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Editorial
Las técnicas de Uqbar. Tal como Uqbar se incorporó a la realidad, los escritores tienen la posibilidad de cambiar al mundo.

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Las técnicas de Uqbar. Tal como Uqbar se incorporó a la realidad, los escritores tienen la posibilidad de cambiar al mundo.

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El castellano cae al quinto lugar en Internet. La presentación del Anuario 2000 del Instituto Cervantes ubica a nuestra lengua como la segunda de EUA, pero bajó un lugar en la red, con relación al año pasado.
La ciencia ficción de Marías. El escritor español Javier Marías se lanza en una nueva carrera como editor de textos de ciencia ficción.
Muere Pedro Mir. El poeta nacional de República Dominicana murió a causa de una complicación en un enfisema pulmonar por el que estaba hospitalizado.
Los portales de Cervantes. La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes auspicia portales temáticos en todo el mundo.
Regreso triunfal del Quenepón. La revista que María de Mater O'Neill creara en 1995, El Cuarto del Quenepón, termina en octubre con su letargo.

Paso de río
Brevísimos y rápidos del río que atraviesa la Tierra de Letras.

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Escritura multimedia. A raíz de la celebración en Caracas de un seminario sobre literatura electrónica, varios investigadores del tema crean este sitio.

Artículos y reportajes
Primer acto de una tragedia
La escritora cubana Lourdes Rensoli Laliga analiza el libro Serbia's secret war, de Philip J. Cohen.
Kimbo. Héroe de infancia, amigo de mayor
Un boxeador retirado pobló las aventuras infantiles del escritor español Octavio Santana Suárez.
Carta abierta de los poetas a los gobernantes del mundo sobre la situación colombiana
El coordinador del Festival Internacional de Poesía en Medellín, Fernando Rendón, encabeza un llamado poético por la paz.

Sala de ensayo
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¿Cómo orientar a nuestros hijos en sus pininos como lectores? La investigadora española Consuelo Gallego Tabernero nos da algunas luces.

Letras de la
Tierra de Letras

Dama de niebla
Gustavo Pereira
Valparaíso, 4 de septiembre de 1999
Carolina Hernández
Cuatro poemas
Victoria Kenty
Se ha perdido una niña
Alberto Chimal
Vuelta en tres días
Madeline Millán
Lo único que no tiene solución, ¿es la muerte?
Matías Gastaldi
Poemas
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500 años después
Bernabé Basul
Dos textos
Luisa Futoransky
Dos relatos
Marta Catalán
Confesionario de un poeta triste
Jeanfreddy Gutiérrez
Tres historias
Miguel Correa Mujica

El buzón de la Tierra de Letras
Detrás de un estribillo

El regreso del caracol
Gramma, Facultad de Historia y Letras de la Universidad del Salvador (Argentina)
Alborada, Creación y Análisis, Grupo de Literatura y Arte "Isla Blanca" (Chimbote, Perú)
Mercurio y otros metales, Orlando Chirinos
Presencia judía en el Nuevo Mundo, R. Oswaldo González Quiñones
Caballo de espadas, Exio Saldivia.


Una producción de Editorial Letralia
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Todos los derechos reservados. ©Editorial Letralia

Jorge Gómez Jiménez
Editor

Letralia, Tierra de Letras Año V • Nº 92
17 de julio de 2000
Cagua, Venezuela

Editorial Letralia
Itinerario
Cómo se aprende a escribir
info@letralia.com
La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
Letras de la Tierra de Letras

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Dama de niebla

Gustavo Pereira

    (Nota del editor: hace unas semanas, el Fondo Editorial Predios nos hizo llegar el poemario Dama de niebla, del escritor venezolano Gustavo Pereira. Hoy reproducimos aquí algunos de los textos incluidos en ese libro).

