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Publican en España una colección de cartas de Reinaldo Arenas
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Reinaldo Arenas y Jorge Camacho
Reinaldo Arenas y Jorge Camacho redactan una carta a Fidel Castro en Almonte (Huelva).
 

La editorial sevillana Point de Lunettes acaba de publicar el libro Cartas a Margarita y Jorge Camacho (1967-1990), el mayor ciclo epistolar que se conserva del escritor cubano Reinaldo Arenas (Holguín, Cuba, 1943; Nueva York, EUA, 1990).

Las cartas que Arenas le remitiera a sus amigos, el pintor Jorge Camacho y su esposa Margarita, guardan un testimonio de su vida y de su estremecedora lucha para salvar sus libros del control policial cubano, para publicarlos en el extranjero y para salvarse él mismo, tras ser prohibido, golpeado y brutalmente perseguido, pasar por los campos de trabajo y las cárceles de Castro, hasta conseguir ser libre por fin huyendo de su patria en el éxodo forzado de El Mariel.

En el exilio siguió sintiéndose incómodo tanto en Miami como en Nueva York, y sus amigos dicen que Europa le sentaba mejor. Así lo atestigua él mismo —en una de las 144 cartas que recoge el volumen—, cuando habla de su estancia, por unos días, en Doñana (Andalucía): “Imagínense: todavía me parece algo irreal de tan bello”, anota el escritor cubano en una de las cartas.

La correspondencia muestra la lucha titánica del escritor, ya en Estados Unidos y tras contraer su penosa enfermedad —Arenas padecía sida al momento de suicidarse, hace ya veinte años—, por cerrar una obra completa, dejándola terminada y lista para su edición y lectura.

El autor habla del mundo literario y del político, esferas que a veces se confunden cuando, por ejemplo, arremete contra los escritores que apoyan el régimen de Castro (García Márquez, muy especialmente). En otras esboza nuevos libros y futuros viajes a Almonte, Sevilla, Córdoba, Ronda o Cádiz, ciudad en la que incluso se plantea comprar una vivienda para instalarse. Otras veces se desespera por las trabas burocráticas o estalla contra las editoriales por una mala traducción o por el incumplimiento de los contratos.

También aparece el testimonio de la enfermedad, primero como amenaza: “Nueva York, con el problema del sida está irrespirable... Afortunadamente, mi salud está bien e incluso he engordado...”, escribe en 1985. “Nueva York, entre el frío y la plaga del sida, se ha convertido en una verdadera tumba”, anota dos años después. Y, luego, como realidad: “Ésta es la primera vez que escribo luego de mi muerte; pues como muerte hay que considerar lo que he sufrido y me falta”, comenta ya desde el hospital en 1988.

Poco a poco, en las cartas de Reinaldo Arenas se mezclan el triste tránsito por la enfermedad y los propósitos sobre el destino final de su obra literaria. “Apenas puedo escribir y seguramente esta carta sea difícil de leer, no tengo control en el pulso”, expone a finales de agosto de 1990. La muerte ya le rondaba de cerca.

“Cartas a Margarita y Jorge Camacho (1967-1990)”, de Reinaldo Arenas
Cartas a Margarita y Jorge Camacho (1967-1990): testimonio de su ciclo vital como escritor.

Esta es la primera edición en español de un conjunto epistolar que abarca 23 años de profunda amistad, desde el 1 de diciembre de 1967, poco después del primer encuentro entre ellos en La Habana, hasta el 2 de diciembre de 1990, cinco días antes de que, muy enfermo ya de sida, el escritor pusiera fin a su vida en un apartamento de Nueva York. Ya había sido publicado en francés en 2009 por la editorial Actes Sud, de Arlès (Francia), con el título Lettres à Margarita et Jorge Camacho.

De todas las cartas que se conservan se han omitido quince por su carácter reiterativo con las seleccionadas. Además de las 144 cartas que componen el libro, se ha incluido un texto autógrafo, dirigido también a los Camacho, en el que el escritor lega su desgarrador adiós a la vida: “Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Sólo hay un responsable: Fidel Castro (...). Al pueblo cubano, tanto en el exilio como en la isla, lo exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota sino de lucha y esperanza. Cuba será libre. Yo ya lo soy”.

Tal como asegura Margarita Camacho, quien estuvo al cuidado de la edición, “estas cartas son un expresivo testimonio de la mitad de la vida de Reinaldo, puede decirse que de casi todo su ciclo vital como escritor y, desde luego, la confirmación de muchos de los datos que él mismo narra en su autobiografía Antes que anochezca. Esta correspondencia puede representar, si se quiere, un sugestivo complemento para la lectura de esas desgarradoras memorias que Julian Schnabel llevó al cine, con una interpretación magistral de Javier Bardem”.

Fuentes: El MundoPoint de Lunettes