Sala de ensayo - Abriendo camino a través de las grandes interrogantes
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Edición Nº 48
1 de junio
de 1998

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Notas técnicas sobre la obra de Juan Filloy

Juan Filloy Horacio Massimino

Uno se pregunta cuál será la mejor forma de presentar a un escritor de la dimensión de Juan Filloy y aquí se topa con el principal problema: no le caben adjetivos.

Una idea para ir acercándonos a esa genialidad la dan los 54 libros que ha escrito hasta la fecha.

Juan Filloy nació en la ciudad de Córdoba allá por el 1894. Hoy día ha vuelto a vivir a esa ciudad, después de haber residido 64 años en Río Cuarto, otra ciudad de la provincia mediterránea. Lleva su centuria en forma estupenda: lúcido, ágil, activo.

Uno de sus deseos, como lo ha expresado más de una vez, es ser el escritor de los tres siglos, "uno que nació en el diecinueve, vive todo el veinte y alcanza a gatear en el siglo veintiuno".

En "Juan Filloy. El escritor escondido", Mónica Ambort le pregunta: ¿piensa en la muerte?, a lo que don Juan responde: "En absoluto. Nunca. Tengo un libro sobre la muerte, Tánatos, muy lindo. Son reflexiones compiladas a lo largo de toda mi vida literaria. Es un volumen de 250 páginas, clasificado en siete capítulos; todo en una visión más o menos amable y jocunda de la vida. No tomo la muerte como una cosa lúgubre, funeraria, de congoja perpetua. Los nombres de algunos capítulos son Ceniza, Pena, Lágrima, Luto, Angustia, Polvo, Sombras... Mi plan era dedicárselo al primero que muriera en mi familia. Fallecida mi mujer, todavía debo ese homenaje a Paulina".1

Su vasta obra ha recorrido todos los géneros: novela, cuento, artículo, ensayo, traducción, poesía, teatro, relato, nouvelle, historia. En su obra publicada podemos encontrarnos con (a continuación del título, y entre paréntesis, figura el/los años de edición): Periplo (1930); ¡Estafen! (1931 y 1997); Balumba (1932); Op Oloop (1934, 1967 y 1997); Aquende (1935 y 1996); Caterva (1938 y 1992); Finesse (1939); Ignitus (1971); Yo, yo y yo (1971); Los Ochoa (1972); La potra (1973); Usaland (1973); Vil & Vil (1975); Urrumpta (1977); Tal cual (1980); L'Ambigú (1982); Karcino (1988); Gentuza (1991); Mujeres (1991); La purga (1994); Elegías (1994); Esto fui (1994); Sagesse (1995); Don Juan (1995); Sexamor (1996); Sonetos (1996), y Decio 8A (1997).

Don Juan considera que otros tres libros fueron publicados, ya que fueron apareciendo en forma de artículos periodísticos en los diarios La Nación, de Buenos Aires, y El Pueblo, de Río Cuarto. A saber: Jjasond;2 Metopas, y Ñamplim.

No podemos dejar de nombrar los títulos que aún permanecen inéditos: Ambular, Homo sum, Nefilim, Revenar, Todavía, Eran así, La hucha, Mi niñez, Zylenka, Changüí, Ironike, Quolibet, Sicigia, Xinglar, Gebenas, Llovizna, Quiosco, Gaudium, Nepente, Recital, Tánatos, Zodíaco, Item más, Miss Liv y Witness.

Se sabe que Nepente, Todavía, Item más y Revenar son cada uno, Filloy dixit, un megasoneto, "una colección de 14 series de 14 sonetos, de modo que cada megasoneto tiene 96 sonetos".3

Si uno piensa que Juan Filloy dijo "yo me planté en los 896. No hice más porque... (se ríe). Lope de Vega me gana: hizo como 1.200";4 puede columbrar la dimensión de su textura. Un rescate podemos encontrar en el libro "Sonetos",5 de donde extrajimos el que sigue:

Opiniones sobre su obra podemos encontrar en boca de muchos de nuestros contemporáneos.

