~~~~~~~~~~~~~~~ Año XIV Cagua, Venezuela Nº 214 ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras ~~~~~~~~~~~ http://www.letralia.com ~~~~~~~~~~~ ======================================= ~~~~~~~~~~~ 20 de julio de 2009 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~~~~~~~ LETRALIA, Tierra de Letras, es ~~~~~~~~~~~ la revista de los escritores ~~~~~~~~~~~ hispanoamericanos en Internet. ~~~~~~~~~~~ Usted puede enviarnos sus ~~~~~~~~~~~ comentarios, críticas o material ~~~~~~~~~~~ literario a info@letralia.com ~~~~~~~~~~~ ~ * ~~~~~~~~~~~ ~~~ JORGE GOMEZ JIMENEZ - Editor ~~~~~~~~~~~ ~~~~ Depósito Legal: pp199602AR26 ~~~~~~~~~~~ ~~~~~ ISSN: 1856-7983 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ === Sumario =============================================================== | Benatar en Berlín. / LoSpazio. / Buscando tesoros. / | Breves Historia en debate. / Skirlas. / Muñecas de trapo en | Maracay. / Lo nuevo de Copé. / Lavoe contra Lavoe. / | Vino en Caracas. / Libros imprescindibles. / Sentido del | humor. / Letras en el mar. / Desparpajo. / La orden de | Brum. / Olivenza honra a Robles. / España peregrina. / | El taller de Sandrini. / Nueva ventana. | | Más de setecientas imágenes cuentan la vida de Juan | Noticias Ramón Jiménez. / Mempo Giardinelli y Elsa Osorio ganan | premio Giuseppe Acerbi. / 6ª Feria de la Edición de | Canarias abrirá sus ojos hacia África. / Obra teatral | Mariana recibe menciones especiales en Margarita. / | Falleció el escritor peruano Enrique Congrains Martin. / | Gerardo Guinea obtiene en Guatemala el Premio Miguel | Ángel Asturias. / El libro digital tendrá su feria en | Madrid. / Investigan si película de Woody Allen es | plagio de una novela española. / Postulación de Marcos | Ana a premio a la Concordia recibe apoyos. / Premio | Ciudad de Getafe de novela negra para el argentino | Marcelo Luján. / Garcilaso de la Vega tiene su espacio | en la Biblioteca Cervantes. / Abren sección de libros en | español en la Biblioteca Nacional de Vietnam. / Bryce | Echenique se defenderá “hasta el final” de acusaciones | de plagio. / Vargas Llosa intervendrá en apertura del | Congreso de la Lengua 2010. / Fallece el galerista | español Juan Cruz Unzurrunzaga. / Restos de García Lorca | podrían ser desenterrados en otoño. / Publicarán en | octubre la biografía de García Márquez por Gerald | Martin. / Uruguay recuerda a Juana de Ibarbourou a | treinta años de su muerte. / Poeta iraquí Abdul Hadi | Sadoun obtiene la Beca Internacional Machado. / Proponen | que legado de Cansinos Assens sea Bien de Interés | Cultural. / panfletonegro cumple diez años en línea. / | Uruguayos protestan intención de trasladar restos de | Artigas. / Edgar Borges en Gijón: la ficción invita a | enfrentar la realidad. / Semana Negra de Gijón culminó | con balance positivo. / Eduardo Lizalde recibe Medalla | de Bellas Artes. / Obras completas de Francisco Pino | incluirán 45 libros inéditos. / Feria Internacional del | Libro de Lima se inicia esta semana. / El viajero del | siglo, de Andrés Neuman, se presenta en Caracas. / Niños | y adolescentes venezolanos aprenderán a hacer cine. / La | lectura será lugar de encuentro en Resistencia. / | Realizarán en México concurso de cortometrajes filmados | con teléfonos. / El arte independiente se reunirá en | Madrid en noviembre. | | V Congreso Internacional de la Lengua Española, | Literatura Valparaíso 2010. / Derecho de Autor en Línea. / | en Internet Tradúceme.org. / La Ventana. / Bookworm. / FUGA libros. | | “Encubrimientos literarios. Escritores con nombres | Artículos y falsos, máscaras, hoaxes, trampas, forgery”, Juan Pablo | reportajes Plata. / “Confesiones de Barbie”, Marco Aurelio | Rodríguez. / “Michael Jackson, rey y ¡pop!”, Leopoldo de | Quevedo y Monroy. / “Ser intelectual”, Rafael Fauquié. / | “De regreso en el país de la lírica”, Gustavo Rubén | Giorgi. / “La hermana, novela de Sándor Márai”, Miguel | de Loyola. / “Los niños interiores”, Manuel Garrido | Palacios. / “Consumaciones, de Julio César Arciniegas | Moscoso”, Hernando Guerra Tovar. / “Nueve aforismos”, | Ernesto Fernando Iancilevich. | | “La escritura nace de la nostalgia”, conversación con | Entrevistas Triunfo Arciniegas. Entrevista por Galia Ospina. / Jorge | Majfud: “Todo gobierno es un mal necesario”. Entrevista | por Laura García. | | “El bosque helado (Cuentos de hadas)”, Julio Pino Miyar. | Sala de ensayo / “El amor divino en san Juan de la Cruz”, María | Alejandra Crespín Argañaraz y Rafael Oronas. / “Una | aproximación al concepto de diáspora peruana. La | diáspora peruana, un espacio social transnacional”, | Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara. | | “Viejos años del bolero”, William Guaregua. / “Parejas | Letras de hoy”, Gaspar Jover Polo. / “El avión negro y otros | poemas” (extractos), Esteban Moore. / “Escalón 26”, Elsy | Santillán Flor. / “Diario de estaciones” (extractos), | Marco Minguillo. / “Consecuencias de una omisión | inadvertida”, Milly Epstein Jannai. / Textos de Nohemí | Hinojosa Rivera. / “La invasión”, Juan Manuel Parada. / | Poemas de Paula Álvarez. / “Humor de sentido”, Orlando | Mazeyra Guillén. / Poemas de Bianca Garzón Ardila. / “Mi | primo y yo”, Delfina Acosta. / Poemas de Ingrid Odgers. | / “La verdad sobre Carlitos”, Javier E. Núñez. / Poemas | de Jairo Araya Barrantes. / “Felipe y el gato... contra | el perro”, María Celeste Vargas Martínez. | | Eduardo Lizalde. | Post Scriptum | =========================================================================== Premio Unicornio 1997 como Evento Cultural del Año http://www.geocities.com/SoHo/8753 =========================================================================== Premio "La Página del Mes" de Internet de México el 3 de mayo de 1998 http://www.internet.com.mx =========================================================================== Premio "Web Destacada del Mes" de MegaSitio en diciembre de 1998 http://www.megasitio.com =========================================================================== Premio Katiuska de El Mundo Diferente de Katiuska, en enero de 1999 http://www.redchilena.cl =========================================================================== Premio Key Site Award, de Fortress Design, en mayo de 1999 http://www.fortressdesign.com =========================================================================== Premio a la Excelencia, de Exodus Ltd., en mayo de 1999 http://www.exodusltd.com =========================================================================== Premio Mejor Página de Poesía, de La Blinda Rosada, en julio de 1999 http://blindarosada.org.ar =========================================================================== Segundo lugar en los premios Lo Mejor de Punto Com, diciembre de 2004 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Lo Mejor de Punto Com, octubre de 2005 http://www.lomejorde.com =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2006, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Premio Nacional del Libro de Venezuela 2007, Centro Nacional del Libro http://www.cenal.gob.ve =========================================================================== Finalista en los premios Stockholm Challenge 2008, Estocolmo, Suecia http://www.stockholmchallenge.se =========================================================================== Para suscribirse a Letralia, envíe un mensaje vacío a: letralia-subscribe@gruposyahoo.com Para desuscribirse, envíe un mensaje vacío a: letralia-unsubscribe@gruposyahoo.com También puede formalizar su suscripción o su desuscripción en un formulario visible en nuestro sitio en el Web: http://www.letralia.com/herramientas/listas.htm Ediciones anteriores: http://www.letralia.com/tierradeletras/archivo.htm ||||||||||||||||||||||||||||||| BREVES |||||||||||||||||||||||||||||| Benatar en Berlín. Un detective judío madrileño, un poderoso mafioso reciclado de la antigua nomenclatura comunista de la Alemania Oriental, un rico exiliado ruso opositor a la camarilla de poder que gobierna en Rusia, y el propio servicio secreto ruso (FSB, antigua KGB) confluyen sobre un mismo objetivo: hacerse con la joya más codiciada de los últimos cien años y que guarda en su interior un secreto largamente buscado. Esta es la nueva aventura en la que se ve involucrado Doron Benatar, protagonista de Dorón Benatar Berlín 10119, de la escritora Aída Berliavsky. Benatar es el “detective existencial” creado por esta autora en la novela Dorón Benatar y el libro de los nombres muertos, publicada en junio de 2008. Como en el anterior libro, Dorón Benatar Berlín 10119 intercala la acción con cuentos de la autora y con los preparativos de boda de su primo David Horowitz. Toda la familia Benatar, así como la familia Horowitz venida de México, se desplazarán en pleno a Melilla para el desposorio ya que la novia, Jacqueline, es una joven judía melillense que desea casarse en su tierra siguiendo las antiguas tradiciones sefarditas de una boda berberisca. El libro cuesta 12 euros incluyendo el envío a España y Latinoamérica. http://www.doronbenatar.com LoSpazio. Acaba de aparecer en Fondi, Italia, una nueva edición de la revista de literatura y arte LoSpazio, que tiene periodicidad semestral y es dirigida por el escritor y artista plástico Luigi Muccitelli (Fondi, Latina, 1933) al frente del sello Edizioni Lo Spazio. Además de una extensa selección de poesía de autores de todo el mundo, en esta edición se incluyen materiales sobre el Renacimiento Europeo y sus grandes personajes, la lista de poetas participantes en el Premio Literario “Julia de Gonzaga”, reseñas editoriales, información cultural, artículos sobre lugares interesantes de Europa y otros textos. Gran amigo de la cultura hispana, ya que vivió en Venezuela y en otros países, Muccitelli tiene el cuidado de incluir traducciones al italiano de los textos poéticos de autores iberoamericanos. La portada de esta edición, que representa el invierno en Sabbionetta, Italia, es un óleo del mismo Muccitelli. lumuccitelli@alice.it Buscando tesoros. Bajo el sello Edimater acaba de aparecer En busca del tesoro del rey Abú, una novela de la española Fátima Fernández Méndez con ilustraciones de Marina Seoane Pascual. En el libro, en el que se entremezclan fantasía, misterio y aventura, prevalecen los valores espirituales, además de aportar una interesante reflexión sobre el origen del mal. Miquel es un chico de nueve años al que le gusta leer, buscar tesoros y anotar lo que logra recordar de sus sueños y pesadillas en un diario que lleva consigo a todas partes. Todas estas aficiones, su valentía y conocer la leyenda sobre un tesoro enterrado en la playa donde veranea, le harán ser el elegido por el rey Abú para encomendarle una importante y peligrosa misión: encontrar, valiéndose de uno de sus sueños, El tesoro. Fernández Méndez nació en Puerto de Vega, Asturias, en 1972, es licenciada en bellas artes egresada de la Universidad Castilla-La Mancha (http://www.uclm.es), docente de secundaria y articulista habitual en el periódico La Nueva España (http://www.lne.es). Ha ganado diversos premios internacionales y textos suyos han sido publicados en antologías de Europa y América. Sus cuentos han sido traducidos al inglés, italiano, francés, portugués, alemán, gallego, valenciano, euskera y asturiano. Ha publicado Kepín vuela por primera vez y Mapi la alegre locomotora de vapor, entre otros. http://www.muchachadesal.com Historia en debate. Este miércoles 22 de julio, a las 7 de la noche, personajes de la historia venezolana como Simón Bolívar, José Antonio Páez y Ezequiel Zamora, y hechos de relevancia de la gesta independentista, serán debatidos por miembros de las revistas Memorias de Venezuela, del Centro Nacional de Historia (http://www.cenhisto.gob.ve), y El Desafío de la Historia, de la editorial Macpecri (http://www.macpecri.com), en un foro participativo y de entrada libre que se realizará por iniciativa de La Librería Mediática en la Sala 2 del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve). Los ponentes serán el historiador Arístides Medina Rubio, de Memorias de Venezuela, el escritor Luis Britto García, guionista de la película Zamora, a estrenarse próximamente bajo la dirección de Román Chalbaud, quien también participará a través de un video-entrevista de La Librería Mediática que se exhibirá en el evento, y Crisanto Bello Vetencourt, de El Desafío de la Historia, junto con otros historiadores de la revista. Estarán presentes en el evento el presidente del Celarg, Roberto Hernández Montoya, y la directora ejecutiva Mariclen Stelling, así como invitados especiales del Ministerio de la Cultura (http://www.ministeriodelacultura.gob.ve). La presentación y moderación estarán a cargo de la periodista Marialcira Matute (http://www.letralia.com/firmas/matutemarialcira.htm). http://lalibreriamediatica.wordpress.com Skirlas. El Círculo de Escritores de Venezuela ha organizado para este miércoles la presentación del poemario Skirlas, del escritor Frank Zicarelli (Zika). La actividad, que incluirá un brindis de honor, será en el Centro Cultural Chacao, en la avenida Tamanaco de El Rosal (Caracas), el miércoles 22 de julio a las 7 de la noche. http://circulodescritoresvenezuela.org http://www.chacao.gov.ve/culturachacao/default.asp Muñecas de trapo en Maracay. A partir del 23 de julio, con una conferencia sobre la tradición de las muñecas de trapo, se realizará una serie de jornadas formativas sobre esta expresión típica de la artesanía venezolana, en los espacios de la Biblioteca Pública Central “Agustín Codazzi”, de Maracay (Aragua, Venezuela). Los participantes no sólo aprenderán a elaborarlas, sino que además leerán y escribirán sobre muñecas de trapo. Los textos recogidos formarán parte de un libro artesanal y, a finales de mes, se realizará una exposición con las muñecas realizadas, en la que se leerán los textos. El taller tiene un costo de 30 bolívares y el participante deberá llevar el material requerido (tijeras, hilo, retazos de tela y materiales para el relleno). La facilitadora será la profesora María Antonia Sandoval. Para solicitar información es preciso escribir a la dirección de correo electrónico capricho.26@hotmail.com. Lo nuevo de Copé. Desde este viernes 24 y en varias veladas serán presentados en la 14ª Feria Internacional del Libro de Lima (Perú) los nuevos títulos de Ediciones Copé, el sello editorial de la compañía petrolera peruana Petroperú, evento que se desarrollará en el marco del 30º aniversario del Premio Copé y de los cuarenta años de vida institucional de la empresa. Marco Martos e Hildebrando Pérez presentarán en la sala Blanca Varela el viernes, a las 8:30 de la noche, Diccionario abracadabra; ensayos de abecechedario, de Gregorio Martínez. El sábado 25, también en la Blanca Varela y a la misma hora, Fernando Ampuero y Guillermo Niño de Guzmán presentarán la antología 90-00: cuentos brasileños contemporáneos, que cuenta con selección y prólogo de Maria Alzira Brum y Nelson de Oliveira. El martes 28 a las 7 de la noche, en la sala José María Arguedas, Julio Ortega y Jorge Valenzuela presentarán Relámpago inmóvil y los cuentos ganadores y finalistas de la XV Bienal de Cuento “Premio Copé Internacional 2008”. Ricardo González Vigil y Miguel Gutiérrez harán lo propio el sábado 1 a las 7 de la noche, en el auditorio Ricardo Palma, con Libro de oro, q contiene las obras ganadoras de las bienales de cuento “Premio Copé” (1979-2008). Finalmente, el miércoles 5 de agosto a las 7 de la noche Luis Alberto Ratto y José Antonio Bravo presentarán Las flechas del guerrero, de Carlos Thorne, en la sala César Vallejo. La feria se desarrollará del 23 de julio al 5 de agosto en el Vértice del Museo de la Nación, en el cruce de las avenidas Javier Prado y Aviación de la capital peruana. http://www.petroperu.com.pe/Ediciones/EdicionesCope.asp?op=1 Lavoe contra Lavoe. Los tormentos, ilusiones y dramas del llamado “Cantante de los cantantes”, el puertorriqueño Héctor Lavoe, son abordados en este monólogo original del escritor venezolano Edgar Borges (http://www.letralia.com/firmas/borgesedgar.htm) que del 24 al 26 de julio se presentará en Caracas. Magistralmente interpretado por el actor y cantante Carlos Áñez, este monólogo es un compendio de los episodios más trascendentales del inmortal salsero puertorriqueño y su imperecedero legado musical. La obra transcurre en un apartamento donde Lavoe se desdobla en dos personalidades que entran en conflicto, representando la lucha existencial de uno de los más importantes exponentes de la salsa de los setenta, mientras una voz al fondo refleja las imposiciones de la industria discográfica, movida por la avidez de dividendos económicos. Lavoe contra Lavoe, la tragedia del cantante, se presentará en esta primera temporada inaugural de la Sala Teatral del Colegio Francia, los días viernes 24, sábado 25 y domingo 26 de julio, a las ocho de la noche. Las entradas están a la venta en TuTicket.com y sus precios son de 50 bolívares para balcón y 60 para el patio. El Colegio Francia está ubicado en la avenida D de Campo Claro, al lado del Circuito Radial CNB, en Caracas. http://www.colegiofrancia.com Vino en Caracas. Este sábado 25 de julio la Organización Nelson Garrido (ONG), en Caracas, ofrecerá una jornada de actividades en torno al vino. A las 11 de la mañana, Victoria Hernández y Adriana Mesa, arquitectas relacionadas con el mundo del vino, presentarán su charla “Arquitectura en bodegas: tres proyectos arquitectónicos”. A la 1 de la tarde, Ricardo Ramírez hablará sobre la relación entre el vino y la poesía, y aderezará su charla con una lectura de textos. A las 3, el antropólogo Manuel Bazo y la licenciada en letras Catherine García ofrecerán su charla “La mitología griega relacionada el vino: los dioses griegos y el vino”. Cuatro ilustradores venezolanos —Alexis Ziritt, Gustavo Rugeles, Pablo Iranzo y Nicolás Salazar— se inspirarán en esta charla y ofrecerán cada uno su versión de esta historia en una postal que será obsequiada a las personas que ingresen a las charlas. Finalmente, a las 5 de la tarde la sommelier y coanfitriona del evento Maya García, junto a los cineastas Alejandra Szeplaki y Luis Ricardo Duque, ofrecerán la charla “El vino en el cine: grandes escenas del cine relacionadas con el vino”. Los asistentes disfrutarán de una cata de vinos jóvenes, blancos, rosados y tintos de las bodegas Oveja Negra, Viento Sur y Viña Maipo que podrán ser degustados durante las charlas. Asimismo, quienes deseen reservar para el almuerzo —que se servirá desde las 12:30 hasta las 5 de la tarde— podrán apreciar la excelente cocina de la ONG. El costo del plato será de 45 bolívares. Los interesados podrán hacer las reservaciones mediante el correo electrónico artemisa2965@yahoo.com.ar o, después del 22 de julio, por el teléfono (0414) 7460261. Los ilustradores, además, dibujarán las etiquetas de dos botellas de vino, que serán sorteadas en el transcurso del día. La actividad se realizará en la Organización Nelson Garrido, ubicada en la avenida María Teresa del Toro, Residencias Carmencita, piso 5º, Los Rosales, en Caracas. artemisa2965@yahoo.com.ar Libros imprescindibles. Dictado por el escritor venezolano Nelson Cordido Rovati, el taller “Los libros que hay que conocer” ayudará a sus participantes en la selección de los próximos libros a leer. Está originalmente basado en una selección que realizó la catedrática alemana Christiane Zschirnt en su obra Libros, que Cordido ha ido adaptando al mundo latinoamericano. Se revisarán cincuenta libros agrupados en ocho categorías durante ocho semanas, a razón de una sesión semanal de dos horas académicas de duración. La selección incluye títulos como El proceso, de Franz Kafka; La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa; En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust; Los Buddenbrook, de Thomas Mann; Drácula, de Bram Stoker; Un mundo feliz, de Aldous Huxley; 1984, de George Orwell; Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos; Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Casas muertas, de Miguel Otero Silva; Hamlet, de William Shakespeare, y Justine, del Marqués de Sade, entre otros. Se presentará la sinopsis de cada libro seleccionado, algunos datos relevantes sobre autor, las condiciones sociales del momento en que fue escrito y su influencia en la humanidad. El taller, que es auspiciado por el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) se realizará del 27 de julio al 14 de septiembre, los lunes de 6:30 de la tarde a 8 de la noche. Tiene un costo de 500 bolívares. Se puede solicitar mayor información en el teléfono (0414) 332 6979. http://www.celarg.gob.ve http://bit.ly/id6hh Sentido del humor. Del 27 al 30 de julio se dictará en el Instituto Cultural Brasil Venezuela, en Caracas, el taller Libretos de Humor 2.0, que estará a cargo del guionista de radio y televisión Joaquín Ortega, y estará dirigido a gente del medio publicitario, creativos juniors, productores y directores creativos de radio y televisión, escritores de radio y televisión y público en general. Ortega será acompañado por los profesores invitados Armando Coll, Roberto Echeto (http://www.letralia.com/firmas/echetoroberto.htm) y Fedosy Santaella (http://www.letralia.com/firmas/santaellakrukfedosy.htm). Los participantes recorrerán trabajos de George Carlin, Jerry Seinfeld y Robin Williams, analizarán la estructura los sketches de Saturday Night Live, las peripecias femeninas de Janeane Garofalo, las perspectivas multiculturales de Sacha Baron Cohen, Cheech Marin, George López o el francés Gad Elmaleh, y revisarán las referencias de impacto inmediato como el trabajo de Seth McFarlane —creador de American Dad y Family Guy— y Stephen Colbert o Jon Stewart. El taller será dictado en horario de 2 a 6 de la tarde. El ICBV está ubicado en la quinta Degania, en la avenida San Felipe, entre 1ª y 2ª transversales de La Castellana, en Chacao (Caracas, Venezuela). Para solicitar mayor información se puede llamar a los teléfonos 58 212 2661476 y 2664302 o al telefax 58 212 3395295. http://www.icbv.org.ve Letras en el mar. El próximo 27 de julio se realizará en Maracaibo el conversatorio “El mar en la literatura”, en el que Elí Bravo, Mario Morales y Nilibe Fleires hablarán sobre el mar, la literatura y sus posibles relaciones, con la moderación de Valmore Muñoz Arteaga (http://www.letralia.com/firmas/munozarteagavalmore.htm). La actividad es organizada por el Grupo Editorial Planeta (http://www.editorialplaneta.com.ve), la Biblioteca Pública del Estado Zulia (http://www.bpz.org.ve) y el Colectivo “El Submarino Amarillo” (http://submarinoamarillisimo.blogspot.com). En el evento, Muñoz presentará también la novela “Una ola tras otra”, de Bravo, uno de los comunicadores sociales más versátiles, documentados y creíbles en la escena periodística hispana en los Estados Unidos. Fleires y Morales son profesores destacados de la Escuela de Letras de la Universidad del Zulia (http://www.luz.edu.ve), donde dictan las cátedras de literatura española, literatura comparada, sociología de la literatura, taller de lectura y comentario de textos, y taller de redacción, entre otras. Muñoz Arteaga es profesor de literatura en la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica, http://www.unica.edu.ve) y ha publicado Epistolario: Mario Briceño-Iragorry-Mariano Picón Salas, Mario Briceño-Iragorry desde la vigilia y otros ensayos, Bajo la caligrafía de la noche, La memoria de la noche, y la más reciente Sylvia. La actividad, de entrada gratuita, se llevará a cabo en la Sala de Conferencias de la Biblioteca Pública del Estado Zulia, ubicada en la avenida 2 (El Milagro) de Maracaibo, el 27 de julio a las 11 de la mañana. http://bit.ly/8QDJB Desparpajo. La fotógrafa Yajaira Paiva ofrece su visión de la población de Chuao (Aragua, Venezuela) en su muestra Desparpajo, serie de nueve imágenes a todo color que expone desde el miércoles 29 de julio a las 8 de la noche en “El pasillo” de Roberto Mata Taller de Fotografía. Chuao es conocido por ser el centro de la producción de cacao en Venezuela, y hasta allá se dirigió Paiva para realizar un ensayo fotográfico como parte del taller “Chuao, apuntes de viaje”, dictado por el profesor Jesús Ochoa. Odontóloga y cirujana bucal, hace cuatro años Paiva comenzó a formarse en el área fotográfica en paralelo, y ahora ésta es su otra carrera. Desparpajo, su primera exposición individual, estará abierta al público hasta el lunes 24 de agosto. La entrada es libre. Roberto Mata Taller de Fotografía está ubicado en el cruce de las avenidas Trieste y Madrid, en La California Sur (Caracas). http://www.robertomata.com http://yajairapaiva.blogspot.com La orden de Brum. Enrique Prochazka y Pedro Villa presentarán el próximo viernes 31 de julio la primera edición en español de su novela La Orden Secreta de los Ornitorrincos, de la escritora brasileña Maria Alzira Brum, y que fuera publicada bajo el sello de Borrador Editores. Según el escritor peruano José Donayre (http://www.letralia.com/firmas/donayrejose.htm), la autora describe los entretelones de una orden secreta “inadmisible para una sociedad en la que lo valioso se obtiene exclusivamente con dinero, sin que la fe ni la ciencia logren superar dicho esquema”. La novela exalta la ficción una “auténtica ficción que cambia de piel y color a medida que progresa la historia, y esta se explica en avances y retrocesos”. La actividad tendrá lugar en la sala César Vallejo de la 14ª Feria Internacional del Libro de Lima. http://borradoreditores.blogspot.com Olivenza honra a Robles. El 31 de julio se celebrará en el Espacio para la Creación Joven de Olivenza, Badajoz (España), el IV Recital de Poesía, que será en homenaje al escritor Juan Manuel Robles, ex secretario general del Partido Comunista de Extremadura, fallecido hace tres años. Robles había concluido una novela, aún no editada, sobre la añoranza del campesinado extremeño por la reforma agraria, y ahora sus compañeros de partido esperan poder publicarla como homenaje póstumo. La que fue su vecina y compañera de partido, María Guillerma Núñez, le rinde homenaje con este recital de poesía. Luis Núñez y Juan “Cavaca”, poetas oliventinos, intervendrán como colaboradores en el recital. Robles era educador ejercía en los últimos tiempos en el instituto de Olivenza, su localidad natal. En los últimos años del régimen franquista, junto con poetas y cantautores extremeños, solía intervenir en lo que se llamaron “Recitales de poesía y canción extremeñas”, que tenían por objeto movilizar al pueblo extremeño contra la dictadura, por la libertad y la democracia. En 1974 se afilió al Partido Comunista y, desde entonces, fue un “incansable militante de las ideas emancipatorias”, especialmente en la comarca oliventina. http://www.espaciosparalacreacionjoven.net España peregrina. Tal es el nombre del espectáculo de teatro, música, danza y poesía que conmemorará en la capital mexicana los setenta años de la llegada a México del barco francés Sinaia, que llevaba consigo a los primeros exiliados de la Guerra Civil Española en 1939. La obra, dirigida por el mexicano Ricardo López, cuenta la historia de la República durante la Guerra Civil española a través de la palabra de Antonio Machado, César Vallejo, Miguel Hernández, Rafael Alberti, León Felipe y Ángela Figuera. Se muestra también una proyección sobre el fondo del escenario de más de trescientas imágenes de niños tomadas durante la Guerra Civil española y en otros conflictos como la Segunda Guerra Mundial, Vietnam, Irak y Gaza. “España peregrina” se representará hasta el 2 de agosto en el Centro Cultural Ollin Yoliztli (Periférico Sur 5141, Col. Isidro Fabela), en el sur de Ciudad de México. http://www.cultura.df.gob.mx/index.php/recintos/centros-culturales/ccoy El taller de Sandrini. El novelista brasileño Paulo Sandrini dictará en Caracas, del 3 al 6 de agosto, un taller de escritura en el que, a partir de algunos cuentos y preceptos de Edgar Allan Poe, Horacio Quiroga, Clarice Lispector, Julio Cortázar y Osvaldo Lamborghini, propondrá ejercicios introductorios para trabajar con la inventiva desde la materialidad del texto. En la conversación sobre esas lecturas se ubicará la clave para construir pequeñas historias que tendrán en la violencia al motor de nuestra imaginación. El taller será dictado en la sede del Instituto Cultural Brasil Venezuela, ubicado en la quinta Degania de la avenida San Felipe, entre las 1ª y 2ª transversales de La Castellana, en Caracas. Las sesiones se desarrollarán entre las 2 y las 6 de la tarde y el costo de la matrícula es de 200 bolívares. Los interesados deben enviar un cuento a violentaimaginacion@gmail.com. Se puede solicitar mayor información a los teléfonos (0212) 2661476 y 2664302. http://www.icbv.org.ve Nueva ventana. En noviembre será publicado el número 30 de la revista La Ventana, una publicación del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara (México) que se propone investigar sobre la relación y evolución de la condición femenina y la condición masculina, así como identificar las funciones y los verdaderos compromisos de toda retórica sobre el género, ya sea que estos compromisos se originen en los poderes, en los individuos o en los grupos. Para este nuevo número se está convocando a escritores e investigadores de habla hispana para que participen bajo el eje temático “Género y juventud”. Las colaboraciones, que podrán enviarse hasta el 15 de agosto a la dirección del centro (Juan Manuel 130, Guadalajara, Centro; C. P. 44280) o a las direcciones elctrónicas revista_laventana@csh.udg.mx o revista_laventana@yahoo.com.mx, deberán presentarse en formato Word a doble espacio (en caso de hacer el envío postal incluir versiones impresa y digital). La extensión de los trabajos de teoría será de hasta 30 cuartillas; avances de trabajo, hasta 20 cuartillas; reseñas, opiniones y comentarios varios, hasta 10 cuartillas, y testimonios, hasta 15 cuartillas. Se deberá incluir, además del título del trabajo, nombre y reseña biográfica del autor o autores, así como vías de contacto (teléfono, fax, correo electrónico y dirección postal). Igualmente deberá señalarse el grado académico, la ocupación actual, la institución en la que se labora, y se agregará un resumen en inglés y español de hasta diez líneas, con cinco palabras clave. Para conocer todos los lineamientos de la publicación se puede telefonear al (33) 36-13-26-03 o escribir a los correos indicados. http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/laventan/index.htm ¿Quiere publicar una nota en este espacio? Envíenosla por correo electrónico a breves@letralia.com. === ¿Le interesa estar informado sobre concursos? ========================= Reciba por correo electrónico los anuncios vigentes de concursos literarios y artísticos en general suscribiéndose a nuestra lista de distribución. Todo lo que tiene que hacer es enviar un mensaje vacío a letralia-concursos-subscribe@gruposyahoo.com, o visitar nuestra cartelera de concursos en http://www.letralia.com/herramientas/concursos.htm. Si desea enviarnos las bases de un concurso, escríbanos a info@letralia.com |||||||||||||||||||||||||||||| NOTICIAS ||||||||||||||||||||||||||||| *** Más de setecientas imágenes cuentan la vida de Juan Ramón Jiménez La vida del escritor español Juan Ramón Jiménez ha sido recogida en un solo volumen, Álbum, a través de 731 imágenes, entre las que, además de numerosos retratos del poeta, se reproducen también manuscritos y portadas de sus primeras ediciones. Editada por la Residencia de Estudiantes (http://www.residencia.csic.es) y la caja de ahorros Cajasol (http://www.cajasol.es) dentro de la colección “Álbumes de Plata”, esta iconografía juanramoniana, que se acompaña de una biografía de Javier Blasco, ha sido compilada por José Antonio Expósito, y cuenta con una introducción del escritor Andrés Trapiello. El Álbum, que fue presentado el pasado 30 de junio en la Residencia, en Madrid, cuenta con la última fotografía que se le hizo al poeta, el 30 de mayo de 1958, una curiosa instantánea tomada en el hospital, en la que, en silla de ruedas y en bata, Jiménez acaricia con ambas manos la cabeza de “Platero”, un burrito de alambre de tamaño casi natural, confeccionado por alumnos de sexto de primaria con alambra y paja. Siete niños de sexto curso y su maestra rodean al burrito y al poeta, quien aparece en numerosas fotografías de este volumen rodeado por escolares y jóvenes, sobre todo en la última etapa de su vida. Otra de las fotos más curiosas, editada a doble página, muestra a su esposa, Zenobia Camprubí, en Washington, al volante del vehículo Chevrolet que el matrimonio compró en 1950. Sobre Camprubí escribe Trapiello que “a ella le tocó sacar adelante a un hombre que parecía vivir en un perpetuo frenesí que lo levantaba desde el decaimiento hasta los estados de exaltación, de la ataraxia a los periodos de trabajo febril”. También hay imágenes tomadas en el patio de su casa de Moguer, en la calle Obispo Infante, posando junto a su madre, Purificación Mantecón López-Parejo, en 1922, y en el mismo lugar y el mismo año posando con sus sobrinos Pepe y Blanca, y con su ahijado, Juan Ramón Jiménez Bayo, hijo de su hermano Eustaquio. Precisamente, Álbum se abre con una foto de época de la torre mudéjar de la Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, de Moguer, de la que el poeta dejó escrito: “La torre de Moguer, de cerca, parece una Giralda vista de lejos”. El más antiguo de todos los retratos es uno de 1885 que muestra a un grupo de niños, entre los que se encuentra un Juan Ramón que puede no haber cumplido los cuatro años, ataviado con gorra y pajarita, con las manos entrelazadas y mirando al fotógrafo con seriedad. También se conserva otro retrato de sus cinco años, vestido de marinero, y sus biógrafos gráficos han seleccionado reproducciones fotográficas de un dibujo escolar del globo terráqueo, hecho por el poeta cuando contaba entre ocho y nueve años y hasta la etiqueta de los vinos “Eustaquio Jiménez”, ya que fue su hermano quien se encargó del negocio vinícola familiar desde 1908. De cuanto estaba en los jesuitas de El Puerto de Santa María (Cádiz), se reproduce en el Álbum el diploma del “Primer Premio en Conducta” que obtuvo con catorce años, edad de la que también se reproducen páginas del Álbum de poesía manuscrito —sobre las páginas de un libro de contabilidad— por el poeta, que copiaba poemas de autores del siglo XIX y él mismo ilustraba con dibujos. En esta galería no faltan la práctica totalidad de los escritores del 98 y de la Generación del 27, muchos en compañía de Juan Ramón Jiménez, quien sobre estos últimos ejerció un magisterio decisivo, y en un solo retrato dos premios Nobel, Benavente y el poeta de Moguer, en compañía de Ortega y Gasset, Valle-Inclán, Azorín, Amadeo Vives, Luis Bello, Gabriel Alomar y Luis de Zulueta. Pese a esta colección gráfica, Andrés Trapiello afirma, en su introducción a este volumen, que “menos que de nadie, jamás se tendrá una imagen completa de Juan Ramón Jiménez. Ni como persona ni como poeta”, en alusión a la “complejidad de su legado”. Fuente: EFE *** Mempo Giardinelli y Elsa Osorio ganan premio Giuseppe Acerbi El pasado 4 de julio se dio a conocer en Castel Goffredo, Mantua, en el norte de Italia, el fallo del Premio Literario Giuseppe Acerbi, que este año estuvo dedicado a autores argentinos con libros traducidos al italiano y que ganaron Mempo Giardinelli, en la categoría de literatura de viajes, y Elsa Osorio, en la de literatura argentina. Gardinelli obtuvo la distinción por Final de novela en Patagonia, y Osorio por Cielo de tango (Lezione de tango). Concebido como un premio para conocer y acercar a los pueblos, el Giuseppe Acerbi es otorgado por los lectores italianos. No es un premio al que los autores puedan presentarse y es fruto de una original iniciativa de lectura comunitaria. Cada año, en febrero, la ciudad solicita a un equipo académico la selección de cuatro títulos de la literatura de un país que se encuentren traducidos y publicados en Italia. En marzo se hace el lanzamiento del nuevo período de lectura colectiva del que participa un jurado académico compuesto por diez profesores universitarios y periodistas (cuyos votos constituyen el 25% del fallo) y un jurado popular constituido por 300 lectores socios de las 18 bibliotecas de la región, más cada lector que desee participar y así lo solicite. A todos ellos se les asigna el valor de un voto en una jornada de elección popular el 4 de julio, que termina con la declaración del libro ganador, la lectura en voz alta de algunas de sus páginas, cena típica del país representado y un concierto de música de esa nación. El premio se entrega desde 1993 y en años anteriores ha sido recibido por el mexicano Carlos Fuentes, la poeta portuguesa Ana Luisa Amaral y el narrador brasileño Rubem Fonseca, entre otros autores. Durante la primera semana de noviembre toda la región se vestirá de fiesta para recibir a los cuatro autores de este año (Luisa Valenzuela y José Pablo Feinman fueron los otros finalistas), quienes visitarán instituciones y escuelas. La entrega del galardón, consistente en una estatuilla, será el próximo 7 de noviembre en una noche de gala. Entre los patrocinadores de este premio se encuentran el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia (http://www.esteri.it), la Región Lombardía (http://www.regione.lombardia.it), la Provincia y la Comuna de Mantua, y la Presidencia del Consejo de Ministros de Italia (http://www.governo.it). Fuente: Fundación Mempo Giardinelli *** 6ª Feria de la Edición de Canarias abrirá sus ojos hacia África La 6ª Feria de la Edición de Canarias, España (http://www.feriadelaedicion.com), ampliará este año su programación con el I Salón del Libro Africano (Sila), un proyecto que responde a la necesidad de “abrir de una vez por todas los ojos hacia África”, según anunció Ángeles Alonso, directora de la editorial tinerfeña Baile del Sol (http://www.bailedelsol.org) y codirectora de este evento, el pasado 4 de julio. Organizada por la empresa de promoción cultural Mirmidón (http://www.mirmidon.es) y Baile del Sol, la feria abrirá sus puertas del 24 al 27 de septiembre con esta novedad, que incluye la presencia de editoriales, escritores y traductores procedentes de distintos países de África. Este cambio obedece “a una visión dinámica y viva de la feria”, explica Alonso. “En África existen hoy alrededor de 3 millones de hispanohablantes, el español es la segunda lengua extranjera impartida en los institutos y hay un flujo continuo entre editoriales independientes canarias, españolas y africanas. Teníamos que reflejar esto”, añade. Este I Salón del Libro Africano se propone convertir a las islas Canarias en punto de referencia y en centro de reunión y difusión cultural de África hacia Europa y América. “Con iniciativas como ésta Canarias puede ser realmente esa plataforma de fusión cultural entre tres continentes de la que tanto hablamos”, asegura Alonso, quien se muestra convencida de que “las islas pueden ser centro de difusión de la obra de los autores africanos en el mercado español y europeo, pero sobre todo, con Latinoamérica”. El salón acogerá a los directores de tres de las principales editoriales de Mali, Senegal y Angola: Hamidou Konaté, de Ediciones Jamana, de Mali; el poeta senegalés Seydou Nourou Ndiaye, fundador de la editorial Papiro África, y el angoleño Jacques Dos Santos, de ediciones Chá de Caxinde. Los editores hablarán de su experiencia y decómo ha influido la historia reciente africana en la literatura del continente. Junto a estos tres editores ya han confrmado su asistencia al Sila 2009 los escritores Jorge Arrimar y Henri Lopes (Angola), Joaquim Arenas (Cabo Verde), Concepción Lima (Santo Tomé y Príncipe), Tassadit Yafine (Argelia) y El Hajd Amadou Ndoye (Senegal). El salón se celebrará durante cuatro días con un programa de conferencias, debates, encuentros con escritores, editores y traductores y presentaciones de libros. Editoriales canarias que publican en su catálogo obra escrita por autores africanos han confirmado su asistencia a esta primera edición, en la que colaboran el Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es), el Gobierno de Canarias (http://www.gobiernodecanarias.org) a través de las direcciones generales del Libro y de Relaciones con África, el Cabildo de Tenerife (http://www.tenerife.es) y Casa África (http://www.casafrica.es). Las mesas de debate sobre el sector editorial, uno de los puntos más destacados de la feria, se centrarán en la profesionalización del sector y las posibilidades de intercambio en el fenómeno de las redes culturales. El director del Salón del Libro Iberoamericano de Huelva, Uberto Stabile, presentará en esta primera edición el Foro de la Bibliodiversidad, un proyecto que pretende hacer visibles a las pequeñas editoriales que luchan por conseguir un hueco entre los grandes sellos editoriales. Como en todas las ediciones de la Feria de la Edición, el cartel de este año es obra del artista Marcos Lorenzo, que recrea los podomorfos, grabados en forma de huella hallados en las islas y representa una imagen de continua influencia entre Canarias y África. Fuentes: Archipiélago Noticias • EFE *** Obra teatral Mariana recibe menciones especiales en Margarita La obra teatral Mariana, de José Ramón Fernández, y con montaje de las compañías venezolanas Estival Teatro y Codarte, de Maracay, y Cuarta Pared, de Caracas, recibió tres menciones especiales en el 7º Off Art Festival de Margarita, celebrado en la ciudad de Juan Griego, Nueva Esparta, entre el 25 de junio y el 5 de julio. Dirigida por el dramaturgo Juan Martins (http://www.letralia.com/firmas/martinsjuan.htm), Mariana es una recreación de Mariana Pineda, del español Federico García Lorca, sobre la heroína española que luchó por la causa liberal en el siglo XIX, y que fuera ejecutada en Granada el 26 de mayo de 1831 —a la edad de 26 años— por el método del garrote vil, un collar de hierro que, por medio de un tornillo, presionaba el cuello del reo hasta romperlo. La versión de Fernández se enfoca en el momento del encarcelamiento de la heroína y es protagonizada por la actriz aragüeña Mirla Campos, cuya amplia trayectoria le ha valido diversos reconocimientos, y quien ahora recibe mención especial como mejor actriz por este trabajo. Igualmente, la obra obtuvo menciones especiales por su ambientación escenográfica y por el diseño de iluminación. La iluminación y sonido es de Víctor Quiñones y la asistencia de dirección de Mariozzi Carmona (http://www.letralia.com/firmas/carmonamariozzi.htm). El Off Art Festival de Margarita se realiza anualmente en el Complejo Cultural Teatro Simón Bolívar, de Juan Griego, y en él participan creadores en las modalidades de teatro, instalación, performance y artes de la imagen y el espacio, con obras y ejecuciones unipersonales. Fuente: Estival Teatro *** Falleció el escritor peruano Enrique Congrains Martin El escritor peruano Enrique Congrains Martin falleció en Cochabamba (Bolivia), donde vivía desde hace tiempo, la tarde del pasado lunes 6 de julio, a la edad de 77 años, víctima de un paro cardíaco, según informó su hijo Alfredo Congrains. El artista había nacido en Lima en 1932 y es considerado una de las figuras más importantes de la literatura peruana de mediados del siglo XX, pues introdujo el neorrealismo urbano en la narrativa del país latinoamericano. Su libro de cuentos Lima, hora cero (1954) y su novela No una, sino muchas muertes (1957) le ganaron un sitial de honor en la vida intelectual de su país. La novela sería llevada al cine en 1983 bajo el título Maruja en el infierno, por Francisco J. Lombardi —quien en 2000 dirigiría Pantaleón y las visitadoras, basado en la novela homónima de Mario Vargas Llosa—, en la que fuera una de sus primeras y más conocidas producciones. La situación política de su país lo lleva, en 1963, al exilio voluntario (“...yo no era de los me quedaba boca a boca, sino de los que pasaba a la acción”), y pasó a vivir en países como México, Cuba, Venezuela, Colombia, Argentina o Chile, antes de recalar definitivamente en Bolivia. Insistía en no guardarse para sí solo la “fundación” de la literatura urbana peruana —que se le atribuye con Lima, hora cero. “No creo que yo tenga que llevarme todo el mérito, está repartido con Julio Ramón Ribeyro”, dijo a El Hablador (http://www.elhablador.com/entrevista13_1.htm). Allí mismo dice, de su cuento “El niño de junto al cielo”, que no era el mejor —ese lugar se lo daba a “Domingo en la jaula de estera”—, y que la razón de que apareciera en varias antologías de narrativa peruana era la pereza de los compiladores. Tras esos dos libros y otro de cuentos, Kikuyo (1955), Congrains se mantendría oculto de la escena literaria por 45 años hasta la publicación, en 2007, de El narrador de historias y, más tarde, 999 palabras para el planeta Tierra. Un período en el que no dejaría “de escribir, ni de editar ni de leer. He escrito unos cincuenta libros de temática general: culinaria, salud, medicina popular, muchos libros pedagógicos, literarios... He vivido básicamente como editor, ese ha sido mi ganapán. También he sido profesor”. Había crecido en el Paseo Colón, que en los años 30 era una zona burguesa de la capital peruana, pero su familia fue duramente golpeada por la crisis económica. “Yo nací en el seno de una familia arruinada”, dijo en una entrevista. No terminó el bachillerato, lo que siempre consideró una fortuna pues de esa manera se evitó lo que consideraba el encasillamiento al que lo habría constreñido una profesión universitaria. “Conoció la realidad a pie, y trajo al mundo sus primeros libros con esa visión”, escribió Pedro Escribano al conocer de su muerte. “Como lector, había conocido la obra de John Steinbeck, entre ellas Las viñas de la ira, y también había leído a Erskine Caldwell, sobre todo El camino del tabaco. Asimismo, el cine italiano había marcado su escritura. Él decía que estos autores y en el cine italiano veía ‘esa mirada neorrealista, hasta naturalista’, para revelar la miseria moral de la gente”. Vargas Llosa hace un retrato de Congrains en El pez en el agua, donde lo recuerda como un vendedor que iba de casa en casa ofreciendo productos que en muchos casos eran inventados por él mismo. “Irrumpió como un ventarrón en el ambiente literario limeño de los años cincuenta”, cuenta el autor de La casa verde. “Era joven, rubicundo y simpático, de ideas fijas y tan dinámico que parecía poner en práctica sus proyectos aun antes de concebirlos”. “De pronto Congrains dejó de publicar y pensé que la narrativa había perdido a un escritor de muchas posibilidades”, cuenta el también escritor Miguel Gutiérrez, quien recuerda cómo lo recibió la crítica después de su largo hiato de cuarenta años. “La crítica, con la ceguera y mezquindad que le caracteriza (con raras excepciones), lo trató con desdén y suficiencia. Quería que Congrains siguiera escribiendo la misma historia de siempre. Estas novelas las leí con asombro y deleite, acaso con mayor sabiduría narrativa abordaron nuevos temas y situaciones para nuestras letras, con el mismo espíritu innovador del joven Congrains”. A esa misma coyuntura del regreso se refiere el escritor y editor Giancarlo Stagnaro. “Decíamos que había regresado un ave fénix y no nos equivocábamos: en un medio literario ingrato con sus autores, que vive más de efímeros picos de popularidad mediática que de propuestas a largo plazo, el hecho de que resonara el nombre de Congrains, tras cerca de medio siglo de silencio literario, le parecía una distorsión temporal a algunos”. Justamente fue en ese momento cuando, con Johnny Zevallos, Stagnaro entrevistó con motivo de su regreso a Congrains, para la revista El Hablador (http://www.elhablador.com/entrevista13_1.htm). Allí el escritor habla de sus lecturas, su actitud ante el reconocimiento, su relación con el mundo de la cultura. “Nunca he sido bohemio, por razones de salud. Soy asmático, el trago me hace mucho daño. Siempre llevaba una vida muy metódica y sana gracias al asma”. Fuentes: Andina • Cinencuentro • El Hablador • La República • Panamericana • RPP *** Gerardo Guinea obtiene en Guatemala el Premio Miguel Ángel Asturias El escritor guatemalteco Gerardo Guinea Diez (Ciudad de Guatemala, 1955) obtuvo el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias 2009, distinción que otorga el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala (MCD, http://www.mcd.gob.gt) a través de la Dirección General de las Artes, como informó el ente gubernamental en un comunicado emitido el pasado 7 de julio. Guinea Diez cuenta a la fecha con más de 18 libros publicados, algunos de ellos traducidos al francés e inglés, en narrativa, poesía, ensayo y periodismo. Ha obtenido otros importantes premios como el Mesoamericano de Poesía Luis Cardoza y Aragón 2006, concedido por la Embajada de México (http://www.sre.gob.mx/guatemala) y el MCD por Poemas para el martes. El criterio para otorgarle el premio —dotado con una medalla de oro, un diploma, 50.000 quetzales y la publicación de una obra a elección del homenajeado— se sustenta en su amplia y profunda obra. En el ámbito periodístico Guinea Diez ha abrevado del nuevo periodismo estadounidense; su narrativa está entroncada con la obra del cubano Carpentier y el uruguayo Onetti, mientras que sus ensayos tienen raíces en la escuela de José Vasconcelos y su obra poética está emparentada con la mejor poesía latinoamericana contemporánea. Exiliado en México en los años 70, Guinea Diez cursó allí estudios de derecho, sistemas y sociología. Tuvo a su cargo la coordinación de la Casa de Chile en México. Fue secretario de redacción en las secciones de economía, negocios y finanzas y comercio exterior del periódico El Financiero (http://www.elfinanciero.com.mx), de Ciudad de México. Al retornar a Guatemala trabajó en la revista Crónica y en los periódicos Siglo Veintiuno (http://www.sigloxxi.com) y Prensa Libre (http://www.prensalibre.com). También dirigió la revista cultural Magna Terra, entre 2000 y 2008, y la revista política Este País, entre 2005 y 2006. En el ámbito editorial, ha tenido a su cargo la edición de alrededor de 1.000 títulos de casi todas las disciplinas, desde 1996 a la fecha, en Magna Terra Editores. Ha publicado las novelas El amargo afán de la desmuerte (1993), Por qué maté a Bob Hope (1994), Exul umbra (1997) y Calamadres (2002); los poemarios Horarios de lo efímero y lo perdurable (1995), Ser ante los ojos (2000), Raíz del cielo (2003) y Poemas para el martes (2006); el libro de ensayo Pasión de la memoria, Guatemala ante el fin de siglo (1994); la biografía Mario Monteforte Toledo, diccionario privado (2002, coautoría con J. L. Perdomo) y el libro de cuentos Las criaturas del aire (2001). Fuentes: EFE • Página de la Literatura Guatemalteca • Siglo XXI *** El libro digital tendrá su feria en Madrid Bubok (http://www.bubok.es) y la organización e-cultura.net (http://www.e-cultura.net) han emprendido la preparación de la I Feria del Libro Digital, cuyo objetivo será “generar el entorno propicio para una industria cultural creciente e impulsar su posicionamiento entre las primeras plataformas generadoras de contenidos digitales en español a nivel internacional”, como explicó Ángel María Herrera (http://www.letralia.com/firmas/herreraburguilloangelmaria.htm) el pasado 7 de julio en el blog de la editorial digital española (http://bit.ly/2QAXNI). El evento se celebrará en Madrid en una fecha próxima a anunciarse y, según el editor, “aparece en un momento crucial para las industrias de contenidos urgidas de encontrar un modelo de negocio viable que permita las descargas online, sin detrimento de las editoriales, los autores y las fórmulas reprográficas tradicionales”. La feria, que será un punto de encuentro entre empresas, editores, agentes editoriales, proveedores y el público en general, intentará anticiparse a la transformación y a la segmentación del mercado del libro, aportando, según Herrera, estrategias de producción, distribución y comercialización capaces de mejorar la experiencia lectora y de convivir en armonía con el libro impreso. “Queremos mostrar a los asistentes opciones sobre qué leer, cómo encontrar y comprar libros digitales y una amplia variedad de contenidos multimedia relacionados con la literatura”, agregó Herrera. “Además de ampliar el espacio creativo y abrir canales de comunicación interactiva entre los lectores y los autores”. Creada en diciembre de 2007, Bubok es una iniciativa que permite la autoedición de libros y posibilita su venta a través de Internet. Dirigida por Herrera, la compañía es una realidad gracias al esfuerzo conjunto de evoluZiona (http://www.evoluziona.com), Secuoyas (http://www.secuoyas.com/es), Grupo Intercom (http://www.grupointercom.com) y Caja Navarra (http://www.cajanavarra.es/es) a través de Eurecan. Por su parte, e-cultura.net nació a finales de los 90 a partir del trabajo de varias personas relacionadas con la gestión cultural, y es una organización especializada en incorporar a la cultura las nuevas tecnologías de la información y en ofrecer a las instituciones soluciones de consultoría, comunicación y musealización de la cultura. Fuente: Bubok *** Investigan si película de Woody Allen es plagio de una novela española La juez del juzgado número 2 de Esplugues de Llobregat (Barcelona, España) ha admitido a trámite la denuncia por supuesto plagio presentada por el escritor y fotógrafo español Alexis de Vilar (http://www.alexisdevilar.net), quien asegura que el guión de la película Vicky, Cristina, Barcelona, del cineasta estadounidense Woody Allen, es en realidad un plagio de su novela Goodbye, Barcelona. La juez citó a declarar en relación con este asunto al empresario y productor cinematográfico Jaume Roures, propietario de la compañía Mediapro (http://www.mediapro.es), que produjo el filme, y no se descarta que el propio Allen sea citado, pues figura como autor del guión. Roures debía comparecer el 7 de julio, pero la reunión fue postergada. De Vilar (Barcelona, 1948) presentó el pasado mes de enero una denuncia solicitando una investigación sobre el presunto plagio, argumentando que la película de Allen, estrenada en septiembre de 2008, contiene numerosas coincidencias y paralelismos con el argumento, las localizaciones, los personajes y la época en la que se desarrolla su novela Goodbye, Barcelona, escrita en 1987 y registrada ese mismo año. La jueza de Esplugues que instruye la causa citó al escritor el pasado mes y le sometió a una exhaustiva declaración, según fuentes del bufete Miserachs Abogados (http://www.miserachsabogados.com), que lo representa. Vicky, Cristina, Barcelona es protagonizada por la estadounidense Scarlett Johansson y los españoles Javier Bardem y Penélope Cruz. Por su papel en esta película, Cruz obtuvo este año el premio Oscar de la Academia de Artes y Ciencias del Cine (http://www.oscars.org) como mejor actriz de reparto. La novela Goodbye, Barcelona estuvo entre las finalistas del Premio Planeta de 1987 y del Plaza & Janés de 1989, y estuvo en manos de varias editoriales españolas y extranjeras, además de algunas productoras cinematográficas, si bien no fue publicada hasta octubre de 2008, después del estreno de la película de Allen. Los abogados del escritor —quien ha publicado otras seis novelas— han presentado un informe con opiniones de algunos guionistas y expertos cinematográficos en el que constatan que, si se ve primero la película y se lee después el libro, se podría llegar al convencimiento de que la novela es una copia del filme. Los asesores legales del escritor consideran que hay “demasiadas coincidencias” para pensar que el parecido entre ambas obras se deba a casualidades del proceso creativo. Las sospechas recaen sobre Aureli de Lima, un antiguo socio de Vilar en la sociedad Columbus Films, que actualmente está vinculado a Roures. Tesorero de la Associació de Productors Independents de Catalunya (Apic, http://www.apic.cat) —de la que Roures es vocal—, De Luna también ha sido citado por la jueza. Otra persona que conocía la obra de Vilar era Antonio Llorens, de Lauren Films, que había mostrado interés por adaptar al cine la novela African blues, también de Vilar. Llorens era distribuidor en España de las películas de Woody Allen y mantuvo conversaciones