los poetas incluidos son también reconocidos traductores de poesía, como Myriam Moscona, traductora de William Carlos Williams, y Verónica Volkow, traductora de Elizabeth Bishop y John Ashbery. Fuente: EFE *** Nueve detenidos en Medellín con más de 16.000 libros piratas Nueve personas fueron detenidas en Medellín el pasado 22 de septiembre con más de 16.000 ejemplares de libros piratas", en un "trabajo de inteligencia para golpear a la piratería editorial", dijeron fuentes de la Policía. Las autoridades encontraron las planchas de impresión de decenas de libros, principalmente los de más ventas en el país, entre ellos algunos títulos del Nobel de Literatura de 1982, Gabriel García Márquez. Las fuentes destacaron que entre los libros "pirateados" figura la novela Ursúa, del colombiano William Ospina, y que acaba de ser lanzada al mercado. La policía y la Cámara Colombiana del Libro revelaron a mediados de septiembre que La conspiración, así como otros títulos del escritor estadounidense Dan Brown, están entre las obras extranjeras más reproducidas de manera ilegal. Otros autores colombianos que figuran entre los más "pirateados" actualmente son Gustavo Bolívar, con su novela Sin tetas no hay paraíso, y la actriz y directora de la revista Carrusel, Isabella Santodomingo, con Los caballeros las prefieren brutas. En lo que va de 2005, según la policía, se han incautado en Colombia más de 230.000 libros editados ilegalmente, casi 50.000 más que en todo el año anterior. Las autoridades señalan que más del 60 por ciento de las imprentas piratas operan en Medellín. Fuentes: El Tiempo, EFE *** Inauguran en Caracas exposición sobre el Quijote Toda la grandeza y el genio de Cervantes, a través de la visión de destacados intelectuales venezolanos, podrá ser apreciada por el público hasta el 11 de diciembre en la exposición "El Quijote en Venezuela", que se inauguró el 27 de septiembre en la Sala de Exposiciones de la Fundación Provincial, en la capital venezolana. La muestra reúne las obras de un distinguido grupo de escritores que han testimoniado, a través de sus textos, la determinante influencia de Cervantes, enmarcándose esta iniciativa en un momento por demás propicio como lo es la celebración del IV centenario de la primera edición de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, considerada como una de las obras más trascendentes de la literatura universal. En el marco de la exposición se realizarán presentaciones de nuevos títulos, conferencias y actividades para los más pequeños. María Elena Maggi, curadora de la exposición, explica que un primer grupo de los autores incluidos está compuesto por libros de gramáticos, filológos, investigadores, críticos y ensayistas que han estudiado e interpretado la obra cervantina. El segundo ofrece una síntesis de la tradición poética que ha ensalzado al insigne escritor y su obra; el tercero presenta obras narrativas de inspiración cervantina; para cerrar con algunas iniciativas de edición y coedición del Quijote que han surgido desde diferentes instituciones y empresas del país. Todo ello se presenta, en la medida de lo posible, en un orden cronológico de autores y obras, para facilitar la comprensión de la evolución del tema en el tiempo y favorecer una visión de conjunto. Obras tan destacadas como Venezuela literaria a Cervantes, de José Manuel Núñez Ponte; La espada de Cervantes y Cervantes y la poesía venezolana, de Mario Briceño Perozo; el texto El Quijote en Venezuela, por Guillermo Morón, y la Bibliografía cervantina venezolana, de Roberto Lovera de Sola, están entre las que conforman este interesante recorrido. Con esta muestra, la Fundación Provincial no sólo busca rendir homenaje a Cervantes y al Quijote, sino motivar un redescubrimiento de los escritores venezolanos que han gravitado en torno a la obra cervantina. Fuente: El Mundo (Venezuela) *** Crean en México editorial de poesía El pasado miércoles 28 de septiembre se realizó, en Ciudad de México, el lanzamiento de la editorial El Billar de Lucrecia, evento durante el cual fue presentado su primer título, Hatuchay, del poeta argentino Washington Cucurto. En la actividad participaron además Eduardo Milán, Hernán Bravo, Sergio Valero y Rocío Cerón, y se ofreció al público un "poema-cumbia" enviado desde Buenos Aires por Cucurto. Cucurto, quien fue vendedor ambulante y empleado de supermercado, es uno de los promotores de la editorial Eloísa Cartonera -que fotocopia libros de escritores latinoamericanos y los encuaderna con envases de cartón- y no estuvo exento de controversia por describir en uno de sus poemas la violación de una adolescente. El Billar de Lucrecia es una idea de la poeta mexicana Rocío Cerón que consiste en editar sólo trece libros -la editorial tendrá, así, una vida de poco más de tres años, con un promedio de cuatro títulos por año-, de igual número de autores latinoamericanos, nacidos después de 1967, en cuya obra se evidencia que lo que nos une como región, "además del castellano, es el gusto por la vida, la música y la poesía", explica Cerón, conocida por su libro Basalto. La portada de cada libro lleva como efigie a "una hembra cachonda", de acentuadas curvas y mínima ropa. "De alguna manera 'Lucrecia' encarna ese espíritu muy latinoamericano de lo vital, la fiesta, la rumba y la poesía", refiere la poeta y editora, quien agrega que asoció el billar con la poesía "porque este juego es movimiento". "La edición también es un gran juego en el que participamos todos los poetas que estamos en el proyecto y aquellos que publicaremos", indica. "Queríamos sacar a la poesía de esas ediciones solemnes, frías, casi académicas. Ponerle la jiribilla de 'Lucrecia', una mujer cachonda, cumbianchera. Ella aparecerá en cada libro que editemos. Ya con el taco en la mano o con las bolas de billar. Estará moviéndose". Además del libro de Cucurto, "uno de los mejores poetas argentinos, barriobajero y con una propuesta muy interesante" -como lo define Cerón- se ha considerado la publicación de Multicancha, de Germán Carrasco, autor ganador del premio Pablo Neruda; Las muchachas en flor, de la poeta cubana residenciada en Chile, Damaris Calderón, y el poemario Zonada Dark, de la peruana Montserrat Álvarez, libro que fue muy polémico en su país. La decisión sobre los autores a incluir es tomada por Cerón, como editora, y un consejo editorial compuesto por Carla Faesler, Julián Herbert, Paul Guillén, León Plascencia y Ehitel Silva. El proyecto nace como una manera de complementar el trabajo adelantado en la antología El décir y el vértigo: panorama de la poesía reciente hispanoamericana, en el que por diversas razones quedaron excluidos varios autores. "Estamos publicando de acuerdo con lo que hemos leído y a nuestro gusto, pero hay muchos poetas en Latinoamérica que no conocemos. Por eso en febrero del próximo año lanzaremos una convocatoria para un concurso de poesía latinoamericana. Esto nos permitirá saber lo que se está escribiendo de poesía en el continente. El ganador será publicado dentro de la colección y posiblemente reciba un monto en metálico", precisa Cerón. Los libros de El Billar de Lucrecia se distribuirán en librerías de América Latina, particularmente de Argentina, Chile, Colombia y México. Cada volumen tendrá patrocinador individual y el promedio del tiraje es de 500 ejemplares, pero con las modernas técnicas de edición en cualquier momento se pueden hacer los ejemplares que se deseen, precisó la poeta. Fuentes: El Universal (México), La Jornada *** Minotauro celebra 50 años con Bradbury y actividades especiales El conocido sello especializado en ciencia ficción y fantasía, Ediciones Minotauro, celebra su 50º aniversario con una exposición y un ciclo de conferencias en el Palau de la Virreina de Barcelona y la edición especial de Crónicas marcianas, de Ray Bradbury. La exposición, que se puede ver hasta el miércoles 5 de octubre, consiste en un viaje por la historia de la editorial tomando como punto central sus autores más emblemáticos, entre los que destaca J.R.R. Tolkien, según explicó Francisco García Lorenzana, director del sello. "Minotauro siempre ha hecho política de autor", agregó el editor, quien remarcó la manera como Tolkien ha pasado "del terreno literario a referente de la cultura popular". La muestra incluye una amplia retrospectiva de la evolución de la actividad editorial mediante los cambios de formato y cubierta de sus libros más importantes como Crónicas marcianas, Fahrenheit 451, Solaris o La naranja mecánica. Además dedica especial atención a Tolkien y su obra, con una amplia muestra de las ediciones de El señor de los anillos, El hobbit y El Silmarillion. La muestra se complementa con un audiovisual dedicado a Minotauro y el cine, con carteles y un video de 20 minutos que repasa fragmentos de películas basadas en libros publicados por la editorial. El Palau de la Virreina alberga también dos mesas redondas sobre la figura de Tolkien y sobre el panorama del fantástico español, en las que participan los autores españoles más destacados del sello como Javier Negrete, Rodolfo Martínez, Juan Miguel Aguilera y León Arsenal. La editorial ha editado, para complementar la celebración de su aniversario, una edición especial ilustrada de Crónicas marcianas, de Bradbury, primer título que publicó el sello y que, en su momento, fuera prologado por Jorge Luis Borges. El escritor Pere Gimferrer señaló que esta obra es un "clásico literario contemporáneo" y una metáfora de la "inseguridad" de Occidente y los "miedos" de posguerra como la "pérdida de identidad" o el cambio en la realidad cotidiana. Según Gimferrer, esta obra tiene un tono "contenidamente poético, pero elegíaco". Ediciones Minotauro fue creada en 1955 en Buenos Aires por el editor gallego Francisco Porrúa, y se ha convertido en un referente de la ciencia ficción y la literatura fantástica en castellano. La publicación en 1977 del primer volumen de El señor de los anillos, de Tolkien -completada en 1980- supuso un hito para la editorial. Adquirida en 2001 por el Grupo Planeta, Minotauro es la única editorial de lengua no inglesa que dispone en su catálogo de toda la narrativa tolkienana y en noviembre editará el inédito en castellano Las aventuras de Tom Bombadil. García Lorenzana aseguró que la editorial ha vendido unos 7 u 8 millones de ejemplares de las obras de Tolkien y que la trilogía cinematográfica "multiplicó por 10 o 12" las ventas de este "long seller". Fuente: Europa Press, ABC *** José María Muñoz Quirós obtiene el premio San Juan de la Cruz El poeta abulense José María Muñoz Quirós resultó ganador, el pasado 29 de septiembre, del XVI Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz con la obra Celada de piedra, que para la presidenta del jurado, Clara Janés, es "atrevida", al mezclar poesía y prosa poética para referirse a "la naturaleza, el hombre en el mundo y la vida". De su obra también destacó Janés su "gran carácter metafísico", su "profundidad y pureza", además de ser un libro "desnudo", con un "pensamiento muy elevado", que ha hecho que la votación estuviera "muy reñida" con la obra presentada por otro escritor, cuyo nombre no fue revelado. Por su parte, Muñoz Quirós manifestó que este premio, dotado con 5.000 euros y la publicación de la obra en la colección Adonais de Poesía, de ediciones Rialp, "es un paso más dentro de un largo camino" recorrido en el mundo de la poesía, a la vez que resaltó el "significado tan especial" que tiene para él este galardón. Muñoz Quirós nació en Ávila en 1957. Es catedrático de lengua y literatura y ha publicado unos quince libros de poesía, entre los que destacan Ritual de los espejos (1990), El sueño del guerrero (1995), Memorial (1995), Dibujo de la luz (1998) y Ávila desde la noche (1999). Ha reunido su obra poética en la antología Quince años no es nada. En esta ocasión fueron 109 los trabajos presentados al certamen procedentes de España, Hispanoamérica, Estados Unidos e Israel, con una calidad media "bastante alta", que ha dificultado las tareas de selección al jurado. Junto a este premio organizado por la Caja de Ahorros de Avila y la Colonia Fontivereña, Muñoz Quirós ha obtenido varios premios como el Jaime Gil de Biedma, el Jorge Manrique, el Vicente Aleixandre, el Luis Rosales o el Fray Luis de León, entre otros. La entrega del galardón está prevista para antes del mes de diciembre en el Palacio de Los Serrano, sede de la Obra Social y Cultural de la Caja de Ahorros de Ávila, aunque antes la localidad de Fontiveros reunirá a todos los galardonados en las dieciséis ediciones celebradas hasta ahora. Fuente: Europa Press *** Asolapo publica antología poética e inaugura sede en México Más de setenta poetas de 17 naciones respondieron al llamado que hicieran Apostrophes Ediciones y la Asociación Latinoamericana de Poetas (Asolapo, http://www.asolapo.org), en virtud del cual se acaba de publicar la antología El verbo descerrajado, en solidaridad con los presos políticos que aún quedan en Chile, según se informó a finales de septiembre. Según un comunicado de Asolapo, el libro nace "a partir de un contacto con la noticia del inicio de la huelga de hambre de los presos políticos chilenos. Los mismos han sido encarcelados durante el primer gobierno democrático que sucedió a la dictadura de Augusto Pinochet; por hechos acaecidos en los años en que Chile estaba bajo el manto negro de la tiranía, que tenían como objetivo final devolver la democracia al país". La asociación asegura que a esta cadena de acontecimientos paradójicos se le contrapone "la libertad concedida reiteradamente a Augusto Pinochet, responsable de la muerte de miles de personas haciendo uso del terrorismo de Estado". La antología es publicada en consonancia con Balada de la cárcel de alta seguridad, antología similar publicada por los poetas privados de la libertad. "De esta manera los versos burlan las rejas y alimentan la lucha de ambos escenarios", continúa el comunicado. La asociación informó asimismo que este jueves 6 de octubre será inaugurada oficialmente su sede en México, a la par de La Casa del Escritor en México, D.F., espacio cultural que se enfocará, precisamente, a dar promoción y difusión de la obra de los escritores latinoamericanos. Sonia Silva-Rosas, directora de organización de Asolapo y embajadora de la organización en Mèxico, informó que la nueva sede servirá además para servir de cobijo a creadores que visiten México en actividades de difusión de su obra, "evitándoles la angustia de pagar cuotas excesivas de hospedaje y alimentación, y, con el número de habitaciones con las que cuenta la casa, se permitirá a los creadores de la República Mexicana y de Latinoamérica que se conozcan entre sí y, por qué no, se inicie un verdadero y real puente de intercambio cultural". Una biblioteca, una librería, una galería de arte, el acogedor Café Lefod -similar a otro ya existente en Monterrey- y un espacio para impartir talleres de literatura son los restantes componentes de esta casa, así como una infraestructura para sostener una red de comunicación a los investigadores con los centros de información de literatura. La sede no solamente alojará a escritores, pues "deseamos establecer un puente de intercambio cultural con todos los creadores de la República Mexicana y Latinoamérica, pintores, fotógrafos, dramaturgos, investigadores, lingüistas, etc.", finaliza el comunicado. Para cualquier información adicional al respecto el interesado deberá comunicarse por correo electrónico con Sonia Silva-Rosas, mediante las direcciones sonysilv@gmail.com y dsoniasilva@hotmail.com. Fuente: Asolapo *** Premio catalán declarado desierto desata polémica La decisión del jurado del Premi Mallorca de Narrativa de declararlo desierto ha generado una fuerte polémica a finales de septiembre. Dotado con 70.000 euros, la primera convocatoria de este galardón en el género de novela fue convocada por el Consell de Mallorca. La dotación de este premio es la mayor en lengua catalana y se ha quedado en las arcas del Consell. La resolución del jurado, compuesto por Josep A. Grimalt, Guillem Frontera, Antònia Vicens, Biel Mesquida y Rosa Maria Planas, ha levantado una polvareda. El escritor, profesor y antólogo Pere Rosselló Bover declaró a la prensa que, aunque no es partidario de premios con cantidades tan "ostentosas", fue una "lástima" que, entre la cincuentena de novelas presentadas, el jurado, al que calificó de "perfectamente cualificado", no hubiera encontrado ninguna digna de merecer premio. "No creo que todas fueran tan malas", dijo refiriéndose a las novelas participantes. Partidario de un "replanteamiento" del concepto del galardón, parte de cuyo dinero podría destinarse a aspectos "más atractivos de la promoción como la distribución o la traducción a otras lenguas", piensa que, "tal vez" el jurado se vio impelido, "debido a los 70.000 euros, a buscar una obra de primerísima calidad". Más duro en sus afirmaciones resultó Miquel Àngel Vida, escritor para quien el jurado, -"que me parece de poca calidad excepto Guillem Frontera, y que no ha estado a la altura del premio"-, se han "cargado" el galardón. Vidal no cree que entre las 50 obras presentadas "no hubiera ninguna de calidad" y opina que en el jurado faltaban, al menos, "un par de nombres relevantes a nivel de todos los Països Catalans". Finalmente, apunta que "se ha hecho un flaco favor a la cultura catalana" porque recuerda que, en Mallorca, en cuanto a la promoción de la lengua, "sólo tenemos el Premi Ciutat de Palma que está envuelto en la polémica desde que es bilingüe". Fuente: Última Hora Digital *** Fundación Gonzalo Rojas e Instituto Cervantes suscriben convenio Un importante convenio, que permitirá avanzar en las relaciones culturales entre Chile y España, firmaron en la capital española la Fundación de Estudios Iberoamericanos Gonzalo Rojas y el Instituto Cervantes el pasado 30 de septiembre. Durante la ceremonia de firma de convenio con el Instituto Cervantes, el poeta y Premio Nacional de Literatura, Gonzalo Rojas, dijo que el acuerdo suscrito con la institución española debe ser "el comienzo de una magnífica amistad para fomentar la cultura, la educación y el pensamiento en toda Iberoamérica desde nuestra lengua madre común". El convenio, suscrito por el director del Instituto Cervantes, César Antonio Molina, y el presidente de la Fundación, Gonzalo Rojas-May, establece un marco de actuaciones conjuntas para promover el diálogo multicultural entre las instituciones de España y los países hispanohablantes. En el marco de este acuerdo, el Instituto Cervantes difundirá la obra del poeta Gonzalo Rojas y organizará actividades para dar a conocer su obra literaria en los 56 centros con los que cuenta en todo el mundo. La Fundación de Estudios Iberoamericanos Gonzalo Rojas funciona bajo el cobijo de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Andrés Bello (UAB, http://www.unab.cl), y tiene como objetivo desarrollar el conocimiento respecto de las artes, la política y las ciencias en Chile e Iberoamérica. La entidad está constituida por cuatro proyectos independientes: un centro de estudios, dedicado a la literatura, la educación, la psicolingüística, la globalización y la cultura; la biblioteca Gonzalo Rojas, pilar fundamental para la investigación en los aspectos mencionados; una pinacoteca, que cuenta con la colaboración de artistas chilenos, mexicanos y españoles; y una revista electrónica multidisciplinaria. Durante la actividad, la fundación informó al poeta Gonzalo Rojas de que ya son 2.500 las firmas que apoyan su postulación al Premio Nobel de Literatura 2006, iniciativa impulsada por un grupo de alumnos de la Universidad Andrés Bello. Jóvenes de la mayoría de las universidades públicas y privadas de Chile y algunas del extranjero, así como alumnos de diferentes colegios de todo el país, funcionarios de la Municipalidad de Lebu y profesionales de diversas áreas tanto de Chile como del exterior, ya se hicieron parte de la idea de los estudiantes de la U. Andrés Bello de postular a su profesor titular al Premio Nobel de Literatura 2005, decisión que el Rector de la UNAB. Dr. Manuel Krauskopf, dio a conocer en una ceremonia a la asistieron autoridades y estudiantes, el pasado 15 de septiembre. El próximo jueves 6, Gonzalo Rojas asistirá a la inauguración de la biblioteca que lleva su nombre en el Instituto Cervantes de la ciudad alemana de Bremen. Fuente: Universidad Andrés Bello *** Editan en Cuba disco multimedia dedicado a Alejo Carpentier La voz y el intelecto del novelista cubano Alejo Carpentier, premio Cervantes de Literatura 1978, se aprecian en un disco multimedia que presentará en breve la emisora Habana Radio (http://www.habanaradio.cu), de la capital cubana. Dedicado al centenario del prolífico autor, el CD titulado El siglo de Alejo Carpentier consta de un proemio -a cargo del historiador de la ciudad, Eusebio Leal- y una biografía del insigne escritor, considerado "renovador de las letras hispanoamericanas". Carpentier (1904-1980) fue uno de los forjadores de la cultura moderna en Cuba, a la que incorporó el legado africano en diálogo fecundo con los aportes de las vanguardias europeas y americanas. La edición incluye, además, diversas conferencias sobre temas culturales, leídas por Carpentier en Radio Habana Cuba entre 1964 y 1966, además de una serie de programas que aún transmite Habana Radio para acercar al oyente a su vasta obra. El último capítulo reserva una galería con 53 fotos -muchas inéditas- que recogen momentos de la vida del escritor, entre ellos su estancia en Caracas, la ceremonia del premio Cervantes y otras junto a sus coterráneos Wifredo Lam, Nicolás Guillén y Alicia Alonso. La directora general del proyecto, Magda Resik, subrayó la combinación de numerosos textos engarzados con la voz de quien los lee, en este particular el propio Carpentier o el locutor Ángel Ferrera. Destacó también el valor patrimonial del primer CD multimedia producido por Habana Radio, con música original del compositor cubano Juan Ramos y textos de los periodistas Miralys Sánchez, Fernando Rodríguez y el investigador José Antonio Baujín. Fundada el 28 de enero de 1999, Habana Radio cuenta con una programación dirigida a resaltar la acción restauradora y social que protagoniza la Oficina del Historiador en La Habana Vieja, declarada por la UNESCO en 1982 Patrimonio Cultural de la Humanidad. Fuente: Prensa Latina *** Celebran en Uruguay encuentro de narradores orales Talleres y sesiones de reflexión acerca de los orígenes de historias populares son parte de las actividades que se desarrollan durante el Quinto Encuentro de Narradores Orales, Cuenteros y Cuentacuentos, que se celebra desde el sábado 1 y concluirá el próximo 9 de octubre en el Museo Antropológico de Montevideo. "La narración oral es una herramienta indispensable a la hora de compartir espacios. Desde el aula, la biblioteca, el hospital, la cárcel, la empresa y los no convencionales", indica un comunicado de Promocultura, entidad que organiza el evento bajo la coordinación de su directora Niré Collado. El encuentro pretende promover la lectura, un mayor acercamiento al libro y la vida de sus autores, intercambiar culturas y afianzar lazos afectivos entre los participantes. "Nos reunimos a trabajar en talleres de capacitación impartidos por profesionales de primera línea y disfrutamos de espectáculos de narración oral en un espacio bellísimo como es el Museo Antropológico de Montevideo", agrega la nota. Aunque está dirigido principalmente a docentes de todas las áreas y niveles, bibliotecólogos, voluntarios de centros culturales, personal del área de la salud y estudiantes, los organizadores no descartan que todo lo que allí ocurra también puede ser de gran utilidad para el público en general. Como parte del programa, un grupo de narradoras y narradores de la escuela oral Caszacuento estará presente en cárceles de mujeres, hospitales, escuelas públicas, en el Museo Antropológico, Colegio Nuestra Señora de Lourdes, Cedel (ex Hotel del Lago) y el Parque Rivera. También se impartirán talleres como "Técnicas ancestrales de narración", donde el docente y actor Rubén Coletto intentará un reencuentro con los orígenes de cuentos orales que han sufrido cambios sustanciales con el paso del tiempo y múltiples generaciones. Asimismo la actriz argentina Silvia Beresovsky tiene a su cargo el taller "El placer de contar a viva voz", con el fin de "estimular a los docentes al desarrollo de su capacidad creadora, expresiva y de comunicación a través de la literatura y la narración oral", según Promocultura. Fuente: Librusa *** Semana de la Lectura se realiza en Bogotá La capital colombiana se ha convertido en los últimos días en centro de circulación de todo tipo de libros por la celebración de la Semana de la Lectura, cuya organización encabeza el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc, http://www.cerlalc.org). La semana comenzó el sábado 24 de septiembre con un exitoso trueque de libros que permitió a decenas de lectores salir en busca de nuevos "tesoros" editoriales, a cambio de los propios que mantuvieron durante años en sus bibliotecas personales. El evento se clausuró el domingo 2 de octubre. En los distintos museos de la ciudad se organizaron visitas guiadas con actividades especiales de arte y lectura. Igualmente, la Cinemateca Distrital ofreció una programación dedicada a películas inspiradas en obras literarias y las estaciones de Transmilenio fueron tomadas por actores que realizaron lecturas dramatizadas. También hubo eventos de lectura en librerías, que ofrecieron descuentos a sus visitantes, y las bibliotecas públicas concentraron sus esfuerzos en actividades de formación. En la organización de la Semana de Lectura participaron, además del Cerlalc, el Plan Iberoamericano de Lectura, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo, la Secretaría de Educación del Distrito, Transmilenio y la Casa Editorial El Tiempo. Fuente: Librusa *** Roca Editorial lanza colección de novela negra El sello catalán Roca Editorial ha lanzado una nueva colección de novela negra que se inicia con El caso Brown, de Walter Mosley, y El traficante, de Graham Hurley. La colección, bajo el título Rocacriminal, pretende ser la "más intrigante, negra y misteriosa línea" editorial y dar cabida a los autores del género "más novedosos y rompedores", indicaron fuentes de la casa editora. Otros títulos que aparecerán en la colección son Psicópata, de Keith Ablow; Bangkok Tatoo, de John Burdett; Sospechoso, de Michael Robotham; Muerte en Hamburgo, de Craig Russell; Juego de asesinos, de P.J. Tracy, y Sicario: la venganza, de Barry Eisler. En El caso Brown, Mosley novela la desaparición de un joven en Los Angeles de cuyo caso se encarga el reconocido investigador Easy Rowlins, mientras que en El traficante, Hurley explica la historia de un narcotraficante que, tras años dedicado al negocio de la droga, decide reformarse ante el escepticismo del inspector Faraday. Fuente: Europa Press *** Evolución cartográfica del Lago de Maracaibo abordan en exposición Ayer domingo 2 de octubre fue inaugurada la exposición "Formas del Lago", un recorrido por la evolución cartográfica del Lago de Maracaibo y el Golfo de Venezuela durante la época colonial, en el espacio pedagógico de la Galería de Arte Nacional, en Caracas. La exposición, cuya entrada es gratuita, estará abierta al público hasta el 30 de octubre en el horario de lunes a domingo de 9 de la mañana a 5 de la tarde, e incluye 41 mapas y 7 litografías, gracias a la colaboración del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez. La muestra es un registro sin precedentes ya que constituye un documento invalorable en relación con la cartografía de esta región de Venezuela. Los visitantes podrán apreciar la cartografía temprana y las relaciones de los primeros exploradores, quienes reportaron imágenes donde la península de la Guajira fue representada como isla. A esto hay que añadir las diferentes fechas de entrada en el Lago de Maracaibo y el problema del primer mapa americano, el Portulano de Juan de la Cosa. Todos estos elementos llevan a estudiar nuevamente los datos para enfocar mejor los eventos de la primera llegada de los españoles a la región lacustre. Analizando la cartografía temprana, española e italiana, la presencia de una representación insular, confirmada por las fuentes documentales, ha abierto una nueva senda en las investigaciones clásicas de la región, las que han determinado las efemérides locales. De esta manera, la llegada de los españoles al lago queda desplazada a 1502, de la misma manera que el Portulano de Juan de la Cosa, en cuanto elaboración progresiva, entre 1500 y 1502, siendo esta última precisamente la fecha de terminación más coherente con los datos que reporta. La investigación estuvo a cargo de Emanuele Amodio, antropólogo e historiador que ha realizado estudios de tercer y cuarto nivel en Italia y Venezuela. Ha trabajado en Brasil y Perú con pueblos indígenas (1980-1987) y en Venezuela en el Departamento de Antropología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (1987-1991). Desde 1992 es profesor de la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela, donde dicta las cátedras de etnohistoria y antropología histórica y ocupa el cargo de jefe del Departamento de Arqueología y Etnohistoria. Igualmente, se desempeña periódicamente como profesor invitado en la Maestría en Antropología de la Universidad del Zulia (Maracaibo). Fuente: Galería de Arte Nacional *** Se desarrolla en Caracas la última edición de la Semana de la Poesía La Semana Internacional de la Poesía, que se realiza en Caracas entre hoy lunes y el próximo viernes 7 de octubre, llega a su fin. Así lo explicó el escritor Santos López, director de la Casa de la Poesía Pérez Bonalde, ente que organiza la actividad. López explicó que la edición del año 2005 concluye el ciclo de homenajes a los grandes poetas venezolanos, como Juan Liscano, Ana Enriqueta Terán, Elizabeth Schön, Ramón Palomares, Juan Sánchez Peláez, Rafael Cadenas y Eugenio Montejo, entre otros. "Hemos recuperado para la poesía un espacio en la conciencia del público, necesitamos que se abra otro ciclo, y la Casa de la Poesía debe abrir otra trinchera. Ya dependerá de amigos, pero tampoco sabemos cuál será ese otro ciclo. Ya es un milagro tenerla ahora aquí". El escritor dijo que la Casa de la Poesía apenas cuenta con un presupuesto de 32 millones, que no cubre prácticamente nada de la organización de un evento de esta envergadura. Para la despedida se contó con el apoyo de las embajadas de los países participantes, así como de Corp Banca, en cuya torre de La Castellana se lleva a cabo parte de la programación, y de otros entes gubernamentales y privados. No obstante, resulta insuficiente. "Tendremos que irnos a otros ámbitos, dirigirnos a otros públicos. Depende de los avisos, de los espacios. Creo que ya cumplimos. Por supuesto, tenemos un archivo de proyectos por hacer, pero para ello hace falta presupuesto". También recordó que "la poesía es liberación, no es revolución sino rebeldía. Por ahora no es posible por falta de recursos. Tal vez más adelante retomemos el evento". Por su parte, el poeta homenajeado, Alfredo Silva Estrada, expresó su agradecimiento por el honor conferido, "por este acto que me conmueve. Para mí la poesía es un acto, una labor de existencia. No puedo excluir el sentimiento de compartir la poesía con otros, con el otro", dijo antes de leer su poema "Tan fácilmente", del libro Por los respiraderos del día. La programación de este año incluyó una misa por la memoria de Juan Antonio Pérez Bonalde, José Antonio Ramos Sucre, Vicente Gerbasi y Arnaldo Acosta Bello, así como de otros autores, el domingo 25 de septiembre en la Catedral de Caracas. "Invocación a la poesía venezolana. Misa de gloria por los poetas fallecidos" fue el nombre de la actividad, y el oficiante de la misa fue el monseñor Jesús González de Zárate, vicario general de la Arquidiócesis de Caracas. Fuente: El Universal *** Se inicia la Feria de Monterrey Este 8 de octubre se da inicio a la Feria Internacional del Libro de Monterrey, evento que este año llega a su 15º aniversario y que, entre sus más de 250 actividades, incluirá la entrega del Premio Internacional de Literatura Alfonso Reyes 2005 al escritor brasileño Antonio Candido. El festejo, que culminará el 16 de octubre, tiene como sede el Centro Internacional de Negocios de Monterrey (Cintermex), y tendrá como invitado especial