Verbigracia:

"...Verborrágico, caudaloso como una catarata, tiene una precisión absoluta en el uso del idioma, y ahonda en la riqueza de posibilidades expresivas de nuestra lengua. No existe escritor en castellano que utilice el lenguaje, textualmente, como lo hace él, ni hay prosa más perfecta que la suya. Por eso es tan difícil leerlo, por eso es tan árido. A Filloy es imposible comprenderlo sin la asistencia del Diccionario de la Lengua.

"Sus relaciones, tanto literarias como personales, con otros autores han sido —para decirlo de alguna manera— curiosas. La influencia de Filloy sobre sus contemporáneos es mucho más evidente que admitida. De hecho, algunas de las obras más importantes de la narrativa argentina de las últimas décadas tienen deudas con la producción filloyana, aunque en ningún caso esa influencia ha sido estudiada y mucho menos admitida. Filloy es un antecedente irrefutable de las obras de Marechal y de Julio Cortázar, entre otros. Es obvio que Marechal se inspiró en Op Oloop para su novela El banquete de Severo Arcángelo, del mismo modo que es evidente la deuda que tiene lingüísticamente Adán Buenosayres con Caterva. Es obvio que Rayuela y otros textos de Cortázar acaso no se hubieran escrito sin Caterva y otros textos de Filloy detrás. Cortázar lo conocía bien: en Rayuela lo menciona y en cierto modo sus chochards recuerdan a los linyeras de Caterva. Claro que Cortázar tuvo la delicadeza de hablar siempre maravillas de Filloy. Como fuere, es una verdadera lástima que la crítica latinoamericana no haya estudiado la influencia de Filloy en estos y otros autores. Un estudio de correspondencias intertextuales entre Filloy, Cortázar, Marechal, Borges, y muchos otros, arrojaría resultados asombrosos..." (Mempo Giardinelli).6

"La coche, le cochard, la chocharde. Pero si hasta han presentado una tesis en la Sorbona sobre la psicología de los chichard.

—Puede ser —dijo Olivera—. Pero no tienen ningún Juan Filloy que les escriba Caterva" (Julio Cortázar, Rayuela).

"El humor es 'all pervading' o no es, como siempre lo supieron Juan Filloy, Shakespeare y Max Ernst" (Julio Cortázar, La vuelta al día en ochenta mundos).

"La producción de Filloy de los años treinta se ubica, por su calidad, entre las obras de Roberto Arlt, el teatro de Armando Discépolo y la poesía de Oliverio Girondo" (David Viñas).

"Es probable que ningún otro escritor argentino tenga una conciencia tan aguda de las capacidades lúdicas del lenguaje y las haya explotado con tanta conciencia, desde la posibilidades del palíndromo hasta el puro juego fónico con el lenguaje." (Cristina Piña, 1996)

"No me cabe la menor duda que es uno de los escritores vivos más importantes de América (...). Tiene más erudición y más estilo que Borges" (Arturo Cambours Ocampo, 1967).

Una breve y básica bibliografía biográfico/crítica la podemos encontrar en:

Asimismo en la edición del año 1996 del libro "Aquende" se incluye, a modo de apéndice, un interesantísimo estudio de la obra de Juan Filloy, por Dardo Cúneo. Igual metodología fue la empleada en las ediciones de los años 1967 y 1997 del libro "Op Oloop" (esta vez a cargo de Bernardo Verbitski), cómo así también el prólogo de "Juan Filloy, el escritor escondido" a cargo de Jorge Torres Roggero.

Los premios, cargos, condecoraciones y distinciones que ha obtenido son: Presidente Segundo Congreso Nacional de la SADE, 1939; Gran Premio de Honor de la SADE, 1971; Pluma de Plata del Pen Club, 1978; Miembro (C) Academia Argentina de Letras; Diploma al Mérito Quinquenio 1984-1989, Fundación Konex, 1984; Ufficiale al mérito Bella República Italiana, 1986; Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Río Cuarto, 1989; Chevalier de L'ordre des Arts et des Lettres, Francia, 1990; Premio Esteban Echeverría, Gente de Letras, 1991; Premio Trayectoria, Fondo Nacional de las Artes, 1993; Pluma de Oro otorgada del Pen Club, 1994; Pluma de Honor del Pen Club, 1995; Personalidad Emérita de la Cultura Nacional, 1996; Gran Premio de Honor, Fundación Argentina de Poesía, 1996; y Mayor Notable, Congreso de la Nación Argentina, 1997.

