XX poetas ecuatorianos del siglo XXI • Selección: Fernando Itúrburu
(Quito, 1976)

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Terminó sus estudios de literatura y filosofía en The Catholic University of America, Washington, D.C. En este momento está realizando un doctorado en literatura hispanoamericana en la University of Michigan. Ha publicado el poemario La frágil resistencia (2006).

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             El peso amargo de tu cuerpo ciego —sudores de un adiós hendido en tu presencia

             Y es ese momento, cuando la nieve cubre el dulce holocausto del deseo en un tálamo partido

             Cuando el amor es un enemigo intenso, aunque lejano

             Es ese momento, cuando agrietamos las lenguas y decimos: Lejanía es el acoso de uno mismo:

             Casuales frases, ruinas de los meses (que son años) que sostienen hasta hoy en sabor ajeno ese momento, cuando fue

(Eros es un enemigo, Anne Carson)

 

14

             Llegará el día, llegará,
             y los muertos estallarán en muertos —
             frágil responsorio sin testigo—
             para la voz de granito urdiendo el hambre sin conciencia

(Elementales los rezos de los tristes,
                                                                    soledad sin prisa, insostenible)

             Y seremos hojas que del tierno mármol se desprenden
             al llegar el día, cuando rompa el día —
             derrumbe inédito del cuerpo sin respuesta
             ni recuerdos, solo,
             solamente,
             solo

 

29

             El eterno vaivén del tiempo en el milagro, ¿necedad acaso del blanco sobre el suelo?

             En el aire la sola ausencia del espacio se repliega.  La existencia empieza con un reflejo de nada en la conciencia:

             Ya las mariposas aletean hacia el Sur

             Atrás queda la memoria, el frágil romper de la crisálida en el campo: el bello ocaso de la piedra sólo es residuo en la breve residencia de lo fijo

             El plazo del exilio es el otoño.  El firmamento, entonces, se asemeja al mar en su extravío

             Sólo así el fracaso del siempre en la mirada, sólo así el silencioso afán del vuelo hacia el abismo, hacia lo abierto...

 

35

             Toda esta profunda nostalgia por una mujer en agreste nombre que me despoja, como a un animal, del sudor que aún retengo en el silencio

Fundación de Lisboa

 

Shmuel HaNagid escribe a su hijo, Yehosef, en Córdoba

Algún perro con sus dientes sobre el cuerpo
Nada cambia en el rictus de la muerte
Ésa mi única advertencia

Lisboa, 22-VII-06