al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta), que montará un pabellón especial donde exhibirá su producción editorial. En esta ocasión, autores como Elena Poniatowska, Carmen Boullosa, Héctor Aguilar Camín, Guillermo Sheridan, Ignacio Solares y Juan Villoro, darán a conocer sus más recientes producciones literarias, que en el caso de Poniatowska comprende el primer volumen de las Obras reunidas que le publicará el Fondo de Cultura Económica (FCE, http://www.fce.com.mx) y El tren pasa primero, su novela en cuya trama aparece el líder de los ferrocarrileros, Valentín Campa. Villoro presentará su más reciente novela El testigo y lo mismo hará Solares con La invasión, recién salida de las prensas de editorial Alfaguara. En tanto Aguilar Camín dará a conocer La conspiración de la fortuna, en cuyo sustrato se asoma la figura de Carlos Salinas de Gortari, y Boullosa presentará La otra mano de Lepanto. La primera feria la organizó la Biblioteca del Tecnológico de Monterrey en 1989 y desde entonces ha buscado convertirse en uno de los mayores festejos editoriales de México, al que concurren miles de personas. El año pasado acudieron cerca de 330 mil asistentes. Este año se celebrarán presentaciones de libros, conferencias, mesas redondas, un programa artístico y algunas efemérides como el cuarto centenario de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha, así como se recordará al Pedro Páramo de Juan Rulfo, que llegó a sus primeros 50 años. En la feria estarán presentes editoriales como Planeta, Alfaguara, Joaquín Mortiz, Plaza y Janés, Grijalbo y SM, pero también nuevos expositores como Ediciones Eón, que desde 1995 publica la Revista de Literatura Méxicana Contemporánea (RLMC) y que junto con la Universidad de Texas en El Paso organiza el Congreso de Literatura Mexicana Contemporánea que reúne a especialistas de México, América Latina y Europa. La muestra del Conaculta incluye colecciones infantiles, juveniles e inclusive aquellas de carácter más académico. Además, convocará a más de 70 escritores, quienes ofrecerán conferencias magistrales, presentarán sus libros y conversarán en torno a la literatura del norte y Pedro Páramo, entre otros temas. Entre los escritores invitados se encuentran Francisco Hinojosa, Alberto Blanco, Cristina Rivera, Daniel Sada, Rafael Ramírez Heredia, Vicente Quirarte, Alberto Vital, Juan José Rodríguez, Héctor Manjarez, Mario Bellatin y Eugenio Aguirre, entre otros. Fuente: El Universal (México) *** Celebrarán congreso peruanista en Japón El Tercer Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero se traslada en esta ocasión a Japón, luego de celebrarse en años anteriores en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y la Universidad de Sevilla, España. Este año el encuentro será del 13 al 16 de octubre en la Universidad de Nanzan, Japón, y contará con la participación de 17 especialistas de nivel en áreas que van de la literatura a la politología, el psicoanálisis, la arqueología, la antropología y los estudios culturales, según indica un comunicado. "Tanto la Universidad de Nanzan como la Asociación Internacional de Peruanistas buscan fomentar el intercambio académico a fin de abordar el fascinante país andino desde una perspectiva múltiple. No faltarán las ponencias sobre la migración peruana, los últimos descubrimientos arqueológicos, las elecciones presidenciales de 2006, el estado actual de la literatura y otros de candente interés", dijeron los organizadores. El estudio de temas peruanos tiene largo historial en Japón, más allá de las relaciones políticas que ha existido entre ambos países durante los últimos años. Los organizadores del encuentro son Takahiro Kato, de la Universidad de Nanzan, y Luis Millones, conocido antropólogo e historiador peruano. Entre los participantes figuran académicos como Douglas Sharon, Tetsuya Inamura, Moisés Lemlij, Yoshio Onuki, Hideo Kimura, Torcuato Di Tella, Rafael Sagrado, José Antonio Mazzotti, Ulises Zevallos Aguilar, Carlos Alberto González Sánchez, Hiroyasu Tomoeda, Luis Millones, Yuji Seki, David Scott Palmer, Shuzo Manabe, Tatsuihiko Fujii y Takahiro Kato. Fuente: Librusa *** Apure celebra III Semana de la Poesía Entre el 17 y el 21 de octubre se realizará en San Fernando de Apure, capital del estado Apure, en Venezuela, la III Semana de la Poesía, evento coordinado por el poeta Arturo Álvarez D'Armas y organizado por Viento del Sur Editores, la Asociación de Escritores del Estado Apure, la Coordinación de Cultura de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Ezequiel Zamora y la Secretaría de Cultura de Apure. Las actividades se inician el lunes 17 con una lectura poética en la Unidad Educativa Agustín Codazzi, en la que participarán los poetas Mariana Gámez, Luis Piñate, Francisco Rodríguez y Arturo Álvarez D'Armas. El martes 18 a las 10 de la mañana se realizará otra lectura poética, esta vez en la Aldea Universitaria de la Unellez, en la que participarán Francisco Rodríguez y Arturo Álvarez D'Armas. Ese mismo día a las 4 de la tarde, Rodríguez y D'Armas estarán también con Mariana Gámez y Luis Piñate en el Colegio Sagrada Familia, en otra lectura poética. La lectura correspondiente al miércoles 19 será protagonizada por Piñate y D'Armas, y se realizará en la Escuela Básica Andrés Bello a las 10 de la mañana. Entre las 2 y las 5 de la tarde, de este día, Arturo Álvarez D'Armas fungirá de facilitador del seminario "Poetas y poesía de Haití", en la Biblioteca Pública Sánchez Ostos. El jueves 20 se realizará una lectura poética en la Casa Hogar San Fernando, a las 10 de la mañana, con Mariana Gámez, Luis Piñate, Francisco Rodríguez y Arturo Álvarez D'Armas. A las 3 de la tarde los mismos poetas leerán sus textos en la Universidad Nacional Abierta, Núcleo Apure. El día de la clausura, viernes 21, los poetas Alberto Hernández Cobo, Yadira Pérez y Rosana Hernández Pasquier, visitantes del estado Aragua, participarán en un encuentro poético en la Universidad Simón Rodríguez a las 9:30 am. A las 5 de la tarde, el Auditorio del Vicerrectorado de la Unellez será el escenario donde realizarán una lectura poética Mariana Gámez, Raday Ojeda, Luis Piñate, Francisco Rodríguez, Gregorio González, Alberto Hernández Cobo, Eduardo López, Yadira Pérez, Arturo Álvarez D'Armas y Rosana Hernández Pasquier. Fuente: Viento del Sur Editores *** Premio Clarín ya tiene finalistas El premio Clarín de Novela, que con sus 100.000 pesos de dotación -además de la publicación por parte de Alfaguara- es el más alto de Argentina, ya tiene finalistas. Diez novelas han sido preseleccionadas por José Saramago, Rosa Montero y Eduardo Belgrano Rawson en su calidad de jueces del certamen. Se trata de las novelas Ojo por diente firmada por "Opordé", El robo del sigilo de "Marcela Durrieu", La mirada del ciervo de "Lucifer Vázquez", Las lluvias del Metsat de "Lute", Las viudas de los jueves escrita por "Gato Ralu", El destino, de "del dock", La mala espera de "Boris W.", Los clones de Perón por "Cosme Fulanito", Los últimos rostros de "Prometeo" y El sangrador de "Lucas". Los finalistas, cuyos nombres verdaderos se conocerán al emitirse el veredicto el próximo 25 de octubre, fueron seleccionados entre 1.367 originales, cifra que superó por un 46 por ciento el récord de convocatoria alcanzado en 2000, cuando se recibieron 937 obras. De las 1.367 novelas que se presentaron al premio, más del 50 por ciento llegaron promediando la última semana de plazo. En los últimos cuatro días se recibían veinte obras por hora. Según comentaron miembros del jurado de preselección, entre los originales finalistas hay al menos tres novelas que abordan temáticas relacionadas con el exilio y el regreso. "La presencia de estas problemáticas es prácticamente una novedad en el premio porque no fue un tema que se destacara entre las obras presentadas los años anteriores", señalaron. Otro rasgo marcado es la fuerte presencia de humor que se evidenció en esta edición, cosa no del todo habitual en las convocatorias anteriores. Han aparecido también varios trabajos de ciencia ficción, y algunos otros relacionados con los últimos avances en el campo científico, como el genoma humano o la clonación. A diferencia de otras ediciones, este año apareció muy poco sexo en las tramas y casi no hubo "novelas gays". Tampoco, para sorpresa del jurado de preselección, aparecen referencias a la guerra de Malvinas: "Es llamativo que habiendo una fuerte tradición en novelas de guerra en el mundo, en la Argentina no haya producción sobre Malvinas", reflexionaron. La estructura de la mayor parte de los originales presentados respetó el formato de novela clásica y prácticamente no hubo experimentación en el lenguaje. Lo que sí apareció, al tratarse en varias obras el tema del exilio, fueron mezclas de diversos registros de lengua: del habla porteña a la española o la mexicana. Fuente: Clarín *** SaneSociety.org celebra Día de Internet con altas gratuitas El sitio de autopublicación SaneSociety.org anunció que se ha unido a la campaña Día de Internet (http://www.diadeinternet.es), que establece como tal el 25 de octubre, motivo por el cual ese día se concederá altas gratuitas a quienes visiten el sitio. La información fue difundida por Arturo Tirador, director de SaneSociety.org, quien explicó que el 25 de octubre, en concordancia con la mencionada campaña internacional, obtendrán su alta de manera gratuita todos aquellos autores, de cualquier disciplina artística, que lo soliciten durante las 24 horas que dure ese día. La matrícula para participar en SaneSociety.org es, normalmente, de 2 euros al mes, si bien aquellos autores que ya dispongan de página web pueden solicitar una suscripción gratuita. SaneSociety.org es una organización internacional con sede en España dedicada a fomentar la creatividad y la comunicación entre gentes de distintas culturas, países y disciplinas artísticas (música, pintura, escultura, fotografía, literatura, video, etc.). El sitio dispone de una base de datos de 52.000 artistas, 4.700 autores asociados, 8.000 empresas y 5.500 medios de comunicación, así como una representación en 10 idiomas (español, inglés, francés, alemán, italiano, holandés, sueco, polaco, ruso y portugués), todo gestionado por un equipo de 30 personas implicadas activamente en la promoción de todas sus actividades. Además, SaneSociety.org cuenta con un club de intercambio de contactos profesionales, una agencia de noticias, un sistema de valoración de las obras publicadas, zonas de debate, salas de exhibición y plataformas que facilitan la promoción y la venta de obras de arte. Cada autor dispone además de su propia página web donde queda reflejada toda su actividad en el portal. Fuente: SaneSociety.org *** Poesía, pintura y fotografía se encontrarán en el Museo Barjola El Museo Barjola, en Gijón (España) prepara para el próximo mes de noviembre un llamativo encuentro entre poesía, pintura y fotografía, que cuenta con la experiencia del ex director del Reina Sofía, Juan Manuel Bonet, en el comisariado. El encuentro ocupará dos pisos en el museo gijonés y tendrá lugar una vez culminada la actual exposición de Joan Colom. Estará protagonizado por Miguel Galano, que aportará la visión pictórica; el escritor y ex presidente del gobierno asturiano, Pedro de Silva, encargado de poner los versos, y José Ferrero, la fotográfica. Juntos componen "Obras grises, tres miradas", que, en palabras de Bonet, "se articulará en torno a 25 trípticos, cada uno alimentado de los tres elementos, poesía, pintura y fotografía, y cada uno recreación de una idea". Una obra hablará de la muerte, otra de la vida, otra del mar, alguna tendrá en su columna vertebral un nombre propio como el de Giorgio Morandi, al que se rinde tributo en uno de los trípticos y en todas gobernará una idea común, aunque no siempre los tres lenguajes tendrán el mismo peso. "En unas piezas lo primero será la palabra, en otras la fotografía y en otras la pintura", advirtió el comisario. Lo que también comparten las tres manifestaciones unidas es la septentrionalidad. "Hay algo en cada uno de estos tres creadores que confluye en grises. En De Silva es la sequedad; en Ferrero, el minimalismo, y en Galano, la propia tendencia al gris muy al modo de Luis Fernández". El proyecto, en el que los tres autores llevan trabajando varios años, según José Ferrero, llegó "ya muy definido" a manos de Juan Manuel Bonet, que, como él mismo manifestó, sigue "muy de cerca la creación en Asturias" y en este caso, sólo interviene para cerrar el proyecto. "Obras grises, tres miradas" será una exposición itinerante. Entre los objetivos ya definidos están las salas oficiales del Principado en Madrid y Bruselas. Fuente: El Comercio Digital *** Curso sobre animación a la lectura realizarán en Zaragoza Entre el 10 y el 12 de noviembre se realizará, en la Biblioteca María Moliner, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, el curso "Las bibliotecas y los hábitos lectores: gestión de la animación lectora con intencionalidad educativa", que será dictado por los profesores Joan Isidre Badell Guijarro (Universitat de Vic) y Mercè Escardó Bas (Biblioteca Infantil y Juvenil Can Butjosa). Los organizadores del curso dijeron que en el mismo se diseñará una actividad a ser evaluada según periodicidad, usuarios a los que va dirigida y objetivos, entre otros parámetros. "El objetivo principal sería posicionarnos respecto a nuestro apasionante trabajo. Darnos cuenta de a dónde puede llevarnos trabajar en un sentido o en otro. De descubrir a dónde queremos ir y de cómo llegar", agregaron. Entre los temas que se debatirán en el curso se encuentran el usuario, los fondos de la biblioteca y los profesionales que hacen de puente entre unos y otro; las razones y estrategias relacionadas con la animación a la lectura; la "biblioteca redonda", en la que se detectan las necesidades convirtiendo a la biblioteca en un espacio de intencionalidad educativa, y la relación con el entorno como soporte para una eficaz gestión cultural y social. El curso tendrá una duración de 20 horas y admitirá hasta 40 participantes. El jueves 10 y viernes 1 de noviembre las sesiones serán de 10 de la mañana a 2 de la tarde y de 4 de la tarde a 8 de la noche, mientras que la sesión del sábado será de 9 de la mañana a 1 de la tarde. El precio de la inscripción, que puede gestionarse a través de Ibersid.net, es de 38 euros para estudiantes, 54 para titulados en paro y 108 para profesionales. Fuente: Ibersid.net *** Poesía y educación se encuentran en México Del 23 al 26 de noviembre de 2005 se llevará a cabo el I Encuentro "Poetas del Mundo, Voces para la Educación", que bajo el auspicio del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México se llevará a cabo en la ciudad de Toluca, Estado de México. El principal propósito de este encuentro, a la cabeza de cuyo equipo de trabajo se encuentra la escritora y editora mexicana Lina Zerón (http://www.linazeron.com), es realizar un intercambio cultural entre los agremiados del magisterio y público en general con los autores invitados. Los organizadores estiman que el evento tendrá repercusión directa en el área educativa. Autores de diferentes países de Europa, África y América asistirán a la actividad. Ya han confirmado su asistencia Ernesto Cardenal de Nicaragua, Raúl Zurita de Chile, Dolores Castro y Thelma Nava de México, Otto-Raúl González de Guatemala, Peter Sagher de Rumania, Sarah Carrera de Senegal, Saafa Fathy de Egipto, Pierre Clavilier de Francia, Fernando Luis Pérez-Poza de España, Olga Lonardi de Argentina, Jorge Mereta de Uruguay, Horacio Hidrovo de Ecuador, Osvaldo Sawma de Costar Rica y otros 30 autores. Se realizarán diferentes actividades de orden cultural como conferencias, recitales en colegios y el auditorio del Sindicato de Maestros, y de confraternización entre los autores y la población. Los asistentes recibirán la antología del encuentro, alojamiento, alimentos y transporte al estado de México del 22 al 26 de noviembre y paseo turístico, así como un apoyo de 250 dólares para los extranjeros y 2.500 pesos a los mexicanos, todo a cargo del Sindicato de Maestros del Estado de México. Fuente: Lina Zerón *** Homenajearán en Guadalajara a Celia Delgado Rodríguez y Erich Coufal La profesora Celia Delgado Rodríguez de Orozco (Ciudad de México, 1926) y el arquitecto Erich Coufal (Viena, 1926) serán homenajeados en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL, http://www.fil.com.mx), por sus méritos en el ámbito de la difusión cultural. Por el impulso que ha contribuido a darle a la función del bibliotecario y a la repercusión que esta profesión tiene en los ámbitos social, cultural y educativo de México, Celia Delgado Rodríguez recibirá el Homenaje al Bibliotecario, que conceden la FIL y la Coordinación de Bibliotecas de la Universidad de Guadalajara en el marco del Coloquio de Bibliotecarios que cada año se realiza durante el encuentro editorial. El galardón se otorga luego de una selección realizada por un comité interno que consulta a los principales organismos de bibliotecarios en México. La destinataria de este reconocimiento es profesora por la Normal Nueva Galicia de Guadalajara, maestra en lengua extranjera por el Instituto Cultural México Americano de Jalisco, y psicóloga pedagógica por la Normal Superior de Jalisco. En 1991 se jubiló como directora de la Biblioteca Benjamín Franklin, cargo que ejerció desde 1969. Tanto en México como en el extranjero ha impartido diversos seminarios y talleres relacionados con la biblioteconomía. Organizó los cursos "Automatización para bibliotecarios" y " Manejo de obra de referencia", en conjunto con la Biblioteca Benjamín Franklin y la Asociación Mexicana de Bibliotecarios. También fue catedrática en el Centro Vocacional de Actividades Administrativas y Humanidades de la Universidad de Guadalajara. Como conferencista ha sido invitada a la Universidad de San Diego, California y ha participado en la Red Estatal de Bibliotecas Públicas. Por su parte, el arquitecto austríaco Erich Coufal recibirá el homenaje ArpaFIL por sus aportaciones a la arquitectura tapatía en las últimas décadas, gracias a su audacia en el uso de materiales que solían ser relegados, y por su gusto por el detalle. El homenaje se realizará el viernes 2 de diciembre a las 7 de la noche en el auditorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara. Formado como arquitecto en su natal Austria, Coufal llegó a Guadalajara a finales de 1950, recién egresado de la universidad, tras ser reclutado por Ignacio Díaz Morales, fundador de la naciente Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara. Allí, Coufal inició una carrera formadora en un ámbito inexplorado como era la arquitectura. Además, Coufal es autor de varias de las obras consideradas fundamentales en el movimiento tapatío de arquitectura moderna. El Teatro Experimental de Jalisco es su obra más importante, pero también destacan el edificio original de la Escuela de Contaduría Pública de la UdeG, la Casa de las Artesanías, la torre Minerva y el Banco Industrial de Jalisco. ArpaFIL es un encuentro que se realiza desde 1995 en el marco de la FIL Guadalajara, para reunir los esfuerzos de promoción y difusión de las ideas sobre la arquitectura, el patrimonio y el arte en general. Desde esa primera edición, ha sido un lugar en donde especialistas y maestros de arquitectura comparten ideas con los jóvenes que inician su vida profesional y el público en general. En el marco de ArpaFIL han sido homenajeados Gonzalo Villa Chávez (1995), Teodoro González de León (1996), Julio de la Peña (1997), Ricardo Alegría (1998), Alejandro Zohn (1999), Juan Navarro Baldeweg (2000), Paulo Mendes da Rocha (2001), Eusebio Leal Spengler (2002), Ricardo Legorreta Vilchis (2003) y Oriol Bohigas (2004). Fuente: FIL ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === La copa de Adelfazar de Diana Ramírez de Arellano Manuel Lasso === ¿No han caminado alguna vez por un Cementerio de joyitas literarias? ¿No han hundido los pies en el suelo arenoso del camposanto, sin saber que debajo de la superficie, como restos arqueológicos, se encuentran enterrados algunos alcorcíes de oro inscritos con versos, símiles y metáforas? Así sucedió con los desdichados poemas de Emily Dickinson que estuvieron sepultados en el Panteón del Olvido por varias décadas, como si se tratase del tesoro extraviado de un naufragio milenario, hasta que alguien los rescató y los dio a conocer al mundo. Lo mismo ocurrió con las cartas que Micaela Bastidas, en sus horas de terror deslumbrante, le envió a Túpac Amaru antes de su descuartizamiento y con gran parte de la correspondencia que Manuelita Sáenz, desde su rechinante catre de campaña, junto con una encomienda de cajas de manjar blanco y una bufanda de lana de vicuña, le remitió con nostalgia al Libertador don Simón Bolívar. Hoy pasé por este camposanto de joyeles y sin saber la razón, apresurado y en desasosiego, con desbordante alegría, escarbé en la arena, extrayendo raicillas y piedrecillas, hasta que encontré un libro cubierto de polvo, cuyas tapas coloradas como las hojas encarnadas del flamboyán del verano, emergieron poco a poco. Lo levanté para remover la capa del olvido que llevaba encima y leí el título: Del señalado oficio de la muerte (1), de Diana Ramírez de Arellano. Sin saber aún el motivo continué excavando, con el mismo alborozo, casi lastimándome los dedos al hacerlo y otro libro apareció en la arena. Tenía la tapa color grosella y estaba ilustrada con la imagen de una mujer vestida a la moda del 1900, con un sombrerito adornado con plumas y semillas. Fue el Adelfazar (2), de la misma autora. Observé sus páginas resecas por el salitre, pero aún con las brillantes letras negras del antiguo papel amarillo. Leí con el deleite de quien al abrir un libro penetra en el mundo prodigioso que el escritor ha creado, como sucede cuando se lee a un Rimbaud, a una St. Vincent Millai o a un Pessoa y me fui enterando acerca de ella y de su obra literaria. Poeta de alto vuelo lírico y defensora de los derechos femeninos, Diana Ramírez de Arellano perteneció a la generación del 50 y fue una de las voces germinales de la poesía puertorriqueña en la diáspora, junto con Francisco Matos Paoli y Juan Antonio Corretjer. Estudió filología románica en España y recibió el grado de doctor en la Universidad Complutense de Madrid. Asistió a clases y a conferencias magistrales junto con Alfonsa de la Torre, el delicado Cisne de Cuéllar, a quien le gustaba refugiarse en los pinares o en la biblioteca médica de su padre para escribir mejor; con Carmen Conde, la simpática y apasionada gallego-murciano-lorquina, quien con su voz grave y dulce, al lado de Antonio Oliver, compuso un poemario sobre su agitado viaje de Marruecos a Cartagena; y con Josefina Romo Arregui, la poeta del rostro madrileño y el carácter inconfundiblemente vasco, quien fue su mentora por mucho tiempo. Diana Ramírez de Arellano, la poeta laureada de Puerto Rico, la del rostro redondo y pelo corto, exhalando aromas de perfumes finos, se caracterizó por la sonrisa incesante, el hablar interminablemente vertiginoso y la alegría que sólo pueden producir un conjunto musical de güiros, maracas, cuatros y tiples. Fue ella la que solía decir con ojos ardientes: "Es que para mí, toda mi gloria se encuentra en la poesía". Y de España pasó a dictar cátedra en el City College de la ciudad de Nueva York, donde entre juegos florales y talleres literarios formó lidiadoras en el programa de la maestría. Fiel a sus principios, con una banda color lila en el brazo, tomó la palabra para defender los derechos de las mujeres de todos los tiempos. Alineó esta labor docente y su misión feminista con la creación literaria y sus libros de poesía fueron publicados por diferentes editoriales a lo largo de los años. Dejemos que Cesáreo Rosa-Nieves nos complete la imagen de la vate: "Diana Ramírez de Arellano es, hoy por hoy, una de las grandes poetisas de Iberoamérica dentro de la estética actual. Alma andariega, pluma inquieta... Su vida se mueve entre Nueva York , España y Puerto Rico" (3). A pesar de su apariencia necrológica, el poemario Del señalado oficio de la muerte es una obra que contiene un erotismo velado y casi imperceptible. No sigue la tradición hamletiana de Jorge Manrique ni discurre por los caminos trágicos del ingenioso pensamiento unamuniano. Se refiere más bien a la muerte del deseo sexual ardiente y voraz. En su obra existe una evolución del tánatos doloroso de la poesía post-romántica de Gabriela Mistral y de la literatura heroica y comprometida de Clemente Soto Vélez hacia el erotismo tardío de fin de siglo y apunta con ojo diestro hacia una búsqueda existencial, objetiva y filosófica; abre el camino hacia lo sensual y luego hacia lo conceptual. Va de la muerte a la vida y de ésta a la idea. Detrás de las fibras del mascarón multicolor de la muerte traviesa y sonriente y de su religiosidad omnipresente se encuentran escondidas las gotas brillantes del eros femenino, sus voces y sus gestos. Su fuerza poética es más poderosa que cualquier ornamento silencioso. Nos informa, casi con brutal delicadeza, conforme vamos leyendo. Es que Diana, como Hipatía y Eloísa, también amó a un hombre, al poeta Pedro Bernaola. Recordaría de él sus observaciones lúcidas como las de un Antonio Machado, de un José Hierro o de un Salvador Espriú y su cabellera entrecana y ondulada de antiguo noble de Navarra, contrastando con el cielo azul del Caribe; y la mirada dulce de Taino que él adoptaba cuando le rozaba las mejillas con unos dedos que olían a tabaco. Rememoraría también sus besos con sabor a bacalaíto y su mano pesada y caliente acariciándole la garganta a orillas de la playa del Condado, mientras le recitaba suavemente al oído un poema de Federico García Lorca. De acuerdo con los mandatos misteriosos, insondables e infalibles del zodíaco el romance estuvo destinado a ser breve y fatal. Cuando Pedro murió cerca de la Puerta del Sol, como sucumbieron los hombres en los tiempos de Goya y Lucientes, levantando un brazo, mostrando el pecho y dando vivas por España, su gemido final se confundió con el ruido del tráfico vehicular. Su mano pesada y velluda cayó sobre el pavimento y sus bigotazos negros removieron el polvo de la acera. A Diana que escribía un soneto en ese momento en Centerport le pareció que se moría con él. No le quedó otra opción que celebrar el duelo junto a sus allegados con los opíparos platillos del banquete funerario. Todos los poetas del mundo lo solemnizan de idéntica manera. Todos son iguales, porque los une la misma humanidad, aunque estén separados por sus bienamados regionalismos. A propósito de gastrotextos se podría afirmar que Sor Juana Inés de la Cruz lo celebraba comiendo sus taquitos con una delicadeza que lindaba en lo artístico y que Diana Ramírez de Arellano lo hacía saboreando el mofongo o percibiendo el aroma del arroz con pollo, que son los manjares de la isla. Y Adelfazar es un gastropoema porque tanto el ron inebriativo como el tósigo maléfico, para ser eficaces, tienen que ser ingeridos por la vía oral. Adolorida por la partida de su ser querido Diana Ramírez de Arellano inventó una flor venenosa y mortal. No se trató del jacarandá, de la maga o de las trinitarias, sino de la flor mítica adelfazar, monodelfo de estambres soldados, signo de la novia frente al altar. La palabra adelfazar, que es un neologismo, está destinada a simbolizar el dolor que se siente al producirse una desgracia. Es una metáfora mortal; un símil del sobrecogimiento. El suplicio sufrido por la muerte de un ser querido es como beber de un zumo de adelfazar. El efecto devastador que se causa al ingerir el líquido ponzoñoso de esta copa se puede comparar al efecto producido por una tragedia en el espíritu humano. Representa también el juego de palabras que la poeta usa como artificio en todo el libro. Son dos vocablos, adelfa y azar, que se encuentran dispersos por todas las páginas, recordándonos de su significado. Es la flor que tiene cinco siglos de haber venido de la península ibérica, presuponiendo la diseminación en América de las diversas sangres de España, lo que engendró una raza cósmica que se vivifica y se remoza con las añadiduras y que ahora nos entrega su nueva fuerza sexual y creadora. Así, Diana Ramírez de Arellano nos ofrece una nueva idea universal que nos atañe a todos porque es una condición de la que nadie se puede escapar. Si hay un sentido figurado en esta obra es el de beber de una copa de adelfazar cada vez que ocurra una desgracia. Pero la que fue fiel a sus principios, la que ayudó a estudiantes y allegados con sus conocimientos literarios y con la mortificada sinceridad de sus bolsillos, fue la que se abstuvo de tener descendencia, la que se privó del placer de la maternidad para no deformar ni escindir su femineidad. Fue también la que en algún momento no pudo dejar de realizar el último rito inevitable de todo ser humano. En un día de primavera, en una cama del Sloan Kettering Memorial Hospital, como en su momento lo hizo Julia de Burgos, exhaló el último suspiro y dio el postrer espasmo de sus dedos de versificadora. El final de una vida bien vivida, al que tanto se rehuye, completa la biografía de un artista, la redondea y la totaliza. Mientras aquél no ocurra el recuento de su existencia permanece inconcluso. Al respecto Pedro López-Adorno nos dice: "Su obra, que en vida de la poeta recibiera poca atención crítica, aunque la persona fuera motivo de numerosos (y justificados) reconocimientos, exige ahora a raíz de su muerte, acaecida el 30 de abril de 1997, en la misma ciudad que la vio nacer, una relectura y revaloración..." (4). Siendo así que nos encontramos bien acompañados en el umbral de un nuevo milenio, percibiendo mutuamente nuestras presencias en esta dimensión virtual, mientras nos paseamos como al principio sobre la superficie llena de malahierba y piedrecillas de este cementerio de joyitas literarias, distinguiendo el melodioso alboroto de los coquíes, ¿no me podrían ayudar a excavar otra de sus obras, otra de las alhajas que por aquí cerca se encuentran? Obras de Diana Ramírez de Arellano Los Ramírez de Arellano de Lope de Vega (1954) Albatros sobre el alma (1955) Caminos de la creación poética en Pedro Salinas (1956) Ángeles de ceniza (1958) Un vuelo casi humano (1960) Poesía contemporánea en lengua española (1961) Privilegio (1965) Del señalado oficio de la muerte (1974) El himno deseado (1979) Árbol en vísperas (1987) Adelfazar (1995) Notas 1. Ramírez de Arellano, Diana. Del señalado oficio de la muerte. Ediciones: Ateneo Puertorriqueño de Nueva York. Nueva York y Madrid. 1977. 2. Ramírez de Arellano, Diana. Adelfazar. Ediciones Torremozas, S.L. Madrid. 1995. 3. Rosa-Nieves, Cesáreo y Melón, Esther M. Biografías puertorriqueñas. Troutman Press. 1970. 