con el cineasta americano en Londres, en 2005, sobre el proyecto de Vicky, Cristina, Barcelona, que entonces se llamaba Midnight in Barcelona. Pero su empresa se declaró en suspensión de pagos, lo que condujo a que finalmente fuera Mediapro, de Roures, la que produjera la película. Los informes periciales presentados por el bufete Miserachs Abogados hablan de hasta diecinueve similitudes entre la novela de Vilar y el guión de Allen. Escenarios comunes —La Pedrera, Parque Güel, el Born, Las Ramblas y otros—, un pintor que en ocasiones crea sus obras directamente con los dedos y posee un piano negro, un novio conformista de alrededor de treinta años, un matrimonio maduro y boyante del que el marido juega el golf, son algunas de las coincidencias. “Es la juez la que debe decidir”, subraya el catedrático Pau Miserachs, responsable del bufete que lleva el caso, quien es especialista en propiedad intelectual. Fuentes: 24/7 • EFE • IMDb • La Nación *** Postulación de Marcos Ana a premio a la Concordia recibe apoyos La Universidad de Granada (http://www.ugr.es) ha hecho un llamamiento a instituciones y colectivos que quieran adherirse a la candidatura del poeta español Fernando Macarro Castilla, más conocido como Marcos Ana, para el premio Príncipe de Asturias a la Concordia, para hacerlo a través de la web Un Premio para Marcos Ana (http://www.unpremioparamarcosana.org), creada al efecto. La candidatura del poeta salmantino Marcos Ana al premio cuenta ya con más de 6.200 firmas de adhesión. Para formalizar el respaldo público a su postulación, basta con rellenar el formulario disponible en la página de la iniciativa (http://bit.ly/IPKFb), donde se puede leer la información de soporte en árabe, catalán, euskera, francés, gallego, inglés e italiano, además de español. La Universidad de Granada considera “de justicia” que el premio recaiga sobre Marcos Ana, al que considera “una de las mayores víctimas de la represión y la tortura durante la dictadura franquista”, por su defensa de los derechos humanos. Entre las personalidades que han avalado la propuesta figuran los premios Nobel José Saramago y Wole Soyinka, escritores como Gioconda Belli y Eduardo Galeano, el cantautor Silvio Rodríguez, el cineasta Pedro Almodóvar y el juez de la Audiencia Nacional (http://www.audiencianacional.es), Baltasar Garzón, entre otros, según informó la institución académica en una nota el pasado 8 de julio. También se han sumado instituciones como ayuntamientos, diputaciones y fundaciones, entre ellas la de José Saramago y la de César Manrique, así como el Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada (http://www.festivaldepoesiadegranada.com). El galardón es concedido por la Fundación Príncipe de Asturias (http://fundacionprincipedeasturias.org) a la persona, institución, grupo de personas o de instituciones cuya labor haya contribuido de forma ejemplar y relevante al entendimiento y a la convivencia en paz entre los hombres, a la lucha contra la injusticia, la pobreza, la enfermedad, la ignorancia o a la defensa de la libertad, o que haya abierto nuevos horizontes al conocimiento o se haya destacado, también de manera extraordinaria, en la conservación y protección del patrimonio de la humanidad. Fuentes: EFE *** Premio Ciudad de Getafe de novela negra para el argentino Marcelo Luján El escritor y periodista argentino Marcelo Luján obtuvo el pasado miércoles 8 de julio la decimotercera edición del Certamen Literario Ciudad de Getafe en la categoría de novela negra con Ayer negro, una historia “conmovedora” del Madrid actual dotada de un “ritmo desenfrenado” que hace vibrar desde el primer párrafo. Así lo destacaron los miembros del jurado, presidido por el escritor Lorenzo Silva y compuesto por los autores Almudena Grandes y Fernando Marías, la editora Esperanza Moreno y el catedrático de lengua Jesús Zapata, al hacer público el fallo del premio, dotado con 10.000 euros. En un comunicado, destacan que Ayer noche es una novela “que hará vibrar desde el primer párrafo hasta su final impactante y soberbio” con un estilo “impecable” en la descripción, la narración y la acción, lo que convierte a la obra en una novela negra “en todo rigor”. Residente en Madrid desde el año 2001, Luján (Buenos Aires, 1973) es periodista y ha publicado Flores para Irene (OAC, 2004), En algún cielo (Fundación Colegio del Rey, 2007) y El desvío (Kutxa Ediciones, 2007), además de una docena de cuentos recogidos en antologías de varios países. Fuente: EFE *** Garcilaso de la Vega tiene su espacio en la Biblioteca Cervantes La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (http://www.cervantesvirtual.com) inauguró el pasado 9 de julio un espacio sobre el Inca Garcilaso de la Vega (http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/incagarcilaso), considerado el más emblemático representante del mestizaje hispanoamericano como proceso cultural y estímulo para la creación. La Cervantes conmemora con esta nueva sección el cuarto centenario de la publicación de los Comentarios reales de los incas (1609), obra cumbre de este autor, definido por los expertos como un ejemplo paradigmático del humanismo renacentista inserto en (y en conflicto con) el contexto de la conquista y colonización de América. Hijo del capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega y Vargas y de la noble incaica Chimpu Ocllo, el Inca Garcilaso de la Vega nació en Cuzco, en 1539, y tuvo una formación bilingüe y bicultural: aprendió quechua y cultura inca, pero también recibió la educación formal de un hijo de español, con gramática, latín, retórica, doctrina cristiana y buenas costumbres. En 1560 viajó a España y, tras un corto periodo en el ejército, comenzó a desarrollar su vocación literaria con la traducción de los Dialoghi d’Amore, del humanista sefardí León Hebreo, a la que siguieron la publicación de La Florida del Inca y los Comentarios reales de los incas (obra cuya segunda parte, Historia general del Perú, vio la luz póstumamente, en 1617). La Cervantes ofrece en este nuevo espacio, que es dirigido por Remedios Mataix, profesora de la Universidad de Alicante (http://www.ua.es), una exhaustiva información biobibliográfica, una amplia colección de estudios sobre el autor, el minidocumental El Inca Garcilaso de la Vega y ediciones facsimilares de La Florida (Lisboa, Pedro Crasbeeck, 1605), los Comentarios (Lisboa, Pedro Crasbeeck, 1609) e Historia general del Perú (Córdoba, Viuda de Andrés Barrera, 1617), así como del manuscrito de la Relación de la descendencia del famoso Garci Pérez de Vargas, la traducción de los Diálogos de amor (Madrid, Pedro Madrigal, 1590) y La historia general de las Indias y nueuo mundo, de Francisco López de Gómara, anotada por el Inca Garcilaso (Zaragoza, Miguel de Çapila, 1555). Fuente: BVMC *** Abren sección de libros en español en la Biblioteca Nacional de Vietnam La Biblioteca Nacional de Vietnam (http://www.thuvienquocgia.vn), en Hanoi, abrió el pasado 9 de julio su primera sección de libros en español, con la finalidad de responder a la demanda de lectura en este idioma por parte de la comunidad vietnamita que lo habla o estudia, según indicaron fuentes oficiales. La nueva sección, que además pretende contribuir a fomentar el gusto por la lectura en el país indochino, la componen, hasta el momento, cerca de un millar de libros colocados en estanterías y unos 1.800 títulos digitalizados. El ministerio vietnamita de Cultura, en una nota difundida por la agencia oficial de noticias VNA (http://www.vnanet.vn), agradeció a la Embajada de España (http://www.embavietnam-madrid.org) las gestiones realizadas para conseguir los libros. En la Universidad de Hanoi (http://www.hufs.edu.vn), que en 2002 fundó el Departamento de Español, en la actualidad unos 200 alumnos estudian castellano, y cerca de otros 170 lo aprenden en la Nacional de Vietnam (http://www.vnu.edu.vn/en). Igualmente, en el sur de Vietnam, la Universidad Abierta de Ho Chi Minh (http://www.ou.edu.vn/english), antigua Saigón, y la Universidad de Ciencias Sociales y Humanidades de esa misma ciudad, tienen cifras similares de alumnos que estudian español. En los años 70, Vietnam y Cuba firmaron un convenio que permitió al país indochino enviar estudiantes a la nación caribeña durante seis años para aprender español, lo que a lo largo del tiempo propició que más de 6.200 vietnamitas aprendieran la lengua de Cervantes. Fuente: EFE *** Bryce Echenique se defenderá “hasta el final” de acusaciones de plagio El escritor peruano Alfredo Bryce Echenique está dispuesto a “llegar hasta el final” en las acusaciones de plagio que pesan sobre él, y confía en ganar el segundo juicio que tiene pendiente en su país para “quedar totalmente libre de polvo y paja”, dijo en una entrevista a medios españoles el pasado 10 de julio. La entrevista tiene lugar horas antes de que el escritor, uno de los más importantes de Latinoamérica, inaugure los cursos de verano de El Escorial con una conferencia sobre “La suprema ironía de Miguel de Cervantes”, en la que hará “un repaso por el humor en la literatura occidental hasta nuestros días”. Bryce Echenique arribó a Madrid procedente de Lima, donde ha vuelto a fijar su residencia tras llevar seis años alternándola entre España y Perú. En enero de este año Bryce Echenique fue acusado por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi, http://www.indecopi.gob.pe) de haber plagiado en dieciséis artículos, publicados en diferentes diarios españoles y en algunas revistas hispanoamericanas, a quince autores. “He ganado el primer juicio en todas las instancias, y confío en ganar el segundo también”, afirma Bryce Echenique, quien no descarta que finalmente pueda llevarse a la pantalla su novela Un mundo para Julius, y asegura que la novela que prepara actualmente, donde contará la decadencia de su familia a lo largo de tres generaciones, será “la más ambiciosa” de todas las suyas. Su abogado presentó una apelación y “ha llevado el caso al poder judicial, que era donde debía estar”. Además, prosigue Bryce Echenique, la justicia peruana “ha aceptado que el fallo de Indecopi es equivocado” y le ha dado “un recurso de amparo” al escritor. “Todo ha sido producto de la envidia y de la maldad, y eso es típico del Perú. Que se lo cuenten si no a Mario Vargas Llosa, que tuvo muchos más problemas que yo, y no sólo por la política”, insiste el autor de La vida exagerada de Martín Romaña. El escritor dice tener claro que detrás de las acusaciones de plagio “hay dinero”, pero él, que no ha ido “comprando jueces”, quiere “llegar hasta el final”, aunque tarde “un poco más, porque por el poder judicial la cosa es más lenta”. El próximo lunes 27, Bryce Echenique presentará en Lima un nuevo libro de artículos, Penúltimos escritos —el título es inspirado en la novela Penúltimos castigos, de su primer editor, Carlos Barral—, que reunirá todos los publicados en los últimos años, incluso los supuestamente “plagiados”. “Que se rompan las narices los que me acusan”, dice sonriente el novelista. A Bryce le atrae el cuento como un imán, y hace dos meses publicó en Perú su nuevo libro de relatos La esposa del rey de las curvas, en el que recupera algunas historias de su infancia. Anagrama (http://www.anagrama-ed.es) lo publicará “en noviembre o, como máximo, a principios de 2010” en España y en el resto de Hispanoamérica. El ganador de premios como el Nacional de Literatura de Perú (por Un mundo para Julius), el Nacional de Narrativa de España (por Reo de nocturnidad) o el Planeta (por El huerto de mi amada), comenzará en octubre su nueva novela, un proyecto al que le da vueltas desde 1971, pero entonces carecía de “la madurez” necesaria para escribirla. De hecho, en los años 70 el autor visitó los lugares donde habían vivido sus antepasados, “barrios que son de una Lima abandonada a su miserable suerte”, y leyó “todas las novelas sobre familias decadentes”, desde El Gatopardo, de Lampedusa, hasta Los Buddenbrook, de Thomas Mann. “Será una novela muy ambiciosa; la más ambiciosa de las mías”, subraya. Y si hace un año por estas fechas el escritor creía que la película Un mundo para Julius, basada en su novela homónima, no se haría porque la productora peruana Luca Producciones no había pagado los derechos de autor, ahora Bryce Echenique tiene “esperanzas” en que las cosas puedan solucionarse. Su agente literaria, Carmen Balcells, y el propio escritor decidieron darle “una segunda oportunidad a la productora, y en la medida en que cancelen la deuda habrá película”. El escritor confía en que se pueda recuperar el “formidable guión” que había hecho el cubano Senel Paz, autor del texto de Fresa y chocolate y “un loco lector de Un mundo para Julius”. Fuente: EFE *** Vargas Llosa intervendrá en apertura del Congreso de la Lengua 2010 El escritor peruano Mario Vargas Llosa, la Premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú y el ex presidente del gobierno español Felipe González intervendrán en la inauguración del V Congreso Internacional de la Lengua Española, en Chile, según anunciaron los organizadores el pasado 10 de julio, durante la presentación de la página web del evento (http://www.congresodelalengua.cl). El evento, que se celebrará en la ciudad costera de Valparaíso del 2 al 5 de marzo de 2010, será inaugurado por la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y el Rey de España, Juan Carlos I, según indicó la ministra de Cultura (http://www.consejodelacultura.cl), Paulina Urrutia, durante la presentación. En esa cita participarán 1.200 personalidades de la política y la cultura iberoamericanas que debatirán y analizarán la situación, los problemas y los retos del español, una lengua en expansión que hoy hablan casi 450 millones de personas, dijo la ministra Urrutia. “La idea de realizar en Chile el V Congreso Internacional de la Lengua Española supone liderar el esfuerzo regional por crear instancias de reflexión y desarrollo en torno al idioma español como vehículo de expresión y comunicación, y como principal elemento integrador de los países iberoamericanos”, aseguró. En este congreso “vamos a ver la dimensión real del idioma español, su aportación a la riqueza y al desarrollo de los pueblos de América”, destacó la ministra. El lanzamiento de la página web se realizó en la Universidad Técnica Federico Santa María (http://www.utfsm.cl), de Valparaíso —que será la sede del encuentro—, en un acto que contó también con la presencia del director de la Academia Chilena de la Lengua (http://www.institutodechile.cl/lengua), Alfredo Matus, y del director académico del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es), Francisco Moreno. “No hay otra lengua internacional que como el español cuente con un foro en el que personalidades y especialistas de diversos saberes se reúnan para reflexionar sobre la lengua, la cultura y la literatura”, destacó Francisco Moreno, secretario general del congreso. Alfredo Matus, por su parte, explicó que los invitados al congreso aportarán su experiencia desde la dimensión de la política, las etnias originarias de América y los medios de comunicación. Además, habrá una mesa redonda con los ex presidentes de Chile Patricio Aylwin, Ricardo Lagos y Eduardo Frei; otra con empresarios, como el presidente de Telefónica (http://www.telefonica.es), César Alierta, y una tercera con ministros de educación, indicó Matus, secretario académico de la reunión. Durante la presentación se dio a conocer un saludo grabado del director de la Real Academia Española (RAE, http://www.rae.es), Víctor García de la Concha, y se realizó una videoconferencia desde Madrid con la directora del Cervantes, Carmen Cafarell. “La robusta unidad del español no es el resultado de una imposición, sino el fruto de una voluntad común, y es lo que ha permitido que estos congresos se hayan convertido en foros cada vez más abiertos”, destacó García de la Concha. En tanto, Cafarell expresó la gratitud del Cervantes a las autoridades chilenas por la “sensibilidad y el entusiasmo” que están poniendo en la preparación de “un acontecimiento de tanta complejidad” como éste. El sitio presentado el 10 de julio reúne información relevante sobre el encuentro —como la programación académica, las actividades culturales, noticias y artículos de opinión— y un sistema de registro en línea para todos los que deseen participar. Con el lema “América en la lengua española”, el congreso reunirá en Valparaíso —ciudad Patrimonio de la Humanidad situada a 120 kilómetros al oeste de Santiago— a 1.200 asistentes y ponentes de los 22 países hispanohablantes y de otras zonas del mundo. El encuentro contará en su inauguración con intervenciones de los premios cervantes Jorge Edwards (Chile) y Mario Vargas Llosa (Perú), así como del filósofo español Emilio Lledó. Las ponencias principales estarán a cargo de los académicos chilenos Alfredo Matus y Agustín Squella, del ex presidente del Gobierno español Felipe González, de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú y del vicepresidente de CNN en Español (http://www.cnn.com/espanol), Christopher Crommett. En esta cita también se rendirá homenaje a cuatro grandes figuras de la literatura chilena: los premios Nobel de Literatura Pablo Neruda y Gabriela Mistral, y los poetas Gonzalo Rojas y Nicanor Parra. El V Congreso Internacional de la Lengua continúa las tareas de los celebrados en Zacatecas (México, 1997), Valladolid (España, 2001), Rosario (Argentina, 2004) y Cartagena de Indias (Colombia, 2007). Fuente: EFE *** Fallece el galerista español Juan Cruz Unzurrunzaga Juan Cruz Unzurrunzaga, promotor cultural y responsable de la galería de arte Ekain Arte Lanak (http://www.ekainartelanak.com/index.php?nCodLan=1), de Donostia, falleció el pasado 13 de julio a los 69 años, tras sufrir un prolongado proceso canceroso. Polifacético, Unzurrunzaga estudió derecho, pero apenas ejerció; militó en ETA pm y cayó preso; fue manager de la Orquesta Mondragón durante cuatro años y, finalmente, se inclinó por trabajar en torno a las artes plásticas, como galerista. Cuando vio que su enfermedad le estaba ganando la batalla, quiso revelar un dato que había mantenido en secreto durante décadas: había sido el autor de las fotos del cadáver de Joxe Arregi, el militante de ETA muerto en 1981 cuando estaba siendo torturado en dependencias policiales de Madrid. La galería había estado regentada en estos últimos tiempos por su sobrina Rita Unzurrunzaga. El fallecido poseía una amplia colección de cuadros en su domicilio. Según declaró en una entrevista, esos más de cien cuadros serán sorteados entre unas ochenta personas que fueron amigos o que le ayudaron. Una de las obras, además, va a ser donada al Museo de San Telmo (http://santelmomuseoa.com/indexc.php). Era hijo de Patxi, fundador de la editorial Itxaropena, de Zarautz, y hermano de Javier, arquitecto y profesor de arquitectura. Estudió el bachillerato en Lekaroz y guardaba un recuerdo muy desagradable de aquel internado; declaró que esa etapa entre los 12 y 17 años fue la más triste de su vida. En 1973 colaboró en Chile con el programa Onsev de alfabetización de adultos, impulsado por el gobierno de Salvador Allende. Luego ingresó en ETA político-militar y en 1975 su comando en pleno cayó en manos de la policía en Madrid, a resultas de la delación del infiltrado Mikel Lejarza El Lobo. Unzurrunzaga escribió un libro sobre esos acontecimientos, titulado Infiltración (Editorial Hordago). En 1976 dirigió la creación de la Coordinadora de Presos Sociales en Lucha (Cope) de Euskadi. Fue también miembro de la primera Gestora Pro Amnistía. Tras esta etapa, fue director de la promotora cultural Albaina, colaboró con el Festival Internacional de Cine de San Sebastián (http://www.sansebastianfestival.com) y creó otra promotora cultural, Zum Zum, que contrataba y organizaba giras fundamentalmente por Euskadi con artistas como Juan Manuel Serrat, Els Joglars, Ocaña o la Orquesta Mondragón. “Aquel grupo fue todo un boom, en los agostos actuaba prácticamente todos los días, llegamos a llenar la plaza de toros de Las Ventas”, dijo en una entrevista. Con Raquel Martínez de Ubago fundó la galería Altxerri de San Sebastián, con exposiciones de Eduardo Chillida, Tapies, Equipo Crónica, Zumeta, Vicente Ameztoy y otros. Dado que las cuentas apenas cuadraban, creó la agencia matrimonial Elkar. “Teníamos muy buenos cuadros, pero apenas venía gente, porque la galería estaba en un segundo piso, en la Avenida de la Libertad”, comentaría años más tarde. Luego participó en la renovación del Café Oquendo, y en 1993 abrió con Ana Herrero y Jesús Zubeldia el restaurante Sumendi de nueva cocina vasca en la ciudad de Pucos, al sur de Chile, al pie del volcán Villarrica. En 1998 volvió a las tareas de promoción artística al codirigir con Laura Esteve la galería Laura Esteve-Arte Lanak. Y en 1999 comenzó su andadura en la nueva galería Ekain Arte Lanak. Así pues, ha fallecido cuando su última galería cumplía diez años. El pasado mayo Unzurrunzaga protagonizó la portada del diario Berria (http://www.berria.info), al que le concedió una entrevista en la que reveló que había sido el autor de las fotografías del cadáver de Joxe Arregi, que dieron la vuelta al mundo. Este militante de ETA murió en 1981 en dependencias policiales, con abundantes signos de haber sido torturado. En esa entrevista, Unzurrunzaga dijo que sacó las fotos al cadáver el mismo día en que fue enterrado en Zizurkil. Actuó esa misma noche, a las horas de que recibiera sepultura, y lo hizo ayudado por el pintor Vicente Ameztoy. “Abrimos el ataúd, sacamos el cadáver, pusimos varias sábanas para que nadie detectara en qué sitio se habían sacado las instantáneas, y luego, a los pocos minutos, volvimos a poner el féretro bajo la losa. El cemento estaba todavía fresco”. Llevaron a cabo esta acción para mostrar al mundo que Arregi había sido torturado. El abogado Artemio Zarco tuvo trato con Juan Cruz a lo largo de más de cuarenta años. “Se salía de lo corriente. Tenía un atractivo extraordinario. Era un provocador nato, en el buen sentido, y con muy buen estilo. Criticaba todo lo que merecía ser criticado. Rendía culto a la amistad y nos ha dejado un gran vacío”. Unzurrunzaga fue ayudante de Zarco. “Pero sólo un mes. Enseguida se cansó de mí y del derecho. Así era él”. Para este abogado, Unzurrunzaga “ha mostrado una gran calidad humana a lo largo de los años en que ha estado enfermo. En vez de dejarse llevar por la autocompasión, ha reaccionado con gran dominio de sí mismo”. El escultor Koldobika Jauregi ha expuesto en Ekain en más de una ocasión. “Era, de los galeristas con los que he trabajado, el que mejor conocía el mundo de las artes plásticas. Siempre te contaba algo interesante, y te mostraba que sabía reflexionar. Era extrovertido, pero creo que también tenía una faceta más silenciosa”. Por su parte, Luis Chillida recordaba que “Unzurrunzaga tuvo mucho trato con todos los artistas de mi familia. Todos han expuesto en su galería, desde mi padre hasta mis tíos y hermanos, y hace poco mi hermana María. Ha trabajado mucho por el mundo del arte”. Fuente: Diario Vasco *** Restos de García Lorca podrían ser desenterrados en otoño La Junta de Andalucía (http://www.juntadeandalucia.es) anunció el pasado 14 de julio que podría iniciar este otoño la apertura de la fosa común en la que se cree que están enterrados los restos del poeta español Federico García Lorca, asesinado por milicianos fascistas en la madrugada del 18 de agosto de 1936 junto al barranco de Víznar, en Granada, España. La Consejería de Justicia y Administración Pública (http://www.juntadeandalucia.es/justiciayadministracionpublica), que dirige Begoña Álvarez, está ultimando un protocolo por el que antes de fin de año se proceda a la apertura de la fosa, con independencia de la voluntad contraria de los descendientes del escritor, que siempre se han manifestado en contra. Explicó que antes de iniciar la elaboración del protocolo que permitirá excavar el enterramiento donde supuestamente está el poeta y otros de este tipo, Justicia ha efectuado contactos “científicos y jurídicos”. Este proceso previo se ha realizado para “tener la seguridad” de que se puede proceder a la apertura “con el máximo respeto a los derechos y con todas las garantías para todos los familiares de las personas que presuntamente están en esta fosa”. Los familiares tanto del maestro republicano Dióscoro Galindo como de los dos banderilleros anarquistas, Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, que fueron fusilados junto a Lorca, sí han venido reclamando insistentemente a la junta y a los tribunales de Justicia la exhumación de los restos. Ahora, el gobierno andaluz que preside José Antonio Griñán se dispone a ofrecer financiación y asesoramiento técnico para el desenterramiento de los cadáveres, alegando el “interés público” de la recuperación de la memoria histórica. La administración autonómica asumirá la dirección de los trabajos y, una vez localizados los restos, se pondrían inmediatamente a disposición de la autoridad judicial, que será la que tenga finalmente la última palabra sobre el destino que haya que dar a los restos. El viernes 17, el forense José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada (UGR, http://www.ugr.es), declaró que defiende la identificación “positiva” y no “por exclusión” de los restos. Indicó, asimismo, que las identificaciones deben ser siempre “fehacientes” y que no caben actuaciones “parciales ni por exclusión”, por lo que ha considerado “completamente posible” excavar la fosa de Lorca sin necesidad de identificar todos los restos. El profesor forense ha puesto como ejemplo un accidente de tráfico con cinco fallecidos en el que sólo los familiares de cuatro de las víctimas piden identificarlos y sólo ellas ofrecen datos comparativos, lo que impediría que los profesionales pusieran nombre y apellidos a la quinta víctima al no disponer de datos objetivos sobre ese cuerpo. Respecto a la fosa de Alfacar, Lorente ha asegurado que “por exclusión” podrían quedar uno o varios cuerpos sin identificar sobre los que “cada uno es libre de pensar de acuerdo a la historia de quién pueden ser, pero nunca será una identificación médico-forense”. Tras las fases de individualización y estudio antropológico de los restos, el proceso de identificación se completa con una prueba de ADN en la que se comparan los datos de los huesos con los de familiares directos de la supuesta víctima que los faciliten, un proceso “voluntario” que “en ningún caso” se hace si no lo ha pedido la familia o hayan sido requeridos judicialmente. Estas declaraciones se producen después de que el antropólogo Miguel Botella detallara que antes de llevar a cabo las pruebas genéticas, los restos deberán ser sometidos a un proceso de “individualización” de los huesos y a pruebas de superposición de imágenes en 3D que permitirán concretar a qué víctima pertenece cada uno de ellos. Álvarez, por su parte, reiteró que la legalidad y los requisitos científicos son “compatibles” en este caso y los dos “apuntan” a que es posible abrir la fosa sin necesidad de identificar fehacientemente todos los restos, ya que no es posible hacer ninguna identificación “por exclusión”. Fuentes: El Mundo *** Publicarán en octubre la biografía de García Márquez por Gerald Martin La biografía del escritor colombiano Gabriel García Márquez, narrada por el británico Gerald Martin, será publicada en español el próximo mes de octubre, señaló este 15 de julio Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (http://www.fnpi.org), que preside el Nobel de Literatura. “García Márquez está esperando, como todos, la próxima publicación, en octubre, de su biografía ya en español”, precisó el amigo del novelista en relación a la traducción al español de Gabriel García Márquez: A Life, publicada en inglés en octubre del año pasado, y que resume las entrevistas periódicas que durante treinta años ha sostenido Martin con el autor de Cien años de soledad. La editorial Mondadori (http://www.randomhousemondadori.es) tiene los derechos de esta edición en lengua castellana y se prevé la presentación de la biografía tanto en España como en países de Latinoamérica. Entre las próximas actividades a las que asistirá García Márquez está la entrega del Premio Nuevo Periodismo, el 1 de septiembre en la ciudad de Monterrey, México. “Afortunadamente en la fundación podemos contar con sus luces y su orientación”, dijo Abello, al recordar que fue García Márquez quien creó y sigue pendiente del trabajo de esta institución. Abello contó también que el premio Nobel de Literatura entra todos los días al estudio, aunque no cree que tenga algo pendiente para publicar, “pero tampoco creo que tenemos derecho a exigírselo porque ya ha publicado muchísimo y lo que ha hecho, lo ha hecho súper bien”, señaló. “Gabo está tranquilo en su casa, en plan familiar”, agregó el experto en comunicación, quien participó en la capital española en la mesa redonda “El papel del periodismo en la consolidación de la democracia y el pluralismo en Colombia”, organizado por la embajada colombiana (http://www.embacol.com) en España y celebrado en la Casa de América (http://www.casamerica.es), de Madrid. Fuente: EFE *** Uruguay recuerda a Juana de Ibarbourou a treinta años de su muerte Uruguay conmemoró este 15 de julio los treinta años de la muerte de la poeta Juana de Ibarbourou, “Juana de América”, una autora que se convirtió en símbolo de su país y que conoció las luces y las sombras en su vida y su literatura. “Fue una mujer rebelde y transgresora”, cuyo gran mérito consistió en “romper el círculo cerrado de los intelectuales y calar en el alma del ciudadano corriente”, afirmó el periodista y escritor uruguayo Diego Fischer, autor de Al encuentro de las tres Marías: Juana de Ibarbourou más allá del mito, una biografía novelada de la poetisa. Nacida en la villa de Melo en 1892, Ibarbourou accedió a la fama de forma contundente al publicar su primer poemario, Las lenguas de diamante (1919), y vio consagrada su carrera diez años después con su proclamación como “Juana de América” en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo (Parlamento) de Montevideo. Esa distinción, impulsada por estudiantes universitarios y jóvenes poetas, hizo de Ibarbourou la “figura fetiche” de Uruguay, dijo Fischer. “Sus libros comenzaron a venderse tanto o más que los discos de Carlos Gardel”, agregó, y subrayó los elogios que el pensador español Miguel de Unamuno dedicó a Ibarbourou en una carta que supuso “el gran espaldarazo” a su trayectoria literaria. Según el periodista, esa misiva fue “profética”, pues Unamuno reconocía la “extrema sensibilidad” de la autora y ensalzaba su valentía al asegurar que “ninguna mujer en España se atrevería a escribir versos” como los de Las lenguas de diamante, poemario al que siguieron Raíz salvaje (1922) y La rosa de los vientos (1930). El erotismo, la belleza y la exaltación de la vida marcaron la primera etapa de su obra, reflejo también de “un país feliz, de un Uruguay que tenía fe en sí mismo y progresaba”, relató Fischer. El reconocimiento de su obra traspasó enseguida fronteras y Juana de Ibarbourou comenzó a ser ensalzada por autores de la talla de Pablo Neruda, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca, quien la visitó en repetidas ocasiones durante su estancia en Montevideo en 1934. En 1959 fue galardonada con el primer Premio Nacional de Literatura otorgado en Uruguay, y ese mismo año fue candidata al Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, muy pronto “la gloria y el infierno comenzaron a darse la mano” e Ibarbourou se vio inmersa en el “calvario de una mujer del siglo XXI”. Su adicción a los barbitúricos y a la morfina, y la violencia doméstica —primero por parte de su marido, un militar de bajo rango, y después por parte de su hijo— marcaron las sombras de una vida que se prolongó 87 años. Además, pese a haber logrado un patrimonio muy importante, las deudas contraídas por su hijo hicieron que atravesara grandes penurias económicas y tuviera que deshacerse, entre otros muchos bienes, de la amplia biblioteca que había atesorado durante años. “Que hoy figure su rostro en los billetes de mayor valor de la moneda uruguaya (los de mil pesos) es un sarcasmo”, opinó Fischer. Según el escritor, a partir de Perdida (1950) la poesía de Ibarbourou fue completamente autobiográfica y dejó traslucir en ella “sus adicciones, su soledad, la belleza que se va” e, incluso, su “verdadera historia de amor, que no fue con su marido sino con un médico argentino”. Juana, que era veinte años mayor que él, rozaba entonces los 60 años y encontró en aquel romance “el último momento de felicidad” de su vida, aseveró Fischer. Para el poeta uruguayo Jorge Arbeleche, uno de los mayores estudiosos de la obra de Ibarbourou, los versos de esa última etapa se alejan de la sensualidad y la alegría de los primeros años y se aproximan a “lo metafísico” y “lo religioso, en el sentido de concebir la vida como un don sagrado, pero también voraz”. “Juana de Ibarbourou ocupa un lugar en la literatura en lengua española”, opinó Arbeleche, uno de los promotores del conjunto de actividades que este año conmemoran en Uruguay los 30 años de su muerte. En el marco de esos homenajes, el próximo 20 de agosto —coincidiendo con los 80 años de su proclamación como “Juana de América”— la Cámara de Representantes de Uruguay (http://www.diputados.gub.uy) presentará en el Palacio Legislativo de Montevideo una antología de su obra bajo el título de Rapsodia. Asimismo, la Intendencia de Montevideo (http://www.montevideo.gub.uy) publicará una nueva edición de Chico Carlo, una colección de cuentos infantiles escritos por la autora. Para Fischer, estos homenajes propician que Uruguay “se reencuentre” con la mujer inconformista que fue Ibarbourou. “Detrás del mito, de la leyenda y del silencio estamos descubriendo a la mujer, y al hacerlo comenzamos a entender su obra y lo que con ella quiso decir”, aseveró. Fuente: EFE *** Poeta iraquí Abdul Hadi Sadoun obtiene la Beca Internacional Machado La Fundación Antonio Machado (http://www.fundacionmachado.com) y el Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es) concedieron la Beca Internacional de Creación Poética Antonio Machado al poeta iraquí Abdul Hadi Sadoun (Bagdad, 1968), codirector de la única revista cultural en lengua árabe en España, según el fallo del jurado difundido este 16 de julio en Soria, España. El jurado, reunido en el Ayuntamiento de Soria (http://www.ayto-soria.org), eligió a Hadi Sadoun de entre otras veintidós propuestas procedentes de países como Italia, Israel, Estados Unidos, México, Perú, Venezuela, Cuba, Colombia, Chile y Bolivia. El objetivo de esta beca —dotada de 12.000 euros más 3.000 euros de bolsa de viaje— es invitar a un poeta internacional a permanecer en Soria durante cinco meses para realizar un proyecto de creación poética relacionado con la ciudad y con Antonio Machado. Además de poeta, Abdul Hadi Sadoun es narrador, periodista e hispanista. Residente en Madrid desde 1993, desde 1997 dirige Alwah, la única revista cultural en lengua árabe en el territorio español dedicada a las letras, especialmente, a la literatura del exilio. Algunos de sus cuentos y poesías han sido traducidos al alemán, francés, inglés, italiano, persa, albanés y español. El ganador de la segunda edición de la beca internacional Antonio Machado ha traducido al árabe la poesía de Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer, Federico García Lorca, Juan Ramón Jiménez o las novelas de Javier Marías, así como dos antologías de la poesía española moderna y una selección de cuentos hispanoamericanos contemporáneos. Amalia Iglesias, ex responsable de la Comisión Ejecutiva del Centenario de Machado en Soria y presidenta del jurado calificador, indicó que Hadi Sadoun cumple las “expectativas” con las que nació esta iniciativa: tender un puente de “intercambio de civilizaciones a través de la poesía”. Iglesias resaltó las similitudes entre las trayectorias vitales y personales de Machado y Hadi Sadoun. Como el autor de Campos de Castilla, éste ha sufrido en carne propia “la ausencia, la soledad y un exilio forzado”. Tuvo que huir del gobierno de Saddam Husein y, como muchas familias en la Guerra Civil Española, tuvo que separarse de los suyos. A la espera de que la situación mejore en su país natal, vive de forma provisional en Madrid. Su llegada a la capital soriana está prevista para la primera semana de agosto. Ya hace dos años había participado en la Feria del Libro de Soria, dedicada entonces a Antonio Machado. En aquella ocasión pronunció una conferencia sobre su labor como traductor de Machado y otros miembros de la Generación del 98 o del 27. La poesía de Machado, comentó en aquella ocasión, interesa mucho en los países árabes, a pesar de que su traducción haya sido escasa por una falta de atrevimiento. Hadi Sadoun ha publicado El día lleva traje manchado de rojo Damasco (1996), Encuadrar la risa (1998) y Plagios familiares, entre otros. El título de su proyecto artístico, “muy sugerente”, según Iglesias, es De Asiria a Soria, un juego de palabras en que quiere unir “a través de la literatura, el pasado, el símbolo y la metáfora” dos lugares geográficos, Irak y Soria, y dos ríos, el Éufrates y el Duero. Los finalistas de esta edición de la beca fueron Martín Rodríguez Gaona, de Perú; Javier Bello, de Chile y María de Lourdes Corona, de México. El jurado estuvo compuesto por el alcalde, Carlos Martínez, Amalia Iglesias, Manuel Núñez Encabo, presidente de la Fundación Antonio Machado; Marifé de Santiago, directora de Cultura de Presidencia del Gobierno; Guillermo Corral, director general del Ministerio de Cultura; Manuel Rico, director del gabinete del Instituto Cervantes (http://www.cervantes.es); Concha Álvaro, directora de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (Secc, http://www.secc.es), y Marta Sáenz, representante de la Dirección General del Libro (http://www.mcu.es/libro). En la primera edición, el ganador fue el chino Hu Sudong, quien renunció “por una tragedia inesperada en su familia” y, tal y como establecen las bases de la beca, fue seleccionado el segundo finalista, el indio Subhro Banddyopadhyay, seudónimo de Subhransu Banerjee. Fuentes: El Heraldo de Soria • EFE *** Proponen que legado de Cansinos Assens sea Bien de Interés Cultural Rafael Cansinos, hijo del escritor Rafael Cansinos Assens, aseguró este viernes 17 de julio que está en contacto con el Ministerio de Cultura de España (http://www.mcu.es) y con la Junta de Andalucía (http://www.juntadeandalucia.es), a través del Ayuntamiento de Sevilla (http://www.sevilla.org), para promover la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) del archivo de su padre y protegerlo así patrimonialmente. Cansinos indicó que un requisito “fundamental” para iniciar el trámite es que el archivo esté físicamente en Andalucía, “así que empezaré a promoverlo en el momento en que tengamos situado el archivo en Sevilla”. Además, aclaró que se trata de una iniciativa suya —como impulsor de la Fundación-Archivo Rafael Cansinos Assens (http://www.cansinos.org) y como propietario del archivo— llevada a cabo tras la negativa de Madrid para declararlo como tal. De todos modos, prosiguió, “esto no es un requisito imprescindible para poner en marcha la fundación”, que se instalará en 2010 en la sede del Convento de Santa Clara, espacio que considera “excepcional” aunque será ocupado en principio de forma transitoria, “puesto que el Ayuntamiento tiene un avance de plan de usos del convento que es provisional, ya que en 2010 sólo va a estar acabada la primera fase de las obras”. Lo “más ventajoso” de esta situación es, a su entender, que luego se podría escoger dentro de la segunda y tercera fase de las obras de Santa Clara una ubicación definitiva para la fundación, que a partir de 2010 solo tendrá sede en Sevilla. Sobre el comienzo de las actividades de ésta en el espacio de Santa Clara, señaló que la intención de la delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, es que las mismas comiencen a principios de 2010, aunque, matizó, “no me pudo concretar si la obra de la primera fase estará acabada para esa fecha”. Al hilo de esto, aclaró que aunque la fundación pudiera estar en Sevilla para esa época, “quizás tarde más en trasladar el archivo, porque requiere unas condiciones específicas de conservación”. Acerca de la intención del Ayuntamiento de instalar una placa en el domicilio donde nació el escritor, Cansinos indicó que aún no se sabe en qué lugar se colocará, puesto que la casa que está ligada a la obra, infancia y juventud del autor, ubicada en la calle Castelar, no es la natal. “Proseguiremos con la investigación para determinar con precisión dónde se sitúa finalmente esta placa, porque quiero que se instale con sensatez y sin prisas”, añadió. También confirmó la intención de celebrar un congreso en torno a la figura de Assens, pero, manifestó, “no sé si será en otoño o a principios de año”. Fuente: Diario de Sevilla *** panfletonegro cumple diez años en línea Uno de los medios venezolanos pioneros en la difusión de literatura e ideas en Internet, la publicación digital panfletonegro (http://panfletonegro.com), cumplió diez años de andadura el pasado jueves 17 de julio, una década en la que sus páginas han acogido a varias de las más descollantes firmas de Venezuela. Nacida como una revista digital de periodicidad mensual bajo la tutela editorial y técnica del escritor Daniel Pratt (Caracas, 1975), Panfleto Negro —como se escribía originalmente el nombre de la publicación— ha tenido como bandera, desde sus inicios, el objetivo de “difundir lo impublicable en papel”. En lo que Pratt llama la “versión 2.0” de la publicación, panfletonegro inicia en el año 2000 la presentación de números temáticos. “De allí salieron selecciones un tanto obvias como hembra y macho y otras menos evidentes, como ciudad y mar”, explica Pratt. El 11 de septiembre, el Mayo Francés, la tragedia del estado venezolano de Vargas en diciembre de 1999 y el golpe de Estado contra Hugo Chávez el 11 de abril de 2002, además de la obra de autores como Elmer Szabó y Hanni Ossott fueron también temas para panfletonegro. Por esos años inauguró sus tres primeras columnas fijas: “Cine”, de Sergio Monsalve, “Música”, de O, y “Libros”, de Jesús Nieves Montero. A éstas les siguieron “Descontento”, de Héctor Torres (http://www.letralia.com/firmas/torreshector.htm); “Tedios”, de Pedro Enrique Rodríguez; “Punto de fuga”, de José Alexander Bustamante; “Melancópolis”, de Marcelo Seguel Bon; “Confesionario”, de Yadelcy Hamber Machado, y “Esquinero”, de Adán Fulano, que Pratt destaca como espacios “que contribuyeron al hecho literario venezolano” y que, “en su forma inicial, probablemente no habrían aparecido en medios convencionales”. Entre 2004 y 2006 panfletonegro pasó por su última transformación al liberar cada vez más los mecanismos para la publicación de materiales de sus colaboradores, eliminando la figura del editor e implementando un gestor de contenidos que posibilita a cualquier autor publicar sus textos sin filtro alguno, en lo que Pratt —quien desde entonces se presenta como “ex editor” de panfletonegro— ha llamado la “versión 3.0” de su revista. “Libertad absoluta fue nuestra línea editorial; que nos amaran y odiaran por eso, nuestro alimento”, explica Pratt. “Fue en ese último momento, casi siete años después de su inicio”, continúa Pratt, “que panfletonegro se convirtió verdaderamente en un sitio de difusión, anárquico y participativo, con libertad editorial absoluta”. Y aunque la ausencia de un editor formal ha dado pie “a la mediocridad y la difamación”, Pratt cree, “utópicamente, que en medio de una tormenta de mensajes personales, propaganda y textos inconsecuentes, ocurrirá la poesía”. La adopción de este sistema ha permitido incrementar considerablemente la cantidad de material publicado —Pratt estima que hay más material en 2009 que entre 2005 y 2008—, y también ha convertido a panfletonegro en memoria digital de diversos eventos sociales, culturales y políticos de los últimos años. “Fiel a nuestros principios, en esta versión de panfletonegro también quedó registrada —de una forma u otra— la partida de tres de nuestros grandes: Adriano González León, Elizabeth Schön y Eugenio Montejo”. En los diez años que lleva en línea, panfletonegro ha recibido 70 millones de hits producidos por 2.981.523 visitantes, y ha publicado 5.917 artículos que a su vez han generado 11.724 comentarios “libres de spam”, como acota Pratt. En su décimo aniversario, panfletonegro inaugura su “versión 4.0”, incorporando nuevos elementos de diseño y una nueva sección, “Destacados”, en la que serán incluidos materiales sobresalientes, bien sea por la cantidad de visitantes, comentarios, votaciones, o por su calidad literaria, lo que quizás represente un híbrido entre el modelo de sus inicios y el presente. En la presentación de su revista, el “ex editor” ofrece a visitantes curiosos su “galería de mutaciones”, los hitos en los que panfletonegro ha pasado de una a otra versión: el primer número (http://www.panfletonegro.com/uno), el número 15 (http://www.panfletonegro.com/quince), el 28 (http://www.panfletonegro.com/veintiocho), el 63 (http://www.panfletonegro.com/sesentaytres) y el 83 (http://panfletonegro.com/site/component/option,com_frontpage/Itemid,1/). Evolución que de alguna manera refleja los cambios en la difusión de contenidos en Internet en los últimos diez años. *** Uruguayos protestan intención de trasladar restos de Artigas Tras una marcha de diez días desde el oeste de Uruguay, unos 150 jinetes llegaron el pasado sábado 18 de julio frente al mausoleo del prócer José Artigas, en la céntrica plaza Independencia de Montevideo, para protestar contra el proyecto del gobierno del presidente Tabaré Vázquez de sacar de ahí sus restos, al grito de “Artigas no se va”. Los jinetes, vistiendo la tradicional indumentaria gauchesca —bombacha, botas, ponchos, boina o sombrero alado— llegaron a la plaza a paso lento, apareciendo a través de una pesada niebla que cubría la capital, y se entremezclaron con los centenares de personas que los aguardaban con flores blancas o rojas en sus manos. Portando pabellones nacionales, la bandera de Artigas —azul, roja y blanca, con la leyenda “Libertad o muerte”— y pancartas que versaban “Todos a defender a Artigas” y “Presente, mi general”, los asistentes entonaron el himno y expresaron su rechazo a la medida anunciada por Vázquez el pasado 19 de junio, fecha del natalicio del prócer. Ese día, Vázquez anunció la necesidad de “rescatar a Artigas del frío mausoleo al que lo recluyó el autoritarismo”, refiriéndose a la dictadura militar que gobernó el país de 1973 a 1985, y agregó que “a la brevedad sus restos serán reubicados en el Edificio Independencia”, frente al mausoleo, “que los alojará en un contexto y en condiciones adecuadas, con sencillez republicana y puertas abiertas a la sociedad”. A finales de junio, Vázquez remitió al parlamento —donde cuenta con mayoría— un proyecto de ley para derogar un decreto-ley de 1974 que dispuso que los restos de Artigas fueran sepultados de forma definitiva en el mausoleo de plaza Independencia, iniciativa que rechaza la oposición. De inmediato, Pedro Graña, conductor de un programa radial de Mercedes, capital del departamento de Soriano (oeste), gestó la marcha a caballo para rechazar el traslado y manifestar “el irreprimible espíritu de libertad del criollo oriental”. Hubo adhesiones a la movilización en varios puntos del país, en tanto emigrados uruguayos tenían previsto reunirse en torno a bustos de Artigas en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y España. Graña, quien leyó la proclama en la que se pide a Vázquez que “revea su decisión de mover los restos del general”, también dio las gracias al mandatario, quien lo fue a saludar cuando la caballada transitaba desde el Palacio Legislativo a la plaza Independencia. “No venimos a ofender su persona ni mucho menos a su investidura” sino para pedirle al presidente “que tenga la artiguista actitud de escucharnos y de actuar en consecuencia”, anunciaba la proclama. Por su parte, el titular de la Asociación de Descendientes de Artigas, Tabaré Barrios Dalmao, dijo sentirse “herido en lo más profundo” por la intención de trasladar los restos de su antepasado, y afirmó que Vázquez debió haber tenido la “sutileza” de consultarlos. Entonando canciones que alaban al prócer, los asistentes dejaron una ofrenda al pie del monumento a Artigas, que quedó tapizado de flores blancas y rojas. Fuente: AFP *** Edgar Borges en Gijón: la ficción invita a enfrentar la realidad El escritor venezolano participó en la Semana Negra de Gijón, en la que presentó su libro ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe?, junto con el periodista español Alberto Piquero. Este sábado 18 de julio se llevó a cabo, en la carpa Imagenio de la Semana Negra de Gijón (http://www.semananegra.org), en España, la presentación de ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe? (http://www.letralia.com/poe), libro de Edgar Borges coeditado por la venezolana Editorial Letralia (http://www.letralia.com/ed_let) y la española Grup Lobher (http://www.gruplobher.es), evento que contó con la intervención del periodista español Alberto Piquero. El presentador echó mano de los elementos clásicos del género negro en su intervención, en la que se hizo las preguntas de rigor: quién lo hizo, cómo lo hizo y por qué lo hizo. En esa línea, comparó la labor creativa de Borges con la de un “incriminado” que ha estado “cometiendo” ficciones, o “antecedentes” desde los años 90. Piquero agregó que “ya en pleno delirio psicopatológico también paseó sus malas artes por las bambalinas teatrales”, refiriéndose al monólogo Lavoe contra Lavoe, que fuera estrenado en 2005 y por cierto este fin de semana vuelve a presentarse en Caracas, en ocasión de inaugurarse la Sala Teatral del Colegio Francia (http://www.colegiofrancia.com), con la actuación de Carlos Áñez en el papel del salsero puertorriqueño (mayor información sobre el evento puede leerse en nuestra sección “Breves” de esta edición; http://www.letralia.com/214/breves.htm). Alabó la “perspicacia en la elección de los compinches”, refiriéndose a los prólogos de ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe?, escritos por los españoles Ricardo Menéndez Salmón y Vicente Luis Mora. Advirtió, en el “muy elaborado” estilo de Edgar Borges, trazas de “los laberintos en los que anduvo incurso un famosísimo transgresor, Franz Kafka; así como los espejismos en los que estuvo envuelto Calderón de la Barca entre la vida y el sueño, por no hablar de la comparecencia, más o menos explícita, de Julio Cortázar”. Según Piquero, Borges propone en su libro “todo un ejercicio de introspección en el que se tambalean las convenciones al uso, las capas de sueño de la realidad nos sustraen de los juicios ingenuos, y es imprescindible ahondar en las fibras íntimas para no perderse en los cantos de sirena”. Continuando con la metáfora criminalística, finalizó diciendo que “el veredicto que se le ha de imponer es el de proseguir sin desmayo su brillante carrera negra”. A continuación Edgar Borges habló del carácter revolucionario de la ficción, un elemento que ha destacado en su obra desde los ámbitos de lo metaliterario. “En buena medida se nos ha hecho creer que la ficción es un acto escapista”, explicó. “Pero, ¿cómo va a ser escapista un acto que nos posibilita una realidad distinta a la que nos rodea? Considero que la ficción es una invitación a enfrentar la realidad. Por lo menos, para quienes asumimos que el orden mundialmente establecido asesina la imaginación, la ficción representa un combate interior en beneficio de la creatividad humana. La ficción juega a implosionar esa realidad absolutista. El acto de leer es la primera experiencia revolucionaria que alguien puede vivir”. De alguna manera el libro es una muestra de esta idea. “Un supuesto Poe se pasea por Baltimore vestido con un traje formal y llevando en mano un fino maletín”, narró Borges la anécdota esencial del libro. “Este Poe, de rostro optimista, parece más empresario que poeta. Un buen día, este Poe se le presenta al verdadero Edgar Allan Poe. Y, curiosamente, será el doble quien le reclame la identidad y la autoría del relato ‘El gato negro’. A partir de entonces se desencadena una crisis del yo”. Tras la presentación, los asistentes se acercaron al autor para adquirir ejemplares y obtener su firma. Una niña peruana que tiene aspiraciones literarias pidió sugerencias a Borges. El público acogió de buen grado al escritor venezolano y agotó la existencia de ejemplares que los editores llevaron consigo, como lo atestigua A Quemarropa, el diario de la Semana Negra, en una nota de Miguel Barrero publicada este domingo 19. *** Semana Negra de Gijón culminó con balance positivo El español David Torres y el argentino Guillermo Saccomano obtienen ex aequo el premio “Dashiell Hamett” a la mejor novela negra. El venezolano Edgar Borges presentó este sábado 18 el libro ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe?, una coedición de la venezolana Letralia y la española Grup Lobher. La 22ª edición de la Semana Negra de Gijón finalizó este domingo 19 de julio, después de nueve días y un centenar de actos culturales gratuitos, con 54.000 libros vendidos, una cifra similar a la del año pasado. Varios centenares de miles de visitantes pasaron por las instalaciones del festival, ubicado junto a la playa de El Arbeyal en la zona oeste de la ciudad española, y colmaron de público las mesas redondas, debates, presentaciones de libros y exposiciones de fotoperiodismo realizadas en el marco del evento. “Ha quedado demostrado que la cultura es el mejor antídoto contra la crisis”, expresó el director de la Semana Negra, Paco Ignacio Taibo, en la clausura, a la que asistieron el presidente de Asturias (http://www.asturias.es), Vicente Álvarez Areces; la consejera de Cultura (http://tematico.asturias.es/cultura/cultura_web), Mercedes Álvarez; y la alcaldesa de Gijón (http://www.gijon.es), Paz Fernández Felgueroso. Durante el acto se entregaron los premios Dashiell Hamett a la mejor novela negra, que ganaron ex aequo el español David Torres y el argentino Guillermo Saccomano; el Rodolfo Walsh al mejor trabajo de no ficción, el Celsius al mejor relato de ciencia ficción, el Espartaco a la mejor novela histórica, y el Memorial Siverio Cañada. La novela de Torres, Niños de tiza, está ambientada en el Madrid actual, mientras que la de Saccomano, 77, desnuda la complicidad de la sociedad civil con la dictadura militar. El jurado valoró la “extraordinaria fuerza narrativa” de ambos trabajos, que se han “ajustado perfectamente a las claves del género negro para descubrirle a los lectores problemáticas sociales de actualidad y profundo calado histórico”. Torres, que fue finalista del Nadal en 2003 con El gran silencio y ganó el Premio Tigre Juan con Las llaves del paraíso, consiguió el máximo galardón de literatura negra con un relato sobre el asesinato de una niña paralítica en medio de un acto de corrupción, en el proceso de convertir Madrid en ciudad olímpica. 