Nota del editor |
Estos poemas son parte del poemario Mujer a fuego lento, con el que
la escritora venezolana Natasha Tiniacos obtuvo recientemente el I Premio
Nacional Universitario de Literatura. El libro será publicado en fecha próxima
por la editorial Pequeña Venecia.
|
Ayer se me perdió el paraíso
mengüé como palabra suelta en medio del camino
una esquina roída semáforo en rojo trato de escapar
te confundí con la sombra del cielo perdón me equivoqué
eres tú soy yo somos cada quien
soy una calle trancada a la orilla de un bar
ya no me da la gana de menstruar
desborono trozos de luna tejidos por dentro
se me descose el concepto
me sirvo con hielo al fin corazón en las rocas al fin
adiós destino paraíso
tacto contacto ombligo milonga rito licor amantes en celo
costra del grito de Munch
Desde hace siete días no me encuentro
me quedé pegada a las paredes de tu posibilidad
tatuada al mural de saberte donde siempre
bajo la misma luz entre la misma sombra
sobre la misma cama quebrada de tanta saudade nuestra
me has hecho perder los límites
hasta aprobar la ley del desenfreno
este es mi reino
la casualidad de entenderme muralla china fortaleza
y al mismo tiempo
sentir cómo haces fiesta conmigo
arriesgo el pulso y la tensión arriesgo la conjugación
contigo no me quejo
si haces tiritas de mi corazón pues
soy un graffiti imborrable yo soy el texto indeleble
[proclama de amor
Yo quiero ser la dueña de este reino
tener alas sueños húmedos y siete mandamientos
una luna colgando en mi sala
cortinas de genoma humano en mi habitación
yo quiero ser el dedo que elige
que designa que acaricia lo más tibio
que marca que borra que auxilia
la geografía accidentada de lo nuestro
quiero olvidar que soy ella
y decidir las cosas que son imposibles
hacer nido en el ápice de Keops
arrancarme el sexo salir corriendo
cuando no te tengo
Shh...
No digas nada
no le digas a tus ojos que los presupongo
ni a tu pupila que la dibujo como consecuencia
de lo que llueve
de la hoja de cal que sube por mis piernas
y me suplica que te escriba
no digas nada por favor
a lo que sea
a quien lo sea
que la cama se me aleja de esta forma tan mezquina
y se deshace
con cada pensamiento que por Dios, me pertenece
no digas nada
yo no soy una naranja
yo no tengo especie
a veces se me ocurre que soy una mujer
a veces