4. López-Adorno, Pedro. Diana Ramírez de Arellano. Tercer Milenio. Año IV. Numero 1. Otoño 1997. p. 9 ** Manuel Lasso prvasq131195@aol.com Novelista y dramaturgo peruano. Estudió literatura en el City College de la ciudad de Nueva York, donde fue ganador de los Juegos Florales en la categoría de narración. Ha publicado en revistas y periódicos de Hispanoamérica, España y Francia. Es autor de las novelas Mare Tenebrosum, Las memorias del Almirante y Cenando con Klaus. Es también autor del drama en dos actos Bifásicus. === Tres poemarios venezolanos César Augusto Terrero Escalante ======= *** Baldíos, de Carlos San Diego (2002) La sola intuición de la entrada de la dialéctica en acción provee momentos de genuina conexión cósmica. Con las sucesivas decadencias del romanticismo, del modernismo hispanoamericano y de las diferentes oleadas de literatura folclórica y costumbrista con sabor bucólico, la consecuente negación estética por parte de los entonces nuevos escritores relegó la Naturaleza al plano omega de la literatura y especialmente de la poesía (por Naturaleza me refiero al sistema dinámico del medio ambiente y no al conjunto de signos inconexos y estacionarios derivados de él). Cuando la onda expansiva de la explosión demográfica urbana inducida por la Revolución Industrial se extendió lejos de Europa y Norteamérica, el automóvil de carreras de Filippo Marinetti finalmente alcanzó el dominio estético de un amplísimo paisaje de acero vertical, cristal polarizado y asbesto. Como una de las consecuencias, el lenguaje de los hijos de las ciudades se empobreció de sustantivos concretos para nombrar los otros seres vivos de su medio ambiente. El campo, el bosque, la estepa, el desierto, el mar..., siguieron por ahí en alguna parte, mientras el arte se domicilió en las ciudades. Y no en cualquier ciudad, sino en las más importantes. En esas urbes, el signo cuyo origen primario estuviera ligado a la naturaleza viva se convirtió en metáforas de un símbolo al desvincularse su significante de su significado natural. La rosa que Vicente Huidobro exigió crear y que nos fuera obsequiada por Mariano Brull se convirtió en el prototipo de los elementos de esta para-naturaleza metafórica. Aunque han transcurrido apenas cinco años del presente siglo, pocas dudas caben de que la nueva onda expansiva es y seguirá siendo por algunas décadas más la producida por la detonación de la información y las comunicaciones, onda que puede provocar la transformación de nuestro planeta en una aldea global. Y la calificación de aldea pudiera ser exacta porque, a la manera dialéctica, esa transformación pudiera traer de vuelta a la Naturaleza como escenario ecuménico. Hoy no es inusual que cualquier ermitaño citadino se pase algunas horas chateando en Internet con alguien que tiene un manglar, un campo de amapolas o un volcán nevado en el patio de su casa. Ese alguien siente y piensa, naturalmente, en el lenguaje de su patio, sin ser por eso un buen salvaje, un audaz explorador o una princesa de la Conchinchina. El libro Baldíos, ópera prima del poeta venezolano Carlos San Diego, no es una publicación muy reciente (Fondo Editorial del Caribe, 2002, 107 p.) pero sospecho que dada la dinámica contemporánea de divulgación de los libros de poemas, continúa siendo una novedad editorial. Una novedad que no debe ser pasada por alto por ningún amante de la poesía, porque Baldíos es un ejemplo sobresaliente (el mejor que he podido encontrar en los últimos 15 años) del plausible regreso de la Naturaleza al plano alfa de la poesía. En este poemario, pensamientos propios de nuestra época son comunicados por medio de signos con significantes ajenos al lenguaje de la cotidianidad urbana, pero cuyos significados son naturales para el autor y se transmiten con esa legitimidad lingüística que deriva del contacto con lo ancestral. El leit-motiv de Baldíos es explicado poco después de la mitad del libro, lo que resulta una excelente idea porque así el lector tiene la oportunidad de intuirlo, sorprenderse con él y digerir la sorpresa antes de congratularse por la aparente coincidencia entre su intuición y las intenciones del poeta, para luego seguir hasta el final de la lectura con la satisfacción de quien se ha adueñado de un poema o, incluso, de todo un poemario. El motivo conductor en cuestión se hace explícito en el poema "Abuelo Sur", cuyo excelente título sugiere el tópico ancestral con el sustantivo, mientras que el adjetivo brinda una generosa caracterización de las circunstancias. Luego, el epígrafe tomado de su coterráneo, el literato Rafael Cadenas, confirma la actitud que asume San Diego en su diálogo con y desde la Naturaleza. Pero aquí el mérito máximo del autor como artista del lenguaje es lograr que en esa conversación estén ausentes el desafuero y la ingenuidad típicos del asalto pintoresco a la Naturaleza. El poeta parece regirse por la célebre exhortación del propio Cadenas de que la palabra lleve lo que dice, e incluso la convierte en una obsesión (la palabra que se debe decir y no sale / se convierte en animal de cacería) que le lleva a pulir sus versos con una paciencia no habitual en la creación literaria de nuestros días. Sus intenciones se materializan, en forma sublime, en ese corto poema ("Abuelo Sur") donde, por ejemplo, la vigilia (la vigilancia insomne) del zamuro (pájaro fúnebre), genialmente imaginado como cruz del cielo, mediante la sugestión del título se extiende al celeste marco nocturno de la Cruz del Sur y, por la misma vía, hasta el abuelo difunto. Esforzándome para extraer momentos excepcionales de un libro sólido, distingo el poema "Hoja de mango", donde la ontología destilada del símbolo, ya común, de la hoja caída, es revitalizada por la poderosa y grácil inserción del signo en su historia natural (Hoja seca / se despide). También me resultan destacables el exquisito erotismo del poema "Cáliz del vino brujo" (Pasa y enrolla el bejuco de Dios. / Sin ofensas) y la refinada e incisiva denuncia ecológica de "El culo del cielo" (Esfínter del ozono. || Diámetro de la conciencia de poderes). El ritmo de estos versos es el de un pensamiento sereno, lejano al de la palabra automática, pautado eficazmente con un código metagramatical de sangrías y espacios entre los versos. Aunque el título del libro sugiere que el poeta pretende describirse y describirnos fuera de las urbes (e incluso de los campos roturados), una de las resonancias que induce esta colección de poemas es la atención a la naturaleza viva en los canteros de flores, los jardines, las alamedas, los terrenos baldíos, los parques, los cielos, los rincones sombríos, las paredes soleadas y en cualquier parte no humanamente viva del paisaje de las urbes y donde sobrevive una multitud de signos que espera aún por la nueva poesía. *** Paso en falso, de Luis Enrique Belmonte (2004) Ninguna sociedad esotérica que se respete admitiría a poetas entre sus miembros porque algunos poetas suelen resultar espías diseñados genéticamente para percibir los secretos más ocultos de sus cofrades y para ser incapaces de refrenar el deseo de hacerlos públicos. Llamado por la voz de la novia intelectual que no permite el rechazo, una noche (y mil noches más) Luis Enrique Belmonte decidió subir a la azotea del edificio más alto de su extenso barrio. Mientras ascendía, en cada descanso intuyó las historias escritas en las fluctuaciones de las luces traspasadas por debajo de las puertas herméticas de cada apartamento. Detrás de ellas los inquilinos tenían cualquier nombre y sus crímenes, ninguno. Quizás fuese esa la razón por la que ni a él ni a su expresiva novia les satisfizo la intuición y fuese por eso que decidieron correr los riesgos del equilibrista, meditaron y premeditaron, dieron ese paso en falso y, vueltos procesión de ánimas, se filtraron juntos en cada dormitorio para escuchar las confesiones de los durmientes y también de los insomnes. En su excelente informe de 46 páginas con el título Paso en falso publicado en 2004 por Ediciones Mucuglifo (Mérida), el poeta venezolano descubre a los sucesivos inquilinos desaparecidos después de dejar minúsculos recuerdos para conjuros entre las paredes donde nosotros también morimos; transcribe las plegarias más privadas; repite las últimas palabras dichas antes de sonar los despertadores y exhalarse los alientos de somníferos; devela las criaturas invisibles que pululan dentro de los círculos luminosos de las lámparas sobre las mesitas de noche, las que escapan de los televisores que nadie está mirando y las que se apagan en los ceniceros; define el origen de todos esos ruidos ubicuos que acechan el ocasional silencio doméstico; describe las duchas en que aparece el tiempo para pensar, las cenas sin cocinar, las zonas inmóviles de los guardarropas... Las imágenes se comunican con un ritmo que transita desde armonías similares a las apoyadas en variaciones métricas, como en "La franja" (Arden / los últimos conjuros de una lámpara, / y por esa franja se deslizan / los esclavos del sueño), pasando por la cadencia exhortativa de los versículos (evidente en la "Oración del carnicero": Míranos a través de los ojos desorbitados de los bueyes), hasta la gravedad de la prosa (El mirón, recién llegado, anduvo por la sala de baile como un coronel tuerto, melancólico, enumerando todas las bajas, las copas partidas, las botellas descorchadas), pero siempre con un dejo de taciturna sabiduría que invita a dejarse engañar por las apariencias. Esta mirada cabal de la soledad estéril oculta en la región más íntima de la sociedad urbana moderna tiene el doble doble-filo propio de la mejor poesía: el artista queda vulnerable ante su propia percepción, el lector queda destapado por su propia curiosidad. De esa manera el poeta logra plasmar en este poemario, su cuarto publicado, la cita inicial de Iosif Brodsky: De entre ellos los mejores / fueron víctimas y verdugos a la vez. *** Escarcha o centella bebe conmigo, de María Luisa Lázzaro (2004) El libro Escarcha o centella bebe conmigo (2004, Editorial La Escarcha Azul, bajo el patrocinio de la Asociación de Profesores de la Universidad de Los Andes y Fundalea) es el cuarto poemario de la escritora venezolana María Luisa Lázzaro (Marial). Los poemas incluidos en esta selección fueron escritos entre 1989 y 2002. El dato resulta extraordinario cuando se tiene en cuenta la homogeneidad del discurso. Y es que esta antología es suma de variaciones sobre un arte poética nacida como catarsis del escritor ante la conciencia de la posesión de su ego declamador por la trinidad: amor, padre incomprensible y omnipotente; angustia, manifestación inmaterial y omnipresente del amor; escritura, realización material y omnisciente de la angustia. No se produce tal catarsis si alguno de los elementos de esa trinidad no se obsesiona con el poeta. Es muy poco probable que el triple punto de coincidencia en las obsesiones haya sido una constante durante trece años. Lo natural debió ser la ocurrencia casi-periódica del mismo. En este caso, la frecuencia habría sido de aproximadamente una vez cada dos meses y diez días. Tan alta frecuencia explicaría la admirable persistencia de la duda. Porque, como sucede tan a menudo, el manifiesto desplegado a lo largo de las 65 páginas del poemario parece revelar más dudas que convicciones sobre el estado vital asociado a la creación poética. Yo diría que es, precisamente, la convicción de la escritora en la duda, y no en las respuestas, la causa de su recurrente atracción hacia el tema. Las virtudes del libro se distribuyen en su eje vertical. Las palabras, mientras son arrastradas a lo largo del eje por pequeñas corrientes ascendentes y descendentes del aliento, se condensan sobre los signos y luego colisionan entre sí. Este movimiento turbulento propicia la coalescencia heterogénea entre las palabras y da lugar a versos organizados en un espectro de significados con forma de tricornio, donde cada pico se corresponde a una de los significantes de la trinidad amor-angustia-escritura. Con la réplica a diferentes escalas de la oscilación vertical, los versos ganan gravedad y se precipitan, arrastrando con ellos contradicciones más leves. De esta manera, en la primera fase de percepción, la caída se vuelve el sentido dominante. Casualidad o causalidad, este sentido parece señalarse en el libro con la geometría de muchos de sus poemas. Los versos finales del poema "Abro los brazos ávida" nos provocan a no considerar la caída únicamente como el sentido inverso de la creación, sino como una rama imprescindible en el ciclo de la re-creación. Llegado ese momento en la lectura, mi especulación se ovilló en el aforismo que asegura que todo lo que sube tiene que bajar... A pesar de que el radio de acción de esa regla es mucho mayor que la sombra del manzano de Cambridge (y aun que el perihelio de Mercurio), no es difícil encontrarle contraejemplos (e.g. el valor del dólar expresado en términos de cualquier moneda tercermundista). Por lo mismo, uno puede desafiar el sentido común y proponer un complemento no menos universal e incierto: ...y todo lo que baja tiene que subir. La fría gota de lluvia regresa a las alturas como vapor de agua, como savia y como sangre de pájaro; el fruto ahíto de madurez sobre la tierra es reascendido como tronco de árbol, como norte del rastreador y como fórmula matemática; el imperio caído es levantado nuevamente por la nostalgia, por la pretensión de los nombres y por la dialéctica histórica. Así, todo lo que cae tiende a recuperar o superar la altura máxima a que alguna vez estuvo, para luego encontrar irresistible la atracción de tener peso y volver a caer. Cada culminación del ciclo genera un cambio de calidad: esa es la esencia de la re-creación. En este ambiente trinitario de re-creación, la escritora danza con el amor a las ontofonías reveladas mediante la fragmentación de la visión ("Bienestar de especies / que resuelven / un día cualquiera de oficina: / viernes social... / sordera de afuera; / pátina, barniz"), con la angustia que conduce al desmantelamiento del lenguaje (como afable ejemplo véase la incorporeidad sugerida mediante la desintegración de la palabra en el verso l e v i t a n d o, del poema que comienza con He accedido a una parte de su cuerpo) y con la escritura automática (Prescrita agua de arterias / en desbandada de Sol / que ni siquiera entinta / los claveles del recinto Fortuna). Condimentos propios, por ejemplo, del cubismo, la poesía concreta y el surrealismo adquieren nuevos relieves por la necesidad genuina de la voz de re-crear su discurso. ¿Qué poeta (antes y después del surrealismo, antes y después del cubismo, antes y después de la poesía concreta) no ha caído alguna vez bajo la seducción de esa particular manifestación de la trinidad amor-angustia-escritura y luego ha sido ascendido por la satisfacción suprema de haber dicho algo cualitativamente nuevo, al menos en el ámbito de la expresión personal? Esos son los ingredientes que generan la atmósfera para un devaneo del tipo que obsesionara a Gaston Bachelard. En este poemario, junto a una concisión sin reducciones fundamentalistas, ellos proveen un lenguaje para el delirio de oráculos contemporáneos. Los defectos que encuentro en el libro están distribuidos sobre el eje horizontal. En toda ars poética hay rechazo a formas y contenidos, por tanto, un libro que gira sobre ese tema enfrenta el riesgo de la repetición excesiva de la negación a través de sus páginas: no diadema en tinta china, || No describas las bóvedas, / no salves del peso, / de la estaca. / No apoyes la huida. || Ya no jaculatorias || Nunca más espacios níveos. || No más playas cerebrales... Las redundancias suelen frenar el flujo de la lectura. Con la insistencia en la negación, la fricción adquiere una resistencia adicional al insinuarse como dogma. Esta insinuación resultaría aquí particularmente molesta, porque se opone a la apacible embriaguez inducida al rumiar, en las páginas de este libro, la viabilidad de la salvación mediante la re-creación bajo el influjo del amor-angustia-escritura. No obstante, el tono dominante de la duda menoscaba la fricción y preserva la atmósfera propicia para la danza de las neuronas. Si concordamos con Voltaire en que la poesía está hecha sólo de hermosos detalles, entonces Escarcha o centella bebe conmigo es pura poesía. ** César Augusto Terrero Escalante cterreroe@hotmail.com Investigador cubano (La Habana, 1966). Reside en Brasil. Es investigador del Instituto de Física de la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Ha colaborado con poemas y reseñas en diferentes revistas y sitios literarios como Blanco Móvil, Deriva, Punto de Partida, Ciberayllu, El Otro Mensual y Almiar, entre otros. === Curiosidades lingüísticas Teodosio Muñoz Molina ================== *** Eminencia gris Para la Real Academia, eminencia gris es el consejero que, de una manera poco ostensible, inspira las decisiones de un personaje. En casi todos los gobiernos, empresas o instituciones, se mueve una figura o más o menos fantasmal en la que se depositan los méritos escatimados a la máscara oficial del poder o se la convierte en el chivo emisario de los desaciertos de la autoridad. En su libro Grey eminence, Aldous Huxley convirtió al capuchino padre José en la figura paradigmática de la "eminencia gris". Su eminencia el cardenal Richelieu, envuelto en el boato de la púrpura, no toma decisiones de importancia sin consultar al ascético capuchino, esa eminencia vicaria y movilizadora que se ocultaba entre las bambalinas del poder. El padre José (François du Tremblay en lo civil) fue el primogénito de una familia que le brindó la educación de los caballeros de la época: esgrima, equitación y la cultura humanística que lo familiarizó con el griego y el latín, además del castellano y del italiano, que hablaba y escribía con la misma soltura que el francés. Tras el asesinato de Enrique IV, su viuda María de Médicis nombró primer ministro y mariscal de Francia al aventurero florentino Concini, que estableció un gobierno corrupto de aventureros extranjeros, odiado tanto por los nobles como por el pueblo. Mientras tanto, el padre José se hacía amigo de monseñor Armand du Plessis de Richelieu, joven y ambicioso obispo de Luçon que, en los Estados Generales de 1614, pronunció un discurso de abyecta adulación para la Médicis y el corrupto Concini con la esperanza de engullir un bocado de poderío político. El odiado Concini cayó de un pistoletazo y su cadáver desnudo y mutilado fue colgado cabeza abajo mientras el pueblo aullaba de alegría. Escandalizado por la corrupción y la incompetencia que rodeaban al adolescente Luis XIII y la estúpida Regente, el padre José se convenció de que Richelieu era la persona indicada para dar a Francia la paz interna, el gobierno fuerte y la represión de los abusos que Francia necesitaba. Movió cielo y tierra para lograrlo y, valiéndose de su fama de santo, de sus dotes de persuasión y de su aspecto de profeta de Israel, se presentó al tímido Luis XIII, que lo escuchaba aterrado, y consiguió para su amigo no sólo el capelo cardenalicio sino su designación como ministro omnipotente que manejó dictatorialmente la suerte de Francia. Y detrás del exhibicionismo lujoso del Cardenal, se movía siempre el andrajoso y descalzo padre José, que entraba en la política porque Dios le había exigido ese sacrificio doloroso, así como también era la voluntad de Dios que el cardenal, que perseguía a los protestantes en Francia, se valiera de las intrigas diplomáticas del capuchino para atizar la Guerra de los Treinta Años en una Alemania donde los incendios, violaciones y destrucción de cosechas eran tan comunes como el hambre, que hacía una práctica habitual de la antropofagia. Y, como una guerra, por horrorosa que se presente, puede considerarse la voluntad de Dios, la eminencia gris y la eminencia escarlata, que se encarnizaron en prolongarla, no hacían más que cumplir su divina voluntad, como también tomaron por voluntad de Dios que se arruinaran los pequeños propietarios con los despiadados impuestos para sostener la guerra. Los manejos del padre José lo convirtieron en uno de los personajes más odiados de Europa, aunque él consideraba que ser objeto de la maledicencia era una señal de que transitaba por el camino de la perfección y aceptaba esas pruebas que Dios le enviaba para mantenerlo en la humildad. En Ratisbona circularon panfletos anónimos atribuidos a dos eclesiásticos españoles que denunciaban la trama secreta entre las dos eminencias, de donde extraemos esta frase: Huic ille tegendo sceleri cucullum praebet. "Él (el padre José) le ofrece (a Richelieu) una capucha para ocultar sus crímenes". ¿Qué saldo dejó la asociación de estas dos eminencias? Para los manuales escolares, el engrandecimiento de Francia en detrimento de la dinastía de los Habsburgos, y para los que padecen la historia sin figurar en ella, estos datos estadísticos: 1618, al comienzo de la Guerra de los Treinta Años, Alemania tenia 21 millones de habitantes y, al concluir en 1648 se habían reducido a 8 millones. El pueblo francés odió a dos hombres de la Iglesia que, en nombre de la voluntad de Dios, no le escatimaron penurias mientras el cardenal hacia ostentación de su riqueza fabulosa. Cuando murió el Padre José (ocioso sería aclarar que como un santo), el desolado Richelieu exclamó: "He perdido mi apoyo". La "eminencia gris" por excelencia fue enterrada junto al padre Angel de Joyeuse, que lo había recibido en la orden capuchina, y sobre su tumba, una mano anónima escribió con tiza: Passant, n'est-ce pas chose étrange / Qu'un démon soit près d'un ange? ("Transeúnte, ¿no es una cosa extraña que un demonio esté cerca de un ángel?"). Tampoco faltaron los epitafios anónimos para Richelieu, que, sometiendo al pobre Luis XIII, hizo de su esclavo el monarca más poderoso del mundo: Ci-gît le fléau de la terre, / Ce prête qui faisait la guerre, / Qui vécut du sang des François, / L'auteur du mal qui nous désole, / Et qui de sa nièce autrefois, / Eut deux enfants et la vérole ("Aquí yace el azote de la tierra / este sacerdote que hacía la guerra, / que vivió de la sangre de los franceses, / autor del mal que nos azota, / y que de su sobrina en otro tiempo, / tuvo dos hijos y la sífilis"). *** Linchar y linchamiento Otras dos palabras de procedencia inglesa, que se han universalizado y asociado, como en el caso de Boycott, con un apellido. Según los diccionarios, linchar es ejecutar a un criminal, verdadero o supuesto, sin formación de proceso y tumultuariamente. Por linchamiento se entiende el ajusticiamiento de una persona sin que exista un juicio previo, sobre todo si la ejecución la realiza una muchedumbre o un grupo numeroso. La opinión generalizada atribuye el origen de tal sistema de justicia expeditiva al juez Charles Lynch (1736-1796), cuando desempeñaba arbitrariamente su magistratura en el estado norteamericano de Virginia. Sin embargo, hay autores que disienten sobre el origen de la llamada "ley de Lynch". Algunos prefieren remontarlo hasta otro juez, también llamado Lynch, que, en los años 1687 y 1688, disponía de poderes omnímodos para reprimir la piratería y el bandidaje, sin ajustarse a ningún tipo de proceso judicial. No falta quien lo atribuya a un colono (la constante es que se llame Lynch y que sea virginiano) que hizo justicia por mano propia y colgó a un ladrón sin entregarlo a la autoridad judicial. Alguno va más lejos y fija en la ciudad de Galway (Irlanda) y en su alcalde Fritz-Stephen Lynch, el más remoto antecedente de la ley de marras. Al parecer, este Lynch colgó de la ventana de la casa a su propio hijo, que había asesinado a un español porque le reclamaba el pago de una deuda. No obstante, una gran mayoría coincide en hacer derivar de Charles Lynch la fama ominosa de una ley que tantas veces ha aplicado el Ku-Klux-Klan o que nos ofrecen algunos westerns. El mencionado Charles Lynch, a los treinta años, fue nombrado juez de paz en Bedford (Virginia). Se dice que heredó de su padre, un colono irlandés, un odio hacia los ingleses semejante al que Aníbal juró contra los romanos. Durante la guerra de la independencia norteamericana, instituyó un tribunal popular que, sin formación de causa, colgaba perentoriamente a cuanta casaca roja se le cruzaba en el camino o a cualquier sospechoso de colaborar con los ingleses. La manera de entender la justicia de Lynch y de su tribunal popular impulsó a mucha gente honesta a elevar las protestas hasta la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, que avaló a Lynch y sus procedimientos, y tal actitud motivó que el juez virginiano pronto contase con numerosos seguidores de la justicia sumarísima. Más allá del origen de la llamada "ley de Lynch", tanto antes como después de Charles Lynch, se ha practicado en países en formación, donde el más fuerte desempeña funciones que corresponden a un tribunal independiente de las partes en litigio. La supuesta ley no es más que una reacción instantánea frente a la agresión. Esa reacción defensiva obedece a una instintiva ley del Talión y a la desconfianza que, en los pueblos, generan las decisiones de algunos tribunales legalmente constituidos. En los estados mineros y ganaderos de Norteamérica, durante muchos años, la ley de Lynch, asegurada por asociaciones privadas, erigidas en guardianas de la paz pública, se impuso como la única defensa social e individual para frenar los robos o los asesinatos. En los estados sureños de la Unión, la ley de Lynch se aplicó con verdadera saña contra los negros para castigar presuntos atentados contra las mujeres o niños blancos, como violación o rapto. En general, los linchamientos nunca han llegado a desaparecer en los Estados Unidos. Por ejemplo, cuando el estado de Wisconsin abolió la pena de muerte, se produjo, como consecuencia inmediata, el recrudecimiento de la ley de Lynch porque la mentalidad popular juzgaba que ciertos castigos eran inadmisiblemente leves para determinados delitos. Las estadísticas del país del norte reflejan una realidad alarmante. Entre 1882 y 1903, fueron linchadas 3.337 personas, de las cuales, 752 lo fueron en los estados del Norte y 2.385 en los del Sur. En los del Sur, la proporción establecía 1.985 negros linchados frente a 567 blancos. En mayo de 1891, en Nueva Orleáns, se produjo, sin nuevo proceso judicial, un linchamiento en el que murieron varios italianos que habían resultado absueltos por un tribunal competente. Los defensores de la Lynch Law la justifican con el argumento de que se aplica en un pueblo que no está dispuesto a tolerar los delitos. Como ha perdido la fe en los jueces legalmente establecidos y, celoso de su propia conservación, acapara para sí la represión penal eliminando del cuerpo social a los elementos perturbadores de la tranquilidad pública y peligrosos para el bienestar de la comunidad. El criminólogo italiano Scipio Sighele opina: "El linchamiento es a veces un síntoma consolador de la moralidad de un país. Yo prefiero en ciertos casos una ciudad que se conmueva tan fuertemente por un asesinato, que se levante toda ella en armas para castigar inmediatamente a sus autores, antes que la indolencia y la indiferencia de algunas de nuestras poblaciones que miran los delitos como simples hechos de crónica. La ley de Lynch sólo es bárbara en la forma, pero revela la existencia de un sentimiento moral, mientras que, por el contrario, nosotros que no protestamos al presenciar la impunidad de los malhechores, somos acaso cultos por nuestro respeto a las formas de la justicia, pero somos seguramente inmorales en cuanto no sabemos comprender su valor sustancial". ** Teodosio Muñoz Molina molina@fibertel.com.ar Educador argentino. Es profesor de literatura hispanoamericana en la Escuela Superior de Comercio "Carlos Pellegrini", uno de los colegios universitarios de Buenos Aires. === El bien según Víctor Hugo Pablo J. Fierro C. ===================== "El reino de Dios es como una semilla de mostaza que un hombre siembra en su campo. Es por cierto la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, se hace más grande que las otras plantas del huerto, y llega a ser como un árbol, tan grande que las aves van y hacen nidos en sus ramas". Mateo 13: 31-32 Cadena de favores, película protagonizada por Helen Hunt y Kevin Spacey, nos muestra el bien involucrado en un ciclo de continuismo a partir de un primer favor condicionado que compromete al receptor a retribuir a otro necesitado, con gesto similar, prolongándose así las acciones benéficas hasta tanto alguno altere, incumpliendo la condición, el desarrollo. Los miserables, novela de Víctor Hugo, escritor francés del siglo XIX, incluye de igual forma una épica del bien, donde se pone en relieve su poder propiciatorio de estados agradables, jubilosos, armónicos; pero se enfoca además su perfil reactivo, su aspecto contagioso, forjador de múltiples cadenas de variadas magnitudes, algunas inconmensurables. En Los miserables, el bien, o lo que impulsa a la gente a actuar con bondad, diferente al matiz de la película mencionada, se propaga no a partir de un pacto, sino del simple contacto; expuesto ostensiblemente ante Valjean desde la personalidad del monseñor Myriel, hombre apegado noblemente a su doctrina, activa en la conciencia de aquél un paulatino proceso de purificación que lo llevará en adelante a proyectar desinteresada bondad ante cualquier persona necesitada, llegando en varios casos al nivel de lo heroico. Se da sin embargo, en la conciencia, una lucha de contrarios; el odio-mal subyacente en Valjean, producto de sus pasadas experiencias, opone resistencia a la sustancia nueva que viene a compartir el mismo ámbito, no como sereno invitado; sino como guerrero desafiante dispuesto a eliminar obstáculos que impidan ser ocupante único del espacio. El bien reclama sumisión absoluta en función de las exigencias que impone la ética -de algún modo la conciencia- encarnada en la novela de Víctor Hugo, en uno de sus semblantes, por el implacable Javert, representante de la ley, quien enfermo de ortodoxia contribuye a desencadenar hechos funestos -muerte de Fantina, entre otros ejemplos- de desproporcionada magnitud en relación a los pequeños delitos por los que Valjean es obligado a una fuga eterna: el robo de un pan y una moneda. En Los miserables, tomando como referencia a Valjean, no se asume la inclinación al mal -e incluso al bien- como fruto de la íntima naturaleza del ser; es su experiencia social la que lo moldea. Hay génesis de arcilla amorfa, a la que la vida y sus infinitos componentes irán esculpiendo con principios hasta lograr una pieza capaz de discernir, o formarse un criterio acerca de las dos sendas contrapuestas que ofrece el devenir. Desde esta óptica comprendemos que la realidad es una interminable sucesión de oportunidades que al precipitarse sobre nosotros impone una disyuntiva bien demarcada, frente a la cual hemos de tomar decisiones que definirán externa e internamente, no sólo nuestra condición humana, moral y ética, de cara a los parámetros de justicia establecidos socialmente, sino además la calidad del estado mental. Por eso Jean Valjean preferirá entregarse a las autoridades antes de permitir que un inocente sea condenado por un delito que no cometió; y Javert, advertido de la complejidad que entrañan sus responsabilidades, sumergirá para siempre la vida en aguas de río. La tradición cristiana compromete al bien con la idea de un camino para llegar a Dios; esto lo expresa de alguna manera San Pablo en Carta a los Filipenses (4: 8-9): "Por último, hermanos, piensen en todo lo verdadero, en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable, en todo lo que tiene buena fama. Piensen en todo lo que es bueno y merece alabanza. Pongan en práctica lo que les enseñé y las instrucciones que les di, lo que me oyeron decir y lo que me vieron hacer: háganlo así y el Dios de paz estará con ustedes". En Los miserables también está involucrada la paz en la recompensa; la práctica del bien redundará automáticamente en tranquilidad de conciencia, en medio del ajetreo cotidiano. Víctor Hugo apuesta por valores espirituales sempiternos que, activados en los individuos, pueden, por extensión, producir un triunfo global de la paz; sin considerar si es o no esta su tarea básica en la estructuración de la obra; pero una rendija -a través de la cual se vislumbra este aserto- queda abierta luego de que han sido organizados los elementos que le dan unidad. Las ondas expansivas de conductas como la del monseñor Myriel, según el escritor francés, avanzan, con poder insondable- hacia destinos de venturosa transformación. ** Pablo J. Fierro C. rmpf@intercable.net.ve Pintor, diseñador gráfico y escritor venezolano (Caripito, Monagas, 1959). Ha publicado Juanín escucha voces. Artículos y relatos suyos han sido publicados en los diarios El Carabobeño y El Sol de Margarita, en el semanario Tiempo Universitario y en la revista Texto y Color. === Un poeta para la ciudad del mundo Víctor Corcoba Herrero ========= Alguien dijo: "Dadme una metáfora y moveré el mundo". Ya los antiguos trovadores nos recitaban vivos cantares, presentados bajo el disfraz del verso, que ponían en movimiento almas perdidas. En la trama del mundo, los poetas son personajes que identifican, comparan o advierten sobre la atmósfera de la vida, en cuyo escenario debaten o describen imágenes de siempre, luces y sombras, haciéndonos ver horizontes que son, en realidad, universos a conquistar. La universalidad y contemporaneidad del Quijote, precisamente, se debe a que detrás de la voz está un soñador de versos que reflexiona en poesía. Nos hace falta, con urgencia, un poeta para la ciudad del mundo, capaz de resucitarnos la fe en los derechos universales. Convoquen recitales poéticos y haga cónclave el pueblo para ello. Un vecindario despierto a la belleza forjará consensos que aletarguen el caos, hará frente a las nuevas amenazas, con el verso en los labios, siempre dispuesto al diálogo compartido, sin discriminación alguna. Antes que sacar pecho, cada vecino debe mostrar el corazón. Luego, acallen la voz triunfalista los ciudadanos, si en el mundo de la abundancia hay un pobre en cada esquina o si en el mundo de la pobreza hay un rico que domina. Que vengan