77, de Saccomano, aborda la trama de complicidades de la sociedad civil con la dictadura, en Argentina, del general Jorge Rafael Videla, y pone sobre el tapete las distintas actitudes individuales y colectivas que favorecieron el golpe militar. El jurado de la Semana Negra concedió además el premio Rodolfo Walsh a la mejor obra de no ficción publicada en el último año a Mala vida, de Carles Quiléz, que resume siete crímenes que marcaron una época en la historia de la delincuencia en España. Javier Negrete ganó el premio Espartaco a la mejor novela histórica con Salamina, una obra ambientada en la convulsa época en la que las ciudades estado de Grecia pugnaban por la preponderancia en un mundo en el que la razón se apoyaba sobre las espadas. El premio de relatos policiales, que concede la Semana Negra junto con el Ateneo Obrero de Gijón y que es el único del festival que tiene una dotación económica, ha sido ganado por tercera vez consecutiva por el cubano Rodolfo Pérez Valero con Dioses y orishas, una obra que cautivó al jurado por el “respeto” estricto a las reglas del género. Ismael Martínez Biurrum consiguió el Celsius a la mejor historia de ciencia ficción con Rojo alma, negro sombra, definida como “un descenso trepidante a las tinieblas de la conciencia” del protagonista, atormentado por un crimen del pasado. El premio Silverio Cañada fue, ex aequo, para Sé que mi padre decía, un chantaje de un hijo poco escrupuloso a su padre, de Willy Urbino, y Conducir un tráiler, del poeta y ensayista mexicano, residente en Nueva Zelanda, Rogelio Guedea. El sábado 18, el escritor Edgar Borges encarnó la representación de Venezuela en el evento al presentar su libro ¿Quién mató al doble de Edgar Allan Poe? (http://www.letralia.com/poe), que coeditaron el sello venezolano Editorial Letralia (http://www.letralia.com/ed_let) y el español Grup Lobher (http://www.gruplobher.es). La presentación estuvo a cargo del periodista español Alberto Piquero. El libro, una edición bilingüe en español e inglés con traducción de Lindsey Cordery y Raquel de León, fue ilustrado por el asturiano Paulino Ángel Martín Ndivoadiso y cuenta con prólogos de los reconocidos escritores españoles Ricardo Menéndez Salmón y Vicente Luis Mora. En el acto de clausura, Taibo agradeció la acogida que le dieron los vecinos de los barrios populares de la ciudad al festival, que tuvo que instalarse de urgencia en esa zona por la imposibilidad “técnica” de utilizar una parcela del campus de Viesques, cuya titularidad se disputan el ayuntamiento y la Universidad de Oviedo (http://www.uniovi.es). “Después de estos años de conflictos con pequeños grupos de vecinos que dieron la lata hasta la extenuación, esto es la gloria”, ha dicho Taibo sobre la nueva ubicación del festival que desde sus inicios ha hecho confluir la cultura con la fiesta popular en un mismo espacio. La organización y las librerías instaladas obsequiaron y vendieron 54.108 libros de distintos géneros, una cantidad apenas inferior a los 55.000 del año pasado, lo que permitió a la dirección del certamen sacar la conclusión de que “no se ha sentido la crisis”. Taibo admitió haber empezado el festival con “miedo” porque “este es un año difícil” y esperaba unos resultados de ventas y público inferiores a otros años, pero “la realidad ha impuesto su lógica y ha borrado todos los temores”. En sus intervenciones, el presidente de Asturias y la alcaldesa de Gijón sugirieron a Taibo que estudiara la posibilidad de realizar la próxima Semana Negra en el mismo lugar, ocupando la explanada de la Casa del Mar y parte de la playa junto al Mar Cantábrico, ante la “buena acogida” de los vecinos de la zona. La Semana Negra de Gijón ha adquirido un carácter itinerante en los 22 años que lleva realizándose, donde ha estado en al menos cuatro ubicaciones distintas, no por propia voluntad sino obligada por denuncias de vecinos sobre ruidos molestos y sentencias judiciales. Álvarez Areces ha dicho que la Semana Negra “vuelve a los orígenes” al ubicarse en el oeste de Gijón muy próxima al puerto de El Musel, donde se celebró la primera edición hace 22 años, pero que mantiene su “espíritu de vanguardia” y su esencia popular. Taibo, para quien la mejor forma de leer un libro es “comiendo un churro”, ha asegurado que el equipo de organización está formado por “humildes soldados de la república de los lectores que saben perfectamente que se deben íntegramente a la gente del pueblo”. Fuentes: ABC • EFE • Semana Negra *** Eduardo Lizalde recibe Medalla de Bellas Artes Considerado uno de los grandes poetas mexicanos y definido por Vicente Quirarte como el poeta mayor vivo, Eduardo Lizalde recibió este domingo 19 de julio, de manos de Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta, http://www.conaculta.gob.mx), la Medalla de Oro de Bellas Artes, en el 80º aniversario de su nacimiento. El poeta, ensayista, promotor cultural, barítono-bajo y melómano, fue reconocido por Ernesto de la Peña como un poeta exigente para los demás y para sí mismo, y como uno de los grandes poetas que más han penetrado en las entrañas de la realidad. Al entregarle la Medalla de Oro de Bellas Artes, la presidenta del Conaculta aseguró que Lizalde ha hecho de las palabras su tribu, del idioma su casa y de la poesía su patria. Reconoció al poeta que ha ensanchado los horizontes del español. El escritor, nacido el 14 de julio de 1929, agradeció a los amigos presentes y a los maestros que se han ido. “Somos hijos de muchos grandes poetas vivos, como Alí Chumacero. También de grandes poetas muertos, están Octavio Paz, José Revueltas y, por supuesto, Rubén Bonifaz Nuño. Me han llamado gran poeta mayor, pero en México país de poetas, ser llamado poeta es ya un honor”, dijo el homenajeado. La poesía de Lizalde ha quedado indisolublemente ligada a la imagen solitaria del tigre desde la publicación en 1970 de El tigre en la casa y hasta Otros tigres (donde rinde tributo a algunos “tigrómanos ejemplares” como Borges, Quiroga, Rilke y Blake), el poeta ha recorrido todas las formas en que el felino selvático se acerca a la vida del hombre: el acecho condenatorio, la presencia tensa y sigilosa, la criminalidad oculta bajo la apariencia cándida y tierna, la metáfora primera de la soledad, del amor doloroso y el desamor salvaje. “La humanidad es soltera y huérfana, por lo que el ser humano tiene algo de tigre”, ha señalado en alguna ocasión. “Yo creo que no hay muchos poetas como él y no sólo en México, sino en lengua castellana”, señala el escritor argentino Juan Gelman, quien destaca la fuerza y la belleza de la obra de Lizalde, “ese sentido de poder que le da a la poesía la música de sus versos”. José de la Colina describe a Lizalde como “un poeta que hace la crítica de la poesía, de la política, de muchos aspectos culturales desde sus poemas mismos, es decir, hace una poesía que podríamos llamar crítica e irónica respecto a los temas que trata: la belleza, el amor, los temas convencionales, pero de una manera no convencional, con esa mirada y esa sonrisa ladeada que convierte el poema no en antipoesía, porque, además, tiene un gran sentido de la música, del ritmo, lo convierte en una visión un tanto desencantada”. Lizalde se acercó desde niño a la literatura. Su padre, ingeniero, dibujante y apasionado de la poesía, le enseñó a leer y a construir sonetos desde muy pequeño. A los seis años, leyó la primera novela de su vida, La perla roja, de Emilio Salgari. Después encontró la figura del tigre en las obras de Kipling y las historietas de Tarzán. Cuando apenas tenía 12 años, estaba ya inmerso en las lecturas de Balzac, Zolá, William Blake y Rainer Maria Rilke. “Empezar a escribir joven es casi una maldición de cualquier escritor que se precie de ser profesional”, afirma Lizalde. Por eso, comenzó a publicar pequeños poemas a los 18 años, en 1948, en el periódico El Universal. “El trabajo de Lizalde es como para considerarlo como uno de los mejores poetas mexicanos. Ha escrito de forma constante y elocuente. Creo que en todas partes donde contribuyó a la cultura fue muy destacado, pero sobre todo con su obra poética. Toda su obra es digna de leerse y editarse como obras completas. Ha sido de los que cultivan el decasílabo y las formas clásicas de la poesía, además el verso libre”, señala Dolores Castro. Lizalde ha dicho de sí mismo: “Pertenezco a la especie de los poetas que practican con irregular continuidad la escritura como la redacción de un diario anímico, por supuesto, nutrido de las experiencias y emociones personales, y algunas veces fielmente autobiográfico, pero por lo general, como el diario de una o varias personas imaginarias”. Asegura que “encontrar la propia voz es la angustia permanente del poeta; llevar a la plana en blanco algo que merezca la pena ser publicado sin agregar simplemente tinta al bosque formidable de páginas impresas detrás de nosotros es el drama constante del poeta”. Como afirma Carmen Boullosa, Lizalde “es una voz única en la literatura mexicana. Lo distinguen la frontal honestidad de sus poemas, su cualidad sonora, su ligera profundidad y el tono que conserva siempre, tan lejano a la solemnidad y tan cercano al misterio. Siempre actual, siempre en ‘el siglo’, no deja de ser la íntima serenidad del valiente que mira a los ojos del tigre sin temblar”. Fuentes: El Informador • El Universal *** Obras completas de Francisco Pino incluirán 45 libros inéditos Las obras completas del poeta español Francisco Pino (Valladolid, 1910-2002), que se publicarán en ocasión de su centenario, a celebrarse el 18 de enero de 2010, depararán “no pocas sorpresas”, según indicó este 19 de julio el director de la Fundación Jorge Guillén (http://www.fjguillen.es) y responsable de la edición, Antonio Piedra. Nueve tomos es el volumen total de la edición, que incluirá hasta 45 libros inéditos y otros materiales de los que es depositaria la fundación. Hasta ahora, las “obras completas” de Pino ocupaban apenas tres tomos sólo en el apartado de la llamada “poesía lineal”. Es decir, que esta primera parte de la edición dejará fuera para su posterior análisis y edición la poesía visual, la más experimental del autor de Espesa rama. La edición abarca un periodo de 75 años de poesía activa, de 1927 a 2002. “Sabíamos que Pino es de los maestros vallisoletanos que con Jorge Guillén, Rosa Chacel o Miguel Delibes, aunque la nómina es más amplia, contribuyeron a renovar profundamente la poética y la narrativa de la literatura española contemporánea”, indicó Piedra. “Pero de estos cuatro autores tan decisivos, Pino es sin lugar a dudas el menos mentado, pero también el más complejo, el más vanguardista, el que agota todos los registros posibles sin complejo alguno de caer en la contradicción más absoluta”. Dos preguntas se plantean de entrada ante tal cantidad de material que el poeta dejó sin publicar en vida. La primera, por qué Pino no sacó a la luz estas “miles de páginas” que guarda su archivo y, la segunda, si él estaría de acuerdo en que ahora se publicaran. Antonio Piedra tiene respuesta para ambas. “Para empezar yo tengo una carta de Pino en la que me daba total libertad para disponer de este material una vez que él hubiera muerto. Por otra parte, la edición se está haciendo con el respaldo de su hijo, Francisco Pino Jiménez. Pero lo más importante es que no se va a publicar nada que él no haya salvado de la quema, porque él destruyó muchas cosas en vida”. En cuanto a la cantidad de manuscritos, que le revela como uno de los autores más prolíficos de la literatura española reciente, Piedra considera que “Pino no hizo otra cosa en su amplia vida de poeta escondido y abstraído que alimentarse peligrosamente de poesía, que escribir y romper, que rehacer y contradecir la propia escritura, que acumular experiencias poéticas y olvidarse de ellas por aburrimiento o por hartura”. Según el responsable de la edición, Pino agotaba las formas poéticas llevándolas a su crispación más coherente y en ocasiones a su expresión más escandalosa, haciendo de la contradicción un auténtico sistema poético. Y es que el autor de Alegría practicó al mismo tiempo la poesía más tradicional y la más vanguardista. Ya en sus primeras etapas eran habituales las “poeturas”, como llamaba a esas obras a medio camino entre el dibujo y el poema visual, y que quedarán fuera de esta edición. Por eso para Piedra tiene todo el sentido que él titulara sus primeras obras completas, publicadas en 1990, como Distinto y junto, un título exacto desde este punto de vista. Ahora se sabe que lo que se fue publicando en vida del poeta era aquello que la oportunidad y la voluntad del autor iba seleccionado de tan extensa producción. “Era imposible dar salida a una producción tan apabullante y tan amplia. Se limitó a escoger poemas, a publicarlos en pequeñas ediciones de autor, a hacer libros halagadores”, porque, según Piedra, procuró eliminar “lo políticamente incorrecto, lo religiosamente impronunciable y lo personalmente incomprensible”. Y entre los libros nuevos que ahora recupera esta edición hay también numerosos poemas que fueron en su momento expurgados de las ediciones y que las completan. Así ocurre con algunos poemas del libro Méquina dalicada, que no ve la luz hasta 1981 en la editorial Hiperion (http://www.hiperion.com), y que ahora con los poemas que se han rescatado “tendrá todo su sentido”, afirma Piedra. El director de esta edición considera que al final se verá un Pino “total y más espontáneo” y que a su juicio “el propio poeta temía como al fuego, por eso llevaba muchas veces sus creaciones a la autocensura, a la mutilación más despiadada, al ostracismo más injusto o directamente a la hoguera”. Él mismo recuerda cómo, cuando estaban en fase de ordenar el archivo, era tanto lo que quemaba que un día le dijo “esto se va a acabar”. Pero está convencido de que Pino dejó lo que en el fondo no le importaba que finalmente saliera a la luz. Entre los inéditos que se conocerán ahora hay una primera serie de libros pertenecientes a los años treinta del siglo XX. Son Pájaro sin carne, Crines, Vidrio cerca, Escritos surrealistas o Carga máxima, que explican su filiación vanguardista. Son libros en los que se muestra el surrealismo “sui generis” que practicaba Pino, reforzados con dibujos-poeturas de su época juvenil y que según Piedra “se encarna en una vida extrema y licenciosa que ya intuíamos en Méquina dalicada, aunque sólo en parte”. Otro periodo rescatado del olvido es el correspondiente a la Guerra Civil. “Pino le negó en vida una existencia poética en el corpus general de su obra por razones viscerales y políticas, pero aquí aparece en toda su crudeza y desde la contradicción suprema de un republicano que vive la guerra en distintas cárceles del Madrid republicano”. Pino escribió en las distintas cárceles por las que pasó (especialmente dura debió de ser su estancia en la de Porlier) y no sólo escribía a lápiz sus poemas, sino que llevaba un calendario detallado de sus composiciones, todo muy pormenorizado. A este periodo corresponden libros como Asalto a la Cárcel Modelo, Saludo y arco de triunfo, La voz indómita, Canciones y poemas, Poemarios de guerra, La canción del deseo y Sonetos a una mujer, entre otros. A este periodo corresponden también cinco obras de teatro inéditas. Traslucen estos libros “de forma pormenorizada y dramática una sensibilidad que ya en 1950 Pino rechaza sin ambages para caer en el hondón de una ‘sensibilidad fascista’, según expresión propia”, relata Piedra. La biografía de Pino dice que tras la guerra se vio obligado a desempeñar ciertos cargos en la Presidencia del Gobierno y en organizaciones juveniles de Madrid. “A mediados de los años cuarenta, libre de cargas psicológicas lesivas y de los cargos oficiales, Pino se confina hasta el día de su muerte en el retiro más placentero, largo y atormentado de su existencia en el Pinar de Antequera”. Este aislamiento voluntario de la vida pública coincide con una febril actividad poética que se inicia con una serie de libros intimistas que encuadra bajo el título genérico de Curso, al que pertenecen libros inéditos como Aedos, Una luz se prolonga, Ansia, Los seres, Tangente ambrosía y cielo tenme, entre otros largos poemarios que marcan una tendencia en la que el hecho religioso, la reflexión social y el paisaje son temas dominantes, y que dura hasta finales de los cincuenta. “En los años sesenta Pino se cansa de tanta armonía preestablecida, se ‘agusana’, según sus propias palabras, e inaugura lo que llama Crisis”. Se trata de “un periodo convulso de formas, de rechazos originales, de retorno a la vanguardia más inédita, de creaciones experimentales, de vida extrema, de perseguir una creación donde lo clásico y lo experimental vanguardista reflejen la complejidad de una existencia nada acomodaticia y fácil”. De este periodo son Sintió hambre, Después o mucho después, Cirros, Palangana, El mal pensamiento, Gravedad y Las cucarachas. “Son libros singulares, sin complejos, fruto de un poeta que ha roto amarras”. De la última etapa de su poesía que, según Piedra, es una síntesis de vanguardia y de clasicismo muy elaborado y original, también han aparecido libros inéditos que engrosarán esos nueve —que podrían convertirse en diez— tomos de sus nuevas obras completas. Después vendrá la edición de su poesía experimental. “Eso será muy complicado, porque está muy dispersa. Hay que tener en cuenta que Francisco Pino regalaba muchos originales”, finalizó Piedra. Fuente: El Norte de Castilla *** Feria Internacional del Libro de Lima se inicia esta semana Desde este jueves 23 de julio hasta el miércoles 5 de agosto tendrá lugar en la capital peruana la 14ª Feria Internacional del Libro de Lima, FIL Lima (http://www.filperu.com), evento organizado por la Cámara Peruana del Libro (CPL, http://www.cpl.org.pe) que tendrá como escenario el Vértice del Museo de la Nación, en San Borja, con Brasil como invitado de honor. En los 10.000 metros cuadrados del recinto ferial, FIL Lima ofrecerá una variada muestra con títulos de más de 150 casas editoriales peruanas e internacionales, además de la posibilidad de interactuar con autores, agentes literarios, bibliotecarios y libreros, y presenciar los espectáculos preparados para esta nueva edición, todo en las salas Blanca Varela, César Vallejo y José María Arguedas, así como en el Gran Auditorio Ricardo Palma. La presidenta de la Cámara Brasileña del Libro (CBL, http://www.cbl.org.br), Rosely Boschini, anunció que la institución que encabeza ha convocado la asistencia de 38 editoriales de ese país que están interesadas en realizar exportaciones e importaciones con Perú. Por primera vez se presentarán el Salón del Libro, la Sala de Audiovisuales con proyecciones de películas y cortos de varios países del mundo, la sala de exposiciones dirigida por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (http://www.mtc.gob.pe) y el Salón Perú Gastronómico a cargo de la Universidad San Martín de Porres (http://www.usmp.edu.pe). La programación cultural que este año se ha preparado congrega actividades con escritores, poetas, autores, ilustradores, académicos y artistas de diversos países del mundo, quienes, junto a los exponentes peruanos, realizarán más de 400 actividades culturales, artísticas y de entretenimiento. El reconocido y mundialmente famoso ilustrador argentino Joaquín Salvador Lavado “Quino” se presentará en la feria junto con sus compatriotas Pedro Mairal, Samantha Schwelblin, Walter Riso y Ana Von Rebeur. Asistirán también los colombianos Antonio García Ángel y Pilar Quintana, el chileno Cristian Alarcón, los ecuatorianos Raúl Vallejo, David Barreto, Catalina Sojos y Miguel Antonio Chávez (http://www.letralia.com/firmas/chavezmiguelantonio.htm). Por Alemania participará la reconocida ilustradora Jutta Bauer; por España, Mercedes Castro, Manuel Borrás y Javier Moro; por Estados Unidos, Charles Walker; por Israel, Yaron Avitov; por Italia, Anna Lavatelli y Filippo Anastasi; por México, Ángeles Mastretta y la experta en etiqueta Deby Béard; por Puerto Rico, Mayra Santos Febres y, por Uruguay, el artista Dani Umpi. Los escritores peruanos que estarán presentes en la feria son Juan Acevedo, Ricardo Bedoya, Jorge Bruce, Antonio Cisneros, Jorge Eslava, Luis Freire, Hernán Garrido Lecca, Luis Giampietri, Ricardo González Vigil, Carlos Meneses, Aldo Miyashiro, Juan Morillo Ganoza, Hugo Neira, Beto Ortiz, Morella Petrozzi, Oswaldo Reynoso, Lillyna Zusman y otros. Se realizarán talleres, presentaciones de libros, congresos, coloquios, mesas redondas, firmas de libros, conversatorios, el 2º Encuentro de editores “Edición del libro infantil en Perú”, charlas, conferencias y otras actividades. Además se anunciará al ganador del Primer Premio Cámara Peruana del Libro de Novela Breve 2009. La CPL ofrecerá un homenaje al destacado poeta y escritor peruano Rodolfo Hinostroza, reciente ganador de la prestigiosa beca Guggenheim, por su valiosa obra poética y su vasta producción editorial. También al editor español Manuel Borrás y al escritor peruano Alfredo Bryce Echenique. Se realizarán homenajes póstumos a las escritoras peruanas Mercedes Cabello de Carbonera y a Clorinda Matto de Turner, al conmemorarse este año el centenario de sus fallecimientos, y otro homenaje póstumo a la escritora peruana Laura Riesco. La feria presentará espectáculos artísticos de música y baile con representantes del ámbito peruano e internacional. Por Perú se presentarán Damaris, La Sarita, Magali Luque, María del Carmen Dongo, Miki González, Patricia Silva y Susana Baca. Por Corea, el grupo musical Jeon Ga Ak Hoe; por Ecuador, el grupo de música y danza afroecuatoriana Ochún, y por Chile, Claudio Narea, ex integrante del grupo Los Prisioneros. Con el objetivo de fomentar el hábito de la lectura en los niños y niñas, la CPL en coordinación con la Biblioteca de San Borja, ha preparado una programación que acerca a los más pequeños a los libros de forma divertida. Miss Rosi se presentará en la feria con su espectáculo infantil, Las Hermanas Paz y sus divertidas historias, talleres de origami, de ilustración, narraciones, cuentacuentos y otras actividades. por primera vez dentro del recinto ferial el Pabellón temático “Perú Gastronómico” dirigido por el Fondo Editorial de la Universidad San Martín de Porres (USMP). Además, con el objetivo de fomentar las habilidades gastronómicas a través de una demostración de la preparación de diversas recetas, el Salón Perú Gastronómico realizará, durante los catorce días que durará la feria, diversas actividades dirigidas a público de diversas edades, en un amplio espacio con una ambientación alternativa con escenografías y paneles movibles donde se exhibirán los libros. Se realizarán demostraciones de actividades gastronómicas “en frío”, orientada a niños y adolescentes y visitas guiadas de alumnos de primaria y secundaria. El Fondo Editorial de la USMP promoverá en este espacio su libro Cocina de colores, dirigido a niños y adolescentes, con los cuales prepararán platillos con las recetas del libro. Asimismo, exhibirá al público toda su producción editorial gastronómica. Los alumnos de la USMP realizarán explicaciones de los libros de gastronomía en exhibición y venta. Asimismo, se presentarán actividades lúdicas con payasos, música y actos de magia. La FIL-Lima 2009 espera superar la cifra de seis millones de soles en transacciones comerciales y recibir más de 245.000 visitas, cifras obtenidas como resultado de la edición de 2008. El ingreso a la feria tiene un costo de un nuevo sol y los sábados, domingos y feriados, dos soles. No pagan los niños menores de doce años ni personas mayores de 60 años. Fuentes: FIL Lima • RPP *** El viajero del siglo, de Andrés Neuman, se presenta en Caracas El próximo jueves 23 de julio, a las 7 de la noche, el escritor argentino Andrés Neuman (http://www.andresneuman.com) estará en Caracas para presentar su más reciente título, El viajero del siglo, un voluminoso libro de 530 páginas con el que obtuviera el Premio Alfaguara de Novela 2009 en marzo pasado (http://www.letralia.com/207/0323alfaguara.htm). Ambientada en la Europa post-napoleónica, la obra relata la historia de Hans, un viajero que llega a una ficticia ciudad alemana llamada Wandernburgo, donde se detiene a pasar una noche y se va encontrando con una serie de sucesos y personajes que alargan su estadía indefinidamente, entre ellos un organillero que se cruza en un mercado y una mujer llamada Sophie. Nacido en Buenos Aires en 1977, Neuman proviene de una familia de músicos emigrantes. Terminó de criarse en Granada (España), en cuya universidad (http://www.ugr.es) fue profesor de literatura hispanoamericana. Actualmente es columnista en el suplemento cultural del diario ABC (http://www.abc.es), en la revista Ñ (http://www.revistaenie.clarin.com) del diario argentino Clarín (http://www.clarin.com), en el diario Ideal (http://www.ideal.es) de Granada y en Sur de Málaga (http://www.diariosur.es). A iniciativa del Hay Festival (http://www.hayfestival.com), mediante la votación Bogotá 39 (http://www.hayfestival.com/bogota), fue elegido como uno de los mejores nuevos autores nacidos en Latinoamérica. A los 22 años publicó su primera novela, Bariloche (1999), que fue finalista del Premio Herralde y elegida entre las diez mejores del año por el suplemento El Cultural (http://www.elcultural.es) del diario El Mundo (http://www.elmundo.es). Ha publicado, también, las novelas La vida en las ventanas (2002) y Una vez Argentina (2003), los libros de cuentos El que espera (2000), El último minuto (2001) y Alumbramiento (2006), los poemarios Métodos de la noche (1998), El jugador de billar (2000), El tobogán (2002), La canción del antílope (2003) y Mística abajo (2008), entre otros. La presentación en la capital venezolana será realizada por el escritor Rodrigo Blanco Calderón (Caracas, 1981), otro de los autores convocados por Bogotá 39, autor de los libros de cuentos Una larga fila de hombres (2005), galardonado en el Concurso de Autores Inéditos 2005 de Monte Ávila Editores Latinoamericana (http://www.monteavila.com.ve), y Los invencibles (Mondadori, 2007), ganador del 61º Concurso Anual de Cuentos del diario El Nacional (http://www.el-nacional.com) y dos veces finalista en el concurso de narrativa de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (Sacven, http://www.sacven.org). La actividad, organizada por Alfaguara (http://www.santillana.com.ve), se realizará el jueves 23 de julio a las 7 de la noche en los espacios abiertos de Econoinvest (http://www.econoinvest.com), en la avenida Francisco de Miranda, planta baja del edificio Mene Grande, Los Palos Grandes (al lado del Centro Plaza). *** Niños y adolescentes venezolanos aprenderán a hacer cine A partir de este lunes 27 de julio y durante todo el mes de agosto, la organización venezolana Terciopelo Azul Producciones ofrecerá en Caracas, con el auspicio de la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg, http://www.celarg.gob.ve), una serie de talleres con el objetivo de introducir a niños y adolescentes en el mundo de la cinematografía. El primero de estos talleres versará sobre animación cuadro a cuadro, e incluirá desde la historia de la animación, con ejercicios dibujando para un praxinoscopio, hasta la realización de cortos animados utilizando materiales diversos como plastilina, cartones o lápices. Los niños realizarán las escenografías en las que se desarrollarán historias que pondrán en escena y captarán con cámaras digitales cuadro por cuadro. Este taller se realizará en dos versiones. Los niños de 5 a 9 años podrán cursarlo del lunes 27 al viernes 31 de julio. Posteriormente, del lunes 10 al viernes 14 de agosto, será dictado a niños y adolescentes de 10 a 14 años. El costo del taller es de 850 bolívares y el facilitador será el director de arte, animador y docente Alejandro Castillo. Por su parte, el taller “Mi primera película” los participantes verán varios cortos de animación y ficción y analizarán, dibujarán, inventarán y compartirán sus historias. Se escribirá un guión colectivo, se diseñará el escenario y los personajes que darán vida a un cortometraje de animación. El facilitador será el psicopedagogo Héctor Mota. Los chicos de 10 a 14 años podrán cursar este taller del lunes 27 al viernes 31 de julio. Igualmente será dictado para dos grupos de niños de 5 a 9 años, el primer grupo entre el lunes 3 y el viernes 7 de agosto y el segundo entre el lunes 24 y el viernes 28 de agosto. El costo del taller es de 400 bolívares. El taller “Historias con fotos” permitirá aprender a mirar y a reconocer el mundo desde el visor de la cámara, mediante el conocimiento de la fotografía y del lenguaje cinematográfico para crear historias con fotos. Será dictado por el fotógrafo y docente Miguel Moya entre el lunes 10 y el viernes 14 de agosto, para niños de 5 a 9 años, y entre el lunes 17 y el viernes 21 de agosto para niños y adolescentes de 10 a 14 años. El taller tiene un costo de 400 bolívares. “Noti-Celarg” es el nombre del taller en el que los niños inventarán su propio modo de describir las noticias que tienen lugar en el Celarg, haciendo uso de dibujos, fotos fijas y planos sencillos de cámara. Aprenderán también a focalizar y detectar acontecimientos noticiosos. Será dictado por el productor y docente Erasmo Ramírez Carrillo entre el lunes 3 y el viernes 7 de agosto, para niños de 5 a 9 años, y entre el lunes 17 y el viernes 21 de agosto para niños y adolescentes de 10 a 14 años. Tiene un costo de 500 bolívares. Finalmente, el taller “Documentalito” ofrecerá reconocimiento de la realidad inmediata y su registro audiovisual, a través de ejercicios con cámara y sonido. Los chicos aprenderán a producir documentales cortos basándose en las actividades cotidianas del Celarg. La facilitadora será la realizadora audiovisual y docente Ximena Pereira y el taller será dictado sólo a niños y adolescentes de 10 a 14 años, entre el lunes 24 y el viernes 28 de agosto a un costo de 500 bolívares. Todos los talleres se realizarán en horario de 9 de la mañana a 12 del día. Los interesados en solicitar mayor información podrán telefonear de 2 a 4 de la tarde, de lunes a viernes, al (0212) 2852721, o escribir a las direcciones electrónicas eventos@celarg.gob.ve o azulterciopelo@gmail.com. El cupo para todos los talleres es limitado. Fuente: Celarg *** La lectura será lugar de encuentro en Resistencia Del miércoles 19 al sábado 22 de agosto se realizará en Resistencia, Chaco (Argentina) el 14º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, que bajo el lema “Lectura, lugar de encuentro” es organizado por la Fundación Mempo Giardinelli (http://www.fundamgiardinelli.org.ar) con el auspicio de los ministerios de educación de la Nación (http://www.me.gov.ar) y del Chaco (http://portal1.chaco.gov.ar/frontend.php/portada/index?portada_id=2) y de Lotería Chaqueña (http://loteria.chaco.gov.ar). Escritores, académicos, bibliotecólogos, editores, docentes y otros profesionales del libro y la lectura compartirán en el Domo del Centenario conferencias magistrales, mesas de debate, entre quince y veinte talleres matutinos, libre intercambio de experiencias, tertulias de lectura y otras actividades optativas. La escritora Laura Devetach tendrá a su cargo la conferencia magistral de apertura, mientras que la de clausura estará a cargo del laureado narrador Pablo de Santis. Entre las diferentes personalidades invitadas como ponentes figuran los escritores Elsa Osorio, Leopoldo Brizuela, Vicente Battista, María Cristina Ramos, Angélica Gorodischer, Eduardo Saccheri, Gustavo Roldán, Eugenia Almeida, Liliana Bodoc, Reina Roffé, Mercedes Pérez Sabbi, Graciela Bialet, Ana Guillot y Verónica Sukaczer. Junto a ellos, relevantes especialistas como Cecilia Bajour (magister en libros y literatura para niños y jóvenes), Ana Siro (del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, de México, http://www.cinvestav.mx, y el Programa de la Unesco “Escuelas del Bicentenario”, http://www.ebicentenario.org.ar) y Margarita Eggers Lan (directora nacional del Plan Lectura, http://www.planlectura.educ.ar). Del exterior han confirmado su participación la escritora María do Rosario Pedreira (poeta y editora, de Portugal), Carlos Noguera (escritor y editor, de Venezuela), Silvia Sanz (bibliotecóloga y responsable del Sistema de Bibliotecas de Alcobendas, España), Paloma Saiz (directora del Programa de Fomento de la Lectura del Distrito Federal, México) y Constanza Mekis (directora del Programa de Bibliotecas Escolares de la República de Chile). Una de las tradicionales tertulias de lectura se destinará a homenajear la obra de Gustavo Roldán, quien con sus cuentos ha contribuido a instalar los paisajes y la fauna del Chaco en el imaginario de todos los niños del país. La asistencia al evento en el Domo del Centenario es libre y gratuita. El arancel para quienes requieran certificación y puntaje por su asistencia, así como prioridad en la elección de los talleres, hasta la semana previa, será de 50 pesos. El arancel de inscripción el 19 de agosto será de 75 pesos (en el Domo del Centenario). La inscripción se encuentra abierta de 10 a 12 y de 18 a 20 horas en la sede de la fundación, en la calle José María Paz 355 (Resistencia). Se puede solicitar mayor información escribiendo al correo electrónico forochaco@fundamgiardinelli.org.ar. La gran novedad de este año es la convocatoria al primer Concurso de Videos sobre Promoción de la Lectura (http://www.fundamgiardinelli.org.ar/bases_video.html) auspiciado por la fundación en conjunto con Canal Encuentro (http://www.encuentro.gov.ar). Está orientado a particulares, grupos, escuelas, bibliotecas y público en general. El premio es de 2.000 pesos y la exhibición del corto ganador por parte de Canal Encuentro. La participación en el concurso es gratuita. Fuente: FMP *** Realizarán en México concurso de cortometrajes filmados con teléfonos El primer Rally de Cortometrajes a través del Celular tendrá como tema central las historias del escritor Edgar Allan Poe. México se convertirá en el primer país de América Latina en llevar a cabo un concurso que tendrá como requisito filmar con teléfonos celulares. Los organizadores del Espresso Film Festival dieron a conocer su alianza con Mórbido, Festival Internacional de Cine Fantástico y de Terror (http://www.myspace.com/morbidofest), para realizar el primer rally de cortometrajes a través de celular, cuyo tema central será la figura de Edgar Allan Poe o alguna de sus historias. El Desafío Exprés tendrá lugar en el marco de la segunda edición de Mórbido en Tlalpujahua, Michoacán, a realizarse del 22 al 24 de octubre de 2009, por lo que invitan a todos los cineastas mexicanos a inscribirse, pues la convocatoria se cierra el 15 de septiembre próximo. Para poder formar parte del Primer Desafío Exprés, los aspirantes tendrán que enviar por correo electrónico una adaptación libre, de tres a cinco páginas, de alguna de las obras del autor de El cuervo. Un jurado seleccionará los cinco mejores trabajos, lo que permitirá a equipos de tres a cinco personas filmar sus relatos, en un tiempo de 24 horas, con teléfonos móviles que serán provistos por la organización. Los escenarios serán las calles, los bosques, los conventos y hasta las iglesias de Tlalpujahua, Michoacán, sitios en los que deberán concentrarse las narraciones. Entre los premios que ofrece el Desafío Exprés para las categorías de Mejor Cortometraje Historia y Propuesta Visual, destacan los celulares con los que filmarán sus películas, así como pantallas de plasma, consolas de videojuegos y una colección de películas clásicas. Los cortos ganadores también se proyectarán como invitados dentro de la Sección Oficial del Festival Unifest 2010 (http://unifestival.wordpress.com) de Madrid, España. Christian de la Luz, Salvador F. Reyes y Farouk Díaz, director y productores de Espresso Film Festival, explicaron que el Desafío Exprés es el primero en su tipo que se realiza en América Latina y que responde a los avances tecnológicos de los nuevos teléfonos móviles. “La idea es incentivar la producción de cortometrajes y de historias a través de una sola herramienta: un teléfono celular. En la actualidad la mayoría de la población posee un teléfono con cámara integrada y queremos que la gente utilice eso para contar su historia”, manifestó Farouk Díaz, productor del certamen. Por su parte, De la Luz consideró que es necesario “aprovechar el desarrollo tecnológico para demostrar que prácticamente cualquier persona interesada en contar una historia a través de imágenes en movimiento puede hacerlo con su teléfono. En países como Uruguay hay más celulares que habitantes y cada vez más los teléfonos cuentan con una serie de aplicaciones que tienen menos que hablar y escuchar a otra persona”. Fuentes: Eldefe • El Financiero *** El arte independiente se reunirá en Madrid en noviembre Del 19 al 22 de noviembre se realizará en el Palacio de Exposiciones de Madrid, situado en el Paso de la Castellana, la 10ª edición de la Feria de Arte Independiente de Madrid (Faim, http://www.artefaim.net), evento que se celebra desde el año 2000 y que en esta edición tendrá como país invitado a Chile. Faim tiene como objetivo apoyar el arte independiente, sus artistas y sus obras, por lo que se ha establecido como un espacio de difusión para artistas independientes que persiguen ideales comunes. El evento se desarrolla mediante mesas redondas, tertulias y proyectos de intercambio con otras ferias españolas y extranjeras. El proceso de inscripción para la feria está abierto hasta el 30 de septiembre de 2009. Podrán participar en ella artistas españoles y extranjeros en las modalidades de pintura, obra gráfica, escultura, instalaciones, fotografía, videoarte, graffiti, multimedia, arte digital y otros tipos de proyectos artísticos. Igualmente, podrán participar organismos, instituciones, revistas y todas aquellas entidades o personas que promocionen las artes plásticas, previo proceso de selección por la organización de la feria. Los interesados en participar pueden inscribirse en la web del evento (http://www.artefaim.net), mediante el teléfono (34) 91 401 10 08 o la dirección electrónica artefaim@artefaim.net, o bien personalmente en la calle Ayala, 53 1º Izq. (Madrid, España), de lunes a viernes entre 11 y 14 horas. Fuente: Faim ||||||||||||||||||||||| LITERATURA EN INTERNET |||||||||||||||||||||| V Congreso Internacional de la Lengua Española, Valparaíso 2010 http://www.congresodelalengua.cl El evento que del 2 al 5 de marzo de 2010 reunirá en Valparaíso, Chile, a los hispanoparlantes para debatir sobre el pasado, presente y futuro de su idioma, ofrece en su página información sobre los avances en su organización, las actividades que conformarán el programa y las instituciones participantes, así como las instrucciones para inscribirse, notas de prensa y otros materiales. Derecho de Autor en Línea http://www.cerlalc.org/derechoenlinea Plataforma regional virtual de información, consulta y formación sobre el derecho de autor. Creada por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el Caribe, España y Portugal (Cerlalc, http://www.cerlalc.org), ofrece un sistema gratuito de información jurídica online especializado en la temática del derecho de autor y los derechos conexos, un centro de formación sobre el área y un consultorio de pago para casos concretos. Tradúceme.org http://www.traduceme.org Espacio destinado a promover el análisis y la discusión en torno a la teoría y práctica de la traducción. Creado a manera de una red social, el usuario puede registrarse gratuitamente y participar en discusiones, apreciar material de otros autores, acceder a documentos del sitio o publicar material propio. Ofrece información actualizada sobre el oficio del traductor, convocatorias a eventos, textos sobre derechos de autor y otros contenidos. La Ventana http://www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/laventan/index.htm Publicación del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Guadalajara (http://www.udg.mx). Su objetivo es investigar sobre la relación y evolución de la condición femenina y la condición masculina y tratar de identificar las funciones y los verdaderos compromisos de toda retórica sobre el género, ya sea que estos compromisos se originen en los poderes, en los individuos o en los grupos. Se publica desde 1995 con periodicidad semestral. Bookworm http://bookworm.oreilly.com Plataforma gratis para la lectura en línea de libros en ePub, un formato estándar abierto para libros electrónicos. El sitio permite leer los libros directamente en la Web o mediante dispositivos móviles como un teléfono iPhone o un Sony Reader. El registro es gratuito. El usuario registrado puede cargar libros ePub a su biblioteca personal para su posterior lectura o agregar sus propios libros. FUGA libros http://www.fugalibros.com Editorial, empresa de formación y fundación que, apoyándose en recursos virtuales, busca impulsar el arte de todas las latitudes. Creada en Panamá por el escritor Carlos Oriel Wynter Melo, ofrece talleres presenciales y virtuales, así como edición de libros de literatura alternativa, académicos o clásicos. ||||||||||||||||||||||| ARTÍCULOS Y REPORTAJES |||||||||||||||||||||| === Encubrimientos literarios ============================================= === Escritores con nombres falsos, máscaras, hoaxes, trampas, forgery ===== === Juan Pablo Plata ====================================================== Escribir, a veces, es inventar una(s) vida(s) que bien pudiera ser propia(s). Varios escritores llevan el asunto al extremo y aparentan como espías identidades ficticias para publicar sus libros y ocultarse. Simulada es la aparente creación desinteresada de trascendencia de muchos artistas. Aunque muchos escritores alegan crear sus obras por razones altruistas, estéticas, denunciatorias y hasta para divertir y enseñar; casi ninguno puede esconder su aspiración de fama e inmortalidad. Ese deseo de tener en el futuro un par de centímetros cuadrados en las enciclopedias y en los listados de autores prodigiosos: el anhelo de ser leídos muchos años después de su desaparición. Con el deseo de durar en la memoria de otros, algunos escritores se contradicen e inventan una biografía imaginaria para echar a andar una carrera literaria fracasada con un nuevo nombre o para seguir una vida literaria pero publicar con una identidad distinta. En otras circunstancias, la falsificación de la autoría, tomada por muchos como cierta, parte del impulso por tender una trampa al lector y a los medios de comunicación sobre el infortunado culto a la vida de los autores por encima de sus creaciones. También hay encubrimientos con alias desinteresados producto del inteligente juego intelectual planeado por una editorial y/o los autores. Onomácrito, por ejemplo, fue desenmascarado por Hiparco —hijo del rey griego Pisístrato— en el siglo VI a. C., pues puso a la luz cómo algunas de las predicciones del clarividente Museo no eran sino textos suyos velados con la firma del otro. Posteriores casos son Los protocolos de Sión y La donatio costantini. El primer texto fue inventado por la Orjana —el servicio secreto del Zar de Rusia en el siglo XIX— y traducido por Sergei Nilus y usado para fomentar el antisemitismo ante la supuesta amenaza de un plan de supremacía mundial judío, descrito en los protocolos, que eran supuestas transcripciones secretas del Primer Congreso Sionista de Basilea de 1897, pero en realidad resultaron ser plagio de Diálogos entre Maquiavelo y Montesquieu de Maurice Joly. La donatio fue por su parte un documento apócrifo, atribuido a Constantino I, gobernante establecedor del catolicismo como religión del Imperio Romano. En el texto el emperador entregaba a la Iglesia Católica, encabezada entonces por Silvestre I, el domino del territorio de Italia y vastas zonas en Occidente próximo y el Oriente lejano del imperio. Se calcula la falsificación por el año de 775 y su autor aún sigue anónimo. Un hecho más reciente ocurrió en 1836, cuando el historiador Richard Hildreth publicó las memorias de un esclavo negro en los estados del Sur de la unión americana como Archy Moore, haciendo pasar su prosa por la del cautivo irreal. La superposición de las identidades aquí pasa como un pecado venial, pues el fin de Hildreth era sensibilizar sobre los desmanes con los esclavos y pedir igualdad de derechos para todos los hombres. En el siglo pasado muchos relatos y novelas policíacas (Seis problemas para Isidro Parodi, Doce figuras del mundo, Un modelo para la muerte, Nuevos cuentos de Bustos Domecq, entre otros) aparecieron bajo los nombres de Benito Suárez Lynch y Honorio Bustos Domecq. Tiempo después se supo que no había tales autores sino la invención de ellos por los argentinos Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, quienes escribieron a cuatro manos escondidos bajos esos seudónimos. La tendencia por usar un nombre secundario para publicar literatura policíaca u otra considerada de segunda clase, ha llevado a Juan Eslava Galán a publicar sus novelas detectivescas y sobre temas medievales como Nicholas Wilcox. Igual en apariencia han hecho Carlos Fuentes, supuesto autor verdadero de Los misterios de la ópera, publicada bajo Emmanuel Matta y Ana Rosa Quintana, con el apodo de Peter Harris, siendo el pretendido autor de La conspiración del templo y El enigma Vivaldi. La biografía de Peter Harris (San Antonio, California, 1951) es improbable: de pequeño quiso ser cura pero se evangelizó escritor; fanático de la música de violín y del Barroco, por lo tanto de Vivaldi y la ciudad de Venecia. Habita en la Costa del Sol, España, e investiga y traduce documentos en El Vaticano. Un encubrimiento único, por encima de los hasta aquí referidos, fue cuando Irwin Corey —pionero del stand-up comedy— recogió el National Book Award de ficción de 1974 por El arco iris de gravedad —premio compartido entre Thomas Pynchon e Isaac Bashevis Singer— haciéndose pasar por el inescrutable Pynchon. Harold Bloom, voz muy autorizada de las letras norteamericanas, reduce la biografía de Thomas Ruggles Pynchon a: “Nacido el 8 de mayo de 1937 en Glen Cove, Nueva York. Criado como católico. Estudiante de ingeniería física e inglés en Cornell. Alumno temporal de Vladimir Nabokov —escritor ruso, autor de Lolita—; soldado de la marina durante dos años e ingeniero de Boeing Aircraft. Más o menos desde la década del sesenta se pierde conocimiento de su vida después de publicar V. Algunos sugieren que él es J. D. Salinger —autor de El guardián en el centeno— publicando bajo otro firma, otros que es el autor del guión de la serie de televisión Mystery science theater 3000. Hay quienes niegan su existencia y atribuyen sus obras a un grupo de escritores que prefieren permanecer en el anonimato. Se dice que ha vivido en México D.F., Boston, Londres, California y Nueva York. De existir, Pynchon decidió al inicio de su carrera que su trabajo debía preceder a su fama. Se rumora sobre su adicción a la comida chatarra y a la televisión”. Casas Ros & familia Fernando Pessoa fue un escritor portugués que tuvo en vida más de cuarenta nombres clandestinos para escribir literatura y periodismo, entre ellos están: Fernando Caeiro, Alvaro Do Campos, Ricardo Reis, Chevalier de Pas, Alexander Search, Charles Robert Anon, A.A. Cross, Antonio Mora, Bernardo Soares, Vicente Guedes, Coelho Pacheco, Abilio Cuaresma, Inspector Guedes, Rafael Baldaya, Faustino Antunes, Barão de Teive, Jean-Seul de Méluret, Dr. Gomes, Tío Puerco, Pero Bothello. Cada nombre corresponde a una ideología, gustos y formas de ser definidas, y todos son y no son Pessoa. Frederick Philip Grove nació en Radomo, antigua Prusia. Fue bautizado como Felix Paul Greve y creció en Hamburgo. Al llegar a Manitoba, Canadá, a comienzos del siglo veinte, adoptó el nombre de Frederick Philip Grove y se hizo pasar por anglosueco. También usó otros nombres y nacionalidades: F. C. Gerden para publicar traducciones canadienses de Ernest Dowson y Robert Browning y Honrad Thorer para las de Miguel de Cervantes y Alaine-René Lesage. Jusep Torres Campalans y Luis Álvarez Petreña son entelequias creadas por el novelista Max Aub. Develadas por el mismo Aub, las suplantaciones fueron famosas por inventar las vidas de escritores y pintores con el fin de burlar la presunción de los coleccionistas y los corredores de arte. Pedro-Juan Valencia, autor de Eclipse de cuerpo, es posiblemente el escritor colombiano Darío Jaramillo Agudelo. Si Pedro-Juan existe es un ex criador de perros, ex traductor perseguido por toda Latinoamérica por asuntos sombríos y actualmente reside en el Caribe. Laura Albert timó por más de seis años a la industria editorial, la prensa mundial y muchas celebridades fotografiadas con el fementido J. T. LeRoy: supuesto joven narrador de sus experiencias personales como prostituto y drogadicto en el estado de Virginia, rubio y portador del VIH. El director de cine Gus Van Sant estuvo cerca de adaptar su novela Sarah, pero declinó cuando la treta fue desenmascarada en una corte judicial, en donde Albert concedió ser el autor verdadero de los libros y se supo de la personificación de su cuñada como Leroy. William Oldham, cantante indie y poeta, ha ideado el personaje de Bonnie “Prince” Billy para su nombre artístico. Ha cambiado el nombre de su banda muchas veces. Francisco Casavella fue el seudónimo de Francisco García Hortelano, recientemente fallecido. Nunca firmó con su nombre de pila para evitar posibles conflictos de filiación con el autor Juan García Hortelano. En compañía de los anteriores va ahora campante el mito de Antoni Casas Ros, titular de El teorema de Almodóvar. El teorema es ficción autobiográfica sobre un matemático catalán con el rostro desfigurado luego de un accidente automovilístico contra un venado, en la noche de celebración de sustentación de tesis. El personaje, el mismo Antoni, nos habla del renacer de su vida cuando decide dedicarse a la literatura y descubre el cine de Pedro Almodóvar y la sexualidad con transexuales y el gusto de observar los barcos en el puerto de Génova. Dice el escritor Tryno Maldonado haber visto a Casas Ros en la XVIII Feria del Libro de Oaxaca, México de 2008. Algunos dicen que es un invento de Seix Barral para vender libros como churros calientes, otros hablan de las posibles firmas detrás del nombre ¿falso?: Rodrigo Fresán, Sergie Pàimes, Eduardo Mendoza y Vila-Matas. Si sobresale el asunto de Casas Ros es porque la escritura de la novela es de altura y ya ha recibido en Italia la distinción de Mejor Libro Novel de 2008. El misterio sobre la identidad de Casas Ros parece la copia local del mito de Pynchon para la comunidad hispana. A lo mejor Thomas Pynchon sea Casas Ros con un seudónimo prestado a Pessoa. Estos fingimientos parecen obligar a una lectura sin preocupaciones por la vida del autor, para seguir la sugerencia de más de dos mil años del Oráculo de Delfos con una adición: “Conócete a ti mismo”, así sea leyendo a un desconocido. ** Juan Pablo Plata lamovida@gmail.com Escritor colombiano (Bogotá, 1982). Ha publicado Señales de ruta (Arango Editores, 2008). Textos suyos aparecen, además, en la antología Umpalá (Sic Editorial, 2006). Ganó dos premios de periodismo Andiarios (http://www.andiarios.com; página web y entrevista) y un premio del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB, http://www.cpb.org.co) con el colectivo periodístico Generación Invisible. Escribe críticas literarias para medios colombianos y mexicanos y edita la revista La Movida Literaria (http://www.lamovidaliteraria.com). === Confesiones de Barbie Marco Aurelio Rodríguez ==================== El 9 de marzo de 2009 Barbie estuvo de cumpleaños. A sus 50 años vive una eterna belleza, ideal de muchas féminas y delirio de cada varón. La chica plástica nació en 1959, un año después de entrar en uso el dinero plástico con la invención de la American Express y el mismo año que Fidel Castro triunfó con su revolución. Su historia, revolucionaria o no tanto, es la siguiente. Mi nombre es Bárbara Millicent Roberts y todos me conocen como Barbie, reconocimiento que me enorgullece más que los tres dólares bastardos que pagaron para mi nacimiento en Willows, Wisconsin, el 9 de marzo de 1959 en la American International Toy Fair. Siempre, en todo caso, he pensado que la vida debiera especializarse en los juegos y en juguetes y así los hombres no sucumbirían a sus propias trampas. Los varones tienen conciencia de su genealogía, es regla. Pinocchio tiene a Geppetto y a su hada madrina que no sé qué conciliábulo sexual traumático habrán tenido, pero el muñeco de madera se convierte en humano cuando se da cuenta del sentido materno de su hada. Tema trillado posteriormente con la película de Spielberg (¡perdónalo, Kubrick!) acerca del muñeco que inventa a su madre. Las mujeres somos todas bastardas y eso nos hace ser más hermosas, nos arroja a una zona de misterio (¿y descontrol?) que bien parece una trampa. Cass, la desamparada chica más guapa de la ciudad de Bukowski, es representante de nuestra bastardía. Marilyn apesta. ¿La mejor salvaguarda?: decir que si Barbie fuera una muchacha real, tendría medidas exageradas (99-53-83, 1,80 metros y pesaría 49 kilos) y que, de existir —una chica entre 100.000 sí tiene esa talla, sí es perfecta— su voluptuosidad y ese andar en puntillas la impelerían a dolores de espalda y a la destrucción de sus pies. ¿Olvidan acaso a las reinas de Madagascar y su ingravidez de ébano, o los pies de loto de las niñas de la dinastía Tang (siglos VI al IX) y sus pies vendados y reducidos (aquí llegó también el botincito de la Cenicienta)..? Toda mujer quiere ser una Barbie y suplir, en sí, genealogías. Lo supo Cindy Jackson, una chica americana igual que muchas, rubia y blanquísima, “con algunas pecas y muy poca gracia” que, después de hacerse unas veinte operaciones (liposucción en la papada, cuatro liftings faciales, dos cirugías de nariz, lipo en los muslos y caderas, varios implantes de siliconas, dos peeling químicos en la cara, cambio total de la dentadura, reducción del mentón, maquillaje tatuado en labios y párpados) y gastar cien mil dólares en esculpir su cuerpo durante diez años, logró parecer una muñequita; yo, en cambio, nací hermosa. El hecho de ser rubia, tener pechos sobresalientes, cintura de doncella incólume y piernas interminables, no resta mis ansias de mujer independiente; mi capacidad para divertirme no desdice mi elegancia. Soy una princesa fashion, ya sea de vestidito clásico, lazo, y zapatos rosa, o jeans o minifalda, cinturón, polera brillante, botas largas, pelo largo. Juguetona como Lilith, soy el espíritu que muta en traviesas y castas, una fuerza no visible. Soy responsable de sueños eróticos, robando el semen de los hombres y su vitalidad espiritual. Ruth Handler me entrevió en la obsesión de su hija Bárbara: recortar muñecas hechas de papel y con formas adultas. Con la idea de entender cómo era yo para poder venderme (no por otra cosa la señora, además de madre, era dueña de Mattel), viajó a Europa junto a su esposo Elliot, y finalmente me encuentran. Yo fui la muñeca Lilli (antecedentes: un cómic creado por Reinhard Beuthien para el tabloide Bild-Zeitung en Hamburgo, Alemania, a comienzos de los 50, basado, en todo caso, en una princesa del sexo muy conocida entonces), 30 cm de plástico moldeado, generosas pestañas, piel pálida, cejas altas y rojos y ebrios labios, el mismo tono que el de las uñas; pero lo que más me caracterizaba era un pelo en cola de caballo con una curvatura besando la frente. “El tipo de mujer que cada hombre desea tener” —así suspiraban los soldados. Fui el regalo favorito de cientos de hombres alemanes que me encontraban en bares y comercios, y que me veían como su chica bella y soñada. Los hacía felices al modo de una muñeca para fantasear sexo con mi inocente lencería de niña sexy o de mujer bonita. Llegué a ser tan popular en Alemania que en 1958 se hizo una película en honor mío, Lilli; una chica de la gran ciudad, acompañada de un casting a modo de concurso: las mujeres jóvenes de toda Alemania enviaron sus fotografías a la Bild-Zeitung codiciando ser estrellas de cine. La ganadora fue la actriz danesa Ann Smyrner. Ella me hace recordar a Zsa Zsa Gabor... Jack Ryan fue en verdad mi más ferviente creador y yo le devolví la mano con Zsa Zsa y con otras Barbie swingers para su mansión del barrio de Bel Air, con una vista panorámica privilegiada de Los Ángeles. En 1958, luego de comprados los derechos de Lilli, entré al quirófano de la mano de Jack —ex diseñador de misiles Hawk y Sparrow para el Pentágono—, quien contrató mis servicios: y es que no pudo dejar de contar conmigo hasta su muerte insulsa como su rostro. Lo gratifiqué con las salvajes orgías y compañías de barbies humanas que contrataba, en pago a lo que confidenciara un amigo suyo: “Cuando Jack hablaba de crear a Barbie era como escuchar a alguien hablar sobre un episodio sexual. Casi escucharlo hablar sobre algo sexual y pervertido. Estaba diseñando un juguete sexual”. En julio de 1957 el productor nipón Klokusai Boeki Kaisha haría una réplica de mi piel más suave y flexible. Rediseñaron mis rasgos faciales “para que me viera menos indecente”, suavizaron mi pezón prominente —y esto les costó mucho a los pobres japoneses— hasta que finalmente dejaron mi pecho como el de una adolescente. Ahora sería una Barbie Ponytail, una chica bella, dulce, que por supuesto no tuviera ningún atisbo de