Dama de niebla

Dama de niebla que rondas mis horas mis saltos y mis sábanas
Ebriedad que me persigues a mansalva
Deja la forma sinuosa de tu tejado de palomas sobre mi almohada
  cuando amaneces en medio de mi tristeza inútil
    como un nido desprendido y todavía cálido de plumas

Extranjera que pusiste entre mis dedos tu cubierta de redes
y la inexpresiva piedad del otoño
Extranjera que me hiciste en tu pecho desenfrenado demonio
y creíste en mi amor inmortal

Pues bien Te amo para siempre
Te amo para siempre porque el instante que te amé es parte de la cuerda de la eternidad
y allí colgamos todavía

No sabrás nunca quién marcó el número de tu desdicha
ni qué tambor indio es éste que suena en la callada noche de tu soledad
No sabrás nunca qué callejuela ni qué rincón devoran al amo de tu melancolía
Perdida en el hastío no sabrás nunca beber otro rumbo que el del recordarme
sobre ti y entre ti
mientras mis cuadernos en blanco descansan en la mesa de tus brumas
y mi perro percibe tu olor en la mano que ahora lo acaricia.


Somarí

Los mayas conocieron las estrellas
los incas el camino del mar
Yo conozco tu cuerpo y he venido del desierto
Sé que hay una calle allí por la que me iré y me perderé.


Rondel del olvido inexistente

Una canción para Lucienne Sanabria
(Música del maestro Beto Valderrama Patiño)

Nada de cuanto se quiso se olvida
Una antigua pasión la amistad el lejano paisaje de una infancia
Algunos libros cierta playa solitaria
Tus ojos que caen cada noche desde antaño

Se deja en todo nuestra diáspora
Polvo de todos nuestros sueños
Nada de cuanto se quiso se olvida

Y si partimos alguien viene con nosotros
Y si alguien parte algo nuestro va con él
Y si regresamos somos otros
           porque en donde estuvimos amamos
Y nada de cuanto se quiso se olvida.


Rosa del agua

A Carol

Dime rosa del agua cuánto blanco te queda
Cuánto blanco te queda en el hueso cuánto en el alma dime qué nube
te da rocío rosa del agua dime qué vuela entre ti
rosa del agua dime qué barcos te crearon.


Pequeño ensalmo para vencer en la guerra

Para que no te hagas mi derrota te sueño
Para que a la altura de tus ojos se abran los míos te construyo
Para librar tu cuerpo a mis brazos te imanto
Para hacer de tu sexo libro de incorduras te despliego
Para apremiar la miel de tus pechos te lamo
Para deshacer tus dudas y recatos te organizo
Para que me ames como a nadie te desnudo
Para que me ames más allá de todo sentido te pertenezco
Para torcer el camino que otros nos señalan te descifro
Para sentirte en los días de ausencia suscito el
                                                               olor de tu vientre
Para saber cómo duele el momento en que no piensas en mí te olvido

Porque eres mi victoria te sueño.


La primavera es falsa

Los poetas del trópico soñábamos con la primavera
Con la primavera absoluta y pelirroja
  de puertas y ventanas abiertas al technicolor
y doncellas y hadas
y un camaleón dorado sobre la rosa de una iglesia

Yo soñé con tu cuerpo en primavera
y lo encontré aterido y húmedo
  como bajo el rocío la penumbra
Hallé también el hosco alero de tu soledad
la desesperanza que me rodeaba en tu nombre
rostros vacíos y distantes
  a las puertas del cine y en los museos y en los parques y en las librerías

Supe así que la primavera no existía.


Somarí de tu cuerpo desnudo

Si lo deseas puedo describir tu cuerpo desnudo
                        Pero prefiero tu cuerpo desnudo.


Para volver atrás

Yo querría volver atrás sólo para comenzar otra vez
Porque todo comienzo es la aventura

Yo querría volver atrás sólo para hacer adulta mi infancia
Porque la infancia es rueda inencontrable

Yo querría volver atrás sólo para saber
  cómo era tu cuerpo entonces sombra apenas recordada.


Somarí de la efímera


Mi polvo de ala de libélula.


       

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