los poetas a plantar denuncias a todo aquel que no sienta la pobreza ajena como propia. Asimismo, al consejo de verdaderos poetas, remito petición de que aquellas autoridades que carezcan de imperativo ético en su hoja de servicios, se les impida continuar en el gobierno de la ciudad del mundo. El mundo de la globalización necesita de un poeta que nos conmueva y nos mueva a reunirnos y a unirnos en torno a las esencias de la voz. Se dice que el secreto de Juan Pablo II fue un amor sin límites. Un amor sin reservas. Un amor a la verdad. Un amor al poema de abrir el corazón al corazón del mundo. Pienso que una vida en poesía, lejos de doquier poder viciado, es lo que nos hace falta para ahuyentar el diluvio de provocaciones que nos asaltan a diario en el diario de la vida. Cuidado con los sembradores de hostilidades. Puede llegar a considerarse la agresión como algo normal para defenderse. Cuestión peligrosa para la convivencia de los unos con los otros. En cualquier caso, los asuntos humanos, deben tratarse humanamente. Porque la paz no se escribe desde las rejas de la vida, sino desde el verso del alma. Es una buena noticia, para la ciudad del mundo, que los telediarios de la televisión pública española emitan series de reportajes dedicados a los Quijotes de nuestro tiempo, una mirada a personajes que luchan por causas imposibles y que se empeñan en cambiar nuestro mundo. Vale la pena esta apuesta. A veces puede resultar un imposible o una meta inalcanzable que el mundo vuelva a ser la poesía que pudo haber sido y no fue, porque los intereses particulares han prevalecido sobre el bien de todos. Por ello, resulta esencial el desarrollo de una conciencia poética, puesto que, cuando está amenazada la paz en algún lugar del mundo, lo está en todo el globo terráqueo. Todas las distancias nos alcanzan de lleno. Ya Calderón veía al mundo como un teatro que necesitaba de la voz de un poeta para alentar la vida y no morir en el intento. En este sentido, un poeta moderno como Octavio Paz, ha escrito, con palabras que parecen una glosa de los autos calderonianos, un verdadero manifiesto: "Por obra del Mito y de la Fiesta, el hombre rompe su soledad y vuelve a ser uno con la creación". Falta nos hace volver a esa unidad perdida. Quizás sea porque la enseñanza ha dejado de transmitir conocimientos solidarios a favor del bien y la verdad. El descaro o la sonrisa fingida no pueden consentirse. En poesía, los versos forzados nada dicen. Esto de negar la evidencia y lavarse las manos, genera un clima de anormalidad que convendría poner en orden. Tanto es así, que subrayo lo de crear un pacto por la regularidad de las instituciones y demás entes de servicio público, frente al diluvio de irregularidades que nos dan gato por liebre, hecho probado y reprobado por los ciudadanos en el parte diario de sus vidas. O lo que es lo mismo, en cartas al director de tantos medios de comunicación. Porque la justicia suele hacerse justicia tarde o nunca. Que desgracia en un Estado de derecho. En la ciudad del mundo, donde gobierna un poeta, quiero pensar que en vez de crear centros de memoria histórica, se pone en verso, o sea en acción, la memoria literaria que nos habla de libertades que dignifican al ser humano. También quiero creer que allí no existe la revancha. Ni el desquite. Ni la represalia. Ni el desagravio. Ni el miedo. Hace falta libertad para vivir y un orden social justo para convivir. "Suéltate el pelo", dice un anuncio de belleza y moda. Quizás tendríamos que soltarnos a que cesen las muertes y los ataques a inocentes, desengancharnos del odio y la violencia, destrabarnos y lanzarnos a que nadie quede excluido de vivir, echarnos a la calle como ya hicieron poetas de otras edades, a salvar la verdad aunque no coincida con la opinión de la mayoría. Nombremos, pues, a un poeta por amor a la vida y por necesidad, en un mundo donde cohabitan dioses endemoniados, sin compasión alguna. Todo se fractura, se divide, se divorcia, se confunde. Para no fiarse ni de la sombra que lleva consigo cada cual. Que un poeta nos alegre los oídos, es tan urgente como necesario. Queda dicho. ** Víctor Corcoba Herrero corcoba@telefonica.net Escritor español (León, 1958). Reside en Granada. Diplomado universitario por la Universidad de Oviedo y licenciado en derecho por la Universidad de Granada. Ha ejercido la enseñanza. Ha publicado más de una veintena de libros de creación poética, ensayo, biografía y estudio. Es columnista en una treintena de medios escritos, radiofónicos, audiovisuales, digitales y revistas. === Tan frágil la vida, tan terca la nada Homero Vivas García ======== Con Desplazados del Paraíso, premio de poesía Ciudad de Bogotá, se presentó Antonio María Flórez Rodríguez a uno de esos encuentros de escritores que anualmente se celebran entre Cúcuta y San Cristóbal. Hispano-colombiano, se educó en España, allá hizo de la medicina su profesión y posteriormente regresó a Colombia, precisamente al pueblo donde Marulanda-Tirofijo respiró su primer aire. Con el libro en mis manos, de perfecta factura, editado por la Alcaldía Mayor de Bogotá, recuerdo que en esa congregación binacional de creadores y amantes de la palabra nos reencontramos de nuevo. Debo decir que la crítica literaria más importante de Colombia colocó este poemario entre los diez mejores libros de 2004, junto a obras de Juan Manuel Roca, Octavio Escobar Giraldo, Antonio Skármeta, Alfredo Brice Echenique y otros tantos. Hacía más o menos cinco años que tuvimos, quizá, la suerte de conocernos. Recuerdo, aún, aquel Encuentro de Escritores Colombo-Venezolano confinados (toque de queda obliga) en un famoso hotel, circunstancias de la ya conocida violencia social. Desplazados del Paraíso, obra pautada en cinco partes, nos dice de lugares mencionados en los sueños que ahí siguen, donde se esperan las lluvias para que lave las cenizas y la sangre, acumulada en los dinteles de lo que fue una casa. Igualmente nos relata que la huida pudo ser una pesadilla de caminos vacíos, con disparos, muertos presentidos y la eternidad de la espera; y la muerte, ojo de midriáticas pupilas, como un instante infinitamente lento, donde sin consuelo sólo espera la sombra. Las sombras, las heridas, el miedo, siempre presentes en estas realidades insoslayables. Mi, y lo quiero decir, amigo Antonio, a pesar de toda esa realidad, busca, obligado, a la mujer sin esperanza, porque, tal como lo expresa: "El amor es eterno mientras dura" y es que la eternidad dura y hastía. De tal manera, el poeta nos da en ese libro un reflejo agrio de una violencia que a todos nos atañe, y de los amores que dentro de esa violencia nos construyen: "Morir por ti sería un acto heroico". Nos hace pensar en esos exilios externos... e internos, tal vez los que más duelen. Pensaba con esto, que ahora escribo, redactar una conversación sostenida con Antonio María Flores y ese narrador tachirense: Pedro José Pisanu, en la ciudad de los almendros: San José de Cúcuta; y no se pudo. Los vallenatos y la salsa se interpusieron en lo grabado, en esa fuente de soda del hotel donde posamos. Termino, entonces, hablando sobre todos aquellos Desterrados del Paraíso a quienes la vida se les va con sus recuerdos y sus rencores. ** Homero Vivas García homerovivas@yahoo.com Escritor venezolano (San Cristóbal, Táchira, 1953). Es miembro de la junta directiva de la Asociación de Escritores del Táchira y de la junta organizadora del Encuentro de Escritores Colombo-Venezolano que se celebra anualmente en ambos países desde 1992. Abogado de profesión, ha publicado poesía, entrevistas y reseñas en periódicos y revistas literarias venezolanas e internacionales. Ha publicado, entre otros, los poemarios Ciudadela sitiada e Índigo (2002). === El árbitro que expulsó a Pelé Alberto Salcedo Ramos ============== Explosivo, visceral, El Chato Velásquez tenía un sentido singular de la justicia: confiaba más en sus puños que en el silbato. Dice que si pitara de nuevo aquel partido de Colombia contra el Santos, volvería a expulsar a Pelé. Guillermo Velásquez, más conocido como El Chato, debe de ser el único árbitro de fútbol del mundo que registra en su hoja de vida por lo menos cinco jugadores noqueados. Ni Alberto Castronovo, ni Eduardo Luján Manera, ni los otros futbolistas aporreados por él, se enteraron de que su verdugo, antes de ser árbitro profesional, había sido boxeador. Velásquez sonríe mientras se mira los dos puños apretados. Luego los voltea para donde yo estoy, como para notificarme que en esos gruesos nudillos, pese a sus 69 años, todavía quedan restos de la potencia telúrica del pasado. A continuación, aclara que él no se hizo respetar por la fuerza -pues no era invencible- sino porque tenía un temperamento sanguíneo que se incendiaba ante el mínimo intento de atropello y un amor propio que le impedía soportar humillaciones. Si tuviera que arbitrar otra vez, volvería a sancionar al saboteador y a castigar al tramposo. Y, sobre todo, no ofrecería la otra mejilla para que el patán le repitiera el golpe, ni pondría el otro ojo para que el cochino le lanzara un segundo escupitajo, ni amonestaría con una simple tarjeta al grosero que le mentara a la madre, sino que se vengaría en el acto de cada agresión. El Chato estima que la compostura que se les exige a los árbitros es hipócrita y tiene más vínculos con la política que con la ley. Según él, un ser humano que recibe una patada en la yugular y en vez de aparentar cortesía tiene la oportunidad de desquitarse, resulta menos peligroso porque se libera de odios futuros. "Yo no andaba por las canchas repartiendo coñazos", explica, "pero cuando había que pegar, pegaba, porque después me iba a matar la angustia de no haber reaccionado como hombre cuando me provocaron. Cuando se tiene un carácter como el mío, responder a las agresiones es una necesidad". Le digo a Velásquez que cambiar la justicia por la venganza nos devolvería a la época de las cavernas y añado que si al árbitro le dan un pito y unas tarjetas, es justamente para que no tenga necesidad de utilizar un garrote. "Así es", admite El Chato, con una rapidez que me indica que no le estoy diciendo nada que él no haya pensado antes. "Pero fíjese usted que a los futbolistas les dan una pelota para que le peguen patadas y quieren pegarnos es a nosotros". Vuelvo a la carga con el argumento de que el día que se apruebe la Ley del Talión en las canchas, tendremos más sangre que goles. Y El Chato repite la misma frase de hace un momento: "Así es". En seguida, con un movimiento resuelto de las manos, afirma que para evitar ese riesgo hay que pedirle a los futbolistas que reclamen en buenos términos y no con violencia. -¿Y por qué no les pedimos a los árbitros que no les peguen a los jugadores? -Bueno, ahí le voy a contestar lo mismo que le contesté a un periodista brasileño, el día que expulsé a Pelé: no es bonito responder a un golpe con otro golpe, pero todavía no he visto la parte del reglamento que diga que los árbitros tenemos que dejarnos pegar. *** Guillermo Velásquez mostró su vocación de juez desde la adolescencia. Cuando sus padres discutían, lo buscaban a él para que decidiera quién tenía la razón. Cuando sus hermanos peleaban, sólo él lograba reconciliarlos. Muy pronto, su capacidad de discernimiento y su sentido de la justicia fueron célebres en la familia. Primos, tíos y otros parientes menos cercanos apelaban a él, porque confiaban en la ecuanimidad de sus sentencias. Más tarde, cuando jugaba fútbol en el Colegio Deogracias Cardona, de su natal Pereira, no asistía con sus compañeros de equipo a la charla técnica de los entretiempos, sino que se iba con el árbitro a analizar el reglamento. Cuando finalmente reemplazó el balón por el silbato, se liberó del destino gris que le esperaba como futbolista y recuperó el respeto que había conocido como consejero familiar. En ese momento descubrió que la satisfacción del que aplica la ley depende más del poder que ostenta que del bienestar que supuestamente le procura al prójimo. Si la cancha es el universo completo y los jugadores son todas las criaturas posibles, entonces el árbitro, que todo lo ve y todo lo juzga, encarna una autoridad más divina que humana, una presencia omnímoda que gobierna las acciones aunque no nos demos cuenta. Él y sólo él es capaz de detener la carrera del veloz atacante, con un simple movimiento de su mano. Él decide cuándo parar el partido y cuándo reanudarlo, y en ambos casos determina el punto exacto de la tierra en el que hombre y pelota se reencuentran. Ni el que es genio como Maradona ni el que es bravucón como Chilavert tienen licencia para tutearlo: deben dirigirse a él con una cierta reverencia caricaturesca -manos atrás y cabeza agachada- y además están obligados a acatarlo por los siglos de los siglos, aun cuando valide como gol una pelota que pasó a 15 metros del arco. Como a Dios, al árbitro habría que inventárselo si no existiera. Los jugadores lo necesitan para justificar sus pecados y para que él los ayude a ganar el cielo que ellos solos no alcanzarían jamás de los jamases. Desde el principio, El Chato disfrutó esa sensación de importancia que, según él, les gusta a casi todos sus colegas aunque no lo reconozcan en público. Por eso ahora, mientras sorbe su café, levanta la voz para decirme que no es ningún delito, como afirman algunas personas, que el árbitro sea protagonista. "¿Cómo no va a ser protagonista el juez que condena al matón o que evita una desgracia?", se pregunta, alzando aún más el tono y adoptando un cierto aire de orador. "Usted debe saber, como periodista, que el problema no es la fama sino la mala fama". Estamos sentados en la cafetería del Parque El Salitre. Nuestros vecinos, muchos de ellos jóvenes que no lo conocen, lo miran con insistencia, y él se regodea en su silla comprobando por enésima vez que no nació para pasar desapercibido. Estimulado por la atención del público, Velásquez enumera sus méritos en voz alta: fue -me dice sin ruborizarse- el árbitro que les abrió las puertas internacionales a sus compañeros colombianos. Participó en la Copa Libertadores entre 1968 y 1982, pitó en cuatro Juegos Olímpicos y fue juez de línea en uno de los partidos más bellos que se hayan disputado jamás, el de Italia contra Alemania en el Mundial del 70. Después observa que nunca se tomó un trago el día antes de un compromiso, que siempre se entrenó como si cada jornada fuera una final y que cuando se retiró, en diciembre de 1982, era el árbitro que había pitado el mayor número de partidos en los cuales ganaban los equipos chicos. "Y de visitantes", añade. "Lo mejor de todo", dice ahora, "es que puedo jurar ante el país que nunca me torcí. Cuando me equivoqué, me equivoqué de verdad y no me hice el equivocado. Y no solamente por honesto, sino porque siempre me quise mucho a mí mismo. Mi orgullo no me permitía quedar como un chambón". Le pregunto si pegarle a los jugadores, como él lo hizo, fue un defecto o una virtud. El Chato sonríe, me mira con malicia por encima de su pocillo. Calla. -Ay, hermano, dejemos eso quieto. No me haga enfermar. -Por su sonrisa, parece que no se arrepiente. -Mire: yo no me siento feliz de haber tenido un genio como el que tuve. El temperamento me traicionaba y ese fue mi único error. Después de unos segundos de silencio, en los que parece apenado, encuentra un argumento que le devuelve la seguridad. "¿Sabe una cosa?", me dice, con el rostro iluminado. "Ser peleador me sirvió para conservar la pureza. Cuando uno quiere imponer siempre su autoridad, ya sea a las buenas o a las malas, no puede darse el lujo de tener rabo de paja". Llegado a este punto, El Chato estima pertinente un par de aclaraciones: cuando le pegó a un jugador fue porque, indefectiblemente, éste le había pegado a él primero. Y en todo caso, aquellas fueron calenturas pasajeras que nunca traspasaron los linderos del estadio. Eso sí: insiste en que para no quedar rumiando odios, era absolutamente necesario que le atizara un porrazo al agresor. Desde 1957, año de su debut en el torneo profesional, aparecieron los problemas. Alberto Castronovo, jugador del Atlético Nacional, aprovechó un embrollo para darle a Velásquez una patada alevosa en la canilla. Velásquez se retorció en el suelo, durante varios minutos. Cuando se repuso del golpe actuó como si no supiera quién le había pegado. De pronto, en un tiro de esquina, vio, nítida, la oportunidad de desquitarse. Calculó que, por el momento, los espectadores estarían pendientes del jugador que iba a cobrar y se colocó en el área, al lado de Castronovo. A continuación, lo conectó con un derechazo en la barbilla. Castronovo rodó por el pasto pero se levantó en seguida, furioso, y se lió a golpes con el árbitro, en medio de la sorpresa del público. Entonces, varios agentes de la policía entraron en acción, dispuestos a retirar al jugador por la fuerza. "No, señores", les dijo El Chato, autoritario. "¡Háganme el favor y dejan al caballero en la cancha, que no está expulsado!". -¡Pero cómo que no está expulsado, si vimos cómo le pegó a usted! -¿Y no vieron cómo le pegué yo a él? Si se va Castronovo, me voy yo también. Pero como donde manda árbitro no manda policía, he dispuesto que ni se va él, ni me voy yo. El Chato guiña un ojo y advierte que la justicia depende más del sentido común de quien la aplica que de simples leyes escritas en un papel. Para ilustrar su teoría, recuerda la vez que Miguel Ángel Converti, atacante de Millonarios, recibió un pase de espaldas al arco, en un clásico contra el Santa Fe. Desde antes de que Converti tomara la pelota, Velásquez había sancionado fuera de lugar. Pero el jugador, que al parecer no escuchó el silbato, llevó el lance hasta sus últimas consecuencias: durmió el balón con el pecho, lo hizo rebotar sobre su muslo izquierdo y luego se suspendió en el aire -cabeza hacia abajo y pies hacia arriba- en una chilena espléndida. El proyectil se clavó en un ángulo imposible de la portería y Converti corrió como loco hacia el banderín de córner, mirando hacia el cielo y zafándose de los compañeros que querían abrazarlo, como si pensara que su virtuosismo lo alejaba de los atletas y lo acercaba a los dioses. "Si yo hubiera sabido que Converti iba a concluir esa jugada como la concluyó", dice Velásquez, "no habría pitado el fuera de lugar. Fue la única vez que quise hacerme el equivocado en una cancha y créame que lamento mi acierto como si fuera un error. Es lo que le vengo diciendo: según las normas, yo actué bien, pero no fue justo que yo le robara semejante joya al público. Donde yo valide ese gol, hasta los hinchas del Santa Fe se ponen contentos". Le pido a Velásquez que me haga el inventario de los futbolistas a los cuales golpeó y me responde, aparentemente apenado, que "eso no vale la pena". -¿Por qué? -Hombre, porque no fueron tantos. Pero ya que insiste en este punto, diga que una vez le hinché el ojo a Orlando Herrera, del Tolima, porque se propasó conmigo en un reclamo. ¿Y sabe qué pasó en el partido siguiente que me tocó arbitrarle en Ibagué? Que el tipo fue a buscarme a mi camerino y me llevó abrazado hasta la mitad de la cancha. ¿No le parece bonito? Si no me reconocieran sentido de la justicia, no me perdonarían. Yo habré sido brutal, pero soy más humano que muchos de los que se creen mansas palomas, porque pegué puños pero no maté a nadie con el pito. *** El Chato, que no cesa de ufanarse de su ecuanimidad, señala que si hoy fuera otra vez el miércoles 17 de julio de 1968, volvería a expulsar a Pelé. Ese día, El Santos de Brasil, considerado el mejor equipo del mundo, enfrentaba en un partido amistoso a la selección Colombia que participaría en los Juegos Olímpicos de México. Muy temprano, Velásquez validó un gol de Colombia en aparente fuera de lugar. Los brasileños se pusieron histéricos y cercaron al árbitro. Uno de ellos, de apellido Lima, fue expulsado. Como se negaba a abandonar la cancha, fue sacado por la Policía. Cuando iba por la pista atlética se les soltó a los agentes, se devolvió al terreno de juego y le asestó una patada a Velásquez. Éste le respondió con un leñazo en el estómago, que generó un amago de gresca. El partido continuó con muchas tensiones hasta el minuto 35 del primer tiempo, cuando Pelé vio la tarjeta roja por reclamar, de mala manera, un supuesto penal en su contra. En principio lució desconcertado, pero no tardó en aceptar el fallo. Entonces emprendió el retiro de la cancha con un gesto irónico y desafiante, como un monarca que se mofara de la orden de destierro impuesta por su vasallo. "Ese tipo está loco", repetía Pelé, una y otra vez, ante el cronista de El Espectador que lo esperó en la pista atlética. En ese momento, los jugadores del Santos rodearon al árbitro. "De 28 personas que tenía la delegación brasileña", recuerda El Chato, "me agredieron 25. Los únicos que no me pegaron fueron el médico, el periodista y Pelé". Velásquez se sintió empequeñecido, arruinado, cuando los 60 mil espectadores del estadio El Campín comenzaron a maldecirlo a gritos y a pedir el regreso de Pelé. Después, cuando los directivos de la Federación Colombiana de Fútbol decidieron que volviera el futbolista y se fuera el árbitro -un hecho único en los anales del deporte- se acordó del refrán según el cual la justicia en nuestro país "es para los de ruana" y hasta agradeció que a Pelé no se le hubiera ocurrido asaltar un banco, "porque con seguridad aquí todavía lo estuviéramos aplaudiendo". Adolorido más por la humillación pública que por los golpes recibidos, El Chato demandó penalmente a la delegación brasileña. Lo hizo por recomendación de Lisandro Martínez Zúñiga, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, que esa misma noche lo visitó en el camerino para ofrecerle sus servicios como abogado. Los jugadores de El Santos permanecieron en Colombia casi dos días más de lo previsto, retenidos en una comisaría, y al final tuvieron que pagarle a Velásquez 18 mil pesos y ofrecerle excusas por escrito, para poder viajar a su país. Años después, ya retirado del fútbol, Velásquez buscó la manera de encontrarse con Pelé. Entendía, como siempre, que más allá de las leyes escritas necesitaba un acercamiento humano para quedar en paz y salvo con su conciencia. El rey lo atendió en Miami y hasta lo invitó a almorzar. Ahora le pregunto a El Chato qué habría sucedido si Pelé le hubiera pegado cuando él lo expulsó, y me pide, muy serio, que por favor no le haga una pregunta tan perversa. "Mire que me voy es a enfermar", añade. -Es sólo una suposición, no más que una suposición. -Bueno, en ese caso, permítame responderle con una pregunta. ¿Usted qué cree que hubiera pasado? ** Alberto Salcedo Ramos albertosalcedo@cable.net.co Periodista colombiano (Barranquilla, 1963). Graduado en la Universidad Autónoma del Caribe. Ha trabajado en varios periódicos y revistas, como El Universal, El Espectador y Cromos. Durante los últimos años se ha dedicado en gran medida a trabajar el periodismo narrativo. En la actualidad es cronista de las revistas SoHo (http://www.soho.com.co) y El Malpensante (http://www.elmalpensante.com) y corresponsal de la revista Ecos de España. También dirige, en Señal Colombia, el programa de televisión Experiencias significativas. Ha publicado los libros De un hombre obligado a levantarse con el pie derecho y otras crónicas, Los golpes de la esperanza y Diez juglares en su patio, este último en calidad de coautor. Su texto "Por favor, ni siquiera orquídeas" figura en la Antología de grandes reportajes colombianos, de Daniel Samper Pizano, y en la antología Años de fuego. Grandes reportajes de la última década, de Editorial Planeta. Su crónica "La víctima del paseo" figura en el libro Ciudadanías del miedo, publicado en español por la Editorial Nueva Sociedad y en inglés por la Universidad de Rütgers. Es coautor del libro Manual de géneros periodísticos (Ecoe Ediciones, 2005). Ha ganado, entre otras distinciones, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar (tres veces), el Premio al Mejor Libro de Periodismo del Año (otorgado por la Cámara Colombiana del Libro) y el Premio al Mejor Documental en la II Jornada Iberoamericana de Televisión, celebrada en Cuba. Este año, gracias a su perfil "El testamento del viejo Mile", publicado en El Malpensante, fue uno de los cinco finalistas del Premio Nuevo Periodismo FNPI-Cemex, entre 470 concursantes de 21 países. La distinción le fue entregada en Monterrey, México. === Breve historia de letralianos José María Gatti =================== Aldo Difilippo y yo no nos conocíamos. Nuestro nexo fue Letralia. Ambos somos periodistas y narradores. A mí me llamó la atención su artículo sobre Hemingway y Horacio Quiroga -Ernest Hemingway y Horacio Quiroga / Las letras y la muerte (124)-, porque una de mis debilidades literarias son los textos sobre el norteamericano y, precisamente, este paralelismo entre un yanqui y un sudaca, era para considerar. Le escribí a Aldo después de leer su trabajo y quedamos en intercambiar otras notas. Yo le mandé Ladrón de desalmados, un libro de cuentos y Hola Hemingway, una mirada centenaria, un ensayo sobre "Hem". Aldo me envió una revista artesanal, hecha con enorme esfuerzo y que reúne un material riquísimo y un libro de cuentos escrito con Wilson Armas titulado Verdades a medias. Pasaron los días y Aldo me sorprendió con un mail que realmente me halagó. Por una circunstancia personal, su madre debió ser internada; como debía acompañarla, decidió llevarse algunos libros al sanatorio. Entre ellos, estaba Ladrón de desalmados. Allí comenzó a leerlo. Entre cuento y cuento, dejó el ejemplar sobre la mesa de noche de la habitación. Esta instancia permitió que la compañera de cuarto también lo leyera y, a su vez, que otros internos hicieran lo mismo. Más allá de la historia y del juicio de valor de Difilippo, que obviamente agradezco, lo realmente importante fue esa magia de conocer la ruta de la obra, el recorrido, el itinerario y el saber que el libro, en determinado momento, es un bastón, un punto de apoyo, una mano tendida que se da con verdadero afecto. En ciertas instancias de mi vida, escribir fue la fórmula para alejarme de la desesperación. Uno sabe que escribe porque hay cosas que no tienen explicación. Desde ya que escribe para sí, que lo hace con sufrimiento, a veces con displacer. El autor no mide las consecuencias y se sorprende cuando, como en este caso, se imagina a pacientes, a personas que esperan salir de un trance difícil, a individuos que el dolor no les deja pensar y un libro, una simple historia, un breve comentario, les sirve de soporte, de bálsamo, de medicina espiritual. Aquí el narrador pasa a ocupar otro lugar y una nueva dimensión. Seguramente Aldo y yo continuemos dando juego al camino de las letras y es posible que en la ronda otros nos acompañen. Dejemos la posibilidad abierta y entonces serán muchos más los letralianos que se sumen al delirio de la creación literaria. ** José María Gatti josemariagatti@terra.com Escritor, periodista y psicólogo social argentino (Buenos Aires, 1948). Miembro numerario del Instituto Internacional de Periodismo "José Martí" de Cuba. Columnista del suplemento literario "Laberinto" del diario Milenio de México. Colaborador permanente del diario Página 12 de Argentina. Trabajos suyos pueden leerse en Librusa, Red Literaria, Deusto.com y Aldea Educativa. Se especializa en literatura norteamericana, puntualmente en la vida y obra de Ernest Hemingway. Pertenece al grupo de investigadores de la Biblioteca Nacional de Argentina. Ha publicado Hola Hemingway. Una mirada centenaria. |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||| === Cristina Rascón: ¡talento literario y belleza! ======================== === Francisco Sánchez López =============================================== Bajo el ardiente sol del verano desértico sonorense caminé por las calles de nuestra noble ciudad hasta llegar al centro de la intelectualidad de Cajeme, para conversar con Cristina Rascón Castro, bella mujer de la región del Mayo que reside entre nosotros escribiendo cuentos e impartiendo talleres literarios. ¡El arte de las palabras! "Este año ha sido una locura para mí, porque he ganado tres premios literarios", comentó muy emocionada la jovial escritora, al inicio de nuestra conversación sobre su personalidad y obra literaria quien, después de una breve pausa y un sorbo a su café capuchino, agregó: "Con el cuento titulado 'El agua está helada' obtuve el primer lugar en el Concurso del Libro Sonorense 2005 y anteriormente el Premio Latinoamericano de Cuento 'Benemérito de las Américas', en Oaxaca y el Premio Latino de Cuento de la Librería Mediática de Venezuela. -Así que, ¿eres muy cuentista? -le indiqué en plan de broma. -¡Sí! -replicó-, me gusta mucho lo ficcionario. El primer cuento, ya citado, relata sobre la soledad de los personajes, porque así me sentí algunas veces durante mi estancia en el Japón. Quien está sentada junto a mí es una joven narradora y una de las mujeres con mayor intelecto que he conocido en Cajeme. Nuestro primer contacto fue en el año 2004 durante el Encuentro de Escritores Sonorenses, en la Biblioteca Pública. Con su sutileza y encantadora personalidad me impresionó al conocerla y escucharla narrar su cuento titulado "Autotexgráfico". Sin formalidades, la placentera plática con esta atractiva escritora se llevó a cabo durante una tarde sabatina entre pinturas y sabroso café en el negocio Libros y Más, para que usted conozca su pensamiento literario. -¿Quién es Cristina Rascón; la mujer y la escritora? -le pregunté. -Nací en el poblado de Bacobampo, cerca de Navojoa. Soy una niña soñadora e idealista. A esa edad me imaginaba historias y poemas que no me dejaban en paz... así que las empecé a escribir, por ahí a los 10 años de edad, lo que yo supuse eran guiones de películas. Luego añadió: -Soy una escritora juguetona porque manejo la realidad, el idioma, las palabras y a los personajes de mis cuentos. Me gusta mucho la ficción. Soy una mujer que busca la visualización de ideas, la independencia y la creación de valores... ¡Una nueva forma de escribir literatura! Pero pienso mucho en los lectores cuando edito una obra -comentó la creadora del poema "Aridez": "Los recuerdos / gotas de saliva / mi corazón / tiene sed". Conversar con ella es admirar su porte; tez morena clara, alta, larga cabellera, ojos negros, educada con finos modales y muy acompañada de su computadora portátil, con mucha simpatía nos relata sus experiencias en el Japón y en el sur de México. -Los premios que has logrado no son al azar, ¿verdad? -Soy egresada del Instituto Tecnológico de Monterrey con licenciatura en economía, pero durante el quinto semestre me fui a estudiar al Japón, sociología y literatura, el idioma, el estilo de vida y el budismo -contestó. -¿Por qué Japón? -la interrogué con curiosidad. -Porque desde niña me atrajeron mucho el Oriente y los kimonos. Tenia 20 años cuando me fui a estudiar becada a ese país. Me enamoré de la cultura japonesa y, al graduarme, regresé a estudiar la maestría en políticas públicas internacionales en la Universidad de Osaka. Me encantó el Japón tradicional, la forma de expresión y la espiritualidad. ¡Fíjate que hasta nadé con delfines y una enorme ballena blanca! en el Parque Acuático de Shira-Hama. ¡Me salieron lágrimas por la emoción! Al hablar expresaba ese íntimo sentimiento con un brillo de dicha en su mirada y afable sonrisa, para después saborear su café capuchino. -¡Qué afortunada eres! Así que, ¿te tocaron el corazón los cetáceos? -la interpelé. -¡Claro que sí, tuve una comunicación espiritual con ellos! Fue una experiencia inolvidable, porque acaricié y jugué con delfines, pretendiendo que me ahogaba, pero ellos me rescataban. Abracé a la ballena mientras ella giraba su cuerpo afuera del agua -afirmó muy emocionada para luego recordar su viaje al santuario de ballenas en la Baja California-. Fui a Guerrero Negro y acaricié a una ballena gris. ¡Fue fantástico! Como ecologista protector de ballenas, le comenté que Japón caza ballenas minke y jorobadas para consumo humano. No pude evitar preguntarle: -¿Comiste carne de ballena? Con tremenda sorpresa, ella argumentó: -Durante mi estancia en Japón, nunca observé un menú con carne de ballena. Sin embargo, en algunas ocasiones mis amigas japonesas replicaban entre risa y broma: "¡Está la carne muy roja! ¿No será de ballena?". ¡Creo que era atún! -¿Cuándo te iniciaste en la creación literaria? -¡Nunca dejé de escribir! En la preparatoria, con el cuento "Desafío", gané el Concurso Estatal Juvenil de Cuento. Sabía que esto era lo mío, pero no veía claro cómo ligarlo a la vida productiva, así que estudié economía. En 1993, Margarita Araux fue mi tutora de cuento y poesía en los talleres de la Asociación de Escritores Cajemenses. Después estudié cursos de cuento, poesía, creación literaria y narrativa con Rafael Ramírez Heredia, David Huerta y Guillermo Sampeiro en el D.F., Monterrey y poesía japonesa contemporánea. -¿Por qué escribes? -Porque vivo en un mundo caótico e injusto, creo poder ver lo que sucede; un universo paralelo y la fantasía son la llave para entender el mundo que me rodea; mi familia y mi profesión. ¡Con el budismo aprendí a ocupar mi lugar en el cosmos con mucha sencillez! -Hasta hoy, ¿cuál es tu producción literaria? -Los cuentos "Libitum" y "Hanami", entre otros 40; varios ensayos, dos novelas y estoy traduciendo al español el libro Sekenshirazu (El ingenuo), del poeta Shuntaro Tanikawa. También escribo sobre la ficción y educación y sus comparaciones técnicas entre México y Japón. Sobre cultura y economía del arte para el periódico Milenio y en las revistas Tragaluz, de Guadalajara; San Quintín, de Monterrey, y Juku Jeeka, de Cajeme. -¿Vives de tu obra literaria? -Soy profesionista independiente en consultorías, estrategias y estadísticas de mercados y traductora de idiomas. Ambas las combino con la docencia en creación literaria en el Tecnológico de Monterrey e imparto talleres literarios y de poesía japonesa en la Academia de Arte y en corto lapso en el Itson. -¿Por qué impartes talleres? -Porque en mi tiempo no los había para mí y yo tenía mucha inquietud por la literatura. Hoy deseo apoyar a la gente en este arte, involucrar a jóvenes y adultos y compartir el conocimiento que la generación de los setenta no tuvo. También para organizar concursos. -¿Concursos literarios? -¡Sí!, el Primer Certamen Literario de Cajeme, en los géneros de poesía, cuento, dramaturgia y texto en lengua indígena como miembro de la línea de cultura en Cajeme 20-20 A.C. -¿Qué le comunicarías a las personas que desean escribir? -Que la ficción es una forma de entender la realidad, cuestionarla y criticarla. El ejercicio de escribir nos conecta a nosotros mismos, al mundo que nos rodea y a cada una de las personas que pudimos haber sido... porque en el fondo somos producto del azar. Para tener paz y disminuir la violencia, creo que la literatura nos posiciona en los zapatos de los demás y nos hace comprender al prójimo y entender al mundo. Con una pausa para deleitar su pastel, agregó: -Creo que la literatura es la esperanza, aunque muestre a veces lo más oscuro de la naturaleza humana. De ahí que si alguien tiene inquietudes hay que desarrollarlas con el oficio, porque nadie ha escrito lo que tú podrías escribir... la veta es inagotable y en el fondo, creo que la competencia no existe. ¡Entre más escritores haya, es mejor! -¿Qué piensas de la enseñanza de la literatura? -Que hacen falta licenciaturas y maestrías en las letras -firmemente acentuó el comentario del cual en este rubro estoy de acuerdo con ella, pero abarcando todas las bellas artes. -¿Dónde escribes? -En mi pequeña casa, rodeada de mis libros y diccionarios que consulto; entre pinturas y dibujos que he realizado y litografías que colecciono, escuchando música clásica, jazz y tradicional japonesa. Algunas veces en un café, como aquí. -Pero, ¿también pintas? -¡Sí!, pero soy más escritora que pintora -afirmó, mientras observaba unas fotografías del Cajeme de Ayer, para agregar:-. Estudié las técnicas del dibujo, la figura, tinta china y el acrílico en el Claustro de Sor Juana en el D.F. y el arte Sumi-e, en Japón. -¿Pintas bajo algún estilo? -No, porque creo que cualquier manifestación artística carece de explicación científica o académica que logre englobar por qué surge "el milagrito". -¿A que pintores admiras? -A Gustavo Klimt, Shegel y Kandinsky. Platicar con la simpática Cristina fue muy agradable por ser ella muy conversadora y nada aburrida. Desafortunadamente tuvimos que concluirla. Al bajar la escalera del recinto, de soslayo; observé cómo se sumergía en su propia existencia y soledad de escritora al observar la pantalla de su laptop. Sentí admiración y respeto por esta joven, quien, con tenacidad, está cosechando éxitos en Sonora y en el extranjero. ¡Un orgullo para Cajeme! ** Francisco Sánchez López archfcosanchez@yahoo.com Arquitecto mexicano. Es además fotógrafo, pintor, ecologista, periodista cultural y de guías turísticas y crítico de arte. Información sobre su trabajo se puede encontrar en su página personal, http://www.arqsanchez.8m.com. ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === En torno a la poesía Ernesto Fernando Iancilevich ================ 1. Los cinco niveles ontológicos de la poesía ¿Es la poesía algo discernible o más bien paradójico: un mostrarse y un ocultarse? Si pudiéramos sospechar lo segundo, habría que indagar en qué sentido es la poesía un mostrarse y en cuál un ocultarse. Se muestra esto que se nos presenta ante la vista: el fenómeno. Así, la poesía, en su aspecto fenoménico, aparece en cuatro niveles ontológicos: 1) lingüistico (acontece en la lengua), literario (se ubica como género en la literatura), 3) histórico (se sitúa en la historia de la literatura), 4) crítico (interroga su propio hacer). Por cierto que el cuarto estadio no excluye los tres precedentes, sino que los conserva y proyecta, al modo de interrogación provisional, en su ir hacia la visión. ¿Qué es lo que, en rigor, se oculta, si no aquello que, depositándose por entero en la alteridad, se ensimisma? Se habla de lo difícil para nuestro entendimiento, a saber, el carácter oculto que despliega la verdad, aun siendo desocultamiento. Dificultad de lo paradójico. Porque si bien es propio de la verdad mostrar al ente, como una luz que lo ilumina, también le es natural ocultarse en él, como lo absolutamente otro del ente. ¿Es posible afirmar que lo oculto es lo menos obvio y también la más acuciante presencia, al punto que entrama toda la existencia? Ciertamente, por su mínima obviedad existencial, insinúa manifestación y huída: manifestación en las causas y huida en su ir hacia el origen. En el ámbito originario desaparece ante la vista. Se precisa un concentrado ejercicio para advertir el cuerpo de lo ausente, un esforzado ensimismamiento para saber ser junto a lo faltante. La existencia, como precipicio de muerte o renuncia, como salto o entrega, inicia al hombre en el camino de regreso a sí mismo a través del complejo habitar interrogante. El quinto grado ontológico de la poesía es el metafísico; allí acaece cognoscitivamente en la visión. Conocer es un dar a luz lo oculto, un nacer del ello. Acontece el despertar de la poesía en la órbita gnoseológica: particular encarnación de lo oculto en el hacer iluminado. La poesía, como iluminación, suscita el hacer iluminado o poetizar, habilitado para recibirla. Se puede hablar de una actualización de lo poético, un poner en acto o manifestar lo poético en cuanto potencia de lo oculto. Los cuatro primeros grados ontológicos resultan el propiciar anticipatorio de una potencia de lo oculto, un nacer del ello de lo oculto en el acá del poema. 2. En poesía, la palabra conoce La palabra poética -sujeto del poema- descubre y se descubre. Descubre al nombrar las cosas, afirmando sus cualidades, volviendo, por el decir, el habla a uno de sus momentos instanciales. Se descubre al ser puesta en obra, al ser traída del verbo a la voz del poema. En este descubrir y descubrirse, la palabra, en poesía, conoce y vincula el habitar humano con el morar originario. Así, el poema es vínculo y conocimiento en la palabra, pero no cualquiera arrojada caprichosamente por el desborde de lo espontáneo, sino donación de la gracia, gratuidad de la palabra que el poeta cultiva en la paciente escucha que obedece. Esta unión vindica el habla y lleva al poeta a la fundación del lenguaje por la preparación y cuidado de la lengua, que se encamina, por el hacer de quien la vela, en la voluntad del habla: en sus finales, a sus inicios de silencio. Lejos de anularse, el habla queda concentrada en el decir del poema y la taciturnidad del poeta: cuando el poeta se entrega al dictado poético en el decir concentrado del poema, retira su voz personal en el callar de silencio. Decir (mostrar) y callar (ocultar) constituyen los dos momentos en el sentido del habla. En un continuus, el movimiento pendular entre ambos es uno y el mismo. 3. La linde ¿Qué esperar del poeta? La entonación de la pregunta insinúa una exigencia pocas veces cumplida, bien porque se espera demasiado mucho, bien porque se espera demasiado poco de él y su hacer. En la pretensión de comparar al poeta con el sabio iluminado resuena tal grado de disparate como en la de reducirlo a la condición de salvaje exaltado, sin atenernos a la simulación que circula bajo el sello de efusión sentimental u ocioso palabrerismo. El poeta pareciera acatar lo suscitado en el pensar: el sentido único de significados múltiples y las aporías que conlleva su paradójico curso. Le obedece pero no lo comprende más que en orden a los merecimientos que, en cada época, el pensar ha sabido ganar; vale decir, el poetizar del poeta no se adelanta al pensar del pensador, sino que lo traslada, lo descoloca para ubicarlo en otra orilla. Habita esa otredad, la del sentido, que, lejos de poder entender y explicar razonando, abraza y comprende viviendo. En un hombre confiado a tan entrañable oficio, la gracia que en él sobreabunda es ignorancia de quien perpetra la acción, avanzando en zona franca. Ignorancia no por déficit de conocimiento sino por exceso, por un conocimiento que le excede y proyecta más allá de sí, que lo suelta y extralimita. El poeta comparte el horizonte de verticalidad del pensador y el místico. Sin ser ni el uno ni el otro, vela la oscura tierra en la noche oscura. Acaso por ello, tanto el pensador como el místico vuelven la mirada hacia él cuando quieren nombrar profundidades y altitudes, porque es propio del poeta arrebatar de lo profundo los latidos de la tierra y de lo alto los nombres de lo desconocido. 4. El poetizar El poetizar lo poético de la poesía lleva al poeta, en su hacer, a un asir esencial. Esta prestancia ontológica nos informa de cierta fiabilidad de que esta disposición abierta del poeta al decir o mostrar de las cosas pareciera ser merecedora, algo así como una empatía cuyas claves podríanse explorar en el hacer poemático de cada época en que, alejando notoriamente su poematizar de convenciones literarias, auténticos poetas se han mostrado no fuera del alcance de la crítica, en tanto indagación rigurosa, sino de los vaivenes de la moda y el mercadeo. El verso -tenencia del poema en su deseo de ir hacia- encamina el lenguaje como nombrar que nos acerca, en presencia del poema, a lo poético de la poesía. El verso habla de lo que no está y habita en lo que no dice. La poesía, como lo no asequible y ponderable, nos falta; tenemos el poema, traducción de la experiencia del hombre en cuya reconditez lo poético se dona. El poetizar cultiva ese don, lo ampara y acrecienta, y, al hacerlo, ensancha los límites del mundo, forja la obra llamada poema. En su nombrar, el poetizar vislumbra la íntima relación que el hombre desarrolla con lo otro, centro de otredad que quiere y no quiere decir su nombre: manifestación y huida cuyo poder o energía, a la vez, muestra y oculta realidad. 5. El pensar y el poetizar Las afinidades entre el pensar y el poetizar aparecen en las raíces del preguntar reuniente: ascesis y trascendencia. Por la ascesis nos entonamos en la gravedad del sí. Afirmar es fundar suelo, sostener por entre lo disgregado, aceptando agradecidamente lo que nos ha sido dado. Se agradece la gratuidad del don y, a partir de allí, se mora el habitar, por la fundación de lo posible. La ascesis nos acerca la ganancia de un haber aceptado. Vivir se hace posible sólo cuando se acepta la vida, esto es, la vida tal y como se le ha dado a uno. Negación de negación, la afirmación del sí, lejos de disolver el no, lo contiene y abriga, decide su trascendencia. El no de la renuncia voluntaria y hasta el de la privación segante no disgregan ser, lo concentran, no aminoran sentido a la vida, lo intensifican, acercan lo faltante en la quita de lo sobrante. La trascendencia se muestra transparencia. Llevarse (trascender) es tenerse en lo otro hacia donde se es llamado, en el borde mismo en que uno se abandona y pone a merced de lo otro. Este llevarse entraña una aquiescencia de lo otro en uno, un ponerse abierto de lo otro en los términos existenciales de uno; esto se nombra transparencia y, a sabiendas del desocultamiento que promueve, trans-apariencia. Ascesis y trascendencia son tan propios del pensar como del poetizar, mutuamente solicitados en el preguntar reuniente. En esta disposición vital se patentiza la obediente escucha de uno hacia lo otro que le excede, pero que, de un modo pregnante, lo forma y educa. No nos viene fácilmente el preguntar reuniente, pues es lo menos obvio a la existencia, no va en dirección a ninguna salida ni suministra útiles para el progreso. El pensar y el poetizar no se avienen al desafío mundano; su consistencia no es la premeditación del rendimiento (saber de subsistencia) sino la meditación de la espera (saber de asistencia). Meditación de la espera significa permanencia en la guarda, disponibilidad y cuidado. Más que en ninguna otra actitud, el hombre alimenta en la espera la firme calma de ánimo, porque no sólo espera lo absolutamente otro de sí, también se espera a sí mismo, se aguanta. Recurriendo a la pregunta inicial ¿es la poesía algo discernible o más bien paradójico?, debiéramos preguntarla -pensarla y hacerla- desde la ascesis y hacia la trascendencia a que el preguntar reuniente nos convoca. El pensar o mirar esencial y el poetizar o hacer esencial conforman la habilidad que permite al hombre sostener su condición en el haber de ser y nada. Esa habilidad esencial lo remite a la altitud y, en su correr o pasar de una parte a otra, a la fundación del habitar humano. 6. El preguntar El poetizar o hacer esencial nos retira del mundo para comprenderlo, y, cuando nos devuelve a él, su ingreso lo cumple por el nombrar. Y no se trata, entonces, de acosar las cosas con la mirada, sino de acatarlas en la contemplación, callar en su presencia, escucharlas y obedecer, mostrándolas en todo cuanto ellas tienen para decir. El nombrar, entonces, es callar que transparenta el decir de las cosas. En la distinción agustiniana entre causa y origen encontramos género propicio para el desenvolvimiento de los contenidos enunciados en nuestra pregunta inicial ¿es la poesía algo discernible o más bien paradójico?, si es que estamos dispuestos a revisar los términos de la disyunción, sabiendo aceptar como posible, al preguntarlo separadamente, lo paradójico, en tanto referencia al origen, a la nada. En este retroceso, el pensar y el poetizar, por mutuo deseo, se revelan preguntar en verdad. Retroceso que va de lo discernible en la causa a lo paradójico en el origen. En esta clase de preguntar se pregunta no sólo metafísicamente, sino, ante todo, por la justificación de la metafísica. Y acaso acontezca en virtud de los márgenes o fronteras de la metafísica, de lo que ellos reservan y propician en lo hermético. 7. Meditación de la espera La excepcionalidad de auténticos poetas acompaña la extrañeza que el poetizar provoca en sociedades orgullosas por demás de sus propias fuerzas constructivas, optimistamente confiadas en seguridades que ellas construyen y sobre las cuales porfían. Allí se desatiende lo sugerido por cada obra de arte, el dictado de sus voces múltiples, desentendiéndose del humano escuchar taciturno. Cuando la experiencia del misterio -en la audición de lo inefable y contemplación de lo invisible- estremece la existencia del hombre, éste, en comunión con lo otro cuya energía o poder lo anima y sostiene, se trasciende: no un cuerpo estático, construido por versátiles presencias, sino extático, fundado en el consecuente dinamismo de la ausencia. La profundidad y lejanía en que se dispara el preguntar en verdad, más concentradamente que los méritos de nuestras fuerzas constructivas, nos acerca la experiencia de lo faltante, no bajo formas de penuria frente a lo inalcanzable, sí con alegría ante lo absolutamente otro por descubrir. 8. Un aforismo Del sánscrito, indirecto testimonio del indoeuropeo, nuestra matriz lingüística occidental, nos ha llegado del siglo XV a.C. una sentencia referida a la poesía. En 1938, el simbolista francés René Daumal la exhumó en un artículo publicado en la revista Mesures. El aforismo dice: "La poesía es una palabra cuyo sabor es la esencia". En esta oración gramatical y espiritual resplandeciente de sugestión descansan con simplicidad los elementos poéticos. Analicemos sus contenidos, descomponiendo el enunciado en dos segmentos proposicionales. La poesía es una palabra sabor es la esencia 1 2 Del segmento 1 abstraemos: la poesía una palabra Confrontemos el artículo determinado que presenta el sustantivo poesía y el indeterminado que precede al sustantivo palabra. ¿Qué se dice de poesía? Pues, algo indefinido, no determinado. El alcance de la poesía se verifica en el cuerpo de lo no determinado: una palabra. Del segmento 2 abstraemos: sabor la esencia Sabor se atribuye a una palabra por mediación del pronombre relativo "cuyo". Sabor remite a impresión sensible. Pero advertimos que se dice sabor es la esencia. Si esencia apela a comprensión intelectual, nos encontramos ante una aparente contradicción, porque de algo sensible -sabor- se predica lo inteligible -esencia. La paradoja sabor-saber habla de cruce y encuentro; y, como síntesis, de lo diferente sumido en lo mismo. Se sabe algo cuando se percibe la sensación que nos provoca y también cuando se comprende el concepto que lo evoca. Esta ambivalencia no determina, enseña. Las señas muestran el camino del preguntar. Saber de sabor y saber de esencia van de camino y se acompañan en el preguntar reuniente. La impresión sensible y la comprensión intelectual habilitan, en tanto heterogéneas, el despliegue de lo mismo: lo humano del habitar del hombre, en el sabor que percibe su temperamento sensible y en el saber que concibe su carácter intelectual. Sinergia de saberes, pulsión de sentido, en la paciente espera del poeta. Cuando éste no puede callar, expresa, arroja al mundo, en la patente emergencia del poematizar, la cosa llamada poema. El poema regresa la mirada al poematizar del poeta. El poematizar, al poetizar del hombre. Y el poetizar abandona la mirada a la contemplación de lo poético, a los ojos sin mirada y al decir de silencio. ¿Es la poesía algo discernible o más bien paradójico? El camino de nuestra pregunta, ahora menos inocente y hasta peligroso, pareciera erguirse en lo angosto: ¿es la poesía algo o acaso su total ausencia, el vacío que congela el salto? Bibliografía consultada - Agustín; Obras. Traducc. de Félix García. Madrid: Católica, 1946-50. 6 v. (Biblioteca de Autores Cristianos ; 6). - Aristóteles; Poética. Traducc. de Eilhard Schelesinger. Buenos Aires, Barlovento, 1977. 149 p. - Bayley, Edgard; Realidad interna y función de la poesía. Rosario: Biblioteca Popular Constancio C. Vigil, 1966. 117 p. (Ensayos; 1). - Bremond, Henri; La poesía pura. Buenos Aires: Argos, 1947. 278 p. (La Crítica Literaria). - Carlana, Daniel; "La lengua griega: posibilidades de la palabra y límites de las ciencias del lenguaje". En: Origen, año 1, Nº 1 (jul.-dic. 1988), p. 15-26. - De Cusa, Nicolás. De Dios escondido. Traducc. de Francisco de Saramanch. Buenos Aires: Aguilar, 1965. 75 p. (Biblioteca de Iniciación Filosófica; 99). Publicado con: De la búsqueda de Dios. - Eliade, Mircea; Mitos, sueños y misterios. Buenos Aires: Compañía General Fabril, 1961. 277 p. - Eliot, Thomas Stearns; Función de la poesía y función de la crítica. Barcelona: Seix Barral, 1968. 165 p. (Biblioteca Breve de Bolsillo; 20). - Ferrater Mora, José; Diccionario de filosofía. 5ª ed. Buenos Aires: Sudamericana, 1965. 2 v. - Heidegger, Martin. Carta sobre el humanismo. Madrid: Taurus, 1966. 73 p. - -. Conceptos fundamentales: curso del semestre de verano, Friburgo, 1941. Madrid: Alianza, 1999. 182 p. (El Libro Universitario: Filosofía y Pensamiento, Ensayo). - -. De camino al habla. 2ª ed. Barcelona: Odós, 1990. 246 p. - -. Heráclito. Barcelona: Ariel, 1986. 220 p. (Filosofía). - -. "Hölderlin y la esencia de la poesía". En su: Arte y poesía. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1979. pp. 125-149. - -. "Poéticamente habita el hombre". En: Humanitas, año 7, Nº 13 (1960), p. 13-27. - -. ¿Qué es metafísica? Buenos Aires: Siglo Veinte, 1974. 164 p. Publicado con: Ser, verdad y fundamento: ensayos. - -. ¿Qué significa pensar? Buenos Aires: Nova, 1958. 236 p. (La Vida del Espíritu). - -. Sendas perdidas. Buenos Aires: Losada. 1960. 315 p. (Biblioteca Filosófica). - -. Sobre la cuestión del ser. Madrid: Revista de Occidente, 1958. 77 p. - Juarroz, Roberto. Poesía y creación: diálogos con Guillermo Boido. Buenos Aires: Carlos Lohlé, 1980. 173 p. - Mandrioni, Héctor Délfor. Hombre y poesía. Buenos Aires: Guadalupe, 1971. 175 p. - Maritain, Jacques; Raissa Situación de la poesía. Buenos Aires: Desclée de Brouwer, 1946. 96 p. - Martínez García, José Antonio; Propiedades del lenguaje poético. Oviedo: Universidad de Oviedo, 1975. 601 p. - Mico Buchon, J. L. "Ética y estética del poeta". En su: Hombre, belleza y Dios: ensayos de estética. Madrid: Studium, 1969. pp. 221-238. - Murena, Héctor A. La metáfora y lo sagrado. Caracas: Tiempo Nuevo, 1973. 109 p. - -. "Sobre la naturaleza del verbo". En su: El pecado original de América. Buenos Aires: Sur, 1954. pp. 69-86. - Otto, Rudolf. Lo santo: lo racional y lo irracional en la idea de Dios. Madrid: Alianza Editorial, 1980. 231 p. (El Libro de Bolsillo). - Paz, Octavio. El arco y la lira: el poema, la revelación poética, poesía e historia. 3ª ed. México, DF: Fondo de Cultura Económica, 1972. 305 p. (Sección de Lengua y Estudios Literarios). - Pfeiffer, Johannes. La poesía: hacia una comprensión de lo poético. 3ª ed. México, DF: Fondo de Cultura Económica, 1959. 137 p. (Breviarios; 4). - Poesía y sueños. En: Enciclopedia Internacional de Ciencias Sociales. Barcelona: Aguilar, 1977. - Wittgenstein, Ludwig. Los cuadernos azul y marrón. Madrid: Tecnos, 1968. 230 p. (Estructura y Función: 25 p.). ** Ernesto Fernando Iancilevich ernestoiancilevich@yahoo.com.ar Poeta y ensayista argentino (Buenos Aires, 1950). Licenciado en bibliotecología y documentación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde cursó estudios avanzados de filosofía. Estudió arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la misma universidad. Coordinó durante diez años el Taller de Creatividad Literaria Aletheia. Ha recibido 1r Premio de Poesía de la Fundación El Libro-Edenor (1996), el 1r Premio de Poesía de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Avellaneda (1999), el 1r Premio de Poesía del Encuentro de Escritores de Avellaneda-SADE filial Sur (2001-02), y el 1r Premio de Poesía de la Universidad Nacional de Córdoba (2005), entre otros. Publicó Primeros poemas: antología de poetas argentinos noveles (Buenos Aires: Fundación El Libro, 1996). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Poemas Clea Rojas *** Allí alguien los espera Guillermo Roz *** Limbo para Sofía Mauricio Medo Ferrero *** El Magín María Eugenia Caseiro *** Tiempo de paz Rosa M. Arroyo *** Repollos Pablo Brito Altamira *** Tres ejemplos de vidas paralelas Javier Sánchez Gutiérrez *** Testimonio de un lápiz antes de ser desecho Juan José Sandoval Zapata *** Casi 10 poemas desesperados y una canción de amor Emilio Moyano *** La sombra Gladys Liliana Abilar *** Poemas Carlos Barbarito *** Instinto maternal Cristina Amanda Tur Bernat (CAT) *** Tres poemas Andrea Elvira Cabel García *** Principios de proporcionalidad Javier Warleta Alcina *** La carne del tiempo (extractos) Silvia Favaretto *** Tres cuentos María Agustina Spacarotel === Poemas Clea Rojas ================================================ *** Revlon Yo no quiero ser la Única Sino la Inolvidable De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999) === Tres días para amar a un hombre, dos para olvidarlo. Ah, prostituta, Hetaira, delicia. Bombillo rojo en lugar de corazón Bolero de ti Fatalidad besada por la luna. De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999) === Tal vez ahora te aburra mi cordura Pero si he dejado devolverme loca por ti es porque tú no quisiste seguir siendo mi camisa de fuerza. No importa, de peores manicomios me han botado. De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999) === Perdido en el desierto de tu inercia y tu casa Ahogado entre perfumes menos puros que el mío desorientado incluso en la felicidad Preguntarás la brújula, el sol por dónde sale, la dirección del viento, cuál es la osa mayor Y sabrás que tu Norte estaba entre mis ojos y que todo lo demás es geografía barata e ineficaz. De Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999) === *** Mientras Penélope Cansada de tejer, de negarme y de esperar voy a tener que dormir con todos mis pretendientes por si acaso mi esposo no regresara de Troya quedarme yo con aquel que más se le parezca In memoriam. (Inédito). === *** Clasificado Mi Príncipe ha sido uno solo -¿mi amor ninguno?- Mi corsario es prófugo de la ley Mi esposo me dejó años ha Se busca un hombre que repudie mis títulos y que no se parezca a una nostalgia Interesados favor huir también. (Inédito). === *** Criollísima Andar yo, hembra, por las calles, como quien va escuchando un pajarillo (Y que los demás también me lo oigan) vestida como para morder Pero a salvo en ti que me esperas en casa con tu inocencia de bambuco. (Inédito). === *** Mi amor es un periódico de ayer (para Lavoe, de nuevo) Mi amor es un periódico de ayer Te sirve para que te envuelvas y madures aguacate para que te le orines encima perro adiestrado para que te embales y no te quiebres cosa frágil para que te cubras de la lluvia y hasta le ofrezcas un pedazo de mí galán de esquina a cualquier otra damisela en apuros a la que también vayas a engañar. (Inédito). ** Clea Rojas kalipigia7@yahoo.com Escritora y docente venezolana (Cumaná, 1972). Profesora de lengua y literatura latina en la Universidad de Los Andes (Mérida, Venezuela), Magister Scientiae en literatura iberoamericana. Ha publicado Pobremas de prostíbulo (Mérida, 1999), y Pobremas en la Revista Nacional de Cultura (Caracas, 2000). === Allí alguien los espera Guillermo Roz ============================ A los que habiendo tenido la posibilidad de hacer lo que soñaban, no lo hicieron, y así vivieron una existencia terrible. Supo, cuando vio llegar a los tres músicos, que no iba a resultarle fácil la noche. Un síntoma inconfundible es el entorpecimiento de su mano derecha. Se duerme y le avisa que van a aflorar sus peores demonios. Intenta que el ceño no se frunza y que su boca siga siendo suya y no de ese que lo ocupa. Pero si el adormecimiento empieza a ganar los tendones de su mano derecha, ya no tiene más que hacer. La luz de luna de septiembre tatuaba la sierra y allí se erguía la catedral que oiría la música de los tres hombres amenizando la boda. A él le tocaba recibirlos y hacer que todo saliera bien: la llegada de la novia, el orden del altar, la peluca del sacerdote, las luces, las sombras, la atención a los músicos, atención a los músicos, mucha atención a los músicos. Tres hombres empuñando cada uno su violín, su guitarra, su flauta, tres dagas de sonidos estaqueando los nervios de la noche de la sierra que podría haber salido perfectamente, porque la novia está de blanco y el sacerdote tiene la peluca martillada en medio del cráneo sacerdotal, pero esos tres hombres, ay, esos tres hombres que no pueden ser tan músicos, tan necesitados de corcheas y amplificadores, tres sillas, tres atriles, tres sonidos, violín, guitarra y flauta, la comparsa en casa de nuestro Dios, endemoniados filarmónicos que hacen que esa mano vaya queriendo aferrarse a la muerte, al asesinato del intérprete profesional, del apóstata músico de boda, que después se irá a su casa y comerá con su mujer y comentará que ha sido una boda espléndida y que los invitados se emocionaron con Schubert o Mozart o arroz o el ramo o cómo recordé nuestra boda mi amor. Nunca se había casado y nunca los músicos habían osado tocar en el mismísimo altar (nunca nunca nunca entenderían realmente esos indecentes qué es realmente música, como sí lo sabe él), pero que no puede ser, que esa era la casa de Dios, que los calambres llegan al cuello y que es un fusil enorme todo su lado derecho cuando ya no hay nada que hacer y los decorativos crucifican sus nervios cuando cada una de las notas circulan por delante de sus ojitos inflamados, sus orejitas incorruptibles, su santo nudo de corbata archidiocesana. La boda comienza y prosigue y de los salmos arrancan las armonías profanas de los hombres tres hombres tres. Tras todas las luces, las sombras lo cobijan y lo vuelven un espía, él en el fondo sabe que en su morada y en la del Salvador nadie va a salirse con la suya, allí están los velones y las flores y los bronces limpiados a mano hasta que quedaran como quiere el señor sacerdote y las noches de boda sin artistas horrendos saltimbanquis de boda que "necesiten" estar en el altar, dónde se ha visto y los tres títeres moviéndose al compás de la ceremonia. Hay que ver qué hermosa es la novia y la peluca y el padre de la novia con su bigote y las lágrimas negras gordas cristianas de la madre del novio y los hermanos en primera fila llenos de smokings y charoles. Hay qué ver que afilado está el puñal del dueño de la fiesta, el que tras los cristos sabe que los disonantes de la fe que se han subido al altar manipularán por última vez el Ave María, hay que ver con qué sueño se ha dormido la mano del hombre que lo ha organizado todo. Gracias a Dios todos se han ido, los últimos son los tres instrumentistas. Pero al llegar a su coche los tres se percatan de que han olvidado algo. Las luces de la catedral ya están apagadas. Parece que no hay a quien recurrir para que las prenda. Los músicos vuelven a la catedral y entran sigilosamente en la oscuridad total. Allí alguien los espera. ** Guillermo Roz guillermoroz@hotmail.com Docente argentino (Buenos Aires, 1973). Es profesor en letras por la Universidad Nacional de La Plata, Argentina, donde se desempeñó en la docencia y en el periodismo cultural. Ha publicado cuentos en distintas revistas especializadas. Es redactor de la revista Lazo Latino, de España, donde ha realizado importantes reportajes a personajes de la literatura y la cultura hispanoamericana. También colabora en la revista argentina El Anartista y en la revista digital italiana Trovarelamerica.org. Actualmente reside en Madrid. === Limbo para Sofía Mauricio Medo Ferrero =========================== "Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad". Robert Desnos *** 1. La palabra o su revés todo pelado, un Sol de Brujas conjurado en lo nocturno o la ficción donde revientan fatuos fuegos: Los poemas jamás hurtan su luz, en lo blanco, su sombra, espíritu o materia es un astro brillando sobre residuos de hermosura Afuera dos lágrimas arquean el tallo de un rosal. Le contemplas como si tu mirar fuera otra espina, pero yo vuelvo a mi poema. No puedo arriesgar en el silencio, si sobrevivieras en mi sonora obscenidad tal vez comprenderías. Ahora no desames mis instancias -ahí se concentran las esencias. Mi poema podría ser el estallido de un látigo en tu herida y también tu dolor. Lo inasibles en él son tus ojos de absynto o esa reflexión callada que evoca la combustión más explosiva del absurdo: el corazón -Humana Capital de mis dolencias edificada en la superficie de un absurdo mayor: el Amor. Pero yo vuelvo a mi poema, si abdico negaría cuanto hay de impronunciable y, sí, Amor es una bella palabra la devoción del poema surge también desde esta bella palabra en otra margen del silencio no en el revés todopelado que vil la contradice cuando creemos hallar en los crepúsculos algo más hermoso y perecible de lo que nombramos poema *** 2. La permanencia de dos cuerpos opuestos a la hermosura de sus sombras aún cuando neguemos al espíritu es la intuición de la Belleza como algo inmaterial y al encendernos como dos minúsculos cerillos raspados en un impromptu contra el suelo nos hace imaginar que las cenizas fueron las