sexualidad (presunciones de Lilli), y que mi buen y libertino Jack catalogó como Teenage Fashion Model: así fui presentada en sociedad en la feria de entretenciones de Nueva York de 1959. Mi imagen de “modelo soltera, virtuosa, elegante y femenina que guiaría a las niñas y adolescentes a no echar a perder sus vidas casándose y convirtiéndose en amas de casa con hijos”, fue trabajada por Ernest Dichter, psicólogo austriaco conocido por haber publicitado al jabón Ivory y a la Chrysler. Me convertiría en una persona, una diva con ropa diseñada por Charlotte Johnson; la diseñadora Vera Wang creó mi traje de novia; Christian Dior, Versace, Giorgio Armani, Balenciaga, Yves Saint Laurent, Prada, Nina Ricci, Carolina Herrera, Guy Laroche, Paco Rabanne, Oscar de la Renta, Gucci, Givenchy y Lacroix, sucumbirán ante mis formas... Tengo cinco hermanas, Skipper, Tutti, Stacie Nelly y Krissy. Soy la de look estilo Grace Kelly de los años 60 y que luego usara minifalda y botas a go-go, la Twist and Turn, con cintura y piernas giratorias, la Barbie negra (Francie) de 1967, la de amigas afroamericanas (Christie), hispanas (Teresa) y asiáticas (Kira), brasileñas, chilenas y peruanas. La “Barbie conductora descuidada” en el ambiente de los descapotables de los 60 (la “Barbie alcohólica empedernida” crearía detractores). Fui “alienígena”, “doble de películas”, “miembro del equipo SWAT”, “científica nuclear” y “kamikaze”, más de un centenar de faenas diferentes, además, por supuesto, de protagonizar mis propias películas. Estuve en Woodstock en los 70, fui rapera fugaz en los 90 luego de una cargante incursión como empresaria... He disfrutado un auto rosa excitantemente kitsch y, en una ocasión —en aindiado look al caso—, monté una Harley Davidson. En 1975, previa inversión de dos millones de dólares, fui la Barbie Olímpica, un año después fui exhibida junto con Marilyn Monroe (¡yo soy la más hermosa!) y otros iconos de la historia de los últimos cien años en el marco de la celebración por el bicentenario de Estados Unidos, en 1989 me enrolé en el Ejército, en 1992 me proclamé para presidenta de mi país, candidatura seguida de una campaña para convertirme en embajadora de Naciones Unidas. En 1997, Unicef me nombró embajadora para la defensa de los problemas que padece el Tercer Mundo. ¡Qué más! Cuando el 4 de julio de 2076 se abra la cápsula hermética que se cerró en 1976 —año del bicentenario de los Estados Unidos— luego de guardar en su interior objetos representativos de la época, allí estaré yo. Talking Barbie, en 1969 pude hablar y dije: “Tengo una cita esta noche” y “Adoro ser modelo”. ¡No sé por qué causé tanta polémica! En 1992 volví a dar mi opinión, refiriéndome ahora a lo aburrido de las matemáticas, ¡y aquí sí que se armó! Causé tales iras de las feministas de la Organización por la Liberación de Barbie (OLB) por fomentar la imagen de rubia tonta, que hay familias que me vedaron la entrada a sus hogares. ¿Acaso quieren seguir el ejemplo de unos oficiales iraníes que, en octubre de 1996, produjeron sus propios Barbie y Ken, Sara y Dara, vestidos con turbantes y ropas tradicionales del Islam, como un pobre intento de resistir a Occidente (“Barbie es una mujer americana que nunca quiere quedar embarazada y tener hijos. Nunca quiere verse vieja, y eso contradice nuestra cultura”, explicó Majid Ghaderi, el hombre que diseñó las nuevas muñecas)? Otro tanto sucedió en enero de 1999, en mi 40º aniversario (¡prefiero no referir mi edad!): la National Organization for Woman protestó contra la decisión del Cornell Museum de Delray Beach, Florida, de considerarme “figura histórica” en el mes de la mujer, dejando fuera la contribución al mundo de las mujeres de carne y hueso que, sin ser altas, rubias ni elegantes, quieren impresionar... Si es una influencia negativa el enseñar a sus hijitas a ser rubias y hermosas (y —exageran— de fomentar la anorexia o la bulimia) y el tener un novio-objeto, entonces que me acallen. Recuerdo un capítulo de Los Simpson donde la muñeca Stacy Malibú me reivindica: “A mí no me preguntes, sólo soy una chica”. ¿Ken? En cuanto a mi vida amorosa, ¡hay tanta prensa rosa que me complace y me divierte!: “en los años 80 la empresa Western Publishing vendía el Barbie’s Dream Date, La Cita Soñada de Barbie, un juego en el que los participantes debían encontrar distintas maneras de hacer gastar a Ken la mayor cantidad de dinero posible antes de que el reloj diera las doce”; “Barbie se cansó de esperar a Ken, quien rechazó una y otra vez la idea del matrimonio, un deseo que la muñeca expresó en varias ocasiones, como demuestran sus apariciones con traje de novia”; “...Ken gay, Barbie anoréxica”, “lo que hizo que surgieran en el mercado negro algunas Barbie divorciadas, despeinadas y con un set de juguetes eróticos, como accesorios”. ¡Qué divertido! Bleine, ese guapo y soltero surfista australiano... ¡Mmmmmh! Luego de tantos años, ¿puede interesar a alguien mi vida amorosa? ¿Mi ménage à trois interesaría más que el dato de que, a un ritmo de ventas de dos Barbies por segundo (un cuarto de la velocidad de los nacimientos de los seres humanos), en un futuro próximo nos adueñaremos del planeta? Sí. Todos los hombres serán míos y todas las nenitas serán como yo. Y el mundo al fin será perfecto. ** Marco Aurelio Rodríguez marcorod@puc.cl Docente chileno (Santiago, 1963). Magíster en literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile (http://www.puc.cl). Articulista de diversos medios chilenos impresos y digitales. Ha publicado el relato poético Nubes para rellenar paisajes que en verdad resulten (Santiago, Ediciones El Gráfico, 1996), la antología Los poetas malditos (Santiago, Ediciones El Gráfico, 1997) y el libro de ensayos El árbol parlante (Santiago, Calíope, 2008). === Michael Jackson, rey y ¡pop! Leopoldo de Quevedo y Monroy ======== No pertenecí a los fans de este singular artista. Eso no quiere decir que no lo admire. Que no haya gustado de sus aciertos y me haya dolido de sus debilidades. El gran escenario que es el mundo se iluminaba y estremecía de orgullo cuando la magia de sus pies, de sus zapatos brillantes, de sus piernas, de su cuerpo, de su cara, de sus brazos, de sus manos, de sus ojos, de su gracia, levitaba sobre el tablado. Fue un robot humano, inteligente, imaginativo, colosal como la Estatua de la Libertad. Hizo lo que quiso con la música, la danza, los discos, el espectáculo, el teatro, el cine, los videos, de la producción y las ventas. Las diosas griegas del Arte se habrán levantado juntas a llorar su muerte pues jamás nadie las había representado a la altura, como MJ. Fue un monstruo de casi todas las artes. Fue escritor, poeta, músico, atleta de la danza, arquitecto de la escenografía y su nombre estará escrito para siempre no sólo en los Guinness World Records sino en los ojos y oídos de generaciones posteriores. En su creatividad desenfrenada se dio el lujo de ser blanco aunque la piel que le había dado el destino era la negra. Desbordó los cánones del arte y diseñó extraños movimientos, vestuarios y coreografías, y pintó en el aire y en la historia revoluciones que nunca nadie habría imaginado. Fue amado hasta el delirio y rompió los récords de personas desmayadas en conciertos. Fue odiado y perseguido, debió sufrir desde su infancia hasta su muerte, pero ello no impidió que buscara y encontrara el éxito a sus puertas cada mañana y lo acompañaba a su derecha en la limusina. Disfrutó los placeres del aplauso, de los viajes, de la mesa, de los besos de sus fans, de las lágrimas por sus desvaríos. Fue un héroe norteamericano y jamás estuvo en una guerra. Mientras estuvo vivo, empresarios, mandatarios y la farándula estuvieron inquietos y se beneficiaron del halo de su fama y de sus giras. Ahora, muerto, paradójicamente ha despertado como un mito y se convierte en una leyenda. Ni Churchill, ni un papa, ni el malogrado Kennedy, ni la Piaf, ni los Corleone con todo su imperio han dejado su puesto en el mundo tan desierto. Difícilmente en mucho tiempo se olvidará y hará falta su figura decidida y sus hits insoportables. El dinero lo persiguió, las ventas se rompieron, fundaciones se lucraron con su trabajo y la sed indómita que lo carcomía. La impiedad lo acosó más que un lobo ensangrentado. Nadie supo la tragedia que vivía desde chico y la necesidad de afecto que necesitaban su garganta, su cuerpo y su destino. Hoy, su vida cedió al mundo los despojos más preciosos que el platino, los Grammy que muchas veces lo coronaron. Quienes no teníamos parte en su testamento, hoy callados ante su memoria adquirimos sus conciertos, sus pasos, su quietud ante las cámaras y las luces en fila en Japón, Los Ángeles o Bucarest. Yo me uniré a su compañía serena y danzaré en silencio con las coristas, las guitarras y los bajos. Michael Jackson seguirá viviendo en los CDs, en las retinas, en los teatros y en los grandes escenarios del alma popular y de quienes aman el Arte y a quienes lo engrandecen. Ha triunfado y sobrevivirá a su vida. ** Leopoldo de Quevedo y Monroy leoquevedom@hotmail.com Escritor colombiano. Abogado egresado de la Universidad Libre (http://www.unilibre.edu.co) y magíster en Docencia Universitaria por la Universidad del Valle (http://www.univalle.edu.co). Ha publicado Confesiones de un cura casado (Corredor, 1999), El anteproyecto y el proyecto de investigación, los poemarios Versos sacros y profanos (Artes Gráficas del Valle; Cali, 2005) y Cotidianidad en Re-verso (Artes Gráficas del Valle; Cali, 2006) y diversos materiales en el diario El Tiempo (Cali) y la revista Plenilunio. Ha participado en eventos literarios como la “Hora de la Poesía” en la Feria del Libro en Bogotá (2005), el V Festival Internacional de Poesía en Cali, la XI Feria del Libro Pacífico y otros. === Ser intelectual Rafael Fauquié =================================== ¿Qué significa ser intelectual? Quizá, por sobre todo, pertenecer a ese grupo de seres de curiosidad siempre insatisfecha, que acostumbran a girar alrededor de sus asombros. “La existencia”, dijo Sartre alguna vez, “no es un regalo y cada cual está obligado a legitimarla con sus actos”. Yo añadiría: no sólo con sus actos, también con sus miradas y testimonios, con sus verdades y opiniones. Legitimación, en suma, de las visiones y versiones de una conciencia en inacabable diálogo con el infinito afuera, empeñada en elucidar el mundo desde sí misma. Cuando ese esfuerzo se hace testimonio, se produce un acto: el de la construcción de ideas e imágenes apoyadas en aprendizajes, descubrimientos y revelaciones de una existencia humana. Es potestad del intelectual comunicar eso que le resulta necesario decir o que le es imposible callar. ¿Y qué justifica esa potestad? Cosas como, por ejemplo, la honestidad al nombrar muy personales comprensiones; o la validez del esfuerzo por expresar tientos y hallazgos, dudas y certezas, convicciones y sospechas; o la honestidad de sostener argumentos a partir de verdades descubiertas en carne propia y convertidas en episodios de una íntima historia individual. Por eso, el intelectual siempre se diferenciará del ideólogo: ese ser que razona apoyándose sólo en fórmulas ajenas y que argumenta a partir de recetas que otros, antes que él, elaboraron. El intelectual se expresa desde sus individuales comprensiones, necesariamente colocado dentro de sus linderos, sin vociferar dogmas ni recetas; y unido, siempre, a un ideal de necesaria libertad. La libertad lo es todo para él. La precisa para pensar y para decir, para acogerse a sus pensamientos y opciones. Nuestra época, tan desesperadamente necesitada de referencias y de diálogos, tan a menudo desorientada y suspicaz, logra descubrir a veces en esa expresión de individualidad e independencia que impregna ciertas voces intelectuales, encuentro, orientación, respuesta y, acaso también, verdad. Hace más de un siglo, dijo Kierkegaard: “Si debiera pedir que se pusiese una inscripción en mi tumba, no quisiera otra que ésta: fue el Individuo. Si esta palabra no es comprendida todavía, lo será algún día”. Hoy por hoy, las palabras individuo e individualidad representan algo que todos conocemos y respetamos. ¿Quién podría negar que en nuestro mundo, abarrotado de homogeneidades y lugares comunes, las imágenes y las razones construidas por ciertas individualidades capaces de interrogar válidamente a su entorno y de interrogarse ellas mismas dentro de él, capaces de indagar en los laberintos de su universo interior en busca de humanísimas respuestas, resulta algo por demás comprensible e inspirador? Y regreso a la afirmación de Sartre acerca de la obligación de todo ser humano por legitimar su existencia. La llamativa expresión de individualidades capaces de convertir sus miradas y lecturas, sus preguntas y respuestas en protagonismo y referencia, sería una de las más trascendentes formas de legitimación de la condición humana; legitimidad de una razón comunicativa que logra hacer de la fantasía, la sensibilidad o la lucidez de alguien, referencia para otros: lectores, interlocutores, discípulos... ** Rafael Fauquié rafabes@cantv.net Ensayista y poeta venezolano (Caracas, 1954). Licenciado en letras por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab, http://www.ucab.edu.ve; 1977), postgrado en sociología de la literatura en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París (1979) y doctor en ciencias sociales por la Universidad Central de Venezuela (UCV, http://www.ucv.ve; 1984). Entre 1979 y 1985 dirigió los seminarios de literatura venezolana en la Universidad Católica Andrés Bello. Desde 1980 es profesor del Departamento de Lengua y Literatura de la Universidad Simón Bolívar (USB, http://www.usb.ve), institución de la que es profesor titular y en donde ejerció entre 1989 y 1993 el cargo de director de Extensión Universitaria. Ha publicado Espacio disperso (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. El Libro Menor, 1983), Rómulo Gallegos: la realidad, la ficción, el símbolo (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. Estudios, Monografías, Ensayos, 1985), De la sombra el verso (poesía, Caracas, Epsilon Libros, 1985), El silencio, el ruido, la memoria (Caracas, Alfadil, col. Trópicos, 1991; Premio Conac de Ensayo “Mariano Picón Salas”, 1992), La voz en el espejo (Caracas, Alfadil, col. Trópicos, 1993), La mirada, la palabra (Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. El Libro Menor, 1994), Espiral de tiempo (Caracas, Fundarte-Equinoccio, 1996), Arrogante último esplendor (Caracas, Equinoccio, 1998), Puentes y voces (Caracas, Sentido, 1999), El azar de las lecturas (Caracas, Galac, 2001) y Testimonios, espejismos y desconciertos http://www.comala.com (Caracas, Comala, 2007). === De regreso en el país de la lírica Gustavo Rubén Giorgi ========== Pocos —o ninguno— entre los hombres de la llamada “España peregrina” nos son tan gratos y cercanos como Rafael Alberti. Las razones son evidentes. Alberti comparte, con poco menos de la mitad de los argentinos, la doble ascendencia itálica; con cuasi la otra mitad, el lugar de nacimiento y la estirpe española. Aquí le nació su hija Aitana y aquí vivió un cuarto de su vida. Aquí, en fin, le dieron tierra a su abuela Josefa cuando él no era más que un niño. A los vínculos personales deben sumarse los artísticos: su primer libro publicado fuera de España, Entre el clavel y la espada, lo fue en Buenos Aires en 1941, y el primero entre los escritos fuera de su tierra natal, Vida bilingüe de un refugiado español en Francia, vio la luz también en nuestra capital, un año más tarde. Su más célebre poema, La paloma, con la música de Carlos Guastavino, se instaló en los repertorios para piano y coro de todo el mundo, y si bien la influencia albertiana en la poesía argentina no fue probablemente tan grande como sus méritos y prolongada estancia entre nosotros lo aquilataban, no es menos cierto que en libros argentinos su verso llegó a los más recónditos rincones del orbe para los hispanohablantes, y como sustento necesario de las traducciones que darían a conocer a un español universal. El mismo que llegó a nuestro país traspasado por la derrota, buscando desesperadamente en la poesía política, la poesía épica y la poesía amorosa, el alegre decir que lo consagró con el inaugural Marinero en tierra (1924). Pero detrás de sí dejaba muchas ausencias, mucho dolor, y el que vino a nosotros ya no era el joven poeta del puerto de Santa María, sino el explorador de nuevas formas líricas forjado en el ardor de las pugnas de facción, y del horror de la guerra fratricida. Creyó hallarlas en los versos encendidos de El poeta en la calle, pero sin advertir quizás que iba tras los pasos de los grandes satíricos y libelistas del Siglo de Oro. ¿O no recuerdan al tremebundo Quevedo estos versos disparados contra Franco?: Tú, todavía, general botijo, caudillo cantimplora sin pitorro, liliputiense, hijo de zorra cabezorra y cabezorro. Di, Francisco, ¿hasta cuándo, con tus bordados camisones nuevos, de cara al sol y caraculeando, nos tocarás la yema de los huevos? (Un burro explosivo para Franco) La diferencia estribaba en que los dardos de otrora, dirigidos en procura de la privanza, o el corrosivo desencanto personal, habían sido reemplazados por “encargos” del pueblo llano, “a la salida del mitin, en el sindicato, en la humilde biblioteca de la barriada o en cualquier lugar de trabajo, después del recital o la conferencia...”. Desdeñoso de las cambiantes y caprichosas circunscripciones políticas, el paisaje que se extiende entre Rosario y Buenos Aires es único e indivisible. Sus comarcanos compartimos la barranca asomada al sol naciente y la visión del río a través del bañado, sentimos a la espalda la presencia de la llanura infinita, y nos llega el hálito frío del pampero con reminiscencias de heladas cumbres andinas. Al norte se intuyen las entrañas de Suramérica, y al sur, donde algunos dicen ver el camino del mar, nosotros no concebimos otra cosa que el estuario que nos legó el dulce nombre de la Patria. A estos pagos llegó Rafael Alberti promediando el siglo pasado, cuando transitaba la mitad de su larga vida. El resultado de sus veranos allí fue Baladas y canciones del Paraná (1953-1954), y puede afirmarse que en este libro bellísimo recuperó a cabalidad, por mor de la unidad del tema, y por el registro del canto, su lírica desgarrada por la traumática experiencia de la guerra y el extrañamiento. El escenario es la llamada “Quinta del Mayor Loco”, en San Pedro, una finca que fuera propiedad de un militar español desaparecido de la faz de la tierra luego de que su mujer tratara de asesinarlo por dos veces. La región, aquella donde el enorme Paraná comienza a desangrarse progresivamente en sajaduras por el limoso suelo del delta, delimitando las altas barrancas y las tierras bajas, allí donde el Paraná de las Palmas recibe el tributo gracioso del riacho Baradero. Y es preciso declarar que es muy grande la compenetración del poeta con su tema. Con percepción aguda y verso preciso recoge las peculiaridades que son el alma del lugar. Por ejemplo, el cambiante color del río: Río de Gaboto, te miro correr. Fresa pálido en la mañana. Encendido, al atardecer. (Canción 26) La magia de la barranca verde y ocre: Basta un balcón sobre el río y unos caballos paciendo para viajar noche y día sin moverse. (Canción 7) La inundación: Se ha roto el río pedazos de espejos rotos navegan por todas partes. (...) Se ha roto el río. Y el cielo, roto en el aire, no sabe ya en dónde verse, en dónde, roto, mirarse. (Canción 7 —II—) ¿Quién podría pasar por alto a los mosquitos, tormento del poblador? Mosquitos, si me dejáis voy a cantaros, mosquitos, mejor de lo que cantáis. Gallos furiosos del alba, perros rabiosos del cielo, legión de picas, nubes de espadas, mosquitos. (...) Asesinos del poeta, verdugos de esta balada, enterradores. Al fin, mosquitos, mosquitos. (Balada de los mosquitos) ¿Y quién, sustraerse a la sensación de mar de la pampa, que nos reveló Darwin? Si este campo verde fuera de pronto el mar, estaría todo él en movimiento. (Canción 15) Pero, ¡ay! ¡Cómo duele la nostalgia! Hoy las nubes me trajeron, volando el mapa de España. ¡Qué pequeño sobre el río, y qué grande sobre el pasto la sombra que proyectaba! (Canción 8) ¡Y qué amarga la sensación del desarraigo estéril! Uno llegó a estas orillas De España llegó. Venía. Era el Uno. Otro llegó a estas orillas. De Italia llegó. Venía. Era el otro. (...) Año después llegó otro, otro Uno a estas orillas. De España también venía. Y otro Otro también llegó a estas orillas. De Italia también venía. (...) Y el Uno en poder del Uno y el Otro en poder del Otro, se quedaron para siempre con las dos manos vacías. Otro Uno y otro Otro, con las dos manos vacías. (Balada del Uno y del Otro) Como hablar de literatura o de cualquier cosa es, en cierto modo, filosofar, permítasenos una digresión. Fue Kant quien estableció, para el conocimiento independiente de la experiencia, o conocimiento trascendental, un sistema de categorías mentales capaces de moldear las sensaciones. Una de estas categorías (entre las llamadas de modalidad) separa las cosas del mundo en contingentes y necesarias. En tal orden de ideas, hasta aquí, no habríamos hablado más que de cosas contingentes en la percepción del poeta. Contingente el paisaje, contingentes las bestias del campo, contingentes los recuerdos y las personas. Sólo una cosa nos sería en su discurso necesaria, imprescindible, para comprender cómo articuló su cosmovisión. Y nosotros creemos hallarla en los caballos. Los caballos son el elemento recurrente del libro, el hilo conductor que va desde la infancia del poeta hasta este presente desdichado, y lo único que se proyecta a un porvenir de esperanza. Los caballos no saben de barreras de tiempo ni de distancia. Ni el mar, ni los mares de Alberti, cobran la importancia de los caballos, los únicos entes capaces de suspender al poeta en un hoy que quiere ser mañana, sin olvidar el ayer. Y Ser España. Los caballos son la tierra de España, una tierra que él intuye con dolor hallará fatalmente cambiada a la vuelta del exilio. Lo dice el verso: Un caballo que levanta Al vernos pasar la frente, Queriéndonos decir algo. (...) (Canción 16) La prosa lo dice: “Un caballo, sin verme, me está mirando fijo desde el fondo de la barranca” (La arboleda perdida, cap. 3). Y lo repite, una y mil veces: Turbación en los altos pastos. Viento fuerte contra la aurora. Son los caballos de Mendoza. Crines sacudidas, estruendo de sangre en las aguas atónitas. Son los caballos de Ayolas. Fatiga, fatiga, fatiga. Guerrear y siembra de cruces. Son los caballos de Alvar Núñez. Hambre, sed, polvo, hierro, muerte. Noche en las selvas asombradas. Son los caballos de Irala. Caballos de España, caballos en las tierras americanas. La nueva tierra americana. (Canción 29) No se trata de un animal, sino de un símbolo. Entre 1940 y 1963 vivió entre nosotros Rafael Alberti. Sabiamente, penosamente, fue demorando su partida a Italia, la tierra de sus mayores, a la espera de la hora del regreso a la patria entonces cercana. Se produjo, al cabo, en 1977. Veintitrés años vivió entre nosotros el andaluz, durante los cuales no estuvo exiliado en la Argentina; preferimos creer que su peregrinación a través de los mares lo trajo de regreso al país de la lírica, la que le habían arrebatado los hombres y los tiempos. ** Gustavo Rubén Giorgi gustavogiorgi@arnet.com.ar Abogado y escritor argentino (Zárate, Provincia de Buenos Aires, 1955). Trabaja como funcionario público en el cargo de jefe del Registro Civil de Zárate. Ha publicado Cuentos de la resignación (Editorial Dunken, http://www.dunken.com.ar; Buenos Aires, 1997), el libro de relatos históricos El profeta y el traidor (Ediciones Proa, Buenos Aires, 2000), los poemarios El último bien (Proa, 2001) y El retorno de Hipsipila (Alloni-Proa, Buenos Aires, 2005), la colección de ensayos Aunque sean los papeles rotos de las calles (Alloni-Proa, 2005) y un volumen con el relato “El emisoriario” y el soneto “Elección” (colección “Biblioteca Mínima” del diario Opinión; Cochabamba, Bolivia, 2007). Además, textos suyos aparecen, traducidos al italiano, en la Antologia della Poesia Argentina Contemporanea (Edizioni Sentieri Meridiani, http://www.sentierimeridiani.it; traducción de Emilio Coco; Foggia, Italia, 2007). Ha dado conferencias sobre cine, historia y literatura en Buenos Aires, y en el interior y exterior de Argentina. Integra el plantel de colaboradores permanentes de la revista Proa, fundada en 1922 por Jorge Luis Borges y en la que ha publicado cuentos, poemas y ensayos desde 1998. === La hermana, novela de Sándor Márai Miguel de Loyola ============== Todavía hay novelas excepcionales. En medio de la basura editorial todavía se encuentran obras inmortales. Hace algunos años (http://www.letralia.com/114/articulo02.htm) hablé en estas páginas de Sándor Márai, elogiando El último encuentro, pensando que tal vez no habría otra novela semejante en calidad, y preguntando cómo un autor de su categoría podía pasar olvidado por la crítica. Afortunadamente, hoy siguen hallando tesoros en el baúl dejado por este escritor húngaro, marginado y silenciado en su país cuando su obra se asentaba en Hungría y comenzaba a proyectarse por toda Europa como un descubrimiento. La hermana, novela publicada en español recién en el 2007 por Salamandra, reúne también las características de una obra perfecta, nada falta y nada sobra. La sensible meticulosidad del artista no ha dejado un solo espacio de su creación sin retocar para fortuna y placer del lector. La novela relata el encuentro circunstancial de un escritor (narrador y personaje además de la historia) con un afamado músico en un pequeño hotel de montaña durante la Segunda Guerra Mundial. Los personajes han llegado allí a fin de descansar durante los días previos a Navidad. Pero el invierno arrecia y la lluvia impide el paseo de los turistas por los alrededores, manteniéndolos recluidos en el interior de la monótona vida de hotel. Sin embargo, el día de la víspera de Navidad, la sensibilidad acústica del músico advierte una anomalía al interior de la pieza principal del hotel tomada por un supuesto matrimonio. La aclaración policial hablará más tarde de suicidio de una pareja de amantes escapados días antes de su hogar y de sus respectivas familias. Una vez retirados los cuerpos del hotel, el tiempo se compone y los desconcertados huéspedes —a pesar de lo ocurrido— deciden quedarse a pasar la Navidad y aprovechar el buen tiempo para sus anhelados paseos por el entorno del balneario invernal. Luego, terminada la estancia en la montaña, ambos personajes ya no volverán a encontrarse otra vez. Pero, seis meses después, el escritor —y narrador hasta aquí de la historia— se entera de la muerte de Z, y recibe a través de la embajada un sobre dejado a nombre suyo por el difunto músico. Se trata de un manuscrito prometido por Z durante sus conversaciones en el hotel, donde narra en primera persona un largo episodio relacionado con la extraña enfermedad que lo dejó inválido de una mano, marginándolo de la música y la fama. El manuscrito da cuenta también de su larga convalecencia en el hospital de Florencia. Esa es la historia literal, pero sabemos que la gran literatura trasciende siempre el anecdotario de una historia concreta, adentrándose en mundos y significaciones profundas que conllevan al llamado goce estético, a esa verdad pronta a revelarse. Márai, ya sabemos, es un maestro del subtexto, y sus narraciones desbordan el plano literal, poniendo en evidencia el refinado tejido cultural con que es capaz de mostrar y recrear la “realidad”. Pero antes de avanzar en la temática de la obra, quiero detenerme a destacar la forma de composición de esta novela. Márai superpone en La hermana dos historias que se hablan entre líneas, ilustrándose mutuamente como por una suerte de espejo. Este detalle denota la calidad del artista, el refinamiento de su arte, y el artificio existente en todo objeto artístico acabado y perfecto. Son dos anécdotas distintas, manejadas con diferentes personajes, pero para efecto de ilustrar el fondo, pueden traducirse en una sola. El suicidio de la pareja proyectado en la primera parte, puede ser un resultado posible o sugerido para la historia amorosa de la segunda parte de la novela. La primera recrea el resultado de una pasión desenfrenada, la segunda, la consecuencia de una pasión reprimida. Dejando, por cierto, la pregunta abierta, para que sea el propio lector quien resuelva. A pesar de las intensas y rotundas opiniones vertidas por los personajes, las obras de Márai son flexibles al juicio propio y personal del lector, precisamente, porque están bien ilustradas y escogidas las escenas para llevarlo (al lector) a ese plano preferencial de discusión artístico, donde no hay verdades resueltas, sino estéticamente intuidas. Frente al suicidio de la pareja en el hotel, el escritor protagonista se pregunta: “¿qué había obligado a esas dos personas a destrozar su vida de una forma tan irracional y contra todo pronóstico? ¿Tan intenso es el ser humano? La educación, la moral, las leyes sociales, ¿no tienen fuerza suficiente para contener el embate de la pasión en los momentos cruciales? (...). ¿Adónde llegaremos los europeos si optamos por ese sendero anárquico? Dicha rebelión sólo puede ser una forma grave de neurosis. No podemos aceptar que personas en pleno uso de sus facultades, con capacidad de autocrítica, sucumban así ante el torbellino de la pasión. No puedo aceptar que ningún sentimiento sea más potente que la razón... ¿Qué sería del mundo si admitiéramos esta suposición? ¿Qué alternativas más caóticas se nos presentarían en el mundo de los sanos y los sobrios si admitiéramos la existencia de estallidos así?”. En Confesiones de un burgués, Márai cierra su libro de memorias con algo que podría servir como respuesta a las preguntas sugeridas por el narrador: “Quien hoy escribe pretende dar testimonio de las cosas para la posteridad... Testimonio de que el siglo en que nacimos celebraba, en otros tiempos, la victoria de la razón. Yo quiero dar fe de ello mientras pueda, mientras me dejen escribir. Quiero dar fe de una época en la que vivía una generación que deseaba celebrar el triunfo de la razón por encima de los instintos y que creía en la fuerza y en la resistencia de la inteligencia y el espíritu, capaces de detener el avance de las hordas ansiosas de sangre y muerte” (473). Sin embargo, sabemos que lo importante aquí no son las posibles respuestas a las preguntas planteadas por los personajes de la novela, por cuanto éstas —las respuestas— pasan a ser un problema para cada lector, la solución corre por cuenta suya, en su propia intimidad individual. Lo verdaderamente importante en el mundo del arte está en el planteamiento del problema, asunto más importante que la respuesta misma. Ahí radica la diferencia sustancial con los llamados libros de autoayuda, por ejemplo, donde el lector recibe el problema digerido por la intención (psicológica, filosófica, religiosa, etc.) de su autor. La novela, la buena novela, sabemos, es un campo abierto, donde la libertad juega un papel preponderante para el crecimiento de la conciencia personal del individuo. Esa libertad que nos deja la novela para responder a sus preguntas es la que conlleva al llamado goce estético cuando las preguntas han sido bien formuladas a través de escenas concretas. Esto corre para el caso de novelas como las de autores como Márai, cuyos ejes temáticos se mueven en planos preferentemente filosóficos, psicológicos y éticos, sin dejar por un solo momento de ser novelas propiamente tales. No es casualidad que en Confesiones de un burgués no aparezca una sola referencia a sus obras concretas, dejándolas respirar libres de cualquier interpretación del propio autor. En ese sentido, Márai resulta un creador excepcional, sobre todo para los tiempos de egocentrismo social y cultural que vive el mundo actual. El eje temático de La hermana es la pasión y sus consecuencias, hacia allá apunta la mayoría de las preguntas generadas por el texto ya en forma implícita como explicita, acotándola como un fenómeno de grandes consecuencias psicológicas cuando no puede ser gobernada por la razón, al punto de sugerir que la frustración de ésta puede llevar a los amantes al suicidio (locura), o, como en el caso del músico, a la parálisis. Y también, por supuesto, a la guerra que se vive en ese momento en Europa. La novela plantea la lucha eterna del hombre entre la razón y la pasión que lo desborda, entre intelecto y sentimiento, buscando averiguar cómo maneja la sociedad con sus leyes esta fuerza sobrenatural que mueve al hombre sobre la tierra, que lo lleva al amor y también a la guerra. Recordemos las reflexiones del narrador: “Más allá de las noticias de sucesos, las novelas, las obras de teatro y las películas, ¿qué sabemos sobre la verdadera naturaleza de esa fuerza?... El sabio afirma que el amor es una de las manifestaciones de la locura, un ataque de nervios agudo que se supera con el tiempo, la literatura de cada época da un sentido distinto a esa pasión, la ennoblece, la califica como la manifestación emocional más sublime o la más depravada del ser humano. Pero, ¿cuál es la realidad?”. Ahora no sólo se trata del problema de la pasión, ha surgido otra pregunta hacia el interior de la novela para ser lanzada al lector. El problema de eso llamado “realidad” donde es posible vivenciar la llamada pasión. Dejemos esta vez a la novela hablar: “¿La realidad? (...). Era banal y asombrosa, al mismo tiempo un folletín, una crónica policial y el giro de un relato, como cuando a la reina le sale barba o la bota da un paso de siete leguas. Escritor, a ver si aprendes a ser humilde, profundamente humilde, me dije. No sabes nada sobre los hombres, y tampoco sobre las fuerzas que los mueven a vivir o morir. No sabes nada sobre el amor; en tu trabajo manejas simples ideas preconcebidas. La realidad es mucho más sorprendente, la fuerza de su imaginación es mucho más rica y mágica que cualquier situación humana que el hombre pueda concebir dentro de los límites de su propia imaginación”. Es posible que Márai nos esté diciendo aquello de: la realidad supera siempre a la ficción, sobre todo cuando se pretende abordar la psicología de las personas, suponiendo esto o aquello, pero sin certezas de ninguna especie, salvo esos esquemas estereotipados que son los que permiten al escritor recrear (novelar) al hombre frente al hombre (lector), gracias a convenciones literarias previamente establecidas, como ocurre con el género novelesco. El logrado esbozo de las divagaciones del músico en medio de su enfermedad llevan al lector a meterse en el reticulado de la conciencia de éste, participando del desarrollo de sus ideas, tal y como suele ocurrir en la realidad con la propia conciencia, avanzando punto por punto a una explicación que no llega mediante el método analítico propio de la razón, sino a través de un desborde casi siempre sorpresivo de la intuición. Así entramos al mundo interior de Z, haciéndonos cómplices de sus ideas y de su enfermedad, preguntándonos, al igual que él, ¿dónde está el camino, qué debo hacer, cómo se resuelve este problema? La escenificación de pequeños detalles da cuerpo visible a esta larga y profunda penetración psicológica del personaje. Detalles tales como esas llamadas telefónicas a medianoche del músico a E, llamadas de larga distancia en medio del problema de comunicaciones que vive Europa en ese momento en plena guerra. Llamadas telefónicas de cuyo contenido amoroso todo el hospital está enterado, y es posible imaginar el estupor de la telefonista que escucha la conversación y adhiere a esto o a lo otro dicho por Z o por E. Lo mismo ocurre con las visitas del profesor al enfermo, marcadas con ese halo de misterio que sólo la pluma de un artista de su categoría puede esbozar, y donde poco a poco vamos viendo cómo estas conversaciones sostenidas con el profesor y también con el médico del hospital de Florencia adquieren el valor terapéutico del psicoanálisis para ir liberando los conflictos que afectan ese inconsciente del músico, y cuyo “daño” sería la causa de la extraña enfermedad que lo mantiene recluido allí. Hoy podríamos hablar tal vez con mayor propiedad de la depresión de Z. Después de leer El último encuentro, uno ya no debiera sorprenderse del espesor psicológico, filosófico y moral que alcanza la narrativa de Sándor Márai. Sin embargo, dada la magistral sutileza de su pluma, toda vez que uno lee una de sus obras, resulta inevitable hacerlo. En La hermana, el problema de la pasión versus razón, a través del relato de la vida íntima de un afamado músico, queda claramente esbozado como uno de los grandes binomios que constituyen la personalidad del hombre civilizado. Y el cual, por cierto, cada uno está llamado a resolver en la intimidad de su conciencia. ** Miguel de Loyola deloyola@hotmail.com Escritor chileno (San Javier, región del Maule). Realizó estudios universitarios en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se tituló de profesor de estado con mención en castellano en 1981, y obtuvo en 1994 el grado de magister en letras con mención en literatura. En esa misma casa de estudios obtuvo sus primeros premios literarios entre 1978 y 1981. Participó en el Taller Literario de Roque Esteban Scarpa y Alfonso Calderón, y más adelante en el de José Donoso. En 1981 obtuvo un primer lugar compartido en el concurso literario de la revista La Bicicleta. Ha publicado el libro de cuentos Bienvenido sea el día (edición del autor) y la novela Despedida de soltero (Lom Ediciones). Es secretario de redacción de la revista literaria Proa y miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile. También es editor de Ensayo y Crítica Literaria de Letrasdechile.cl. === Los niños interiores Manuel Garrido Palacios ===================== “De pronto los árboles se ponen a escribir / transforman sus raíces en plumas de escribir / los pájaros anotan con plumas de escribir / mientras otros colocan sus plumas y subrayan / Yahoo y punto es. / Arroba y punto net (todo se escribe) / Hotmail punto com (todos escriben) / Todos se comunican. La luna arroba arriba. / Redondo signo blanco. / El sol y punto net redondo y amarillo. / La tierra en su formato de polos aplastados. / El alma a solas. Qué”. Pilar Paz Pasamar (Jerez, 1933), gran dama del verso, publica Mara con 18 años, poemario que elogia Juan Ramón Jiménez y que Manuel Moya valora como “desacostumbradamente hondo para una adolescente”. A Mara le siguen Los buenos días (1954), Ablativo amor (1956) Del abreviado mar (1957), La soledad contigo (1960), Violencia inmóvil (1967), La Torre de Babel (1982), Textos lapidarios (1990), Philomena (1994), Sophía (2003), La alacena (1986), Ópera lecta (2001) y los ensayos Poesía femenina de lo cotidiano (1964), La poesía femenina hispanoamericana (1992), Fernando Quiñones y José Luis Tejada en la época de Platero (2000) y En torno a Rafael Alberti y las Américas (2001). Para teatro escribe El desván (en colaboración con José Mª Rodríguez Méndez, 1955), y Campanas para una ciudad (1987), y en relatos, La dama de Cádiz (1990), Historias balnearias (1999) e Historias bélicas (2004). Académica de la Hispanoamericana de Cádiz y de la de San Dionisio de Jerez, da vida a la revista Platero junto a Quiñones, Mariscal, Bonald y Tejada. De Los niños interiores, editado por Calambur y galardonado por los premios El Público de la RTVA como el mejor libro de poemas de 2008, se dice en la solapa que es “libro de madurez, sorprendente, que corona la trayectoria de sus grandes temas”, como la memoria: “sucedió contigo / lo mismo que otro tiempo / sucediera en la etapa de las briznas / cuando el niño llegó frente al tendero / con la hucha acariciada / y el hombre sopesó con las dos manos / su contorno de barro, como el de una granada / de recóndito jugo apetecible // ya rota la alcancía, desparramado el contenido... // Así guardé tu gesto y no te dije nada”; la trascendencia: “en la inocencia plena y absoluta, / en desnudez, en cueros, / ya sólo el balbuceo nos precede // El tiempo nos reclama / el sitio que ocupamos”; lo humano: “El cuerpo, este preludio de lo eterno / lo siento y toco y miro y me pregunto / si no son demasiadas esas atribuciones / que le otorgamos siendo poca cosa. / Y sin embargo, es a través del cuerpo / con que te reconozco y te comprendo. / El tacto te vocea y te proclama. / En el placer la gloria y en el suave / contacto la armonía. / Bulbos acariciados somos en primavera, / unos con otros, sépalos / humedecidos, tiernos. / En la boca el pezón que se estremece”; lo divino: “Pinchos de alambre coronaban su frente, / taladraban las sienes. Apenas si podía / sostener en las manos el humillante cetro. / Entre tanto dolor, el Nazareno / recordaba el olor de Betania // y el olor del perfume con que la de Magdala / ungió sus pies que luego secó con sus cabellos”; lo cotidiano: “Aguardo audiencia con su excelentísima / y con su serenísima ilustrísima / y con su nobilísima / y su presidencial y viceversa / y con el secretario / de la secretaría / y con el consejero / de la consejería, / con el cofrade de la cofradía, / con el notario de la notaría / frente a la ventanilla del cajero, / ante el lotero de la lotería”; la mística del vivir: “La casa es muda y ciega, blanca e imperceptible / su longitud de nieve, su ardido camuflaje, / oro de soledad renovado en las horas / tramo de la escalera prendido a su clausura / el interior absorto se inflama, hace reclamo”; lo sufrido: “Las aves migratorias que cruzan el Estrecho, / su cielo azul, avistan lejanos tendederos / donde van a secarse, flameando banderas / los restos de otros cuerpos, las prendas desprendidas / por el mar, de otros miembros / que ondean como algas, o caen en las rocas, / donde las aguas lamen los restos naufragados”; lo gozado: “El oro derretido, tan puro y tan caliente, / ebrio en la pleitesía de la estación dorada, / frente a tanta belleza, nos acerca al principio, / al amor inicial escondido en espera, / a la alquimia del beso”; la ternura: “Si te dejaras sostener en mis manos / serías un libro abierto y al besarte / un labio y al moverte, / mis pies”; la sabiduría: “Tu nombre no figura en la lista de accesos / al porvenir. Tú nunca lo tuviste. / Ya te vas, y no estás ni siquiera empezada”; lo popular: “La Palabra es la táctil / tarea que te impongo / tan rápida y tan fácil. / Primero fue el silencio, / La Palabra, más tarde”; lo culto: “Braschessi, descubierto en la dulce Florencia de los Médicis, en la galería Ufficci. Por ser amor platónico tardó más en borrarse de mi pensamiento”; la vivencia sublimada: “Cuando así me miró en aquella edad / que todo para él era sorpresa, / puro descubrimiento, hallazgos de tesoros / prohibidos, cerraduras y cofres, / fragancias y fragmentos para él inservibles, / digo que cuando aquella vez me miró, la primera / de un desvelar insólito por triste, / o amargo, no lo sé precisamente, / algo quedó por siempre en mi memoria”; las preguntas sin eco: “A través de los años no obtuvo las razones / del porqué de su infancia cercada y oprimida, / del porqué de sus días en Auschwitz, las hambrunas... / Con los ojos abiertos, echado en el asfalto / aún seguía inquiriendo respuestas”; o la vinculación entre el creador y el mundo con la inocencia de la niñez que grita en los dentros: “Nido inmenso es el mundo / por donde nuestras bocas / insaciables asoman / como crías hambrientas”. Versos de Pilar Paz Pasamar que impulsan a volver al principio para saber que “los árboles hoy se han puesto a escribir / con plumillas de aquellas que portaban los cofres / de los niños pues quieren dedicar su madera / a estuches sapienciales, antes que ágrafo el mundo / olvide la escritura”. Me siento árbol. ** Manuel Garrido Palacios elclan@inicia.es Escritor y realizador español (Huelva, 1945). Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española de Nueva York. A partir de una sólida formación en dirección cinematográfica ha dedicado su actividad como guionista y director de televisión (NKD de Japón, WDR de Alemania, TVE España). Ha sido miembro del jurado del Festival Internacional de Cine de Glaway, y del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva. Ha dirigido series televisivas como Raíces, Todos los juegos y La Primavera en Doñana, entre otras, y ha recibido premios dentro y fuera de España por ellas. Entre otras obras, ha publicado, en ensayo, Aún existen pueblos: etnografía de lugares dispersos (Salamanca: Centro de Cultura Tradicional, 1994), Voces de la Sierra (Fuenteheridos: Libros de la Huebra, 2000), Cartaya (Barcelona: Lunwerg, 2003) y Una mirada a Huelva (Huelva: Fundación Caja Rural del Sur , 2004); en narrativa, los libros de relatos Viaje al país de las leyendas (Valladolid: Castilla, 1997) y Noche de perros (AR.Abelardo Rodríguez Ediciones, 1999), así como la novela El abandonario (Palma de Mallorca: Calima, 2001); y en poesía, Brocal (1964 Col. Litoral, 1) y Soneto (Málaga: Corona del Sur, 2001), entre otros. Además aparece en las antologías Quince líneas: relatos hiperbreves (Barcelona: Tusquets, 1996) y Relato español actual (Unam, México 2002 - FCE, España 2003). Ha publicado textos y reseñas críticas en EOM: El Otro Mensual (http://www.eldigoras.com/eom/umbral.htm). Ha recibido diversos premios, como el "Querido Borges" de narrativa (Los Ángeles, California, EUA), el "Rodríguez de la Fuente" y el Premio Nacional de Periodismo "Ciudad de Cádiz", entre otros. === Consumaciones, de Julio César Arciniegas Moscoso ====================== === Hernando Guerra Tovar ================================================= Acceder a la poética de Julio César Arciniegas Moscoso (Rovira, Tolima, 1951), no es tarea fácil. Desde Números hay sobre los templos (2003) y Abreviatura del árbol (Premio Nacional Casa de Poesía Porfirio Barba Jacob, 2007), el autor ha logrado entretejer un lenguaje del tal virtud, que hace de su obra una de las más interesantes de los últimos años en Colombia, en tanto la calidad de sus imágenes, la hondura, la reflexión, y esa clave, ese misterio, el intrincado manejo de los recursos estilísticos, en donde se denota un paciente trabajo de decantación, de búsqueda interior, que “obliga” al lector a una mirada atenta, con el consiguiente goce y plenitud espiritual, elementos que vindican el quehacer literario en un momento en que tantos “poetas” se pierden en el facilismo, la epidermis o la vana ostentación erudita, para no hablar de quienes confunden el ejercicio poético con el lugar de la bufonesca. El lector honesto y comprometido siente un renovado placer en allanar el complicado tejido de esta palabra cercana al surrealismo, caer en su precipicio de certezas, vislumbrar las raíces que pueblan de destellos y milagros la más profunda oscuridad de su silencio, independiente del resultado pragmático, es decir, sin importar que al final no se logre desentrañar el sentido o propósito de la palabra contenida en Consumaciones (Colección Escala de Jacob, Universidad del Valle, 2008), porque de ese recorrido solitario por los predios de la grandeza de sus imágenes, de sus metáforas, surge una alegría y felicidad tan altas que comprometen al ser integral del lector en una suerte de experiencia mágica, de realización interior, de placer profundo. La palabra poética, antes de comunicación, comporta disfrute, deleite, exaltación de los sentidos, experiencia vital. De este hallazgo habla el poeta Arciniegas Moscoso en su poema “Hendiduras”: Encuentro la luz revelada entre las hendiduras, bellamente construida como llave o un feudo de sol. De las premisas en las que el poeta nos advierte que “la flor es el descuido de una ley” y que “el árbol es toda la herida del mundo finalizada la adivinación del aire”, contenidas en las dos obras anteriores, se llega a Consumaciones, en donde el autor nos revela esta hermosa y a la vez dolorosa imagen: “Mientras la tarde se toma el cuerpo de mi padre, / él penetra a un universo esquivo, / como un viejo ángel que no sabe de su materia”, para significar la continuidad en la temática y el tono, un camino que recorre lentamente a través de la poesía de valía ascendente, y que llega a un nivel en donde el padre, “que no conoció otro saber que la certeza de las raíces” (...) es motivo a la vez de abrazo en lo telúrico, restitución de y a la materia ignorada y consumación de un sueño en que valoración y evocación se unen en la nostalgia de la partida: Su despedida sucedió a mitad de los caminos, aquellos que varían entre dos hileras de árboles, junto a la intemperie, a la cavidad del hueso, al cuerpo avasallado, y a la amnesia como un agua maldita. En este libro, el poeta como sacerdote asume una realidad dual. Los dioses lo han dotado de unas condiciones especiales que le permiten realizar su propósito de guía espiritual de los pueblos, en el mejor sentido de Höelderlin, Blake, Nerval o Tagore, reduciendo el riesgo de la caída en su andar, en la inmersión por las profundidades del ser del hombre y de las cosas, en su trasegar por la aridez del sueño humano, del desvarío, de la noche profunda que es abismo, o del ascender a cimas no reveladas, ignotas, en donde habita el fantasma de la ilusión, de la utopía arropada de fuego: “Le pusieron alas ligeras, / dos espacios abstractos, ojos abisales, / una forma de fresco abismo, / lo vistieron de abatimiento, de vientre oscuro, / de acento, de glacial y de sombra” (...). Y es esta posibilidad —Arciniegas la disfruta, además, en su doble sentir de poeta y trabajador de la tierra— la que le permite ahondar en el contenido de la historia, del rumor que deja el paso del hombre o de la bestia, con sus construcciones de templos cimentados en el horror, del silencio, de la oración que convoca los elementales de “la cal, el agua y la escoria triturada” como argamasa que fija el derrotero del hombre hacia el “embargo” de la muerte, “porque la muerte y la semilla de la flor / siempre van juntas, / desde que las hadas danzaban alrededor / de las viejas piedras, del primer mundo, el del elíxir de las fuerzas de Dios, / de la labranza, cuando los árboles tenían lengua / y contaban cosas sencillas”. Acaso el hombre, predador multiforme, no logre detener ni detenerse en la “geografía” de su sueño avasallante, de la guerra por la guerra, y como la polilla, continúe “en la mudanza del universo y la compulsión de las tiranías”. Una palabra solidaria en la lucidez de la caída, del fragor terco, inevitable, de la miseria que conmina al desastre, al alimento de la escoria, al despojo ineludible, de las migajas arrebatadas con mano firme y alma temblorosa, surge entonces como paliativo en este devenir de espanto. El poeta sabe, y así se lo dice al lector como una posibilidad de siembra, al formular la pregunta que lleva implícita la respuesta cálida de esperanza, de cosecha, tal vez de sosiego, luego de reconocer la filiación de la tragedia en el horror de la barbarie, que sólo la poesía nos puede salvar de la consumación de la condena: “¿Sin la palabra dónde viviríamos? / ¿En las landas salvajes de los infortunados, / los perseguidos y los proscritos? / ¿En los anfiteatros donde toda rebelión es sorda?”. Y puntualiza con otra pregunta-afirmación todavía más elocuente, quizás más acertada que la bala que busca el blanco entre la profunda oscuridad del fuego: “¿Qué es el guerrero si no una conjunción del verbo?”