Adolfo Prieto escribió: "(...) hay una capacidad inventiva, un desprejuicio frente a las formas tradicionales de la narrativa y un tan regocijante manejo del idioma, que desgajan a la obra de Juan Filloy del contexto histórico de la novelística de su tiempo y aconsejan una atención particularizada de la misma".7

El escritor Mempo Giardinelli habla justamente de este punto en su último libro: "Hoy somos muchos los escritores que hablamos de otra Argentina, otras ciudades literarias8 (...) Pienso en Manuel Puig con su General Villegas y en Daniel Moyano con sus altos de La Rioja (...) y pienso sobre todo en el empecinamiento ejemplar de Juan Filloy, quien a los 103 años (cumplidos en agosto de 1997) sigue escribiendo de espaldas a Buenos Aires...".9

Más allá de las curiosidades que de su obra se conocen (que todos los títulos de sus obras tienen siete letras, que posee el récord de más de 8.000 palíndromos, que ha festejado sus 103 años brindando con una botella de vino, que se carteaba con Sigmund Freud y algunas otras minucias) creemos que es imperativo que la crítica se ocupe de su ejemplar obra. Merece, ella, uno de los sitiales más altos.

¿O vamos a esperar su muerte para ocuparnos de él, como ya ha pasado en muchos otros casos (Daniel Moyano, Juan Rodolfo Wilcock, Antonio Di Benedetto me vienen a la memoria en un rapidísimo recuento)?

Para cerrar, quisimos dejar las palabras que dijera en 1934 Alfonso Reyes: "Juan Filloy, el progenitor de una nueva literatura americana".


Notas

  1. Juan Filloy. El Escritor Escondido. Mónica Ambort, Op Oloop Ediciones, Córdoba, 1992. Págs. 125 y ss. Regresar.

  2. "Jjasond (...) contiene las crónicas de una gira que hice con Paulina (su esposa) en 1964. Primero, fueron publicadas en El Pueblo de Río Cuarto, completamente gratis y luego, algunas, en La Nación, donde, ¡gran sorpresa para mí!, me las pagaron...

    El nombre de ese libro es una sigla formada con las iniciales de junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Me gustó porque incluye el nombre Jasón, uno de los primeros turistas de la humanidad; uno de los héroes griegos del Olimpo Griego...". Juan Filloy. El escritor escondido. Mónica Ambort. Op. Cit. Págs. 31 y ss. Regresar.

  3. "Juan Filloy: 93 años con los bolsillos llenos de palabras", en Puro Cuento, Nº 6, sep-oct 1987. Regresar.

  4. Reportaje publicado en el libro "Así se escribe un cuento", Beas Ediciones, Buenos Aires, 1992. Págs. 129 y ss. Regresar.

  5. "Sonetos". Juan Filloy. Ediciones Argos, Córdoba, 1996. 90 págs. Una detalle: este libro, cuyo título tiene siete letras, está dividido en siete partes cada una de las cuales contiene siete sonetos. A cada parte Filloy la denomina manojos, que también es una palabra de siete letras. Regresar.

  6. "Don Juan. Antología de Juan Filloy". Selección, prólogo y estudio de Mempo Giardinelli. Ediciones Desde la Gente, Buenos Aires, 1995. Regresar.

  7. Diccionario básico de la literatura argentina. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1968. Pág. 59. Regresar.

  8. En 1996, la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) publicó el libro "Cuento Argentino Contemporáneo. Breve antología". En el prólogo hay un visión acerca de la literatura argentina y de las antologías. Leemos: "... casi todas las antologías del cuento argentino son, fundamentalmente, antologías del cuento porteño. Es como si en esas muestras cuentísticas Buenos Aires fuera toda la Argentina. Ignoro si es esto es así por obeliscocentrismo, ignorancia o simple estupidez. Sospecho que hay un poco de cada una". Regresar.

  9. El país de las maravillas. Los argentinos en el fin del milenio. Editorial Planeta, 1998. Pág. 149. Regresar.


       

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