flamas de un cavernario fuego Ese fuego podría ser el aura que bordea tu menuda desnudez debo morder con suavidad esa sustancia cuando tiendas a nutrirte con mi savia o pensar -pon la mano en el mentón y modela, muñequita- o pensar, decía, en un placer que horade hasta las superficies minerales y que con hilos de agua talle el aire para reconocernos aun cuando ya no sepamos nuestros nombres *** 3. Decir que habito aquí obnubilado por el odio y la pequeñez de un amor que baila sobre un organillo con manivela rota -mi lenguaje- es lo que hace del poema una bella mentira como si aguantara el peso del paranoico celo de tantas noviecitas enfermas de ilusión o de aquel otro de un kilate mayor: la del moribundo que voló solo hacia el solo tras el sol -antes que Ícaro y los Wright- y cayó piel abajo sin detener lo abismal de su caída Su rostro amoratado podría ser la asfixia de lo vivo en la parquedad de un poema -horóscopo giratorio que mira a la Poesía en bóvedas celestes- y permanece inmóvil oyendo el ronroneo de un gato callejero donde "los Hijos de los Dioses uniéronse Con las Hijas de los Hombres Engendrándoles los héroes" Pero, ya lo intuimos, de los mitos sólo sabe el gato. Yo bostezo a duras penas en esta Villa tres veces coronada herido por tu belleza como antaño aunque lo niegue ahora con tu doble: el inválido artificio de este poema *** 4. Mi poema es aquel cielo al cual se ofrecen plegarias y sahumerios tan insignificante como una arruga en tu pañuelo Si crees que su cumbre está en las bóvedas celestes mira abajo, muñequita, Y verás cómo no alcanza ni la altura de tu ombligo Soy su único vestigio, el captor del resplandor que quiebra el linde entre la muerte y mis amores. Soy quien anuda su sacral esplendor a las palabras, huérfano en deseo. Mi poema no imanta la magnificencia de la Luz es su sombra quien diáfana desciende por el éxtasis de saberse contemplada. *** 7. Despacio, despacito, que no te invada el estupor. tócame, no balbuceo ni trasciendo. No enmiendo. no soy San Juan ni otro mamífero místico. En la penumbra rompo lo fugaz de la hermosura bajo el halo sombrío de mi abismo y otra vez la madrugada se hace tuya. Estoy cautivo. Me encarcela tu cuerpo en su génesis desnuda *** 8. Una, diez, quinientas veces mil con liviandad de luna quieta en resplandor máxime un lampo de belleza irresistible incendia el blanco de mi mirar inerte. Reveo el Cosmos con el tacto, me abismo en lo ilegible y no puedo asir una partícula fugaz de tan honda hermosura. Resiste -dijo Sofía- vuelve su sombra en poema *** 9. Urdir el poema con la precisión de un cirujano a sabiendas de que lo escrito, al torcer por la esquina de los años, será en mí algo absurdo como una espina sin tallo. Fijo la visión en el tacto, tanteo lo indecible y descubro que, finalmente, la presea será de alguien que fui o de otro, a quien no alcanzo todavía. *** 10. Nunca el poema es el mismo que es escribimos, No eres aquél que las palabras eligieron Ese ha muerto de la muerte de los otros Que vendrán después de ti Y seguirán escribiendo Y seguirán escribiendo. Eres otro. Alguien distinto. Nunca el poema es el mismo: He aquí su eternidad. *** 11. ¿Y qué de los poemas y el amor? -le pregunté. Los poemas no penetran, franquean sólo su sendero relinchando desaforadas melopeas a fin de capturarle su secreto. El amor descarga un alterna electricidad y pela los cables del Verbo hasta alcanzar el meollo. *** 12. Ah, Sofía, Entre tu cuerpo y el poema, La Palabra. ** Maurizio Medo Ferrero m_medo_ferrero@hotmail.com Poeta peruano (Lima, 1965). Ha publicado Travesía en la Calle del Silencio, Cábalas, En la edad de la memoria, Contemplación a través de los espejos y Caos de corazones. Su obra, traducida al inglés, italiano, francés y croata, ha sido considerada en diversas antologías hispanoamericanas. Actualmente se dedica a la docencia y la crítica literaria en diversos medios del Perú y del extranjero. === El Magín María Eugenia Caseiro =================================== "...si tales sucesos son ilusiones o verdades". Calderón. Cuando el magno emperador añil da la orden, los corazones laten a la par; la respuesta es espontánea, global, como si se esforzaran por abastecer de oxígeno un enorme pulmón colectivo. En el mar, el silencio espanta; es mejor cuando canta su salmodia el viento y don Rigoberto saluda, con la gorra en alto, el atardecer colmado de melancolías, palmípedas que huyen y pescadores que desempolvan prístinos cánticos de alta mar. -¡Todo a Sotavento! -vocifera don Rigoberto. La alquimia abisal lo convierte en un fantasma amarillento, escarchado, matizado por la luz del sol que se va apagando en el horizonte. Lo asaltan los recuerdos que confunden a los peces en un romanticismo reflexivo, genérico, saturado de algas y corales, en un piélago de irrecuperables cadáveres. Los sueños afloran con el desafío de las madréporas. Se entumecen los corazones helados por la lejanía y ya no hay secretos en medio del mar. Don Rigoberto se rasca la cabeza de pelos escasos y obstinados, frunce el entrecejo y su rostro, se convierte en una pasa gigantesca que guarda dos zafiros chispeantes y redondos que atisban el mar. Sonríe, y empina la garrafa de cazalla. El tiempo se detiene en un pasaje infinito; las corrientes juegan a destapar olvidadas ánforas, y con la espuma, los fantasmas enraizan sus eclipsadas hazañas a los anales de la travesía. Ve en sus sueños, los sueños de los marineros que se conjugan con el atardecer, abigarrados al olor de tripas de pescado y la resina. El espectro de la tarde agoniza, pletórico de quimeras que dibujan sus contornos en lontananza, se entrega a su habitual destino subrayando los atributos del crepúsculo. Las almas de los náufragos, perpetuas, aferradas aún a sus antiguos maderos, aparecen de vez en cuando reflejadas por el aura solar, que en el poniente, despide la tarde como una naranja incandescente, impregnada de recuerdos que son devorados gradualmente por el filo del horizonte. Un enorme iceberg cristalizado en el ángelus se levanta soberbio, neptúnico, aguijoneando el gélido espacio. El embrujo del ocaso se apodera de la tripulación que percibe las vibraciones del universo marino; las sirenas escapan de sus recónditas mazmorras abovedadas, como náyades que ascienden de las profundidades para ser descubiertas; entonan su melodiosa solfa que se origina en una desesperada búsqueda. Los argonautas, con escafandras de membranas salobres, se recrean en la asiduidad de sus coreografías heredadas. Los peces se avalanchan en una aluvión de estirpes que pugnan por prevalecer, mientras los caballitos, las estrellas y las ostras, desfilan en una alegre marcha de alegorías, encarnando su papel de graciosos personajes de fábulas. La colosal naranja acaba por sumergirse en un simulacro sempiterno para irse al otro lado del mapa astral. En la calígine fulgura apenas la estrella circumpolar y las bioluminiscencias de los extraños moradores del océano. Calados por el frío y la humedad, apesadumbradas ánimas que sucumben ante la majestuosidad de las tinieblas, los marinos, sometidos a una voluntad inexorable, consumen licor para avezarse a la lobreguez de la noche, a la resonancia de las corrientes que arrastran inagotables, inmortales moluscos plateados. La embarcación sin timonel se adentra en las sombras, renuncia a la erudición de la brújula que permanece fiel a sus registros, silenciosa. Una mano inmaterial empuña el gobernalle, impone el enigmático rumbo. Don Rigoberto se abandona a sus sueños plácidos y soleados al socaire de la bovedilla, impregnado de la cazalla del Santo Pirata Aburrido. Persigue mariposas en un valle saturado de flores silvestres y calamares que cantan al compás del ábrego. Una ballena con un collar de girasoles se deja arrastrar por la pendiente de una cascada transparente, jacintina. Sus compañeros, humedecidos por la salpicadura del torrente, recogen flores policromadas para alegrar las tumbas sin epitafio. Los muertos descansan ya en lugar sagrado, no a merced de los depredadores marinos, ni al desamparo de la noche infinita, pero el enigma de sus patronímicos, el rompecabezas de sus miembros mutilados, que yacen confundidos con otros fantasmas sin nombre, es causa aún del desconcierto. El mar burla la fantasía del navegante. (Los zafiros avistan un punto brillante en el cielo, allá en el horizonte austral). El Magín lo aborda en sueños, el embate sumerge el valle escarchado de flores y filamentos dorados. Los argonautas se desplazan a babor, esgrimiendo enormes anzuelos con señuelos de bailarinas desnudas que se agitan aferradas a los garfios, lanzando excitantes invitaciones a los marineros. Sopla el austro, y es posible amodorrarse por la brisa, caer en las redes de los fantasmas acorazados que vienen tripulando El Magín, o perecer en manos de las divas embrujadas que muestran sus vergüenzas sin recato. -¡A ellas! -vocifera el capitán fantasma, víctima ya de un padecimiento atroz, que lo obliga a retorcerse, rueda por cubierta con los rolidos del barco y lo despierta el rugir de sus tripas que aclaman un poco de fiambre. Los alfilerazos del chubasco lo hieren en pleno rostro. La galerna viene con el aquilón, acompañada de copiosa lluvia, rizando la superficie del mar como un espejo plagado de burbujas. La realidad secular se impone, reanuda su frecuencia irremediable. Los marineros despiertan a su rutina. Rugen sus entrañas al compás de la carpanta y la borrasca, se rinden al soberano que arruina el abordaje, mientras el intrépido mástil del Magín desafía el maleficio del viento y la resaca. Desaparecen las bailarinas, y las flores, y la ballena con el collar de girasoles, y las tumbas sin epitafio..., don Rigoberto rescata la gorra de galones azules y amarillos de entre las redes revueltas en la cubierta del barco. -¡A la capa! -avanzan, ajetreados fantasmas, campeando el temporal, hundiendo la proa en la codiciosa bocaza de espuma. Poco antes de salir el sol, don Rigoberto se quita la gorra aliviado, ve cómo El Magín se alza de proa, augusto, dejando atrás una estela de espuma gris. El regreso del astro rey entusiasma la mañana, asciende gradualmente para ocupar su estrado en el cenit, que lo espera, cerúleo y acicalado. Sopla un viento favorable del norte y del este. -¡Tierra a proa y a estribor!, ¡todo a sotavento! -el barco vira a bordo en una disciplinada maniobra. Las gaviotas reanudan su vuelo rapaz incorporándose al paisaje entre los cirros que irrigan el zarco espacio. El magno emperador azur, muestra su inmensidad como un sabio hierático que conserva la vastedad de su dominio in aeternum. Y otra vez, los corazones laten simultáneamente. El Magín avanza diligente, hechizado, como si el aliento de un pulmón colectivo impulsara su viejo caparazón de madera. ** María Eugenia Caseiro buhowriter@hotmail.com Escritora cubana radicada en Miami. Textos suyos han aparecido en la Muestra de Poesía Siglo XXI, de la Asociación Prometeo de Poesía, y en las antologías Famous Poets Society (1997 y 2000), Nueva poesía hispanoamericana (2004 y 2005) y Paseo en verso (México, 2005). Fue finalista del Concurso Internacional de Poesía Pasos en La Azotea y obtuvo mención de honor en el Concurso Internacional de Poesía y Cuento Mis Escritos (Lanuz, Argentina). Participa en Agonia.net y Radio Agonía. Delegada en Estados Unidos del grupo LCeeE, bajo la directiva de Napoleón Lizardo. Sus textos están difundidos en Internet, donde colabora con revistas y diarios digitales. Actualmente dirige el grupo con inquietudes literarias Los Búhos y Las Lechuzas, con escritores profesionales y noveles de habla hispana. Participa en numerosos foros de literatura. === Tiempo de paz Rosa M. Arroyo ===================================== Con inmenso cariño, a E.M.Y. *** I. Andante (Oración de la Mañana) Olor clandestino de mareas sembrando el aire de discursos en boca de oradores marinos, dispuestos, armónicos, implacables, sin pérdida de ritmo, amansando mi tiempo nuevo con su reloj silencioso en la orilla. Reverente llega a mí como un Kyrie, como una letanía de horizonte ofreciéndose calmo a mi espíritu y yo me abandono a su voz para dejar de ser un instante. *** II. Allegro (Oración del Mediodía) -Instante en las manos- Es tiempo de engrandecer el silencio con más silencio, absorbiendo el pausado discurrir de las horas, rotas, mínimamente, por el crujir indeciso de una pisada de goma en el paseo. El mar, como un reloj incombustible, va marcando ese tiempo: una, dos, tres... siete olas hasta llegar a la hora en punto en que, con sus brazos blancos, simula manecillas y abrazos, guardando en sus finales todas las letras del mundo en espera de ser conjugadas por el verbo, ungido de visión y oídos, hasta llegar calmo al papel succionador de imágenes: cuadros para pinceles de mago inspirado. El camino, hasta la voz que clama, se viste verde sobre el azul de su piel, con orfebres aromas manipulando esencias, en emulsiones preñadas de músicas conocidas, deseosas de ser re-conocidas. Todo toma forma y se adivinan los perfiles arbitrarios, desprovistos de la sombra que atosiga su andar, ya limpio de tormentas secas que endurecieron las pisadas en la tierra. Ahora es tiempo de entronizar lo callado para tornarlo sonoro en las entrelíneas, a base de palabras, acentuando los momentos exquisitos vividos en la hora en punto de la séptima ola, cuando el sosiego interior pide a gritos llegar hasta la orilla y derramarse, mientras un cuerpo de agua, sumiso, extiende sus brazos de sal dibujando las manecillas de un reloj marino. *** III. Largo (Oración nocturna) Claudican dúctiles las sombras ante silábicos contornos. Las yemas supuran cánticos, alabanzas, oraciones en rogativa. Se entregan los últimos hilos tejiendo empalizadas cotidianas: rompeolas para falsos mediodías que alumbren noches neonatas carentes de verbo. ¡Qué efímera veneración servil ante un dios de sal que se diluye entre los dedos, grano a grano, erosionado por sus ritmos letánicos! Mas yo, cobarde, rezo para que la lengua de mis manos guarde algo de sal en sus papilas cuando la luz me abandone. ** Rosa M. Arroyo rosam318@telefonica.net Escritora española (Madrid, 1963). Participa en el Taller de Literatura de la Biblioteca "María Moliner", de Madrid. Es miembro activo del Forum Letras Libres. Ha publicado en diferentes sitios en Internet, como El Escribidor y la revista Sensibilidades, entre otros. Textos suyos han sido incluidos en las antologías Estrella fugaz (Centro de Estudios Poéticos de Madrid, 2003) y Sensibilidades Oro (2003), así como en la revista Creación Poética Prometeo (Barcelona, 2004). === Repollos Pablo Brito Altamira ==================================== ¿Qué tal si me dedicara a cultivar repollos en lugar de pensar y escribir tantas naderías? He sabido que hay escasez de repollos en el mercado. Vienen de lejos y no siempre llegan. Las condiciones de su cultivo no son demasiado difíciles, pero se requiere de mucha constancia y dedicación. Yo he tenido tanta constancia y dedicación en esta actividad inútil y superflua que es escribir, que tal vez tendría éxito con los repollos. Si la cosecha no fuera muy grande o no pudiera venderse, al menos tendría unos cuantos repollos, que son lindos de ver y se pueden comer, cosa que no sucede con el papel escrito. Por lo demás, nadie duda de la validez metafísica de los repollos ni hace comentarios demasiado críticos sobre el estilo de los mismos. Es difícil estar en desacuerdo con un repollo o considerarlo barroco o ininteligible, por muchas hojas que tenga. Un repollo es así y su valor reside en sus propiedades alimenticias o decorativas: he visto muchos repollos codeándose con flores de más prestigio en arreglos de los que embellecen las plazas y los parques. Yo he seguido aquella recomendación que atribuyen simultáneamente a varios hombres célebres: he tenido un hijo y he escrito un libro, pero jamás he sembrado un repollo. ¿Será esto lo que me falta para "realizarme"? Debo confesar que entre mis múltiples limitaciones intelectuales una de las más enojosas es la de no haber entendido nunca, por mucho que lo he intentado, qué es eso de realizarse. He realizado unas cuantas cosas en la vida, como todos: he realizado viajes y realizado tareas, he realizado ceremonias, o las han realizado conmigo, pero nunca llegué siquiera a comprender cuál sería la manera de realizarme a mí mismo. En mi obtusidad (¿se dice así?) no llego a visualizar la escena. Muchas veces visualizar las escenas me sirve para entender conceptos, puede que sea por eso que me gusta escribir teatro y hacer teatro en mi vida. He sido protagonista de muchas "escenas". "No hagas escenas", me dicen a menudo mi psiquiatra, mis amigos y mis ex mujeres, que se divorciaron de mí porque no aguantaban mis escenas. Poco importa, lo que cuenta es que no imagino cómo será la situación en que yo me estaría realizando a mí mismo. Pienso a veces en un escultor frente a su estatua en un escenario con un solo actor que debe hacer alternativamente los dos papeles. El problema técnico es que cuando el actor hace de escultor el pedestal de la estatua queda vacío. Pensé que podría resolverse con dos actores que simularan ser idénticos y que interactuaran como si fueran uno solo. Pero nada de eso me alcanza para llegar a la fórmula mediante la cual ese escultor, a medida que va perfeccionando su estatua, va cambiando también, ya que objeto y sujeto son lo mismo. Y peor aun: ¿cuándo decidiría el escultor, o la estatua -lo que es más inquietante- que la "realización" ha culminado? Imagino al escultor satisfecho de su obra y a la estatua diciéndole: "Eres un pésimo escultor, mira lo que has hecho con la hermosa piedra que yo era al principio". El escultor la miraría con furia y diría: "¿Qué esperabas que hiciera con un pedazo de mármol frío e inerte? ¿Acaso imaginabas que saldría de ti alguna cosa viva que pudiera pensar y hablar?". En uno de los finales que he imaginado, el escultor y la estatua se baten en lucha desigual y la estatua cae y se hace pedazos. Compungido, el escultor recoge en silencio los trozos y comienza a tallarlos para convertirlos en repollos de piedra de distintos tamaños. ** Pablo Brito Altamira mercurius132003@yahoo.com Escritor venezolano (1953). Reside en Francia. Dramaturgo, cuentista, poeta, ensayista y realizador cinematográfico. Ha obtenido, entre otros reconocimientos, el primer premio en el certamen literario "Villa de Navia" (2005). Ha dirigido varios cortometrajes. === Tres ejemplos de vidas paralelas Javier Sánchez Gutiérrez ======== *** Jorge Luis Borges celebra el desamor de Clarita Leví de Benhaim Qué bueno que te fuiste y me dejaste en el laberinto solo, acosado por la nostalgia y otros apetitos inconfesables; qué bueno que nunca mis manos llegaron a recorrer los pormenores de tu cuerpo; qué bueno que apenas logré intuir tu aroma vagamente afrutado; qué bueno que gocé de tu presencia turbadora (y de tu rara inteligencia) tan sólo un instante de la eternidad; qué bueno que nunca te besé, que nunca te poseí, que jamás conocí junto a vos las rutinas, los quehaceres, los instantes frugales de una larga vida amablemente compartida, tal y como yo soñaba con desesperación en la noche incesante de mi ceguera, porque así mi memoria te conserva intacta, inalterable, perfecta, igual que una Idea. *** El poeta Juan Gelman interroga a su hijo Marcelo Ariel, asesinado por la dictadura argentina en 1976 Escuchá, Marcelito, si a vos debo el deleite del tiempo dulcemente perdido en pos de la paloma, si vos me ensanchaste la risa hasta parecer un caudal recién brotado, si me hiciste creer que era amigo, maestro, cuentacuentos, enfermero, mago, si vos engendraste en mí la alegría más alegre, la risa más riente, si fuiste vos el que realmente me dio esta vida que me vive y me desvive, si hasta muriendo has trazado el camino que han de seguir mis pasos y has templado mi voz para reclamar la libertad y la dignidad de mi pueblo, si, bueno, me has dado el ser que soy, ¿con qué derecho puede afirmar nadie que el hijo sos vos, y yo el padre? *** Una vez superada la esquizofrenia paranoide, el premio Nobel John Nash expone a su esposa Alicia su nueva teoría matemática Calculemos, mi amor, nuestras posibilidades: tal vez podemos sumar a nuestras vidas algunos besos más, de todo género (no siempre han de desembocar en frenesí), sin duda más abrazos, más caricias, esto es, más territorios por explorar, algún que otro pétalo de rosa, cierto aire perfumado de guayabo y malinche, por qué no un baño, de vez en cuando, en la corriente vivificante de un arroyo de montaña, y, sin duda, aunque nos digan afectados, el aleteo de un verso en nuestros oídos; sustraigamos de nuestra existencia, por el contrario, el tic-tac insolente de los relojes, porque el tiempo no huye, sino la felicidad, restemos importancia a las cosas, no sé, a la evolución de la Bolsa, el roto del calcetín o el libro de poesía lírica negligentemente puesto dentro del armario. Quizá no me explico. Multipliquemos la vida, no dividamos las energías, porque sólo viviendo exponencialmente hallaremos la raíz de la alegría. ** Javier Sánchez Gutiérrez alcantarias@hotmail.com Escritor español (Albacete, 1965). Es profesor de historia en el Instituto de Secundaria Ramón y Cajal. Redacta guiones para documentales. Ha publicado algunos relatos y poemas en Madrid (Ateneo Cultural 1º de Mayo), Murcia (Certamen Jara Carrillo), León (Casa de Galicia), Cuenca (Biblioteca Pública de Iniesta), Albacete (Certamen Antonio Machado, de Casas Ibáñez) y en algunos portales literarios como Proyecto Sherezade, ElCuento.com y Almiar. === Testimonio de un lápiz antes de ser desecho =========================== === Juan José Sandoval Zapata ============================================= Usted va pensar que estoy loco, señor. Pero disculpe usted si ataranto su lógica estructural. Las hojas cuadriculadas me producen jaqueca. Por eso es que vale la pena objetarle el hecho de utilizar esa horrorosa manta matemática, para acoplarnos a la blancura infinita del bond de ciento veinte gramos. Las yemas de mis dedos se lo agradecerán, estimado señor. Venga, que le voy a contar lo que me pasó. Verá usted, señor. Yo no era como me ve ahora. No, señor, cómo cree que pudiera tener semejante fealdad de manera perpetua. Señor, yo le cuento, fue el tajador quien mejoró mi sonrisa. Porque la mía era una cara de lamento cuando pasó el accidente que me ocurrió, señor. Yo iba deslizando mi carbón sulfatado por el bond. Siempre había querido ser surfista pero ya pues, señor, aquí me tiene de lápiz de tercera edad escribiendo para terceras personas. Entonces como que el deslizarme por el bond hizo que mi pasión por la tabla se vea compensada. Yo, señor, que andaba bailando en zig-zag por el papel limpio, creando poesía de alta calidad, gustoso de mi vida íntima haciendo mías las lágrimas de quienes plasmaron su verso lacrimógeno por mi cuerpo de madera respingada. El día aquel que le quiero contar, señor, data ya de hace unos años. Como le decía, andaba bailando palabras hermosas por el papel: deutoronomios, acemípalos, terecoideos, anitimotina, nefelibatas, pluscuamperfectos hidrocarburados, mentecatas comestibles. Toda una delicia de creatividad en que me hallaba profuso, sumergido en mí. Toda esa felicidad corría en mí, señor, hasta que el accidente me sacó del papel. No recuerdo bien si fue un resbalón el que me sacó del camino. O fue mi sesgo de vida. Ese sesgo que le da la poesía a quienes ríen demasiado. La tiranía del verso, que le dicen. De la frase. De la palabra. La tiranía de la locura, señor, imagínese. La locura rompió mi puntiaguda nariz. La palabra quedó incompleta, la voz fracturada. Sólo se oía mi grito de dolor. Sacarme más punta sería soltar la guillotina en mí, consultó el escribano. No había más que mi voz de lamento, señor. Suplicaba, siquiera, terminar el poema, no ceder a la vejez, al olvido del ser humano. Yo, heredero de la pluma con tinta con la que se escribió el primer Quijote. Yo, abuelo del bolígrafo que inundó Hollywood con sus estrellas. Yo, el precursor del pincel fino que parió el lienzo. Y me descarrilé por completo... Primero fui a dar a una fosa común. Hice amigos, sí, algunos con la misma edad que yo. Algunos con los mismos dolores, los mismos traumas. Jamás me había dado cuenta de que mientras yo versaba, había compatriotas míos que se dedicaban al dibujo, al color, al movimiento de las figuras. ¡Estaba en otra vida! Negarme a ser tajado fue también renunciar a mi propia obra. Igual le pasó al lápiz rojo, que después del exilio se hizo amigo mío. Quién diría, me dijo. Jamás iba pensar ser amigo de un "rojo". Pero ya ve usted, señor, todo se paga en esta vida. Luego de la fosa, señor, no tuve otra que huir. Entonces acordé con otros compañeros mutilados que bien podíamos salir del agujero a donde nos habían metido sin consulta alguna, que la revolución es posible. Que el poder real está en nosotros mismos. Que viva el Che, viva Neruda. ¡Viva la revolución! Y nos unimos. De nada sirvió, señor. Aquí me tiene usted. Recogido de un tacho de basura. Revindicado por usted, dándome la oportunidad de decir que sí, que aún puedo ser el de antes. Déme tan sólo una hoja bond de ciento veinte gramos y le explico. Aquí un ejemplo: descuajeringamiento rocanrolerizado para niños insulínos con síndrome de incontinencia verbal. ¿Usted qué dice? ** Juan José Sandoval Zapata juan_jose_sandoval_zapata@hotmail.com Periodista y escritor peruano (Lima, 1976). Licenciado en ciencias de la comunicación con maestría en periodismo por su trabajo de investigación La jerga en la prensa chicha del Perú. Su primer libro de cuentos, Barrunto (2001), lleva dos ediciones agotadas y el cortometraje homónimo basado en la obra fue considerado Mejor Corto de Ficción Peruano en 2004. Actualmente desarrolla un proyecto sonoro de rock'n roll que lleva por nombre Los Viejitos de Barrón. Próximamente, saldrá su nuevo volumen de cuentos, Las ratas de mi casa. Textos suyos pueden leerse en su blog, http://barrunto.blogspot.com === Casi 10 poemas desesperados y una canción de amor Emilio Moyano == *** 1 Andaba como el poeta en la selva oscura. Sorteando caminos que no llevan a ninguna parte. El poeta bajó al infierno en busca del amor y no lo encontró. El amor es una causa difícil: está en todas partes y al mismo tiempo no está en ningún lugar. Andaba como el Dante en la selva oscura cuando la conocí. Fue como escribir dos páginas que en realidad ya estaban escritas en algún rincón de mi alma. Fue una madrugada extensa. Una noche cubierta por los caprichos del sol. Me dijo muchas cosas que aún guardo entre las hojas de una pequeña biografía. Me dijo algo que me dio la tranquilidad de saber que los caminos ya están hechos y que el tren se está moviendo. Me dijo también otras cosas pero no las recuerdo. Sentado con la luz del sol a mis espaldas, pienso: sí existe el final. Diría que eso fue un buen comienzo. *** 2 Algunas palabras de amor en los primeros días del siglo no vienen tan mal. Hemos soportado muchas traiciones. Hemos pagado infinitos documentos a los acreedores del corazón. Nos hemos adelantado en la fila para salir más rápido de la situación. Nos hemos perdido y nos hemos encontrado. Suscribimos la televisión por cable. Brindamos en Año Nuevo y nos despertamos en Navidad. Nos enamoramos de nada y nos conformamos con todo. Descendemos por la puerta de atrás y no conversamos con el conductor. No sacamos los brazos. Algunas palabras pueden cambiar nuestras pesadillas. Algunos santos con sus pies de barro y sus coronas de espina también lo pueden hacer. En el día de los corazones sensibles podemos salir con San Antonio y, juntos, rescatar a las chicas que buscan novio en las parroquias de la ciudad. *** 3 Cuando el sol del mediodía nos entibiaba en la plaza, descubrí los secretos del cielo. Descubrí la indiferencia del mundo y el secreto del amor. Tus manos, simplemente manos, guardaron mis despojos. Los tres deseos, mi ilusión. Mirando el tiempo pasar, masticando ciertas obligaciones: la calle, el ruido de los coches, los trajes y el cansancio de los peatones. Recostado en su costado me perdí en el desierto de las cosas. Conocía hasta el último rincón... pero me perdí. Cuando el sol del mediodía nos empujaba con su lento caracol, perdí los secretos del cielo. Mantuve el secreto del amor. *** 4 Primero vivir, después filosofar. Los libros nos quitan la respiración. Nos cortan las alas. Las páginas dan vueltas en el mismo lugar. El corazón y la cabeza vuelan en distintas direcciones pero con la misma ilusión. Pienso en los hombres que entregaron su vida por el pensamiento. Pienso en todas las formas del conocimiento. Y creo que todo eso es filosofía. Pero no es la realidad. Hay un prodigio en todas esas cuestiones del tiempo, del ser y de la nada. Hay un misterio que se puede resolver con tan pocas palabras. También hay algo de reserva en mi interior. Quisiera escribir con el impulso. Y no puedo abandonar la reflexión. Quisiera ser como el invierno que pasa de vez en cuando. Pero llevo el amor y siempre me estoy quedando. *** 5 Ella vestía santos en el altillo de su propia casa. Él ensayaba las diferentes maneras de decir adiós. Los amigos se sentaban en el mismo bar. El sol y las estrellas abrigaban la oscuridad. Él escribió que los años se percuten en vajillas y se recargan dos días después y que siempre iba a ser un miserable. Ella dibujó un corazón en las paredes de su cuarto. Las mañanas fueron tibias. Los temores, un desaliento. Él olvidó las causas perdidas y se fue a buscar una razón para seguir viviendo. Ella se dejó encontrar. "Y juntos, pero solos, como cadenas, abren regalos imaginarios en un beso que dura siete segundos. Y al final de cuentas, eso es lo que cuenta (en sus ojos había tormenta.)". *** 6 Por fortuna El suelo sigue bajo los pies Los dedos sobre la frente Y un cuerdo no se pone de acuerdo con la muerte Por fortuna no hay tantos locos de remate Ni perros vagabundos Las sombras no se asombran Las luces todavía son luces Y las miradas se cruzan Los hombres guardan el temor O se ponen tristes después de la cena Ella entra muy tarde en el río Luego la saca muerta el doctor Todos dicen que ha muerto de frío Por fortuna el poeta cree que murió de amor. *** 7 Por desgracia Todo se termina Y lo que fue ardor se convierte en soledad Y lo que fue amor se convierte en frialdad A través del fuego pasan las horas Pero no logran olvidar sus pecados Salvo aquellos pecados capitales Por desgracia todo se termina A veces suele ser una desgracia con suerte A veces no *** 8 En materia de olvido los corazones simples dan hasta lo que no tienen (es que algunos hombres sólo viven del pan) corazones simples manzanas prohibidas calles sin una miserable salida son las escenas de esta pesadilla que por piedad llamamos vida tal vez no estemos tan equivocados pero eso no dice que estemos lejos de no equivocarnos por el amor en materia de amor los corazones simples tienen lo que no les dieron sólo eso *** 8 Me atrapan las redundancias Y con ellas las penas de un alma en pena Oculta en la ebriedad Los doctores pretenden sacarme Del vaso de agua Sin embargo no lo pueden lograr Mis ojos estampados en el vidrio Se ahogan una vez más Tu figura entrando en el bar Distrae a los doctores Que indefectiblemente Ya no me podrán sacar *** 9 Escapó del poema la princesa y baila triste en el medio del bar los hombres necios la invitan a bailar pero ella baila sola y baila en el medio del bar sus giros podrían ser eternos podrían ser como el cielo como la Navidad pero lo cierto es que el poeta llega al amanecer se sienta solo en una mesa pide una botella de vino y devuelve la princesa a su lugar *** 10 (este poema se perdió en la desesperación) *** La canción de amor La canción de los malos tragos Quiere ser una canción de amor Quiere la camisa Y las once varas El cáliz sagrado Y la última cruzada El último permiso Para no caerse al piso Quiere ser una forma En tu forma de ser Y no pedirte permiso Bajo el cielo de espinas En el río de los enamorados Que no piden a gritos un doctor Pero piden un poeta Que les hable de amor ** Emilio Moyano filosofiacruel@hotmail.com Escritor y docente argentino (Córdoba, 1972). Profesor en letras. Ha publicado Cenizas del tiempo (1999), colección de relatos premiada con el Fondo a la Actividad Editorial por la Municipalidad de Córdoba. === La sombra Gladys Liliana Abilar ================================== Ojeaba distraída el diario mientras esperaba el ómnibus cuando un sonido líquido, como de pequeña lluvia, atrajo