. Apéndices, profecías, lengua de los átomos, consumaciones. Palabras que advierten la hecatombe, palabras dirigidas a quienes fungen y detentan el más sórdido poder, el de “las monedas hijas del saqueo”, el “del borde de la revelación del agua”, el de “la soledad apostada de los genocidios”, con el deterioro acelerado de los ocasos, de la contaminación del sueño, y toda desgracia de patologías de la mal llamada modernidad del ahora, del aquí, del albañal y la cloaca: Quién si no la guerra se detiene a ver el viento de estas tierras que lo dan todo. Uno jamás dimensiona las cargas que dan caminos de sangre. Oscuro habitante de la tierra “con la flor del sol sobre el cuello”, Arciniegas sabe de su doble propósito, de su doble condición de Poeta y Arte-sano del surco, de la siembra, de la cosecha del signo como fruto. “Ella (la tierra) lo sustrae del escándalo de la sed, padeciendo el milagro de la esperanza y no el riesgo de la renuncia”. Entonces el signo, el acento, el invierno, la alzada, la sed, la montaña, el aroma y la aldea, se conjugan en la posibilidad del asombro, en la parcela infinita de las visiones, en el compromiso ineludible con el hombre: “Algo fundado entre dos orillas permanece” y es que entre el monótono zumbido de dos moscas que oscilan de derecha a izquierda sobre el eje de un centro siempre evasivo, descreído del paraíso contaminado por los instintos de la sangre, del “riguroso infierno”, en la algarabía de las religiones y sus dogmas, de las leyes del cambio esputando miseria y bala, en la “tortura flagelante” de fieles y paganos, de civiles alelados, Arciniegas es consciente de su lealtad a la palabra poética, rara fidelidad aun la certeza de un cielo negado, de las puertas cerradas, de las mentiras del tiempo, de los fundamentalismos, de las lecturas ajadas, del símbolo y el signo de ideologías venidas a menos, de las confesiones en la fría noche de los desvelos del espíritu, para establecer la dura o feliz confirmación de su estado incólume: “Sólo pudieron salvarme los iluminadores incendios de mis consumaciones”. Si “lo bello es gozo para siempre” (John Keats), Julio César Arciniegas Moscoso canta desde ya a la posteridad intacta, en la belleza de su amada, de su poética y de su aldea; las tres fundidas en el hechizo del poema: No estoy seguro si la belleza se escribe pero a través de mis letras se cumplen tus formas, los humos de tu voz, la gracia de tu acento, el extraño equilibrio de tus pies desnudos. ** Hernando Guerra Tovar heguetor@yahoo.es Poeta y ensayista colombiano (Armero, Guayabal, 1954). Es abogado. Fue presidente por varios años de una organización de trabajadores del sector financiero. Es autor de los poemarios Pájaro azul (Linotipia Bolívar, http://www.elb.com.co; 1994), La noche del árbol (Sociedad de la Imaginación, 1998), Ciega luz (Común Presencia, http://comunpresencia.blogspot.com; 2004) y Sombra embestida (Común Presencia, 2007). Hace parte de la Colección Internacional Los Conjurados, de Común Presencia Editores, de la muestra Siglo XXI de Poesía en Español y de la Muestra Arquetípica de Poesía en Español (http://www.prometeodigital.org/MUESTRA_ARQUETIPICO.htm) de la Asociación Prometeo de Poesía de Madrid (http://www.prometeodigital.org). Aparece en varias antologías y su poesía se publica en periódicos y revistas de Colombia e Hispanoamérica. Es colaborador de la revista de literatura La Pájara Pinta (http://www.prometeodigital.org/pajara.htm), de España. Mantiene una bitácora literaria en http://hernandoguerratovar.blogspot.com. === Nueve aforismos Ernesto Fernando Iancilevich ===================== El 9 es el número de la circularidad, los ritos, la renovación vital. Si el 7 es el número de la perfección, el 9 es el de su realización. Por este motivo, son nueve los aforismos que se enuncian a continuación. *** La esencia del amor se descubre no en la posesión de lo amado sino en la entrega del amante. Porque su verdad es un orden gratuito, cuando exige, se degrada. *** El misterio no es una realidad, aunque toda realidad lo habite. Y lo habita al modo del misterio: en secreto. *** El sentido del habla es la escucha; su sonido, la palabra. En la palabra del mundo, se escucha el pensamiento del ser. *** La poesía: una palabra en el interior de las palabras. *** El poeta: alguien que escucha y habla. Escucha el ser y habla la existencia. *** Pensar es amar la unidad de lo dual. Amar es pensar la otredad de lo uno. Ambos, respiración del espíritu. *** Literatura: arte de las palabras que se funda en la nostalgia de la palabra. *** El intelectual es alguien que piensa la vida. El pensador, alguien que piensa con la vida. *** Nadie está solo en una biblioteca: la humanidad lo acompaña. Si la biblioteca guarda la memoria del hombre, la iglesia guarda el olvido de Dios. De otro modo, ¿cómo se explica que haya que ir al templo para encontrarlo? ** Ernesto Fernando Iancilevich ernestoiancilevich@yahoo.com.ar Poeta y ensayista argentino nacido en Buenos Aires en la década de 1950. Licenciado en bibliotecología y documentación por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, donde cursó estudios avanzados de filosofía. Estudió arquitectura en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la misma universidad. Coordinó durante diez años el Taller de Creatividad Literaria Aletheia. Integra el equipo editor de la revista literaria Palabras Diversas (http://www.palabrasdiversas.com), editada en España. Colaborador de prestigiosas publicaciones nacionales e internacionales en los campos del pensamiento y la creación. Ha recibido el 1r. Premio de Poesía de la Fundación El Libro-Edenor (1996), el 1r. Premio de Poesía de la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Avellaneda (1999), el 1r. Premio de Poesía del Encuentro de Escritores de Avellaneda-SADE filial Sur (2001-02), y el 1r. Premio de Poesía de la Universidad Nacional de Córdoba (2005), entre otros. Publicó Primeros poemas: antología de poetas argentinos noveles (Buenos Aires: Fundación El Libro, 1996). |||||||||||||||||||||||||||| ENTREVISTAS |||||||||||||||||||||||||||| === “La escritura nace de la nostalgia” =================================== === Conversación con Triunfo Arciniegas Galia Ospina ================= Recuerdo la primera vez que vi a Triunfo, en la terraza de mi casa. Un joven se mostraba como un gato de ojos tímidos e inquietos frente al lente de la cámara fotográfica de mi madre, Viki Ospina. En ese momento se acercó Yogui, nuestro cocker dorado. Al resguardarlo entre sus brazos, el escritor sonrió con la naturalidad de la calma, y Viki capturó ese instante que no se volvería a repetir. La foto se publicó en la contracarátula de Las batallas de Rosalino (1989). Antes de despedirse, Triunfo nos regaló El león que escribía cartas de amor (1989) con una dedicatoria dibujada. Después de algunos años regreso a esa historia de amor. Me conmueve ese león “ciego y torpe”, “desmelenado y sin afeitar”, que se enamoró del ave del paraíso y la persiguió con locura hasta dejar el rastro de sus hermosas plumas, “que el sol transformó en un fantástico incendio”. Triunfo y sus personajes aman la búsqueda en sí misma. La lagartija, otro de sus personajes, cree tenerlo todo, pero le falta el sol. Se siente desamparada y en la noche la hojarasca y los caminos de la tierra pierden su tibieza. Después de leer la mayoría de sus libros, me obsesioné con Lucy, protagonista de La caja de las lágrimas (2004). Alta y pizpireta, en ella encuentran consuelo hombres extraviados y criaturas marginales como el vampiro de las gardenias que perdió sus alas en una partida de ajedrez. La configuración del escritor es la confluencia de detalles precisos: el recuerdo de su infancia en Málaga y de su abuela Emperatriz, la dolorosa ruptura con el paisaje afectivo de su niñez y el definitivo viaje a Pamplona con sus montañas de niebla y el rugido del viento. Gracias a la experiencia de la soledad, la balsámica compañía de los libros y la disciplina del cazador de luciérnagas, es posible darle un orden coherente a las ideas de la imaginación. Una mañana, el escritor y yo compartimos una prolongada conversación telefónica y se confirmaron las intuiciones que había tenido como lectora. La literatura nace de la nostalgia. Tal vez por eso nos sentimos renovados y con un sentimiento de gratitud después de experimentar un encuentro entrañable donde el otro nos reveló un aspecto de nosotros mismos. El lenguaje de Triunfo Arciniegas presenta diversos rostros: es pintura, música, libro álbum, montaje teatral. Coincido con el escritor en que la literatura transforma el recuerdo del dolor en ficción. La distancia nos permite reinventarnos y jugar con la crudeza de la vida. En el panorama de la literatura colombiana, el escritor malagueño ha sabido sorprendernos con la construcción de personajes complejos que encuentran el humor en medio de sus penas. Imagino a Triunfo en su casita amarilla de Pamplona, preparándose para su próxima historia. Si la realidad colombiana nos golpea con violencia, todavía nos quedan puertas y ventanas para entrever el otro lado del sol y de la luna. —Cuéntame cómo nació la pasión por la ilustración. —En mi niñez el texto y la ilustración vinieron juntos. Recuerdo que llenaba cuadernos con dibujos y frases, aunque no sé hasta qué punto conformaban historias. Luego, cuando empecé a escribir para niños, a menudo la imagen llegó primero. Dibujaba un personaje en un cuaderno o en el tablero de una escuela y con el tiempo aparecía la historia. He tenido tres grandes tentaciones: la música, la pintura y la literatura. No tuve talento para la música y tampoco fui un gran pintor. Hago mamarrachos y terminé escribiendo. En el fondo, creo que estoy como al principio, cuando en el cuaderno escolar hacía un dibujo y una frase, un dibujo y una frase. A veces hago el dibujo y olvido la frase. —¿Cómo fue el proceso de creación de las ilustraciones en Las batallas de Rosalino, Roberto está loco y María Pepitas? —Dediqué años a las ilustraciones de Las batallas de Rosalino. Se nota porque hay varios estilos, es decir, no hay una unidad en la ilustración. En los otros dos libros las ilustraciones miran hacia un solo lado. En Roberto está loco hice las ilustraciones en acuarela y las fotografié con cámara digital. Luego las trabajé en el computador. Tuve que hacer tres veces el trabajo, hasta que las imágenes alcanzaron la resolución adecuada. Recuerdo que había destinado un par de meses para vagabundear por México y terminé encerrado en un apartamento de Coyoacán con las ilustraciones de este libro. El editor lo sabía y con evidente pena rechazaba una vez más mi trabajo. En María Pepitas no recurrí ni a la cámara ni al computador. Entregué al editor las ilustraciones en acuarela y tintas y me aprobaron el libro en menos de cinco minutos. Ahora estoy trabajando con acrílicos. En este oficio apenas me estoy iniciando. Los críticos dirán que no es necesario que lo diga porque se nota. —Cuéntame las correspondencias que encuentras entre los recuerdos de la niñez y el hilo de la escritura. ¿De qué manera rememoras la correspondencia sostenida con tu abuela Emperatriz? ¿Qué resonancias encuentras entre Málaga y Pamplona y el desarrollo de tu camino como escritor? —Málaga es y será siempre mi infancia. Con sus árboles, sus pájaros, sus quebradas, sus muros de piedra, su aeropuerto. Y el personaje principal, por supuesto, mi abuela Emperatriz, el primer gran amor de mi vida. Papá siempre fue un gitano. Nos fuimos definitivamente de Málaga cuando tenía doce años y el dolor fue espantoso porque nos separamos de la abuela Emperatriz. Me volví aun más solitario. La geografía de Pamplona me resultó aplastante, y el clima aun peor. Para colmo de males, papá arrendó una casa junto al cementerio, en la falda de una loma. Desde la puerta, donde el viento despiadado nos azotaba de tal manera que nos asomábamos con cobijas, nos entreteníamos a veces con la niebla y a veces con los entierros. Llegamos un 19 de junio y al día siguiente compré una libreta sin líneas en la Tipografía Duarte, al otro lado el cementerio, y comencé a inventar historias. Me enfrentaba a unas largas vacaciones de mitad de grado, sin un solo amigo. Ese mismo día me dediqué a recorrer Pamplona y me extravié. Asustado, le pregunté a alguien dónde quedaba la Iglesia del Señor del Humilladero, situada a la misma entrada del cementerio, y con sus señas volví a casa. “El Señor del Humilladero”, se burló el padre Marino Troncoso cuando le conté la historia en Bogotá. “¿A dónde más podías ir?”. —En Pamplona comienza la escritura. —La escritura nace de la nostalgia. La conciencia del paraíso perdido me hizo aun más desgraciado. Con la escritura intento recuperar algo de la gracia y la luz que alguna vez fueron mías. En Pamplona empecé a escribirle largas cartas sin respuesta a mi abuela, que nunca aprendió a leer. Una tía se encargaba de leerle mis historias. Porque eran más historias que cartas. Como la vida era tan monótona, y sigue siéndolo, inventaba situaciones que la hacían reír: viajes a Venezuela, arriesgados trabajos en un circo, excursiones peligrosas. En Málaga le recitaba coplas los domingos y ella me daba dinero para el cine. En Pamplona seguí con el hábito: enviaba mis coplas en las cartas. Aún ahora, camino a las veredas, invento coplas para hacer reír a los niños de las escuelas que visito. Esa posibilidad de hacer reír me fascina. La descubrí en el tercer grado, cuando conté un paseo del grupo. Me detuve en los detalles de mi mala suerte con la pesca y todo el grupo soltó la risa. Quedé encantado. ¿Cómo era posible que hubiese podido entretener y dominar a todo un grupo? ¿Cómo era posible que hubiese provocado la risa? El humor es parte fundamental de mi escritura. Si trabajara en un circo no sería domador de leones, no soy tan bruto. Ni trapecista, no soy tan valiente como para arriesgar el esqueleto en los aires. Sería el payaso. Y mi público, por supuesto, los niños, que son los más exigentes. —¿Sin la dolorosa presencia de Pamplona no hubieras sido escritor? —Tal vez no. Mi padre quería que fuera mecánico. Me hubiera casado en Málaga con mi primera novia, una negrita, y hubiéramos tenido hijos de colores. Pero soy terco, me conozco, y hubiera terminado como chofer de camión. “Con tres camiones”, precisó un amigo. Con mujeres en Cúcuta y Pamplona. Y más hijos. Pienso ahora que sería socio del Círculo de Lectores para adornar la sala con esos libros tan bonitos. —Percibo en tu escritura infantil y juvenil la búsqueda del sol a partir de personajes solitarios o que todavía conservan una mirada renovada sobre el mundo. —Algo tienen de mí esos personajes. Diría que deambulan por caminos oscuros y escabrosos, lastimándose la piel, hasta encontrar la luz. —¿Cómo ha sido tu experiencia con los niños en los montajes teatrales? —He trabajado en teatro con los niños desde hace más de veinte años. No he contado las obras. Entre veinte y treinta. Más o menos la mitad han sido publicadas. Voy a hablar de la creación y el montaje de La serpiente de tierra caliente con los niños de la Escuela El Naranjo, a unos siete kilómetros de Pamplona. Funcionó la cuarta o quinta idea, sobre una serpiente que asusta a los niños, la famosa serpiente de la canción, aunque en mi obra no se ríe ni muestra los dientes. Primero quise montar una obra de diablos traviesos en busca de aventuras, luego pensé en un par de brujas, madre e hija, pues en el grupo había dos niñas, preciosas, por cierto. También pensamos en unos monstruos. Teníamos los personajes pero no la historia. Se nos atravesó un conejo que tampoco funcionó. Al fin apareció la bendita serpiente, un lazo anaranjado, uno de esos que usan los niños para saltar en las clases de educación física y en los recreos, y la imaginé como una serpiente rara, marginada y algo loca, debido a su color. En la siguiente sesión usé una de mis sábanas. La amarramos con cuerdas para darle forma. Por último, descolgué de mi casa una cortina roja, la enrollé y le pegué anillos de cinta aislante azul, amarilla y negra. En realidad, es el mismo trapo que en otras obras me ha servido de alfombra para el rey, de puerta del infierno, de capa de vampiro. Hice los ojos de la serpiente con botones: uno negro y pequeño sobre otro amarillo y grande, para cada ojo. Le acomodé la boca con hilo y aguja y le inserté el cabo de colores de una cuchara a manera de lengua. Muy graciosa, envidiablemente delgada, de unos tres metros, sirvió para saltar, pasar el río, halar y enrollar, los juegos que cierran la obra. Como poco o nada se desperdicia en estos ejercicios de imaginación, se juntaron la serpiente y los monstruos en una sola sopa. Teníamos esa serpiente terrible y no sabíamos cómo hacerla amiga: la obra cojeaba. La solución fueron los tres monstruos. La serpiente se enfrenta a los monstruos y así se gana el cariño de los pequeños. Pero los monstruos tampoco pierden. Disfrazados con chaquetas extravagantes, corbatas, pelucas y máscaras, inspiran más ternura que miedo y terminan bailando con los otros personajes. Un detalle, para terminar. Sin consultarme, las niñas cambiaron las sombrillas por abanicos, hojas de cuaderno plegadas, pintadas con témpera, y en la base, rozando los dedos, una rosita blanca recién cortada. Me parece bien porque con su perpetuo movimiento dan la sensación de calor que requiere la obra. El abanico, por otra parte, hace innecesaria la flor que Julieta despellejaba en los primeros ensayos. Poco o nada se desperdicia: la flor se pegó al abanico por obra y gracia de los dioses del teatro. —¿Qué correspondencias encuentras entre tu escritura y la puesta en escena? —Diría que los niños son los lápices, y el escenario, el papel en blanco. —¿Qué autores te han marcado en la dramaturgia? —Es curioso: no veo teatro. No me apasiona. Me encanta el cine, desde niño. Pasé miles de horas de mi infancia aferrado a las rejas del cine Bolívar, en Málaga, esperando que abrieran para correr a ver la última escena: un beso en blanco y negro, una despedida, una lágrima. El cine me parece un arte mayor y, por razones económicas y prácticas, fuera de mis posibilidades. Soy un espectador apasionado. He leído a Shakespeare, por supuesto, el escritor más grande de todos los tiempos, y espero seguir leyéndolo. He leído a Sófocles. Chéjov me encanta como cuentista y me aburre como dramaturgo. Me interesa más García Lorca como dramaturgo que como poeta. He leído más de una vez dos obras maestras, La muerte de un viajante, de Arthur Miller, y Un tranvía llamado Deseo, de Tennesse Williams. De nuestro teatro, La agonía del difunto, de Esteban Navajas. —¿Cómo se desarrolla el proceso de creación de tus personajes? —Los personajes nacen de lecturas, experiencias y pasiones. De Las batallas de Rosalino hice veintidós versiones durante doce o catorce años. La primera versión la escribí en más o menos treinta horas en un barrio del sur de Bogotá, en 1988. Presenté al Premio Enka la tercera versión y seguí trabajando como si nada. Cuando me anunciaron el premio ya tenía otra versión y, como estuve al cuidado de la edición, publiqué la quinta o sexta, en 1989. Alfaguara publicó en 2002 la edición definitiva. Aunque no parece, Las batallas de Rosalino es cosecha bogotana. En 1988 vivía en Meissen, en un restaurante. El año anterior, en Pamplona, el par de páginas de un intento fallido se fueron a la basura. La idea de la novela surgió de los bigotes de un profesor de Pamplona y se concretó el día que supe su nombre: Rosalino Pacheco. En la versión de Enka su apellido es Mendoza, pero en la definitiva recuperó el propio. Le puse la profesión de herrero, en homenaje a mi padre, y lo volví un caballero, pensando en Cervantes, por supuesto. El gato que lo acompaña es una especie de Sancho Panza. —Me atraen los personajes marginales, como los vampiros y los locos. ¿Podrías ampliarme un poco más esta categoría de la locura y de la marginalidad que atraviesa tu obra? —El hombre normal, sometido a las leyes y las buenas maneras, es el hombre mediocre. Es como todos. Me gustan los personajes que rompen la norma, por encima o por debajo, el loco o el idiota. La locura es bella en literatura, no así en la vida real, donde resulta triste. La locura nos permite el disparate, nos introduce en la escritura carnavalesca, en los excesos y las paradojas. Pateamos la armadura de la lógica y todo es posible. El idiota, personaje primitivo, nos permite ver la otra cara de la moneda, a veces retorcida y oscura y no siempre tan simple. Pienso que la anormalidad física también nos saca del eje, nos aísla. Cojos, tuertos, enanos, brindan magníficas posibilidades. El personaje, en todo caso, debe padecer una carencia. O le falta un ojo o le falta la dicha o le falta suerte. O le sobra una mujer, es decir, le urge la soledad o la posibilidad de otra aventura. La carencia implica la búsqueda, no me importa si se trata de una búsqueda frustrada o exitosa. La naturaleza, que no soporta el vacío, exige el equilibrio. Me importa la búsqueda en sí misma. No desprecio ni desecho al hombre normal, pero para mis historias prefiero los marginales. El hombre normal en una situación crítica que lo obligue a romper con sus principios o con las leyes establecidas, puede dar resultados maravillosos. Los periódicos eligen al ganador mientras el novelista se decide por los perdedores. Los periódicos alaban al héroe, pero el novelista sabe que el traidor encierra mejores posibilidades dramáticas. ¿Qué se puede decir de los amores felices? Con ellos acaban las historias. En cambio, los amores desgraciados son uno de los grandes temas de la literatura. —¿Qué otros personajes rescatarías en esta línea? —Personajes marginales son, para mí, los ángeles y los demonios, las sirenas y los unicornios, los vampiros y las brujas, los dragones y los pegasos, los minotauros y las lloronas. Existen y no existen. Todo mundo habla de ellos y son tan reales como las personas de carne y hueso que comparten nuestra vida. No hay una sola comunidad en el mundo sin alguno de estos seres, que pertenecen a la mitología o a la religión, a los miedos más antiguos del hombre y a las creencias más arraigadas. Personas muy serias les han dedicado su vida. Pero no hay una foto, una documentación verídica, una certeza absoluta. De esta manera, tenemos un amplio margen para inventar. —Noto que Dostoievski y el Quijote te han influenciado. ¿Hay otros autores que te hayan marcado en esta concepción del personaje que rompe con la normalidad para alcanzar la desmesura o el abismo? —A Dostoievski le debemos grandes personajes. Le debemos un asesino, pecadores que se arrepienten, jugadores empedernidos. Todo es tan teatral y exagerado en Dostoievski y a la vez todo es tan humano. A Cervantes le debemos un loco maravilloso, su contraparte y una deliciosa galería de personajes. A esta exquisita lista de escritores añadiría a Flaubert, quien se inventó a Emma Bovary, a Tennessee Williams por Blanche Dubois, a Rulfo por Susana San Juan, a Raymond Chandler por Philip Marlowe, pero sobre todo a Shakespeare, el más grande de todos y cuya galería de personajes me parece supremamente bella, abrumadora e insuperable. —Lector juicioso. ¿Descubrimientos recientes? —Las protagonistas de La pianista, de Elfriede Jelinek, y El lector, de Bernhard Schlink. Otros, entre antiguos y recientes: el estafador de La herencia de Eszter y el asesino de No hay orquídeas para Miss Blandis, Ana Karenina y los hombres mujeriegos de Rubem Fonseca. —Locos, asesinos, adúlteras. —Locura, homicidio, adulterio, grandes e inagotables temas. La esencia del hombre es la maldad. Se inventa leyes y castigos para contenerla, pero basta abrir el periódico para corroborar su absoluta presencia. Agregaría dos expresiones más de la maldad: la codicia y la estupidez. —¿Qué correspondencias encuentras entre la protagonista de Yo, Claudia y la niña de Caperucita Roja? —Son mujeres independientes, que hacen lo que se les da la gana. Caperucita engaña y burla al lobo en mi parodia de la historia clásica, y la princesa Claudia asume el poder con entusiasmo, alegría y magníficos proyectos. Me parecen personas sin complejos, sin tormentos, con ambiciones definidas. Saben enfrentar la vida y aprovechan al máximo las oportunidades. Mujeres de apariencia frágil con armazones de hierro. Suaves, dulces y bellas, pero también decididas, tenaces y luchadoras. No han vivido el invierno del descontento y la desilusión. También pueden resultar malvadas e implacables. Que los dioses nos mantengan a salvo de sus venganzas. —Noto que tu escritura se aproxima cada vez más a la brevedad y a las frases aforísticas. —Es verdad. Estoy escribiendo libros sin palabras. Es decir, desarrollo la historia mediante imágenes, sin texto alguno. En este sentido no sé si todavía soy un escritor. Pienso en imágenes, como creo que lo hace un director de cine, y cuento la historia sin recurrir a las palabras. —Estamos hablando del álbum. —Exacto. Durante años he presentado a los editores la maqueta de cada libro para que pueda apreciar el texto, que al fin y al cabo no supera las tres páginas. En algunos casos, añado bosquejos o ilustraciones a todo color. En casos recientes he presentado el libro casi tal cual debería llegar a las manos del lector. Como sé que soy mejor escritor que ilustrador, estoy trabajando la pintura. Tengo una ventaja, mi ojo de fotógrafo. —Te veo cada vez más interesado en la fotografía. —Comenzó como un registro de mi actividad teatral. Por razones burocráticas, por el cuento de las evidencias, quise registrar los ensayos y la evolución de cada obra, pero luego la fotografía se volvió un fin en sí misma. Aprendí a trabajar con las personas. Aprendí a esperar el instante mágico, donde asoma el alma, cuando pasan los ángeles y nos dejan su delicado e invisible reguero de plumas. Me interesa, además, la fotografía como ilustración. —¿Cómo describirías los pilares que sostienen tu obra narrativa? —Creo que la sintaxis sostiene mi obra. Me refiero a la armazón de las historias. Aunque me parece que la historia es el requisito indispensable, tanto que sin una historia entre manos cualquier narrador se cae de bruces, lo que importa a la hora del juicio es la manera de contar: la escogencia de las palabras, la arquitectura del párrafo, las calles y los edificios que trazo en el espacio de la página. Esa manera de contar identifica al escritor, y aclaro que no me estoy refiriendo a retorcimientos retóricos o barroquismos sin piso. —Percibo en tu obra infantil y juvenil que lo fantástico es real y que el autor se muestra también como otro personaje de la obra. —La mente del niño es mágica, la misma del hombre primitivo. Imagen y objeto se confunden. Por eso el niño se asusta tanto con las máscaras. Por eso funcionan tan bien los fantasmas y las criaturas fantásticas en la narrativa para niños. Poco a poco he definido la galería de mis personajes: ángeles, demonios, sirenas, brujas, lloronas, vampiros. No existen pero hablamos de ellos todo el tiempo, es decir, hacen parte de nuestra vida. La imaginación es parte fundamental de mis personajes. Quiero decir, no sólo los imagino, sino que ellos imaginan también. A veces me imaginan. Tengo presente el cuento de la lechera que va con su cántaro al mercado e imagina todo lo que hará con la venta de la leche, con las ganancias de las sucesivas ventas, y en esas cuentas fantásticas tropieza y la leche se derrama en el piso, y se queda sin nada. Pero debo señalar que la historia sucedió en su mente y que la felicidad la acompañó todo el camino. Luego todo acabó, pero todo acaba en nada. La felicidad, entre otras cosas, es una compañía fugaz. —Humor, disparates, ideas locas. —El humor no es mi propósito. Por otra parte, tampoco podría describir tanto disparate con solemnidad. Trabajo ideas disparatadas pero las desarrollo de manera lógica y coherente. Como un animal voraz, atrapo todo cuando pasa en el aire, pero como arquitecto de historias soy implacable, cuidadoso, riguroso. La imaginación es una loca de atar pero la escritura es una niña disciplinada. Ambas, imaginación y escritura, son bellas a su manera. La fórmula se definiría como imaginación desbordada y escritura vigilada. —Quedó un asunto en el tintero: el escritor como personaje. —Juego conmigo mismo en algunas historias. Me burlo un poco. Me hiero. Como autor estoy del otro lado, decidiendo el destino de los otros. Pero como personaje, padezco los designios del escritor. No me concedo privilegios. —La escritura como una ilusión de eternidad. —En altas horas de la noche, a menudo me pregunto qué pensarán de mí mis propios personajes y si alguna vez vendrán a pedirme cuentas. Uno reclamará por qué no lo hice más feliz, otro preguntará por qué no le permití el placer de una mujer y otro se asombrará por tantas desgracias. En la escritura nos comportamos como dioses porque decidimos el destino ajeno. Es una ilusión de eternidad, de poder. “Usted no es más que un tirano”, podría decirme un personaje y yo, avergonzado, no tendría el valor de mirarlo a la cara. ** Galia Ospina Villalba Ensayista, poeta y crítica literaria colombiana (Bogotá, 1973). Magistra en educación. Profesional en estudios literarios, Pontificia Universidad Javeriana (http://www.javeriana.edu.co). Formadora en el área de los talleres literarios de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano (http://www.utadeo.edu.co). Ha publicado Julio Ramón Ribeyro: una ilusión tentada por el fracaso, entre otros. === Jorge Majfud ========================================================== === “Todo gobierno es un mal necesario” Laura García ================= Esta entrevista fue publicada originalmente en el número 8 de la revista hispanoamericana de cultura OtroLunes (http://otrolunes.com/html/otrolunes-conversa/otrolunes-conversa-n08-a02-p01-2009.html http://bit.ly/2dQp2), de junio de 2009. Debo confesar que encontrar al escritor uruguayo Jorge Majfud en el camino de mis lecturas ha sido una enorme alegría. Jorge es autor de las novelas Hacia qué patrias del silencio, La reina de América (mención premio Casa de Las Américas, Cuba) y la más reciente y aún inédita La ciudad de la luna, todas de gran valor narrativo y testimonio de la evolución literaria de su autor. A través de sus historias versátiles, Jorge puede explorar con gran imaginación, desde la historia del continente latinoamericano, hasta el presente de una posible ciudad de oriente encallada en el desierto del Sahara. —¿Cuándo y cómo te decidiste por dejar la arquitectura para dedicarte a la literatura? —La arquitectura fue un paréntesis, casi un accidente en mi vida. Por aquella época era la carrera universitaria más larga del país. Por entonces tenía un promedio de duración de trece años. La gente tenía hijos y nietos antes de recibirse. Yo era un muchacho de provincia en la capital y encontraba refugio en la soledad de mi apartamento sin televisión y en los bares de Montevideo sin gente conocida a donde me iba a soñar despierto con otros mundos, a leer a Sartre, a Sábato y a escribir o a describir mis propios delirios. La verdad es que estudiar arquitectura fue una excusa para mantener ese mundo literario. Aunque vivía muy modestamente y hasta pasé hasta cinco días sin comer, por comprar libros en lugar de comida, mi padre me ayudó muchísimo en aquella época. La otra suerte que tuve fue que si bien fui un estudiante regular en la secundaria, a veces un desastre, apenas entré a la universidad las cosas me fueron bien con poco esfuerzo, tanto que en las clases más difíciles de matemáticas siempre me repetía por dentro “no entiendo por qué entiendo todo”. Gracias a esta repentina e incomprensible facilidad no necesité dedicarle mucha atención a los estudios. Pude terminarla en cinco o seis años. Después me gané la vida dando clases y haciendo cálculos de estructura. Creo que no tuve ninguna oportunidad de diseñar algo realmente interesante. Y dudo que lo hubiera hecho. Pero era el medio de sobrevivencia que tenía. Hasta que en el 2002 llegó la crisis económica al Cono Sur y decidí aceptar una invitación de un profesor de la Universidad de Georgia para seguir mi carrera allí. Así que la literatura, la vocación que tenía desde chico y contra la que luché casi toda mi adolescencia, terminó por ganar la partida. —¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta un escritor latinoamericano? —Pienso que en el fondo son los mismos que enfrenta un escritor en cualquier parte del mundo: nadie comprende esa pasión, ese vicio, sino quien lo lleva dentro. Claro, como en todo siempre hay particularidades. Tal vez el mayor problema que deben enfrentar los escritores latinoamericanos es la limitación de los recursos cuando deben hacer alguna investigación. Si uno es profesor de una universidad en Estados Unidos y necesita un dato, un documento, un libro o cien libros sobre la abstinencia entre los papúas o sobre la historia de la Patagonia, basta con pedirlo y a los pocos días te lo traen desde cualquier parte del país sin ningún costo. En cuanto a la imaginación, a la creatividad, no tienen ningún problema, ya que la escritura es uno de los oficios más económicos que existen. Los genios siempre sobresalen de su propio contexto. Los otros gastan sus energías inventando excusas. —En Hacia qué patrias del silencio (memorias de un desaparecido), nos presentas la visión del mundo de un hombre en cautiverio y esta es en sí una novela narrada en tiempos de dictadura. ¿Cómo abordaste estos temas en particular? ¿Qué necesita un escritor para tocar este tema tan sensible socialmente? —No sé. En mi caso particular, yo atravesé mi infancia y parte de la adolescencia en ese tiempo. Conocí las cárceles de la dictadura por dentro. No tenía diez años y si no era consciente al menos sí percibía la contradicción entre el discurso oficial y la realidad que me rodeaba. Algunas maestras y profesoras repetían hasta el hastío que el gobierno protegía la democracia y la libertad. Pero no se podía cuestionarlo. Una vez una maestra, por orden del gobierno, nos obligó a arrancar las hojas de un libro donde un cuento narraba o sugería que un zorro se comía a un búho. Según las autoridades era muy violento para los niños, pero yo en mis vacaciones había escuchado a escondidas a unos visitantes de mi abuelo hablando sobre las prácticas del gobierno nacional y del argentino de arrojar desde el aire personas al mar con los pies atados. Quince años después se supo de los “vuelos de la muerte”. En fin, tendría que contarte horas sobre ese contexto que marcó a toda una generación, a lo que en ese mismo libro que vos mencionás el protagonista llama “la generación del silencio”: los niños eran adiestrados a no hablar, porque hablar significaba alguna forma de represalia contra alguien como persona o contra uno mismo como estudiante. Por ejemplo, recuerdo un primo mío que tenía a su padre preso. La madre de su padre, nuestra abuela, no dejaba al niño decir “milico” a los militares; le hacía repetir respetuosamente “soldados de la patria”. —En La reina de América te enfrentas nuevamente (en clave de novela, claro) a la historia de tu país y nos entregas una visión de la inmigración, pero desde otra perspectiva: la del europeo en América. Según lo que investigaste para esta novela y el proceso creativo tras la misma, ¿qué características particulares tuvo ese tipo de inmigración en América Latina? —Toda inmigración tiene algo en común. O es por motivos políticos, religiosos o económicos. Unos escapan de algo y otros buscan algo. Pero el que escapa va buscando y el que busca va escapando de algo más. Los cubanos de la isla se tiran al agua aparentemente por razones políticas y los dominicanos se tiran al agua por razones económicas. Claro, a los cubanos que pisan suelo estadounidense se los recibe como héroes y con la legalidad; a los otros se los persigue como delincuentes por hacer lo mismo. Pero dudo que las razones políticas no incluyan razones económicas y que las razones económicas no incluyan razones políticas. ¿No es una razón política la que establece privilegios económicos en un país? Lo mismo ocurrió con los europeos y asiáticos que poblaron el Río de la Plata, nuestros abuelos. La inmigración es siempre un lento, suave y largo desgarro que nunca cicatriza. Los europeos escapaban de una Europa enferma, intolerante y empobrecida y, en consecuencia, iban a nuestras tierras idealizando la libertad, la tolerancia y las oportunidades económicas. Pero en la idealizada América, la América del Sur en nuestro caso, se encontraban con una realidad bastante más realista. No sólo era una realidad producto de los sueños y las enfermedades de Europa sino que los inmigrantes, como cualquier inmigrante, cuando emigra lleva en su bolso y en su pecho todo aquello de lo que escapa. Más o menos esa es la problemática de La reina de América, un título paradójico, claro, que es finalmente reconocido cuando la joven de la clase alta española termina sus días ejerciendo la prostitución y sufriendo la violencia doméstica, pública y política. —Tus artículos periodísticos están constantemente evaluando y analizando el sistema social latinoamericano, o europeo, o estadounidense. Eres un crítico de la sociedad, de su cultura y de sus gobiernos. —Sí. El poder no necesita que lo defiendan. Además, todo poder que ejerce un grupo social sobre otros se sostiene en base a mentiras, ya que está en su naturaleza lograr que quienes carecen de él o quienes lo sufren sean los primeros en defenderlo, a veces con un fanatismo que se llama “sentido común”, “moderación”, “camino del medio”, etc. Por eso me quedo con la vieja definición de Thomas Paine: “El gobierno es un mal necesario”. Pero un mal en fin. Claro, que gobierno y poder no son sinónimos. El poder que recibe un gobierno es aquél que le confiere el grupo social más fuerte a través de una cultura hegemónica. Sean príncipes, duques, obispos, papas, gerentes de megafinancieras, lobbies... —Además, actualmente vives en Estados Unidos. Me gustaría conocer tu punto de vista sobre la actualidad política latinoamericana. ¿Qué piensas del avance de los gobiernos de izquierda? —Como te decía, todo gobierno, en el mejor de los casos, es un mal necesario. Lo ideal es que las sociedades logren aprender un día a convivir sin la necesidad de la coacción del Estado para protegerse de la coacción de las hordas salvajes, de las mafias o de las hordas civilizadas, como son los lobbies que deciden el destino de millones de personas en el más absoluto secreto. América Latina ha sido tradicionalmente el escenario de un colonialismo persistente y de gobiernos de derecha. No por casualidad las rebeliones han sido tan frecuentes y la palabra “liberación”, no “libertad”, ha sido la más estimada. La primera se refiere a algo concreto; la segunda a un ideal abstracto. Casi todas las dictaduras de su historia han sido dictaduras militares de derecha, representantes de los intereses de las clases altas, de la oligarquía exportadora. Si esto que digo suena anacrónico es porque la realidad era anacrónica. En América Latina, en África y en otros subcontinentes siempre hubo dos tipos de dictaduras. Las más conocidas, aquellas que oprimían a sus pueblos para servir a los centros mundiales de poder; y las más raras, las dictaduras que oprimían a sus pueblos resistiéndose a ese mismo poder. Estados Unidos nunca necesitó de una dictadura formal porque era el centro de ese poder que se desparramaba por el mundo. Podríamos decir que ahora un gran número de gobiernos en América Latina se definen a sí mismos “de izquierda”. Pero la cultura colonialista todavía persiste en gran parte del territorio. Además, lo que tienen de izquierda no es mucho, si consideramos que la mayoría de los países, sobre todo los llamados “emergentes” han “emergido” de un capitalismo dependiente a un “capitalismo semidependiente” y con un modelo de éxito económico que se mide según los valores y parámetros del modelo impuesto por Estados Unidos. —¿Qué posición tienes ante el gobierno de Chávez? —Bueno, yo no defendería el personalismo de Hugo Chávez, pero al mismo tiempo me pregunto por qué habríamos de considerar más democráticos los pasados gobiernos venezolanos donde la abundancia de petróleo no sirvió para democratizar los recursos económicos y de educación de sus clases medias y baja. —¿Qué piensas de Bush y los cambios de Obama? —De Bush ni quiero hablar. Creo que él ya lo hizo y habló bastante, demasiado. El mundo tiene una mejor idea de él que la que puede tener él de sí mismo. ¿Obama? Bueno, hemos tenido muchas esperanzas, no en cambios importantes sino en pequeños cambios. Empezó a toda máquina y de a poco se ha ido chocando con los verdaderos poderes que mueven el mundo. Aun así creo que puede hacer bastante más (suponiendo que sus actuales iniciativas se materialicen). Pero me pregunto ¿qué podríamos hacer nosotros en su lugar? Si él quisiera cambiar mucho más cosas tal vez terminaría por no cambiar nada. ¿Acaso Superman cambió algo su mundo? Por el contrario, su trabajo consistía en mantenerlo tal como estaba, con villanos incluidos. Y si quiere hacer algo primero tiene que cuidar el pellejo. —Quisiera saber algunas de tus principales lecturas o autores. —Creo que ya no tengo ningún autor principal, dado el volumen de lecturas que van de varios libros por semana y periódicamente se reduce a cero. Excepto los diarios. Rara vez logro alejarme dos o tres días sin saber qué está pasando en el mundo. Tal vez algún día lo haga y entonces haré un cambio radical en mi vida. Entonces volveré a la naturaleza, a contemplar la vida desde otro ángulo, no sé. Calculo que todavía me quedan muchas vidas por vivir. Juego de supuestos —Si pudieras ser otro escritor, serías... —Tal vez Platón. Me hubiese gustado conocer a Sócrates. —Si pudieras ser un libro, serías... —Si pudiera ser un libro elegiría ser otra cosa. No un filósofo sino un religioso, Tomás de Aquino, fue quien escribió, “temo al hombre de un solo libro”. —Si pudieras ser un lugar de Uruguay, serías... —Sería un árbol en un cerro perdido de Tacuarembó. O la granja de mis abuelos en Colonia. Aunque soy un bicho urbano, no me gustaría convertirme en una calle. ** Laura García laurgar@gmail.com Escritora colombiana (Cartago, Valle del Cauca, 1985). Desde 2003 reside en Chile. Es corresponsal para América Latina y miembro del consejo editorial de la revista hispanoamericana de cultura OtroLunes (http://www.otrolunes.com) y escribe el blog Arcolibris (http://blog.latercera.com/blog/lgarcia), alojado en la edición online del diario chileno La Tercera (http://www.latercera.com). Además mantiene en línea el blog sobre artes y literatura Club de Artes y Letras El ClarLet (http://clar-let.blogspot.com). ||||||||||||||||||||||||||| SALA DE ENSAYO |||||||||||||||||||||||||| === El bosque helado ====================================================== === (Cuentos de hadas) Julio Pino Miyar ============================== Entre los grandes compendios de literatura y tradiciones folclóricas de los pueblos de Occidente, existe un libro, acaso único, publicado en Alemania hacia la primera mitad del siglo XIX por dos filólogos y germanófilos: Cuentos de hadas de los hermanos Grimm. Destacándose, entre sus transcripciones literarias, narraciones como Hänsel y Gretel, La cenicienta, Juan sin miedo... El sostenido proyecto histórico, experimentado por las sociedades que integran Occidente, ha permitido establecer una relación de distanciamiento, principalmente exegética, respecto a los antiguos valores aportados por el folclore y la tradición en general. El papel, en particular, realizado por los artistas e intelectuales europeos con relación a los vínculos siempre concomitantes de la creación y la tradición cultural, más la función pedagógica e investigativa ejercida por las universidades modernas, ha tendido progresivamente a reorganizar y resignificar socioculturalmente el antiguo material mitológico que conformaba el arcano pensamiento “prelógico”. Lo curioso de estas leyendas es que son “mitos sin religión”, que se presentan ante el lector moderno como puras narraciones fantásticas. Obviamente, cuando leemos historias, como La cenicienta y La bella durmiente del bosque, no encontramos en ellas ninguna mención de peso que las implique con un orden estricto de pensamiento religioso, ya sea pagano o cristiano. Se trata simplemente de historias de hadas, tal como prefirieron nombrarlas los hermanos Grimm. Las hadas de los bosques alemanes son las herederas de las sílfides, ninfas y ondinas, que giraban en torno al viejo panteón de los dioses nórdicos, pero entremezcladas con otras tradiciones (celtas, griegas, latinas, eslavas, mediterráneas), en ocasiones, más antiguas, en otras, mucho más recientes. Los personajes de las leyendas de los Grimm no se encuentran insertos en una red filogenética, construida mediante la relación parental que enlazaría a la mayoría de los personajes mitológicos para que integren una específica teogonía. Son sólo “viejos cuentos de invierno”, que apartan, por un breve espacio de tiempo a los oyentes, de sus labores cotidianas. Pudieron quizás ser, en su origen más lejano, un desprendimiento de una arcana teogonía de la que sólo hoy nos quedan, dispersas entre la ceniza, unas cuantas brasas, crepitantes residuos de un gran fuego que, en una edad muy remota, abrazó la imaginación de los hombres. La función ejercida sobre estas historias fabulosas por la sociedad y la cultura cristianas, fue la de pretender resignificar el sentido y la finalidad anecdótica de las mismas, condicionando para eso una interpretación muchas veces moral. La censura del siglo XIX se cebó en la obra de los Grimm, eliminando de los cuentos las implicaciones sexuales demasiado explícitas; limando lo excesivamente cruel o grotesco de algunos pasajes o desenlaces. Los Grimm se defendieron frente a estas acusaciones alegando que su obra no era para niños; ellos estrictamente habían realizado la compilación literaria de un gran imaginario popular. La bella durmiente del bosque es una de las leyendas que parecen guardar mejor su otrora procedente religioso. Hay en ella lo que podríamos llamar la idea cristalizada de un contenido fundamental: el tema de la virginidad y la pureza, situado lejos del impacto del tiempo, para convertirse en arconte de una realidad intocada; en sello inmaculado. Los cien años asignados a una virgen dormida en lo más profundo del bosque sugieren un conocimiento vedado al común de los mortales, y solamente rememorado por una mágica tradición. El núcleo de esas narraciones extraordinarias configura la fibra puramente imaginativa, el subconsciente maravilloso donde habita, en el oscuro “ground” de la casa encantada, el horrible gnomo. Pero, ¿son, acaso, hijas de la fiebre y el delirio del hombre germano dormido en su sueño prehistórico? ¿La consecuencia de un antiguo sueño racial? ¿Un sueño secular (como el de la virgen del cuento) del que sólo podemos encontrar las huellas “arqueológicas” en la gran compilación efectuada hace casi dos siglos por los hermanos Grimm? Hay un momento, en el complejo devenir de la especie humana, en que el hombre, en vías de confirmar su identidad, se volvió sobre su pasado intentando desentrañar su más lejano origen. Al no recibir respuesta, pues las brumas que cubrían los tiempos inmemoriales de su nacimiento se resistían a revelar un contenido real e histórico, el hombre entonces mitificó su origen, llenándolo de leyendas, ya que la condición humana no sólo posee una dimensión histórica, sociopolítica, sino además antropológica, racial, incluso filogenética. El oficio de los poetas, en las largas noches junto al fuego —oficio que Platón, en su “República”, juzgaba altamente pernicioso—, alimentó así la imaginación secular de la especie. El arcano sueño filogenético se funda en la grandeza de los padres, preámbulo a una heredad y las tareas que ha de realizar el hijo sobre la tierra. En los mitos y leyendas estas relaciones —padres, hijos, hermanos— aparecen siempre cristalizadas, ajenas completamente al fuego gregario y sociohistórico, como conceptos congelados, patrimonio exclusivo de una raza, de una pulsión biológica; fundamentos prehistóricos del hombre, quien, sometido al impasse del sueño, indaga, mediante la imaginación poética, en la pureza de las imágenes perdidas de su obscuro origen: la princesa y el príncipe encantados de la fiebre y el delirio. Como apuntábamos, las narraciones de los Grimm fungen como una especie de testimonio mitológico de un antiguo y poderoso orden cultural (¿religioso?) del que sólo nos quedan ruinas psicológicas, trasmutadas en inofensivas y hermosas leyendas infantiles. Lo que apreciaron muy bien los trágicos griegos, fue que todo mito —si partimos de su fundamento psicológico— se incuba en el entresijo de la familia humana, en la problemática que ésta encierra, primero, como orden natural y, segundo, como estructura social. Y esto último lo supo relacionar el profesor Sigmund Freud con su teoría general del hombre y la cultura. La misión que persiguiera el creador del psicoanálisis fue la de recapturar el mito, otorgándole un sentido y una función, para el individuo inserto en una sociedad moderna. Para Freud, el mito presuponía la existencia de un contenido que, felizmente desentrañado, podía arrojar nuevas luces acerca de la estructura psicológica de los seres humanos. Desde este punto de vista, el mito volvía a ser rehabilitado en tiempos de la Modernidad, mientras que el psicoanálisis cumplía una labor hermenéutica: ser un método lógico interpretativo. Casi podríamos decir que, con Freud, asistimos a la contemporánea rehabilitación de la poética del mundo y, en particular, a una restauración sociocultural del poeta como agente generador de leyendas, y propalador de mitos. Ciertamente, desde los lejanos tiempos en que Platón desterró a los poetas de su República ideal, no había tenido la poesía mayor justificación ni tampoco el mito mejor expositor. La poética del mundo conduce a la aprehensión de su esencia, del mismo modo que la palabra mito, llevada a su acepción más radical, lo que indica es “palabra verdadera”. El poeta surrealista André Breton, para quien las historias de hadas de los Grimm tuvieron el valor consultor de una Biblia, escribió con énfasis sobre la necesidad de devolver a la imaginación creadora, mitológica, la plenitud de sus derechos... frente a la crisis moderna padecida por la Razón. Tal vez sería necesario situarse en el seno de los problemas iniciales que dieron lugar al viejo debate sociocultural entre Mito y Razón, poesía o ciencia, pulsión biológica e historia, para intentar dilucidar un enigma que atenaza a la cultura y sociedades contemporáneas. Freud, fiel a la tragedia clásica, situó el origen del mito en las vigorosas relaciones de amor, lucha y dominación que engendra, desde su origen, la familia humana. Es en ese mismo retablo —sociedad, cultura, sexualidad— donde los estudios del antropólogo norteamericano del siglo XIX, Lewis Henry Morgan, devinieron en el indispensable preámbulo científico para la teoría del materialismo (dialéctico) histórico, elaborada por Marx y Engels. Es que hay un lugar, absolutamente inédito en el tiempo humano, en que la organización familiar produjo por igual al mito y a la historia; la primera división social del trabajo y la base de la estructura psicológica del individuo. La experiencia histórica se configura como resultado del trabajo creador de cada individuo de la especie —conectado a una cadena socio reproductiva— y del reencuentro interactivo —político y cultural— establecido por medio del recíproco reconocimiento con el resto de los hombres. Por lo que el reencuentro del hijo con el padre debería producirse siempre como algo sostenido e histórico, de una manera diáfana e integradora... Pero no ocurre necesariamente así: sobre el suelo primitivo de la primera división del trabajo, que entraña por igual organización de la reproducción económica y sexual, aparece el poeta como el gran dislocado de las tareas productivas de la gens e inventor del mito, el cual sacude la fibra de la dolosa prevaricación del padre, entendido como principal ejecutor del poder en la primera organización sociocultural que conociera la historia. De este modo, el hijo, que ha encarnado la figura original del poeta en esta obligada relación filogenética, mitifica su origen plagándolo de leyendas. Ya no será, según él, el hijo del padre prevaricador, sino el vástago del rey encantado de las profecías. En el mundo del subconsciente y en la develación de los sueños propuesta por Freud, el padre aparece bajo la figura de un rey simbólico; como una imagen sagrada. Y hay aquí algo que parece penetrar la esencia psicológica del cristianismo: Jesús, el Cristo, encarna su misión a partir de la condición más radical de su existencia: ser el hijo de Dios, rey de los cielos y la tierra. Jesús representa, en la acepción vernácula de su historia, la condición de un hijo espurio a quien se le revela, mediante la inmersión en el agua lustral (el bautismo por San Juan), su origen principesco. Es el esperado príncipe que anuncian las profecías, que llega a traer la consumación de un reino milenario fundado en una legislación moral. La saga medieval del rey Arturo de Camelot evidencia que esta historia encantada constantemente se repite, bajo diversas formas, para pueblos y culturas. El rey Arturo espera, convertido en un cuervo —reza una leyenda—, el momento en que deberá volver a reinar en Inglaterra. El tema del hijo espurio tiene su gran antecedente bíblico en la historia del niño hebreo Moisés, adoptado por la familia faraónica. Y, curiosamente, la narración de La cenicienta contiene también elementos de la vieja historia encantada, la hija espuria y maltratada devenida, gracias al oficio de un hada, en bellísima princesa. Resulta llamativo que, en las leyendas de los Grimm, no es nunca el hijo primogénito el predestinado a la gran misión, sino el más joven —que ha quedado despojado socialmente de los vínculos consanguíneos— quien es siempre el más listo. O sea, no es para estos germanistas el hijo mayor, como heredero legal y secular del padre, a quien le está reservado la gran heredad. Es que hay mucho de juego, divertimento, juicio suspicaz y, sobre todo, de visión democrática de los personajes y hechos, en esta maravillosa compilación de cuentos alemanes. La rotura con los vínculos estrictamente filogenéticos supone una apertura universal de la existencia dirigida al contenido esencialmente gregario de la familia, entendida ahora como familia humana; como humanidad. Por amor a las leyes universales, el hijo pierde sus ligamentos genéticos que lo constreñían a una estricta relación individual con una familia para entregarse a las implicaciones globales, sociohistóricas, de su razón de ser, en las que busca consumar su propia ley; realizar su condición de hijo universal; ciudadano por derecho propio de una sociedad política y de un privilegiado orden democrático cultural. El origen del individuo se encuentra localizado en la historia; el a priori donde se cumplen las complejas leyes del desarrollo. Es en la historia, además, donde se desvanece todo sueño racial, cualquier pretendida pureza, y el hombre se hace así hombre entre los hombres, devenido en el fruto dialéctico y deseado de su propia condición. Freud pensaba que había una filogénesis individual y otra colectiva, que los traumas y las crisis experimentados por el individuo tienen su inmediato correlato en la historia, en la que se expresan, de una forma más general, esos mismos procesos, con relación a los cuales el individuo es como una caja de resonancias. Las lesiones que los procesos traumáticos ocasionan al consciente del sujeto tienen la tendencia de emborronar, en él, la memoria, creando fallas de omisión en el pensamiento. Mas el subconsciente existe. En él habitan contenidos no revelados de la historia personal del individuo y de la humanidad, aunque esto no debería conducirnos a su mitificación. Por el contrario, el subconsciente es, como el taller de trabajo de “Maese Geppeto” (me refiero a la conocida obra del siglo XIX, Pinocho, del italiano Carlo Collodi), “franco, fiel, abierto, bien iluminado”. El subconsciente es como ese lugar de trabajo donde se produce la personalidad psicológica del individuo, por tanto, si pudiéramos tomar conciencia de cuánto de realidad habita en el llamado subconsciente, operaríamos, sin duda, a un nivel superior de la vida. El subconsciente no es simplemente un almacén donde se guardan enigmas, porque allí nada es falso. Ese “taller” es la fábrica que rige el constante proceso de creación que nos liga a la vida en su acepción más plena, a la solidez de sus procesos materiales. Una develación radical del subconsciente, como máxima postulación psicológica, nos libraría definitivamente de las pesadillas que padece el consciente. Los cuentos de los hermanos Grimm aluden, bajo la forma ambigua de metáforas y alegorías, a verdades muy profundas de la existencia, a relaciones insospechadas de la cultura. Son por eso mágicos dones del inconsciente colectivo y atributos universales de la personalidad humana. La leyenda de Hänsel y Gretel (la pareja de hermanitos que se extravía en el bosque umbrío, donde encuentran una casita hecha de golosinas y quedan a merced de una bruja que los quiere gordos para su cena) nos puede ayudar a explicar una concreta relación de nuestra psicología con el “misterioso” subconsciente: si el principio del placer guía nuestros pasos y nos extraviamos insensatos una noche en el bosque tenebroso, donde proliferan las mil y una pesadillas de nuestra menesterosa estructura psicológica, deberíamos entonces preguntarnos con serenidad qué significado tienen en sí las prohibiciones, sobre todo cuando se nos aparecen como manifestaciones de una herencia colectiva, hecha de miedo y mitificaciones. O qué es lo que básicamente hemos transgredido y hasta qué punto está en juego, o no, nuestra libertad individual al aceptar los límites que a nuestra psicología impone la tradición secular. Por eso es que, al mundo mítico de Hänsel y Gretel, lo he denominado “el bosque helado”, porque es allí, tristemente, si pretendemos de manera absurda que posea consistencia, donde nunca nada se realiza, salvo los oscuros sueños y las obsesiones más falsas del pensamiento, que cree caminar por él en pos de una añorada y legendaria quimera. Pero también allí, para nosotros los adultos, es donde el texto nos invita a una honda reflexión sobre el papel de los mitos en la cultura, mientras nos sentimos colmados al distraernos leyendo páginas de tanta capacidad de belleza. Aunque no sé hasta qué punto, vagabundeando por esos lejanos y hermosísimos bosques de la infancia y la adolescencia, sólo quisiéramos ver salvada la verdad más íntima —“el verso más puro”—, las heladas flores de la melancolía y el más antiguo sueño gregario y universal de nuestra especie. ** Julio Pino Miyar isla_59_1999@yahoo.com Poeta, ensayista y narrador cubano (Santa Clara, 1959). Radica en Estados Unidos desde 1987. Colabora en calidad de ensayista con prensa escrita de Cuba, Estados Unidos y América Latina. Ha sido prologuista de varios libros de literatura. Escribió las palabras del catálogo del Primer Premio Internacional de Pintura de la Bienal de La Habana de 2001. En 2003 realizó en Tel Aviv una exposición conjunta de fotos bajo el rótulo “El libro de los árboles desnudas”. En 1995 fundó en Miami la revista cultural Los Conjurados. Tiene en La Habana tres libros en proceso editorial. === El amor divino en san Juan de la Cruz ================================= === María Alejandra Crespín Argañaraz y Rafael Oronas ===================== (Nota del editor: presentado como ponencia en el VI Congreso Internacional “Letras del Siglo de Oro Español” celebrado en la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, Argentina, del 29 de noviembre al 1 de diciembre de 2006, este trabajo llega hoy a los ojos de la Tierra de Letras por gentileza de sus autores). El objetivo de este breve ensayo es el lenguaje del amor en el Cántico espiritual en la obra de San Juan de la Cruz (1542-1591). No es nuestro propósito el estudio de la técnica del verso, en este caso la lira, cuyo cultor más notable fue fray Luis de León (1527-1591). Debiendo destacar en san Juan su relación con santa Teresa de Jesús (1515-1582) y su tarea de reformador-fundador junto a ella. Estos tres altos representantes de la mística son contemporáneos; es comprensible y demostrable la influencia que entre ellos se ha establecido a través de la relación personal y del mutuo conocimiento de algunos de sus escritos. Por eso, nuestra tarea se ciñe, principalmente, al lenguaje poético de san Juan de la Cruz, más que a su trayectoria literaria general. Resulta sumamente difícil separar al hombre del santo, y saber en qué punto de su vida queda abolido aquél para permitir el surgimiento de éste en toda su mística plenitud. Otra circunstancia, ineludible en este caso, es la influencia que, particularmente en el Cántico espiritual, ha ejercido el Cantar de los Cantares, de Salomón. Este texto bíblico, traducido por fray Luis entre 1561-1562, según algunos autores sugieren, pudo ser conocido por el místico carmelitano. A