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El tercer brindis Hace casi tres años, el 20 de mayo de 1996, decíamos en este mismo espacio que no nos atrevíamos a asegurar nada, salvo que nuestra intención era apoyar a la literatura como arte. Realmente en aquel momento la Tierra de Letras era una pequeña incertidumbre de 25 kilobytes, cuya existencia casi nos sorprendía. En el tiempo que Internet obliga a vivir a las publicaciones electrónicas, tres años son mucho más significativos que lo que cronológicamente representan. En mayo de 1996, el equipo más veloz era un Pentium a 166 MHz; Digital estrenaba su novedoso buscador AltaVista y el español ¡Olé! tenía un mes de inaugurado; el Internet Explorer se rezagaba en su lenta versión 2.0 pero se preparaba para darle la bienvenida a la siguiente; los virus Natas y One_Half hacían estragos en millones de equipos informáticos de todo el mundo; conceptos como Communicator, HTML Dinámico e ICQ no existían y se podía afirmar categóricamente que los virus de correo electrónico eran imposibles. El hoy archiconocido sitio Poesia.com no existía (el número 0 de la revista Internauta Poesía circularía en agosto); Badosa, que tenía para mayo sólo seis meses de fundada, residía en un subdominio de Compuserve y no llegaba aún a la docena de textos publicados -vayan a verlo ahora-; justamente una docena de sitios conformábamos, a finales del 96, los anaqueles hexagonales de la Biblioteca Circular; para la fecha de nuestra primera edición, los creadores del Proyecto Sherezade empezaban a dar forma física a su idea. Un rápido viaje en el tiempo que nos da una idea de la velocidad con que cambian las cosas por estos lares. Hoy, un poco menos frágil nuestro proyecto, con cierto prestigio obtenido gracias a nuestra terquedad —aunque en muchas ocasiones, como hoy, nuestra edición se retrasa, nunca hemos dejado de publicar un número—, a la experiencia que vamos obteniendo y a la calidad de los trabajos que nos envían los escritores que habitan ya en la Tierra de Letras, celebramos nuestros tres años de vida con un recién estrenado dominio propio. Cansada de vagar, Letralia se asienta, al fin, en http://www.letralia.com, gracias a la diligencia y generosidad de nuestro buen amigo Daniel Ginerman, de Uruguay, quien se encargó del registro y alojamiento; lejanos están, por fortuna, los días en que nuestro sitio era desmantelado sin aviso previo. Completamos la celebración de nuestro tercer aniversario con un pequeño esfuerzo conjunto en el que participaron el equipo de Letralia y algunos escritores que ya han publicado en nuestra revista. Se trata de La Guía Básica, una recopilación de enlaces que multiplica por diez los años que cumplimos y ofrece al lector treinta sitios que consideramos indispensables para el amante de la literatura que desea internarse sin desperdicio por los caminos electrónicos. Con La Guía Básica ganan lectores y escritores: hay allí sitios para leer y para publicar, para aprender las tortuosas particularidades de nuestro idioma, para mantenerse informado o para cartearse con colegas. En nuestro primer editorial, hace ya tres años, decíamos: "Sólo queremos que nuestros lectores queden satisfechos al terminar cada viaje quincenal a través de la Tierra de Letras". ¿Se siente usted satisfecho con nuestro trabajo? La gran paradoja es que nosotros no, y que nuestra insatisfacción es el único motor que nos impulsa hacia el futuro. Todavía no podemos asegurar nada, salvo que nuestra intención es apoyar a la literatura como arte; sin embargo, estimado coterráneo, alce la copa con nosotros. Salud.
Jorge Gómez Jiménez Letralia, Tierra de Letras, es una producción de JGJ Binaria. Todos los derechos reservados. ©1996, 1998. Cagua, estado Aragua, Venezuela
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