mi atención. Un perro siberiano estaba orinando encima de mi sombra. Otro de mis descuidos. La rescaté al instante, la sequé y le rocié un perfume de cartera. Se quedó muy quietita, extendida en forma oblicua, sobre la vereda. Una señora venía caminando en dirección a nosotras y cuando vi que no se desviaba de su camino, sino que le iba a pasar por encima a mi sombra, la corrí del lugar y la puse a salvo de la despiadada mujer; en ese mismo instante su negro y lustroso zapato aplastaba la baldosa que yo liberé. Mi sombra suspiró aliviada. Siempre se descuida; total, sabe que me tiene pendiente de ella todo el tiempo. El colectivo llegó, yo la levanté, la colgué de mi brazo como si fuera un abrigo y subí. Evitando empujones y aplastamientos la salvé de la multitud que se apretujaba por ganar un espacio. Encontré un asiento libre junto a la ventanilla y me senté. Ella se acomodó sobre la pared del vehículo, adosada al vidrio como una calcomanía. Le había advertido que jamás se quedara parada en el pasillo pues sería víctima de serios pisotones. De esta manera puedo controlarla mejor. Quiero a mi sombra porque es silenciosa y fiel, aunque a veces me desobedece. Suele ser distraída y a menudo se hace la otaria. Así como hay gente que lleva por mascota un perrito, un gatito, una iguana, un hámster, etc., yo elegí por mascota a mi sombra. Me da un trabajo de aquellos. Aunque no tengo que alimentarla, pues se alimenta de lo mío, debo estar sumamente atenta en salvar su vida a cada instante. Baja a la calle sin mirar y se detiene junto a cualquier vehículo que la podría aplastar sin ninguna consideración. Una vez la rescaté de un camión que le había estacionado encima. La saqué sin aliento, pálida como un muerto, medio asfixiada por el gas carbónico del motor. La sacudí, le di aire, y en casa le hice nebulizaciones. Me costó reanimarla. Creí que la perdía. Otra vez se encaprichó ante una vidriera con elegantes ropas de dormir, camisones de encajes, corpiños con puntillas y deshabillés de raso. Porque si hay algo que la pierde es la lencería, y ahí se paralizó extasiada en la colección cuando una señora, que transitaba con su hijo y un carrito de supermercado, tuvo la misma idea que ella. Se detuvieron en la vidriera y estacionaron el carro cargado de comestibles encima de mi sombra. El niño escupió su chicle sobre ella al tiempo que le pegaba una figurita de Superman en la frente, otra de Mickey en la boca y la Pantera Rosa en medio del pecho. Luego sacó de su bolsillo una tiza blanca y le dibujó los ojos redondos y grandes y una boca enorme. Cuando me percaté de la situación del carro de supermercado, alegremente detenido sobre la sombra, mi reacción no se hizo esperar; fue tal el empujón que le di a la señora y al carro, que los tiré lejos. El chico me miraba asustado. La mujer no entendía nada. Empezó a chillar como loca, gritos e insultos escapaban de su garganta mientras juntaba todo el contenido de su compra. Luego se retiró llevándose a su pequeño bandolero. Mi sombra quedó maltrecha y dolorida. Las cuatro ruedas del carro se habían incrustado en su magro cuerpo. A pesar de su magritud, severas cicatrices la atravesaron. Yo la sobé y la acaricié, le limpié el chicle asqueroso que le había pegoteado el niño y, cuando quise retirarle las figuritas, ella se negó. Sí, se negó rotundamente. Las tuve que dejar, total, a la noche, mientras durmiera las sacaría con cuidado. Jamás se ha visto a una sombra con figuritas en su cuerpo y por la calle. ¿Dónde está la seriedad? Las sombras tienen que ser sombras, y listo. Ya en casa le hablé seriamente, le advertí que no siempre me iba a tener a su lado para defenderla. Que aprendiera a cuidarse por sí misma. Pero jamás escarmentó. A propósito, siempre está llevando la contraria. Cuando las sombras se alinean respetando la voluntad del sol, la mía enfila para otro lado rompiendo el orden impuesto por los principios de la física. Con el afán de llamar la atención es capaz de cualquier cosa. Así también le ocurren las desgracias. Como aquella hermosa mañana que salimos de compras y yo tenía al sol de frente hostigándome los ojos. Ella me antecedía, es decir, iba delante de mí, no atrás como el resto de las sombras, de acuerdo con la hora y la posición de los rayos solares. Porque, cualquiera que se precie de ser una buena sombra, ocupa el lugar que le corresponde y sin rebeldía. Pero la mía no. Y así le va. Dos hombres caminaban adelante transportando una gran placa de vidrio. Uno de ellos no vio el adoquín que emergía con su punta de iceberg, pequeñito pero contundente, y le provocó el inevitable tropezón. El vidrio voló y fue a caer, rígido, perpendicular, preciso, sobre mi sombra, antes de estallar en mil pedazos. La cercenó, literalmente la rebanó. Quedó dividida en dos. El tajo, limpio, neto, la abrió por el medio y un trozo de vidrio se estaqueó en la cintura. Venciendo mi primera impresión, recogí las dos mitades y volé a la clínica más cercana. El médico de turno, al ver su calamitoso estado, la desahució. Le rogué, le imploré, le supliqué de rodillas que la interviniera. Conmovido ante mi actitud, accedió a coserla. Tuvo que ser con anestesia y en quirófano. Dada la urgencia del caso no pudo recurrir a una cirugía estética, de modo que el resultado final arrojaba la imagen de un perfecto matambre. Las puntadas se le dibujaban como patas de araña ciñendo el queloide que se le había formado. "Tiene mala cicatrización", sentenció el médico. Una vez en casa, y superado el pos-operatorio, mi sombra apeló a su natural coquetería y se negó a salir a la calle en esas condiciones. Y yo dejé de salir de casa porque, ¿adónde iba a ir sin sombra? ¿dónde se ha visto un ser humano sin sombra? Desde su enclaustramiento, y ya agriado el carácter de tanto encierro, me exigió un cirujano plástico que le devolviera su belleza. Lloró, pateó, insultó, hasta que logró hacerme la vida imposible. Y así tuvo que ser. Gasté todos mis ahorros en el mejor cirujano y ella quedó satisfecha, más bonita y presumida que nunca. El 25 de mayo salí a pasear por la avenida del Libertador porque había escuchado que desfilarían los granaderos a caballo. No me lo quise perder y ahí estuve mezclada entre la multitud. Mi sombra cuidadosamente estacionada junto a otra sombra perteneciente a un joven de destacada figura. Cuando vi que se acercaban los granaderos en prolija formación, con sus impecables uniformes, sus altos morriones y su enhiesta bizarría, decidí cruzarme de vereda para tener mejor visión. Entonces sentí que algo me tiraba de los pies. Crucé la calle con cierta dificultad, como si llevara lastre en los talones. En el preciso instante en que los garbosos caballos marchaban ante mis ojos, descubrí que lo hacían también sobre mi sombra que se proyectaba desde mis pies hasta la otra vereda. Permanecía agarrada a un anuncio comercial, encaprichada y presumida junto a la de mi antiguo vecino. El desfile pasó y, de inmediato, fui a rescatarla, pero se resistía a desprenderse del cartel que le aseguraba la cercanía del musculoso joven. Tuve que tironear, y hasta forcejear. Se había abrazado al poste con tal firmeza que casi me doy por vencida. Felizmente fue el caballero quien se retiró llevándose su pertenencia. Entonces me atareé en juntar las ruinas de la mía, curar sus hematomas y cubrir sus lastimaduras, pues se veía como bandera de guerra perdida en campo de batalla. También tuve que moldearla de nuevo; quedó tan estirada que no parecía mi sombra. La comprendí, se había enamorado de la robusta sombra del joven. Estuvo ofendida conmigo durante una semana. Era celosa la pobre. Terriblemente celosa. Yo tenía un novio con el cual solíamos pasear por Palermo. Nos gustaba bordear el lago abrazados, caminar por los senderos floridos y mirarnos con infinito amor. Pero cada vez que nos besábamos, ahí estaba ella, presa de un ataque de celos, entrometiendo su esquelética figura entre nosotros, adherida a nuestras bocas como una estampilla. En esas ocasiones nuestros besos tenían gusto acre. Siempre creí que las sombras eran insaboras como el agua. Pero no, al menos la mía sabía acre. Cierta vez estábamos recostados sobre la hierba mimándonos y ella se las arregló para encontrar un hormiguero distante de nosotros y, ¡oh sorpresa! ahí se acostó, encima de las hormigas coloradas. Tenía la extraña facultad de estirarse como goma de mascar hasta alcanzar su objetivo -el hormiguero. Y su objetivo, en este caso, consistía en lograr que la atendiera a ella y desatendiera a mi novio. Cuando me percaté de su ausencia, seguí su proyección hasta descubrirla a lo lejos cubierta de hormigas. Estaba colorada como una feta de jamón crudo. De inmediato corrí a rescatarla. La sacudí con energía, la mojé para calmar las picaduras y en casa le unté Caladril. Esa misma tarde ya había hecho de las suyas, cuando se tiró al lago, de donde la saqué empapada y medio ahogada. Recuerdo que, al zambullirse, sonó como una castañuela al contacto con el agua fría. De esa manera logró mantenerme vigilante mientras procedía a secarla y calentarla para evitar un resfriado. Mi novio empezó a inquietarse. Era más el tiempo que le dedicaba a ella que a él. Conclusión, perdí a mi novio, se cansó. Ella se sentía tan feliz que durante mucho tiempo su conducta fue intachable. Mi sombra es indeleble, maleable y casi anoréxica. A pesar de que ella se alimenta de lo mío, y no es poco lo que como, se mantiene en una inmortal delgadez, casi transparente, rayana con el raquitismo. A veces parece una lámina de metal, rígida y brillante, cuando estoy parada en el asfalto bajo el sol; otras veces, un mantel arrugado, cuando nos sentamos sobre el pasto; otras veces semeja una sábana escurriéndole el agua, cuando la saco del lago. Y de noche parece una silla, pues la dejo sentada junto a mi cama cubierta por una manta. Cuando, a menudo, el sueño la vence, se desliza formando zigzag hasta quedar plegada como un fuelle, y la manta cae sobre el piso. Entonces me tengo que levantar, acomodarla y taparla nuevamente. Este esfuerzo representa un desvelo asegurado. Así como yo la cuido de día, ella debe cuidarme de noche. El acuerdo surgió cuando quiso dormir conmigo, metida en mi cama. Se lo permití un tiempo, pero una noche la aplasté sin darme cuenta y juré no repetirlo nunca más. Amaneció toda morada, sin aire, agonizante. Pero insistía en dormir conmigo. El único argumento que logró convencerla fue que ella debía cuidar de mí durante la noche y, a cambio, yo velaba por su seguridad el resto del día, preservándola de los peligros cotidianos -tarea nada fácil de lograr. Al principio, con tal de no dejarla "suelta" considerando lo traviesa que era, durante la noche la guardaba en el cajón de las remeras o de la lencería, bien dobladita, hasta que ella ganó la discusión aduciendo que le faltaba el aire, que se aburría. Aunque, para matar ese aburrimiento, se probaba toda mi ropa, corpiños, bombachas, medias y portaligas incluidos. Al día siguiente mi cuarto era un carnaval, cuando no, una verdadera orgía. Ayer, al anochecer, permanecí sentada en el banco de un parque extasiada ante el cielo de verano y mi sombra extendida junto a mí, sobre el pasto oloroso. Al rato, retozaba juguetona con la nube de insectos que se amontonaba en el farol. Brincando entre luciérnagas, mosquitos y grillos, agotó sus reservas y cayó exhausta. No sé en qué momento me adormecí y ella, lánguidamente, también se durmió. Los primeros rayos del sol acaban de despertarme. Me sobresalto al descubrir un gigante edificio que se levanta al lado mío. Se habrá construido durante la noche -pienso. Me incorporo, agitada, y busco mi sombra. No la encuentro por ningún lado. Súbitamente, como atraída por un funesto presagio, giro sobre mis talones y enfrento la mole de granito. Un hálito de muerte me sacude. El monstruo de cemento descansa indiferente, altanero, imbatible, sobre mi sombra. ** Gladys Liliana Abilar gladys8@fibertel.com.ar Poeta y narradora argentina (Chilecito, La Rioja). En 1972 se graduó de profesora superior de piano, y en 1980 obtuvo el título de ingeniera agrónoma. Asumió la dirección del Instituto de Investigaciones Agropecuarias de la Universidad de La Rioja, donde tuvo a su cargo la Cátedra de Genética. Realizó estudios de postgrado en el IAP, de Paisajismo. Paralelamente incursionó en la Literatura publicando los libros: Ecos del corazón (poemas, 1989), Más allá del pecado (novela, 1993), Eclipse de Lubna (novela, 1997), Pensar sin permiso (aforismos, con prólogo de José Narosky, 1999), Doce hogueras (cuentos, ilustrado por el pintor uruguayo Carlos Páez Vilaró y prologado por Eduardo Gudiño Kieffer, mención en la Faja de Honor de la Sade, 2000), y Destino rabioso (cuentos, Faja de Honor de la Sade, 2003). Participó en el IV Encuentro Internacional Literario de Montevideo (2003) y en el IV Encuentro Internacional de Escritoras "Inés Arredondo" de Guadalajara (2004), donde fue invitada para presentar Destino rabioso a cargo de Alicia Steimberg. Con este último género integró siete antologías y participó en numerosos concursos literarios, obteniendo diversas distinciones nacionales e internacionales, tales como el premio "Ugarit", otorgado por la sociedad Sirio Libanesa y "Cuentos Aller", otorgado por la comunidad Allerana de España, entre otros. Participó en la Feria Itinerante del Libro en Chilecito (2004), donde también se presentó Destino rabioso. Participó en la edición y presentación del libro de Héctor David Gatica Integración cultural riojana (2005). Colaboró en la edición del libro La Rioja, de Manrique Zago. === Poemas Carlos Barbarito ========================================== (Albrecht Dürer, 1502) ¿A quién ofrecerle este oro? Una música larga, tañida, pulsada, una larga soga de techo a techo de la que cuelgan, sin ser movidos, aunque sople, por el viento, papeles manchados por un aliento puro, un amor casi puro, bermellón, terracota. ¿Y esa liebre? ¿Esa virgen rodeada de animales? ¿A quién ofrecerle el desnudo, las manos antes de la malaria, la altura que no precisa de puentes, la mirada puesta en aguas que se componen y descomponen, alas que rasgan la superficie y, abajo, la misma, eterna sed de proporciones y perspectivas? ¿A qué médico, a cuál vida o hacia qué muerte, linfa, enjambre, aliento de lobo marino, arena? === (Un Gericault, Louvre) Hombres casi locos y restos de hombres sobre los restos de una nave, y un mar color de muerto, y un cielo color de muerte, me pregunté ¿qué viento empuja esa vela atada con sogas a punto de cortarse? ¿qué sueña el que apoya una mano en el lado izquierdo del compañero desnudo y moribundo? y luego pensé en la ley moral y el cielo estrellado, en el alfabeto de la cruz, en la misteriosa caja de las ensenadas y la luna, en la página donde alguien escribió: bueno, inmortal, lúcido, incorpóreo... === Una serpiente lo pica, se concentra el veneno en su sangre hasta ser más sangre -oscura- que su propia sangre. Pero no muere, porque es extranjero y, se sabe, todo extraño es inmune. Tanto vigor y, sin embargo, padece: todo foráneo, se sabe, tiene siempre una mano helada y la otra mano aun más helada, y no hay brisa capaz de alisarle su piel siempre áspera, ni sábana que pueda envolverlo por entero cuando, en cada medianoche, anda en busca de candela, incandescencia. Ahora encuentra agua de modo inesperado, casi mágico, tiene sed pero no se atreve a beberla, la supone demasiado cara -cree que el agua brota de una gran piedra única en medio de un desierto inmenso. No sabe lo que el resto sabe, o debiera saber, el agua es eso, agua, no cuesta, es gratis. ** Carlos Barbarito barbarito694@hotmail.com Escritor argentino (Pergamino, 1955). Ha publicado diversos libros, como Teatro de lirios (1985), Caballos y otros poemas (1990), Bestiario de amor (1992), Desnuda materia (1999) y Puntos de fuga (2002), así como otros títulos en ediciones artesanales y en colectivas. En Internet textos suyos pueden leerse en su página web, http://d-sites.net/barbarito, así como en los sitios Brindin.com, Etcétera (Brasil) y Caminos de Pakistán (España). Ha obtenido, entre otros, el Premio Fundación Alejandro González Gattone, el Premio Fundación Argentina para la Poesía, el Premio Raúl Gustavo Aguirre de la Sociedad Argentina de Escritores y el 3r Premio Enrique Pezzoni del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Integra el Consejo Editor de la revista Matérika de San José de Costa Rica y el staff de Los Noveles. === Instinto maternal Cristina Amanda Tur Bernat (CAT) =============== No había nadie en la calle. Eran casi las dos de la madrugada y hasta las farolas emitían una luz cansada. En realidad, no había nadie aparte de Eugenio, que esperaba a su proveedor. Eugenio era un falsificador de documentos -él se autopromocionaba como el mejor del país- y había conseguido reclutar a uno de los funcionarios del negociado del DNI de una de las comisarías de Madrid, que le pasaba algún que otro pasaporte sin rellenar. Sólo hacía falta completarlo con los datos del comprador, falsificar la firma del comisario de turno, plastificar... Fácil. Esa noche le había llamado porque tenía unos cuantos documentos nuevos para él, y Eugenio tenía prisa por colocar la mercancía a unos buenos clientes sudamericanos que hacía ya unos días le habían pedido unos pasaportes españoles y a los que no había podido servírselos tan rápido como era su costumbre. Por supuesto, les había dicho que los tendrían enseguida, como si los tuviera en stock... A los buenos clientes no se les puede decir que uno no tiene material disponible para cualquier ocasión urgente. Cuestión de negocios. Lo normal es que quedaran en algún bar, pero no quería que le vieran con el tipo de los documentos -nunca se sabe dónde puede apostarse un conocido- y a esa hora la presencia de los dos hombres no hubiera pasado desapercibida prácticamente en ningún lugar; demasiado tarde para los bares diurnos y demasiado pronto para los pocos locales nocturnos que abrían más allá del fin de semana. Así que, simplemente, quedaron en verse en la entrada de un garaje que había en la misma calle en la que vivía Eugenio, a unos 200 metros de su escalera. Tal vez, si alguien les veía, su presencia todavía sería más sospechosa que si estuvieran en cualquier bar, pero confiaba en que, en esa calle tranquila y alejada del centro urbano, pudieran verse apenas diez minutos sin molestias. De pronto, oyó el llanto de un bebé. Una luz se encendió en un balcón de la acera de enfrente, en un segundo piso. Vio levantarse la sombra de lo que debía ser una mujer con el cabello muy largo que recorría unos cuantos pasos y se agachaba para coger algo. Supuso que al niño que berreaba. La mujer -ahora podía verla mejor- se acercó hasta la puerta del balcón y la abrió. Eugenio retrocedió hacia el área que no podía alcanzar la luz de la farola; la zona muerta. Se quedó quieto observando la escena maternal y deseando que su socio se retrasara un poco esta vez. La mujer salió al exterior arrullando al bebé, que lloraba tan fuerte que era imposible que oyera los susurros de su madre. Bueno, debía de ser su madre. Era una suposición razonable. Ella se sentó en una silla que había en el balcón, pero, al quedarse quieta, el bebé lloró con más fuerza. ¡Despertará a todo el barrio!, pensó Eugenio, ya algo nervioso. La mujer tuvo que levantarse para mecer mejor al niño. No parecía haber forma de que cesara su llanto. Intentaba calmarlo recorriendo frenéticamente el pequeño espacio del balcón, de un extremo a otro, una y otra vez, hasta que se detuvo, cogió al bebé por las axilas -entonces cayó la mantilla en la que hasta ese momento estaba envuelto- y extendió los brazos levantando al niño. Lo acercó a la baranda, lo sostuvo unos momentos en el vacío y lo soltó. Sencillamente lo soltó. Eugenio gritó algo y salió de las sombras hacia el lugar en el que había caído el niño. La madre, al descubrir la presencia del desconocido, comenzó a gritar también. Las luces de todas las casas de la calle empezaron a encenderse, una tras otra. Eugenio pidió a un hombre en pijama fucsia, que se había asomado a la ventana de un primer piso y que lo observaba, que llamara a una ambulancia. El bebé yacía sobre el capó de un Ford Focus plateado mal aparcado sobre la acera, con su camiseta y su pañal blancos manchados de sangre. La madre gritaba como si estuviera histérica. A pesar del profundo malestar en el estómago que le producía acercarse al niño, Eugenio alargó la mano para tocarlo, para comprobar si seguía vivo. Estaba muerto. Le rozó la cara y quiso cerrar sus pequeños ojos redondos, como había visto hacer en las películas, pero no se atrevió. Y aquella maldita mujer seguía gritando. Los policías hablaron primero con la madre desesperada -claro, pobrecilla- mientras un médico la asía del brazo e intentaba tranquilizarla. -¿Por qué no la interrogan más tarde? Ahora nos la llevamos al hospital y le daremos algo para que se calme -propuso el doctor, que sabría mucho de enfermos pero que no tenía ni idea de investigación criminal... Los policías accedieron después de que la mujer repitiera varias veces entre llantos que no sabía cómo había podido suceder, que tropezó mientras lo mecía y que el niño cayó. No le sacaron ningún detalle, pero la dejaron ir. Ya hablarían con ella en el hospital. A fin de cuentas, parecía un accidente y la pobre madre ya tenía bastante... Eugenio miraba la escena sorprendido. Él estaba seguro de que aquella abnegada madre había arrojado a su hijo por el balcón. ¿Estaba seguro? Ahora la Policía querría hablar con él. ¿Cómo iba a explicarles que ella dejó caer al niño sin más? Quizás no le creerían... aunque no la conocía de nada y no tenía ningún motivo para mentir. ¿Y si se equivocaba? ¿Y si había malinterpretado lo que vio? Un policía se acercó a uno de sus compañeros de Científica que estaba sacando fotos al cadáver. -¿Pudo lanzarlo por el balcón? -No, no lo creo. Por la distancia y el ángulo de la caída diría que simplemente cayó. Si lo hubiera tirado, lo normal es que el cuerpo estuviera algo más lejos... De todas formas dentro de un rato podré contarte más. -Está bien. Eugenio había podido escuchar esa breve conversación. También oyó cómo una mujer con rulos -¿cómo demonios podía dormir alguien con eso en la cabeza?- contaba a un policía que había oído llorar al niño y que, tras más de dos minutos de llanto, se asomó a la ventana. Fue en ese momento cuando el niño cayó. -Vi cómo caía. Ella gritaba y a punto estuvo de tirarse detrás intentando salvarlo... Ha sido espantoso. ¿Salvarlo? Eugenio pensó que esa mujer había visto lo que le había dado la gana. Debía de ser madre y su mente no podría concebir que ninguna mujer matara así a su hijo, aunque la vida se empeñe en mostrar que, de hecho, pasa demasiadas veces. Un policía se acercó por fin a él y se presentó. -Fue usted quien comprobó que el bebé estaba muerto, ¿verdad? -Sí. -¿Vio lo que pasó? -Bueno. Verá. Me dirigía hacia mi casa. Vivo justo ahí al lado -señaló hacia su escalera-. Oí al niño berrear y vi que la mujer salía al balcón arrullándolo. Seguí mi camino. De pronto ella gritó y fue cuando di la vuelta y vi cómo el bebé caía... -¿No vio cómo se inició todo? ¿Por qué cayó? -No -mintió. El policía preguntó poco más y pareció convencido. ¿Por qué iba a dudar? El teléfono lo despertó al día siguiente. Su contacto le llamaba para explicarle que acudió al punto de encuentro, pero se largó en cuanto vio todo el tinglado que se había formado. Eugenio le explicó brevemente lo que había pasado, aunque sin decirle que no había sido un accidente y que había mentido a la Policía y, cuando colgó el teléfono, se preguntó si había hecho lo que debía. Tal vez tendría que haber contado exactamente lo que vio, haber explicado a la Policía que esa mujer que tanto lloraba acababa de arrojar a su hijo por el balcón, y encima había tenido la prudencia de dejarlo caer para que su cadáver quedara a la distancia adecuada... No tenían por qué dudar de su palabra; a fin de cuentas, no conocía de nada a aquella mujer, así que no tenía nada contra ella. No había, como dicen los jueces, motivos espurios. Pero, ¿y si no había sucedido como él pensaba? ¿Y si creyó ver que tiraba al crío? No. No podía justificar su silencio, porque estaba demasiado seguro de lo que había visto. La observó todo el tiempo -no tenía nada mejor que hacer mientras esperaba- y ella no tropezó contra la barandilla. No se le cayó. Pero ya había hecho una declaración que no tenía nada que ver con esa realidad, le preguntarían por qué mintió la primera vez, y no tenía muy claro cómo poder contestar a eso... Le preguntarían cómo estaba tan seguro de lo ocurrido y, entonces, ¿qué explicaría, que estaba escondido fuera del radio de acción de una farola porque esperaba a un tipo que le vendía pasaportes para falsificarlos? Quizás no fuera todo tan descabellado como ahora lo veía, pero, por el momento, decidió no pensar más en ello. La salida más fácil era olvidarlo. No era asunto suyo. Pocos días más tarde, casualidades de la vida, se encontró con la mujer en el supermercado que había cerca de su casa. A fin de cuentas, eran casi vecinos; era normal verla por el barrio... La observó mientras escogía unos vasos de color naranja y unas cajas de galletas y se preguntó si esa mujer no tendría a nadie que pudiera hacerle la compra cuando su hijo acababa de morir... Ella pareció reconocerle -probablemente lo vio allí en la calle cuando todo pasó-, pero no le dijo nada y apartó su mirada de la de él. La mujer pagó su compra y salió del local observada por algunos clientes que la conocían y por la cajera, que cuando Eugenio se acercó a pagar comentaba: -¡Es increíble que esta mujer todavía tenga ánimos para bajar a la calle! Eugenio rememoró por enésima vez lo ocurrido y sintió, por enésima vez también, una especie de náusea que le ascendía del estómago. Antes de decidir si se la producía el recuerdo del niño sobre el capó del coche o su propia cobardía, salió a la calle detrás de la mujer. Ella se había parado en la máquina de tabaco que había fuera del establecimiento. -Su tabaco, gracias. Eugenio pasó por su lado y, apenas sin parar de caminar, le dijo: -Yo vi cómo caía el niño. Lo vi todo. La mujer no dijo nada, pero su rostro reflejó el cambio como si la hubieran golpeado. Cogió el paquete de tabaco y miró calle abajo, más allá de Eugenio. Su conciencia, gracias... Eugenio regresó a la tienda pensando que tal vez ella le seguiría para hablar con él, pero no fue así. Ya no pudo pensar en otra cosa en todo el día, a pesar de que estuvo muy ocupado en sus negocios y había sido una jornada fructífera. Cuando regresó a casa, ya entrada la noche, no pudo evitar fijarse en el balcón donde vivía la mujer que había dejado caer a su hijo. Se dijo que ya no podría evitar mirar hacia él cada vez que pasara por delante. Observó a un hombre a través de las pálidas cortinas y pensó que era el marido de la mujer, y que no debía de estar en casa la madrugada en la que el bebé murió. En el periódico habían publicado que era vigilante jurado y que esa noche trabajaba. Eugenio se preguntó si el marido también estaba metido en el asunto... Seguro que no. Quería contar lo que realmente había visto, pero sus reticencias a hablar con la Policía se lo habían impedido hasta ese momento. Tenía antecedentes policiales -y muchos- y alguna experiencia poco afortunada en más de una comisaría, así que no le gustaba nada tener que tratar con la pasma y mucho menos tener que colaborar en lo más mínimo con ella. Los policías eran sus enemigos naturales, como los leones para las gacelas, ¿y dónde quedaría su reputación si cooperaba para resolver un crimen? Sin embargo, sabía que esto era distinto. A él no solía importarle que los delitos quedaran sin castigo. Es más, habitualmente prefería que así fuera... pero sabía que esto era diferente. Aunque, realmente -se dijo-, el niño está muerto y eso es irremediable, ¿en realidad, importa algo si ella paga por el crimen o no? Quizás sus remordimientos, si los tiene, sean suficiente castigo. Era su estrategia de autojustificación, su forma de acallar los gritos de su conciencia, que le repetía que contara lo que había sucedido en realidad y le decía que era un estúpido por haber callado cuando aquel policía le preguntó, cuando era el momento de hablar. Pero el niño estaba muerto y ya no podía hacerse nada al respecto. Nada. No habían pasado doce horas cuando el azar volvió a colocar a la mujer -se llamaba Eva, según el periódico- en el camino de Eugenio. Esta vez se topó con ella cuando compraba unos periódicos. Ella intentó no mirarle, pero él la saludó. -Buenos días, ¿se encuentra mejor? Eva no contestó. Intentó alejarse sin llamar demasiado la atención del dependiente y de los otros clientes, pero él la siguió. No sabía muy bien qué demonios pretendía o si pretendía algo con ello, pero quería hacerlo. -Perdone. Estoy hablando con usted. Sabe quién soy, ¿verdad..? Y sabe que lo vi todo. -Déjeme en paz. No sé qué pretende. ¿Quiere que llame a la Policía? Eugenio, que había agarrado a la mujer por un brazo, no contestó inmediatamente. Tal vez no era mala idea... -Sí. Eso mismo. Llámela y explique a los policías que no fue un accidente... ¿Por qué lo hizo? -¡Está loco! ¿Pretende decir que yo maté a mi hijo? -en ese momento ella parecía más pendiente de que nadie se hubiera percatado de la situación que de liberar su brazo aprisionado. Eugenio la soltó. -Lo vi todo. Estuve allí todo el tiempo, desde el momento en que el niño empezó a llorar. Eva salió corriendo. Eugenio ya no pensaba en ir con el cuento a la Policía. Ahora tenía un plan mejor para hacer la vida imposible a esa mujer, podía ser un castigo tan bueno como cualquier otro. Escribió una nota en una tarjeta blanca y la dejó en el buzón de Eva. ¿Por qué ha matado a su hijo? Sabía que se arriesgaba a que ella llamara a la Policía porque la estaba acosando, pero no creía que lo hiciera; tendría que dar demasiadas explicaciones y entonces él podría contar lo que en realidad vio aquella noche... aunque, a decir verdad, su credibilidad como testigo había caído en picado; creerían que era un vulgar extorsionador, muy original, por otra parte, porque jamás se ha sabido de tan rocambolesco chantaje sobre la muerte de un niño. Eva se asustó. Rompió la nota y la tiró inmediatamente. Temía que su marido sospechara algo. La verdad es que ya debía hacerlo... La había obligado a visitar a un psiquiatra tras lo ocurrido y día a día se alejaba más de ella. Ni la tocaba ni la abrazaba... Resultaba tan cruel como paradójico, porque lo había hecho todo por él. Todo por él... Él no podía comprender cómo se podía caer por un balcón un niño que estaba en brazos de su madre. Además, tenía motivos para sospechar, motivos que no había contado a la Policía, que no quería tener que explicar nunca. El niño estaba muerto y ya no importaba. ¿O sí que importaba..? Eva creía que ese hombre que la había abordado en la librería quería hacerle chantaje y se acostumbró a mirar a todas horas el buzón para evitar que fuera su marido quien recogiera una próxima nota. Estaba segura de que habría más. No se equivocaba. En los días siguientes, Eugenio escribió otras tres notas en similares términos y las depositó en el buzón de Eva. Sin embargo, en ninguna de ellas pedía dinero por su silencio, sólo había manifestaciones del tipo sé lo que hiciste; un recordatorio de película de terror. Ella las rompía y tiraba, preguntándose qué pretendía ese individuo y diciéndose que la próxima sería la petición de una fuerte suma de dinero... Sólo estaba allanando el terreno. Eugenio todavía no tenía muy claro por qué estaba haciéndolo. Se sentía algo ridículo y decidió dejar de escribir anónimos. Habían pasado ya tres semanas desde la muerte del niño y el calentón de los remordimientos se había enfriado un poco. Los remordimientos son así; el tiempo lo cura todo... Pensaba que tal vez ya había hecho suficiente metiéndole el miedo en el cuerpo a esa mujer, que a partir de entonces viviría con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza y eso era un castigo que, además, no había precisado de la intervención de polis y jueces. Había amanecido un día gris y lluvioso. Eugenio bajó a comprar el periódico y a desayunar a un bar cercano. Abrió el ejemplar del día y vio, en grandes titulares: "La madre del bebé que murió al caer por un balcón confiesa que lo mató". Desde luego, estaba claro que le había metido el miedo en el cuerpo... Siguió leyendo. En la noticia se describía