tal aseveración la crítica actual la pone en duda e indica que, además de ser un punto de muy difícil resolución, es improbable que la tarea de la Inquisición haya sido soslayada en ese aspecto por san Juan de la Cruz, sólido defensor de la posición tradicional de la Iglesia. A sus guiados los apartó del mundo, a veces con severidad; pero, también, con lenguaje sereno y afectivo los fue acercando a la verdad. Así, despertó en ellos, sentimientos dormidos. Sus palabras estaban dirigidas, con mayor frecuencia, a contrarrestar la posible tibieza de su vocación religiosa, para hacerlos más dignos de su misión, para que comprendieran que el camino de la perfección comienza con la fe y concluye en el abrazo de amor con Dios. Se presta la poesía para la descripción de sensaciones, para la creación de imágenes que nos transportan de los instantes vividos, turbulentos a veces, a otros de recogimiento y de paz. Por eso la poesía es así, emociones transformadas en palabras, volcándose en un juego de luces que son el reflejo de nuestros deseos de sosiego, de la recuperación de la negada ternura o de oposición mística o bucólica, al bullicio presuroso y sin sentido del mundo que nos absorbe y nos anula. Mucho de esto encontramos en la poesía de san Juan de la Cruz. Pero advertimos algo más. Lo impulsa en forma dominante una sola idea: caminar hacia lo infinito, sin otro rumbo que el fijado por la esperanza de llegar a Dios, tratando siempre, con el largo peregrinaje, de encontrar una luz que lo anuncie y que lo acerque a Él. Para recorrer esa larga senda, el santo ha encontrado en la fe los tesoros de la esperanza, de la comprensión y de la humildad. Y supo siempre; así se desprende el conocimiento de su vida que, si la fe se diluye, es porque se ha descendido espiritualmente, y si ella se engrandece y nos hace avizorar el signo de la verdad, es porque hemos sabido encontrar el punto inicial del camino que nos conduce a la perfección. Así, el alma, perdida en el mundo, se pone definitivamente en marcha en busca de Dios. Tiene que recorrer los tres estadios que le van acercando a su destino con el logro de la visión, cada vez más clara, de aquél con el que desea unirse íntimamente. Es un camino de avances y retrocesos; una lucha permanente de materia y espíritu; una difícil privación de lo que es halago mundano para preferir el silencio, la soledad, la meditación y el sacrificio. En los retrocesos nos olvidamos de Dios. Sólo cuando la adversidad comienza a cercar nuestras ambiciones nos acordamos de Él y surge, entonces, la plegaria, signada por el interés o por el egoísmo. Estas reflexiones surgen de la lectura y del análisis de la obra de san Juan de la Cruz. Están los pájaros y los árboles, los ríos y los montes, el fuego y el viento, todo armónicamente distribuido en el mundo porque es la obra de la misma mano divina; objeto de una única voluntad de amor y hacia ella lo eleva el éxtasis, experiencia que refleja en su obra con el lenguaje que le presta la música del canto de las aves, el rumor del agua, la voz del viento entre los árboles y el aromado color de las flores del campo. Todo está en el lenguaje poético de san Juan. Y todo está enlazado por el amor. Las criaturas se mueven dentro de un orden establecido y con una meta definida: llegar hasta “la más alta esfera”. El alma debe absorber toda esa armonía y, con ella, la pureza, que la despoje de lo material para poder cumplir con la misión de acercarse a su Creador. El tema principal y su propósito ya lo explicita el santo en el prólogo del cántico, que dirige a la madre Ana de Jesús, priora de las Descalzas en San José de Granada, y así lo expresa en el punto segundo: Por haberse, pues, estas canciones compuesto en amor de abundante inteligencia mística, no se podrán declarar al justo, ni mi intento será tal, sino sólo dar alguna luz en general (pues V.R. así lo ha querido). Y esto tengo por mejor, porque los dichos de amor es mejor dexarlos en su anchura, para que cada uno de ellos se aprovecha según su modo y caudal de espíritu, que abreviarlos a un sentido a que no se acomode todo paladar. Y así, aunque en alguna manera se declaran, no hay para qué atarse a la declaración; porque la sabiduría mística —la cual es por amor, de que las presentes canciones tratan— no ha menester distintamente entenderse para hacer efecto de amor y aficción en el alma, porque es a modo de la fe, en la cual amamos a Dios sin entenderle. El santo no es absoluto en sus afirmaciones, salvo cuando se refiere al amor; permite que la libertad de cada uno se ejerza para entender el lenguaje de amor que emplea, pero no da lugar para desvirtuar su finalidad. Sus explicaciones pueden interpretarse desde distintos ángulos, no las hace cerradas ni dogmáticas, porque sabe que no todos tienen el mismo grado de fe ni todos pueden eludir, como él, la realidad para aceptar, aun “sin entenderle”, los dictados de la divinidad. Estas declaraciones nos hacen comprender que es casi imposible llegar al místico carmelitano valiéndonos de los métodos tradicionales de la crítica literaria. Su poesía es tan inalcanzable por lo personal del estilo, que más positivo parece dejarse llevar por la intuición para desentrañar la densidad de su mundo místico-poético y más si pensamos en qué momento tan especial y penoso de su vida comenzó la redacción de lo que más tarde se llamó Cántico espiritual. Enorme esfuerzo habrá significado para su voluntad el olvidarse de su mísero estado en la injusta prisión, para elevar su espíritu hasta el éxtasis; era, por otra parte, la única forma de conservarlo indemne, la única manera de perdurar para cumplir con su obra de predestinado. Y el único lenguaje para hacerlo era el dictado por el amor divino. Ese lenguaje es el de su poesía, música del espíritu y escala de místicos valores. La redacción del Cántico comenzó, pues, en la prisión. En esos momentos pudo decir, tal vez, como fray Luis de León: Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado... En esos momentos, ¿qué lo pudo sostener? Únicamente el recuerdo de lo vivido, lo contemplado con los ojos del cuerpo y los del alma, el repaso mental de sus lecturas, en especial el Cantar de los Cantares, que conocían profundamente su imaginación y su fe. Sólo la fe y la inspiración de Dios pudieron generar un lenguaje de amor como el que trasunta la obra. La contemplación y el éxtasis le permitió ver todo a la luz de la transfiguración. Confirmamos que en la poesía de san Juan es asidua la presencia de la imagen de Dios, que no es presencia total. La fe ha tocado el corazón, pero siempre falta un paso más para conformar la unión. Esta imagen está simbolizada en el mundo de la naturaleza en todas sus formas, y se revela una fina percepción del medio, una sostenida observación basada en lo real para trasladarla, con lenguaje sensitivo, al plano de la divinidad. La poesía, en este caso, es escala necesaria para llegar, con hondura, a un estudio de las transformaciones del alma y enseñarle cómo ver la realidad para sentir en ella la presencia del Amado; para soportar, con su música, el dolor y las privaciones; para ascender hasta donde el místico aspira a llegar: al éxtasis, a la presencia de Dios, al estado beatífico, cumbre de la abrupta montaña en cuya cima está la unidad. Para expresar ese sentimiento indefinible que es el amor, las únicas palabras posibles, el único lenguaje, es el que expresa el amor mundano, pleno de sensualidad y de realismo. Difícil resulta, entonces, transformar ese lenguaje para ligarlo al proceso de la mística, para elevarlo en forma tal que la mente olvide su origen sensual para transformarlo en amor divino. Esa transformación, que no podemos razonablemente comprender, está en el contacto del alma con su Creador y sólo es posible entenderla si logramos compenetrarnos con el mundo de la mística e intentar descubrir los valores íntimos que encierran la posibilidad de que el alma se desligue del cuerpo, abandone la realidad y comience el derrotero. Llámase oración o modificación que le impiden contemplar “la verdad pura, sin velo”. El lenguaje del amor en san Juan de la Cruz debemos estudiarlo y explicarlo como una permanente permuta de la realidad por el Ideal. Un cambio que nos obliga a pensar profundamente. Por eso, para evitar que se desvirtúe ese ideal, el poeta ha considerado necesario explayarse en cada uno de los versos o de las estrofas y sustentarlos en los textos sagrados, donde está su inspiración primera. Él mismo nos aclara su lenguaje, el valor de cada palabra o la extensión de cada símbolo y pone orden en nuestros pensamientos. Sostenemos, entonces, que estamos ante un cambio de valores en el lenguaje, provocado por la inasible intimidad del proceso místico. Para entenderlo, sería necesario vivir ese proceso. Pero es vivencia para los elegidos, para los pocos señalados por el favor divino. Pese a la sencillez de su forma, en el fondo es un lenguaje hermético que hay que descifrar a la luz de una precisa intencionalidad, impuesta o voluntaria, a la luz de un complicado equilibrio entre el término en sí mismo y el sentido metafísico en que el poeta lo emplea y cuya determinación muchas veces se nos escapa. Cada palabra tiene su equivalente en la interpretación, que la integra al concepto místico. A propósito de estas apreciaciones semánticas, es ineludible relacionar el lenguaje del Cantar de los Cantares con el del Cántico espiritual; pero esa relación no implica necesariamente una dependencia literaria, sino contacto con una acabada expresión de la mística, en el que las alas del amor se extienden sobre el Amado y la Amada y se revela con un lenguaje encendido por el espíritu del santo. Es de comprender cómo, también con un lenguaje, de amor por la tierra y por sus seres, describe san Juan la naturaleza que enmarca al poema. A esos lugares él los recorrió y, en su largo peregrinaje de fundador y de confesor, aprendió a valorarlos y también a quererlos y sentirlos porque son la presencia de Dios en la aridez del mundo. Hemos mencionado, ya, los términos Amado-Amada, y podemos añadir los de Esposo-Esposa, porque se trata, en el Cántico, de un connubio que encierra una íntima unión espiritual, un deseo de fusión que sólo puede lograr el místico elevado por los brazos del amor, que, en esa instancia, le hace ignorar al mundo y acrecienta su determinación para que no lo detengan “los fuertes y las fronteras”, ni la belleza mundana que con el tiempo pasa, ni las adversidades que se opongan para que su alma no pueda llegar hasta la gloria del Amado. En este caso tan particular, en la historia de la literatura, el propio santo nos indica la única forma posible de llegar al centro de su inspiración, a las motivaciones que le llevan a destacar al amor y colocarlo en el nudo vital de su obra, porque arranca de la realidad para asimilarlo con la esencia divina; y esa forma es detenerse en cada uno de los versos hasta descubrir su identidad secreta y hasta lograr la visión del punto donde llega a encontrarse la “Amada en el Amado transformada”, para celebrar sus alegóricas bodas. No sabemos si san Juan de la Cruz escribió para sí mismo, por emoción estética, o lo hizo para nosotros, para nuestro perfeccionamiento espiritual; pero sí sabemos que el núcleo de su lenguaje de amor no puede ser otro que la inspiración divina, la intuición mística experimental. En el Cántico espiritual preferimos apelar a la lectura para desbrozar el afán del santo por encontrar el sentido místico del amor, la más cercana a la inspiración pura, anterior a las correcciones posteriores que, en parte, desvirtuaron o diluyeron la sencillez de su belleza primitiva. Comprendemos, entonces, que el acto de amor surge de Dios, pues puede considerarse como tal la expresión que el poeta pone en la voz de las Criaturas cuando responden a la Amada a su requerimiento por la presencia del Amado. Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura, y, yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura Acto de amor es la difusión de la gracia que la estrofa resalta, porque las cosas bellas del mundo son la imagen de Dios, pero no son Dios en sí mismas. Sólo lo reflejan. Mirar la naturaleza con sentimiento de amor por su origen, es lo que el santo hace cuando enumera los elementos que lo rodean y constantemente le recuerdan a su Creador, a veces olvidado. En estos momentos de sosiego, propicios para la meditación, san Juan habrá recordado a san Agustín: “Señor, los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ellos me están diciendo que te ame”. En esta forma podemos comenzar a comprender a san Juan de la Cruz y a iniciarnos en el estudio del proceso del lenguaje de un místico, en el despertar de un divino sentimiento amoroso, revelado por la contemplación y por la plegaria. La naturaleza no es la misma vista por el hombre inmerso en las pasiones, que aquella que contempla el santo, tomado de la mano por la eternidad, superados ya los amores carnales, la tentación y el mundo. El santo se ha encaminado, con la gracia divina, empuje inicial y necesario, hacia la soledad, “soledad de Jesús en el Huerto de los Olivos”. El lenguaje del amor está también en las palabras sencillas que emplea en sus breves notas a las monjas carmelitas, a algunas de las cuales leyó o recitó los versos primeros del Cántico, el único tesoro que le arrancó a la prisión. Esas notas, que suceden a la confesión o al consejo, están destinadas a asegurar el camino de la fe y a arraigar en sus almas la virtud, a prepararlas para recibir en plenitud la gracia de Dios, que ha de surgir de la fe, de la esperanza y de la caridad. El santo no quiere que sus monjas olviden que la caridad es amor y por eso está basada en la fe y en la esperanza. Todo esto justifica uno de los comentarios que hace en el Cántico: “No basta que Dios nos tenga amor para darnos virtudes, sino que también nosotros se lo tengamos a Él para recibirlas y conservarlas”. Así entendemos que el amor inicia el camino hacia la santidad, porque solamente él tiene la fuerza necesaria para lograr la unión a la que el místico aspira. No podemos decir que amamos a Dios si con nuestros actos de todos los días no demostramos ese amor. El santo piensa así porque en él, el místico se impone al teólogo. Es necesario llegar a los místicos, especialmente a san Juan de la Cruz, a su impenetrable esfera, para hallar otra forma de sentir el amor, a encontrarlo en otra dimensión, menos real para nuestros sentidos, pero más pura y trascendente por su inserción en la vida espiritual. Puesto que, con anterioridad a esa época, hemos entrevisto la sublimación de un sentimiento que parece ligado únicamente al mundo, a lo material, porque así, con sentido profundamente humano, lo trató la poesía. En el intento de penetrar en el pensamiento de san Juan de la Cruz, en la grandeza de su mundo poético y de su lenguaje místico, lenguaje de fe, de amor y de perseverancia, hemos querido también asomarnos, con la timidez del profano, al camino siempre dificultoso —cuando no imposible— de la perfección, recorrido por el santo y que éste nos señala. La tarea es ardua para quien sólo ha frecuentado el amor mundano y, llevado por el afán de explicarse las transformaciones del alma, ha incursionado en las obras de los místicos, se ha acercado a su tiempo y ha gustado en ellos “el fruto imperfecto de la sabiduría”. En estos encuentros con los autores que más alto han llegado en la escala que determinan las vías purgativa, iluminativa y unitiva, que han transitado por ellas en busca del principio de todas las cosas, hemos tropezado —divino tropiezo— con san Juan de la Cruz. En él descubrimos el otro sentido del amor, que hemos tratado de explicar precedentemente a estas reflexiones. Pero no es suficiente. ¿Se puede, acaso, penetrar en los íntimos sentimientos de quienes nos rodean? Los conocemos únicamente por su propia confesión, no siempre comprensible y diáfana; los conocemos por sus actos o por la dimensión lograda en las páginas del inacabable tratado de la vida. San Juan es diferente. En él hemos percibido la claridad del pensamiento. Nada nos ha perturbado para acercarnos al sentido de su obra, dentro del alcance de nuestra percepción. Nos ha llevado por el camino del amor que siempre se renueva, que nos transforma y nos acerca a la verdad. No es la verdad absoluta. Para serlo, tendríamos que sentir la espiritualidad del amor como la sintió el santo, que fue producto de la revelación, del favor divino, que a pocos se dispensa. Su lenguaje de amor en el cántico es eso: la síntesis de la gracia divina volcada en el alma de un hombre y trasladada a una obra que ha trascendido su perfecto contenido literario, para transformarse en un tratado donde la fe se manifiesta como un motor que inicia una marcha de continuas transformaciones para que el alma entregue todo su contenido de amor en los brazos piadosos de Dios. Es necesario hacer un íntimo análisis para llegar a ese punto de comprensión. Análisis que obliga a aceptar que el lenguaje del amor, del verdadero, no pertenece al mundo en que vivimos ni a la lengua que hablamos. Es la palabra que Dios inspira y que san Juan de la Cruz desarrolla con humildad y pureza, no exentas de alta calidad literaria, para convertirla en nexo espiritual entre el mundo, la carne y el pecado y la insospechada dimensión del amor divino. Y queremos imaginarlo reclinando su cabeza con amoroso olvido, en la pobre ventana de su celda, aspirando profundamente el aire de la mañana y mirando, como si lo viera por primera vez, con los ojos encendidos por la fe, con el alma en paz, con las manos unidas en ruego o en plegaria, el cielo luminosamente azul... porque: Al espíritu místico le basta mirar al cielo para estar con Dios Bibliografía fundamental • R.P. Crisógono de Jesús, R.P. Matías del Niño Jesús y R.P. Licinio del Santísimo Sacramento: Vida y obras de san Juan de la Cruz. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1960. • R.P. Félix García: Obras completas castellanas de fray Luis de León. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1959. • R.P. Efrén de la Madre de Dios y Otilio del Niño Jesús: Obras de santa Teresa de Jesús. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1961. • R.P. Ángel C. Vega: Cumbres místicas; ensayistas hispánicos. Aguilar, Madrid, 1963. • BARUZI, Jean: Saint Jean de la Croix et le problème de l’expérience mystique. París, 1924. • MARASSO, Arturo: “El lirismo de San Juan de la Cruz”. En: Estudios de literatura castellana. Buenos Aires, 1955. ** María Alejandra Crespin Argañaraz alejandracrespyn@hotmail.com Investigadora argentina. Es profesora superior, egresada en 1989, del Instituto Nacional de Enseñanza Superior Nº 2 “Mariano Acosta”, en Buenos Aires. También es licenciada en literatura clásica grecolatina. Ha participado en diversos congresos y simposios de literatura comparada en diferentes universidades argentinas. Textos suyos han sido publicados en Hispanista (http://www.hispanista.com.br) y Ariadna-RC (http://www.ariadna-rc.com). ** Rafael Oronas Docente e investigador argentino (1919). Profesor en letras, ya retirado. === Una aproximación al concepto de diáspora peruana ====================== === La diáspora peruana, un espacio social transnacional ================== === Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara ========================================= La diáspora peruana es una forma de construcción de espacio social transnacional que refleja el espacio ambivalente que ocupan los inmigrantes peruanos como minoría cultural cuya lealtad nacional está dividida entre el país de origen —mítico, real o imaginario— y el país de residencia. La continuidad con el lugar de origen caracteriza a una diáspora, puesto que dota a los miembros de una comunidad dispersa un punto de arraigo identitario y los distingue de otros grupos de inmigrantes. Esos vínculos con el origen se truncan con la migración, pero en la diáspora se reconfiguran. Una de las principales características de las diásporas es que crean su identidad en el cruce de tres emplazamientos, el lugar de origen, el lugar de destino y el lugar de la propia diáspora. Así se crea un complejo entramado de relaciones fluidas e intercambios constantes que se extienden cuando los individuos dispersos se asientan en más de un país, o en varios lugares dentro del país de destino. Las diásporas no son sólo resultado de la acumulación de individuos concertados todos en un solo lugar sino producto precario de un deliberado esfuerzo imaginativo, social y en ocasiones político para constituirse como una comunidad de semejantes en el lugar de destino. Peruanos en cifras que emigraron al exterior No existen cifras oficiales sobre el número de peruanos en el exterior. La falta de encuestas especializadas en el tema impide hacer una proyección estadística confiable de su número en la diáspora. Sin embargo, la Cancillería de Relaciones Exteriores del Perú, estima que el número de peruanos que viven en el exterior va entre 1.800.000 y 2.200.000 de personas. Un reciente reporte indica que 1.940.817 es el número de peruanos que emigraron del Perú y no retornaron entre 1990 y 2007, según la publicación Perú: estadística de la Migración Internacional de Peruanos 1990-2007, del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), la Dirección General de Migraciones del Perú (Digemin), la Organización Internacional para las Migraciones (OMI) y la Cancillería de la República del Perú. En un reciente estudio de la migración internacional de peruanos (1990-2007) del Instituto Nacional de Estadística e Informática, se indica que, entre 1990-2007, 1.940.817 peruanos emigraron al exterior legalmente: América, 1.299.395, de ellos, 665.616 mujeres y 633.769 hombres; Europa, 551.189 peruanos, 282.349 mujeres y 258.840 hombres; Asia, 76.700 peruanos, 39.290 mujeres y 37.410 hombres, y hacia Oceanía y África, 13.543 peruanos, 6.937 mujeres y 6.605 hombres. He preferido denominar “cifras” y no estadística para determinar los estimados de peruanos que viven en la diáspora, porque no existen cifras oficiales, además la cifra de peruanos que emigraron del Perú con una identidad falsa y/o una nacionalidad falsa (español, chileno, japonés) incrementa el número de peruanos viviendo en el exterior. Por lo que para nadie es un secreto el tráfico de ilegales y el robo de identidad en las calles de Lima, el conseguir un pasaporte con una identidad y nacionalidad falsas para salir del Perú. No existen cifras oficiales, pero se estima que un 17% a 22% emigran con una identidad falsa; el vacío en el movimiento de entrada y salida de extranjeros (Informe Técnico Nº 6, junio de 2008, Inei). Lo que nos conlleva a estimar una cifra aproximadamente de 2.200.000 a 3.000.000 de peruanos en el exterior. La migración como un proceso transcultural y las remesas Actualmente se concibe la migración como un proceso transcultural, y su caracterización se sirve del concepto de transnacionalismo para su mejor comprensión. Las diásporas son las formas más antiguas de construcción de espacios sociales transnacionales. La vida transnacional y las formas culturales de los peruanos surgen, desaparecen, cambian y se reproducen a lo largo del tiempo tanto dentro como fuera del espacio nacional. En los últimos dieciocho años se observa un crecimiento importante de la migración de peruanos y peruanas al exterior con diversos destinos. Así es como, en el periodo de 1990-2007, 1.940.817 peruanos salieron del Perú. La emigración de peruanos se ve corroborada por la emisión creciente de pasaportes, y el crecimiento de remesas que envían los peruanos residentes en el extranjero a sus familias en el Perú. Lo que significa un envío de remesas al Perú de aproximadamente 14 millones según el estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), en un promedio mensual de $170 destinados al consumo y ahorro por familia en más de 400.000 hogares-familias del Perú receptores de remesas en los departamentos del Callao (12,5%), Lima (11,4%), La Libertad (8,8%), Ancash (6,7%), Arequipa (5,4%), Lambayeque (5%), Ica (4,9%), Madre de Dios (4,1%), Loreto (3,8%) y Junín (3,6%), entre otros. Peruanos con falsas nacionalidades: inmigración ilegal En el periodo de 1994-2007 la Digemin emitió un total de 3.726.144 pasaportes. Cabe señalar que las cifras sólo indican la migración legal de peruanos que obtuvieron un pasaporte y fueron registradas sus salidas al exterior de peruanos de 1.940.817. Otro elemento importante es la migración ilegal, manejada por las mafias de traficantes de indocumentados con identidades falsas; según diversos estudios el número puede duplicar a la migración legal. El robo de identidad y el uso de pasaportes falsos operando a través de las mafias establecidas en el centro de Lima y Miraflores. El individuo obtiene un pasaporte usualmente con la identidad española, para evitar la solicitud de una visa, o un pasaporte chileno, y obtiene una visa bajo la nacionalidad chilena; además solicitan un pasaporte con su identidad real de peruano/a. Esto se puede percibir por el número alto de pasaportes emitidos oficialmente (3.726.144 pasaportes) y el número de personas que viajaron al exterior oficialmente (1.940.817 salieron al exterior). El pasaporte oficial peruano es usado cuando arriban al país de destino, mientras que realizan el movimiento migratorio con una identidad falsa hasta el destino final usando la modalidad de escalas por país. Esta nueva modalidad de migración ilegal es la más frecuente usada por las mafias de coyotes peruanos, donde el pasaporte es obtenido directamente de las embajadas por empleados inescrupulosos. La diáspora peruana La diáspora peruana surge en un mundo de migraciones globales, refugiados, asilados políticos, refugiados económicos, fuga de talentos, entre otros, que tienen como principales sujetos a personas que se desplazan por el mundo. Las migraciones globales tienen como principales sujetos a personas que se desplazan por el mundo; vinculadas con el proceso de globalización, independientemente de la raza o clase social, así como por otros grupos de inmigrantes. Las migraciones de peruanos desde fines del siglo XX tienen unas dimensiones diaspóricas. La dimensión diaspórica tiene las siguientes características: la dispersión de un centro de origen a cuando menos dos lugares periféricos; la conservación activa de una memoria, una imagen o mito de la patria original; la creencia de que los miembros de la diáspora no serán cabalmente integrados al país de llegada; el compromiso de volver a la patria y, finalmente, la definición de sí mismas como un grupo a partir de las relaciones que establecen —imaginarias-económicas, políticas o sociales— con la patria. Es evidente que el vínculo entre el país de origen y la experiencia de la discriminación en el lugar de llegada son esenciales para la formación de una comunidad diaspórica en un juego constante entre la diferencia y la semejanza. El discurso diaspórico También se plantean los discursos diaspóricos que son usados frecuentemente por minorías étnicas en oposición a un estado-nación dominante en el que ellos se encuentran “atrapados” o por grupos que residen fuera de un lugar al que no pueden retornar, ya sea por razones políticas, económicas o sociales. La identidad diaspórica emerge dentro de coyunturas históricas, sociales y culturales cuando los discursos que construyen la pertenencia nacional niegan afirmaciones de ciudadanía evocando razones raciales, culturales, religiosas, lingüísticas u otras. Aparte de los discursos diaspóricos se refuerzan por los flujos migratorios reales. La identidad diaspórica es una respuesta a las nociones de población nacional del país de residencia de las cuales los sujetos diásporos son excluidos. Esta exclusión genera a su vez ciertos mecanismos de inclusión diaspórica. En el caso peruano es evidente que ello se da a través de la prensa local, la música criolla, afroperuana y de folklore andino, el culto religioso al Cristo morado, la gastronomía peruana. Articulados en relación a su provisionalidad social y económica, y a los contextos sociales e institucionales. El discurso diaspórico es la representación de sí mismo en términos de una subjetividad moderna para afirmar su pertenencia legítima al espacio en el país que deciden establecer su residencia. En octubre del 2008 se realizó el I Encuentro de Peruanos Exitosos Residentes en el Exterior en Lima, Perú. En el encuentro participaron 24 peruanos residentes en el exterior (Argentina, Chile, Bolivia, Suecia, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, España, Venezuela, Colombia, Ecuador) en conmemoración de la celebración del Día del Peruano Residente en el Exterior, organizado por la Fundación Anna Lindh y patrocinado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú. En el denominado evento “Premiación de Reconocimiento a la Trayectoria y Méritos Peruanos Residentes en el Exterior”, el discurso diaspórico transnacional fue el elemento coordinante de las diásporas establecidas en el exterior, el cual se puede resumir en lo siguiente: Por primera vez en la historia, aquel “trozo de patria” que habita en el exterior se congrega para reafirmar su voluntad de peruanizar el mundo con sus acciones, aquellos embajadores invisibles de peruanidad que trasladan nuestro sabor criollo, el pisco sour, la marinera, el Cristo morado; aquellos que en cada corazón que late hay una blanca y roja que flamea en el mundo y recorre por sus venas nuestra historia bañada en mil combates desde Manco Cápac hasta los héroes de Tiwinza, son reconocidos e impulsados para construir la nueva patria con potenciales admirables, llamados en el silencio “Orgullo Peruano 2008”. Héctor Villacrez, nacido en Chachapoyas y radicado en Estocolmo (Suecia). Desde la segunda mitad del siglo XX los peruanos han migrado por todo el mundo: Alemania, Argelia, Argentina, Australia, Austria, Bahamas, Bélgica, Belice, Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Brunei, Bulgaria, Canadá, Chile, China, Chipre, Colombia, Corea, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Eslovaquia, España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Guatemala, Honduras, India, Indonesia, Israel, Italia, Japón, Luxemburgo, México, Nicaragua, Nueva Zelandia, Panamá, Paraguay, Polonia, Puerto Rico, Reino Unido, República Checa, República Dominicana, Rusia, Serbia y Montenegro, Singapur, Sudáfrica, Suecia, Suiza, Uruguay y Venezuela. La migración peruana se caracteriza por la dispersión en varios continentes y la creación de redes y lazos entre los muchos países y ciudades que habitan. Redes sociales: ser peruano en la diáspora Las redes sociales son formas de interacción social, espacios sociales de convivencia y conectividad. Se definen fundamentalmente por los intercambios dinámicos entre los sujetos que las forman. Las redes son sistemas abiertos y horizontales, y aglutinan a conjuntos de personas que se identifican con las mismas necesidades y problemáticas (Redes. Una aproximación al concepto, Marta Rizo García). Por tanto, se erigen como una forma de organización social que permite a los inmigrantes potenciar sus recursos y contribuir a la resolución de sus problemas. Actualmente el estudio ha registrado 1.395 redes sociales peruanas en 57 países donde residen peruanos. El elemento denominador en la diáspora peruana es la formación de redes sociales. El patrimonio cultural de los peruanos en el exterior se refleja en la identidad músico-cultural-gastronómica, en la memoria colectiva de los peruanos que viven en la diáspora, y se refleja en los espacios ambivalentes que ocupan los inmigrantes peruanos, cuya lealtad nacional hacia la comida peruana, la música criolla, el vals peruano, la música andina y la literatura peruana, se encuentra dividida entre el Perú y el país de residencia. Estas lealtades transnacionales se expresan en la nostalgia nacional, el recuerdo del barrio, los mitos mágico-religiosos, el culto al Cristo morado, la comida criolla y las jaranas de antaño. Estas redes sociales se cristalizan creando un espacio en donde los inmigrantes peruanos despliegan sus capacidades políticas, culturales, sociales y económicas, con la finalidad de tener una mayor inclusión y autonomía en la sociedad receptora. Los enclaves socioculturales nos permiten comprender los mecanismos de reproducción social de la identidad en el entorno de los inmigrados. Es decir, la identidad colectiva se mantiene en los enclaves a partir de formas de organización grupal que generan empatía entre los actores, creando lazos y compromisos sociales recíprocos al interior de la solidaridad mecánica; generando a su vez diferenciación social hacia el exterior. Esto permite que se definan las fronteras grupales o limites simbólicos de la acción social colectivamente reconocida. La diáspora peruana reafirma el concepto de peruanidad reincorporando en la tradición cultural un elemento de nostalgia de identidad colectiva, incorporando lo andino, lo afroperuano, las tradiciones religiosas de la colonia, la gastronomía peruana, la tradición africana, la tradición china-cantonesa, como la tradición española y occidental. La revalorización de las tradiciones culturales retroalimenta la construcción de peruanidad como identidad de la diáspora. Esto se visualiza claramente en los estereotipos: ser “indio”, ser “cholo”, ser “blanco”, ser “negro”, ser “mestizo”, son estereotipos propios de la sociedad peruana que se diluyen; y lo mestizo se convierte realmente en una etiqueta cultural. La peruanidad como identidad colectiva se revaloriza y se convierte en un híbrido: el ser peruano en la diáspora. Nuestro estudio ha registrado 1.395 asociaciones de peruanos en el mundo, entre ellas asociaciones religiosas, regionales, étnicas departamentales, deportivas, culturales, profesionales, agrupaciones políticas, folklóricas (música andina, música criolla, música afroperuana y música chicha) y cámaras de comercio. Los flujos migratorios de la comunidad peruana se caracterizan por la configuración de redes sociales, así como actividades y patrones que vinculan la sociedad de origen con la receptora. El transnacionalismo es uno de estos marcos, herederos de la globalización, que nos permiten explicar las características de la redefinición del concepto peruanidad en el entorno de la globalización de la cultura y el concepto de la diáspora peruana como el espacio social trasnacional, que refleja el espacio ambivalente que ocupan los inmigrantes peruanos como minoría cultural y cuyas lealtades nacionales están divididas entre el país de origen y el país de destino y residencia. Y es la continuidad del vínculo con el lugar de origen lo que caracteriza a una diáspora, aunque este lugar sea imaginario, real y muchas veces místico, puesto que dota a los miembros de una comunidad dispersa en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades, con un punto de arraigo identitario —música, cultura, las variedades lingüísticas del castellano en el Perú, la gastronomía peruana— y a la vez lo distingue de otros grupos de inmigrantes. Bibliografía • BERG, Ulla D. y Karsten PAERREGAARD. El Quinto Suyo: transnacionalidad y formaciones diaspóricas en la migración peruana. Texas, Estados Unidos, 2003. Panel organizado por la Latín American Studies Association (LASA). • DEWIND, Josh, Charles HIRSCHMAN y Philip KASINITZ, and Eds. The Handbook of International Migration: The American Experience. New York: Russell Sage Foundation, 1999. (Winner of the American Sociological Association’s 2000 Thomas and Znaniecki Award for the best book in the field of international migration. Revised papers from the conference becoming American/America Becoming, providing a comprehensive overview of the field of U.S. immigration studies). • DUFOIX, Sephane. Diásporas. Trad. William Rodarmor. Berkeley: University of California Press, 2008. • GOLUBOV, Nattie. Algunas reflexiones sobre la diáspora. Centro de Investigaciones sobre América del Norte. Ponencia presentada en el Coloquio Internacional “Políticas de frontera. Cartografías geopolíticas y culturales”. 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Essays and Criticism 1981-1991, Londres; Grante Books, 1991. 9-21. ** Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara yeshayahu17@hotmail.com Escritor e investigador peruano (1955). Bachiller en sociología egresado de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (UIGV, http://www.uigv.edu.pe, 1979) y agente de aduanas egresado de la Escuela de Aduana del Perú (1980). Fue miembro fundador del Taller de Investigaciones Socioeconómicas. En 1982 viajó a Estados Unidos a continuar sus estudios de especialización en Estudios Latinoamericanos y del Caribe en Hunter College (CUNY, Nueva York, http://www.hunter.cuny.edu). Fue fundador del Grupo de Apoyo al Perú y director de la revista El Informativo. Realizó su internado profesional en Central American Refugee Center (Carecen, http://www.carecen-la.org), organización legal que ofrece servicios de inmigración a los refugiados y comunidad centroamericana. Publicó el “master for exhibit” A Decade of Violence in Peru (1996, con la colaboración de Patrick Young, abogado y director legal de Carecen; publicado por el Centro de Documentación del Servicio de Inmigración y Naturalización, INS). Ha colaborado con los semanarios Hispanoamérica y Nueva América, en Long Island, e Impacto, en Nueva York. En 1997 trabajó para Safe Horizon (http://www.safehorizon.org), una organización sin fines de lucro, como consejero de inmigración. Fue admitido por el Comité de Apelaciones de Nueva York como representante legal (BIA Accredited). En junio de 2001 ingresó a Inmigration Academy, Glenco, Georgia, de la que egresó como oficial de inmigración, ejerciendo después para el Departamento de Inmigración y Naturalización (http://www.uscis.gov) y para el Departamento de Seguridad Interior (DHS, http://www.dhs.gov). ||||||||||||||||||||||||||||||| LETRAS |||||||||||||||||||||||||||||| *** Viejos años del bolero William Guaregua *** Parejas de hoy Gaspar Jover Polo *** El avión negro y otros poemas (extractos) Esteban Moore *** Escalón 26 Elsy Santillán Flor *** Diario de estaciones (extractos) Marco Minguillo *** Consecuencias de una omisión inadvertida Milly Epstein Jannai *** Textos Nohemí Hinojosa Rivera *** La invasión Juan Manuel Parada *** Poemas Paula Álvarez *** Humor de sentido Orlando Mazeyra Guillén *** Poemas Bianca Garzón Ardila *** Mi primo y yo Delfina Acosta *** Poemas Ingrid Odgers *** La verdad sobre Carlitos Javier E. Núñez *** Poemas Jairo Araya Barrantes *** Felipe y el gato... contra el perro María Celeste Vargas Martínez === Viejos años del bolero William Guaregua ========================== El bolero es una especie en extinción. Su aparente camino es desaparecer con las últimas generaciones que lo vivieron, lo sufrieron, lo disfrutaron y lo bailaron en la emoción del amor o del despecho a flor de piel. Con aquellos que lo escucharon desde una iluminada rockola, la cual era el objeto más brillante de los salones oscuros, bebiendo en solitario o acompañado de un amigo o de alguien dispuesto a cobrar su tarifada cercanía. Al bolero también lo está matando el peligro de las calles, la falta de cantantes que realmente lo vivan o así lo hagan sentir en sus voces y la música fast-food que a diario suena por la radio. Como la memoria falla con el tiempo he escrito estos textos para recordarme en el futuro los viejos años del bolero. I Duras las lágrimas que pasan hacia dentro de mis ojos, un par de gotas que caen en la profundidad del tanque vacío de mi corazón, donde un eco doble resuena en el espacio abierto entre dos canciones del long play, hasta que vuelve a comenzar otro golpe sutil de la muerte llamado bolero. II Curva la copa que me embriaga, curvo el espacio que la colma, curvo este dolor sagrado, curva la deseada geometría que entregabas sin freno y sin recato, curvas mis manos vacías que hoy te buscan en el espacio vacío que existe hoy aquí, a mi lado. III Bolero, canción desgarrada y disuelta en la copa de tinto despecho, herida abierta donde el dolor se amansa y reposa en la barra del bar, música en la penumbra de mis nublados ojos, pas de deux imaginado, perdido en el soliloquio de mi voz interna que resuena en la caverna de mis desvariados pensamientos. Así como yo lo siento lo siente el que está cantando desde ese otro lado del tiempo guardado en el acetato. Flujo de alcohol que desata un llanto que nadie mira, una pasión que respira un aire de condenados por perder toda la suerte de tener al ser amado. IV Amigo que cantas mis penas como si fuesen las tuyas en letras donde desangran palabras de dulce amargura. Tito, Marini o Contreras, cada voz como ninguna para acompañar el trago que sorbo a sorbo me tortura. Solís, Jaramillo, Santos, compañeros de mi aciaga fortuna, brindo por todos ustedes y por ella, aunque sea el efecto y la causa de mis nuevas desventuras. V Rockola que batallas contra la fuerza de gravedad de mi etílico desequilibrio y alumbras de multiplicadas luces la oscuridad de mi momentum, no te detengas ni un instante que el silencio es el peor de los castigos y si bien no me consuelan las voces de estos amigos que cantan desde otro tiempo, es preferible saber que otros mortales pudieron sentir lo que ahora siento por mujeres que sellaron su corazón para ellos, como tú lo hiciste ayer dejándome sólo los recuerdos. VI Saco tu foto de mi billetera para pagar mis deudas de sufrimiento, miro tu rostro sonriente y unos ojos que parecen sentir un placer inmenso al ver el estado en que me encuentro, desmoronado y desecho, una piltrafa de ser, sólo la sombra de mi cuerpo. Guardo el retrato nuevamente pero sé que volveré a verlo antes que acabe el bolero como un ejercicio gimnástico para fortalecer mi desespero. VII Nuestras almas se sostienen una contra la otra para no caer tan rápido en el abismo creado por el incesante giro de nuestra danza, un espiral infinito y vacío porque este cuerpo que se entrelaza en brazos y piernas contra el mío, de sexos apartados por sociales vestimentas, no es el tuyo, es tan sólo una tarifa, un billete de inútil consuelo que pasará como la noche, pasará como pasan los sueños. VIII Por el lado oscuro de tu corazón que impulsa cada gota de rencor en un río interminable y con el tiempo detenido, porque sin ti no tiene sentido vivir como hasta ahora lo he hecho y para ti soy sólo un desecho que se pierde entre la nada, una sombra diluida en una noche nublada y sin estrellas, sobre mí quedan tus huellas como si fuese un camino de un viajante sin destino que vaga por los espacios, vacío y desconsolado, huérfano de tu cariño que alimentaba mi ser, daría la vida por ver tu imagen entrar por la puerta de esta habitación ya desierta y donde nunca llega el olvido. IX Mira mis manos que se agrietan en el desierto de tu ausencia, muero de sed con el recuerdo de la humedad de tus labios, fuente inagotable de tus besos acoplados a los míos en insaciables movimientos de caricia lubricada que absorbe y fluye en lengua y labio, en profundidad y en superficie, en la química de los mezclados alientos cuya reacción se expande por la piel y por el aire, por el tiempo que lo llevo en mi memoria como retrato colgado en la pared de mis más lúcidas nostalgias. X Quiero volver a amanecer en ti, como si fuese parte de tu cuerpo, sin un espacio entre los dos que no lo anule el deseo. Quiero escuchar el latido de mi corazón en tus adentros, ritmo de pasión y sangre, de sudor y sexo. Quiero guardarte en el tema de un bolero, como un tesoro escondido en la arena de mis recuerdos, para que nunca te olvide aunque te marches tan lejos. ** William Guaregua waguaregua@cantv.net Poeta y narrador venezolano (Barcelona, Anzoátegui, 1962). Ingeniero egresado de la Universidad de Oriente (UDO, http://www.udo.edu.ve), donde fundó el suplemento literario estudiantil El Mástil Roto (1986-1988). Dirigió por dos años (1997-1999) el suplemento cultural Fragua, del diario El Oriental (http://www.elorientalonline.com), de Maturín (Monagas). Ha publicado los libros de poesía Sólo piel intensa (1990, Editorial La Espada Rota), Cotidianas (1992, Departamento de Tecnología Educativa UDO-Anzoátegui), De tanto andar en solitario (1999, Fumcultura) y Pentagrama (2003, Litolila). Ha colaborado con diversas publicaciones periódicas, incluyendo la Revista Nacional de Cultura y ha escrito para diversas exposiciones de artistas plásticos de Venezuela. === Parejas de hoy Gaspar Jover Polo ================================= Un suceso bastante extraño tuvo lugar en la sala de profesores del instituto “Manuel Caballero” un día ya cercano al final de curso y cuando todo parecía discurrir sobre ruedas de cara a los últimos exámenes. Tomás, el profesor de matemáticas, estaba sentado en uno de los sillones que quedaban alrededor de la larga mesa del centro; Ana, una compañera de trabajo, parecía inmersa en la corrección de exámenes con los codos sobre la gran tabla en cuya superficie aparecían sin mucho orden algunos periódicos, algún libro y un montoncito de papeles. Lo que sucedió fue que la muchacha, Ana, se levantó de pronto de su silla, se dio la vuelta y se dirigió hacia Tomás con mucha resolución. También con desenvoltura se sentó sobre las rodillas del profesor de matemáticas y, sin ninguna explicación por su parte, se abrazó muy cariñosa a la cintura del hombre al mismo tiempo que le decía en voz baja y al oído: “Me gustaría seguir así para siempre; me gustaría que esto durara siempre”. Y como eran los únicos ocupantes de la sala en ese momento, aunque la puerta estuviera abierta, nadie los podía ver. Fue un desplazamiento tan sin aviso, la decisión de la muchacha fue tan repentina, que el profesor no tuvo tiempo de reaccionar para decirle que no o para rechazarla. Menos aun para apartarse a tiempo. Ningún beso, ningún movimiento más o menos brusco; sólo una sostenida emoción y un desahogo de la intimidad por parte de la compañera de trabajo; sólo un roce de la mejilla ardiente aunque de piel muy tersa además de la frase. Modulaciones de voz como en un quejido con ese “me gustaría seguir siempre así” y, luego, el expresivo silencio y el hondo palpitar del pecho. Tomás se volvió mudo por la sorpresa y, sólo después de un segundo largo, pudo decir que podían entrar en cualquier momento otros compañeros o alguno de los conserjes. La verdad es que podía acercarse hasta la puerta de la sala un alumno y preguntar por alguien o por algo pues eso es lo más natural del mundo en un instituto. El profesor pensó también en qué le podía haber pasado a la chica. En su opinión y en la del resto del claustro, Ana aparecía como una muchacha corriente, como una compañera formal y trabajadora; no destacaba en ningún sentido: era algo flacucha de aspecto y más bien tímida que extrovertida. Y, por todas esas razones, su inesperada determinación le había pillado completamente desprevenido al profesor. Ana trabajaba como profesora de griego y Tomás daba clases de matemáticas en el mismo centro escolar. Ana tenía el pelo negro, muy negro, tanto que destacaba por su brillo natural cuando le daba la luz de frente. Tenía el cargo de forma interina y prácticamente acababa de llegar a la enseñanza; estaba en su primer año en el “Manuel Caballero”. Tomás, por el contrario, llevaba el pelo afeitado. No era calvo en realidad sino que prefería tener la cabeza despejada por una razón de puro gusto estético. El afeitado le daba un aspecto serio a primera vista, pero su carácter era en el fondo amable e incluso chistoso cuando le llegaba la inspiración; tenía un humor absurdo en apariencia que, si se pensaban bien, podía calificarse de muy racional. Estaba casado; era padre de dos hijos y todos los compañeros conocían su situación familiar y habían tratado personalmente a su mujer y a sus hijos en numerosas ocasiones. Ana solía decir a sus amigos y a sus familiares que lo que más le llamaba la atención en un hombre era el buen humor, pero, claro, de ahí a demostrar su predilección dentro del edificio y en horas de trabajo mediaba un mundo de distancia. Los dos habían mantenido a lo largo del curso una relación que se podía calificar de puro compañerismo aunque se llevaran bastante bien. Ana podía haber tomado demasiado en serio aquella vez en que él se prestó para acompañarla a casa después de una comida con los compañeros del claustro. O el hecho de que, siempre que se cruzaban por los pasillos, se quedaran mirándose con mayor atención de lo que parecía normal. Ana era forastera y Tomás, por el contrario, hijo del pueblo. El profesor de matemáticas había estudiado el bachillerato en ese mismo centro y se había pasado toda la vida en el “Manuel Caballero” si se puede decir así. El caso de la comida entre los compañeros del claustro que Ana pudo mal interpretar fue más o menos el siguiente: pocos días antes de las vacaciones de Navidad, se celebró, como en tantas otras empresas, una comida de profesores en un restaurante del centro del pueblo. Ana se desplazó hasta el sitio elegido a pie porque hacía muy buen mediodía, pero, como la distancia era larga desde el piso donde vivía en régimen de alquiler, el compañero de matemáticas se prestó para devolverla en coche. Y esa fue precisamente la única ocasión en que mantuvieron alguna intimidad, en la que estuvieron solos un buen rato, antes de la escena en la sala de profesores. Tomás tuvo, durante aquella comida de empresa, uno de sus días de mayor inspiración; estuvo muy ocurrente en todo momento, gracioso, un punto irreverente y, cuando se enteró de que la compañera de griego vivía más o menos en su barrio, pensó que sería buena idea evitarle la caminata. La tertulia durante la sobremesa discurrió sobre materias muy distintas de las que se daban en las clases. Ana creyó ver un pensamiento complejo y original en el profesor afeitado y, además, le gustaban sus ojos, que eran claros, profundos, transparentes, tanto que se podía mirar a través de ellos el interior de la persona. Él se había prestado a devolverla en auto, pero, de repente, todos se habían puesto de pie para dar por finalizada la celebración y Tomás había desaparecido sin despedirse. “Me ha dejado plantada”, pensó la profesora de griego mientras iba a por el abrigo. Cuando ya se habían puesto de pie y se disponían a salir del restaurante, Tomás volvió a aparecer pues no había abandonado el local sino que solamente había ido a por tabaco hasta la máquina expendedora. Había una mampara de plástico antes de llegar a la puerta de la calle, una especie de recibidor en el que se encontraba la máquina del tabaco. Otro detalle que a Ana le pareció muy curioso fue que el profesor de matemáticas tenía aparcado el coche bastante lejos del restaurante y en la dirección contraria a donde ambos vivían, tanto que casi hubiera sido preferible volver a pie pues hubieran tardado lo mismo. La distancia a pie fue larga hasta el coche, pero a ella le pareció corta porque Tomás se mostró tan animado o más que dentro del local y porque la conversación no cesó en ningún tramo de la caminata por el centro del pueblo. Parecía surgir cada frase de forma espontánea y, además, los dos estaban de acuerdo en casi todos los puntos. Ana podía recordar, de manera particular, el gran número de pasos sobre elevados que tuvieron que salvar cuando tomaron el automóvil y que uno en especial casi les hizo tocar con los bajos del auto. A ella se le ocurrió decir que era el paso más abrupto que había visto en su vida, y recordaba también que esa palabra, “abrupto”, le pareció fuera de contexto y un poco cursi nada más pronunciarla. “Eso es porque llevas poco tiempo aquí; si siguieras el curso que viene —le comentó Tomás—, descubrirías otros pasos más altos y más anchos que son un suplicio corriente”. La conversación no decayó durante el paseo por las calles estrechas y tampoco durante el tramo que recorrieron en automóvil. Era evidente que sintonizaban y, desde ese momento, resultó esperable y predecible para ambos que, a lo largo del curso, se dirigieran la palabra otras veces y que la conversación entre ellos resultara fluida. Esa conversación un tanto especial del día la comida fue lo único que pasó entre los dos profesores en el primer trimestre, pero Ana se sentía herida en su amor propio cada vez que Tomás no le prestaba una especial atención cuando se cruzaban por los pasillos. Se sentía un tanto frustrada porque ella esperaba otra cosa o más cosas. Tomás no podía dejar de tratarla con amabilidad; esa era su forma de ser con todo el mundo; pero de ahí a pensar que pudieran saltarse, ya en el último trimestre, todos los formalismos y los reglamentos, mediaba un abismo. Tomás no hablaba de su casa ni de su mujer cuando Ana le dirigía la palabra por los pasillos del instituto. Sí lo hacía cuando se juntaba el grupo de los compañeros y alguien, otro profesor, le preguntaba por Laura y por sus dos muchachos varones. Ana cayó en la cuenta de que las preguntas habituales en el grupo eran siempre las mismas, sobre qué estaban estudiando los hijos de Tomás y sobre si ya tenían novia. La verdad es que ella quería mucho al compañero de matemáticas a pesar de que pareciese feliz con su situación de casado, y, sin poderlo evitar, imaginaba proyectos. Le encontraba una personalidad diferente, insurgente, inexpugnable; sí, de acuerdo, pero eso no parecía motivo suficiente para ponerse en peligro y para echar por tierra la reputación de los dos. Ella caía a menudo en la contradicción y había llegado a un punto en que la tristeza la invadía sin venir a cuento y en que sólo se animaba cuando lo veía aparecer por el otro extremo del pasillo, cuando lo notaba entrar en la sala y, más que nada, cuando él se mostraba amable y le dirigía la palabra con acento cariñoso. Si él no le prestaba una especial atención, ella se hundía más en el desasosiego y sentía que su herida se hacía más y más honda. Al profesor de matemáticas se le ocurrió decir: “No comprendes que nos pueden sorprender”; pero Ana no le hizo caso y siguió sentada encima del compañero sin cambiar mínimamente de postura. Tomás comenzaba a sentir con fuerza el aroma de la abundante cabellera negra y el contacto agradable de la mejilla más bien pálida, de un blanco marfileño en contraste fiero con el cabello negro del todo. El abrazo era estable, la situación no avanzaba ni retrocedía, y el hombre se encontraba más preocupado que desconcertado después de la primera reacción de asombro. Ana olía bien; pesaba poco; su postura era dulce y tierna. Tuvo que rodearla con un brazo porque esa era la respuesta física natural. Le pareció ridículo seguir con los brazos abiertos mientras ella se le apretaba. Siguió protestando verbalmente por lo embarazoso de la situación mientras rodeaba por la espalda a la interina aunque sin apretar mucho. Habían pasado ya más de veinte segundos, más de treinta, por lo que se podía decir que habían tenido una gran suerte. El centro estaba en plena jornada laboral y, cuando tocara la sirena que daba fin a la hora de clase, docenas de profesores comenzarían a deambular por los pasillos y centenares de estudiantes abandonarían las aulas camino del patio y del bocadillo. Y mucho antes de que sonara el timbre, el profesor de guardia regresaría a la sala en la que estaba ubicada la única máquina de café. Ella tenía la cabellera negra y bienoliente, el cuerpo delgado, liviano, tibio. Tomás recordó la única frase de Ana, la que le acababa de susurrar al oído —“me gustaría seguir así para siempre”— y la consideró como una verdadera declaración de intenciones. Le entró miedo de repente y con una velocidad de vértigo se decidió a reaccionar para zafarse del compromiso. Pensó que ya había demostrado suficiente paciencia con la interina. Tenía que hacer algo y hacerlo pronto con el fin de librarse del abrazo. Le habló también al oído por entre las negras hebras del pelo hasta conseguir que ella se moviera. Ana se incorporó, luego se levantó, salió de la gran sala y se fue andando por el pasillo camino de los aseos de profesores como si la confidencia del hombre amado la hubiera llenado por completo de tranquilidad. En apariencia la situación acababa de dar un giro importante, transcendente, toda una revolución. Ella se había levantado voluntariamente y lo había liberado. Tomás estaba solo por fin, pero, para lograr el objetivo urgente, había tenido que claudicar en algún punto, que ceder en parte para llegar a un pacto y para ganar tiempo. Tuvo que dejarse ir un poco en sus principios con el fin de librarse de la imperiosa ternura que amenazaba con hundir su reputación. ** Gaspar Jover Polo joverpolo@hotmail.com Escritor español (Alicante, 1961). Profesor de lengua y literatura. Cuentos suyos han aparecido en revistas digitales y en publicaciones impresas de su provincia. Tiene inéditas, también, varias novelas. === El avión negro y otros poemas (extractos) Esteban Moore ========== El avión negro y otros poemas Esteban Moore Papeltinta Ediciones Buenos Aires, 2007 Edición auspiciada por el Fondo Metropolitano de las Artes y las Ciencias *** Viejos papeles Un sábado por la tarde dedicado a la limpieza de la baulera a poner en orden trastos viejos descubrí entre unas cajas de cartón un paquete envuelto en papel madera atado con grueso hilo de cáñamo oscurecido -----empolvado por el tiempo Al abrirlo encontré algunas cartas de mi abuela —recetas de cocina facturas amarillentas de comercios que ya no existen prospectos médicos recortes de diarios —principalmente de la página de avisos fúnebres —estampitas de santos [entre otros tantos registros de su ordenado universo doméstico] y varios cuadernos correspondientes a sus últimos años de vida en los que anotó en prolijas columnas sus gastos —semana a semana en el mercado —la panadería —el pago del periódico las cuentas de medicamentos —del pedicuro —del oculista —de sus médicos También estaban asentadas las sumas que donaba regularmente a la parroquia de San Patricio a estas entradas les sigue la leyenda: “le dejé una botella de whisky al párroco” y el precio correspondiente de compra Testimonio fáctico de una estrategia personal para ganarse un lugar en el cielo *** La fotografía El marco de plata trabajada de unos 14 x 10 cm estuvo olvidado dentro de un sobre en uno de los cajones de un mueble vaya a saber cuántos años Hasta que un día fue descubierto por una de mis hijas quien sacó de él una vieja fotografía lo limpió —le dio brillo y lo utilizó para colocar la foto de su novio —ya no recuerdo cuál— Esa fotografía antigua —de color sepia de una mujer joven y una niña con largos vestidos —abrigos con cuellos de piel sombreros —de fines del XIX o muy de principios del XX botines acordonados —tacos casi imperceptibles anduvo dando vueltas por la casa —habitó rincones sin luz No sé quién volvió a encontrarla y la dejó sobre la mesa del comedor entre un montón de papeles Una tarde de domingo con lluvia decidí poner orden y archivarlos entonces llegó mi turno de enfrentarme con esa imagen la miré detenidamente -----me inquietó la adustez de los rostros la tristeza en sus miradas En el reverso mi abuela había escrito /era su letra no había dudas/ en tinta negra y con pluma fuente “Tiíta Flo y Helen Kathleen, quien murió de fiebre escarlatina, a los once años de edad, en St Cloud, París” (Aunty Flo & Helen Kathleen, who died when 11 years old, of scarlet fever, in St Cloud, Paris) Tenía también el sello algo borroneado del fotógrafo Gilbert Frères (peintres photographes) Quiénes eran esa mujer joven y esa niña retratadas en las afueras de París Qué hacía esa fotografía antigua entre los recuerdos familiares —ya desaparecida la generación de nuestros abuelos nunca llegaré a saberlo Quizás alguien en un suburbio dublinense o en algún pueblito en el condado de Longford tenga una vieja fotografía de una joven pareja sonriendo ante la cámara en un estudio fotográfico de Buenos Aires o en la rambla de Mar del Plata y se esté haciendo preguntas similares a las mías *** “Mirá eso, pronto no lo volverás a ver” El sol arde en los rastrojos de trigo rebota en la ruta ---------------forma espejismos en la distancia Estábamos saliendo de la curva anterior al cruce de la laguna la cupé se afirma decidida en la larga recta repentinamente mi padre comienza a bombear los frenos antes de clavarlos Las cintas chillaron en las campanas las gomas quemaron caucho y casi me golpeo contra el parabrisas cuando con un volantazo firme bajó a la banquina poceada casi gritando: “Mirá eso, pronto no lo volverás a ver...” Eran Martín Gálvez y Degregori —el viejo— como lo llamaba don Cancela reseros de oficio montados en caballos bien mantenidos —un colorado de troncos negros y un tobiano Arreaban por la cuneta una tropa de vacas gordas —30 y pico o quizás 40 —algunas machorras en el lote “Las llevan a lo de Cardoner... hoy —hay remate especial...” dijo mi padre al tiempo que levantaba su brazo para saludarlos luego de ser correspondido se calzó con firmeza el panamá de ala angosta acarició dos o tres veces con la punta de la bota gastada el acelerador de la Chrysler -----una baturé descapotable del 36 —6 en línea —con radiador de aceite y llantas de rayos---------------- que rugió ronca antes de morder nuevamente el concreto de la 205 Primera ----segunda —el bramido del motor flotaba puro en la mañana caliente tocó la palanca de cambios —punto muerto —aceleró en vacío —antes de enganchar la directa me da un golpe de vista y comenta satisfecho que estaba tirando los cambios sin usar el embrague clava los ojos en el cemento y el cielo de nuestro horizonte inmediato... .......y nos perdemos hacia el futuro *** Chacareros Han caminado entre los surcos observando con detenimiento —la floración del maíz Uno de ellos escarba la tierra con sus manos y se dice en voz alta “le está haciendo falta agua” El tendido manto verde que se hamaca suave en la brisa tibia absorbe --- se traga sus palabras El otro toma con los dedos —pulgar e índice— su gorra de la visera y la eleva a manera de pantalla— sobre la cabeza enfrentando al sol —mira el cielo —el horizonte “ni una nube, si no cambia el viento —hoy no lloverá” murmura Luego salen del potrero sembrado se acercan a un molino donde dejaron la camioneta —una vieja Ford —desteñido su rojo original por soles y heladas Se apoyan sobre uno de sus lados —se hacen silencio sus ojos estáticos —fijos —parecen vigilar el maizal Cada tanto emiten una frase —cada tanto callan Si alguien los hubiera visto habría imaginado que estaban conversando amablemente --- pero no — no hablan entre ellos sus expresiones — que incluyen las palabras seca —tormenta —granizo —desgracia —pérdida —destino también costos —deudas —crédito —banco— no se sabe a quién están dirigidas quizás a los elementos o al mismísimo universo Estos hombres en su templada —serena —desesperación recuerdan a ese jugador que después del no va más del croupier les ruega en secreta confidencia ----con un —ya apagado fervor---- les pide cosas -------a los números ---------los colores /----las docenas *** El avión negro Es asombroso cómo en ocasiones el color de un objeto cualquiera —un sonido —la estela de perfume que deja una mujer —alguna palabra —el estribillo de una canción o la transparente y cálida luz de esta mañana de septiembre —por ejemplo gatillan en la arbitraria superficie de la memoria hechos-acontecimientos ---tendidos en el olvido Hoy el aroma del césped recién cortado de un jardincito mezclándose con el olor a combustible mal quemado de los automóviles detenidos en el semáforo de la avenida me devolvió imágenes de la infancia en Lobos de una tarde en particular —en el bar de Ferraresi un local con mucha madera —en el edificio de la Sociedad Italiana Allí me llevaba mi abuelo al término de los remates de hacienda en la Feria de Cardoner me hacía sentar en una mesa frente a las carameleras y a cambio de buenos modales —estarse quieto y mucho silencio— me dejaba pedir toda la Bidú y el helado que pudiera consumir Él ocupaba su lugar en la mesa acostumbrada en el centro del salón compartida habitualmente con don Antonio —don Arturo —don Jorge todos dones a quienes atendía el patrón del bar siempre y en todo momento— el Señor Ferraresi que —entre pedido y pedido —llevaba cuentas interminables en una libreta de tapas de hule negro semioculto detrás de botellas de whisky —gin— y licores expuestas en un extremo de la barra Fue allí donde por primera vez escuché hablar del avión negro ---Sí ----fue ahí-----podría jurarlo Era verano —las ventanas estaban abiertas y las persianas entrecerradas filtraban los restos de un sol agobiante Los Magnetti Marelli de techo con el lento giro de sus grandes aspas removían el aire caliente —el humo de los cigarros —de los cigarrillos Eso creo ............ o así creo creer No puedo precisar quién se refirió a él mucho menos explicar por qué esa imagen quedó grabada en mi mente Lo cierto es que —como tantos otros— repentinamente desarrollé un apresurado interés por los aviones en vuelo A partir de ese momento —sin importar dónde estuviéramos en el aula —en el patio de la escuela —o en la libertad de la llanura cada vez que oíamos el sonido de motores en el firmamento hallábamos el modo de rastrillar el cielo con la mirada tratando de definir el color de las lejanas aeronaves Hoy a décadas de distancia mientras espero para cruzar una calle en una Buenos Aires —crecida —sucia —ruidosa el avión negro es ya un acontecimiento anecdótico pero es también esa pregunta nunca contestada acerca del color elegido Acaso con el paso del tiempo —no se transformaría en ese otro de vivos colores un avión de una aerolínea de bandera del que —un día de lluvia descendió el viejo general exiliado declarándose “un león herbívoro” Anécdotas de la historia en el país del tenemos de todo de la riqueza fabulosa el hogar de los mejores del mundo mezclándose con el sonido de las palabras ------graves —acusadoras— amenazantes de unos y otros ---------- propios y ajenos que en esta hermosa mañana de septiembre aún flotan en el aire —como lo hicieron aquel día bajo las grandes aspas de los ventiladores en el bar de Ferraresi Los boliches Lo de Apellio —La blanqueada —La porteña —lo de Valerga se cuentan entre los boliches —despacho de bebidas y almacén establecidos en la llanura tendida —abierta al horizonte /a los cuatro vientos que solían congregar los domingos y feriados a vecinos —forasteros —trabajadores de paso Esos días podían verse en sus inmediaciones vehículos de todo tipo y /tracción sulkys —carros —motos —autos —camionetas En los palenques frente al portal —el mejor de los espectáculos / caballos bien mantenidos /luciendo las mejores prendas de sus propietarios también algún parejero cubierto con su manta de color /y el morral puesto A los boliches los días domingo solían concurrir el peluquero vendedores de ropa a plazos y en ocasiones algún oftalmólogo quienes trataban de hacer su agosto mientras los parroquianos /se ejercitaban en la cancha de bochas /o en la mesa dispuesta para la partida de truco La conversación lenta y pausada se refería generalmente al tiempo /las tareas rurales / el estado de las cosechas /enfermedades —accidentes —hechos de sangre /domas /yerras /jineteadas eran también temas de preferencia El heroísmo el valor la audacia de algunos de los personajes de las [historias /que se narraban aumentaba en relación al vino o la ginebra consumida No había mucho más los domingos para estos hombres curtidos /por soles —tormentas —heladas —calores agobiantes quienes hacia el atardecer regresaban a sus casas a iniciar una nueva /semana de madrugones y jornadas de sol a sol con los animales los tractores las /máquinas /sin mayores quejas Hombres orgullosos del trabajo —la ocupación —el oficio su único bien ----la tarea realizada a conciencia *** Crónica de estos días “Eloí, Eloí, ¿lama sabachtani?”. Marcos 15, 34 Lo quebraron... las promesas olvidadas en las rojas alfombras de la casa de gobierno los músicos que les cantan a los funcionarios en los salones del poder las fingidoras que no le ponen ni un poco de corazón al beso a sus manos los que saben que el pasado es pasado noticia de ayer —sin embargo....... Lo quebraron... los sumisos que declaran no tener opciones salvo la propia conveniencia los discursos de los políticos/as que se imponen la noble tarea de guiarnos en pensamiento palabra y obra Lo quebraron aquellos/as que pretenden soñar nuestros días nuestras noches aquellos/as que luego de cada cambio de gobierno ajustan sus principios /a los tiempos que vendrán aquellos/as que por unos pesos —un puestito en la administración pública /descubren nuevas —ardientes lealtades aquellos/as que con ignorante soberbia desde la pantalla televisiva opinan /opinan-------------------opinan no escuchan a Lao Tsé quien se refirió a ellos / hace ya más de veinticinco siglos Lo quebraron... las divas los famosos los artistas que por mucho menos de treinta monedas degradados talentos— devaluado metal dan fe pública de consignas —productos —empresas Lo quebraron... la utopía de aquellos/as que no comprendieron la utopía —su falta de /compasión nada tiene que ver con el relato de Raphael Hythloday Lo quebraron... aquellos/as que no han entendido que perdonar nada tiene que ver /con el olvido a ellos/as Sam Hamill les diría: “Caritas, Caritas” por el amor de ningún /dios o partido Albert Camus [les susurraría al oído: “Ni víctimas ni verdugos” – [“Ni Victimes ni Bourreaux”] Lo quebraron... la desesperante angustia de comprender que sus deseos como los de tantos /nunca formarán expediente caerán en el abandono de las tinieblas del silencio... del polvo Ahora... el cuerpo rígido —descansa en la cama revuelta En la serenidad de la muerte nadie ya —ni dios —ni hombre podrán causarle dolor alguno In memoriam Alejandro Javier, a quien le disgustaba que lo llamaran Bocha. ** Esteban Moore estebanmoore@ciudad.com.ar Poeta, traductor y periodista argentino (Buenos Aires, 1952). Ha publicado los poemarios La noche en llamas (1982), Providencia terrenal (1983), Con Bogey en Casablanca (1987), Poemas 1982-1987 (1988), Tiempos que van (1994), Partes mínimas (1999) e Instantáneas de fin de siglo (Montevideo, Uruguay, 1999) y Partes mínimas y otros poemas (Mar del Plata, 1999). Ha dado a conocer traducciones de Charles Bukowsky, Raymond Carver, Lawrence Ferlinghetti, Allen Ginsberg, Gregory Corso, Gary Snyder, Bill Berkson, Anne Waldman, Andrei Codrescu y Seamus Heaney, entre otros. En 1996, la Unesco publicó sus traducciones de Lawrence Ferlinghetti, América desierta y otros poemas (Ediciones Graffiti/Unesco, Montevideo). En 1990 realizó un proyecto de traducción en la escuela de poesía The Jack Kerouac School of Disembodied Poetics, fundada por Allen Ginsberg. Ha participado de diversos festivales en su país, en Rosario y Buenos Aires, en los de Montevideo (1993) y Medellín (1995). Colabora con publicaciones de su país y del extranjero. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, italiano, alemán y portugués e incluida en diversas antologías. === Escalón 26 Elsy Santillán Flor =================================== Carola abandonó la oficina como lo hacía cada tarde y a la hora cero. La abandonó tranquilamente, como si se tratara de una funda de basura que se deja en el cesto o como un barco de papel echado a su suerte en el agua verdosa de una pileta citadina. Con su habitual mecanicidad pulsó el botón llamando al ascensor y mientras llegaba dio una mirada a su derredor. Aquellas paredes blanco-hueso —estúpidamente sucias—, las puertas caoba que encerraban objetos polvosos de marasmas y de odios; el hall que iba hasta las oficinas principales, en donde cierta vez ella misma se apasionó con un compañero infelizmente casado. Sí... ¡detestaba todo esto!, lo abo¬rrecía y lo despreciaba porque lo cir¬cundaban gruesas hebras de rutina y de mediocridad. Pensó que faltaban apenas cinco meses para jubilarse. Pensó que debían pasar veloces, porque simplemente ya no soportaba más. Tenía cuarenta y nueve años. Vivía en el trasfondo de una casa enclavada en la barriada pobre al pie de la montaña y para acceder a ella debía agarrar un autobús atestado de personas, tan desoladas como su propia alma. Creía que cuando fuera dueña de sus exclusivos espacio y tiempo, buscaría algo más humano; tendría un par de gatos y muchos recuerdos para coagularlos en la boca. Un ruido imperceptible por lo cotidiano le indicó que el ascensor llegaba y lo vio abrirse monótono y cansino frente a su nariz. Alguien venía en él, pero Carola no dio importancia alguna al hecho. Las puertas del ascensor se cerraron y ella al entrar miró al hombre que allí estaba: joven, desaliñado, barbudo. insignificante. Uno más del montón, uno más que podía pasar por un tipo desem¬pleado o como el hijo menor de gente rica en instantes de frustración. Y sin pretenderlo recordó que cuando tenía quince años su padre la envió donde un amigo con un mensaje escrito. El amigo de su padre vivía en una casa grande y tenía dos hijas que ami¬gaban con ella. Cuando se paró frente a la puerta de esa casa unos elocuentes alaridos golpearon sus tímpanos. Al entrar, vio a Carmen, la hija mayor pegándose frenética contra las paredes, con el pelo revuelto y en camisón de dormir. El padre trataba de detenerla pero no lo lograba del todo. Entonces, apareció Clara, la menor, quien consiguió ponerse frente a su hermana para propinarle varios golpes en el rostro, que a Carola asustaron aun más. Vio a Carmen tranquilizarse por completo de su frenesí y caer blandamente en brazos de su progenitor. La expresión que mostraban sus ojos era muy seme¬jante a la del muchacho que estaba junto a ella. Cuando Carola contó el suceso después, su propio padre había dicho-que la histeria era privilegio de unos pocos. Deshecho el pensamiento enérg¬icamente, pulsó el botón de PB y se arrimó a la pared izquierda del ascensor. El fastidio de saber que algo no encajaba en el sabor de la rutina se incrustó en su cerebro de inmediato. Miró a las puertas, a los costados, volvió a pulsar el botón de PB y nítidamente supo que el viejo ascensor se había trabado y las órdenes por su dedo impartidas no entraban en su memoria oxidada. Oprimió el botón de ABIERTO y las puertas obedecieron de inmediato. El daño no era mayor..., no habían quedado atrapados. Carola salió nuevamente al piso donde segundos antes había estado y encaminó sus pasos hasta las escaleras, sintiendo que estaba muy cansada y los nueve pisos que bajaría significaban un oscuro esfuerzo, no compatible con la remuneración adicional por horas extras. En aquellos minutos el hall se veía extraño —casi mágico— con el sol del atardecer bañando una parte de la alfombra, los teléfonos callados, el mostrador que dormía perezoso. Entonces se sintió misteriosa, como aquella vez en que fingiendo un trabajo urgente terminó haciendo el amor con aquel compañero casado en aquel hall y precisamente atrás del perezoso mostrador. Repentinamente volvió a sentirse utilizada, usada. Una aventura más en la lista del compañero de labores; un aceptar más en su larga cadena de sueños pésimamente fabricados. Atravesó el hall espantando a los recuerdos y abrió la puerta caoba que ocultaba a las escaleras. Las divisó silenciosas, frías, semioscuras. Carola empezó a bajar el primer tramo de ellas. Eran empinadas pero cómodas, revestidas de marmolina crema y verde. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho. Nueve, diez y luego serían diez más. Siempre que subía o bajaba gradas mentalmente las contaba. Tenía este defecto desde una vez en que había soñado que estaba ciega, carecía de lazarillo y no tenía quien la ayude a descender unas escaleras de piedra cubiertas de musgo que en su sueño era el camino único para llegar a donde un demonio bueno que poseía la facultad de devolver la vista con sólo pasar por sobre los párpados las yemas de los dedos. Un par de pisos abajo y se detuvo, porque le pareció escuchar algo más arriba. ¿Qué era? Aguzó el oído unos momentos pero todo estaba silencioso. Vio el reloj pulsera y supo que faltaban dos minutos para las seis. Descendió otro tramo de escaleras y el ruido llegó nítido —un gemido cortado de un tajo— y fue cuando lo recordó bruscamente... El hombre que vio en el ascensor, el hombre desgreñado y sucio que bajaba en él. Súbitamente regresó a ver hacia arriba. Nada aparecía en su campo visual que era un tanto limitado. Movió la cabeza, estaba loca o qué demonios. Continuó bajando. Apenas si le faltaban tres gradas para el rellano y siete pisos para la salida. Llegó a éste y percibió el gemido más cerca, pero lo peor fue que acababa de detectar el sonido de unos pasos que bajaban por la escalera. Volvió a mirar hacia arriba y como la vez anterior, tampoco distinguió nada. Se miró a sí misma. Su ropa no tenía nada de particular, no cargaba joyas finas y en su cartera apenas si tenía para comprar el pan y la leche de esa noche. Una respiración aguda le llegó esta vez y Carola percibió un mensaje de odio y de locura. El miedo la tenía atenazada al descansillo. No podía mover las piernas y correr. Pasó la lengua por sobre los resecos labios, mientras pensaba que nada ocurría, que todo estaba bien, que era su deber elevar un píe y luego otro para así tener opción de llegar abajo, a la puerta, ¡a la vida! Tambaleante empezó a mover las piernas. Primero la derecha, después la izquierda. Uno, dos escalones; gotitas de sudor aparecieron en sus sienes. Seis, siete, los escalones estaban sumidos en oscuridad, pues las lamparitas que en esa zona existían, traían quemados los focos. Catorce, quince, dieciséis. La respiración volvía a sentirse y un rápido descender de gradas en algún lugar arriba de la cabeza. Dieciocho, diecinueve, veinte, el rellano, pero en esa oscuridad casi no se orientaba aunque aguzaba la vista y tenuemente le parecía distinguir el comienzo... Sí. Eso era, ya empezaba a bajar de nuevo. Uno, dos, tres, y más abajo estaba iluminado o sólo era ilusión. Siete, ocho, nueve, sí había luz, y en aquel rellano su cara estaba lavada por el sudor, al igual que las manos, los sobacos, la espalda; y sus malditas piernas que se estaban volviendo otra vez torpes y la respiración ya no se oía, tan sólo el bajar de unos pasos horri¬blemente lóbregos, infinitamente certeros que parecían gritar: YA-FAL-TA-YA-FAL-TA-MUY-PO-CO-MUY-PO-CO-Y-TE-MA-TO-Y-TE-MA-TO. Sin aliento volvió a meterse en un nuevo tubo de escaleras; siempre tras suyo los pasos seguían en su interminable secuencia de mortuoria certeza. Carola desconocía dónde estaba. A tal punto era su miedo que no podía precisar si se encontraba en el área del segundo o del primer piso. Pero sí sabía que sus piernas nuevamente estaban entorpeciéndose porque a sus oídos llegaron pasos que bajaban a exactamente dos metros atrás. El pánico la atenazó pero su instinto de conservación fue mayor. Siguió bajando las gradas mientras sentía toda su piel erizada, mientras luchaba por conseguir ver, ya que sus ojos eran dos cuencas repletas de sudor y lágrimas. Nítidamente escuchó un sonido brusco, opaco. Supo que el hombre desaliñado blandía en el aire el arma con que la iba a matar. Seis, siete, ocho. Las escaleras continuaban hacia abajo y los pasos que la seguían semejaban oscuros tambores de la muerte. El rellano y Carola miró la escalera final que conducía a la salida. Fugazmente pensó que acabaría con ella por la espalda y casi se supo volando por sobre las escaleras con su cuerpo ensangrentado —tan vacío de amor y de ternura, tan inútilmente estropeado. Doce, trece, catorce escalones y aún faltaban por lo menos doce más. Su espalda casi era rozada por el arma que el hombre empuñaba. Carola sabía que ese hombre tenía sed de su sangre, sed infinita por destruir. Desesperada logró bajar más rápido. Dieciocho, diecinueve, veinte, veintiuno. Carola divisaba la salida, la tocaba, pero tuvo un segundo de coraje en el escalón veinticuatro. Se volvió para enfrentarse porque ya no tenía más fuerzas, porque siempre había desfallecido en los momentos peores, porque tenía derecho de ver el instante crucial en que sería asesinada y también porque deseaba ver al tipo, con sus ojos de locura, con su pelo largo y sucio, abatirse sobre su cuerpo de gelatina. Los ojos de Carola quedaron fijos en esa figura, en aquellas manos que sostenían una fosforera y un cigarrillo; en ese cinturón que hacía juego con el par de botas, en los jeans ajustadísimos, en la blusa corta, en toda esa espectacular mujer que al darse cuenta de que estaba siendo observada no pudo impedir que Carola viera sus lágrimas rodando por el rostro. Esa mujer la miró también y dando la primera absorción al cigarrillo pasó junto a Carola, dejando tras de sí una estela de humo y de perfume fuerte. Salió a la vereda y desapareció por la derecha, perdiéndose en la ciudad, confundiéndose en su anonimato. Carola —al borde de la locura— se sentó en ese escalón que era el número veinticuatro, esperando que el temblor que la dominaba pasara. Ya no pensaba, sólo tenía introducida en su mente la palabra equivocación y esta certeza la hizo sonreír un poco. Así se mantuvo por algunos minutos. Sonriendo a intervalos, pensando que lo confundió todo, que la bella mujer que lloraba por poco la mata del susto, que quién sería, que qué estaría haciendo en el edificio, posiblemente fue a visitar a otro señor casado o a un simple novio, que pudo haber cortado su relación de una forma brusca, que acaso era una persona que tenía otro tipo de conflicto, en fin, a ella no debería importarle nada. total no era ni sería nunca su problema. Decidió largarse de una buena vez. En algún lado de su cerebro se formó la sensación de sueño y de cansancio ago¬tadores. Dormir, dormir interminables horas a fin de conceder una tregua a su propia psiquis luego de haber experimentado el horror más genuino y más macabro. Empezó a levantarse. Lo hacía con pereza. Su cuerpo estaba lleno de un latido silencioso, amortiguado, pero ella ya no le hizo caso. Agarró su cartera con una mano y con la otra libre la pasó por sobre su cabeza para acomodarse el pelo, húmedo de sudor. Cuando rozó la nuca entrechocó sus dedos con el frío cuchillo que el tipo barbado y sucio guardaba en algún sitio para ella. Mientras rodaba hasta el escalón veintiséis y final, nebulosamente comprendió que jamás se había equivocado. ** Elsy Santillán Flor e.santillan@andinanet.net Escritora ecuatoriana (Quito, 1957). Abogada y doctora en Jurisprudencia. Ha publicado los libros de cuentos De mariposas, espejos y sueños (1987), De espantos y minucias (1992), Furtivas vibraciones olvidadas (1993) y Gotas de cera en la ceniza (1999), el poemario En las cuevas ajenas de la noche (1998) y el libro digital de narrativa infantil Las doce habitaciones de la magia (2002). Además textos suyos aparecen en los libros colectivos de cuento y poesía Deseábulos 1 y 2 (Red Cultural “Imaginar”, 1993 y 2003) y en las antologías Índice de la narrativa ecuatoriana (1992), Antología de narradoras ecuatorianas (Miguel Donoso Pareja, comp.; Libresa, 1997), Antología básica del cuento ecuatoriano (Eugenia Viteri, comp.; 5ª edición, 1998), Narradoras ecuatorianas de hoy, una antología crítica (Gloria da Cunha-Giabbai, comp.; Universidad de Puerto Rico, UPR, http://www.upr.edu; 2000) y Cuentan las mujeres (Cecilia Ansaldo Briones, comp.; Seix Barral-Planeta, 2001). Ha recibido el Primer Premio “Jorge Luis Borges” (Club Femenino de Cultura y Embajada Argentina, 1995) y el Primer Premio de la IV Bienal del Cuento Ecuatoriano “Pablo Palacio” (Centro de Difusión Cultural Cedic/Consejo Nacional de Cultura, 1997). Fue secretaria de la Sociedad Ecuatoriana de Escritores, Sede (1999-2002) y pertenece a varias entidades y organizaciones culturales. Colabora con revistas nacionales e internacionales. === Diario de estaciones (extractos) Marco Minguillo ================= Diario de estaciones Marco Minguillo Poesía Otradimensión Editores (http://www.belgeuse.org/publicaciones/verLibro.php?id_libro=192) Madrid (España), 2008 ISBN: 978-84-936650-0-5 *** Dos gotas de agua Marzo es un gorrión revoloteando Un charco de lluvia Una niña jugando Abril es una bicicleta tendida en la hierba Un libro expeliendo aroma en la terraza Una intensa noche de amor arañando el alba Esto es el tiempo Como un río fluyendo, fluyendo Y yo Nadando, nadando Como un pez o una tortuga Pero siempre nadando, nadando A veces Me dejo arrastrar a las profundidades Estrellándome contra las piedras Contra las rocas filudas Sangrando Haciéndome jirones Y el tiempo, como un río fluyendo, fluyendo Marzo, Abril Dos gotas de agua Salpicando La aurora *** Aroma de leña El aroma de la leña Despierta en mí fogonazos En forma de álamos Cerros desolados Rostros emocionalmente cercanos Son milésimas de segundos Que como flechas surcan velozmente El tiempo, los recuerdos El viento, el aroma, imágenes revoloteando Voces creciendo en una esquina de barrio Un sol haciéndose playa, un niño caminando Un nido de palomas, una banca, un río La leña es el árbol decapitado Mi vida, nuestra vida hecha pedazos Este mundo instantáneamente palpitado Y el fuego Pintado a brochazos *** Una niña camina (En una cafetería) Llueve a cántaros En esta tarde de Mayo Dos relámpagos Se estrellan en el lomo encorvado De los lagos A lo lejos Una niña, apresurada Camina A su muñeca abrazada Camina Temblando y mojada Camina Guerra, estrés Estrés, guerra *** Que arda la pluma Paseos, picnics, fogatas Diluyen mi mano Convierten la pluma En liebre En gorrión En árbol En agua Soy hoja blanca Meciéndose bajo el sol De Julio Me olvido del diario Lanzo sus hojas al viento Que arda la pluma Que se haga antorcha, humo Ceniza Sólo respiro Y transpiro el poema Que es para mí La vida misma *** Foto Para aquella foto que duerme en el álbum de Tía Maxi Sonrisas en blanco y negro A orillas de la playa En el ocaso de Enero O tal vez, Febrero Lente laborioso Carrizos abrazados El tiempo arrastrándose en la arena Crecimos y nuestras huellas Se esculpieron En las peñas El tiempo se transformó En marea En viento En odisea Se fueron las barcas Las tardes de fogata Los girasoles de la infancia Por eso trato De escribir estos versos Que huelen a mar y saben a sal, a pez A resaca Sonrisas en blanco y negro Majestuoso faro Iluminando Mis pasos *** Como el agua A mi hija Andrea Para qué quiero Un cielo de frambuesas Una copa de oro O cientos de unicornios Aleteando en las mañanas Si tú, estrellita de mi vida Te escurres de mis manos Como el agua Hundiéndose en la arena *** Sueño A veces Echado en la cama Y en silencio Imagino Un rostro de voces Acariciando mi frente Calentando mis manos Abrazándome intensamente Y yo, allí, sumergido En el mar, en el bosque En el río De pronto Desde cerca, desde lejos Escucho un coro de niños Quienes entre quenas, guitarras Y charangos Me alientan Me acompañan En este sueño Sin retorno *** He venido aquí A mi abuela Genoveva acompañándola en su sueño He venido aquí para evocar Tu mirada de agua Tu sonrisa de barca Tu conversar de cielo A pesar de los años todavía siento Tu voz cobijando la mía, paseando Por alguna callejuela ferreñafana Con olor a leña y tamarindo He venido aquí y me duele. Te confieso que no es el frío del invierno Ni esta tarde gris ahogándose En la nieve. No, Mamita Genoveva, es este desconsuelo De hijo, de nieto Aullando como un lobo ensombrecido Contra el firmamento Perdóname Si esta hoja de geranio, que creció en tu huerto, Voló, una noche de mayo, con el viento. Perdóname, pero jamás olvides que esta hoja lleva Tu canto, tu cariño, tu consejo He venido aquí y supe que tu salud Se fue desmenuzando con el tiempo En otra calle, en otro mundo Y que hablabas con fantasmas En tu lecho Sin embargo, tú sigues siendo para mí: Un atardecer de pueblo en el verano Un frondoso algarrobo cobijando al jornalero Un grupo de niños curioseando en casa de tío Pedro Un porongo de chicha dominguero Por eso quiero que tu sonrisa siga germinando En el arenal, en el acantilado del camino Y tu palabra anide en primavera, en verano, En otoño y en invierno Sí, Mamita Geno, he venido aquí y estoy cubierto de granizo. No importa, ya que sólo quise homenajearte, Darte un beso en la frente y acompañarte En silencio Como cuando viajábamos juntos, al Norte, ¿te acuerdas? *** Domingo de trenes La nieve no ha caído En el bosque de las sonrisas Y esperando Florean como jazmines mis heridas Es domingo de trenes De luces desoladas Y del caminar de los relojes Pienso en la edad de las alondras En el laberinto burlesco de la vida Y cientos de veces me pregunto ¿Dónde? ¿Dónde está La felicidad dormida de las abejas? *** Destellos finales (Sintiendo el calor de la chimenea) Huellas transitando fronteras Aves remontando la noche Hojas verdes, amarillas, rojas Esparcidas en el sendero eterno y fugaz De la infancia El tiempo es un viejo alfarero Moldeando rostros, manos y voces O tal vez aquel locuaz arriero Transportando alforjas De vientos y sombras Condensar la luz, el fuego En páginas cotidianas Buscando rescatar la memoria De alondras mutiladas Trazar, pincelar La flor, el sol, la lluvia, la escarcha La vida En su inagotable marcha Y ver que a lo lejos Una cálida brisa se viene acercando Rodeada de escuelas vacías Y de niños saltando ** Marco Minguillo alistarcomarco@hotmail.com Escritor peruano (Puerto del Callao, 1965). Sociólogo egresado de la Universidad Nacional Federico Villarreal (Perú), estudió trabajo social en la Universidad de Estocolmo (Suecia). Ha publicado los libros de relatos Una noche de otoño y otros relatos (1998) y Voces en tiempos de tormenta (2002). Coautor de Al cruzar la frontera (2001). Relatos y poemas suyos han sido publicados en revistas literarias de México, España, Suecia y Perú. Finalista en el I (1998) y II (1999) Concurso Internacional de Cuento "A Quien Corresponda" (México); primera mención en el Concurso de Cuento Breve "Santiago Dabove" 2001 (Argentina), y finalista en el IV concurso de cuento "Encuentro de Dos Mundos" 2003 (Francia). Reside en Suecia desde 1995. === Consecuencias de una omisión inadvertida Milly Epstein Jannai ==== 1. Preludio: Los increíbles hechos previos Hace un par de años estuve a cargo de la edición científica de un libro de Roland Barthes traducido al hebreo. Se trataba de El grado cero de la escritura, primer libro de Barthes sobre teoría literaria, hasta entonces profesor y autor de diversas publicaciones críticas. Un debate frontal con Sartre está hilvanado entre sus líneas. No por casualidad el tema del libro gira alrededor de posturas acerca de la esencia de la escritura que mezclan, en un lenguaje de tono erótico, apreciaciones históricas con otras de índole metafísica. La tarea de encontrar una respuesta a la moderna pregunta ya vislumbrada por Valery, acerca de qué es el lenguaje literario, y más aun cómo el momento histórico y la carne viva del que escribe se funden en un estilo personal, guía a ese Barthes joven y listo a ser aquél que ya en esos momentos empezaba a aflorar. Se trataba de una edición muy anotada: a pie de página había una nota para cada nombre propio y para cada cita directa o indirecta de otros textos. El libro contaba también con una introducción biográfica y teórica cuya finalidad era ubicar a Barthes para el lector interesado (si es que lo hubiese) y también incluir alguna apreciación original, que no fuese mera repetición de las ediciones en francés, inglés y español. La edición fue un trabajo sisífico: horas de cotejar el texto francés con otras traducciones a lenguas indoeuropeas, fueron seguidas por la urgencia irresponsable y ebria de la casa editora que llevaba por nombre algo que recordaba un tipo de vino tinto. Encontrar el término apropiado en un hebreo moderno y usando una sintaxis austera y enemiga de la subordinación enrulada y coqueta de las lenguas latinas fue un trabajo que despertó, en forma paralela, tendencias obsesivas y rencores laborales, éstos últimos debido a la suma magra que constituía el pago de tantos afanes. Se trataba de una editorial que quería ser innovadora, presentar posturas de vanguardia y que además tenía una profunda conciencia del marketing en una sociedad globalizadora. Una verdadera contradicción de intereses cuyo resultado era suponer que el trabajo de edición de un libro no era tanto una tarea de orden lucrativa como un acto filantrópico del que uno debía sentirse agradecido de ser parte. Después de más de un año de labor, el libro se publicó. Era parte de una colección de escritos teóricos sobre literatura, sociedad, filosofía y estudios culturales. La acogida del libro por parte de la crítica fue más que deprimente: pasó desapercibido. Yo, que esperaba salir del anonimato intelectual gracias a los valores patentes de esta edición, no obtuve lo que esperaba. Nada. Me sentí traicionada por fuerzas más grandes, vagas y divergentes que mi órbita de giro. Recibí dos ejemplares de tapa blanda, pegados. Al abrir uno de ellos para hojear el resultado gráfico de un trabajo intenso y absorbente, mis ojos se detuvieron sobre un error que no había sido corregido, a pesar de que ya lo había señalado en mi última lectura. En la página 9 de la edición se podía leer el nombre de la novela breve de Balzac, Sarrasine, sin “e” final —error imperdonable y vergonzoso, ya que esta letra era la que sostenía el equilibrio del virtuoso análisis que Barthes hacía de esta nouvelle, en su estudio S/Z, que yo analizaba brevemente en mi introducción. Se trataba de una omisión inexcusable. Terrible, monstruosa, garrafal. Llamé a uno de los dueños de la casa editora; traté de ocultar mi irritación; le expresé mi sincera preocupación: la “e” ausente boicoteaba el eje analítico de Barthes e impedía que el lector interesado pudiera reponer la serie de oposiciones semánticas que el texto proponía. La calma y la indiferencia de la voz que me contestó del otro lado del teléfono me dejaron pasmada. ¿Cómo podía un editor de libros de teoría permanecer inmutable ante tal error? Su falta de interés me preocupó. Luego me exasperó. Finalmente me indujo a una pegajosa tristeza. Era su conducta reflejo de una indiferencia imperdonable ante tal omisión. Si hubiésemos estado en la época de los copistas en los monasterios, que con primoroso afán estaban inclinados sobre sus pergaminos, podríamos haber comprendido esta fría actitud. ¡Pero ahora! Y habiendo sido advertido de tal error en forma repetida, e incluso en el ejemplar que un motociclista calvo me trajo a mi casa un viernes por la tarde para la última lectura... Inverosímil. El miedo de que tal error fuese descubierto no me dejaba dormir. En mis sueños, una mano oculta reponía la “e” ausente, y Sarrasine podía entonces leerse con toda su multifacética complejidad interpretativa, su bien elaborada oposición entre lo femenino y lo masculino, entre lo presente y lo ausente, entre lo patente y lo insinuado, entre dos sistemas económicos de cambio y de alternancia. Pero eso, ay, ocurría sólo en mis sueños. El ejemplar en mi escritorio, y también en las diversas bibliotecas y librerías (y eso era lo más terrible) seguían ostentando esa falta irreparable, que la editorial no pensaba corregir. Si conseguía dormir un poco, mi sueño era azaroso y atribulado; siempre veía una mano impersonal que reponía la ausencia insoportable de la página 9, renglón 15. Las letras del renglón parecían reacomodarse con movimientos imperceptibles, para permitir conservar la distancia relativa entre las letras. El sueño se repetía también en la modorra de las horas de la vigilia, pero esta visión insistente no conseguía transponer los velos de la realidad, e instalarse como un hecho consumado e irrevocable en la materialidad impresa del libro. Los meses pasaron. Ningún comentario en la prensa cultural comprometía la calidad de la edición. A decir verdad, nadie escribía nada: ni siquiera una incolora glosa que señalase el acontecimiento. Debería resignarme. Volví a refugiarme en la enseñanza de futuros docentes. Con el tiempo, mis temores se fueron mitigando. Nadie aparentemente se daba cuenta. Y si alguien lo hacía, corregía la errata: reponía la letra omitida y seguía leyendo panchamente. Por lo menos, así me lo imaginaba yo, confundida por elucubraciones carentes de sostén y por supersticiones que no se avienen con el devenir físico del mundo visible. Para reponer la vocal omitida, era necesario que el supuesto lector conociese: a) la novela breve de Balzac, o, b) el análisis de Barthes, o, c) alguno de los notorios estudios que interpretan estos dos textos y comparten sus eruditas revelaciones con el público, según estrechos parámetros de divulgación cultural. El solo conocimiento del francés no podía asegurar tal reposición, era obvio. El error se quedaría ahí, como una mácula imborrable en un trabajo llevado a cabo con una devoción casi ritual. La angustia me ardía por detrás del esternón; un desasosiego pastoso me oprimía las sienes, no me permitía descansar. El secreto del error me acompañaba a todas partes, y me alejó de tomar nuevas ediciones, agobiada por el presentimiento de un nuevo desliz, otro acto de irresponsabilidad hacia la palabra escrita. Finalmente, fue la carencia de recursos monetarios que me permitiesen afrontar los mínimos requisitos materiales de mi existencia (la docencia es casi un acto gratuito —el uso extremo del libre albedrío, tal que no depende de una remuneración monetaria; es casi-casi como el artista del hambre) la que me obligó a hacer a un lado mis cobardías y recelos, para aceptar así otro trabajo de edición. 2. Pausa: Reflexión Aceptar errores no es contradecir el azar interpolado en todo quehacer humano; por el contrario: es corroborarlo. Así, por lo menos, estaba escrito en el prólogo a una edición biling¬¬üe de un código judicial anotado y ampliamente marcado por un desconocido lector, que compré en una librería de usados, cerca del río. Esta compra me alentó a asumir el nuevo proyecto. 3. Otra vuelta Esta vez se trataba de un trabajo infame y oprobioso, frondoso por sus dimensiones. Tenía que acompañar la escritura de un libro de estudio. Me apercibí casi enseguida de que ésta era una tarea destinada al fracaso. Tratar de convertir el material que me era ofrecido para su lectura y edición en algo “transmisible” a un público de preadolescentes con un grado aceptable de inteligencia y curiosidad, era una empresa que bordeaba lo imposible y me llevaba a límites de zozobra interior y desvelo desconocidos para mí. Mi lectura metódica y mis comentarios didácticos a los autores concordes de este texto no eran remunerados por una comprensión de las correcciones requeridas, y yo me veía leyendo cinco y seis veces el mismo insulso capítulo, sin que los cambios esperados tuviesen lugar. Los autores de este manual para el estudio de la lengua se refieren a su objeto de análisis como si fuese un “cuerpo material”, vendible, transportable, fraccionable en cómodas porciones y sostenedor de un saber objetivo medible, posición que me impide básicamente llegar a algún acuerdo aceptable acerca de qué estamos hablando. De este modo resulta que ellos escriben un libro radicalmente distinto de aquél que yo estoy intentando editar, científicamente, claro. Es decir: trabajamos con objetos diferentes, concebidos según criterios dispares, lo que impide que cuando hablamos, hablemos de lo mismo. Situación infausta y adversa para los comprometidos en la tarea por contratos laborales redactados en forma positiva y teleológica. Informé a mis superiores que la tarea era mayor que mis fuerzas, alegué un cierto malestar depresivo, un estado nervioso, y con elegancia abandoné la lectura. Me disculpé con torpeza. No volvieron a llamarme, quizás, sí, con cierta razón. 4. La gran empresa Me decidí a intentar el método de las omisiones voluntarias y el de las modificaciones preconcebidas. Para ello, nada mejor que ubicarme en el centro del sistema. Tomé una resolución disparatada e irreverente: decidí ponerme a escribir mi postergada tesis de doctorado, ayudada por módicas becas de recónditos departamentos de humanidades, y mis más que módicos ahorros profesionales. El tema de mi trabajo era el uso del narrador en los relatos de metaficción. Lo había abordado hacía años, y lo había dejado abandonado por maquinaciones imprudentes. El plan era claro: exposición teórica, análisis de textos literarios, construcción de conclusiones perturbadoras cuyas secuelas traspasasen el borde liminal del papel. Se debía hacer uso de una reflexión teórica que permitiese comprender e interpretar un fenómeno complejo. Desarmar, cavar, indagar, sondear, explorar los estratos narrativos que sustentan la afirmación de un mundo. Una inquisición de los modos discursivos y de su lógica de ilación. Yo quería decir algo innovador, que no sólo alimentase los estantes de la biblioteca de la Universidad, cuya tradición más reciente es la de generar un saber que está generalmente destinado al autoconsumo y a la auto-referencia, sino algo que conjugase sutileza y un destello inesperado de fiesta. Algo que sacudiese, algo que pudiese crear un vínculo de intimidad cómplice con un lector futuro. Leí fuentes antiguas y modernas; busqué la mirada recursiva de pensadores franceses y alemanes. Me dejé ir a la deriva de sus imágenes grumosas y bien escandidas. La elegancia de un estilo; la cadencia de un período. Me llamó la atención el hecho de que no hubiese muchos cuentos que se adecuasen a mis parámetros de selección. Las novelas que me gustaban ya habían sido analizadas, y yo buscaba otra cosa. Mi experiencia con la edición de El grado cero de la escritura me trajo la solución que buscaba. Me decidí a usar cuentos escritos por mí como base para mis análisis de narradores en relatos metaficcionales: una ficción narcisista, como diría Hutcheon, pero a una potencia más elevada. Al principio, con cierta cautela, elegí cuentos que ya se habían publicado en revistas de vida efímera. Me cambié el nombre; me inventé datos biográficos. Fabriqué copias de los cuentos publicados en desconocidas revistas sudamericanas. Temía, no sin cierta base, que mi trabajo fuese acusado de falsedad, o de haber corrupto las estrictas normas éticas que rigen la tarea de investigación en el área de las humanidades universitarias. Después de todo, una pizca de reverencia por el concepto de saber y su consagración primaveral y académica, aún me quedaba. Que yo incluyese cuentos propios en un estudio teórico acerca de los límites de la teoría en el campo de la ficción podía tener un cierto grado de chiste, un aire de ocurrencia divertida en una tarde de siesta, una humorada, como quien diría; pero presentar tal ocurrencia como tesis de doctorado, analizando mis ficciones como si fueran textos ajenos, era un acto disparatado y peligroso, un delirio corruptivo y quizás contagioso, más por sus consecuencias ontológicas, que por las emanaciones seudocientíficas que pudiera originar. Esta conducta mía violaba por un lado las normas no escritas de la investigación intelectual, pero por otro era un broche de oro al tipo de reflexión que yo estaba instruyendo: una exégesis de las relaciones de la ficción y la realidad en el ámbito de la ficción. ¿Y qué es un trabajo intelectual sino una construcción, cosa ficta, que aceptamos como real y cierta, por algún alambicado proceso de pegamento sintáctico llevado en aras de la química argumentante e inferencial? Se trataba de crear una experiencia transgresiva: poner a prueba el sistema mismo que pone a prueba lo que escriben aquéllos que quieren ser admitidos por él. Era, tal vez, una empresa de veleidades rizomáticas y perversas. ¿Y qué pasaría si alguien se diese cuenta? ¿O buscase los textos raros por mí mencionados? ¿Qué? La ansiedad y la adrenalina eran parte del juego de este experimento de lectura. La tensión y la solemnidad se confundían y me confundían; mi pensamiento se obnubilaba y se tornaba afásico e ineficiente. Yo quería jugar y ser audaz: exponerme a un experimento de lectura, sin testeo previo de las tendencias del público. ¡Qué peligro delicioso! ¡Ay! Me cuidé, sin embargo, en los detalles: todo mi trabajo tenía el lustre de una investigación académica; los elementos de estilo que podrían haber despertado alguna sospecha (como el uso de un tono narrativo y épico para referirme a los cambios históricos que habían afectado el arte de leer durante siglos, o ciertos adjetivos “traviesos”), habían sido eliminados de cuajo ya bien al comienzo de mi tesis, y esto bajo la cauta prescripción de uno de mis tutores que no sin cierta dosis de terrena sabiduría me había dicho que tales veleidades de ingenio serían apreciadas en otra lengua, en otras tierras, mas no en el medio universitario por el cual yo quería ser aceptada. Al final lo hice. Claro. La seducción fue irresistible. No sé cuántas locuras me imaginé, ni qué cosas disparatadas pensé que podían pasar. Sobre todo, yo quería algún tipo de reconocimiento: que algún astuto lector percibiese cómo mi práctica concordaba con los principios teóricos expuestos con fino detalle: ¿acaso entre el narrador y el investigador había algún límite? Humilde y secretamente contribuí, quizás, a enriquecer la literatura experimental. Esto no lo sabrá, al parecer, nadie. Tal vez fue mi ineficiencia teórica la que estimuló por pulsiones subterráneas y cadenciosas esta mirada burlona, golosa, compadrita, que se me venía gestando. Era como la acerada lucidez de un cuchillo en la oscuridad. 