a Eva como a una mujer inestable y algo desequilibrada que ya había estado en tratamiento psicológico anteriormente a consecuencia de una fuerte depresión postparto. El bebé no era de su marido y él lo sabía, así que, desde su nacimiento, la relación de la pareja se había deteriorado a pasos agigantados y su marido amenazaba con separarse de ella, aunque adoraba sin poderlo remediar al hijo de la infidelidad... Era a ella a la que no podía perdonar. La presión fue más fuerte que el instinto. Ella declaró que no lo había planeado, que se le fue la cabeza, que en realidad quería a su hijo bastardo. Eva había aprendido a ver a su bebé como el origen de sus problemas y había aprendido a sentir rencor, aunque el pobre desgraciado niño sólo podía ser el recuerdo de ese error. Su llanto insistente le recordó que era un estorbo en su vida, así que empleó un método expeditivo para quitárselo de encima. No lo pensó más. Eugenio sintió asco hacia esa mujer que se había deshecho del bebé para intentar salvar su matrimonio, como si acabar con el fruto de su engaño borrara éste también, aunque se sintió satisfecho con el final de la historia. Ahora ya no importaba que moviera un dedo para que se supiera la verdad, y su conciencia podía dedicarse de nuevo a falsificar documentos como el mejor del país. Pero la verdad tiene mil caras y las historias, a veces, no tienen un final. Un tribunal popular formado casi exclusivamente por hombres consideró que Eva no era responsable de la muerte de su bebé. El abogado, un tipo listo, les habló de la depresión postparto, de malos momentos, de culpabilidad y de debilidad femenina y los convenció de que la mera confesión no podía probar que realmente lo hubiera tirado conscientemente. ¿Cómo va una madre a tirar a su bebé por el balcón? ¡Por Dios..! Sin embargo, se sentía culpable y eso la había llevado a confesar la muerte, como una forma de expiación. No tenía intención de matar al niño, dijo el abogado, y, en cualquier caso, ¿qué pruebas había de que lo tirara intencionadamente, aparte de su confesión de madre histérica y desesperada? No responsable. Era lo más fácil de asumir para un jurado de hombres que la había visto llorar durante todo el juicio. Eugenio se enteró por el periódico. Recordó el momento en que Eva se acercó a la barandilla, alzó al niño y lo dejó caer mientras miraba dónde iba a parar su cuerpecillo de algodón. Vio de nuevo aquellos ojos muertos que fue incapaz de cerrar. Ahora le mirarían siempre, desde algún lugar, recordándole que tuvo en sus labios la verdad y dejó escapar a su asesina. ** Cristina Amanda Tur Bernat (CAT) catdiablo@wanadoo.es Escritora española (Ibiza, 1970). Licenciada en ciencias de la información y diplomada en criminología superior, con varias especialidades en toxicología, investigación criminal y psicología criminal. Da clases de criminología a alumnos de la policía local y colabora con diversas revistas, principalmente dedicadas a las fuerzas de seguridad. Ha sido la encargada de la sección de sucesos en Diario de Ibiza y El Mundo de Ibiza y Formentera. Colaboradora habitual del Sacapuntas de la Ser en Ibiza, ha publicado las novelas policíacas El diablo en los detalles y El ángel suicida, así como los ensayos Grandes crímenes de Ibiza y Formentera en el siglo XX y Crónica de sucesos de Ibiza y Formentera. === Tres poemas Andrea Elvira Cabel García =========================== *** (1) "No digas uno, di dos y no me dejes solo". Segismundo. Llegaste, montada sin zapatos, en un hipogrifo ecuestre, Arrastrando tu lengua, arañando las estelas que dejabas regadas como [espinas en mi horizonte hueco, Abriendo como faz y grito, Una sutil combinación de rojo y verde, en asustado crepúsculo que se [escapa, Seco] Y una primavera saltando al abismo, un nombre de estrella muerta, Un límite desesperado entre los embriones disgregados en el nido de ese grillo que patea cantando, que exhala un vaho cansado como el doblez de tus piernas cruzadas como los años enrejados del papel destrozado. Los dioses me arrancan los cabellos, como llorando tras tu partida, Haciendo neblina y garúas en mis ojos hidrópicos, En mis ojos que te siguen saltando al abismo anónimos. Recogiendo los rastros, Besando las espinas de tus sueños solos, inconfesables, que buscan constelación para su luz ambulante Para parar a las lágrimas calvas, A esas que apenadas te llaman con los brazos. Pero en el fondo, tu vuelo punzante es un color, solo eso. Un color parecido al de un quark rezagado Y es un sabor, como el de los gritos que copulan tras la madrugada de tu casa. O un gesto, que nunca olvida los simétricos estrépitos de tus pies callados, reventándose, contra el sutil rojo y verde que deslizaba tu mascota por el cielo espinado. Debiste montar conmigo, Y dejarte llevar al mundo de abajo, Cerca de una estrella enana, Y debiste protegerte los pies. Cubrírtelos como lo harías con la carne salada Como lo hacen las aves que se paran sobre el delicado hilo oscuro que las [traslada Sin alas y rápidamente, Tú tenías que taparles la boca, y no dejarles sacar la lengua, No dejarles decir mi nombre. No dejar que mirasen mi cara, Como si yo tuviera alguna metáfora tras mi ventana que no existe. *** (2) Di a luz una entraña rosada Tiene nombre de otoño Y se parece al lunar de mi lado izquierdo nunca madura, nunca se va. Es mi tercer estómago, Como el lagrimal de una abeja reina. Es el centro, De mi luna de noche, de mi marea llena, Y el testamento del sol que se esconde, Que se ahoga / matándose, Al sucesivo invierno /. Al relámpago inmortal que se esparce en el fondo, En ese fondo que cae cada vez mas lejos, Que cae y que acojo. Nació una entraña castrada, En medio de la noche que despierta. Como la espina en el instante que te pierdes. Hecha hoyo negro en la habitación de al lado, Abrazada al volumen infinito de tu nombre al color migala de tu eco nombrado. Como engarce entre mis manos Y grillete muriendo. Agobio en tálamo de piel que te usurpa Periférica sombra que emerge. *** (3) FRUTA PARTIDA criatura como yo, de carne frágil y cráneo arbóreo, de soplo cítrico amarillo / escatimado frigorífico /, como ración de miga en fermentado suelo y constante espera, (...) O CRIATURA COMO TÚ, colérico átomo invisible fracción fugaz de áureo recuerdo. Tú. / bastardo y codiciado engranaje / primogénita nostalgia prenatal entre mil y un áridas, fruta partida como ligazones de aire, de naranja incandescente (de nudos pródigos) con tez verde y vestido de cuna sublunar. ** Andrea Elvira Cabel García andrea-cabel@letralia.zzn.com Escritora peruana (1983). Estudiante de literatura hispánica en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Textos suyos han sido publicados en las revistas La Tortuga Ecuestre, Casa de Citas, Pelícano, Los noveles.net, La siega (Universitat de Barcelona) y Ajos y Zafiros (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). === Principios de proporcionalidad Javier Warleta Alcina ============= Bernardo Cifuentes tenía el pito pequeño y cara de pocos amigos. Lo de la cara era notorio, cualquiera por la calle podía verlo. Lo del pito no tanto, sólo los que íbamos al gimnasio con él y algunos familiares cercanos podíamos saberlo, aunque, claro, no se puede decir que, al menos nosotros, lo mantuviéramos muy en secreto. Estas breves notas morfológicas eran probablemente lo más interesante que podía decirse de Bernardo Cifuentes, y con toda seguridad me hubiera olvidado hace años de él de no ser por Aníbal Ramírez y su manía de buscarle un motivo a todo. Entonces no lo sabía, pero mucho después, cuando el destino me llevó a vivir al sur de Chile, descubrí que esto era algo que debió heredar de su abuelo, nacido en Copiapó, y según él, mapuche de pura raza. Y es que el chileno antepone siempre una causa a cada efecto, sin preocuparse demasiado de la relación. Por ejemplo, si un día amanece nublado y de repente comienza a despejarse y en poco tiempo luce un sol espléndido, sin duda esto ha ocurrido porque anoche hubo un pequeño temblor de tierra. Y si uno pregunta ¿pero qué tiene que ver el temblor con que el cielo se despeje?, lo miran como si fuera idiota, y con razón, ya que no tiene ningún sentido preguntarse el porqué del porqué, cuando con resolver el primero de ellos ya tenemos más que suficiente. Así que fue Aníbal, y no yo, el que empezó con aquello. Yo sólo fui uno de los primeros receptores de la teoría. Es cierto que la acogí con entusiasmo, pero no la ideé. Ese fue Aníbal, y Bernardo fue su muestra significativa, su cultivo experimental. -¿Os fijasteis en sus orejas? -nos dijo Aníbal una tarde, al salir del gimnasio. Yo no me había fijado, pero Leandro sí. -Muy pequeñas -respondió-. Diminutas. -Así es -dijo Aníbal muy serio-. Esa es la clave, orejas pequeñas, pito pequeño. No hay duda. -¿Pero qué relación puede haber? -pregunté, sorprendido-. Y, ¿acaso has visto otros como él? Aníbal hizo caso omiso a la primera pregunta, y respecto a la segunda, mintió con el mayor descaro. -Muchos, es algo que tengo comprobado desde hace tiempo. Por cierto, no sólo se aplica a las orejas pequeñas, en realidad es un asunto de proporciones, digamos que existe una relación lineal. -¿Entonces, el Matías..? -murmuró pensativo Leandro. -¿El Matías? Algo tremendo -aseguró Aníbal-. No te puedes hacer una idea, algo tremendo. Cuando pienso en cómo pudo convencernos tan rápido, sé que de alguna forma lo del Matías tuvo que ver en eso. Inmediatamente nos familiarizamos con la idea de que poseía una enorme tranca, algo de dimensiones sobrenaturales, y esa idea se asoció indisolublemente con la imagen de sus enormes orejas de soplillo, y de ahí en adelante ya no pudimos nunca separarlas. Ni que decir tiene que esa tarde, al llegar a casa, me fui directo al baño, expectante, a comprobar si mis orejas daban la talla. Aliviado, comprobé que cuando menos eran de un tamaño normal, incluso se podía decir que eran un poquito grandes. Supongo que esto también debió contribuir para que aceptara la teoría de proporcionalidad de Aníbal sin ponerle muchos reparos. A decir verdad, no sólo no le puse reparos, sino que, a partir de ese momento, me convertí en uno de sus más fervientes defensores. El descubrimiento se difundió rápidamente por el pueblo, junto a innumerables casos que probaban de forma irrefutable la teoría de la proporcionalidad, que, naturalmente, nadie se molestó en verificar. De un día para otro fue como si a todos los varones del pueblo se les hubieran bajado los calzones hasta las rodillas, exponiendo sus miembros viriles a la pública vara de medida. Algunos se acostumbraron en seguida, como Manolo, el peluquero. Le bastaba un rápido vistazo, casi de reojo, que no estaba bien visto andar fijándose mucho, y entonces, mordiendo la punta del cigarro, dictaba sentencia. -¿Qué, don Víctor, aligeramos un poco por arriba? Yo le dejaría esa melenita que le sienta tan bien, ni las patillas le tocaba. O si el que entraba era más afortunado: -¿Qué me dice, don Luis, nos animamos a una rapadita? Con el calorcito que hace, no estaría mal que despejáramos esa cabeza. Y entonces don Luis, con la frente bien alta, contestaba: -Cómo no, rapemos al uno. Y por favor, las patillas bien altas, rasando con las orejas. Y decía orejas con descaro, subiendo el tono, sin duda dirigiéndose a don Víctor, que, sorteando la ofensa, terminaba rápidamente de cepillarse el traje y salía de la peluquería, mascullando entre dientes un adiós que recibía la respuesta de un jocoso coro. Precisamente don Víctor fue uno de los que peor lo pasaron entonces. Desde el principio se negó a aceptar la teoría, peleó en la barra del bar con todos y con todas las armas, con certeros argumentos e incluso con algún que otro puñetazo, pero, teniendo en cuenta la pequeñez de sus orejas, lo que consiguió fue más adeptos a la causa que otra cosa. Todos lo vimos como otra prueba de que Aníbal tenía razón, si se pone así, pensábamos, es porque seguro que no tiene más que un enclenque champiñón. Tuvo que ser duro. Los niños se reían de él por la calle, pero don Víctor, obstinado como pocos, se negó a quedarse encerrado en casa. Todos los días daba su paseo, al atardecer, se cruzaba con medio pueblo, y él seguía adelante, erguido, apoyado en su bastón, mientras escuchaba los murmullos a su espalda, en ocasiones palabras de lástima, chistes malos la mayoría de las veces. Dejó de ir al bar y era raro verle conversar con alguien. Duró así un par de meses, hasta que un domingo por la mañana, con la plaza atestada de gente, decidió que ya no podía aguantar más. Se subió encima del busto de San Martín, donado hace unos años al pueblo con ocasión del hermanamiento con la ciudad de Mendoza, en Argentina, pidió atención al público y se bajó de un tirón pantalones y calzoncillos. La primera reacción de la gente fue de estupor, la siguiente, de jolgorio. Lo curioso es que, al recordarlo ahora, puedo ver con toda nitidez a don Víctor portando un estandarte de más que regulares dimensiones. Sin embargo, cuando lo vimos allí, de pie sobre la cabeza impasible de San Martín, fue como ver un espectáculo de circo. Como la mujer barbuda o la cabra de dos cabezas, un fenómeno absurdo de la naturaleza. Doña Águeda Bustamante, que era prima segunda de don Víctor, y que a la sazón hacía más de cuarenta años que no veía a un varón de cerca, expresó el sentir general de forma certera. -Víctor -le dijo-, por favor, bájate de ahí y cúbrete. Pero, hombre de Dios, ¿cómo se te ocurre, con esas orejillas? Cuento todo esto para ilustrar el fenómeno que se produjo entonces, no creo que sea fácil tratar de explicarlo sin recurrir a las anécdotas. Hoy ya está todo prácticamente olvidado, el pueblo quedó desierto hace años y si me he decidido a escribir esta nota es sólo por aclarar un pequeño artículo que he visto publicado en la revista del Colegio de Médicos de Murcia. En ese artículo se menciona un extraño caso de histeria colectiva observado en un pequeño pueblo del interior, el mío, donde las mujeres en estado, al acudir a las revisiones ginecológicas, mostraban mayor preocupación por las orejas de sus hijos varones que por cualquier otro órgano vital. El autor del artículo, por medio de complejas estadísticas, busca afanosamente una causa para este comportamiento, sin hallarla. Espero que este escrito le aclare que el causante fue exclusivamente Aníbal Ramírez y su teoría de la proporcionalidad. En el caso de que esta aclaración no le parezca satisfactoria, le recomiendo que trate de localizar al Matías. Hoy en día es el único habitante del pueblo, y no es difícil encontrarle sentado en algún risco, fumando su pipa y recordando con nostalgia esa época en la que el mundo pareció rendirse a sus pies. ** Javier Warleta Alcina jwarleta@yahoo.es Escritor español (Cádiz, 1962). Trabaja como ingeniero y reside en Viña del Mar (Chile). === La carne del tiempo (extractos) Silvia Favaretto ================= *** Rimescolo il mare dentro di me Quando sarò angelo vivrò nel faro... Piangerò guardando le luci delle navi allontanarsi nella notte... Sentirò nostalgia di emozioni mai avute... Griderò imprecazioni al vento (perchè gli angeli non hanno genitori) e strapperò una ad una le piume delle mie ali, disperata e sanguinaria per la cattiva sorte che mi ha dato meravigliose ali leggere e un corpo troppo pesante per volare... *** Agito el mar dentro de mí Cuando sea ángel viviré en el faro... Lloraré mirando las luces de los barcos alejarse en la noche... Sentiré nostalgia de emociones nunca tenidas... Gritaré imprecaciones al viento (porque los ángeles no tienen padres) y arrancaré una a una las plumas de mis alas, desesperada y sanguinaria por la mala suerte que me ha dado maravillosas alas ligeras y un cuerpo demasiado pesado para volar... === *** Nocturno 2-3 Il sonno non è che una prova generale della morte. Passiamo buona parte della vita a perfezionare la scena, finchè, al momento dato, ci viene bene. Dietro al cielo nero c'è un dio annoiato che ci spia da quei buchi che noi crediamo stelle. *** Nocturno 2 3 El sueño nada es salvo una prueba general de la muerte. Pasamos buena parte de la vida perfeccionando la escena, hasta que, en un momento dado, nos sale bien. Tras el negro cielo hay un dios aburrido que nos espía a través de esos agujeros que creemos estrellas. === *** Opale Nella pietra opalina si celava il segreto; nella trasparenza si intravedevano le rughe scure di tutti i volti di questi duemila anni, le venature degli alberi e delle foglie bruciate per riscaldare la luna nelle notti dell'ultimo inverno, le pieghe impronunciabili dei corpi nascosti negli anfratti del desiderio del millennio senza amore che abbiamo abitato. Era la fine del mondo e lo lessi nei riflessi della pietra opalina dove si celava il segreto. Nella trasparenza si udiva la voce profonda di Dio che ci condannava a vivere, ancora, oltre la morte del tempo. L'eternità è un fardello troppo pesante per l'uomo (ma per la pietra no ed è a lei che affido la mia poesia). *** Ópalo En la piedra opalina se celaba el secreto; en la transparencia se entreveían las arrugas obscuras de todos los rostros de estos dos mil años, las nervaduras de los árboles y de las hojas quemadas para calentar la luna en las noches del último invierno, los pliegues impronunciables de los cuerpos escondidos en los recovecos del deseo del milenio sin amor que hemos habitado. Era el fin del mundo y lo leí en los reflejos de la piedra opalina donde se celaba el secreto. En la transparencia se oía la voz profunda de Dios que nos condenaba a vivir, aún, más allá que la muerte del tiempo. La eternidad es un fardo demasiado pesado para el hombre (pero no para la piedra y es a ella que confío mi poesía). === *** Rosa Oggi mi sento triste come una rosa di plastica in un cimitero, condannata a vivere nella dimora eretta a culto della morte, sterile e artificiale nel mio sfacciato rosso fuoco, fragile nella vergogna eterna di chi è destinato ad essere sempre una maschera nella realtà e un volto troppo umano nella finzione. *** Rosa Hoy me siento triste como una rosa de plástico en un cementerio, condenada a vivir en la morada erigida al culto de la muerte, estéril y artificial en mi descarado rojo fuego, frágil en la vergüenza eterna de quien está destinado a ser siempre una máscara en la realidad y un rostro demasiado humano en la ficción. === *** Rosa II Non innaffiate la rosa di plastica, sarebbe un insulto alla sua artificialità. Lasciatela a secco perchè se ne vanti: "io posso vivere anche senza l'aiuto altrui". Gettatela solo dopo che sarà morta di dolore quando una rosa vera le avrà detto: "Ma tu non profumi...". *** Rosa II No rieguen la rosa de plástico, sería un insulto a su artificialidad. Déjenla en seco para que así se jacte: "yo puedo vivir aun sin la ayuda ajena". Tírenla sólo después de que se haya muerto de dolor cuando una rosa verdadera le habrá dicho: "Pero tú no perfumas...". === *** Pelle Se questa specie di pelle che mi divide dal mondo non fosse così sottile, potrei anche sopportare il peso della tua vicinanza, il freddo dell'inverno e il mio muto destino di poeta. *** Piel Si esta especie de piel que me divide del mundo no fuera tan sutil, podría aun soportar el peso de tu cercanía, el frío del invierno y mi mudo destino de poeta. === *** Prologo Le luci che crepitano sulla costa mi ricordano che senza l'oscurità non potrei vederle sfavillare e che senza la sofferenza non potrei spremermi via la poesia che mi impregna. *** Prólogo Las luces que crepitan en la costa me recuerdan que sin la oscuridad no podría verlas chispear y que sin el sufrimiento no podría estrujarme afuera la poesía que me impregna. === *** Poesia alla cieca Sta mancando la luce e scrivo la poesia alla cieca sul foglio di un vecchio calendario. Per la prima volta mi rendo conto che le parole sono vane e vana è la nostra comprensione se nella notte l'inchiostro non riesce a staccarsi dall' oscurità del cielo e la mia poesia non riesce a illuminarmi il cammino verso il mio centro e se tu non sei con me per consolarmi da questo amaro pallore dell'anima oscura. *** Poema a ciegas Está faltando la luz y escribo el poema a ciegas en la hoja de un viejo calendario. Por primera vez me doy cuenta de que las palabras son vanas y vano es nuestro entendimiento si en la noche la tinta no logra desprenderse de la oscuridad del cielo y mi poema no logra iluminarme el camino dentro de mí y si tú no estás conmigo para consolarme de esta amarga palidez del alma obscura. === *** Poema de amor sin título Nascerai, per l'urgenza di invecchiare e morire. Crederai, perché la speranza è l'unica religione possibile. Piangerai, perché le pene espiate con il rimpianto non sono perdute. Aspetterai, in vano, ma l'attesa è rito, che in sé solo ha senso. Riceverai, in sproporzione a quanto hai dato, ma saprai sottrarre o aggiungere il tuo [anelo. Griderai che vuoi solo, soltanto e unicamente, un secondo di silenzio. Morirai, perché non ti è data altra scelta. Ed io sarò con te nel crepuscolo e nella terra a toglierti le lumache dai capelli, a farti nascere credere piangere aspettare ricevere gridare ancora una volta ancora finché nemmeno la morte ci separi. *** Poema de amor sin título Nacerás, por la urgencia de envejecer y morir. Creerás, porque la esperanza es la única religión posible. Llorarás, porque las penas expiadas con la añoranza no son perdidas. Esperarás, en vano, pero la espera es ritual, que en si sólo tiene sentido. [(sí) Recibirás, en desproporción a cuánto has dado, pero sabrás sustraer o añadir tu [anhelo. Gritarás que sólo quieres, solamente y únicamente, un segundo de silencio. Morirás, porque no te han dado otra opción. Y yo estaré contigo en el crepúsculo y en la tierra para sacarte los caracoles del pelo, para hacerte nacer creer llorar esperar recibir gritar una vez más todavía hasta que ni siquiera la muerte nos separe. Muerte de mi primer morada Nací viva y furiosa mordiendo la leche envenenada de pezones que no quise nunca soltar Nací feroz y manchada desalojada hiriendo sienes con ojitos de bebé que todavía no se saben cerrar Y vos me mandaste a nacer muerta y sin cobijo. Y era febrero, era febrero. ** Silvia Favaretto silviafav@libero.it Escritora italiana (Venecia, 1977). Ha obtenido diversos premios literarios italianos, entre ellos el Inves Palermo (1998), el Valle Senio (1999) y el Malattia della Vallata (2003). Poemas y artículos suyos han sido publicados en revistas y antologías italianas y extranjeras como Antologia di narratori e poeti contemporanei Fiori di campo (Joppolo Editore), Donna e poesia (Il circolo Pessoa), Club dei poeti 1998, Ivolet 99, Antica Badia di San Savino, Penumbra y amanecer, L'immaginazione, Tecnotravesía (Colombia), Arquitrave (Colombia), Terra Magna (Guatemala), La Voz de Michoacán (México) y Metáfora (El Salvador), y en los libros Desentierro (Ediciones Al Margen, La Plata, Argentina) y Venecia negra (Ediciones En Danza, Buenos Aires, Argentina). Ha participado en festivales de literatura como el Festival Internacional de Poesía en Medellín (2000), la Feria del Libro de Bogotá (2002), el Festival de poesía de Xela Guatemala (2003), el Encuentro Permanente de Poetas de El Salvador (2003), la Semana de la Cultura Italiana, invitada por el Instituto de Cultura Italiana de Ciudad de Guatemala (2004) y el Festival de Poesía de Rosario, Argentina (2004). Como traductora ha publicado sus versiones al italiano de los poemas en portugués de Floriano Martins, del alemán Tobias Burghardt y de la colombiana Lauren Mendinueta, así como algunos cuentos de la cubana Mirta Yáñez. Ha editado el poemario bilingüe La carne del tiempo (primera edición colombiana, 2002, segunda edición argentina, 2004), la plaquette italiano-español La Tetra santità e il variopinto orrore, con Christian Panebianco, y algunos folletos de poemas que hacen parte de su inédito El sacrificio de la mar, además del cuento infantil La mariposa Rossella (2003) y el disco compacto de poemas, con Silvia Longohni, Veneziaires Multiverso (2004). Trabaja como traductora y profesora al tiempo que desarrolla actividad de investigación en la Universidad de Venecia, donde ha curado la edición del ensayo Narrative femminili cubane tra mito e realtà (2004). Textos suyos pueden leerse en su página web, http://www.elativo.com/silviafavaretto. === Tres cuentos María Agustina Spacarotel =========================== *** Los gatos Cuando abrí la puerta del cuarto de papá, los gatos salieron corriendo por debajo de mis piernas. Creí ver sonreír a uno, pero qué estupidez. Mi hermana intentaba llorar pero no podía. Aquella mañana quise dejar todo organizado. Quería que papá descubriera que su hija mayor podía hacerse cargo de la casa mientras él dormía. Me levanté muy temprano, a las cinco, sin necesidad del despertador, alerta con el primer canto de los pájaros, contenta de pensar que nada podía salir mal. Me bañé rapidito para no molestarlo a papi con la ducha y mientras cebaba unos mates le preparé el desayuno a Loli. Luego la desperté despacito y le puse las medias mientras se libraba de la pereza y con escaso ánimo se resignaba a comenzar la mañana profiriendo ruidos indescifrables, gritos de guerra de la modorra. Para cuando terminó de lavarse los dientes y peinarse, y se asomó por la puerta de la cocina con las trenzas torcidas, los ojos chiquitos y los labios secos en una boca entreabierta (me miró quizás con enojo pero no quise darme cuenta), yo le acomodé la bandeja con café con leche y tostadas en las manos. Se quedó unos segundos en la misma posición. Después decidió sentarse y comer con una mano y con la otra sostenerse la barbilla mientras miraba dibujitos. Llegó la hora de partir y las dos salimos de la mano. La dejé en el colegio no sin antes darle un beso que se refregó con un asco ritual ya gastado que no recordaba su porqué. Fue un día tranquilo en la facultad. Almorcé rápido y bajé a la biblioteca. Terminé dos lecturas y ya tuve que pasarla a buscar a Loli para llevarla a comer algo a la plaza y dejarla en inglés. Yo volví luego a la facultad y tres horas pasaron rutinariamente. Finalmente regresamos las dos cansadas a casa. Ninguna se sorprendió del silencio que se respiraba. Era ya rutinario el letargo de papá, recomendado por unos médicos de los cuales dudábamos su verdadera consulta. Preparé la cena despacito como queriendo darle tiempo a papi para que se le acabara el sueño. No hubo caso, comimos solas mirando algo por la tele que no valía mucho más que comer en silencio mirando al techo, y no sé por qué después algo me hizo dejar de lavar los platos para ir a ver cómo dormía papá, si estaba bien. Abrí la puerta de su cuarto, y a quién quiero engañar. Ya no podré demostrarle a papá que puedo hacerme cargo de las cosas, si tan sólo me hubiera acordado de darle de comer a los gatos. *** Ameba guacha Cuando la ameba que nos sueña a todos juntos decide por una noche o día o tardecita lluviosa, porque resulta que la ameba sueña todo el tiempo y nunca despierta hasta que un día sí lo hace pero creo que la existencia de ese día es un placebo para el miedo de que en algún tiempo se formule una pregunta cuya respuesta sea nada. Cuando esta ameba decide en algún momento que yo no sea ni artista de reparto, ni semáforo, ni tilo alergénico de una plaza poco concurrida, y me da papel protagónico aunque sea de una escena poco feliz, cuando por fin me lo da, yo aprovecho y pienso. Borracha en mi desgracia de egocentrismo escaso, casi nulo, no tengo mejor idea que pensarme ameba, es decir, la ameba no tiene mejor idea que yo me piense ella. La cuestión es que comienzo con delirios de grandeza e imagino que vos (sí, vos), sos mero protagonista secundario de mi propio sueño y hasta llego a gozar con la idea de que te hago un favor soñándote. Y ni siquiera se me pasa por la cabeza pensar que cuando la ameba te da el papel principal a vos, quizá ni siquiera me sueñes, o me sueñes diario de ayer, o canción de Chayanne. Pero no quiero utilizar Mi Día para pensar en eso. Volviendo a lo que iba a contarte, en mi sueño sos un protagonista secundario con bastante peso, no voy a mentirte, pero no podes pensar sino a través de mí. Por eso es que me consuela saber que si te amara, me estaría amando a mí misma, lo que es mucho más cómodo, porque cuando uno quiere dejar salir apenas un grano o dos de ese puñado de arena al que llamamos amor, ya se le va toda la cantidad de la mano a uno, y el amado queda con una sensación muy desagradable de arena en lugares desagradables que para qué contarte. En mi sueño te amo de todas maneras, parada, sentada, haciendo la vertical o acostada, y aun en todas esas posiciones es un amor sin contacto físico, un amor de delirio de ameba nada baboso ni pegajoso porque en realidad es eso, sólo un delirio de ameba, jamás seré ameba de verdad... Pero en el sueño a vos te encanta ser amado en seco, no sos pretencioso y te basta con que te ame sin transpirar. Y en una de esas aparecemos tomados de la mano sentados en uno de esos lugares que yo elijo llenos de sol y perfectos para suicidarse aunque no me suicido, sólo me gusta que el lugar sea perfecto para el suicidio, lo que le da un dramatismo fuera de serie y creo que me estoy convirtiendo en una buena directora de cine sómnico. Como te decía, vos y yo tomados de la mano y sentados en un lugar suicidial y eligiendo el nombre de nuestro niño o niña futuro, ese que estará hecho de sopor de ameba mutuo y con mucho amor porque a los nenes hay que gestarlos o por lo menos inventarlos con mucho amor. Un pequeño soporcito de ameba que si es ito se llamará no recuerdo y si es ita se llamará Sao. Interferencias. La ameba decidió darte papel protagonista a vos y estoy a punto de dejar de pens Hoy la ameba me dio protagonismo en su sueño por primera vez en muchos ciclos de eternidad y me decidí a jugar un picadito con los chicos en la plaza esa a la que nunca vamos, llena de tilos alergénicos. *** Secretos de una entendida Hoy: cómo realizar una mariposeante guerra de almohadas Ya no se consiguen de las de pluma, pero sería ideal (aunque también una pena y luego una hernia y para todo esto las marisopas quién sabe). Nota preliminar: la servidora que les confía estos secretísimos lujos incurrió cierta vez en el error de querer fotografiar la escena bélica, pero inútilmente sólo consiguió fotos movidas de espaldas y cabelleras que andaban en algún asunto indescifrable. Cuestión es comenzar con un deseo de golpe cosquilleándole a uno a medio centímetro del centro eufórico-epidérmico (disimular estos avatares si es que usted se halla en la oficina o dando conferencias sobre asuntos que más bien le despiertan en las marisopas un querer de regresar pelusa y grisáceamente a sus capullos). Conseguir a continuación un contrincante que reúna especialmente la capacidad ciclotímica de recibir tres segundos de mullidos golpes, impasible, y fajarlo a usted durante otros tres segundos, sucesivos, impasible aun más. Notar cómo cuesta lanzar la primera almohada, no así disponerse en la cama y empezar a relojearse con una risa bullente de esas histéricas que presienten las cosquillas (las mariposas rompiendo sus capullos). Cobarde quien lanza el primer golpe como quien da un beso sin pedir permiso a quien de todos modos se lo hubiera dado. Azote sin pudores que ya le tocará recostarse y exponer la yugular. Repita la escena hasta que las marisopas se distraigan en otros asuntos que tengan que ver más con el amor que con la guerra (llamado momento del punto cíclope o excentración de los amantes) y relájese boca arriba mirando un techo no se asuste si gira y disfrute de su aliento, realice un seguimiento sólo por el placer de oírlo confundirse con el de quien ha florecido a las marisopas.1 Luego del amor, tienda la cama y desembrújese los pelos. (Pero no intente encapullar a las marisopas). (Ahora deciden ellas). (Y usted no tiene otra que exponer la yugular). (y suerte si son las almohadas). 1. Recomendación: tener la precaución de relamerse en el éxtasis del sudor, el cansancio y las ganas de abrazar pero esperá un cacho que tengo una fiaquita. ** María Agustina Spacarotel pendejamalcriada@hotmail.com Escritora argentina (La Plata, 1985). Estudia la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de La Plata. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| "...de todos los alimentos / sólo el pan / comparte con dignidad / la mesa del poema". Manuel Cabesa, "El olor del pan". === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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