5. Epílogo El tiempo pasó. Recibí mi título en un acto solemne al que no asistí. Nadie se dio cuenta; la paradoja que era el eje de mi argumento, pasó inadvertida. Al principio, sentí un placer ambiguo y hosco, como quien respira satisfecho porque su plan ha sido exitoso. Luego, cierta angustia y cierto sentido de culpa; después, un olvido incoloro carcomió la pátina de los hechos que una vez me parecieron heroicos; después, otro olvido, esta vez sin fondo y pantanoso, cubrió todo. Así fue, pues, como una tesis doctoral ha sido escrita. No he podido decidir si mi proceder fue coronado por el éxito o quizás, por un opaco fracaso. ** Milly Epstein Jannai milly@etnahta.co.il Escritora argentina. Estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA, http://www.uba.ar) y luego finalizó un doctorado interdisciplinario en teoría literaria y educación en la Universidad Hebrea de Jerusalem (http://www.huji.ac.il/huji/eng). Actualmente se desempeña como jefa de la Comisión para la Enseñanza del Español en el Ministerio de Educación de Israel (http://www.education.gov.il/moe/english/ind.htm). Además, enseña en un programa de M.A. de enseñanza de la lengua, es editora científica de libros y conduce talleres de escritura. Publica artículos teóricos en hebreo y en inglés sobre temas vinculados con la escritura, la lectura y la educación. Ganadora del Primer Premio para Autores Inéditos en Argentina. Cuentos suyos han sido publicados en revistas y antologías. Tiene una página personal en http://www.etnahta.co.il. === Textos Nohemí Hinojosa Rivera ==================================== Ya me encantaría postrarme de rodillas frente a un altar con o sin imagen y saber que al hacer eso uno de mis deseos podría cumplirse. Ya me gustaría peregrinar en una ruta ignota para alcanzar el destino donde me espera mi penitencia. Ya necesito inventar, recitar, aprender un mantra que al repetirlo me dé tranquilidad. Ya preciso que alguien escriba un libro que al leerlo me dé paz. Ya desearía escuchar el sabor de la ternura, ver la intensidad de una caricia, oler el sonido del adviento, probar el retrato de la felicidad, palpar el perfume de una aurora boreal. Ya quisiera conocer la humedad que dicen tienen las lágrimas y que éstas sean capaces de limpiar esa parte de mi alma que ahora se percude. Ya tengo ansias de llevar a bolear mi sombra oscura sólo para que algo mío sea capaz de brillar. Ya quisiera desear, anhelar, necesitar, ansiar, querer y que estas palabras signifiquen algo, aunque fuera por una sola vez. Ya es perentorio escribir una plegaria en la cual creer. Pero yo soy mi único Dios y me he perdido la fe. *** Y duermes Despiertas, te bañas, te arreglas, te vas. Trabajas, cocinas, estudias, corres, nadas. Saludas, asientes, disientes, decides, dudas, asumes. Los engranes de tu vida nunca tienen un momento de paz. Cualquier pausa los templa pues saben de antemano que sólo sirve para tomar impulso y aumentar las revoluciones del ritmo de tu alma. Regresas a tu refugio, subes la escalera y entras en la recámara. Buscas reposo pero ni al dormir descansas. Tú no lo sabes, pero eres el vértice inicial de un prisma de fantasías de quien te desea a la distancia. Y llegas y te conviertes en la tilde de todos mis acentos. Soy la desesperación al quitarte la ropa y el día de encima. La ternura para cubrirte con un pijama. Soy ungüento para tus pies cansados. Soy etérea vagabunda y sacio con tu imagen el hambre de mis pupilas. Soy un peine de cinco dientes alaciando tu cabello negro. Soy la escultora que por las noches vuelve a moldear tu ser completo. Soy voyeurista perenne, perdida en las formas que te contienen. Me ofrezco y te enciendes. Te pido prestados besos que no pienso devolverte. Me enciendo y te ofreces. Cuatro manos y dos cuerpos juegan a recorrerse. Dibujamos figuras irrepetibles en las sábanas. El sol escarlata que habita en mi entrepierna tiene el deseo vehemente de anochecer en tu garganta. Exiges tu residencia hundiéndote en mi centro. La quietud será el último de los movimientos. Y duermes. Y duermes conmigo, compartiendo la humedad, habiendo en el mundo tantos otros sitios en donde podrías estar. *** Terapia Tomé el hacha desbrocé la palmera y el coraje se lo tragó la tierra. *** Encabezado Muerta por sobredosis de a n t i d e p r e s i v o s ** Nohemí Hinojosa Rivera arqnhinojosa@gmail.com Arquitecta y narradora mexicana (Monterrey, Nuevo León, 1973). Su primer cuento data de 1989; también escribe ensayos de arquitectura. Ha publicado artículos en las revistas Ámbito Arquitectónico; artículos de opinión en la revista Violeta del Instituto Estatal de las Mujeres en Nuevo León, y poemas en la revista Contexto Gráfico. Participó como lectora en la Feria del Libro de 2006 dentro de la mesa “Días Feriados, Escritores de Nuevo León”. Posee un libro de cuentos inédito que distribuye en edición artesanal y actualmente trabaja en su primera novela. Coordina el taller de escritura “Bocetos de Escritores” que se reúne semanalmente en La Gargantúa. Ha sido tallerista de Patricia Laurent, Mario Anteo, Eduardo Antonio Parra y David Toscana. Mantiene una bitácora personal en http://bocetodeescritora.blogspot.com. === La invasión Juan Manuel Parada =================================== El caserío desaparece tras la estela de polvo; a su avance, el camión se menea de un lado a otro, chillando. Elías se acuclilla y coloca entre las piernas una lata donde escupe chimó. Debe alejarse del pueblo, si su patrón lo encontrara ahora, le arrancaría la vida. La noche anterior, sentados en círculo frente al fogón donde freían pescados, Elías y sus compañeros se preparaban para darle curso al plan. La idea era esperar la madrugada, armarse con machetes, garrotes y algunas escopetas para ocupar las tierras cercanas al río, esas que según su padre, habían sido de su abuelo. Mientras mascaba la pasta negra y engullía largos tragos del cántaro de aguardiente, les contaba esta historia a sus compañeros: Eran las diez de la noche y Elías se deslizaba entre los maizales al rancho de Dorotea; desde hace cuatro meses hacía lo mismo, luego que la negra bailara con él en la fiesta de don Carmelo, el día de su cumpleaños. Dorotea, mujer cuarentona, conservaba las caderas redondas y la espalda erguida, sus piernas gruesas y su rostro alegre enardecían a Elías, quien caminaba apurado con las manos sudorosas. Esa noche le pediría vivir juntos y ya imaginaba la escena: en la hamaca, envueltos en la oscuridad del rancho, le diría, hundido en su pecho, ese pecho desnudo oloroso a leña, que se fueran a su casa, que él cuidaría de ella y su hijo. Cuando cruzó la puerta de lata, encontró que la negra estaba sentada en una banqueta con los ojos dilatados sobre el fuego de una vela, a su lado, tendido sobre la mesa, el cuerpo del hijo reposaba inerte. Elías quedó pasmado cuando ella se redujo a pedirle, con toda frialdad, que le ayudara a enterrarlo, que estaría mejor en el cielo e incluso en cualquier lugar que en estas tierras mezquinas. Elías escupió en el piso de tierra apretada y evaluó el efecto de su historia en los rostros indignados de sus amigos; sabía que ahora, más que nunca, querrían hacer la invasión. Algunos empuñaron con más fuerza el arma que sostenían, otros se levantaron decididos echando una mirada en dirección al río. El resto buscaba en su rostro un gesto que les indicara comenzar. Luego de cuatro horas de lucha con los peones fieles de su patrón y esos matones a sueldo, los veinte invasores, casi todos mal heridos, se replegaron por la sabana, derrotados, y Elías no quedó atrás. Fue así como al amanecer abordó este camión a orillas de una carretera; debía huir, reorganizarse y volver. Iría al otro lado del río, y allí reuniría a la gente para iniciar una nueva invasión. El camión se incrusta llanura adentro y, a través de las barandas, Elías observa el paisaje reducido a escuetos árboles con ramas delgadas de escasas hojas; entre ellos, verdosos sembradíos se extienden hasta donde alcanza la vista. El calor es pastoso y la camisa se le adhiere al pecho; la brisa, que sopla fuerte, le enardece las orejas. Mientras mira el paisaje y detalla las grandes haciendas que cubren la llanura y los decrépitos ranchos desperdigados a su alrededor, recuerda la tarde aquella, cuando viajaba en un camión como éste y en el camino subió una mujer, o dicho con más precisión, una niña amujerada con una bebé en los brazos; reflejaba en su rostro aindiado una expresión indolente, plana, como quien pierde toda esperanza. Elías supo de inmediato que algo no estaba bien con ese bebé que ni siquiera llegó a moverse, ni siquiera algún gemido. Cuando la muchacha volvió a bajar, un cuarto de hora después, no supo a quién maldecir; era distinto en otros casos donde el culpable tenía cuerpo, nombre y sombrero, acá, era el propio universo quien le oprimía. Por el cambio de paisaje supo que ya se acercaban a los linderos del río; ahora los arbustos son más tupidos y el olor a tierra húmeda, frutas podridas y pasto pisado le acaricia la nariz. Vuelve a preparar un trozo de chimó y se lo pega en el paladar. Se levanta a mirar sobre la cabina del camión y al divisar la hilera de hombres y caballos, alineados a orillas del río, tuvo sospechas malignas y saltó de un solo impulso. Cuando su cuerpo rebotó contra el piso la cara de Dorotea se le dibujó a plenitud. No hubo dolor, sólo deseos de salvarse. Ahora, corriendo entre el platanal, no siente las ramas contra su cara. Oye los pasos de los caballos que casi le caen encima, y gritos, maldiciones y amenazas. Un disparo en la pierna lo derribó y sintió un alivio en la panza. Supo que llegó el fin y no opuso resistencia. La cara de su patrón, con esos bigotes espesos, lo miraba desde arriba con arrogante actitud. Se enjugó el sudor de la frente y Elías cerró los ojos, no por miedo, sino que quería llevarse una última imagen de Dorotea, no de ese hombre a quien tanto odiaba. Están en la hamaca, desnudos, y ella le acaricia el rostro con su rústica mano olorosa a ajo. Luego, en la puerta, los despide a él y a su hijo besándoles en la frente. Cuando los tragó la llanura, la negra volvió a su rancho; el sol se tornó púrpura por el cielo del oeste y el silencio de la sabana fue rasgado por un disparo que alborotó el descanso de los animales. ** Juan Manuel Parada paradacreativa@gmail.com Escritor venezolano (Yaritagua, Yaracuy, 1980). Es editor para el estado Lara del Sistema Nacional de Imprentas (http://bit.ly/SRD3c). Dirige la revista Yo Ediciones. Ha publicado Quemando a Venezuela y otros relatos (El perro y la rana, http://www.elperroylarana.gob.ve; 2004), ganador del Certamen Mayor de las Artes y las Letras, mención cuento breve. Es colaborador de los diarios Yaracuy al Día, El Impulso (http://www.elimpulso.com) y El Informador (http://elinformador.com.ve). Mantiene una bitácora personal en http://juanmanuelparada.blogspot.com. === Poemas Paula Álvarez ============================================= I Los trabajos del amor bocas acostadas en playas desiertas aguas saladas que no podemos tomar barcos llenos de agujeros dónde quedarán las colinas dónde están las tormentas cómo aprenderemos a nadar ahora que nos convertimos en rocas. II Caminábamos por el medio de la calle un viento triste te mojaba los pantalones mechones de estrellas se enredaban en mi pelo remolinos de ojos ahuecando los árboles papeles grises caminaban despacio sobre el pasto y los gatos negros y los autos rozándonos hasta que apareció un tibio gato amarillo ocre dorado amanecía juntamos nuestros pies y apuramos el paso y los abrazos. III Como una mendiga escarbando en el tacho de basura y como los perros cavar cavar y esconder para no llorar no no hay entradas triunfales aquí no hay alfombras rojas ni coronas de flores ni agua bendita ni dientes relucientes sarnosa está la que me mira desde el agua sus patas se estremecen al oír hablar del sol y su pelaje oscuro está lleno de cardos sarnosa y no la reina sarnosa me asomo al agua y me miro temblando de frío sola sobre el hueco temblando. IV El verdadero sentido de las palabras reposa quizás en las cáscaras que sobresalen de tus piernas en la estridencia de las muertes que se empiezan a colar en los bolsillos hoy al volver a casa sólo hallé la certeza de las pisadas de la escarcha en las plantas no quedó casi nada casi nada a que aferrarse nada que tenga las cosas ausentes rotas perdidas no están se fueron desaparecieron quebradas mis ojos sin ellas mis manos sin ellas corazón tallo reseco recuerdo savia que no moja tengo miedo de usar estas palabras que uso ingenuamente creo que las palabras son lo que nombro ingenuamente intento no nombrar lo que ya no tiene nombre lo que ahora es tierra flor caminito azul entre cipreses gota que cae y se clava en los recuerdos ingenuamente intento no ponerle nombre ponerle ingenuamente. V Desmembrados partidos alejados solos un mundo que no se reconoce en sus hijos una constelación de lágrimas como bandera charcos de gentes tiradas en la calle un perro oliendo un pie sin su zapato trapos sucios cuelgan del cielo esta mañana hay que esperar detrás de las trincheras la noche fue larga y tu cara Presagia todas las guerras. VI El hueco eso que va para atrás y para adelante esa mañana se erguía con el sol madre venía caminando desde lejos y no llegaba nunca caracoleaba su figura en el camino y los cardos le susurraban afiladas melodías en sus oídos hermana miraba asombrada cómo era eso de ver a madre reducida al tamaño de su mano madre en la palma de su mano madre quedándose siempre allí acunándose en la terrosa mano calentita mano sin excusas sol enredándose en el pelo de madre llenándole de peces dorados los bolsillos y los peces cayéndose y el hueco tragándose ese sol que de ninguna manera es este sol que de ninguna manera será aquel sol ¿qué cara tendrá madre ahora que no hay peces? ¿qué cara tendrá hermana ahora que cuesta calentarse las manos? ¿qué cara yo? ¿qué melodías me susurrarán los cardos mientras atravieso el camino? VII Esa mano que cuelga jadeante de la mesa ese pie que agoniza de hastío debajo de la mesa esos oídos que se repiten siempre las mismas palabras que vuelan sobre la mesa esa otra mano que se arrastra en busca de miguitas agua cielos azules escondidos en la mesa esa cara que se derrama mezclada con el vapor de la sopa que descansa en la mesa esa cuchara que refleja la cara derramada la mano reptil los sueños agusanados que gotean serpentean aferrados inútilmente a los bordes del mantel que cubre la mesa. VIII Arpones disparó contra mi cuerpo atravesó la carne los silencios me deshizo las ganas con un golpe seco a esa hora, gentes se amontonan en las paradas se trepan a los micros como monos se empujan el sueño y es que siempre hacia el fondo hay lugar bien al fondo las risas sonaban más huecas que nunca las estrellas perecían velas baratas que se apagan aun sin soplarlas arpones disparó contra mi cuerpo palabras qué más da sonidos asesinos para animales indefensos. ** Paula Álvarez yotambienestoyperdida@yahoo.com.ar Escritora argentina (Bernal, provincia de Buenos Aires, 1969). Vivió en Berazategui hasta 1991, año desde el cual reside en La Plata. Es profesora en letras, egresada de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP, http://www.unlp.edu.ar). Participó en diversas antologías poéticas: Poetas argentinos contemporáneos (Sociedad de Escritores Argentinos, SEA, http://www.lasea.org.ar) y Poesía. 28 autores (La Comuna Ediciones, http://www.lacomuna.laplata.gov.ar), entre otras. En junio de 2000 obtuvo el primer premio en el Certamen Popular de Poesía organizado por el Café de Los Poetas de La Plata, cuyo premio fue la publicación de Los ojos del dragón en el jardín, su primer libro de poemas, al que le siguió Para animales indefensos, del año 2004. === Humor de sentido Orlando Mazeyra Guillén ========================= “No tengo sentido del humor”, piensa Rafael mientras termina de estacionar su Volkswagen Gold en la cochera, “quise hacer una broma en la oficina y todos me miraron feo, parecía como si se hubiesen puesto de acuerdo para desbaratarme y abochornarme... Lo consiguieron”. Rafael Tapia tiene cuarenta años y es registrador público. Antes fue futbolista profesional, es por eso que todavía mantiene un físico cuidado, aunque, como mujeriego que es, ahora precisa teñirse el pelo. Alternó en clubes de la capital e incluso llegó a estar en algún preseleccionado del equipo de mayores; por lo tanto, para muchos en su vecindario, él resulta siendo una leyenda viviente o, al menos, un vecino ilustre. ¿Cómo te sientes ahora que ya no juegas a estadio lleno y pasas todo el día sentado en un escritorio como un lisiado?, le suelen preguntar sus familiares, amigos y la gente que lo reconoce y lo aborda en la calle. —Normal, siento lo mismo —responde con cierta apatía que busca cambiar de tema de conversación o, en su defecto, terminarla. Pero lo único que logra cosechar es la incredulidad y la risa escéptica del que se siente partícipe de una tomadura de pelo bastante llana. Él hace reír a los demás sin quererlo. Es decir, tiene un sentido del humor extraño que fluye cuando miente, y a su vez se apaga cuando es premeditado y honesto. El problema radica en que Rafael quisiera que todo fuese al revés: ojalá tomaran en serio sus respuestas cortantes, y se rieran de sus chistes o bromas. A estas alturas de su vida, ya nadie puede aplaudirlo por marcar un gol de tiro libre o por un cabezazo certero que manda el esférico directo a donde anidan las arañas; eso forma parte de su pasado, de un capítulo cerrado. Ahora busca un reconocimiento que no encuentra, un reconocimiento innecesario que, cuando lo mira desde adentro, le parece de una soberana ridiculez: hacer reír a los demás. “A veces pienso que a la gente le agrada la mentira, o sea, disfrutamos de las mentiras. Pero esto tiene un ingrediente extraño y peligroso, un trasfondo que, para mi mala suerte, no llego a identificar o vislumbrar. Es como si no se dieran cuenta de todo este rollo: nos gusta la mentira y quizá sea porque la verdad nunca suele ser amena o divertida, ¿qué verdades nos ayudan a morirnos de risa? Todos queremos que nos mientan para ser un poquito felices, o un poquito menos infelices. En las mentiras de los demás encontramos el refugio perfecto para nuestras propias mentiras... para que nadie nos exija honestidad”. Las noches de Rafael siempre se llenan de interrogantes. Se recuesta en una hamaca que hay en su enorme huerta y mira a las estrellas con un catalejo que le regaló su hermano Marco, general del Ejército que oficia de informante de un país limítrofe, lo que, de hecho, lo convierte en el más nefasto y deplorable mentiroso de la estirpe. Para su suerte, hay muchas mentiras que nunca llegan a ser develadas. Al explorar las estrellas intenta explorarse a sí mismo. Las quiere contar antes de tocarlas. Y descontarlas, desecharlas, luego de alcanzarlas. Cada una oculta una mentira, personal o colectiva, pero, al fin y al cabo, una mentira... que puede transformarse en verdad, como las estrellas. —El espacio también está hecho de mentiras —concluye convencido, cerrando los ojos—. Las estrellas son una mentira perfecta: una fotografía del pasado, algo que no existe, pero que pareciera vivo, luminoso, hermoso... Y si en la oficina escucharan lo que acabo de decir, seguro se reirían: yo soy una estrella, ¿suena a broma? En su huerta siembra marihuana para su consumo personal. Los fines de semana fuma moderadas raciones, sólo se detiene cuando la paranoia o el sueño lo vencen. La paranoia para él es buena compañera, porque así como lo transgrede también lo estimula: lo expulsa y lo atrapa. *** Hoy es sábado de luna llena y parece que Rafael está fumando más de la cuenta —antes ha terminado de leer un libro de poesía latinoamericana que le regaló Sara, la poeta de su vecindario, que siempre que puede se le insinúa. De un momento a otro, imagina a un perro labrador que desde la luna lo contempla asustado mientras sus dientes crecen hasta llegar a la Tierra y hundirse en su huerta. Decide llamarlo “El perro de la luna”. Risotadas van y vienen. Espasmos de alegría inventada, desconcierto y felicidad por doquiera. Rafael, de un momento a otro, toma una hoja de papel bond y, mientras ríe, empieza a escribir cosas sin sentido: Aquelarre sin pies dormidos, diáspora de ojos tullidos: enjambre de púas melifluas que cuecen habas sin sustancias. Belén cabe en mi mano cuando mi sombra vaga por Cusco. Berlín sin muros, nos seduce Lima con indios, percude. El Chasqui valiente llegó a Londres Los Rolling Stones naufragan en Río. Las madres de Mayo cobijan fauces y los etarras construyen Babeles. El mundo se viste de gala y, a sus pies, la obscenidad estalla: Trilce es un monstruo con alas tendidas Vallejo, un espía de los agujeros negros. Camino, sueño, estallo y muero: ¡La Tierra, la tierra!, exclama un perro. *** Al día siguiente, se levantó con un hambre atroz y con los ojos enrojecidos. Se miró en el espejo y se compadeció de sí mismo. Encontró la hoja en el suelo y la leyó un par de veces. Se quedó pensativo y la releyó antes de romperla: —No tengo sentido del humor —pensó y lanzó el papel al basurero—. El perro de la luna soy yo. Al poco rato sintió que alguien golpeteaba su puerta. Corrió a abrirla y se encontró con Marco. Estaba uniformado con un traje distinto (uno que, por lo demás, él nunca había visto). Lloraba —en realidad se trataba de un llanto contenido— y sostenía una polaca con uno de sus brazos. —¿Qué pasó, Marco? —le preguntó Rafael, con la incertidumbre alojada en su semblante—. Así no se toca, casi me tumbas la puerta. —No sé cómo decírtelo, Rafa. ¡No tengo palabras, hermano! —Sólo dímelo —le dijo tomándolo de los hombros. —Un derrame le ha dado, ¡un derrame le ha dado! —¿A quién? Dime a quién. —A la viejita, a la viejita —le dijo soltando la polaca y abrazándolo de inmediato con todas sus fuerzas—. Mamá está muy mal. De pronto, un deseo incontrolable irrumpió en su interior y lo hizo querer gritar, llorar, correr, morir, loquear. Imaginó un sueño pesado, maldito, venenoso, como ése del hombre que se convirtió en escarabajo... Gregorio Samsa, creo que se llamaba. O esa novela que leyó en la secundaria donde justamente alguien empezaba diciendo que su mamá se había muerto. Siempre pensó que a él nunca le pasaría, pues abrigaba una absurda esperanza de eternidad que empezaba por su madre y se alargaba hasta alcanzarlos a él y a su hermano. Y es que nos gustan las mentiras, Rafael, nos gusta que nos mientan, porque las verdades a veces no se pueden digerir en toda una vida. ¿Se puede tener sentido del humor para decirle a alguien que su madre se ha muerto? ¿Se puede tener sentido del humor para contarles a los demás que tu madre pasó a mejor vida? —Entonces ella era el perro de la luna —concluyó dejando escapar una lágrima. —¿Qué dices, Rafa? —Que no podemos hacer nada: mamá ya está muerta, bien muerta. —¡Qué hablas, carajo! —le increpó su hermano—. Me estoy yendo al hospital: a ver si te bañas y la vas a ver. —Ella era el perro de la luna —le repitió y cerró la puerta. Se dirigió al tacho de la basura y empezó a recoger cada pedazo del papel que contenía sus últimos desvaríos. Se sentó en el suelo y empezó a armar el rompecabezas. De pronto pensó que tenía que contárselo a alguien. Tendría que llamar por teléfono a la oficina. O mejor esperaría al lunes para contárselo a todos sus compañeros. Decidió ir a pie, sin embargo, fue el primero en llegar. Revisó algunos papeles y esperó que todos estuvieran presentes. Se paró en medio de la oficina, justo a la altura de un tragaluz oxidado: —Mamá se ha muerto. Nadie dijo nada. Tampoco sonrieron y se sintió íntimamente satisfecho. Salió de la oficina y llamó a su hermano: —¿Cómo está la vieja? —Mejor, mucho mejor: ¡ha reaccionado! Preguntó por ti, Rafa. —Dile que hoy no hice reír a nadie. A ella se lo debo. Colgó. Detuvo un taxi y le pidió que lo llevara al hospital. Un semáforo sirvió para romper el hielo: —¿Algún familiar hospitalizado? —preguntó el chofer. —No, nada de eso —repuso de inmediato—. La suegra nunca llega a ser un familiar, a lo mucho una piedra en el zapato... Ambos rieron de buena gana. El color verde echó a andar el carro y Rafael vio a un perro en medio de la pista. —¿Usted alguna vez estuvo en la luna? El taxista se sintió incómodo. Lo tomó a la broma: —Sí —asintió con una falsa sonrisa—. La semana pasada, ¡hace un calor increíble! —Eso se llama tener humor de sentido. No volvieron a hablar. Al llegar al hospital, ambos se miraron fijamente. Rafael se bajó del coche y se detuvo en la Sala de Emergencias. Alcanzó a reconocer el coche de su hermano estacionado en la puerta. Buscó un cigarrillo en sus bolsillos. Lo prendió y empezó a caminar rumbo a su trabajo. ** Orlando Mazeyra Guillén mazeyra@gmail.com Escritor peruano (Arequipa, 1980). Estudió en el colegio De La Salle y, posteriormente, en la Universidad Católica de Santa María (UCSM, http://www.ucsm.edu.pe), de Arequipa. Ganador del primer Concurso Nacional Universitario Nicanor de la Fuente (Nixa) 2003, organizado por la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo (UNPRG, http://www.unprg.edu.pe), de Lambayeque, con su novela corta Todo comenzó en la Universidad. Artículos suyos han aparecido en el diario El Pueblo (http://www.elpueblo.com.pe), de Arequipa, en la revista de política y cultura Espergesia (http://www.unsa.edu.pe/publicaciones/espergesia), en el diario Liberación (http://www.dialiberacion.com), de Lima, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (http://cervantesvirtual.com), de España, y las revistas El Hablador (http://www.elhablador.com, Lima, Perú), Voces (http://www.revistavoces.com, Madrid, España) y El Parnaso (http://www.revistavoces.com, Granada, España), así como en el Proyecto Quipu: Literatura descentralizada (http://quipucuentos.blogspot.com), que promueve Gustavo Faverón Patriau y en el Proyecto Sherezade (http://quipucuentos.blogspot.com). Mantiene una bitácora personal en http://orlandomazeyra.blogspot.com. === Poemas Bianca Garzón Ardila ====================================== *** De crédito y de contado He pasado debiéndole al martes lo que me comprometí a hacer el lunes. Aumentando el crédito de incertidumbre. Hipotecando mis sueños, empeñados en un ciclo. Pagando de contado el tiempo, con una sonrisa sin dientes, un día sobre otro día sin nombre. Derrota de desesperanza. Tras hambre de victoria. Intentando comprar el futuro, medio siglo se me ha convertido en pasado. *** Tal vez Ya los poetas no se suicidan, Si hubiese vivido en esta época Alfonsina Storni quizás se hubiese hecho la cirugía. Dorian Gray no hubiese tenido necesidad De hacer un pacto con el diablo. Es posible que Oscar Wilde Viviera en California o en España. Nosotras, poetisas, Podemos publicar, aunque nadie nos lea. *** Voracidad Me estoy comiendo a la vida, La saboreo. Bebo los momentos a sorbos. Deleito mi paladar consumiendo algunos minutos, La tomo entre mis brazos, Corro con ella, Presurosa, sin pausa, Sin prisa, La muerdo, a pedacitos, la hago mía, En estos instantes. *** El país de la inseguridad Mis ojos enrejados No pueden mirar tranquilamente, Tal vez arriesgue mi vida Al observar Mi cuerpo preso, No debe salir, La hora no lo permite. Mi boca detenida, es posible que exprese lo prohibido. Si permito a mi olfato Detectar la podredumbre social, quizás pueda ir presa. ** Bianca Garzón Ardila biancagarzon@hotmail.com Escritora e historiadora venezolana (1958). Ha publicado trabajos de investigación referidos al área histórica, así como la novela histórica Cuando cuentes las estrellas (El Perro y la Rana, http://www.elperroylarana.gob.ve). En 2009 fue seleccionada para participar en el VI Festival Mundial de Poesía. === Mi primo y yo Delfina Acosta ===================================== Tenía la edad del limonero de la casa (siete años), y me relamía los dedos con pensamientos que acababan descomponiéndome, pues me quedaba con los ojos muy abiertos, hasta altas horas de la noche, sin oír siquiera el violín del grillo que vagaba por la habitación. O el chistido del búho. Entonces, mi abuela me acercaba un vaso de leche, diciéndome: “Ya otra vez estás en trance. Mañanita terminarás loca. Estás de cabra. Tal cual. De cabra. No se debe pensar en eso a tu edad”. Me hallaba enamorada. Mi corazón era un árbol dentro de una casona, un árbol cuyas ramas crecían rompiendo tejas y aleros para terminar por crucificar sus nervios en el pararrayos. Sus frutas eran el mismo incendio pues las cortinas desaparecían, bajo el fuego, hasta que sólo quedaba una ventana desde la que observaba, melancólica, un horizonte, una línea crepuscular de pájaros negros en huida. Me gustaba hablar conmigo misma en un lenguaje que era la mismísima niebla. O el nubarrón del que salían las tijeretas bulliciosas. Pensaba en mi primo como se piensa en la llovizna, en las hojas llevadas por los pasos apresurados de la gente, en el viento de la lluvia arrastrando una carta desconocida, en la oscuridad de la habitación presa de su clausura donde parpadeaba la luz fosfórica de una repentina presencia. Ya no recuerdo casi las facciones de M. A. Sé que era inteligente. Sabía trigonometría, botánica, física y hasta masonería; era el mejor alumno del colegio, solía entrar en crisis nerviosas y me adoraba. Jugábamos a los indios. Venía a liberarme de la indiada, que era rebelde (los primos, entonces, amenazaban con dejarme devorar por las hormigas rojas que iban y venían en un tránsito alocado por el jacarandá). Abrazarme fuertemente, llamarme reina cautiva, volverme a atar con la piola, formaban parte del entretenimiento. El juego tenía un guión de muerte, traición y despedidas. Éramos niños, la sangre nos quemaba las venas; amaba sus ojos negros animados por la chispa genuina de la genialidad. Solía fijarse en los limones de mi pecho, pero no se atrevía a morderme, a bajar su cara sobre mi cara. No era que no queríamos besarnos por miedo a que nos viera la abuela. Sentíamos el temor real a nuestra carne, pues nos atreveríamos a todo, después, si empezábamos por las bocas. Nos alegraba tomarnos de las manos. Y abrazarnos hasta que la inocencia estallara. Mi primo desarreglaba mis cabellos; sentía bronca contra mi pelo lacio. Se suponía que debía enojarme, por lo menos falsamente. Pero me quedaba fea, quieta ante sus ojos, con los cabellos desarreglados y el corazón pisando el vestido y la enagua de mi entendimiento. Como en las películas del lejano oeste, yo era una india sublevada y herida por el amor de un hombre blanco, que en breve tiempo retornaría a la civilización. A la noche, tumbada sobre el lecho, pensaba una, dos, siete veces, en él. Diera cuanto diera porque me besara. Imaginaba que iba a la colina, y que lo llamaba, al caer la tarde, y que él aparecía saliendo de mí misma, de mis alucinaciones, plantándose ante mi figura. Haríamos el amor bajo la luna escarlata, enorme y cruzada por una gritona ave nocturna, sobre el pasto apenas mojado. No iríamos en sangre. Pienso en mi amor infantil y el alma se me llena de hojas amarillas y quebradizas. Entonces era pequeña y me juraba a mí misma que me casaría con M. A. Me miro en el espejo: muchos espíritus tristes y alientos que exhalan el frío de los huesos sepultados se arriman a la luna del ropero. Hay un llanto, un murmullo de muertos en la habitación. Y un olor a jazmines viejos y pasados por agua servida. Afuera, un perro ladra a otro. El macho corteja a la hembra. Las moscas vuelan en torno al cadáver de un gorrión sobre la vereda mugrienta. Un niño observa la escena y arroja una piedra contra las bestias. El espejo me devuelve la imagen de una mujer que todavía sueña que es niña, y que aguarda la llegada, de un momento a otro, de su primo. Podría jurar que el amor de la infancia es el más fuerte de todos los amores. ** Delfina Acosta delfina@abc.com.py Poeta paraguaya (Asunción, Paraguay, 1956). Su primer poemario, Todas las voces, mujer..., obtuvo el Primer Premio “Amigos del Arte”. Integró el Taller de Poesía “Manuel Ortiz Guerrero”, dando a conocer algunas obras en publicaciones colectivas. Publicó el poemario La cruz del colibrí, con prólogo de la poeta Gladys Carmagnola; reunió en el libro El viaje sus cuentos que obtuvieron premios y menciones en concursos literarios. Su obra Romancero de mi pueblo mereció el segundo premio “Federico García Lorca” y su poemario Versos esenciales, dedicado a Pablo Neruda, obtuvo el Premio Pen Club del Paraguay. Su último libro, Querido mío, obtuvo el premio “Roque Gaona” (2004). Sus obras (cuentos y poemas) están incluidas dentro de numerosas antologías nacionales y extranjeras. Es columnista del diario ABC Color (http://www.abc.com.py). Dirige el Taller de Poesía de la Manzana de la Rivera. === Poemas Ingrid Odgers ============================================= *** Código Animalilla Del seso al hueso Del olfato al gusto Salivo el verso Concibo En el pozo del tacto Forjo En la rotonda del ojo (Crepita la lengua, Ronda el paladar) Fraguo Desde cloacas y arrabales Desde nudos y crepúsculos Desde el carrusel y el circo Pantomima de mí Salivo *** Marie Grubbe “Ignora, señora, que hay en el mundo una sociedad secreta que se podría nombrar la compañía de los ‘melancólicos’ ”. Jens Peter Jacobsen. He buscado He buscado Poseo (el corazón más grande y la sangre más viva; anhelo y deseo mucho más; aspiro con ardor, y mis pasiones son vehementes) Se me niega su voz y su letra Marie Materia de poeta, carne y sangre de poeta Te desapareces Te me niegas Ignoras que (Busco flores bajo las hojas muertas Y sé de tristeza y desesperanza Todo es breve e imperfecto) Tanto que eres capaz de negarte A la figura del último suspiro Marie, Marie Eres la misma felicidad que se me niega Conociendo mi nombre, mi rutina y esta hambre Este melancólico placer Que me entumece Y me deshace Y me trastorna Des-ha-ce Con-fun-de Lía en-ma-ra-ña Y es celda de carcoma que Él Enunció... *** De cruz Esta buhardilla De altas rejas y escasa superficie Sostiene Este pesar de párpados Este añejo desconsuelo Esta quebradura manía de ver lo oscuro Lo mínimo lo invisible EXTERMINA Niega las palomas Otra vez EXTERMINA En el espeso círculo del sigilo Y se cruzan las tormentas con oleajes furiosos (Es la espantosa realidad, confieso) Cae al abismo el sol rueda En manos desnudas ateridas Y en cuerpo de cruz Galopan caballos blancos Escapan Y es el puño una roca en la cadena Y son crápulas faroles los que adornan las calles (Suerte de algunos digo que pueden ausentarse del global, Siguen la travesía de los mall con las pupilas apagadas) Otra Otra vez ** Ingrid Odgers iotpoeta55@hotmail.com Escritora, poeta, novelista, ensayista, crítica literaria y gestora cultural chilena (Concepción, 1955). Directora de talleres literarios, conductora de programas radiales de difusión literaria en la Web y editora de revistas virtuales de literatura. Directora de diversas agrupaciones de escritores y centros culturales, ha sido miembro del Comité Consultivo Nacional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile (http://www.consejodelacultura.cl). Ha publicado numerosos libros (impresos y digitales) y figura en antologías nacionales e internacionales. Su obra ha sido traducida al portugués, inglés y al polaco e integra la Historia hispanoamericana de Polonia. Ha obtenido numerosas distinciones por su trabajo literario, como el Premio Novela de la Municipalidad de Concepción (http://www.concepcion.cl). Muestras de su trabajo pueden ser apreciadas en su página personal, http://escritoraconcepcion.googlepages.com. === La verdad sobre Carlitos Javier E. Núñez ========================= Imagino que querrá saber lo que pasó esa tarde en el café; es natural porque después se armó un revuelo que ni le cuento y vinieron de la tele y de la radio, y la gente que no hacía más que hablar de eso. Para colmo, con un tipo como el Chino de por medio, al que todo el barrio ya lo miraba de reojo porque desde hacía rato se venía diciendo que era así, cornudo y cabrón. Aunque por ahí nos mirábamos entre nosotros y nos decíamos pero quién, porque hay que tenerlas bien puestas o ser muy inconsciente para gorrearlo al Chino. Usted ya sabe lo que decían, o lo habrá leído en los diarios: que movía la falopa, andaba en el desguace de autos, metido en la barra brava de Ñubel y qué sé yo qué más. Lo del fierro era verdad. Que andaba siempre calzado, quiero decir. Una tarde lo vi jugando un picado en el parque Italia con el chumbo en la cintura. Una cosa nunca vista. Ojo, no se deje engañar por esto: usted me escucha describirlo así y se imaginará a uno de esos muñecos que se ven por la tele, colgados de un paravalanchas, con dos o tres dientes nomás y la nariz achatada a piñas. Pero no. Claro, qué digo si ya vio las fotos. Así como en las fotos, era. Un tipo con buenas pilchas, que se movía en un descapotable —manejaba algunos jugadores de las inferiores de Ñuls y de ahí le venía la guita— y fumaba unos cigarrillos finitos y largos con gusto a menta que compraba en El Clásico de Córdoba y Paraguay. Esto dicen que lo sacó de una película, igual que lo de los anillos de oro con letras que formaban su nombre. Un asco, mire. Y lo otro, lo de los mentolados, de maricón. Claro que esto lo digo ahora, porque si el Chino me llegaba a escuchar me cortaba las bolas. En fin. Lo que usted quiere saber es lo que pasó esa tarde. Claro, cómo no. Usted y todo el mundo. Carlitos no era mal tipo: era medio boludo nomás. Mire que ir a meterse con la mina del Chino, habiendo tantas en el barrio. Tenía un trabajo decente y un Peugeot 504 del ‘83 que cuidaba como a una Ferrari; un terciario incompleto en algo que no me acuerdo pero que seguro era una boludez, cuatro camisas gastadas y casi nada más. Los muchachos lo cargaban porque se la tiraba de intelectual: venía al bar, pedía un cortado o un agua mineral y leía a Bucay. Por ahí en alguna charla le quedaba picando y metía alguna frase que había leído y se inflaba así, con aires de superioridad. Pero a las minas les encantaba, mire lo que le digo; a lo mejor por eso le importaba un huevo que se le cagaran todos de risa. Porque con esas boludeces se levantó a más de una. Llegó a eso de las tres. Era jueves y hacía frío; no había casi nadie porque el lugar se empieza a llenar después de las cinco o seis, cuando los muchachos salen de laburar o se levantan de la siesta. En cuanto lo vi me entró como una desesperación, la convicción de que todo se pudriría de un momento a otro. Llevaba cuatro o cinco días sin aparecer porque la Moni, en un rapto de locura o de rabia, había batido todo: que hacía meses que se encamaba con Carlitos, que lo quería porque no la trataba como a un animal, que era más educado y atento y que el tema de los orgasmos era nomás con él —con el Chino—, porque con Carlitos tenía y tenía de a tres. Se lo juro: pregúnteselo a la Fátima que vive al lado y escuchó todo. Así que imaginesé. Para cuando la Mónica llegó a la parte en que lo dejaba, el Chino ya andaba por la calle, chumbo en mano. Habrá sido el destino o el azar lo que hizo que Carlitos esa noche no estuviera en su casa. La cosa es que se salvó porque los vecinos le avisaron que ni se le ocurriera volver, y aunque el Chino se pasó toda la noche en la puerta, Carlitos ni apareció. Así que esa tarde, cuando lo vi entrar, pensé que estaba loco. Se lo dije: —Estás loco. —Está todo bien, gallego —contestó. Se lo veía tranquilo, como esos que saben o simulan saber algo que los demás no. Pero qué sé yo, ya le dije que él era así, con aires de superado. En ese momento pensé en el Chino: si lo encontraba ahí sentado y este boludo le salía con Bucay, le iba a sacar los dientes por el culo. Me pidió un cortado y se puso a mandar mensajitos con el celular. Me acerqué a la máquina y él, sin levantar la vista, me gritó: —No lo quemés, gallego. Lo mandé a la puta que lo parió. Imaginesé, querer enseñarme a mí a hacer un café. El tipo se rió. Hasta parecía contento, como si tuviera la seguridad de que a partir de ese día algo iba a cambiar. Creo que fue entonces cuando entró el petiso. No parecía del barrio. Mejor dicho: supuse que no era del barrio porque yo los tengo junados a casi todos, aunque había algo en él que se me hacía conocido, pero como si lo hubiera visto de lejos o en fotos. Era morrudito y tenía una de esas cabezas que parecen nacer de los hombros. No le puedo decir mucho más porque no me acuerdo: todo eso de los ojos así y la nariz asá me parecen inventos de los escritores o los policías. ¿En serio hay gente que se fija en esas cosas? Mire si yo le voy a prestar atención a las orejas de la gente o al grosor de los labios. Además, cuando yo leo por ahí que alguien tiene un perfil romano, qué quiere que le diga, yo me acuerdo de Gerardo, el actor. El tipo se sentó y me pidió una cerveza. El petiso. De golpe lo empezó a mirar a Carlitos. Primero de reojo, como con cierta curiosidad, después de una forma descarada que era para darle una piña, mire. Por ahí desviaba la vista y arrugaba la cara así, como haciendo fuerza, y lo miraba otra vez. Y Carlitos nada, en Babia, meta boludear con los mensajitos. Parecía que algo no le estaba saliendo bien porque ahora le había cambiado la cara; apretaba las teclas con ansiedad y se quedaba esperando la respuesta sin quitarle los ojos al celular. —Disculpáme —dijo el petiso, y nos sorprendimos los dos, Carlitos y yo: él compenetrado en su espera; yo mirándolo esperar—: ¿vos no sos el Zurdo? —¿Qué? —respondió Carlitos, como si el otro le hubiera hablado en mandarín. —Digo que si vos sos el Zurdo. Carlitos lo miró raro, no sabría decir cómo. Entre extrañado y molesto. El petiso seguía ahí parado, imperturbable, esperando una respuesta. —Sí —dijo al fin. —Ya sabía yo —dijo el petiso—. Vos sabés que te vi ahí sentado y enseguida pensé: “yo a este lo tengo de algún lado”. Me costó sacarte porque pasaron una bocha de años, pero después de un rato me acordé. Mi hermana decía que yo tenía algo, que por eso me acordaba de las caras... —¿Memoria fotográfica? —tanteó Carlitos, por decir algo. Todavía no entendía qué hacía ese petiso ahí. —No, otra cosa era. No importa. Decía que por eso yo me acordaba de todo aunque hubiera pasado mucho tiempo; había algo en mi cabeza como un fichero donde yo guardaba las caripelas que había visto, con un resumen cortito que me servía para acordarme de quién era —el petiso hablaba rápido y movía las manos todo el tiempo: cuando dijo lo del fichero agitó el índice frente a su cara como si pasara papeles en busca de algo—. Así que pasé un rato ahí, revolviendo en mi memoria para ver de dónde te junaba... —Fisonomista —dije yo de pronto, porque había estado buscando la palabra todo ese rato. Carlitos me miró sin entender pero el petiso golpeó la mesa con la palma. —Fisonomista, eso decía mi hermana —me señaló con un dedo cortito y ancho—. Carajo, qué memoria de mierda tengo para las palabras. En cambio las caras sí me quedan. —Y qué dice mi ficha —preguntó Carlitos como para ser educado, pero miraba su celular. Al otro se le dibujó una sonrisa en la cara que le llenó los ojos de arrugas. Sin pedir permiso se sentó frente a Carlitos y sacudió el mismo dedito con el que antes me había señalado: —El Zurdo. Volante de El Torito. Carlitos asintió, reconociendo la memoria del otro. Yo miré la hora. Pensé que ojalá la hicieran corta y se fueran a la mierda antes de que viniera el Chino a convertirme el boliche en un queso gruyère. Porque eso iba a pasar, indefectiblemente, si Carlitos no se las tomaba a tiempo. —No, qué sé yo —dijo el petiso, como si le restara importancia a su pequeño logro—. A lo mejor si fueras otro ni me hubiera acordado. Pero en cambio vos, justo vos y ese partido. Decime... ¿no te acordás de mí? —¿Cómo? —dijo Carlitos, incómodo. Se había puesto a escribir otro mensaje en su celular. Parecía indeciso entre obedecer el mandato de la educación y prestarle atención a su interlocutor o terminar de escribir el mensaje—. No, qué sé yo. Fue hace un tocazo. —Claro. Fue hace un montón... —el petiso no parecía muy convencido. Carlitos aprovechó el momento de duda para terminar su mensaje—. Pero de ese partido te tenés que acordar. Yo jugaba para Coronel Aguirre. —Vamos Aguirre, que tenemos que ganar... —entoné, sin poder evitarlo. El petiso me mostró el pulgar. En su sonrisa volví a entrever esa familiaridad que había detectado en él cuando entró, más notoria ahora o quizás fuera su mención del equipo lo que me hizo acordar: lo vi más joven, con la camiseta puesta y el grito de gol en la boca. El petiso Fioretti. Un exquisito, de esos que ya no hay. La gente iba a los partidos de la rosarina nomás para verlo a él. Cuando metían dos o tres goles y el técnico lo sacaba, se iba la mitad del público. Así como se lo cuento. La pegada del Tata Martino, tenía. Y si no llegó fue por lo de las operaciones, y esa rodilla de mierda. Ya sabe cómo son esas cosas. Pero en Aguirre, viejo, la rompía. Yo no podía creer que se tratara de él, ahí sentado, hablando con Carlitos. —La camiseta era verde y roja —le dijo. —Así —agregué, y con las manos dibujé los bastones. Carlitos ya miraba la puerta. Tendría que haberme dado cuenta entonces, después del nerviosismo de esos últimos mensajes y ese vistazo fugaz como si temiera que, de repente, alguien apareciera en la puerta. Pero la mención del equipo de mi infancia y el reconocimiento del petiso Fioretti me habían obnubilado por completo. En ese momento me olvidé de la Mónica, del Chino y de todo lo demás. —Fue la final por el ascenso a primera —siguió Fioretti—. La jugamos un domingo a la mañana; hacía un calor de locos. —Sí —concedió Carlitos—, me acuerdo. —Claro, viejo; cómo no te vas a acordar si al final se armó un batuque infernal. —Hubo piñas. —Y cómo no va a haber. Decime, cómo no va a haber. Ganaban ustedes tres a dos, ¿te acordás? —Fioretti gesticulaba sin sentido—. Los dos goles nuestros los metí yo: uno de rebote y otro de tiro libre. Se paró e hizo el movimiento con la derecha, el pie bien abierto. Sus ojos siguieron la comba de una pelota imaginaria. Se mordió el labio inferior y se sentó. —Un golazo, el segundo —dijo—. El empate parcial. Después nos embocaron en un córner, de atropellada. Perdíamos tres a dos y nos fuimos con todo al ataque; a la carga Barracas. El dos nuestro, un negro enorme al que le decían Titán, se fue a jugar de nueve. Se nos iba el partido y no lo podíamos empatar. Sonó un mensaje en el celular de Carlitos: casi lo tira al suelo en el ímpetu por leerlo. Noté que perdía el color, como si la sangre le hubiese bajado de golpe a los pies. Pero Fioretti ni se dio cuenta. Su mano izquierda trazaba un pelotazo invisible sobre la mesa. —Le llega la bocha al tres, el flaco Manrique. Era de madera balsa, el flaco. Pero justo esa la hace bien: la baja con el muslo y mete el centro de sobrepique, antes del cierre del defensor —Carlitos medio que amagó con pararse, o algo debe haber hecho porque Fioretti le puso una mano en el antebrazo mientras seguía—. Escuchá, escuchá. Se terminaba el partido. El arquero de ustedes sale, tratando de meterle un puñetazo. La deja corta, el boludo: me cae acá, en el pecho. Unos metros afuera del área. —Sí, bueno... —dijo Carlitos. La palidez era tan evidente que hasta Fioretti se dio cuenta. Pero no se calló. —La acomodé en el aire —dijo—. Con el pecho. Y le pegué de volea, por arriba del arquero. Era gol. Golazo, era. Y en la línea la sacás vos, con el brazo. Carlitos ya estaba de pie, la mano en el bolsillo en busca de unas monedas para pagar el café. No sé qué decía ese mensaje, pero de golpe le había entrado el apuro. Negó con la cabeza, sin sonreír. —Me pega en el pecho —contestó, y se tocó la zona que está sobre el pectoral derecho, casi en el hombro—. Me pega acá y se va al córner. —Y el hijo de puta del referí no lo cobra —dijo Fioretti, como si Carlitos no hubiese hablado en absoluto—. Espósito, se llamaba el turro. No me olvido más. Señala el córner y la gente que se lo quería comer crudo. —Me pega en el pecho —repitió Carlitos—. Te digo que no fue penal. Fioretti se quedó mudo un instante, como si recién entonces escuchara lo que Carlitos estaba diciendo. No sé si esperaba que lo reconociese, que después de todos esos años le diera la razón o qué. El tema es que abrió los ojos así grandes, como cuando uno abre un ropero y en vez de las pilchas se encuentra un tipo en bolas que, para colmo, se limpia la nariz con nuestra corbata preferida. —Dejáte de joder —le dijo, mientras se acercaba al mostrador. Carlitos me tiró las monedas y se despidió con un murmullo—. Qué no va a ser penal. —Tomatelás, petiso —le dijo Carlitos, hinchado las pelotas—. Te digo que no fue. —Penalazo, fue —gritó Fioretti, abriendo los brazos como si buscara dimensionar el error del árbitro—. Por eso el quilombo después; por eso las trompadas y los palazos, la gente que saltaba el alambrado y la cana que nos daba sin asco porque era la única forma de que no rompiéramos todo. Y todo por ese penal. Todo ese despelote, y lo que vino después. Carlitos lo miraba desde la puerta, la mano en el pomo. Pareció a punto de decir algo, pero sacudió la cabeza como si hubiese llegado a la conclusión de que no valía la pena. Abrió la puerta para salir y entonces dio un paso atrás, como empujado por el viento. Ahí fue cuando entró el Chino. La historia podría terminar acá, Núñez. Usted ya lo leyó en el diario, lo vio en los noticieros. Todo el mundo sabía lo de Carlitos y la Moni, así que todo cierra a la perfección: el hombre violento, de escabrosos antecedentes, la locura temporal que dan los celos... ¿Qué más se puede decir? La versión del Chino. Claro, esa versión. Por supuesto que la policía no le creyó: yo atestigüé en su contra. Fui, ¿cómo se dice? Testigo ocular, eso. Pero a usted no le alcanza, usted quiere la verdad. Usted quiere que le diga que el Chino se plantó frente a Carlitos y le dijo andáte; andáte que la Moni recapacitó y se queda conmigo, y si no te mato es nomás porque de esa forma seguro que la perdería para siempre porque no me lo va a perdonar, pero si te veo por el barrio otra vez te hago cagar de verdad. Y que el Chino se fue mientras Carlitos se miraba la punta de los zapatos, sin atreverse a levantar la vista ni a decir ni mu. Y mientras tanto Fioretti, como un loco, seguía murmurando, ahora entre lágrimas, que en la pelea que se armó por ese puto penal le rompieron la pierna en tres; y que las operaciones, y que el tipo de Boca que lo venía siguiendo, y que la carrera al tacho cuando todo el mundo le decía que tenía destino de primera. Usted quiere que le diga que, en realidad, fue Fioretti el que sacó un revólver y lo quemó de atrás. Pero, ¿sabe qué pasa, Núñez? Yo era fanático de Coronel Aguirre. Y ese día, en la cancha, lloré como una criatura. Porque Fioretti tenía razón. ¿Quiere saber la verdad sobre Carlitos? Era un mentiroso: esa es la verdad. Qué no va a ser penal. ** Javier E. Núñez nunez.javier.e@gmail.com Escritor argentino (Rosario, 1976). Cuentos suyos fueron galardonados en el Primer Concurso Nacional de Cuentos “Eduardo Gudiño Kieffer” (Buenos Aires, 2003), en el IV Concurso de Cuento “Encuentro de Dos Mundos” (Paris, Francia, 2004) y en el Concurso Literario para Escritores Rosarinos (Rosario, 2005). Ha publicado textos en la revista literaria Ciudad Gótica, de Rosario, y en la Antología de cuentistas rosarinos 1999 de la Editorial de la Universidad Nacional de Rosario (http://www.unreditora.unr.edu.ar). Integró también la antología De las sombras a la luz; 12 narradores jóvenes, de la Editorial Municipal de Rosario (http://www.rosario.gov.ar/emr; 2006). === Poemas Jairo Araya Barrantes ===================================== *** A puño Torrentes de hiel descienden Arrastrando tu tierna fuerza y temes Ahogarte en tu propio destino. Un desatino. Una compulsión, y otra. En el frío suelo destruido, de rodillas, Juntas trozos de conciencia. No es lo justo. ¡No! No te ocultas. Resistes, respiras, sobrevives. Odio y fuego. Mofa y gente. Voces filosas e intransigentes Que gritan la misma frase, a ti, Que no entiendes sus colmillos, Que te callas y te haces chico. Te preguntas cuánto dura ese castigo, Y al compás de tu sonrisa caen sus torres, Caen sus gestas, sus monumentos revientan. Cierra el puño y ve tus venas: Jamás caerás arrepentido. Yo sé que estás herido, Con maderos y martillos. Roja su arrogancia, sus rostros amarillos. Taladran inútilmente tu esperanza. Acorazada tu fe, en ti descansa. Cierro el puño y veo mis venas: Jamás caeré arrepentido. *** La larga espera Relojes de arena cuyos granos resonaban En el lento andar de mi certeza. En la histórica escuela Hay rajaduras en las estatuas de sal, Rumian las filosofías como vacas quietas. A lo lejos, escucho el eco de la fiesta. Pienso y pienso en la larga espera. Por la ventanilla del autobús Pasan las nubes alegres y ligeras, Pasan sequías y rayos truenan. Voy y vengo, vengo y voy, Mientras la vida se muestra entera. En mi colina campestre Una hoja cae, una pluma se eleva, La veo danzar sentado en la piedra, Sentado a la sombra leyendo en cadena. Quietud y espantos, versos sin canto. Frente al televisor Llegan de la atmósfera rebeldes destellos Irreverentes señales conmueven las antenas. Contemplo las risas y me prometo: ¡No más eclipses de sombra ni lunas sin viento! *** Despegue Por la redondeada ventana de pasajero Aprovecho captar los paisajes que dejo. Aceleración. El lacerante vacío del despegue Se une al vacío de lamento. Sobre nuestro valle Se eleva el avión pesado en recuerdos. Allá la ciudad, cuadrantes y parques... Me alejo. Mañana silenciosa. Es diciembre, veinticinco. Arriba saludo de frente a los aires norteños. Les digo: ?No sé cuándo voy a volver, Salúdenme a éste, salúdenme a aquél. Pa’ serles sincero, no me he despedido De algunos hermanos, de algunos amigos. Dejando el terruño me veo envuelto Entre nubes blanquísimas con agujeros Por los que veo las últimas fincas verdes, Abajo en la tierra que alberga a mi gente. Me desabrocho el cinturón ya fuera de riesgo. Una tenue sonrisa. Quizá triste, quizá contento. ** Jairo Araya Barrantes jairoarbar@hotmail.com Escritor costarricense (San Ramón de Alajuela, 1982). Reside en Nueva York (EUA). Cursó estudios de historia y enseñanza de los estudios sociales en la Universidad de Costa Rica (UCR, http://www.ucr.ac.cr). Estudia inglés como segunda lengua en Nueva York. === Felipe y el gato... contra el perro =================================== === María Celeste Vargas Martínez ========================================= (Nota del editor: este relato es la continuación de “Alimentando a El Viento”, que también fuera publicado en Letralia en su edición 157 [http://www.letralia.com/157/letras04.htm], el 5 de febrero de 2007. Tras la lectura de aquel primer relato a niños de prescolar, éstos hicieron decenas de dibujos que representaban al pequeño duende protagonista de la historia, y los obsequiaron a la autora quien, a petición expresa de muchos de esos niños, escribió una segunda parte, que hoy presentamos a la Tierra de Letras, y aun una tercera, que publicaremos en una edición próxima). Después de que Felipe se convirtió en amigo del dueño de la casa donde vivía, que por cierto se llamaba Octavio, a éste se le ocurrió comprar un gato. Al principio a Felipe no le gustó mucho la idea, pues tenía miedo de que el gato se lo comiera, pero Octavio le prometió que eso jamás sucedería. Al contrario, el gato sería una gran compañía para Felipe cuando Octavio y Lola salían de casa a visitar a sus amigos o de vacaciones a la playa. Así que un día cualquiera la puerta de la casa se abrió y el hombre gritó: “¡Felipe, hemos llegado!”. Felipe llegó hasta la sala, deslizándose alegre por la resbaladilla que Octavio le había construido cerca de la ventana, para que llegara más rápido y no se cansara subiendo y bajando escaleras. Octavio mostró sus manos, que hasta ese momento mantenía escondidas tras su espalda, y Felipe vio una pequeña bola de pelos. —¿Gastaste tu dinero en una bola de pelos? Yo podría haberte hecho una, si busco aquí y allá seguramente encontraré miles de pelos y mi bola sería más grande —señaló molesto Felipe. —Ja, ja, ja —rió alegre Octavio—. No es una bola de pelos... ¡Es nuestro nuevo amigo el gato! Sólo que aún es muy pequeño y por lo que veo igual de friolento que tú, por eso se acurrucó todito y se quedó dormido. Cuando dijo esto, Octavio acarició con su dedo pulgar a la pequeña bolita blanca, entonces ésta se movió y cuatro patas se dejaron ver y una pequeña cola se estiró de pronto y unos ojos amarillentos se abrieron. “Miauuu, miauuuu”, dijo muy quedo el gatito. Felipe dio un paso atrás. Octavio dejó al animal en el piso. Éste caminó unos pasos para acercarse a Felipe. —¡Aaay! ¡Quítamelo! ¡Quítamelo! ¡Me va a comer! —gritó Felipe bastante asustado. Entonces, el gato se acercó a Felipe, abrió su estrecha boca, sacó su delgada lengua color rosa y lamió el rostro del pequeño hombre. Éste se quedó en silencio. Nuevamente el gato lo volvió a lamer. —¡Guácala! Su lengua es tan... tan... pegajosa. Pero hace cosquillas —dijo Felipe alegre. Octavio rió a carcajadas pues el gato no dejaba de lamer a Felipe, quien corría alegre por toda la sala. Se escondía tras el sillón y cuando el gato iba a buscarlo el pequeño hombre salía de pronto y el gatito saltaba sorprendido. —¿Y cómo le pondrás a tu nuevo amigo? —preguntó Octavio. —Luna —dijo Felipe—. Lo llamaré Luna, porque es tan blanco y tan bello como la Luna que cada noche veo desde mi casa. A partir de entonces, Octavio veía a Felipe y a Luna sólo cuando ambos bajaban a mostrar alguna de las nuevas suertes que había aprendido el gato, porque a Felipe se le había ocurrido que Luna viviera con él en su pequeña casa: “Es muy friolento y si se queda solo aquí en la sala podría tener mucho frío y miedo... y... y además no le gusta la oscuridad”, dijo decidido Felipe. Así que Luna se mudó a la casa de su pequeño amigo, donde éste le había construido una cama con restos de tela que Lola le dio. Y en el platón de comida, que Octavio compró para el gato, Felipe puso con letras grandes bellamente escritas: “Propiedad de Luna, el amigo de Felipe”. Por la mañana, los dos amigos dormían tranquilos abrazados uno del otro y por la noche Octavio y Lola los escuchaban correr en los túneles que Felipe había hecho entre las paredes y de vez en vez podían oír las risas del hombrecito y los chillidos del gato cuando perdía a su amigo. Pero un día, Felipe y Luna dejaron sus juegos a un lado cuando escucharon el fuerte grito de un niño. Los dos se encaminaron hacia la ventana y vieron a Max, el perro del vecino, riendo a carcajadas y a un pequeño niño llorando triste abrazado de su madre. Max era un perro poco agradable, pues todo el día ladraba y ladraba, y mordía cosas y las rompía, pero eso no era lo que molestaba a Felipe. No. Lo que hacía que el pequeño hombre se enojara era que Max asustaba a los niños que se acercaban a la puerta de su casa. Al perro le gustaba escuchar el llanto de los niños, así que cuando veía que un pequeño se acercaba a su casa, primero se escondía tras una maceta y cuando el niño caminaba hacia la reja, Max salía de sorpresa y ladraba y ladraba. Entonces, el niño retrocedía y corría llorando. Después de asustar al pequeño, el perro se escondía en su casa y reía a carcajadas: “Ja, ja, ja, que tontos son esos niños, lo único que saben hacer es llorar y correr con su mamá... ja, ja, ja”, decía Max mientras se sostenía la barriga que a veces le dolía de tanto reír. Y ese día cuando Felipe y Luna vieron a Max riendo feliz, decidieron que ya no permitirían que ningún niño volviera a llorar. Rápidamente tomaron lápiz y papel y comenzaron a hacer un plan. Luna se encargó de buscar estambre, canicas y un frasco y Felipe se dedicó a buscar tras los muebles: arañas. Al poco rato, más de veinte arañas ya estaban encerradas en el frasco, todas de diferentes tamaños y colores. Por la noche cuando todos se fueron a dormir, Felipe y Luna se encaminaron a la casa del vecino. Atravesaron el patio sin hacer ruido y mientras Luna vigilaba que Max no despertara, Felipe se dedicó a poner la trampa. A la mañana siguiente, cuando los primeros niños ya se encaminaban a la escuela, y por lo tanto pasaban cerca de la casa de Max, éste corrió a toda prisa para ponerse tras la reja. Corrió tan rápido para que los niños no se le escaparan, que no se dio cuenta que cerca de la reja había una especie de telaraña formada con estambre. Cuando Max la vio, ya no pudo detenerse y entonces sus patas comenzaron a patinar, buscó en el piso y vio las canicas que le hacían resbalar. Por varios metros se deslizó contra su voluntad hasta que quedó atrapado entre las hebras de estambre. Tiró tan fuerte para tratar de salir de ahí que uno de los estambres que sujetaba la tapa del bote, hizo que éste se abriera y todas las arañas cayeron sobre el perro. Pobre Max, sintió una y otra y otra, y muchas mordidas más por todo su cuerpo. Y fue tanto el dolor que le provocaron las arañas al perro, que jaló y jaló el estambre hasta que logró salir de la trampa. Cuando se hubo alejado unos metros de la reja, comenzó a sacudirse y revolcarse en el piso. Un grupo de niños que pasaban cerca del lugar escucharon el llanto del perro y con miedo se acercaron a la reja. Max los veía con ojos tristes y temerosos, pues pensaba que en cualquier momento se iban a reír de él. Pero no fue así, los niños llamaron al perro, éste se acercó a ellos y con sus pequeñas manos comenzaron a espulgarlo y a quitarle una a una las arañas. Felipe y Luna vieron todo desde la ventana y aunque primero rieron por lo chistoso que se veía Max dando vueltas en el piso, cuando se dieron cuenta de que los niños ayudaban al animal, se vieron uno al otro. “Creo que ya aprendió el perro que jamás debes reírte del dolor de alguien más”, dijo Felipe para después salir corriendo tras Luna, que rápidamente se perdía entre los túneles para esconderse. ** María Celeste Vargas Martínez tete_c27@yahoo.com.mx Escritora y periodista mexicana (México, DF, 1976). Es licenciada en periodismo y comunicación colectiva por la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam, http://www.unam.mx), Campus Acatlán. Actualmente es especialista en estudios sobre animación. Tiene inéditos los libros Animando un siglo... Historia mundial del dibujo animado y Hecho en México, historia de la animación mexicana. Ha impartido conferencias sobre animación, cómic y literatura en diversas universidades. Textos suyos han sido publicados en Ciberayllu (http://www.ciberayllu.org), Ariadna (http://www.ariadna-rc.com), Destiempos (http://www.destiempos.com), Remolinos (http://es.geocities.com/revista_remolinos) y Caminos Abiertos (http://www.revistacaminosabiertos.blogspot.com), así como en la revista Visión Universitaria (México, 2006), entre otras. ||||||||||||||||||||||||||| POST SCRIPTUM ||||||||||||||||||||||||||| “Escribir no es problema. / Miren flotar la pluma / por cualquier superficie. / Pero escribir con ella / —Montblanc, Parker o Pelikan—, / sin mesa a mano, tinta suficiente / o postura correcta, / es imposible, / y a veces pernicioso. / Puedo escribir, señores, / con los ojos cubiertos, / vuelta la espalda al piso, / atadas las muñecas, / esparadrapo encima de los labios. / Puedo: / pero no garantizo el producto”. Eduardo Lizalde, “La mano en libertad”. En: La zorra enferma (1974). === Cómo publicar en Letralia, Tierra de Letras =========================== Antes de enviarnos algún texto para publicar en Letralia, le agradecemos leer nuestras condiciones de publicación. Usted puede verlas en el Web en http://www.letralia.com/tierradeletras/publicar.htm. 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